Estudio sobre la “brújula interna” de murciélagos revela sentido de orientación de mamíferos

05/12/2014 - 12:00 am
El estudio de Finkelstein describe también la sensación de vértigo, que es una condición que a menudo sienten los humanos y se describe como "dar vueltas" mientras una persona permanece estático. Foto: Shutterstock.
El estudio de Finkelstein describe también la sensación de vértigo, que es una condición que a menudo sienten los humanos y se describe como “dar vueltas” mientras una persona permanece inmóvil. Foto: Shutterstock.

Ciudad de México, 5 de noviembre (SinEmbargo).–Los mamíferos basan su orientación con una “brújula interna”, incluso parecida a la de los seres humanos, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias en Israel. Esto significa que la sensación de desorientación en los mamíferos podría deberse a una pequeña falla en lo que podría ser “la brújula 3D  interna”.

Se trata de una especie brújula que no se basa en un campo magnético, sino que orienta nuestro cerebro en relación con nuestro entorno, como por ejemplo cuando los humanos abordan en el metro y al descender confunden momentáneamente el norte con el sur. Para el estudio de esta investigación publicada en la revista Nature, se indagó sobre los murciélagos ya que son los mamíferos perfectos para poder relacionar esto ya que necesitan localizarse en su entorno cuando están volando boca arriba.

Es por ello que con un sistema de monitoreo con video y microelectrodos insertados en sus cerebros, los investigadores exploraron cómo son capaces de realizar esta navegación.

“La navegación requiere un sentido de dirección (brújula) que en los mamíferos se cree que está proporcionado por células direccionales o neuronas que se descargan cuando la cabeza del mamífero apunta a una dirección en específico”, indica el estudio.

En los murciélagos se encontraron estas células direccionales que tenían sincronizadas una dirección con combinaciones conjuntivas de los ángulos en 3D tanto para los murciélagos que se arrastraban y los que volaban.

Esto funciona tanto para los primates no humanos, como los monos que cuelgan de los árboles y para los humanos que se ubican cuando pilotean un avión o conducen un auto. La comparación más simple recae en los roedores que se orientan normalmente a base de estímulos simples como el olfato o el tacto. Los murciélagos se ubican por ejemplo con base en la ecolocalización, el cual es un sistema más complejo.

Los microelectrodos instalados en los cerebros de los murciélagos transmitían señales del cerebro durante sus vuelos por lo que los investigadores registraban sus movimientos de rotación. Estos reportes indicaban que las neuronas se encuentran en una región diferente del cerebro de los murciélagos y se ajustaban a ángulos específicos de tres dimensiones, como un vector 3D.

Arseny Finkelstein asegura que aunque los seres humanos son muy diferentes de los murciélagos, es muy posible que el cerebro de los humanos posea este mismo tipo de brújula 3D, aunque la especie no pueda volar sin la ayuda de tecnología.

Sin embargo, el hecho de tener un entorno con varias capas como los edificios de varios pisos, significa que el ser humano es capaz de comprender la elevación de las cosas y el proceso, por lo que la dirección 3D podría ser un factor importante.

Este estudio no sólo ayuda a revelar cómo se orientan los mamíferos, sino que también puede resultar útil para desarrollar nuevos sistemas de prevención de accidentes en la aviación.

en Sinembargo al Aire

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