Belleza salvaje

Foto: Flickr de Jean-Paul Remy

Foto: Flickr de Jean-Paul Remy

Tú no lo sabías pero tu cuerpo no era tuyo. Tu rostro de niña tampoco.

Tú no lo sabías, pero esa sonrisa única y esas cejas portentosas iban a desparecer porque eras la infantil promesa de una belleza salvaje.

Madonna cantaba “Like A Virgin” y había que parecerse a ella, algún día. O a Michelle Pfeiffer. O a Brooke Shields. ¿Pero cómo ibas a lograr semejante milagro si habías nacido latina, bajita, caderona, toda cejas, bigote y pelo negro?

Tu adolescente y recién nacida conciencia occidental se horrorizaba con las notas de National Geographic donde contaban que a las niñas africanas y orientales les perforaban los labios, les tatuaban las manos, les practicaban ablaciones del clítoris.

Te dolió más la sangre de la primera vez que te depilaste el bigote con cera que la sangre de tu primera menstruación. Tú no lo sabías pero te dolería más la primera vez que alguien insistiera en que debías dejar de comer que el primer apretón que el dentista le dio a tus brackets. Te corrigieron la mordida, eso dijeron.  Pero era lo de menos, tú sólo querías tener una sonrisa estándar, graciosa, con dientes blancos y parejos que aparecieran en primer plano en tus fotografías.

Te llevaron al nutriólogo, al gimnasio, insistieron en que debías perder peso. Lo intentaste todo. Hasta que un día lo lograste, por fin estabas flaca.

Inventaste tu propia dieta a base de café, chicles de menta y cigarros. Funcionaba.

Tampoco ibas a rendirte con esos pelos indeseables. La cera caliente quemaba, la máquina de afeitar daba tirones, las navajitas de rasurar a veces cortaban… entonces descubriste la electrolisis. Una aguja entrando en cada folículo de tus vellos no debía doler tanto, podrías resistirlo. Funcionó.

También funcionó la dieta que hiciste bebiendo jugos frutales durante un mes antes de tu boda para que el vestido te quedara perfecto. Tú no lo sabías, pero pronto volverían los kilos tan pesados como el tedio de tu vida de pareja y tras el divorcio, se irían de nuevo. La esofagitis no se fue; tantos años bajo el régimen de café, cigarro, jugos gástricos y desencanto matrimonial dejaron su huella permanente.

Un día les mentiste a tus hijos, dijiste que ibas al gastroenterólogo pero fuiste a probarte los implantes mamarios de la cirugía estética que estabas programando.

Tú no lo sabías, pero experimentarías un dolor que ni el del parto. Tus pezones removidos y vueltos a colocar tensaban la piel y las costuras supuraban. Cómo dolía, carajo. Las primeras semanas respirar era el infierno.

La inflamación tardó medio año en ceder y tuviste que someterte a masajes insoportables durante seis meses. Cicatrizaste mal. Te resignaste a esas marcas oscuras que se expanden bajo tus senos. Los implantes te provocaron dolores de espalda que el ortopedista llamó crónicos. Pero es que tú no lo sabías cuando te imaginaste con tus tetas nuevas metidas en aquel vestido negro matador que llevaba un año esperando en tu clóset.

Kim Kardashian. Ahora había que parecerse a ella. Ya no a Michelle Pfeiffer.

Es que la belleza no da tregua. Pero eso tú no lo sabías.

Luego el infierno se abrió bajo tus pies: desajuste hormonal. Pasabas los cuarenta años y volvías a ser gorda aunque sólo comieras pollo hervido y lechugas. Qué injusto. No. No ibas a permitirlo.

Vinieron las sesiones de cavitación, esas que prometían eliminar la grasa abdominal con ultrasonido local y que te dejaban llena de dolorosos moretes, pero con menos centímetros. Y también con menos dinero. Saturaste tus tarjetas de crédito hasta que reventaron.

Volviste a las dietas pero no podías sostenerlas más de una o dos semanas cuando ya estabas tirada en el piso de la cocina devorando panes, chocolates, metiéndote a puños las papas fritas en la boca, resoplando como un jabalí. Muerta de ansiedad. Muerta de hambre. Muerta de vergüenza. Tú. A tu edad. Haciendo eso.

La persecución salvaje volvería a dar un giro: ahora había que parecerse a Chloë Moretz y a Selena Gomez pero ¿cómo vas a lograr semejante milagro si una tiene diecinueve años y la otra veintitrés? Tú estás ya muy cerca de cumplir cincuenta. Y es cada vez más difícil huir de la caza.

Piensas en tu carita de cejas portentosas y tu sonrisa imperfecta, ahora las extrañas. Ahora no importa. Corre, no has probado las inyecciones de células madre ni el bótox ni el antiaging, tal vez funcionen. Corre, que la belleza no da tregua. Pero eso tú no lo sabías. Corre.

@AlmaDeliaMC

19 Responses to “Belleza salvaje”

  1. jimmy dice:

    Gracias por tu cuento, me hizo recordar un articulo científico “The evolution of beauty: Foxy ladies, vulpine gents” de Dmitry Belyaev, que describe básicamente lo mismo, pero visto a través de depuración genética.

  2. juan encinas dice:

    Felicidad es Alma
    y tú no lo sabías…

    • Enriqueta dice:

      Felicidades a todas aquellas que tienen que conformarse con su fealdad ¡¡¡¡
      Envidiosos las que no tienen chichis y están peludas como el gorila Bantú ¡¡

  3. Cecilia Castillo dice:

    Así o más claro….. Abrazos mi querida Alma.

  4. Francisco dice:

    Yo soñaba con la vida…y la vida era todo lo que yo tenía….pero yo no lo sabía ….pero yo no lo sabía.

    mejor sueño con tus ojos, con tu sonrisa y con tu encantadora forma de escribir.
    saludos Alma de mi alma

  5. Karen Santellán dice:

    Alma esto es simplemente perfecto, describe de una manera cruda pero real el proceso por el que todas las mujeres y otras tantas quisiéramos evitar pasar. Tengo 18 años y es triste poder identificarme con esto, es triste ser parte de estos tontos estereotipos, pero lo más triste es que no se pueden dejar atrás. Considero que lo más prudente sería amate pero en estos tiempos eso parece un poco imposible ya que estamos dentro de una sociedad que con nada se conforma.
    Muy buen texto, te mando un abrazo infinito.

  6. Escribano dice:

    Querida Alma.
    De lo mejor que te he leído. Los estereotipos y el daño que nos provocan. Yo quería ser Supermán. Era un alfeñique. Flaco. Ahora gordo. Te mando un beso.

  7. Eloy dice:

    Esos estereotipos tan marcados: que si el cuerpazo de Ninel Conde o las tetas de la Maribel, digo, porque los estereotipos de Televisa son de mujer vestida para debutar en el palenque.de las fiestas de nuestros pueblos. Te faltaron las extensiones de cabello fínísimo peinado en bucles, las arracadas para colgar al perico y la devoción a las uñas postizas tipo gavilán pollero, llenas de blin blin,
    Cada sábado te espero con ansias locas, y cada sábado te disfruto más.

  8. Vals dice:

    Alma bonita. Me hiciste pensar en una pregunta muy feminista ¿Somos o tenemos cuerpo? -y digo feminista porque los hombres no andan por la vida luchando por la autonomía de su cuerpo- Las instituciones, empezando por la familia, se encargan de decirnos cómo mantener y conducir nuestro cuerpo ante la vida. ¡Y qué pinche sabroso romper con todo eso! Hay que ser pararrayos de la belleza, decía J. Cortázar. Creo que podemos serlo en la medida en que nos reconozcamos y reafirmemos con cada parte de nuestro cuerpo -así con pelitos y arrugas y todo-
    Besos y apapachos, Alma.

  9. Samuel Lechuga dice:

    Queridísima otros excelente artículo. Creo que esto del ideal de la belleza se aplica tanto al hombre como a la mujer, no sé cómo es en México pero aquí en Europa aunque no lo crean los hombres gastan más dinero en cuestiones estéticas que las mujeres y es porque por todos lados hay presiones tanto del lado de la compañera como del trabajo.
    En mi caso es muy simple con qué cara le voy a decir a uno de mis clientes que deberá bajar de peso para corregir no sé su co,estero, o su diabetes si yo soy un portento de obesidad.
    Por otro lado recuerdo las selecciones de los asistentes algunas veces la cuestión para rechazarlos era por el,sobrepeso. Racista pero estas son las señales subliminales que traen como consecuencia todo está reconstripuccion biológica que a veces raya en lo ridículo.
    Un último comentario Madona que era un icono por su gran parecido a Marlyn Monroe es una elegía a la belleza bionica como muchas colombianas.
    Después de leer uno de tus tweets te deseo solo un buen fin de semana y un abrazo

  10. Fafo dice:

    Uhm… Será que siempre, por algún motivo que nunca he querido investigar, preferí a las personas feas, viejas, oscuras, alejadas de toda moda, generadoras de “ondas y tendencias”… Y siempre, muy, muy interesantes !… Aquél gusto siempre estuvo líbre de sufrimientos, y ser así es gratis… Alégrate, eres joven, bella y muy interesante. Saludos.

  11. Livia Alicia dice:

    UPS! Me encanto tu colaboracion tan inteligente, valiosa y comprometida. Hace poco más de diez años conocí a una mujer que a raíz de su divorcio subió excesivamente de peso y se dio a la tarea de ponerse a dieta para según ella “Verse guapa de nuevo”. Solo hacia una comida al día, fumaba y tomaba café el resto de las horas del día. Comenzó con dolores de cabeza y problemas de presión. Tuvo dos infartos y no sobrevivió al segundo. El sistema de consumo en el que vivimos la mato antes de cumplir cincuenta años. Es terrible lo que sucede hoy en día y lo más alarmante es que la mayor parte de nuestra sociedad mundial cree que esto estas conductas son de lo más normal. Que no importa que tanto te lastimes o que tanto atentes contra tu vida, lo único importante es verte como los modelos que te presenta la publicidad criminal de las llamadas empresas de la industria de la belleza. Lo único que se puede hacer es darle a nuestros jóvenes las herramientas necesarias para que no se conviertan en estúpidos autómatas que reproducen todas estas conductas suicidas. Un abrazo y gracias por esta reflexión tan atinada sobre estos tiempos tan infames en los que vivimos.

    • Samuel Lechuga dice:

      Hay una película que aborda este tema que se llama réquiem for a dream y comprueba exactamente lo que dices y lo,más vergonzoso del,asunto es que hay muchos médicos que se prestan a ello. Livia un abrazo y un buen domingo

  12. pepe lopez dice:

    Ahora hasta el vello pubico se depilan. ¿quien te ve el vello pubico? Tu pareja y nadie mas.
    No hay como tener a una mujer enfrente con sus partes intimas cubiertas de abunte, grueso, largo y negro pelo. Se ven hermosas y femeninas.
    Dicen que el depilarlo es doloroso e incomodo y que da mucha comezon.
    Pues si. Tiene su funcion, por algo y para algo crece ahi.
    Pero en fin, cada quien su vida.

  13. pepe lopez dice:

    Ahora hasta el vello pubico se depilan. ¿quien te ve el vello pubico? Tu pareja y nadie mas.
    No hay como tener a una mujer enfrente con sus partes intimas cubiertas de abunte, grueso, largo y negro pelo. Se ven hermosas y femeninas.
    Dicen que el depilarlo es doloroso e incomodo y que da mucha comezon.
    Pues si. Tiene su funcion, por algo y para algo crece ahi.
    Pero en fin, cada quien su vida.

  14. Samuel Lechuga dice:

    Por cierto releyendo tu artículo me recordó a la muchacha en tu libro de las noches habitadas.

  15. Melissa dice:

    Almita,

    Tu texto hizo que el lunes no fuera tan lunes y que yo me mirara al espejo sin prejuicios.

    Gracias.

  16. Claro De Luna dice:

    Es cruel la realidad: la realidad de una sociedad que limita a muchas mujeres a ser victimas de la mercadotecnia y el vacio existencial. Problemas modernos de la mujer que solo se limita a ser objeto y tristemente, objeto de uso pasajero.

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