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Kimberly Clark, Essity y Mabe manipularon precios de tampones y pañales en México

lunes, octubre 4th, 2021

La Cofece expuso que la manipulación de precios probablemente les costó a los consumidores unos 73 millones de dólares en precios inflados de forma artificial.

Ciudad de México, 4 de octubre (AP).— Una comisión reguladora de México multó el lunes con poco más de 15 millones de dólares a tres fabricantes de tampones y pañales por supuesta colusión para manipular los precios de sus productos.

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) señaló que la manipulación de precios probablemente les costó a los consumidores unos 73 millones de dólares en precios inflados de forma artificial.

Las compañías sancionadas son Essity México, Kimberly Clark de México y Productos Internacionales Mabe. La comisión señaló que Mabe no manipuló precios de tampones, pero sí de pañales.

Las compañías sancionadas son Essity México, Kimberly Clark de México y Productos Internacionales Mabe. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro.

Ninguna de las tres compañías respondió a solicitudes de comentarios sobre las multas.

La comisión aseguró que las empresas acordaron no competir en el precio de pañales de 2008 a 2014 y de tampones de 2011 a 2014. Aseguró que la manipulación fue particularmente grave al ser en productos de salud e higiene de los que dependen las familias.

Es hora de hablar de las toallas femeninas. ¿Por qué el impuesto? ¿Quién detiene el uso de la copa?

domingo, marzo 7th, 2021

Las opciones para la gestión menstrual de las mujeres atraviesan distintos problemas en México y en gran medida son provocados por el Estado: el Congreso de la Unión negó quitar el IVA a las toallas femeninas; hay una crisis en la venta de tampones y el uso y promoción de la copa menstrual avanza a marchas forzadas.

Ciudad de México, 7 de marzo (SinEmbargo).- La menstruación es un acto natural del cuerpo de las mujeres. Las acompaña, en promedio, 40 años de su vida, pero, a pesar de ello, gestionarla es costoso en México y las opciones que podrían disminuir su precio no cuentan con un pleno respaldo de las autoridades sanitarias.

A esto se suma que el Congreso de la Unión ha impedido que se quite el Impuesto de Valor Agregado (IVA) a productos como las toallas femeninas y tampones, lo que significa que cada año sólo las mujeres pagan cerca de tres mil millones de pesos en los impuestos a estos productos, de acuerdo con una estimación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

“Son tres mil millones de pesos que solamente pagan las mujeres cada año de su vida. Si pensamos que los productos de higiene menstrual no son un lujo, ni de los que se pueden prescindir […] hay mujeres que no tienen acceso a estos productos porque significa una cantidad muy importante de sus ingresos o porque simplemente no pueden”, comentó a SinEmbargo la Diputada Tagle, de la Comisión de Igualdad de Género de San Lázaro.

En la Ciudad de México, las opciones se han reducido aún más, a causa de la Ley de Plásticos que prohibió la venta de tampones en la capital del país bajo el argumento de que esos y otros productos no eran “realmente indispensables”, según expuso la titular de la Secretaría del Medio Ambiente local, Mariana Robles.

 Mientras tanto, la copa menstrual, una opción sustentable, que evita un gasto constante y que resulta menos agresiva para el cuerpo de las mujeres, aún tiene una venta restringida, ya que sólo una marca mexicana ha logrado obtener el registro de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

EL REZAGO DE LA GESTIÓN MENSTRUAL EN MÉXICO

El tema de la menstruación ha sido siempre destinado al silencio. A las mujeres se les enseñó a ocultarlo porque muchas personas lo consideran algo sucio o estrictamente privado. Sin embargo, en los últimos años se empezaron a enlistar las responsabilidades que las autoridades deben tener al respecto.

El rezago en México es claro, ya que mientras en otros países una mujer puede decidir en la farmacia si compra una toalla, un tampón o una copa, la única opción que hay en el país es la primera, la más tradicional.

En el país, de hecho, no existen estudios sobre las necesidades de las mujeres en la menstruación por lo que no ha sido considerado un tema de agenda pública, según señala la iniciativa para reformar el Artículo 115 de la Ley General de Educación en Materia de Higiene Menstrual presentada en la Cámara de Diputados y que hasta el momento está en calidad de “pendiente”.

“No se han generado campañas de difusión sobre higiene menstrual mostrando todos los métodos, productos sanitarios femeninos y hacer una distribución gratuita de estos, dando preferencia a aquellos más amigables con el medio ambiente. Todo ello acompañado de información objetiva, científica y laica, sobre los ciclos menstruales que permita a las mujeres detectar condiciones no normales en su estado de salud y prevenir padecimientos graves”, puede leerse en la iniciativa de ley.

Esta es la situación en México: la toalla sanitaria es la opción que está garantizada para la mayoría, aunque por su costo —con IVA— tampoco se puede hablar de una cobertura al 100 por ciento. Incluso se habla ya de “pobreza menstrual”, que es la falta de acceso a productos sanitarios, educación sobre higiene menstrual, sanitarios e instalaciones para lavarse las manos. Cuatro de cada 10 mujeres viven en situación de pobreza, según los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

EL “LUJO DE MENSTRUAR”

De acuerdo con los precios actuales del mercado, una mujer gastará en estos productos 34 mil 480 pesos y la cantidad llega a los 36 mil pesos si se le suma la compra de medicamentos para combatir los cólicos menstruales. 

Este gasto básico profundiza problemas como la brecha salarial de género y prácticas como el “impuesto rosa”, que es el sobreprecio de un producto que se ofrece con características “para mujer”.

En septiembre pasado, durante la discusión del Paquete Económico para 2021, se intentó quitar el impuesto a los productos para la menstruación. La Diputada Martha Tagle contó a este medio que hay mujeres que no tienen acceso a estos productos porque significa una cantidad muy importante de sus ingresos o porque simplemente no pueden, por ejemplo.

“Las mujeres en reclusión no tienen garantizado el acceso o las que viven en situación de calle […] Tenemos no sólo que eliminar los impuestos, sino también lograr que las mujeres puedan acceder a estos productos de una manera fácil y sencilla”.

El 21 de octubre, se tendría la resolución de quitar o no el IVA a los productos menstruales como parte de la miscelánea fiscal; aunque se votaría en general, se decidió separar la votación de este tema en específico. Finalmente fueron 2018 votos en contra, 185 a favor y 11 abstenciones en contra de la propuesta.

Posterior a eso, la Diputada Verónica Beatriz Juárez Piña mostró su inconformidad: “A nosotros nos parece, y desde aquí le decimos a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que las mujeres en este país pagamos 3 mil millones de pesos más que los hombres por el único hecho de ser mujeres”.

En la votación, la Diputada Abelina López Rodríguez gritó: “Yo voté en contra. ¿Y saben por qué?, ¿saben por qué? Yo no voy a preferir una toalla sanitaria por dejar que se recaude… […] Yo no voy a permitir una toalla sanitaria por dejar que se sigan muriendo personas de COVID. En el mundo hay 40 millones de personas…”.

A casi cinco meses de haberse desechado, la Diputada Tagle considera que aunque no es la primera vez que se presentan iniciativas relacionadas con el tema de los impuestos a los productos de higiene menstrual, nunca había tenido la fuerza que ha adquirido estos días.

“De entrada es importante que a estas alturas estamos ya hablando de un tema tan importante como la menstruación. Y cada vez hay mayor conciencia de todos los temas relacionados con la gestión de la menstruación”, comentó.

Para la Diputada Lorena Villavicencio, del Grupo Parlamentario de Morena, todas las iniciativas de mujeres enfrentan resistencia, pero que “mientras exista un número importante de mujeres insistiendo, habrá condiciones para empujar las reformas”.

De hecho, en días pasados el Congreso de Michoacán aprobó reformas a la Ley de Educación para garantizar el ejercicio pleno del derecho a la educación en torno a la menstruación y el acceso a los productos de gestión menstrual en las escuelas públicas. 

Con este cambio, se busca facilitar el acceso gratuito a los productos de gestión menstrual para niñas y mujeres que lo requieran, en las escuelas públicas pertenecientes al Sistema Educativo Estatal. La reforma no solo contempla la gratuidad de los productos, sino también jornadas de promoción de otros productos como la copa menstrual, la toalla de tela y el calzoncillo absorbente.

EL LENTO AVANCE DE LA COPA

El 11 de abril del 2016, la Cofepris emitió una alerta sanitaria en contra de la copa menstrual por no contar con un registro sanitario en México que avalara la calidad de los materiales empleados en su fabricación y decretaron que: “carece de evidencia científica avalada” por esta institución.

La información que presentó en agosto de 2020 la Comisión de Equidad de Género de la Cámara de Diputados, consideró que esa decisión fue un “intento por causar miedo y desprestigio hacia un producto que atenta contra el uso indiscriminado y constante de desechables”.

La copa surgió como una alternativa a los productos desechables; se introduce en la vagina y horas después se saca para descargar la sangre. Se puede usar hasta por 10 años por el material del que está hecha que es de grado médico.

Para 2021, solo hay una marca mexicana que cuenta con el registro de la Cofepris: ProFemm. En entrevista, Sally Elena Santiago, gerente de marca de esa distribuidora, comentó que en el mundo la copa se vende sin ningún problema, dependiendo de las normas de cada país que garantizan que la copa y los materiales de los que está hecha son compatibles con el cuerpo de las mujeres.

En el caso de México, en 2017, la Cofepris autorizó la venta de la marca DivaCup, pero desde entonces toda la comercialización de las copas menstruales ha sido sólo por Internet o a través de redes de apoyo de mujeres. “No te la encuentras en una farmacia y se dificulta el acceso de las mujeres que no están dentro de esos nichos que son muy específicos”, expresó Santiago.

La también investigadora agregó que por esa razón es complejo hablar de la copa, no porque sea una herramienta o producto malo en sí, sino porque le hace falta difusión. “Si se quieren quitar los tampones ¿qué pasará? Hay quienes dicen que están las toallas de tela y copas menstruales pero ¿quién habla de ello, dónde las encuentras, dónde están disponibles?”.

Detalló que para ampliar el uso y la información sobre la copa se deben atender crear varias estrategias para atender las dudas de su uso, sobre la menstruación y la accesibilidad y sobre todo la disponibilidad, ya que puede haber un trabajo de concientización, pero si no está en los canales, además de Internet, se trata de una estrategia incompleta.

Copas menstruales: una solución más práctica y sana durante esos 28 días (VIDEO)

domingo, septiembre 25th, 2016

Los tampones son la solución más común para contener el flujo menstrual de las mujeres. Sin embargo, de acuerdo con AsapSCIENCE, existe un producto higiénico femenino mucho más práctico, económico y amigable con el medio ambiente. Se trata de las llamadas “copas menstruales”, un artículo que además de resolver algunas de las incomodidades relacionadas con el ciclo de cada 28 días, es capaz de ofrecer respuesta a varias enfermedades humanas, inclusive teniendo el potencial de servir para la prevención y la lucha contra el cáncer.

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Ciudad de México, 25 de septiembre (SinEmbargo).- AsapSCIENCE publicó un video en el que cuestiona si los tampones son el único producto higiénico femenino adecuado para contener el flujo menstrual de las mujeres y propone una alternativa mucho más “amigable” con el medio ambiente.

De acuerdo con el material divulgado, el 81 por ciento de las mujeres (cerca de 2.8 mil millones de personas en el mundo) utiliza los tampones durante su ciclo menstrual (un promedio de 12 mil unidades de este producto higiénico a lo largo de sus vidas).

En ese sentido, refiere que aunque los tampones están hechos a base de algunos materiales absorbentes y biodegradables -como el algodón y el rayón (fibra artificial de celulosa)-, sin embargo generan una gran cantidad de basura, contribuyendo con cerca de 136 kilogramos de basura por persona a lo largo de su vida.

Por si fuera poco, estos productos son una especie de incubadoras de bacterias afines al ser humano, como en el caso del Staphylococcus aureus, misma que puede llegar a producir una amplia gama de enfermedades, entre las que se cuenta una mortal llamada Síndrome de Shock Tóxico.

Según el video, desde 1983 a 1997 se registraron más de 200 casos distintos de personas que sufrieron dicho padecimiento. Fue a partir de ese último año que, gracias a la educación sobre el uso de tampones, sólo se registraron cinco casos -resulta que muchas mujeres no sabían que estos productos deben de ser cambiados cada ocho horas-.

Asimismo, en el video se menciona que en promedio una mujer gasta cerca de 800 dólares (16 mil pesos mexicanos) anuales en tampones, una cantidad considerable de dinero.

Por estas razones y más, AsapSCIENCE propone las denominadas “copas menstruales” como una solución práctica (se puede utilizar hasta por 12 horas continuas), higiénica y re-utilizable. Su uso supone no sólo un ahorro de dinero sino una opción más amigable con el medio ambiente.

De acuerdo con el material, el 91 por ciento de las mujeres que han utilizado este método dijeron estar complacidas con su funcionamiento e inclusive lo recomendaron.

Finalmente, el video menciona que con este producto las mujeres pueden almacenar la sangre menstrual, misma que además de tener el potencial de salvar vidas por sus múltiples aplicaciones científicas y medicinales, puede funcionar como una muestra para determinar enfermedades como cáncer, infecciones vaginales, entre otras.

En ese sentido, explica la narradora en la grabación, la menstruación, más allá de ser un “tabú”, es una solución muy “cool” para varios problemas de salud.

Síndrome de shock tóxico ligado a tampones alerta a mujeres

viernes, noviembre 6th, 2015

Casos de síndrome de shock tóxico, relacionado con tampones ha levantado la voz de grupos de mujeres. Denuncian que el tejido vaginal puede absorber sustancias tóxicas con productos relacionados con la menstruación, por ello exigen a las empresas transparentar materiales.

Foto: Twitter.

El tejido vaginal puede absorber sustancias tóxicas por medio de tampones: Women’s Voices. Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 6 de noviembre (SinEmbargo).– Desde hace unos meses, usuarios y usuarias de Internet han expuesto mensajes a favor de la copa menstrual con el objetivo de romper con los tabúes hacía la sexualidad femenina, especialmente de la menstruación. Entre sus razones, aseguran que las empresas de toallas sanitarias y de tampones manejan un discurso que usa prejuicios relacionados con la vagina, la vergüenza y la suciedad.

A esto se suma la exigencia por que las firmas revelen las sustancias con las que están hechos sus productos. Pues, refieren, podrían tratarse de componentes tóxicos. Por eso exponen el caso de Lauren Wasser, la modelo que en 2012 perdió una pierna a causa del síndrome del shock, provocado supuestamente con un tóxico asociado al uso de tampones (SST).

“Si hubiera sabido que shock tóxico era real, si hubiera visto a alguien que hubiera perdido algún miembro o hablado de eso públicamente, nunca hubiera usado tampones”, declaró Wasser a la revista People.

Y también está presenten el caso de Jemma-Louise Roberts, una adolescente británica de 13 años, que falleció por un shock tóxico, igualmente relacionado con SST.

“La copa menstrual está formada por silicona y tiene forma de recipiente, de tal manera que colecciona el flujo menstrual sin absorber, cosa que hace que no se altere ni el PH, ni la flora de la vagina, evitando candidiasis vaginal, sequedad vaginal, alergias y lo más importante, el SST”, refiere un comentario en Facebook.

El grupo feminista Women’s Voice explicó el porqué son riesgosos los tampones: “el tejido vaginal se alinea con las membranas mucosas permeables, que protegen el cuerpo contra las bacterias, pero que también puede absorber fácilmente o estar irritada por otros productos químicos. Los tejidos vaginales se llena de vasos sanguíneos y por lo tanto, si existe un producto tóxico en un tampón, tiene una ruta directa al torrente sanguíneo”.

En ese ambiente internacional, diversos grupos de mujeres han exigido a los fabricantes de tampones y toallas sanitarias que revelen los ingredientes que contienen sus productos; donde Procter & Gamble y Kimberly Clark, han sido los más señalados.

Luego de la presión ejercida en redes sociales, en Estados Unidos, la empresa Tampax informó a sus consumidoras que sus tampones están hechos de rayón, poliéster, algodón, polipropilenos y algunas fragancias “que se pueden encontrar en otros productos para mujeres”.

Sin embargo, Women’s Voices respondió que las “fragancias” -cuyo contenido específico no está claramente descrito -pueden estar hechas de químicos como cloroformo, sustancia que podría estar además en toallas sanitarias.

Por otra parte, otras empresas han declarado que sus productos cumplen con las leyes establecidas y no provocan síndrome de shock tóxico.

De acuerdo con la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, de la Secretaría de Salud, existen bacterias que producen una toxina que provoca síntomas como: fiebre de 39° centígrados, escalofríos, náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, dolor de cabeza, dolor muscular o articular.

Existen dos tipos de síndrome de shock tóxico: tipo menstrual, el cual se asocia con la menstruación y el uso inadecuado de tampones; los casos por este tipo de síndrome han disminuido desde la década de 1980 debido a que dejaron de comercializarse los tampones súper absorbentes. Y también está el tipo no menstrual, que de acuerdo con la Subsecretaría, puede presentarse en hombres, mujeres y niños asociándose generalmente a una herida.

“Los factores de riesgo para la aparición de este síndrome son: uso de tampones, infección local de la piel o tejidos profundos, dispositivos anticonceptivos colocados en la vagina, parto reciente, presentar diabetes, VIH, enfermedad pulmonar crónica o enfermedad cardiaca”, refiere la dependencia.

La Secretaría de Salud agrega que: “el tratamiento para esta enfermedad consiste en extraer el material extraño que contribuye a este síndrome (tampones, esponjas o tapones nasales) o bien, drenar el sitio de la infección si es una herida quirúrgica. Además de lo anterior se puede requerir la administración de antibióticos y otros medicamentos. Esta afección puede complicarse y provocar insuficiencia renal, cardiaca o hepática, shock o muerte”.