Lamentaciones Premium

Diana va a resolver esa suma, decía la maestra y yo quería llorar… una vez casi me hago la desmayada para no ponerme delante del pizarrón. Foto: ellamentonovieneacuento.com

Diana va a resolver esa suma, decía la maestra y yo quería llorar… una vez casi me hago la desmayada para no ponerme delante del pizarrón. Foto: ellamentonovieneacuento.com

Me gustaría tener un cerebro de esos que entienden los números, las unidades, las fracciones. Me gustaría creer eso de que las matemáticas son hermosas y mágicas y que el universo empezó con un tres que apareció después de un dos, después de un uno. Pero no. A mí nunca se me dieron los números, nunca.

De pequeña tenía miedo de la palabra “aritmética”, en serio. Recuerdo que hasta el cuaderno de cuadrícula que era el que se usaba para las operaciones me ponía ansiosa y me paralizaba cuando oía mi nombre para pasar al pizarrón a resolver un ejercicio.

Diana va a resolver esa suma, decía la maestra y yo quería llorar… una vez casi me hago la desmayada para no ponerme delante del pizarrón.

Entré a trabajar a este lugar porque cuando terminé el bachillerato decidí que quería ser pintora, diseñadora gráfica o diseñadora de modas, cualquier cosa en la que nunca más tuviera que calcular una maldita cuenta, donde multiplicar, dividir, calcular raíces cuadradas y todas esas torturas no fueran parte de mi vida. Pero al final no me hice pintora porque empecé a ganar buen dinero de las comisiones y me acostumbré a esto. Conocí a Mario, nos enamoramos y ahora vivimos juntos. No queremos tener hijos pero queremos hacer muchos viajes, estamos ahorrando para eso.

Voy a cumplir cuatro años trabajando para esta marca. Vendemos bolsos y zapatos de piel. Caros, carísimos. El par más barato cuesta seis mil pesos. Claro, todo es de piel auténtica, de materiales increíblemente suaves y bueno, siempre hay clientes para esto.

Tengo una clienta favorita. Está loca pero nos caemos bien, se nota que a ella tampoco se le dieron los números nunca. Yo soy buena para tratar con la gente, me gusta conversar con ellos, ponerles atención. Quisieron ascenderme al puesto de cajera pero no doy una con las cuentas, y eso que me entrenaron, me pusieron a practicar pero lo arruiné, en las prácticas faltaba o sobraba dinero, me perdía con las formas de pago, que si meses sin intereses, puntos oro o puntos back, bueno, hasta para separar los billetes por denominación me hacía bolas. Prefiero seguir de vendedora.

La señora loca (así le digo en secreto) es mi favorita porque viene dos o tres veces por mes, se sienta en el diván y empieza a quejarse de su marido. Que si está muy gordo, que si la aburre, que si trabaja como zombi y se olvida de ella.

Habla de él sin parar mientras se prueba toda la colección y al final escoge dos pares, a veces se lleva el mismo modelo en dos colores. Compra como una descocada y yo sigo encabezando la lista como vendedora estrella.

Cuando se cansa de hablar del marido, repasa los temas nacionales. Se queja de la contaminación ambiental, de los políticos, de la corrupción, de lo mal que funcionan aquí las cosas y lo bien que funcionan en los países que ella visita en sus vacaciones… Ahí empieza con las bolsas, las gafas y los cinturones, es el momento de los accesorios.

Hace unos días vino con los ojos rojos y muy hinchados, como de haber llorado toda la noche. Pensé en preguntarle si había peleado con su marido pero no tuve que hacerlo, se descosió hablando de la muerte del gorila Bantú y de la hembra de rinoceronte que también murió en el zoológico, de todos los animales que han muerto desde que los liberaron del circo. Dijo que el problema, como siempre, era de dinero. Que no se destinaba presupuesto para cuidar de los animalitos (dijo “animalitos” y yo pensé que es raro referirse a un gorila en diminutivo) y que el gobierno debía gastar más recursos en eso. Poco a poco se fue calmando y con su cosecha del día, como ella le llama, se puso de mejor ánimo y hasta me dio un abrazo porque ese día andaba muy conmovida. Me quedé preocupada porque aquí vendemos zapatos de piel de cerdo, de vaca, de cabra, de borrego ¿y si le entra la depresión cuando piense en esos animalitos y deja de comprar?

Esta mañana revisamos el historial de compras de los Clientes Oro para invitarlos a una venta especial, obviamente ella está incluida, en lo que va del año ha comprado treinta y seis pares, once bolsas y dos carteras. Llevo una hora calculando lo que se podría hacer con ese dinero pero me hago bolas. Es que soy mala con los números, les digo.

@AlmaDeliaMC

31 Responses to “Lamentaciones Premium”

  1. Enrique Lechuga Ballesteros dice:

    Querida Alma:
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    A veces los vacíos son tan grandes que tratamos de llenarlos con cualquier cosa: zapatos, ropa, artilugios electrónicos, ruido, fiesta, alcohol u otras drogas; lo que sea para no sentir la oquedad del alma. Erich Fromm ya nos había advertido que el hombre moderno vive bajo la premisa del que no tiene no es.
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    Mientras persistamos en vivir egoístamente, viendo únicamente por lo que creemos que a nosotros nos hace falta, desconectados de las necesidades y el dolor del resto de la humanidad seguiremos condenados a vivir una vida desolada, hueca, sin sustancia.
    Paradójicamente, cuando nos ocupamos de ayudar a los demás es cuando más hacemos por nosotros mismos.
    |
    Recibe un fuerte abrazo

    • Alma Delia Murillo dice:

      Enrique querido,
      Yo ya de plano le echo la culpa a la longevidad, jajaja, no sé si es bueno que la curva de vida se haya hecho tan larga… y lo que falta. Un abrazo grande y agradecido por tus lecturas constantes y por todo.

  2. Juan perez dice:

    Tienes razon. Las dos damas son egoistas a su estilo. Una no se quiere casar (por la falta de compromiso) y no quiere tener hijos (por no tener un compromisote de ese tamaño) su pareja a de ser igual de baqueton que ella.
    Y la otra es compradora compulsiva, por “carencias” emocionales o afectivas.
    Las dos reflejan “la misma cara de la moneda”. Gente vacia, si igualmente vacia, sin sustancia, etc.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Bueno, Juan, creo que no son “damas”, hay algo de dogmático en esos conceptos, tampoco creo que no tener hijos sea meramente un acto egoísta… yo quería retratar la incongruencia de las causas por las que nos desgarramos las vestiduras y cómo hay frivolidad incluso en lo que pretendemos que sea la manifestación de nuestra conciencia del entorno… en fin, pero eres absolutamente libre de dar tu interpretación a este relato ficticio, sin duda. Gracias por leer

  3. Miguel Andrade dice:

    Hermoso cuento, si fuera escritor, editor, literato o cualquier cosa que se le parezca me daría cuenta de que está bien hecho, listo para el siguiente libro. Alguna vez te dije que juntas las letras y las tiras al aire y caen perfectamete ordenadas, alineadas y con los espacios y símbolos adecuados para respirar y gozar. Lo único que te puedo decir – me gustó mucho – gracias, Alma.

  4. Eloy Armando dice:

    Que bonito despertar en sábado y leerte. Leer a Alma es una de las cosas que más amo hacer. Y luego el domingo cuando voy con mi mamá le leo la historia. El otro día lloró con la del amor perdido de tu mamá. Besos preciosa.

  5. val dice:

    QUE LASTIMA QUE NO TUVISTE EL ENCUENTRO CON LAS MATEMATICAS, TE PASO COMO LE PASA AL 80 % DE LOS MEXICANOS, LOS CUALES ESTAS REPOBADOS EN MATEMATICAS , LASTIMA SON HERMOSAS, Y FLUYEN SOLAS, SOLO DEBE HABER ALGUIEN QUE TE ENSEÑE ESO.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Val,
      Pero esto es un relato ficticio, incluso tiene un nombre quien lo cuenta, es un personaje y se llama Diana. Yo sí creo que las matemáticas son hermosas.
      Abrazo

  6. Francisco dice:

    Venía de leer la noticia del próximo gasolinazo y las mentiras de los políticos populistas que prometen lo que saben que no podrán cumplir y estaba sumamente encabronado, hasta que te leí y asumí en tu texto que la vida es solo estados de ánimo. Gracias por existir, por escribir, por aportar un granito de arena para hacer de este mundo algo mejor

    • Alma Delia Murillo de la Cruz dice:

      Francisco, gracias por tu comentario tan generoso, de cualquier manera creo que el gasolinazo nos recuerda que tenemos alteradas las prioridades, ¿no?
      Abrazo

  7. Cecilia Castillo dice:

    Ameno y confrontante tu relato sobre la incongruencia o inconsistencia social. El de la semana pasada uff!, otra mirada a nuestros afectos…Abrazos

    • Alma Delia Murillo de la Cruz dice:

      Abrazos para ti, Ceci querida, los afectos son un privilegio… esto de la indignación cada vez más parece también un privilegio, para pensarse.

  8. Alma Delia Murillo de la Cruz dice:

    Val,
    Pero esto es un relato ficticio, incluso tiene un nombre quien lo cuenta, es un personaje y se llama Diana. Yo sí creo que las matemáticas son hermosas.
    Abrazo

  9. Juan perez dice:

    A todos les mandas saludos Alma Delia y a mi no. El que haya dicho que las dos feminas son tan inmaduras la una como la otra, no me referia a ti. Entendi, desde el principio, que era cuento.
    Te mando un saludo, tengo poco de leerte; pero no seas mala gente mandame un saludo.
    Relei mi aportacion y dije: “pero si no fue indecta, para la autora”.

  10. Juan perez dice:

    Alma Delia, al unico que no saludas es a mi. El hecho de que piense que las dos damas, sean egoistas, no me referia a ti.
    Tengo poco de leerte, entendi desde el principio que era un cuento.
    Que tengas un bonito domingo en compañia de tu familia

    • Alma Delia Murillo dice:

      Jajaja, no Juan, no me defiendo yo, creo que el concepto “dama” además de anacrónico encierra una concepción simple que poco sirve para analizar algunos temas. Sólo eso. Te mando un saludo y un abrazo grande, gracias por tomarte el tiempo de dialogar conmigo en este espacio.

  11. Livia Alicia dice:

    Eres simplemente genial. Tus letras son una sinfonía que hipnotiza al lector. Está mujer bien podría ser cualquier persona, pero hoy ya es una más de tus maravillosas creaciones. Gracias de nuevo por tanto talento.

    • Pérez P dice:

      La lesbia damita viene los sábados sin falta a escribir lo mismo de lo mismo :
      ” Eres maravillosa fulanita de tal ”
      La lambisconería despierta sospechas….
      De menos hoy no nos soltó los ladridos en contra del presidente y narcoprí.
      De flojera la ñoragrupi..

      • Que tan mal andas que para ti, es más importante denostar a los lectores que leer y entender la prosa de Alma. De eso se trata este portal, de leer y expresar los pensamientos, lastima que tu seas un analfabeta funcional igual a tus patrones en Bucareli.

  12. Jorge dice:

    Como cada Sabado
    Tu texto es mi mejor compañia por la Mañana
    Entiendo la realidad entre la ficcion
    Gracias

  13. José de Jesús Montoya Pérez dice:

    Hola, Alma, se reporta otro de tus fans. No sería posible que, como Maitena (toda distancia guardada) publicaras estos cuentos cortos cada cierto tiempo? Sería genial poder leer tus aportaciones a Sinembargo todas juntas de vez en vez.
    Un gran saludo y felicitaciones totales!
    JJM.

  14. Vagumelo dice:

    …”cualquier cosa en la que nunca más tuviera que calcular una maldita cuenta, donde multiplicar, dividir, calcular raíces cuadradas y todas esas torturas no fueran parte de mi vida”
    Jaa ja. Toda esa gente que busca una carrera que no tenga matemáticas, pero se encuentra hasta en gastronomía (hasta en la sopa, jeje). En el arte incluido, la geometría, la proporción áurea o divina proporción, que se encuentra hasta en el momento en que “Edgar se cae” (en las redes ví la imagen que señalaba la concordancia con este concepto, que se encuentra también en la naturaleza).
    Las matemáticas no son sólo números, éstos son una pequeña parte de las matemáticas.

  15. Luis dice:

    Muy buen cuento, o historia corta, me gusto la forma en que empezo y se fue hilando la historia en direccion al verdadero tema, al valor que le damos a las cosas, a los animales y hasta a las personas. Buena reflexion social, lo disfrute bastante.

  16. Arturo. dice:

    Pésimo texto.
    Hablando de matemáticas le pongo cero.
    Lea libros que valgan la pena y aprenda.
    Empiece con Salvador Novo.

  17. Juan Collignon dice:

    Jajajaja, Alma….creo que tu compradora es ¡mi hermana! Porque su más alta preocupación y oficio en la vida es cuidar de los desamparados y los animalitos y, aunque no es materialista per sé, tiene tantos o más zapatos que Imelda Marcos. Por lo único que dudé es porque el marido es un espárrago, pero no por ello menos digno de queja.

  18. Yo no soy vendedor de zapatos pero el relato me es muy familiar no se, gracias Alma Delia siempre plasmas escenarios y anecdotas que me parecen interesantes

  19. Claro De Luna dice:

    Todo mundo tiene sus momentos hippies, tanto los nice como los punks. Uno de estos últimos , amigo mio, me espetó que en donde yo trabajo venden cinturones de piel. Yo, inocentemente le hice notar que sus botas anarquistas eran Doctor Marteen’s y que estaban hechas de piel al igual que su chaleco. El punk no dijo nada mas.

  20. Algunos creen que tu cuento es ficción, pero nah! yo he visto a esa tu clienta en su camionetota, cuando yo pasaba con mi hijo bebé en su carreola, ella tocaba su cláxon y hacía aspavientos para apurarme a cruzar la calle antes del siga. Luego he cruzado paseando a mi perro salchicha y sonríe, se detiene aunque no tenga la luz roja y hasta las intermitentes puso para que otros automovilistas dieran paso.

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