Nairobi, 4 dic (EFE).- Al menos 310 personas han muerto y más de 220 mil se han visto forzadas a abandonar sus hogares en Kenia en 2014 como consecuencia de ataques terroristas o enfrentamientos entre comunidades, alertó hoy la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La ola de violencia se ha extendido desde el pasado enero en el Valle del Rift, en el este de Kenia, y en las regiones del noreste del país, en un área muy próxima a Somalia donde el grupo terrorista islámico Al Shabab ha matado a más de 60 personas en las últimas semanas.
Según un informe de OCHA, 310 personas han fallecido desde enero, 214 han resultado heridas y 220 mil 177 se han visto obligadas a huir como consecuencia de conflictos de carácter político o entre clanes por recursos como la tierra, el agua o el ganado.
Kenia ha sufrido este año un aumento de los ataques contra civiles. Uno de los más graves ocurrió esta misma semana en Mandera, donde Al Shabab ejecutó a 36 trabajadores de una cantera, solo días después de haber matado a 28 pasajeros de un autobús en la misma zona.
En la localidad de Mpeketoni, en el noreste del país y también próxima a la frontera somalí, 50 personas murieron a manos de Al Shabab en junio, según reivindicaron los propios yihadistas.
El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, vinculó entonces estos ataques a intereses de organizaciones políticas locales.
Sin embargo, tras la última masacre de Al Shabab, hace solo dos días, el presidente keniano acusó a los yihadistas de estar “reclutando y radicalizando” a los jóvenes del país, donde el grupo radical pretende instaurar “un califato islámico”, dijo.
El pasado mes, la ciudad costera de Mombasa, el puerto más importante de Kenia y de mayoría musulmana, registró ataques vinculados también al aumento de la actividad terrorista en la zona, según la ONU.
Junto a la frontera con la vecina y volátil Somalia, las principales zonas de conflicto en Kenia se encuentran en los distritos de Garissa, Mandera, Wajir e Isiolo.
En el noroeste, este año se han registrado ataques en las remotas provincias de Samburu, Turkana, Baringo y Trans Nzoia, y al suroeste, en la frontera con Uganda, se han registrado episodios violentos en Nyanza y Tana River.
Las autoridades locales trabajan con la Cruz Roja de Kenia y otras organizaciones humanitarias para entregar asistencia a los desplazados.
Sin embargo, la distribución eficaz de esta ayuda debe superar obstáculos como la inseguridad, el mal estado de las carreteras y la falta de compromiso del Gobierno keniano.
La amenaza terrorista que Al Shabab cierne sobre Kenia, en represalia por la presencia de tropas en Somalia para combatir a los yihadistas, y la competición por los escasos recursos en el remoto y árido interior han convertido a este país del Cuerno de África en uno de los más inseguros del mundo. EFE
