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Centro Prodh: Hay 7 órdenes de aprehensión pendientes contra militares por el caso Tlatlaya

jueves, noviembre 5th, 2020

Durante el programa de la periodista Carmen Argistegui, la titular de la FGR en materia de derechos humanos, Sara Irene Herrerías, replicó por segunda ocasión por los dichos de las últimas semanas, en los que se aseguró que se le estaba dando “carpetazo” a la investigación en torno al tiroteo ocurrido hace seis años.

Ciudad de México, 5 de noviembre (SinEmbargo).– La Fiscalía General de la República (FGR) aseguró que no cerró el caso de las ejecuciones extraoficiales en Tlatlaya, Estado de México, luego de que obtuviera declaraciones de altos rangos del Ejército mexicano que estuvieron en el lugar el día de los hechos, en junio de 2014.

Durante el programa de la periodista Carmen Argistegui, la titular de la FGR en materia de derechos humanos, Sara Irene Herrerías, replicó por segunda ocasión por los dichos de las últimas semanas, en los que se aseguró que se le estaba dando “carpetazo” a la investigación en torno al tiroteo ocurrido hace seis años.

Poco después de la primera negativa ante un posible cierre del caso sin resolución, Santiago Aguirre, titular del Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín”, dijo que Sara Irene estaba equivocada.

Aguirre resaltó que la Fiscalía intentó cerrar el caso Tlatlaya “específicamente en el apartado de la responsabilidad de la cadena de mando”.

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“Después de mucho batallar, se logró que se hiciera una de las diligencias básicas en este tipo de casos, que es interrogar a la cadena de mando militar involucrada en los hechos. De eso, surgieron algunos elementos importantes y se demostró que algunos han incurrido al menos en falsedad, de demostró que la orden de abatir existió y fue real y no era susceptible de interpretarse por los elementos de tropa que ejecutaron. […] Sin embargo, de manera muy precipitada, el Ministerio Público tres días después de esta diligencia nos notifica el no ejercicio de la acción penal, y eso en efecto es un ‘carpetazo'”, expuso el titular del Centro de DD.HH en Aristegui Noticias.

Añadió que luego de que se notificara el no ejercicio penal, acudieron para presentar una apelación y que se continúen con las investigaciones hasta dar con los responsables de ordenar la muerte de las 22 personas.

“Ese no ejercicio se revocó y tienen todavía que realizarse actos de investigación ulteriores que ojalá se realicen de manera exhaustiva para indagar quienes son los responsables de esta orden y que finalmente rindan cuentas”.

El titular del Centro de Derechos Humanos detalló que se tienen siete órdenes de aprehensión pendientes, sin embargo, aclaró que la FGR no las ha tenido en consideración, sino que las víctimas han insistido en que se analicen los procesos y es por eso que se encuentran pendientes.

“Tienen más de un año esas órdenes y no se materializan. Es preocupante que nos digan que ahora si se materializan porque va a ayudar la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cuando son órdenes que la Fiscalía debe ejecutar sin pedirle permiso al Ejército”, subrayó durante el programa de Carmen Aristegui.

Ante las declaraciones de Aguirre, la Fiscalía solicitó a la periodista un espacio para aclarar diversos puntos. En voz de Sara Irene Herrerías Guerra, la dependencia aseguró que no están dando ningún tipo de “carpetazo” a la investigación en torno al caso Tlatlaya.

Gráfico realizado por el Centro Prodh luego de un año del caso. Foto: Centro Prodh.

Herrerías Guerra señaló que el amparo al que hizo alusión el titular del Centro Pro Juárez se realizó en junio 2017, antes de que entrara en funciones la actual administración del órgano de justicia. Apuntó que el amparo sirvió para que la actual Fiscalía desahogara las pruebas necesarias, entre ellas, las declaraciones de los altos rangos de la Sedena que estuvieron en la tragedia.

“No puedo hablar del contenido de las declaraciones, porque es una averiguación previa en la que hay reserva de la información, pero todas esas pruebas se van a agregar en el proceso”, refirió en la entrevista la funcionaria de la FGR.

Sara Irene resaltó que el caso no se ha cerrado, ya que hay un proceso federal en contra de los presuntos responsables, el cual no puede ser interrumpido. “Estamos actuando conforme a derecho y en representación de las víctimas respetando sus derechos”, señaló.

Finalmente, la titular de la Fiscalía Especializada en materia de Derechos Humanos de la FGR expuso que las órdenes de aprehensión pendientes se van a ejecutar, que ya están en proceso, pero que aún así, es clave la colaboración de la Sedena.

FGR CERRÓ EL CASO: EL PAÍS

Cuatro generales, un soldado y un cabo declararon por el caso Tlatlaya en este 2020, pero luego de que lo hicieron el proceso se cerró, pues no había indicios para “ejercer acción penal” contra nadie, de acuerdo con información revelada por el diario español El País el pasado 23 de octubre.

En septiembre de este año se realizaron los interrogatorios a la cadena de mando que participó en el caso. Foto: Archivo, Cuartoscuro.

“Por primera vez en seis años, abogados civiles, integrantes del Centro Miguel Agustín Pro, han interrogado a militares de alto rango vinculados al caso Tlatlaya, el escándalo de ejecuciones extrajudiciales cometidas por soldados en este municipio del Estado de México en 2014”, escribe el periodista Pablo Ferri para El País.

La versión oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sobre el caso Tlatlaya fue que se había tratado de un enfrentamiento entre militares y presuntos delincuentes. Pero testimonios de las testigos de los hechos y la recomendación 51/2014 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) echaron por tierra esa versión al referir posibles ejecuciones extrajudiciales.

En el tiroteo ocurrido en junio de 2014, el Ejército reportó la muerte de 22 sospechosos de narcotráfico en la localidad de Tlatlaya, en el sur de México. Solamente un soldado resultó herido en el enfrentamiento.

“Abatir delincuentes en horas de oscuridad”, esa fue la orden que se les dio a los militares que integraban la Base de Operaciones “San Antonio del Rosario” y que estuvieron involucrados en la posible ejecución extrajudicial de 22 personas el 30 de junio de 2014 en el municipio de Tlatlaya, Estado de México. Así lo consiguió documentar el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) al tener acceso a la Orden de Relevo y Designación de Mando, dirigida al Teniente de Infantería Ezequiel Rodríguez Martínez, quien estaba al mando del personal de tropa. Las pruebas fueron presentadas en 2015.

Las respuestas de los interrogados abren nuevas preguntas “sobre el papel de los generales en el caso y actualizan una vieja pregunta: ¿bajo qué tipo de órdenes actuó el Ejército en esa parte de México durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto?”, señala Pablo Ferri en el texto “La Fiscalía cierra el caso Tlatlaya” tras interrogar a un general presente en el lugar de las ejecuciones.

Los interrogatorios se llevaron a cabo el 29 de septiembre en las instalaciones del Ejército en la Ciudad de México, de acuerdo con Pablo Ferri. Sin embargo, apunta, apenas tres días después el Fiscal informó sobre el cierre del proceso.

Casi todos los casos de la CIDH son de militares, pero nunca pagan por sus errores: Prodh

miércoles, octubre 7th, 2015

En la mayoría de los casos de violación a los derechos humanos que investiga la CIDH en México, siempre hay un punto ciego: el Ejército. Activistas denuncian que mientras se mantenga su impunidad, no se avanzará en la rendición de cuentas

Tlatlaya, la responsabilidad del Ejército y la falta de justicia

Diversas organizaciones exigen que los elementos del Ejército mexicano sean llamados a rendir cuentas por casos emblemáticos como son Tlatlaya y Ayotzinapa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo).– En medio del problema de impunidad estructural que vive México, las fuerzas armadas no rinden cuentas, a pesar de que se  encuentran presentes en la mayor parte de casos de violación de derechos humanos que llegan a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dijo Santiago Aguirre Espinosa, subdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), en entrevista con SinEmbargo.

 “La mayoría de los casos que ha resuelto la Corte Interamericana contra México, tiene como elemento común la participación de las fuerzas armadas en graves violaciones de los derechos humanos”, expuso.

Aguirre Espinosa recordó el caso Tlatlaya, en donde cuatro militares que participaron en la ejecución extrajudicial de civiles rendidos en junio del año pasado, fueron exonerados por un juez antier.

También se refirió a la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos (Ayotzinapa)  en Iguala, donde presuntamente participó el 27 Batallón del Ejército, al que el gobierno federal ha negado el acceso a los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigan el caso en coadyuvancia con la Procuraduría General de la República (PGR).

En ambos casos, dijo, hay falta de rendición de cuentas. Las fuerzas armadas mexicanas simplemente no pagan por sus errores.

“La mejor manera de corregir esto es garantizando que los casos emblemáticos sean sancionados y resueltos. En el caso Tlatlaya, la reciente resolución no pone en entredicho la masacre, pero sí es una señal de alarma”, dijo.

Santiago Aguirre indicó que los cuatro militares que fueron liberados por falta de pruebas de la PGR, fueron cómplices de la ejecución  extrajudicial de civiles en Tlatlaya, pues se quedado en el exterior y no ingresaron a la bodega durante la masacre.

Aún quedan los tres que participaron directamente en la matanza. Aunque existe un proceso para determinar su culpabilidad, podrían ser liberados también como a los otros cuatro militares, porque la PGR se niega a investigar a la cadena de mando que ordenó ese día “abatir civiles en horas de oscuridad” y tampoco integra a la coadyuvancia a familiares de las víctimas.

“Esto nos preocupa en la medida de que puede ser una anticipación de que se consolide la impunidad  en este caso tan grave”, explicó.

De acuerdo con el litigante de los militares, Juan Velázquez, un Juzgado federal determinó que la PGR no presentó las pruebas suficientes que demostraran la culpabilidad de los encarcelados.

Sin embargo, los cuatro elementos del Ejército continúan en una prisión militar, puesto que aún serán enjuiciados por delitos del fuero militar.

LA JUSTICIA DEPENDE DE LA PGR

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En el caso Tlatlaya la justicia para las víctimas, está relacionada al tiempo que la PGR tarde en determinar el número de ejecutados, debido a que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la PGR manejan cifras distintas.

La resolución del caso también dependerá de la investigación de la cadena de mando que participó en los hechos de aquella noche de junio.

“Es difícil establecer el tiempo preciso que llevará todo esto, pero el elemento definitorio está vinculado a estos dos extremos: establecer número de víctimas y la investigación de la cadena de mando”, dijo.

Ayer el Centro Prodh aseguró que la PGR se negó a investigar su informe sustentado en la cadena de mando que instruía a los soldados abatir a civiles en horas de oscuridad, sin mayor fundamentación que su sola negativa. Dijo que esa decisión actualmente se encuentra impugnada y pendiente de resolverse.

El Centro Prodh lamentó que fuera a través de los medios de comunicación que la principal testigo y sobreviviente del caso Tlatlaya tuviera conocimiento de la liberación de cuatro elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) involucrados en los hechos del 30 de junio de 2014.

“La resolución no ha sido notificada a Clara Gómez González, conocida como la testigo Julia, en una reiteración de la falta de reconocimiento de su calidad de víctima tanto en el fuero civil como en el fuero militar”, dijo la organización que representa legalmente a la sobreviviente.

Recordó que pese a liberación de los cuatro militares, otros tres elementos del Ejército Mexicano siguen procesados por homicidio, “es decir, por una violación grave a los derechos humanos como es la ejecución arbitraria”.

“Los señalamientos sobre autoría material de las ejecuciones por parte de tres activos de las Fuerzas Armadas son consistentes con los dichos de las sobrevivientes y se sostienen hasta el momento; ello no implica que el resto de los involucrados sean ajenos a la comisión de conductas ilícitas, dado que incurrieron en encubrimiento y en alteración del lugar de los hechos. En otras palabras, el Ejército no ha sido exonerado”, refirió.

MILITARES DEBEN SER INVESTIGADOS: HRW

Apenas en julio de este año José Miguel Vivanco, director para las Américas de la organización Human Rights Watch (HRW), dijo a SinEmbargo que México está sumido en una “profunda crisis de derechos humanos” y casos como Tlatlaya y Ayotzinapa, deben generar investigaciones serias por parte del gobierno federal alrededor de la participación del Ejército mexicano en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y tortura.

Vivanco consideró que a un año de la masacre de Tlatlaya, el pendiente más importante es la justicia y resultados concretos sobre la posible ejecución extrajudicial de 22 personas.

“El caso Tlatlaya es un gravísimo ejemplo de un problema mayor, y lamentablemente no se trata solamente de denuncias de ejecuciones, pues según expertos internacionales las fuerzas de seguridad mexicanas están implicadas también en desapariciones y en casos de tortura. Esta crisis se manifiesta, a su vez, en una preocupante desconfianza en las instituciones judiciales, que no han logrado combatir la impunidad que rodea a estos graves abusos”, planteó.

El activista internacional de los derechos humanos recordó que aunque hay evidencia de la ejecución de 12 personas, algunos soldados sólo fueron acusados por la muerte de ocho.

“Además, los abusos que sufrieron las tres mujeres que presenciaron los hechos en manos de autoridades del Ministerio Público estatal, para que no contaran lo que vieron también siguen impunes. En el mismo sentido, aunque la CNDH sostuvo que hubo encubrimiento por parte de la Sedena [Secretaría de la Defensa Nacional] esa línea de investigación sigue sin llegar a resultados concretos que se hayan hecho públicos”, argumentó.

José Miguel Vivanco dijo que el Gobierno federal y el Ejército deben demostrar un “genuino interés” por resolver los casos Tlatlaya y Ayotzinapa, los cuales consideró emblemáticos.

El director de Human Rights Watch opinó que la mejor manera de disipar cualquier duda o especulación sobre el Ejército, es investigar su la magnitud de su participación  en los casos Ayotzinapa y Tlatlaya.

“Evidentemente, la falta de colaboración de las fuerzas implicadas en estos delitos, tanto con los ministerios públicos como con expertos internacionales que investigan el caso, es un problema serio. Preferiría no especular sobre las supuestas intenciones de las autoridades con relación al Ejército, pero no cabe duda que investigar cabalmente su posible participación en delitos es la mejor manera de disipar cualquier duda o especulación”, dijo.