Entrevista

Miles quedarán varados al norte de México, el Gobierno subestima el caos que se viene: Tony Payán

13/11/2018 - 10:30 pm

El éxodo migrante que recorre el territorio mexicano con destino a la frontera con Estados Unidos no encontrará un recibimiento amigable en el país anglosajón. Si los centroamericanos intentan “envalentonarse” y abalanzarse sobre los puentes internacionales para cruzar en masa, se encontrarán con las macanas, patadas y las balas de la policía estadounidense, los agentes fronterizos y los civiles armados que se disponen a defender a su Patria de una “invasión”, como les ha hecho creer su Presidente, dice Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy de la Universidad Rice, en Estados Unidos.

En este contexto, la crisis humanitaria en las ciudades fronterizas del lado mexicano se avecina y ante ello el Gobierno mexicano, en medio de una transición política, no está preparado para hacer frente al reto que significará tener a miles varados en el norte del país, afirma el académico en entrevista con SinEmbargo.

Ciudad de México, 13 de noviembre (SinEmbargo).- La violencia en la frontera podría desatarse si los migrantes centroamericanos que transitan por México con destino a Estados Unidos intentan cruzar los puentes internacionales en avalancha. Un escenario en donde haya golpeados y baleados por las armas de los agentes fronterizos es totalmente posible, dice Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy de la Universidad Rice, en Estados Unidos.

Durante las dos últimas semanas, el Presidente Donald Trump ha ordenado un despliegue de miles de soldados estadounidenses en las distintas ciudades fronterizas. A la par ha solicitado el apoyo de civiles para que acudan a defender a su Nación a través del concepto de “Patriota Fiel”, bajo el argumento de que el avance de los migrantes hacia su país se trata de una invasión.

El 28 de octubre pasado, los migrantes rompieron vallas y lanzaron piedras en la frontera de Guatemala con México y, aunque los agentes migratorios guatemaltecos intentaron detenerlos con gas lacrimógeno, la caravana los superó en número y logró cruzar hacia territorio mexicano. Esto no sucederá en Estados Unidos, afirmó el especialista en temas migratorios. La macanas caerán sobre las cabezas de mujeres, niños y hombres inocentes, comenta en entrevista con SinEmbargo.

“El peor escenario es en donde los migrantes se desesperen porque no quieren esperarse a que procesen 20 o 30 por día y meterlos en el proceso judicial migratorio de Estados Unidos, y que se sientan envalentonados para hacer algo como lo que hicieron en la frontera entre Guatemala y México, tirar barreras y correr. Hay dos peligros: uno de ellos es que la policía despliegue cientos de miembros activos, incluso los militares, y que lo golpeen con macanas, que los pateen, puede haber un evento violento de este tipo. El peor escenario sería donde saquen las armas los militares o la policía; los millares no harán eso, la policía sí, Aduana, y dispararán hacia las masas”, dice Payán.

Al llegar a la frontera los migrantes deberán esperar a que Estados Unidos los reciba para entrevista entre 20 y 30 personas al día, en un proceso que podría alargarse durante meses. El mejor de los escenarios es la espera en territorio mexicano a que las autoridades migratorias procesen una por una las solicitudes de asilo, donde entre el 85 y 90 por ciento de ellas serán rechazadas, pues huir de la pobreza, la falta de oportunidad e inseguridad no son motivos para que el país anglosajón acepte a un extranjero, explica el estudioso de los conflictos en la frontera entre EU y Mexico.

“Es el mejor escenario: que lleguen, que las ciudades fronterizas estén preparadas, pero no veo que estén preparadas. El mejor escenario es que se estén ahí en alguna carpa, que estén esperando y luego que el Gobierno mexicano negocie con Estados Unidos la entrega de un número de migrantes por día; esto podría prologarse meses. Ese sería el mejor escenario”, argumenta.

Pero México, inmerso en un proceso de transición, no está preparado para hacer frente a la contingencia que se avecina en la frontera.

Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo, ha ofrecido visas de trabajo a los centroamericanos en un intento por evitar la tragedia; sin embargo, dice Payán, los migrantes cruzan el país con el objetivo claro de que su destino es llegar a Estados Unidos.

“Me parece que es un poco ingenuo eso de pensar que México puede ayudar a todos; claro que un país de 125 millones de habitantes puede absorber 7 mil refugiados, ya ha estado absorbiendo a miles de centroamericanos que se han estado asentando en Monterrey, Guadalajara, Saltillo, claro que puede hacerlo; el problema es que eso no resuelve el problema de Centroamérica: cómo hacer para que esos ciudadanos centroamericanos resuelvan los problemas en Honduras, El Salvador, Guatemala para que no vengan. López Obrador no está pensando en eso, está pensando en asentarlos en México”, comenta.

Aunque la intención es buena, explica el especialista, el Presidente electo tendría una reacción entre los mexicanos al cuestionarle que los migrantes cuenten con beneficios que muchos connacionales no tienen.

“Los propios mexicanos dirán: ‘porqué están recibiendo alojamiento, comida, cuando hay tantos mexicanos que no tienen acceso a estos beneficios’. Entonces a cualquier caravana que salga de Centroamérica, ¿tratará de convencerla de quedarse? Entonces llegará otra y otra y la pregunta para México es: ¿a cuántas de estas caravanas que se vayan dando puede absorber antes de que se conviertan un problema político para López Obrador?”, pregunta.

En cuanto al Presidente Enrique Peña Nieto, a tres semanas de dejar el poder, parece no estar haciendo nada en concreto para organizar la contingencia y evitar la crisis humanitaria que está por desatarse en la frontera, expone.

“Estamos en medio de una transición política en México, yo no veo que la administración de [Enrique] Peña Nieto tenga un plan: escoltar a estar personas hasta la frontera y que esté preparada la administración de Peña con los gobernadores y alcaldes fronterizos para que estos refugiados se distribuyan en distintas ciudades y darles alojamiento, comida y atención hasta que puedan pasar a los puentes, yo no veo un plan claro”, dice.

Cómo hacer para que esos ciudadanos centroamericanos resuelvan sus problemas en Honduras, El Salvador, Guatemala y no vengan; López Obrador no está pensando en eso, está pensando en asentarlos en México, dice Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy. Foto: YouTube

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–¿Cuál es ahorita la situación en la frontera?, ¿qué pasará ahora que lleguen allá los miles de centroamericanos?

–Creo que el Gobierno de Estados Unidos está en una postura de sobrereacción. En realidad yo pienso que procesar 5 mil, 7 mil es un número que no es imposible de procesar en Estados Unidos. Estamos hablando de un país de 330 millones de habitantes. Es un problema de logística, de entrevistar a cada uno de ellos para valorar la validez de su reclamo de asilo, de las amenazas. Las autoridades se podrían ver rebasadas en el tiempo, pero no es una cantidad de refugiados o de personas demasiado alta. Estamos hablando que este año Estados Unidos recibió menos refugiados: en otros años recibía 80 mil por año y este 30 mil, así que la administración de Donald Trump ha hecho un esfuerzo muy concentrado en reducir el número de personas a las que les otorga asilo.

Esos 7 mil son procesables en el sistema; la mayor parte de ellos no califican para asilo, porque están huyendo de condiciones económicas y violencia doméstica que no son ya base legal para obtener asilo en Estados Unidos. Lo que se tiene que hacer es tomar a esas personas y procesarlas en el sistema, y lo más probable es que el 85-90 por ciento de ellas terminen siendo deportadas. Lo que le asusta al estadounidense es que vienen muchos, que vienen en caravana y la realidad es que el presidente Trump lo ha hecho un elemento político importante de las elecciones. Al desplegar a los militares es para crear un pánico moral, visualizar que viene una amenaza, una invasión, que Estados Unidos está asediado por delincuentes.

–¿Le funcionó a Donald Trump esta estrategia para las elecciones?

–Sí y no. Eso no es fácil de determinar porque los demócratas terminaron ganando la Cámara de Diputados por un número importante. Finalmente van a controlar la Cámara de Diputados por una mayoría sustantiva, terminarán ganado entre 35 y 40 curules cuando necesitan 23. Por distrito no funcionó en el Senado, sin embargo logran los republicanos entre dos y cuatro curules más. Finalmente ese pánico moral no logró ser muy efectivo. Si ves los resultados de las elecciones te das cuenta rápidamente de cómo se parte el voto: los demócratas obtienen más de 50 millones de votos en la Cámara, los republicanos 46 millones. En el Senado los demócratas sacan 57 por ciento del voto y los republicanos 47. El voto popular terminó favoreciendo por mucho a los demócratas. Eso no impidió que Trump usara a la caravana políticamente. Hay un teatro político, hay que causar pánico moral.

Lo importante aquí es que los migrantes no llegaron a la frontera antes del 6 de noviembre, porque eso hubiera ocasionado una serie de fotografías muy escandalosas, y en Estados Unidos todo es muy visual, cualquier cosa asusta al electorado. La parte de la explotación política de la caravana a propósito de las elecciones ya pasó, ahora podemos concentrarnos en buscar la manera de cómo llegará la caravana. Yo pienso que Estados unidos no va a dejar que entren; estos migrantes se van a concentrar en la frontera del lado mexicano y luego Estados Unidos hará lo que ha estado haciendo: procesar 20 o 30 diarios, lo hemos visto.

–¿Usted no ve un peligro de violencia por el ‘Patriota Fiel’, esa gente armada que son civiles y que Trump está llamando a la frontera?

–Claro que sí. El peor escenario es en donde los migrantes se desesperen porque no quieren esperarse a que procesen 20, 30 por día y meterlos en el proceso judicial migratorio de Estados Unidos, y que se sientan envalentonados para hacer algo como lo que hicieron en la frontera entre Guatemala y México, tirar barreras y correr. Hay dos peligros: uno de ellos es que la policía despliegue cientos de miembros activos, incluso los militares, y que lo golpeen con macanas, que los pateen, puede haber un evento violento de este tipo. El peor escenario sería donde saquen las armas los militares o la policía; los millares no harán eso, la policía sí, Aduana, y dispararán hacia las masas. La posibilidad existe, es algo muy posible y sería un escenario espantoso. El mensaje sería horrendo para los centroamericanos, México, Estados Unidos y para el mundo porque con una serie de fotografías de este tipo, con heridos, golpeados o balanceados, se estaría mandando un mensaje de gran violencia. Estados Unidos sigue siendo un país que marca la pauta a otros países para refugiados y los migrantes, si eso se puede dar en aquí, otros países como Italia, Austria, Alemania… tendría un efecto permisivo, otros grupos en el mundo dirán: ‘si eso lo hacen en Estados Unidos, por qué nosotros no’. Ya sabemos que ese efecto es real.

–Estas personas civiles que están armadas, ¿qué opina de ellos?, ¿están preparadas para saber cuándo disparar o no?

–Sí la tienen. Durante su entrenamiento ellos hablan de cuándo sacar las armas, cuándo disparar, pero es no es lo importante. La capacidad de mantener la calma, de controlar a los grupos, de detener personas que se abalancen se puede salir de las manos rápidamente si llegan dos, tres, cuatro mil personas y se abalanzan sobre un puente internacional al mismo tiempo. El escenario más probable es que haya golpeados, pateados y que algún policía, miembro de la Aduana, se sienta tan abrumado con los niveles de tensión tan altos que desenfunde; eso es algo posible, es enteramente posible.

–¿Podría haber muertos? Van muchos niños…

–Vienen mujeres, niños, hombres inocentes, ancianos, de todo y no sabemos quién resultará golpeado. Al final, en el calor del momento, si los migrantes van hacer algo como lo que hicieron en Guatemala, en la frontera con México, va haber consecuencias. Eso quiere decir que las macanas pueden caer sobre las cabezas de mujeres, niños , ancianos.

–Si esto se extiende, estos miles de migrantes se van a quedar en la frontera, ¿qué va a pasar con México?, ¿vamos a entrar en una crisis humanitaria en la frontera?

–Por supuesto. Yo pienso que el problema va a ser que México organice a estos migrantes. Les va a tener que dar asilo en las ciudades fronterizas, supongo que irán hacia Texas, estamos hablando de Nuevo Laredo, Reynosa, quizás Ciudad Juárez; van a tenerles que dar refugio, alimentación, atención médica y alojamiento por un tiempo y luego estar conduciéndolos, en un acuerdo muy local, a las autoridades estadounidenses de 15, 20, 30 por día. Tienen que organizarse y hacer una lista y el Inami [Instituto Nacional de Migración] tendrá que prevenir los términos y luego estar escoltando a los migrantes que Estados Unidos puede aceptar diariamente a los puentes internacionales para que los entrevisten y procesen. Es el mejor escenario: que lleguen, que las ciudades fronterizas estén preparadas, pero no veo yo que estén preparadas. El mejor escenario es que se estén ahí en alguna carpa, que estén esperando y luego que el gobierno mexicano negocie con Estados Unidos la entrega de un número de migrantes por día; esto podría prologarse meses, ese sería el mejor escenario. El peor escenario es que se avalanchen y que haya golpeados, pateados y hasta balaceados, ese sería un escenario realmente espantoso, crearía una gran conmoción política en Estados Unidos. Afortunadamente ya pasaron las elecciones.

–Sabemos que México es un territorio muy peligroso. Justo hace unos días había una alarma de que habían desaparecido 100 migrantes en el camino de Veracruz a Puebla. Ya aparecieron esos migrantes, pero van a estar en la frontera donde sabemos que están las bandas del crimen organizado, ¿cómo ve esta situación de inseguridad?

–Pienso que algunos de ellos pudieran ser reclutados por las bandas del crimen organizado, pero serán pocos. La mayoría son familias, muchas mujeres, niños y hombres grandes que van a Estados Unidos, ellos tienen su objetivo muy claro y no entienden las leyes de Estados Unidos, quién califica y quién no califica para asilo, eso no les interesa a ellos que no aguantan estar en Honduras. Algunos de ellos sí pudieran quedarse en México, cometer delitos, ser reclutados, se puede dar. Pero creo que la gran parte de la caravana está enfocada en llegar a la frontera y presentarse para condiciones de asilo; es aquí donde el Gobierno de México tendría que tener un plan. Estamos en medio de una transición política en México y no veo que la administración de [Enrique] Peña Nieto tenga un plan: escoltar a estar personas hasta la frontera y que esta administración esté preparada –con gobernadores y alcaldes fronterizos– para que estos refugiados se distribuyan en distintas ciudades y darles alojamiento, comida y atención hasta que puedan pasar a los puentes, no veo un plan claro. La administración de López Obrador no está cargo del Inami, no le corresponde en las siguientes tres semanas organizar a estos migrantes para entregarlos a Estados Unidos, que es lo que la administración de Peña debería estar haciendo: previniendo cómo van a llegar, cómo acercarlos al puente y cómo entregarlos.

Cubiertos con mantas, chamarras y colchonetas proporcionadas por el Gobierno de la CdMx y también por capitalinos que se han volcado en su ayuda, miles de migrantes hondureños duermen estos días en las inmediaciones del estadio Jesús Martínez “Palillo” de la Ciudad Deportiva. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro

–Anunciaron los voceros de los migrantes que se reunirán con López Obrador, quien les ha ofrecido empleo en México. ¿Es viable que los migrantes centroamericanos se quieran quedar en México?

–Algunos se van a quedar en México; hay casi mil que ya solicitaron asilo en México. Los mexicanos están tratando de evitar una tragedia y un conflicto con Estados Unidos, y el Gobierno está dando los permisos; habrá cientos que también van a solicitar asilo en México aunque sea temporal, pero la gran parte de estos migrantes están convencidos de que su destino es Estados Unidos, ellos no aceptarán otra cosa y seguirán marchando hacia la frontera. En cuanto a López Obrador, me parece que es un poco ingenuo eso de pensar que México puede ayudar a todos; claro que un país de 125 millones de habitantes puede absorber 7 mil refugiados, ya ha estado absorbiendo a miles de centroamericanos que se han estado asentando en Monterrey, Guadalajara, Saltillo, claro que puede hacerlo; el problema es que eso no resuelve el problema de Centroamérica: cómo hacer que esos ciudadanos centroamericanos resuelvan los problemas en Honduras, El Salvador, Guatemala para que no vengan y López Obrador no está pensando en eso, está pensando en asentarlos en México, pero luego me parece que va haber una reacción en México, los propios mexicanos dirán: ‘porqué están recibiendo alojamiento, comida, cuando hay tantos mexicanos que no tienen acceso a estos beneficios’. Entonces a cualquier caravana que salga de Centroamérica, ¿tratará de convencerla de quedarse? Entonces llegará otra y otra y la pregunta para México es: ¿a cuántas de estas caravanas que se vayan dando puede absorber antes de que se conviertan problema político para López Obrador? Se pueden recibir 5 mil, pero si siguen llegando muchos centroamericanos y los mexicanos sienten que se les dan beneficios que ellos no tienen, se le puede convertir en un problema político muy serio.

–Finalmente Tony, ¿cuáles son los motivos por los que Estados Unidos puede darle asilo a un extranjero?

–Persecución política, presos políticos, y en base a la discriminación por orientación sexual, género, religión, grupo étnico. Esas son las bases. Huir de una situación económica difícil, de falta de oportunidades, educación, y huir de la violencia y crimen organizado, esos ya no son motivos de asilo.

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