Los grupos financieros temen a la reelección de Dilma en Brasil, advierten analistas

05/10/2014 - 12:00 am
El Banco Central ha mostrado su rechazo a la posible reelección de Dilma Rousseff haciendo presión sobre la bolsa de valores brasileña. Foto: EFE
El Banco Central ha mostrado su rechazo a la posible reelección de Dilma Rousseff haciendo presión sobre la bolsa de valores brasileña. Foto: EFE

Ciudad de México, 5 de octubre (SinEmbargo).–  A unas horas de las elecciones presidenciales en Brasil, grupos económicos han inyectado nerviosismo en los mercados para dar la impresión de que la reelección de la actual Presidenta, Dilma Rousseff agravará la crisis económica por la que atraviesa el país, cuyo mercado bursátil, el Bovespa, alcanzó el lunes 29 de septiembre su peor caída en tres años [-4.25 por ciento] mientras que el dólar llegó a su nivel más alto desde 2008 al alcanzar los 2.46 reales por dólar, lo que agravó la situación de la moneda local.

Ante estos resultados negativos, los mercados financieros ven con pesimismo un nuevo triunfo electoral de Rousseff, quien ha sido criticada por el sector empresarial debido a su deficiente desempeño en materia económica que ha llevado a la séptima economía mundial a una recesión técnica [al acumular dos trimestres de caída de su crecimiento].

Una encuesta realizada por la firma Datafolha reflejó un aumento en el apoyo electoral hacia Dilma Rousseff, pues previó que la actual mandataria ganaría el día de hoy con un 40 por ciento de los votos, frente al 25 por ciento que obtendría Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), Marina Silva y Aécio Neves, candidato socialdemócrata, que obtendría un 20 por ciento. Sin embargo, ninguna obtendría el 50 por ciento más uno, lo que obligaría a una segunda vuelta.

“Los mercados estaban reaccionando favorablemente previo a las encuestas, se acercaba todo más a Silva debido a que su política económica es menos restrictiva y figura mucho más apegada al mercado abierto donde no habrá intervención en el tema de divisas y del circulante. En cambio, Dilma es más restrictiva por lo tanto los mercados están reaccionando para que se liberalice la economía y haya una mayor capacidad para generar el dinamismo económico que se pide. Por lo que el hecho de que la popularidad de la actual Presidenta aumente quiere decir que la política económica sea la misma o muy parecida y no están de acuerdo”, expresó Adolfo Laborde Carranco, Director del Bachelor in International Relations (licenciatura en Relaciones Internacionales) del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe.

El proyecto de Marina Silva, quien en un primer momento aventajaba en las encuestas, en el que promete despolitizar a las agencias reguladoras, ha sido recibido con agrado por el sector empresarial, lo que ha complicado la reelección de Roussef y despertado un activismo marcado en el mercado local por parte de grupos de poder económico extranjeros y cariocas, que a juicio de  Eduardo Bueno León, académico del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, buscan “presionar al gobierno, sobre todo a los gobiernos nuevos de izquierda como es el caso de Ollanta Humala [Perú], de Evo Morales [Bolivia], o cuando hay posibilidades de que llegue un nuevo gobierno de izquierda con la finalidad de transmitir el mensaje de que los mercados no están de acuerdo”.

En noviembre de 2010, Rousseff se convirtió en la primera mujer Presidenta de Brasil. Su gestión, en conjunto con la del ex Presidente Luis Inácio Lula Da Silva, ha recibido grandes apoyos gracias a los programas sociales que lograron sacar de la pobreza a 30 millones de brasileños, sin embargo, en los últimos meses ha sido objeto de una serie de protestas por los gastos en la pasada Copa Mundial de Futbol, que se relizó en junio pasado, cuyo costo se elevó de mil 100 millones de dólares hasta  los 3 mil 700 millones.

Los brasileños también tomaron las calles para protestar por alzas en el transporte público y los deficientes servicios de salud que presta el Estado.

“El gobierno actual tuvo una bonanza debido a la expansión por la venta de las comodities [materias primas], pero se ha ido abajo debido a la contracción de los mercados europeos y en China que ha dejado a Brasil sin dividendos económicos para que se siga promoviendo el proyecto social y se empata con el proyecto del Mundial y las Olimpiadas, pero no ha habido una respuesta de sus mercados que estaban consumiendo sus productos. Y ahora no tiene dinero y no quiere endeudarse, lo que trae un estatismo en la economía”, dijo Laborde.

Durante su campaña a la reelección, Rousseff prometió ampliar sus políticas sociales, que en la última década tuvieron uno de los mejores resultados en América Latina, así como impulsar la economía del país, generar mayor empleo, expandir el mercado interno y las exportaciones, modernizar la industria y mejorar el entorno empresarial y la calidad de la mano de obra.

LOS MERCADOS VS DILMA

“Con la reelección de Dilma es probable que los mercados reaccionen negativamente, pero todavía falta mucho y falta la segunda vuelta”, auguró Laborde Carranco.

“No es la primera vez que un Presidente o un candidato de izquierda en Sudamérica, al postularse o ganar una elección, se enfrente a dichas presiones financieras y esto se debe a que detrás del rótulo ‘mercados financieros’, se encuentran casas asesoras financieras que protegen las inversiones del sector bancario y de los fondos de inversión”, expresó el académico de la Ibero, quien afirmó la existencia de “un montaje que crea escenarios artificiales para presionar a una candidata o a un Presidente electo que tiene un programa que choca con los intereses de acumulación y sobre las ganancias de los grupos que controlan estas casas”.

Un punto que, a juicio del académico, podría ser utilizado por estos grupos y por Marina Silva, en una segunda vuelta, es el tema de la corrupción.

Recientemente se difundió la noticia de que uno de los responsables de la campaña a las elecciones presidenciales de 2010 de Dilma Roussef solicitó recursos de la empresa petrolera estatal Petrobras para financiar la candidatura, a lo que Rousseff contestó que “eso es un factoide [un hecho completamente falso] de la revista Veja. Factoide que la revista Veja acostumbra colocar en sus páginas en las vísperas de una elección”, al referirse al semanario, que siempre ha sido crítico de su gestión de Rousseff y que suele revelar varios escándalos de corrupción.

El escándalo se refiere a las revelaciones del ex director de Abastecimiento de la estatal, Paulo Roberto Costa, quien tras ser implicado en corruptelas aceptó colaborar con la justicia para reducir su pena, por lo que ha acusado a políticos que supuestamente se beneficiaron de las irregularidades en la mayor empresa del país.

En su momento, la ecologista Marina Silva, exigió una profunda investigación sobre ese “lamentable episodio”, mientras que Neves dijo que, en caso de vencer en las elecciones, “retiraré a Petrobras de las garras de ese grupo político que se apoderó de nuestra mayor empresa pública para hacer negocios”.

Ante este escenario, el académicos de la Ibero aseguró que si bien es cierto que existen funcionarios implicados, nadie para acusar a la Presidenta de estar involucrada directamente.

LAS PRESIONES FINANCIERAS

Según Bueno de León, existen dos consideraciones estratégicas que llevan a estas presiones por parte del mercado financiero para generar una desconfianza sobre la mandataria brasileña Dilma Rousseff.

La primera es que “el PT [Partido de los Trabajadores, al que pertenece la mandataria] ha defendido el sector público, las empresas públicas y recientemente Petrobras encontró un yacimiento extraordinario que va a convertir a la empresa estatal en una compañía global en cuanto a sus ingresos”.

“Esas presiones apuntan a que el Estado brasileño se retire de las empresas públicas estratégicas. Los fondos de inversión y el sector privado quieren para ellos solos el petróleo y el gas y que el sector público no regule tanto en Brasil”, agregó el académico.

El segundo elemento tiene que ver con políticas fiscales expansivas porque existe una caída en el crecimiento, que se produce por la caída de la Unión Europea.

“Brasil pone la tercera parte de sus exportaciones en Europa, y el gobierno, para enfrentar la caída, está generando un déficit que tiene que cubrirse con endeudamiento o nuevos impuestos, que es lo mismo que esta pasado aquí en México”, dijo el académico.

Dichas políticas no son del agrado de los operadores del mercado porque generan incertidumbre respecto al uso de las reservas y el valor del tipo de cambio.

LOS PROBLEMAS DE DILMA

Protesta del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) en Sao Paulo. EFE
Protesta del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) en Sao Paulo. EFE

A Dilma Rousseff  le fue entregado un país cuyo crecimiento económico era de 7.5 por ciento, lo que ayudó a sacar de la pobreza a 30 millones de personas. Asimismo, aproximadamente 108 millones de personas, es decir, casi el 54 por ciento de la población total, fue beneficiado por el aumento de los salarios y acceso al crédito.

Sin embargo, desde el año 2011, Brasil y su economía se han ido en picada.

El pasado 24 de septiembre centenares de movimientos sociales y sindicatos brasileños recopilaron 7.8 millones de firmas en una campaña para demandar una Reforma Política en el país, que es una de las principales promesas de la Presidenta para las elecciones del día de hoy.

La campaña fue organizada por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la mayor organización campesina del país, y la Central Única de los Trabajadores (CUT), el principal sindicato carioca. Además de estos dos grupos, se suman otras 450 organizaciones sociales.

Estas movilizaciones sociales se deben a que la nueva clase media, surgida desde el gobierno de Lula da Silva, demanda mejores servicios públicos porque sus ingresos no son suficientes para adquirir seguros de salud o comprar autos. “En ese contexto de malestar se conoce la noticia de la gran inversión en la construcción de los estadios para el Mundial y eso es lo que provocó que esta clase media se movilizara”, dijo Eduardo Bueno.

A lo anterior hay que sumarle que “los resultados del Mundial no fueron lo que se esperaba. Un elemento adicional a las protestas es el escándalo de corrupción en Petrobras, pero todo esto lo está manejando la prensa para desacreditar a la empresa y desatar presión para que sea privatizada”, insistió Bueno.

Sin embargo “hay que diferenciar si es una protesta por los gastos excesivos del Mundial y la baja calidad de los servicios, no contra los programas de Lula y Dilma es muy importante distinguir esto”, recalcó.

“Con el Mundial hablaron de una partida especial, que no hubo endeudamiento y bueno sabemos que son grandes obras de más de 120 mil millones de dólares que es mucho dinero y gran parte de eso se dice que se autofinanció, pero habrá que ver qué cantidad proviene de recursos del Estado y qué parte de la deuda pública con la banca privada”, dijo por su parte el académico del Tec de Monterrey.

En 2013, la economía de Brasil creció apenas 2.5 por ciento y en los primeros seis meses del año en curso el país cayó en su primera recesión en cinco años.

Los índices del desempleo se han mantenido en tasas entre 5 y 6 por ciento de acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), que indican que los daños de la recesión están afectando al mercado laboral.

De acuerdo con los datos del Banco Central, las reservas extranjeras en 2010 se encontraban en 288 mil 575 millones de dólares, mientras que para 2014 aumentaron a 377 mil 348 millones de dólares. Sin embargo, en el caso de la inversión extranjera disminuyó de 48 mil 438 millones de dólares a 35 mil 162 millones de dólares en el mismo periodo.

Por otro lado, el Producto Interno Bruto (PIB) fue disminuyendo. De 7.5 por ciento a 2.7 en 2011, 1.0 por ciento en 2012, incrementó a 2.5 en 2013 y volvió a descender a 2.28 por ciento en este año.

En el caso de la inflación, durante 2010 era de 5.91 por ciento, en 2011 subió a 6.5 por ciento, en 2012 fue de 5.84 por ciento, mientras que en 2013 subió 5.91 y para este año descendió a 4.02 por ciento.

A pesar de que se esperaba que dicha institución recortara las tasas de interés para alentar la economía, el Banco Central informó recientemente que las mantendrá en 11 por ciento para contenerla.

El candidato presidencial por el Partido Socialista Brasileño (PSB) antes de morir en un accidente aéreo en agosto del año en curso declaró durante su campaña política que “Rousseff será la primera presidenta del período democrático (iniciado en 1985) que dejará el país peor de lo que lo recibió”.

LA OTRA OPCIÓN

Marina Silva es la opción para privatizar sectores públicos para vincular a Brasil al libre comercio  para elevar las ganancias del sector financiero brasileño. Foto: EFE
Marina Silva eofrece la opción para privatizar sectores públicos que vinculará a Brasil al libre comercio y así elevar las ganancias del sector financiero. Foto: EFE

“Marina Silva tiene características de una candidata independiente que puede funcionar bien en la primera etapa, pero en la segunda vuelta va a ser más difícil porque va a tener que explicar que su programa, sus ideas implican inversiones, dinero, y la pregunta es de dónde lo va a sacar”, agregó Eduardo Bueno León.

Silva, ha considerado que la “Reforma Agraria” es “fundamental para promover la igualdad social”, y ha insistido en la necesidad de mejorar el “saneamiento básico”. La candidata considera necesaria la inversión de un equivalente al 10 por ciento de la recaudación bruta para la salud y un 10 por ciento del PIB para la educación.

Sin embargo, no ha profundizado sobre la “independencia” del Banco Central, como consta en su propuesta de Gobierno, tema que fue abordado por los otros candidatos, incluso por la propia Rousseff.

“Algunos candidatos —sin mencionar a Silva— defienden la independencia del Banco Central, con presidente y directores teniendo un mandato fijo. Creo que el Banco Central tiene que tener una autonomía operacional, pero la independencia como nuevo poder es un equívoco” y hasta “inconstitucional”, afirmó en su momento Rousseff.

“Yo creo que los brasileños van a votar por una continuidad y ese es el reto de Rousseff: qué reformas podrían ser atractivas para electorado en el tema de la corrupción, para reactivar la economía y acelerar el crecimiento”, concluyó Bueno.

 

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