RUTA DE VIAJE | Y en el fondo tu ausencia, novela de la escritora boliviana Rosario Barahona Michel

07/11/2020 - 12:00 am

Las historias de esta novela se adentran, como en Anábasis, en lo personal, y como caja chiba, en lo estructural. Conocer la vida de algún personaje, supone ir hacia el fondo, hacia atrás, siempre con el eje rector de alguno de los protagonistas. Se infiere, entonces, que esta obra es un ir hacia adentro, una indagación exhaustiva, tanto en la investigación histórica como en el carácter de los personajes.

Por Mario Alberto Medrano

Ciudad de México, 7 de noviembre (SinEmbargo).- Leer una obra publicada hace más de un lustro permite analizarla sin la efervescencia de las entrevistas y los comentarios a bote pronto, en medio del caldo gordo de la publicidad, y esto cobra relevancia si se trata de una novela galardonada con un Premio Nacional, como es el caso de Y en el fondo tu ausencia (Alfaguara, 2013), de Rosario Barahona Michel (Sucre, Bolivia).

Reconozco, de inmediato, en esta novela la mirada de la autora, aquella que evoca, pero con la capacidad de temperar el imaginario, donde reconoce la existencia de los otros, de los antepasados, sus condiciones y circunstancias.

Es justo en esa luz, la que comparte con la sombra, donde se halla esta novela, que bien se posiciona en el género histórico, no se ciñe al ajustado corsé de la narración lineal, sino que alterna tiempos, recurre a las figuras retóricas como la analépsis, a una polifonía muy controlada y aun dominio de arcaísmo y localismo lingüísticos.

Grosso modo, Y en el fondo tu ausencia desarrolla en la Charcas del Siglo XVIII bajo un ambiente religioso, como era en aquella época en la región de La Plata, que podría considerarse el nombre colonial de la capital boliviana. A pesar de a lo lago de la historia diversos narradores se intercalan, los protagonistas, los guías del lector son María del Carmen Gil y el Padre Suero.

Por su parte, María del Carmen, quien supone un desdoblamiento entre la primera y la segunda voz, pero sobre todo la segunda, narra las causas del porqué está al cuidado de Juana de Dios, su hermana mayor, quien supone una suerte de acertijo silencioso. Asimismo, da cuenta de la muerte de sus cuatro hermanas menores y las enfermedades febriles que las hicieron sucumbir. Junto a María del Carmen aparece un personaje misterioso, Santusa Nava, a quien Barahona le otorga su propia voz para narrar, en primera persona, sus infortunios, al ser una mujer “parda y libre”. Hasta aquí, es la historia de una familia y su relación con su tiempo. Por otra parte, el Padre Suero es, a la manera de las novelas de Faulkner, un flujo de conciencia. Se podría decir que el Padre Suero es estertor, una expiación de culpas.

Es, precisamente, esta expiación de culpas el hilo conductor, el cauce oscuro por debajo de las historias de familia, sociales, económicas, el verdadero quebranto de Y en el fondo la ausencia. Si es cierto que el telón de fondo, una bibliografía histórica, un acervo historiográfico de Bolivia, es una primera capa de la novela, por debajo la rendición de cuentas, el redimir de sus personajes es la fundamental.

Me interesa especialmente la disposición estructural. Lo que en cine funciona como flas back. Creo que Barahona maneja prolijamente este ir y venir, de intercambiar voces –otras formas de volver en el tiempo, en otros ojos-. En esta historia de la americanización, ese ir construyendo sociedades con raigambre, un haciendo la nueva América, entre hacendados segundones, colonias, paisajes, hábitos –Barahona procuró no caer en el costumbrismo ni del barroco-, hay momento que el narrador se convierte en omnipresente, una presencia superior, por encima de los hechos, y que es un efectivo recurso para dar paso a voces analépticas.

Es importante mencionar que las historias de esta novela se adentran, como en Anábasis, en lo personal, y como caja chiba, en lo estructural. Conocer la vida de algún personaje, supone ir hacia el fondo, hacia atrás, siempre con el eje rector de alguno de los protagonistas. Se infiere, entonces, que esta obra es un ir hacia adentro, una indagación exhaustiva, tanto en la investigación histórica como en el carácter de los personajes.

Rosario Barahona Michel es escritora e historiadora. Es autora de la novela Huésped (2010), obra finalista del Premio Nacional de Novela Alfaguara, en 2003. En 2012, obtuvo el Premio Nacional de Novela con su obra Y en el fondo tu ausencia (Alfaguara, 2013). En 2017 publicó el cuento “Cosas consabidas” con la editorial ecológica cochabambina Yerba Mala Cartonera. Su nombre se encuentra en las autoras que mejor entrelaza la historia con la literatura, es decir, la realidad con la ficción.

Con esta entrega, recupero La ruta de viaje por la obra de escritoras latinoamericanas. Primera estación: Bolivia.


Mario Alberto Medrano González es narrador, poeta y periodista. Su poesía formó parte de la antología Después del viento, trece homenajes a Jesús Gardea, en el Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes, Chihuahua. Ganó el Concurso Literario sobre la salud y Cultura de la Prevención 2013, convocado por la Secretaría de Salud. Actualmente es jefe de corrección en el diario Excélsior, donde también es periodista cultural y crítico literario. Colabora en las revistasEste País y Periódico de Poesía de la UNAM. Es autor de libro Nebde (Ediciones del Lirio, 2019).

Redacción/SinEmbargo
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