NIÑOS DE HOY, ¿CÓMO LIDIAR CON ELLOS?

14/04/2013 - 12:00 am

Lucero Cárdenas y Antonio Torres forman un joven matrimonio veinteañero. Viven en un pequeño departamento en la Colonia del Valle, Ciudad de México. También son padres primerizos. Su pequeña Elena, que está por cumplir un año, es la sustancial colección de emociones y razonamientos. El presente de esta familia se encuentra marcado por la agudeza de la inseguridad, la expansión voraz demográfica y el avance agigantado de la tecnología. Su hija tendrá una infancia con el azoro de un mundo distinto al que sus padres vivieron. Sus juegos y fantasías –con suerte– podrán ser similares, pero hay grandes cambios. Según expertos, la forma que un infante tiene de socializar y de gozar sus años de oro se mantienen amenazados. Algunos le llaman la Infancia Perdida.

FAMILIA

Hay miles de causas. Todas son condenadas por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). El trabajo forzado, la guerra, la pobreza, la prostitución, entre otros, forman parte de los problemas graves que han arrancado a las almas nobles de su infancia.
En este texto se contemplan algunas complicaciones de la niñez no tan abrumantes, pero que finalmente, son parte de una realidad inmediata. Sobre todo, en las familias de clase media del país.
Cada niño tiene procesos de aprendizaje y desarrollo distintos. Cada historia es específica; sin embargo, tomamos el caso particular de la familia Torres Cárdenas, a la cual pertenece Elena, para que expertos den su punto de vista y brinden orientación a más padres de apoyar el crecimiento de sus hijos durante los escenarios actuales.

LA FALTA DE CALLE
Antonio reconoce que su hija no podrá jugar en la calle como él lo hizo en los noventa, allá en Iztapalapa. La inseguridad y la carencia de espacio son las razones. Pero sabe que es importante para el crecimiento y educación de Elena que juegue al aire libre con más niños.

Las viviendas cada vez más pequeñas y la presencia de grandes edificios en una ciudad tan grande como el Valle de México, han reducido los espacios para la recreación al aire libre y provocado un aumento en el uso de videojuegos, celulares y computadoras entre niños y adolescentes. ¿Pero esto cómo influye en la educación de un niño?

NINO1ok“No es un problema en sí mismo, no obstante, debido a la falta de supervisión y el uso desmedido ha generado dificultades al obtener y procesar nuevos aprendizajes debido a la falta de ejercicios que favorezcan la memoria (ahora todo se encuentra en internet), mala grafía en muchos niños y problemas de psicomotricidad fina debido a la poca práctica de la escritura y actividades manuales, así como el desinterés por actividades culturales de las que ya casi nadie sabe porque la vida del menor se reduce a la casa y la escuela”, declara la pedagoga Lilia Cruz Cortés, quien además es Coordinadora de Diseño Instruccional y Contenidos del Centro de Difusión para las Humanidades y las Artes.

“El saltar, correr, trepar, explorar objetos y situaciones, no sólo le permiten al niño o niña desarrollar su musculatura y descargar energías, sino también lo hacen más independiente; al darse cuenta de sus capacidades físicas, aumenta la confianza en sí mismo. Para que el niño o niña aprenda a ser independiente, necesita que se le den oportunidades de elegir, opinar, tomar iniciativas, equivocarse y comprobar las consecuencias de sus acciones. Sólo así aprenderá a solucionar sus propios problemas”, informa la Unicef en su estudio Desarrollo Psicosocial de los Niños y las Niñas.
“Es importante que el niño o niña pueda tener contacto con una variedad de objetos, materiales y ambientes. La variedad mantiene la curiosidad, la motivación por descubrir nuevos aspectos de los objetos que tiene enfrente. Si siempre tiene las mismas cosas, el niño o niña perderá interés”, argumenta el estudio del organismo mundial.

Por otra parte, la socióloga Ninel Nava Ramírez, explica que la calle también tiene sus riesgos, sobre todo cuando no hay supervisión de los padres, pues es en ese mundo donde un niño puede estar influenciado por “las malas compañías”. “Si no existe una guía paterna de confianza los niños irán creciendo con su propia interpretación del mundo. Hay niños que mientras juegan en la calle comienzan a admirar a los ‘vagos’ o a ‘pandilleros’; son figuras a seguir, justamente porque no hay un padre o una madre que le esté cuidando y aconsejando”, detalla Nava, quien también imparte talleres de teatro para preadolescentes.

INTERNET: ¿ALIADO O ENEMIGO?
La familia Torres Cárdenas no es una de esas donde la tecnología prevalezca sobre cualquier otra cosa. Los esposos usan sus aparatos tecnológicos necesarios para su trabajo y también, usan la Red para entretenimiento y aprendizaje, aunque ellos no se consideran adictos. “Toño” asegura que esa es una buena señal para que su hija tampoco dependa en un futuro de estos artefactos electrónicos ni de la Internet.
La primera y segunda infancia, que va de los 0 a los 12 años aproximadamente, los niños aprenden por imitación, así que gran parte de las habilidades que desarrollan están directamente relacionadas con lo aprendido de los padres, hermanos y demás familiares que acompañen su crianza.

De acuerdo con la Unicef la primera infancia es la etapa de la vida más importante para el desarrollo de las capacidades interpersonales y de la personalidad. Un niño o niña que es querido y se le demuestra afecto tiene más posibilidades de llegar a ser un adulto feliz. Se puede decir que en los primeros años el niño o niña necesita cuatro elementos principales: alimentación, amor, estímulos y cuidados básicos.

Luego entonces, sean por las causas que fuere, la llegada de la tecnología a las manos de un niño es inevitable. ¿Qué hacer ante esta situación? “¿Debemos explicar a nuestros hijos el porqué y para qué de las cosas? Sí, amén de la edad que tenga el menor, su capacidad de entendimiento y razonamiento. Crecerá como casi cualquier cosa con la práctica y atención, no es necesario convertirse en erudito para explicar a un menor que no puede utilizar Facebook porque no tiene edad biológica ni la madurez mental para hacerlo”, aconseja la pedagoga.

Expertos en el crecimiento de la tecnología ven este paso como el inicio de un nuevo mundo escalofriante el cual se carga de miles de datos sin que se sepa o se analice sobre ellos, haciendo que se tenga información pero no se sepa qué tipo de información se tiene.
Por su parte, la licenciada en Sociología agrega que en muchos casos será inevitable mantener a un niño lejos de una computadora. “Un niño tiene curiosidad, no se le puede negar, ocultar, ni acosar por ese hecho. Hay que recordar que lo prohibido es lo que más llama”.
“Si el menor se adhiere a alguna red social y en ella lo insultan, él insulta, ve videos o películas violentas o con escenas sexuales o habla con groserías, hace ademanes sexuales ofensivos, etc, entonces es claro que el niño está influenciado por el Internet”, asevera Nava Ramírez.
En México hay 42.4 millones de usuarios de computadora y 37.6 millones de cibernautas, donde se incluye a menores de edad, de acuerdo con el INEGI.

NINO2Asimismo, el organismo gubernamental, detalla que 61.9% lo emplea para obtener información de carácter general, 60.9% para realizar actividades de comunicación como mensajería o recibir o enviar correos electrónicos y 31.6% la empleó en 2011 como apoyo a las actividades escolares.
La línea que separa la mente de Internet es cada vez más borrosa. Los usuarios de la Red saben mucho, saben todo lo que puede caber en Google, porque es fácil tener acceso a esa información. El deseo de consultar la Web es casi como una comezón, así lo indica un experimento realizado por colaboradores de los diarios The New York Times, Clarín y la revista Science; los psicólogos Betsy Sparrow, Jenny Liu y Daniel M. Wegner.

“Nos hemos convertido todos en una gran cibermente. En tanto estemos conectados con nuestras máquinas hablando y pulsando teclas, todos podemos ser parte de la mente más grande y más inteligente que ha existido hasta ahora”, publica Wegner en un artículo del Clarín.
“Sólo cuando nos desconectamos de la Red, volvemos a nuestras humildes y pequeñas mentes personales, y caemos nuevamente a la tierra desde nuestros dispositivos de flotación en la nube”, concluye.
Entonces, aquí entra otra disyuntiva: el plagio de información. Muchos niños entran a una página, copian, pegan, imprimen y entregan su tarea. La Red les regala ese estado de confort, sin duda. Lo hacen precisamente porque carecen de apoyo familiar, porque en ocasiones no saben cómo enfrentar situaciones en un mar de datos. Por eso es necesaria la atención de los padres.

“Muchos chicos creen que todo lo que está en Internet puede ser copiado y utilizado literalmente sin referencias. Recurren al ‘copiar y pegar’ y hacen creer que ellos fueron los autores del texto. El problema no es sólo el plagio sino las consecuencias negativas para el desarrollo de su pensamiento reflexivo”, plantea Roxana Morduchowicz, autora del libro Los adolescentes y las redes sociales.
En la actualidad los infantes presentan importantes problemas específicos de aprendizaje, que no se ven revelados hasta que tienen que dejar de lado las herramientas tecnológicas o enfrentarse a espacios ajenos de su casa para desarrollar alguna actividad por sí mismos.

VIDEOJUEGOS VS ABUSO
Respecto a las consolas y juegos de video, los Torres Cárdenas, creen que no se negarán a que su hija juegue con estos artefactos, pero saben que esta actividad la tienen que limitar y a establecer bajo ciertas condiciones.
“Un niño no requiere de videojuegos o celulares para ser feliz, puede utilizar estas herramientas como complemento en su vida, nunca como la base. Por ejemplo, si hablamos de un niño con dificultades psicomotrices o con tendencia a una vida sedentaria podría bien utilizar videojuegos cuyas animaciones dependan de los movimientos del jugador, como un Nintendo Wii. En otros casos puede permitirse el uso de videojuegos solo por un periodo establecido por los padres y en un horario determinado; tres veces por semana, una hora cada día”, refiere Cruz Cortés.
Incluso la Unicef es consciente de este factor, por eso ha lanzado diversos proyectos para que los niños aprendan temas como de sexualidad, cuidado del medio ambiente, seguridad y matemáticas por medio de videojuegos.

VIDEO

A su vez, la experta en sociología argumenta que existen videojuegos que ayudan a la creatividad y coordinación de los pequeños; pero no por eso, no todos los juegos son para un niño. Simplemente porque no puede entender el contenido. Hay juegos muy violentos, incluso donde las misiones tienen que ver con asesinatos; ahí un adulto puede entender que se trata sólo de un juego, cosa que un niño probablemente no.
“El hecho que un juego esté de moda no exige que el niño deba tenerlo. Puede sobrevivir sin él. Los padres deben explicarle por qué esos juegos no son para pequeños”, recomienda Nava.
“Mi propuesta es establecer diálogos y calendarios flexibles de actividades. No hablo de un horario riguroso, sino un itinerario para mostrarle al menor que la mayor parte del tiempo se puede vivir sin internet o videojuegos porque existen actividades igual de excitantes como la lectura, los juegos de mesa, actividades físicas o la simplicidad de la conversación con otros”, dice Cruz Cortés.
“La madre, el padre y otros miembros de la familia pueden atender y estimular a sus hijos con los medios que tienen a su alcance, usando su imaginación, conociendo las necesidades afectivas, sociales e intelectuales del niño o niña y respondiendo a ellas”, dice el estudio de la Unicef.

PADRES QUE TRABAJAN
Toño y Lucero tienen en mente formar una empresa en un par de años. Es lo mejor para ellos, para su hija y para su economía. No es que no quieran dejar a Elenita con sus abuelos, saben que es importante que su hija crezca con sus padres. “No digo que no pueda pasar, pero tanto mi esposa como yo, agotaremos todas las posibilidades para que no suceda”, contesta muy decidido Torres.
Algunas familias mexicanas ya han agotado las posibilidades y se ven obligadas a dejar a sus hijos con los abuelos. No es que sea malo, pero a veces los niños necesitan una figura paterna y materna que no encuentran en sus familiares.

La socióloga Nava Ramírez dice que la lejanía de los padres interviene directamente con la educación de sus hijos. Las relaciones emocionales tempranas con las personas que rodean al niño o niña son la base de donde surge el desarrollo social, emocional e intelectual.
Si el niño o niña se siente seguro y acogido, irá ampliando su desarrollo emocional, e irá aprendiendo a diferenciar y expresar una mayor cantidad de emociones como la alegría, la pena, el miedo, la rabia, la admiración, la sorpresa, etcétera.

“El conocimiento de sí mismo surge, entre otros, de la relación íntima y amorosa con la madre, el padre, y otros adultos cercanos. Las acciones del niño o niña que ellos valoren y celebren serán lo que él empiece a entender como sus propias características positivas. Lo que rechacen, el niño o niña lo entenderá como sus propias conductas negativas. Si las valoraciones son positivas, él irá llegando a un autoconocimiento que le permitirá formarse una imagen positiva de sí mismo y tener una buena autoestima”, establecen los expertos que trabajaron en las investigaciones para el informe de la Unicef.

“Los aprendizajes de un niño no se refieren únicamente a los procesos académicos de los que forman parte en los centros escolares, también se construyen a partir de sus experiencias familiares y sociales. Sin embargo, las condiciones socioeconómicas en el país obligan a muchos padres de familia a laborar en espacios muy alejados de sus casas para garantizar el abastecimiento de alimento, vestimenta y demás necesidades que requiere su familia, lo que impide casi siempre que establezcan estrechas relaciones de cariño y respeto con sus hijos y por lo tanto que puedan ser partícipes de actividades y experiencias didácticas para los menores”, explica la pedagoga Lilia Cruz.

En unos años Elena comenzará a experimentar el mundo que le espera. No es el mismo que el que vivieron sus progenitores, eso lo saben Lucero y Antonio. Por eso desde ahora han comenzado a pensar cuáles son las medidas a seguir. No es que la vida se conduzca con planes, pero lo cierto es que no es fácil ser padres primerizos; es mejor prever. Ellos están dispuestos a acabar sus posibilidades, incluso, agotar las que no tienen, todo… para que Elenita no pierda su infancia.

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