Sarajevo homenajea a los serbios que fueron asesinados defendiendo la ciudad

02/03/2013 - 9:28 am

Sarajevo, 2 mar (EFE).- Fueron los otros serbios, no los que bombardeaban Sarajevo desde las colinas que la rodean, sino los que se quedaron a defenderla. Fueron también las otras víctimas, asesinadas por bosnio-musulmanes. Ahora, la ciudad quiere homenajearles con un monumento a la tolerancia y el recuerdo.

“Quiero confiar en que mi ciudad está lista para enfrentarse con su pasado”, expresa a Efe Svetozar Pudaric, vicepresidente del ente autónomo musulmán-croata de Bosnia, e impulsor de la idea del monumento.

Cuando se hizo claro que la guerra civil de 1992-1995 era inevitable y que Sarajevo era un objetivo de las tropas serbias, los sarajevitas de esa etnia comenzaron a abandonar la ciudad.

Se estima que sólo quedaron 30.000 de los 150.000 serbios que vivían en una urbe que había sido ejemplo de convivencia y mezcla en Yugoslavia.

Muchos de los que se quedaron fueron víctimas del odio étnico de milicianos musulmanes.

Entre 1992 y 1993, decenas de serbios fueron asesinados y sus cadáveres arrojados en el desfiladero de Kazani, en las proximidades de lo que era entonces la línea del frente con las fuerzas serbobosnias que asediaban la ciudad.

El propio Ejército gubernamental bosnio ejecutó a Musan Topalovic, alias “Caco”, el comandante responsable de la mayoría de aquellas muertes, en una operación contra los jefes militares que habían abandonado la disciplina de las fuerzas oficiales.

“Alguien tenía que dar un primer paso y romper la cadena del silencio y divisiones. Insistir en la división nos ha llevado a ser durante 17 años rehenes de una política de encubrimiento de crímenes que nos ha ensuciado la cara”, denuncia Pudaric al justificar la necesidad de que la capital bosnia reconozca a las víctimas serbias.

Aunque la propuesta del monumento fue remitida a las autoridades municipales hace más de un año, aún quedan muchos trámites por superar.

Hasta la fecha, 14 exmiembros del Ejército bosnio han sido condenados a penas de entre diez meses y seis años de cárcel, pero se considera que aún quedan muchos culpables en libertad.

El número de víctimas nunca ha sido establecido con exactitud, aunque se han rescatado los restos de 29 personas, de los que sólo se ha podido identificar a diez.

Las víctimas fueron torturadas, degolladas a sangre fría y mutiladas antes de ser arrojadas al precipicio.

Momcilo Salipur perdió a su único hijo, Prendag, en la matanza de Karzai: su cadáver fue hallado decapitado, con siete puñaladas y los brazos y las piernas rotas.

Predrag Salipur y un vecino fueron sacados de sus pisos por orden de “Caco” para ser asesinados.

Según Salipur, antes de la guerra, “Caco” tenía una buena relación con su familia, que incluía visitas a su casa y salidas juntos a restaurantes. Una vecindad que el conflicto transformó en brutalidad y asesinato.

El alcalde de Sarajevo, Alija Behmen, insiste a Efe en que apoya política y moralmente el proyecto del monumento, como forma de pagar “una deuda hacia las víctimas y sus familias” y como una prueba de que “no hay alternativa a la verdad”.

“Sarajevo siempre ha sido un lugar de respeto y, muchas veces, de amor, y nuestra disposición a recordar a las víctimas y condenar los crímenes es el compromiso para un futuro normal, humano”, defiende.

“Lo que pasó en Kazani fue resultado de desobediencia de una parte del Ejército de Bosnia-Herzegovina”, justifica el regidor de la capital bosnia.

Sobre el monumento, explica que será una placa memorial con un texto cuyo contenido aún no se ha definido.

“Queremos que sea un texto que no sea ofensivo para nadie, pero que muestre con claridad quién los asesinó, qué Ejército, y que figuren los nombres de las víctimas”, declaró a Efe Milan Mandic, presidente de la Asociación de serbios desaparecidos de Sarajevo.

Según Mandic, el monumento “tendrá un gran significado para las jóvenes generaciones, para los niños, como una advertencia de que lo que ha pasado nunca más ocurra”.

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