#MetaDatos | En el primer año del Presidente Andrés Manuel López Obrador sobresalieron tres aspectos en las dinámicas que acontecieron en las redes sociales: la constante confrontación entre grupos antagónicos y afines a la 4T, la continuación de prácticas ciudadanas para hacer frente a la crisis de inseguridad y la resistencia que diversos grupos mantuvieron contra los megaproyectos insignia del Gobierno federal.
Ciudad de México, 30 de noviembre (SinEmbargo).– El primer año de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador se definió desde el aspecto comunicativo por la transgresión que implicó la asimilación de las redes sociodigitales como canal oficial de comunicación mediante el cual el Gobierno federal logró acercar el diálogo a la ciudadanía.
Pero por otro lado, plataformas –como Twitter– permitieron que se potencializaran las condiciones para la configuración de una agenda política, sobre todo por la diversificación de las voces que se volvieron protagónicas en debates de alcance nacional, donde políticos y usuarios adquirieron una visibilidad y se abonó a la proliferación de una horizontalidad emergente no vista antes en México.
En esta agenda, tres ejes sobresalieron: la constante confrontación entre grupos antagónicos y afines al Presidente, que desde Twitter iniciaron una guerra por acaparar las tendencias nacionales, la preocupación por la inseguridad y la continuación de prácticas ciudadanas para hacer frente a la crisis en esta materia, y la resistencia que diversos grupos mantuvieron contra los megaproyectos insignia del Gobierno federal.
POPULARIDAD Y AGENDA POLÍTICA
En este contexto, la polarización fue una preocupación constante entre especialistas que sitúan la problemática más allá de las fronteras del entorno digital. Esta confrontación tiene su raíz en la desigualdad social que se ha generado durante décadas en México y del que brota un malestar que funciona como combustible de la animadversión entre dos grupos antagónicos en las redes sociales, tanto desde el plano ideológico como del político, y que se resume en simpatizantes del Presidente López Obrador y sus adversarios.
En entrevista con SinEmbargo, el doctor David Morales González, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que la polarización no puede entenderse solo de la interpretación de los adversarios que se confrontan a diario en Twitter, sino de las problemáticas que radicalizan los discursos de odio fuera de ellas y que en las redes sociales se intensifican al punto que pueden desencadenar acciones violentas.
Sin embargo, esta bipolaridad n redes como Twitter se intensificó con el surgimiento de grupos como la #RedAMLO y grupos antagónicos conformados en torno a la imagen de actores como el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, los ex legisladores Javier Lozano Alarcón y Fernando Belaunzarán y algunos miembros de la iniciativa privada.
Sin embargo, la confrontación que dibujó fuerzas equidistantes en la arena digital durante el primer año de Gobierno de López Obrador, fuera de este entorno se distanció en cuanto al volumen e influencia de ambos grupos rivales.
En tanto que en Twitter la guerra de hashtags se mantuvo a lo largo del primer año -entre etiquetas como #AMLOEstamosContigo vs #AMLORenuncia- las encuestadoras nacionales coincidieron en situar al Presidente López Obrador y a su partido el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con altos índices de popularidad que no descendieron a menos del 60 por ciento.
A unos días de que se cumpla el primer año de Gobierno, El Financiero publicó los resultados de una encuesta en la que señala que AMLO llegará al 1 de diciembre de este año con una popularidad del 68 por ciento.
La buena racha de López Obrador no ha sido absoluta, el Primer Mandatario perdió algunos puntos en abril de este año al bajar su porcentaje de aprobación del 78 por ciento -que presentó en marzo – a 70 por ciento, en el cuarto mes de este año. A pesar de esto, El Financiero sostiene que el Presidente no ha mermado en aceptación en los últimos ocho meses y es el Primer Mandatario mejor calificado entre los últimos cuatro sexenios.
Las tendencias de Twitter que mostraron por 12 meses descontento sobre todo en las constantes exigencias de la renuncia del tabasqueño, tampoco coinciden con la encuesta publicada por El Universal el 25 de noviembre de este año, en la que menciona que a pesar de que Morena ha perdido popularidad, ninguna otra propuesta política ha logrado repuntar en los últimos meses.
En este ejercicio sólo 36 por ciento de los entrevistados contestó que daría su voto a Morena si en este momento fueran las elecciones. Sin embargo, en esta encuesta el Partido Revolucionario Institucional (PRI) continúa con una percepción negativa.
INSEGURIDAD
Aunque López Obrador ha logrado mantener altas cifras en popularidad, la crisis de inseguridad que no merma en el país (a pesar de su promesa de emplear una estrategia pacífica para combatir al crimen organizado) ha repercutido en su imagen, de acuerdo con encuestas.
Aunque en las redes sociales sostiene su impulso, de acuerdo con el ranking de Twiplomacy del 2019, donde se sitúa en el lugar 14 entre los 50 líderes políticos más influyentes en Twitter a nivel global y en el sexto lugar entre los líderes más efectivos en Facebook, las coyunturas de seguridad le restaron algunos puntos fuera de la esfera digital.
En octubre, tuvo lugar uno de los episodios que más repercutió en la imagen presidencial, luego que se llevara a cabo el operativo fallido en Culiacán Sinaloa para detener a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, e identificado como uno de los perfiles que asumieron el liderazgo del Cártel de Sinaloa, tras la captura de «El Chapo».
A finales de octubre Ovidio fue capturado y horas después liberado para evitar que se desatara un conato de violencia que cobrara numerosas vidas en la entidad, lo que generó una ola de críticas en las redes sociales que provinieron sobre todo de grupos opositores pero que al concluir la coyuntura sí repercutieron en la percepción de inseguridad.
Tras el episodio en #Culiacán, diversas encuestadoras indicaron que la popularidad de AMLO cayó a su nivel más bajo en este año, debido a que la percepción de inseguridad se acrecentó con el repunte de las cifras de homicidios dolosos que durante los primeros 10 meses de Gobierno se mantuvo por encima del 2018. De acuerdo con el Secretariado de Seguridad, en octubre los homicidios dolosos rebasaron los 29 mil 629 casos.
Según los resultados de varias encuestadoras, la masacre de la familia Le Barón, acontecida el 4 de noviembre y en la que fueron asesinados 12 miembros, afectó aún más el impulso del Presidente en la esfera digital. A finales de octubre Mitofsky estimó que el porcentaje de popularidad del Mandatario federal descendió en un 58 por ciento, casi 20 por ciento menos en comparación con el 77 por ciento estimado por distintas encuestas a inicios del año.
Dos días después de la tragedia de la familia Le Barón, El Universal realizó un levantamiento similar en el que la popularidad del Presidente alcanzó un 58.7 por ciento, un resultado similar al de Mitofsky y el más bajo hasta la primera semana de noviembre. De acuerdo con el diario de circulación nacional, el factor que más repercutió en el descenso de la popularidad de AMLO fue el combate a la delincuencia.
ENFRENTAR INSEGURIDAD DESDE LA RED
La inseguridad es un tema recurrente de conversación en plataformas como Twitter, pero el diálogo sobre este tema no surge en la red de manera aislada. La preocupación de los usuarios por la inseguridad se refleja en iniciativas enfocadas a asumir por cuenta propia las garantías de seguridad que el Estado no ha sido capaz de proveer al menos en la última década.
Entre estas iniciativas se encuentra la búsqueda de personas desaparecidas, y los mecanismos de alerta que se generan en tiempo real cuando en alguna localidad se suscita un conflicto armado.
Los mexicanos también enfrentan la problemática de inseguridad, la impunidad y el debilitamiento del estado de derecho a través de una creciente tendencia de la que participan centenares de páginas y comunidades en Twitter y Facebook a través de las que los ciudadanos prefieren denuncian diversos tipos de delitos e injusticias, muchas de las cuales no llegan a los ministerios públicos.
Estas páginas que proliferaron en todo el país durante los últimos 10 años han mantenido su actividad durante el primer año de la 4T. En tanto que la impunidad y la cifra negra en ministerios públicos se acentuó de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2019, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el que se señala que solo el 10 por ciento de los delitos que se cometen en el país son denunciados.
En contraste, este año, las redes sociales, sobre todo Facebook, se inundaron con denuncias ciudadanas donde el principal testigo fue una videograbación realizada con un teléfono celular.
Un análisis realizado por Metadatos a esta tendencia arrojó que no se trata de una iniciativa nueva, y aunque se acentuó durante el sexenio del ex Presidente Enrique Peña Nieto, continuó este año. Estas denuncias llegan a la red desde perfiles de usuario, o desde grupos y páginas en Facebook que las canalizan o que ayudan a los usuarios a denunciar de manera anónima.
A partir de la revisión de las fechas en que fueron creadas 100 páginas de Facebook orientadas a la denuncia ciudadana en 18 estados del país, se observó un incremento considerable de estas comunidades en el año 2016. No obstante, en los años posteriores en páginas continuaron creándose.
Denuncias Quintana Roo, @denunciasquintanaroo, una página que data del 2009, periodo en el que la estrategia de la «Guerra contra el narcotráfico» iniciaba su periodo de mayor intensidad durante el sexenio del ex Presidente Felipe Calderón, cuenta al corte de noviembre con más de 72 mil seguidores. En tanto que, la suma de usuarios que siguen las 100 páginas que integran la muestra para este análisis rebasa los 5 millones 160 mil seguidores.
Estas páginas concentran cientos de denuncias, que señalan delitos de diversa índole, desde secuestros, violaciones, desapariciones forzadas, extorsiones, corrupción, entre otros y muchas veces son la primera fuente de notas periodísticas de diarios de circulación nacional.
Se conforman a partir de comunidades que van desde barrios y colonias, hasta ciudades, municipios y entidades. En el conjunto analizado, se observó en muchos casos que los entidades donde se concentran más páginas coinciden con los que presentan mayor incidencia delictiva en el índice nacional del Secretariado de Seguridad con corte al mes de octubre. Es el caso de el Estado de México, la Ciudad de México, Jalisco, y Puebla.
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Algo similar ocurre en Google, donde el interés por las denuncias ciudadanas se sostuvo este año en México de acuerdo con la herramienta Google Trends que distribuye esta tendencia en un mapa similar.
Si bien en la muestra obtenida no se observa un repunte en el surgimiento de estas páginas durante este año, la mayoría de ellas mantienen activa su participación en la red social a partir de la difusión de casos nuevos.
También destaca la extensión de la dinámica a lo largo de todo el país y la alta incidencia en el Estado de México, donde de acuerdo con la ENVIPE el 93.6 por ciento de los delitos no fueron denunciados ni se llevó a cabo una averiguación previa.
LOS ACTORES ECONÓMICOS
La oposición de los megaproyectos insignia de la 4T como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas en Tabasco y el aeropuerto en Santa Lucía, irrumpió en las redes sociales meses antes de que el Presidente tomara protesta.
A un año de distancia, el repudio a la ejecución de estas obras se ha concentrado en comunidades y actores políticos bien definidos. A la cabeza figura el grupo de empresarios que julio de este año integró el colectivo #NoMásDerroches, liderado por Gustavo de Hoyos Walther, Presidente de la Confederación PAtronal de la República Mexicana (Coparmex) y el empresario Claudio X. González.
Aunque #NoMásDerroches fue anunciado mediáticamente como una agrupación que buscaba consolidarse como la oposición más sólida hacia el Gobierno de la 4T, mantuvo un bajo perfil en las plataforma digitales, en tanto que sus miembros, sobre todo Gustavo de Hoyos, busca por su cuenta tener proyección en las redes sociales.
Desde la comunidad que ha surgido en contra de los megaproyectos de la 4T se han difundido una percepción negativa en cuanto al desempeño del Gobierno federal en materia económica y que se centran en temas como el estancamiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Sin embargo, la crítica que emerge de este clúster contrasta con el panorama que tanto especialistas como otros miembros de la iniciativa privada que no convergen en #NoMásDerrches.
Carlos Slim, presidente del grupo Carso, uno de los empresarios más influyentes de México, compartió su propio balance sobre el crecimiento económico durante el primer año de la 4T durante una conferencia en el Colegio de Ingenieros Civiles. Consideró que la inversión privada debe ser el motor económico del país de manera independiente a la inversión pública. Lejos de oponerse a los megaproyectos como el Tren Maya, el empresario consideró que la inversión en el sureste del país detonará el crecimiento económico de México.
“¿En qué infraestructura vamos a crecer? Desde caminos rurales hasta la gran inversión en el sureste, cuyo objetivo es acelerar el desarrollo de la región que generará crecimiento en el país. Es incorporar al sureste a la modernidad a través de infraestructura”, expresó en la conferencia el miércoles pasado.
La tendencia que muestra la inflación en la primera mitad de noviembre se ha mantenido dentro de los objetivos estimados por el Banco de México al situarse la tasa interanual en 3.10 por ciento, de acuerdo con datos del Inegi.