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“Joker”, una familia de malware que desde 2017 defrauda usuarios de Play Store, alerta Google

viernes, enero 10th, 2020

Se trata de dos técnicas que se aprovechan de la integración de los operadores de telefonía con vendedores, para facilitar el pago de servicios con la factura del móvil.

MADRID, 10 Ene. (Portaltic/Europa Press).- Google Play Protect ha eliminado mil 700 aplicaciones únicas de la familia de malware Joker en Play Store, antes de que los usuarios las descargaran, una amenaza que la compañía sigue desde 2017 y que se dedica a defraudar a través de SMS y de pagos por WAP.

Joker es una familia de malware, también conocida como Bread, que se dirige a la factura del móvil del usuario. Google la identificó por primera vez a principios de 2017 y desde entonces ha combatido las aplicaciones infectadas, que siempre parecían encontrar una laguna en sus políticas para pasar inadvertidas en Play Store.

Aun así, los sistemas de defensa de la tienda digital han eliminado mil 700 apps únicas con el programa malicioso Bread antes de que fueran descargadas por los usuarios. En septiembre, la compañía también retiró 24 aplicaciones infectadas, que de forma conjunta habían alcanzado más de 500 mil descargas.

Imagen: Google.

Las aplicaciones infectadas con esta familia de malware realizaban fraude a través de SMS en su origen, pero posteriormente empezaron a atacar los pagos por WAP (protocolo de aplicaciones inalámbricas), como informa la compañía en una publicación en su blog de seguridad.

Se trata, en cualquier caso, de dos técnicas que se aprovechan de la integración de los operadores de telefonía con vendedores, para facilitar el pago de servicios con la factura del móvil. Ambos solicitan la verificación del dispositivo, pero no del usuario.

“El operador puede determinar que la petición se origina en el dispositivo del usuario, pero no requiere ninguna interacción del usuario que no pueda ser automatizada”, indican desde Google. Así, los creadores de este malware “usan clics inyectados, analizadores HTML personalizados y receptores de SMS para automatizar el proceso de pago sin requerir ninguna interacción del usuario”.

¿Recuerdan cuando sólo había mensajes SMS y los cobraban? Hace 10 años nació WhatsApp

martes, febrero 19th, 2019

Han pasado diez años desde que WhatsApp era solo un sistema de alertas de disponibilidad y cinco desde que protagonizó una de las adquisiciones más elevadas de la historia. Su incorporación a la vida de las personas ha sido tan veloz y profunda que ya forma parte de ese grupo de rutinas diarias a las que costaría mucho renunciar.

Por Manuel Noriega

Madrid, 19 de febrero (EFE).- La forma de comunicarse a través de dispositivos móviles cambió para siempre hace ahora 10 años. Hasta ese momento, los mensajes escritos se limitaban a los 160 caracteres que permitían los SMS y las tarifas que cada operador cobraba por cada envío. Pero en 2009, nació WhatsApp y derribó las barreras de pago y extensión.

En la actualidad, según la propia compañía que pertenece a Facebook desde 2014, más de mil millones de personas usan la aplicación en más de 180 países. Si bien aún no ha vencido algunas fronteras políticas, como ocurre en China, WhatsApp revolucionó la comunicación escrita entre personas. La hizo instantánea, ilimitada y “gratuita”.

LOS CREADORES

En 2007, con 31 años, Jan Koum, uno de los creadores de la aplicación, dejó su trabajo en Yahoo! y con algunos ahorros, montó su propia empresa.

David File, uno de los fundadores de Yahoo!, y Koum se conocieron en una conferencia cuando el hombre detrás de WhatsApp trabajaba para Ernst & Young como auditor de ciberseguridad.

Koum abandonó la universidad antes de acabar sus estudios de Matemáticas y Ciencias de la Computación en la Universidad de San José, en el Silicon Valley estadounidense, y compaginó diferentes trabajos, el de Ernst & Young entre ellos.

WhatsApp evolucionaba y su popularidad crecía. En 2014, Mark Zuckerberg, creador y dueño de Facebook, llamó a la puerta de Koum y Acton. El gigante azul se hizo con la empresa por la escalofriante cifra de 19 mil millones de dólares. Foto: WhatsAp. Foto: AP

La relación de Koum con la comunicación viene de lejos. Según cuenta la revista estadounidense Wired, Koum emigró con su madre y su abuela desde Ucrania cuando aún formaba parte de la extinta Unión Soviética, a California en 1992, cuando él tenía 16 años.

“La sociedad era extremadamente cerrada. Puedes leer “1984” -libro de George Orwell-, pero estar allí era vivirlo. Yo no tuve un ordenador hasta que tuve 19 años, pero tenía un ábaco”, relató Koum a Wired sobre su vida en una pequeña ciudad cercana a Kiev, la capital del país.

Ya en EU, con una situación económica complicada que les hacía recurrir a la asistencia social, Koum y su madre no podían permitirse llamar a su familia en Ucrania con frecuencia. Algo que marcó la vida profesional de Koum.

Brian Acton fue el otro cerebro detrás de WhatsApp, se licenció en Ciencias Informáticas por la Universidad de Standford (California, EU) en 1994. Cuando a Koum le fue asignada la cuenta de Yahoo! en Ernst & Young, Acton ya trabajaba en el gigante de medios estadounidense. Más tarde, cuando Koum se incorporó a la plantilla de Yahoo! su amistad se fue consolidando.

Ambos dejaron su trabajo en Yahoo el mismo año, pero su relación continuó. Dos años después, según Koum y Acton relataron a un medio estadounidense, quedaron un día para jugar al frisbee y Koum le dijo a su compañero que acababa de registrar una aplicación. En un principio, WhatsApp fue concebida como un servicio que avisase de la disponibilidad de las personas para recibir llamadas.

WhatsApp evolucionaba y su popularidad crecía. En 2014, Mark Zuckerberg, creador y dueño de Facebook, llamó a la puerta de Koum y Acton. El gigante azul se hizo con la empresa por la escalofriante cifra de 19 mil millones de dólares.

LA REVOLUCIÓN WHATSAPP

El efecto WhatsApp comenzó a notarse a escala global en 2011. Los teléfonos inteligentes ya formaban parte de los objetos indispensables en bolsillos, bolsos y maletines y WhatsApp era ya la aplicación que conocemos ahora.

Aquel nuevo sistema de intercambio de mensajes amenazaba con hundir la popularidad de los SMS. Los WhatsApp eran gratuitos, no usaban una línea telefónica, sino internet, y permitían enviar fotos, vídeos y ubicaciones. Más tarde incorporaron la posibilidad de hacer llamadas, videollamadas y grabar y enviar audios con un simple botón en la pantalla.

La comunicación se volvió instantánea y prácticamente universal. En un principio, el precio de los WhatsApp se circunscribía a la tarifa de datos que cada usuario contratase con su operador.

El hecho de que fuese una aplicación “gratuita” contribuyó a su éxito. Si bien, durante algún tiempo, WhatsApp pedía una cuota anual casi simbólica, hace cuatro años, aproximadamente, decidió eliminarla por completo.

Otro aspecto positivo que resaltan los usuarios es que no incorpora publicidad. “No hay nada más personal que la comunicación con tus amigos y tu familia e interrumpirla con publicidad no es la solución adecuada”, declaró Koum a Wired.

SEGURIDAD Y PRIVACIDAD

A rebufo del cohete WhatsApp despegaron otras aplicaciones que amenazaron con hacerle sombra. Lo que tenían que ofrecer Telegram o Signal frente a WhatsApp, entre otras, era la seguridad.

Aunque la hegemonía de WhatsApp se mantenía, las críticas apuntaron a la fragilidad de la aplicación en temas de privacidad.

La seguridad de WhatsApp era casi una broma pesada. En 2011 se descubrieron algunas vulnerabilidades que ponían en riesgo las conversaciones de los usuarios. El mayor problema era que los mensajes salían y entraban en texto plano fácilmente accesible.

Los ataques seguían poniendo en entredicho la capacidad de la aplicación de resguardar la privacidad de los usuarios y, finalmente, se incorporó el cifrado de mensajes de extremo a extremo.

Con este sistema, las claves de cifrado de mensajes no se almacenan en servidores centralizados de WhatsApp, sino en cada dispositivo que usa la aplicación, lo que refuerza la defensa de los chats.

Los creadores siempre han defendido el respeto a sus usuarios en lo que a venta de datos se refiere y a la posibilidad de control por parte de servicios de inteligencia.

En 2014, antes de la adquisición de la compañía por parte de Facebook, Acton señalaba su independencia. “La gente necesita saber que no somos como Yahoo! o Facebook que recopila tus datos y los almacena en sus servidores. Nosotros queremos saber lo menos posible de nuestros usuarios”, declaró.

Por su parte, Koum tiraba de su propia experiencia. “Crecí en una sociedad en la que todo se escuchaba a escondidas, se grababa y se chivaba. Nadie debería tener la capacidad de espiarte (…)”, dijo a Wired.

Y tal vez este fue el motivo por el que el año pasado desertó de la compañía que había fundado. Koum anunció que dejaba el puesto de CEO para centrarse en otras cosas que le gustaban más allá de la tecnología, como los coches y el frisbee. “Todavía estaré animando a WhatsApp. Solo que desde fuera”, escribió en Facebook.

Según el Washintong Post, detrás de esta decisión están las discrepancias con Zuckerberg sobre la privacidad en la aplicación de mensajería. Según el medio estadounidense, que cita fuentes conocedoras de las discusiones internas, Facebook quería usar los datos personales de los usuarios y debilitar la encriptación.

Han pasado diez años desde que WhatsApp era solo un sistema de alertas de disponibilidad y cinco desde que protagonizó una de las adquisiciones más elevadas de la historia. Su incorporación a la vida de las personas ha sido tan veloz y profunda que ya forma parte de ese grupo de rutinas diarias a las que costaría mucho renunciar.

Estudio: Terminar un SMS con punto demuestra falta de sinceridad

viernes, diciembre 11th, 2015

¿Cuántas personas se han sentido agredidas al recibir un mensaje de texto con punto final? Sí ustedes han sentido que un punto en la conversación es signo de falta de sinceridad, les tenemos una noticia, un estudio comprueba que tenían razón.

Punto final en los textos, señal de que no tienes sentimientos. Foto: Apple

Punto final en los textos, señal de que no tienes sentimientos. Foto: Apple

Ciudad de México, 11 de diciembre (SinEmbargo).- Los mensajes de texto son uno de los métodos de comunicación más común. El rápido ritmo que se maneja en ellos imita una conversación cara a cara, lo que lleva a la cuestión de sí los aspectos no verbales críticos de la conversación, como el tono, se pueden expresar en la virtualidad.  

Gran parte de la investigación en este campo ha implicado grandes análisis, centrándose en el contenido de los textos pero sin considerar como se perciben estos mensajes por parte del receptor. 

Un estudio realizado en la Universidad de Binghamton se interesó por dicha interpretación. La pregunta concreta fue sí la puntuación sirve como una señal de información pragmática y social.

Los resultados arrojados reflejan que los mensajes de texto que terminan con punto se perciben como menos sinceros, probablemente porque las personas que los envían parecen no tener sentimientos.

El estudio dirigido por Celia Klin, le presentó a un grupo pequeño de estudiantes universitarios una serie de conversaciones enmarcados, ya fuera como mensajes de texto o notas escritas a mano.

Los mensajes experimentales contenían una invitación, seguida de una breve respuesta. Cuando esa respuesta terminaba con un punto final, los sujetos relacionaban la respuesta con falta de interés, y mucho menos sincera que cuando el mensaje no tenia puntuación. Dicho efecto no resultó en las notas escritas a mano.

De acuerdo a Klin y sus colaboradores, lo anterior es una muestra de que el uso de puntos en los mensajes de texto ha tomado su propio camino, y no va relacionado con el correcto uso del idioma. Ya no es sólo la manera apropiada de terminar una frase. Es un acto de guerra psicológica contra tus amigos.

“Los mensajes de texto carecen de muchas de las señales sociales utilizadas en conversaciones reales. Al hablar, la gente transmite fácilmente la información social y emocional con la mirada, las expresiones faciales, tono de voz, las pausas, y así sucesivamente”, dijo Klin en una declaración.”La gente, obviamente, no puede utilizar estos mecanismos cuando están enviando mensajes de texto, por lo tanto, tiene sentido que los mensajes dependan de lo que tienen a su disposición – emoticones, faltas de ortografía deliberadas que imitan los sonidos del habla y, según nuestros datos, la puntuación.”No es ninguna sorpresa que el lenguaje evolucione de maneras extrañas, el ingenio humano siempre ha encontrado la forma de adaptarse ante cualquier situación, y el mundo virtual no es la excepción. Parece ser que en este asunto las reglas gramaticales sobran.