Un camello es el nuevo empleado de Google para el “Street View” del desierto en Abu Dabi

14/10/2014 - 12:00 am

Ciudad de México, 13 de septiembre (SinEmbargo).–  Google “contrató” a un camello de 10 años de edad para retratar el desierto de Liwa en Abu Dabi, en los Emiratos Árabes para su aplicación de mapas y exploración virtual Street View.

Raffia es el primer animal que se convirtió en los ojos de todo el mundo para conocer las dunas del desierto a través de las fotografías que capturaba la cámara de Google que cargaba en sus jorobas.

Para las demás exploraciones de puntos de referencia en el mundo con imágenes de 360 grados se han utilizado personas a pie, gente circulando por las calles en triciclos con un dispositivo GPS y el “Trekker” que es el automóvil de la empresa con una cámara en el toldo.

Sin embargo, Raffia salía con su guía a las 6:00 horas para obtener imágenes óptimas del desierto Liwa.

Las imágenes capturadas con la ayuda del camello, muestran las dunas, el oasis y a más camellos del territorio que consta de más de 100 kilómetros cerca del sur del Golfo Persa y se encuentra a 150 kilómetros de la ciudad de Abu Dabi.

La aplicación de Google se ha encargado de capturar más de 8 millones de kilómetros en 50 países de los 7 continentes desde el 2007.

Un triciclo equipado con un sistema de cámaras es lo que comúnmente se usa para el Street View, que permite obtener imágenes automáticamente mientras el usuario pedalea. Raffia, va guiado por un hombre hindú. Foto: Google.
Un triciclo equipado con un sistema de cámaras es lo que comúnmente se usa para el Street View, que permite obtener imágenes automáticamente mientras el usuario pedalea. Raffia, va guiado por un hombre hindú. Foto: Google.

Aunque el uso de Raffia por parte de Google fue más por una situación regional y de costumbres -ya que el recorrido pudo haberse hecho con una persona como la vista de El Gran Cañón-, este camello no es el único animal que sirve en la actualidad para realizar otras actividades fuera de lo común.

Dicen que el miedo no anda en burro, pero el Wi-fi gratis sí. En Turquía e Israel se dio paso a una iniciativa, donde los burros cargan dispositivos inalámbricos con red para llevar Internet gratis a varias comunidades.

La revolución tecnológica para los turcos llegó en cuatro patas, pues estos animales llevan en sus espaldas paneles solares aparte de conexión a redes.

La mayoría de estos burros son utilizados por granjeros en varias regiones del país para que durante sus largos trayectos por el campo no dejen de estar nunca conectados.

Estos paneles pueden servir para cargar las baterías de al menos mil teléfonos celulares, pues la electricidad también es un servicio del cual los granjeros turcos carecen.

Al desarrollarse mejor esta iniciativa durante los últimos años, el gobierno turco se involucró al cubrir la mitad del costo de la compra de estos burros “solares” y “conectados”, ya que adquirir ambos servicios alcanzan precios de hasta 2 mil liras turcas.

En Israel también le sacaron provecho a esta idea pues los mismos burros que transportan a los foráneos en recorridos turísticos, también vienen con una tableta y conexión a Internet inalámbrico gracias a unos dispositivos que cargan en su cuello.

La idea es que las personas que asisten a estos viajes, conozcan sobre los antecedentes israelíes y al mismo tiempo lo compartan con sus conocidos a través de redes sociales en tiempo real.

biblio
La idea de los “Biblioburros” dio inicio en la década de los 90 y se expandió por Colombia. Foto: Especial.

En Colombia, donde los burros son normalmente usados para transportar pesadas cargas de granos, se convirtieron en ayudantes de un hombre que buscaba erradicar el analfabetismo en los niños del departamento de Magdalena de ese país.

Luis Humberto Soriano es un profesor que al notar que sus alumnos no hacían las tareas porque no tenían libros, decidió viajar con sus dos burros, “Alfa” y “Beto”, para transportar libros de texto.

La idea se expandió por todo el país y ahora algunos de estos libros son trasladados en estantes que cargan los animales a sus costados.

La llegada de estos burros se hacía notar con un mensaje en azul que traían pintados los dos cajones de madera: “Biblioburro”.

Dicha biblioteca andante de Soriano inició en los años 90 con 70 libros y para el 2008 reportó que contaba con casi 4 mil 800 ejemplares.

 

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