Ciudad de México, 12 de noviembre (SinEmbargo).- Científicos mexicanos y españoles encontraron vestigios de langosta del periodo Cretácico temprano, de hace unos 120 millones de años en el municipio de Tehuacán, Puebla, pues en ese tiempo, la región era mar y sus únicos habitantes eran moluscos, corales, equinodermos, peces y crustáceos.
En los municipios de Tehuacán, Zapotitlán Salinas y Juan N. Méndez se hallaron 102 vestigios juveniles y adultos de la especie extinta Meyeria magna, según dio a conocer el biólogo Oscar González León. Dicha región, ahora pueblo de Santa Ana Teloxtoc, era semiárida y abundante en rocas carbonatadas. Fósiles de esta especie también se ubican en zonas de Inglaterra, España y Colombia que, como Puebla, fueron mar en el Cretácico temprano.
La forma de los fósiles encontrados se asemeja a sus descendientes actuales, pero su tamaño es parecido al del camarón, aseguró González León, también alumno de la maestría en Ciencias de la Tierra en el Instituto de Geología (IGL) de la UNAM y codescubridor.
La novedad del hallazgo recae en que, por primera vez, entre los vestigios se incluyen individuos juveniles y no sólo adultos, como los descubiertos en otros países. “Esto nos permite profundizar en estudios sobre el crecimiento de estos organismos”, aseguró Oscar González, especializado en estratigrafía y paleontología.
En 1995 se reportó en esa área de Puebla el primer registro de crustáceos, que entonces fue inédito. Dado el tamaño pequeño de las langostas, nombraron a esta especie extinta Meyeria pueblaenesis, en honor a la entidad mexicana en que se ubican y posteriormente el investigador Francisco Vega Vera junto con el biólogo González León, encontraron ejemplares más grandes.
Por otro lado Josep Anton Moreno Bedmar del IGL explicó que el estudio fue más detallado y descubrieron que no se trataba de una especie inédita, sino que analizaban individuos de una ya descrita.
“Al comparar los fósiles con otros de morfología semejante hallados en Inglaterra, España y Colombia, resultó que son de la misma especie, Meyeria magna, sólo que nosotros encontramos también individuos juveniles, además de adultos”, dijo.
La presencia de estos fósiles permitirá a los expertos realizar un análisis morfológico más completo que han caracterizado, por primera vez, las diferentes fases del crecimiento de las langostas cretácicas.
Los vestigios muestran impresiones sobre la roca con el cuerpo y patas detalladas, en algunos casos se percibe el volumen del espécimen, lo cual ayuda a tener más datos específicos sobre la forma y tamaño. “Con las características del material, hicimos una reconstrucción hipotética. Así definimos tres fases de crecimiento, desde los más jóvenes hasta los adultos”, explicó Moreno Bedmar.
El sitio del hallazgo pertenece a la Formación San Juan Raya, una tierra que se caracteriza por tener un abundandte número de rocas, entre lutitas, arséniscas calcáreas y calizas, que suelen tener múltiples fósiles de organismos marinos, entre ellos, moluscos, corales, equinodermos, peces y crustáceos.
González León explicó que la formación de montañas elevó los materiales marinos que contienen los fósiles que se encuentran en la actualidad. “En nuestro caso, lo importante es tener langostas extintas de varias etapas de desarrollo, lo que nos permite investigar más a fondo sobre su crecimiento y hábitos ecológicos”, declaró el investigador.
Pies de foto:
Oscar González León, alumno de la maestría en Ciencias de la Tierra en el Instituto de Geología de la UNAM.
En los municipios de Tehuacán, Zapotitlán Salinas y Juan N. Méndez se hallaron 102 vestigios juveniles y adultos de la especie extinta Meyeria magna.
