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CRÓNICA | Santa Lucía revela más que sólo mamuts: hallan incluso camellos, bisontes y caballos

sábado, agosto 29th, 2020

Rubén Manzanilla López, responsable de salvamento arqueológico en Santa Lucía del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dice que en la zona hay evidencia de la presencia de camellos, caballos, mamuts, bisontes y posiblemente de tigre diente de sable. “Todos convivieron aquí, unos como herbívoros y otros como carnívoros”.

Por Juan Manuel Ramírez G.

Santa María Ajoloapan, 29 de agosto (EFE).- Los casi 200 puntos de hallazgo donde se han encontrado decenas esqueletos de mamuts, camellos, caballos y bisontes, en el futuro aeropuerto de la Ciudad de México, dan cuenta del descubrimiento paleontológico más importante en América Latina por concentración de individuos.

El rico yacimiento de fósiles se ubica a unos 50 kilómetros de la capital mexicana, en los terrenos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que se construye en la base militar de Santa Lucía por orden del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

En el lugar, a inicios de junio, se reportó el descubrimiento de unos 60 mamuts y prácticamente en unos cuantos meses los hallazgos se han triplicado, además de que ya se cuenta con inventario de más de 8 mil huesos.

Santa Lucía revela más que sólo mamuts: hallan incluso camellos, bisontes y caballos. Foto: José Méndez/EFE.

El rico yacimiento de fósiles se ubica a unos 50 kilómetros de la capital mexicana. Imagen tomada de video/EFE.

“Nunca soñamos con un proyecto de esta magnitud, es un reto y es una felicidad porque estas oportunidades pocas veces se tienen”, dijo en entrevista con Efe Rubén Manzanilla López, responsable de salvamento arqueológico en Santa Lucía del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Recordó que la zona Santa Lucía está asentada en lo que antiguamente fue el lago de Xaltocan, la cual atrajo a muchos animales en diversos periodos.

“Esta era zona muy pantanosa hace unos 10 mil años y los animales quedaban atrapados en el fango e irremediablemente morían”, agregó.

El experto dijo que se tienen varios tipos de evidencias “ya que hay restos de animales que aparecen dispersos y otros que aparecen casi completos” como ocurrió con un mamut cuya osamenta fue hallada en más del 90 por ciento.

Manzanilla explicó que la mayor cantidad de hallazgos ha ocurrido al norte de la base aérea “donde pudo ser algo así como una zona de oleaje que fue acumulando huesos donde los individuos aparecen completos” y que los hallazgos indican que en aquel tiempo existía una fauna muy característica del pleistoceno tardío en la zona.

“Hasta ahora tenemos evidencia de la presencia de camellos, caballos, mamuts, bisontes y posiblemente de tigre diente de sable. Todos convivieron aquí, unos como herbívoros y otros como carnívoros”, contó.

Además, el especialista contó que están a la espera de estudios de “huellas de uso” en algunos huesos.

Esto para ver “si hubo un aprovechamiento por parte del hombre ya que a veces el uso de herramientas deja marcas en los huesos o saber si los huesos de los mamuts y otros animales era utilizados como herramientas”, pero dicho proceso que está en desarrollo.

Santa Lucía revela más que sólo mamuts: hallan incluso camellos, bisontes y caballos. Foto: José Méndez/EFE.

¿POR QUÉ CONTINÚA LA CONSTRUCCIÓN DEL AEROPUERTO?

Para el jefe de la mesa de rescate arqueológico y paleontológico del proyecto del nuevo aeropuerto, el ingeniero militar José de Jesús Cantoral Herrera, la continuación de la obra del aeropuerto ha sido posible, al tiempo que se realizan las exploraciones, debido a la gran extensión del proyecto.

“Tenemos más de 4 mil 200 hectáreas en las que se desarrollan los trabajos del aeropuerto, pero los puntos de hallazgo no representa, en conjunto, ni siquiera el 1 por ciento”, explicó a Efe.

Recordó que cada una de las zonas de restricción donde se llevan a cabo las exploraciones miden unos 225 metros cuadrados “o hasta donde los arqueólogos indican el punto donde los hallazgos no se verán afectados”.

Explicó que cuando se lleva a cabo un nuevo hallazgo y se detectan restos óseos se hace la restricción del área la cual es liberada “hasta que los restos sean intervenidos y explorados por el personal de arqueología”.

El ingeniero militar recordó que ya con las restricciones en los lugares de hallazgo, los trabajos pueden continuar pero siempre bajo supervisión y hasta que se determinen que no hay afectación alguna en el sitio.

“Tenemos un equipo de supervisión que vigila cada uno de las máquinas que están trabajando y ahora mismo existen 20 unidades paleontológicas de excavación activas, con diferentes contextos y en las que los ejemplares tiene diversos grados de conservación”, apuntó.

El ingeniero militar señaló que gracias a la construcción del aeropuerto en Santa Lucía se pudo descubrir este patrimonio “que seguramente va arrojar mucha información científica”.

El rico yacimiento de fósiles se ubica a unos 50 kilómetros de la capital mexicana. Imagen tomada de video/EFE.

Santa Lucía revela más que sólo mamuts: hallan incluso camellos, bisontes y caballos. Imagen tomada de video/EFE.

EL RESCATE, A CONTRATIEMPO

Con el tiempo encima, porque la inauguración del aeropuerto fue programada por el Presidente para el 21 de marzo de 2022, el rescate sucede a la par de la obras y va a alta velocidad.

“En una obra o en un rescate siempre estamos a contratiempo”, dijo Manzanilla, quien recordó que cada semana hay una reunión entre ambas instituciones donde el Ejército informa en qué áreas estarán para que el INAH envíe a sus arqueólogos a supervisar.

“En caso de que se dé un hallazgos, se restringe el área y de inmediato comienzan los trabajos de recuperación”, apuntó.

Para el arqueólogo el hallazgo es el mayor en América Latina, por concentración de individuos, aunque existen otros lugares como el rancho La Brea en California que tiene más de 100 años recuperando restos de mamuts y camellos.

“En México es el más grande y a nivel Latinoamérica, es uno de los más importantes sino es que el más importante, considerando que todavía no terminamos la exploración y trabajaremos lo que resta de este año y parte del 2021 tiempo en el que seguirán apareciendo restos. Ahora mismo en bodega tenemos mas de 8 mil huesos ya en inventario”, apuntó.

En ese sentido, la arqueóloga Araceli Yañez, de la Universidad Autónoma del Estado de México, contó que la actividad en el área es intensa y las jornadas de trabajo comienzan a las 7 de la mañana, hora local.

La especialista, quien está a cargo de un equipo que rescata el esqueleto de un mamut, prácticamente íntegro, señaló que en ese ejemplar invertirán unos 40 días con un equipo de 15 personas.

Los mamuts existían en la Tierra desde hace más de cuatro millones de años y llegaron hace 40 mil años a América gracias a la glaciación del estrecho de Bering, desde donde se expandieron hasta Centroamérica.

FOTOS y VIDEOS: Un viaje a tierras de mamuts. Así rescatan militares el tesoro hallado en Santa Lucía

sábado, junio 27th, 2020

Al pensar en mamuts de inmediato aparecen las palabras imponentes y magníficos, hallar los restos de estos animales es encontrar un tesoro que puede revelar detalles de cómo desaparecieron. El proceso para recuperarlos debe ser rápido, sistemático y coordinado, por lo que la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabajan en conjunto para resguardar este importante hallazgo realizado en Santa Lucía.

“Este hallazgo es muy importante, tanto por su tamaño, ahorita estamos hablando ya de la colección más grande de América Latina en cuanto a restos del Pleistoceno tardío, la importancia radica en todos los estudios que se van a poder realizar con estas muestras”, dijo a SinEmbargo el Dr. Rubén Manzanilla López, responsable del salvamento arqueológico en el nuevo aeropuerto “Felipe Ángeles” por parte del INAH.

Ciudad de México, 27 de junio (SinEmbargo).- Hace unas semanas diversas imágenes de restos de mamuts en Santa Lucía maravillaron a todos, tanto a expertos como a aficionados y es que debido a la construcción del nuevo aeropuerto en esa zona, se descubrieron los huesos enterrados de estos imponentes animales. La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabajan en conjunto para resguardar este importante hallazgo.

“Los trabajos entre la Secretaría de la Defensa Nacional y el Instituto Nacional de Antropología e Historia se empezaron a conformar desde marzo del 2019, fue cuando se tuvo el primer contacto entre el Ejercito mexicano y Antropología e Historia para llevar a cabo los trabajos de salvamento arqueológico”, dijo el Capitán Primero Ingeniero Constructor, José de Jesús Cantoral Herrera a SinEmbargo.

El Capitán explicó que están dando cumplimiento a la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, el artículo 18 señala que en estas obras se debe contar con la participación de arqueólogos y antropólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia para recuperar los bienes arqueológicos.

Los restos corresponden al Pleistoceno tardío. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

Uno de los restos hallados. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

LA CANTIDAD DE RESTOS SORPRENDE

Los restos encontrados no son una sorpresa para ellos, ya que se sabía que podían encontrarse estos fósiles, sin embargo, sí lo es la cantidad de huesos que han sido desenterrados.

“En Santa Lucía ya se tenía el antecedente de tres hallazgos llevados a cabo en la década de los 70 a la década de los 90, gracias a esos hallazgos nosotros ya sabíamos que podíamos encontrar ejemplares, lo que no sabíamos es que iban a ser en la cantidad en la que hemos estado localizándolos, al punto de que al día de hoy tenemos 139 puntos de hallazgo, de esos 139 puntos de hallazgo más de 70 corresponden a individuos de mamut y tenemos otra especies paleontológicas correspondientes al periodo de Pleistoceno tardío”, señaló el Capitán Primero.

Entre los restos han encontrado huesos de bisonte, caballo, camello, antílopes, aves y peces, además de otras especies acuáticas que se espera puedan identificarse con los estudios de gabinete posteriores.

Se habían encontrado más de 70 hallazgos correspondientes a individuos de mamut. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

El hallazgo podría aportar información para conocer las posibles causas de la extinción de estos animales. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

LA COLECCIÓN MÁS GRANDE DE AMÉRICA LATINA

“Este hallazgo es muy importante, tanto por su tamaño, ahorita estamos hablando ya de la colección más grande de América Latina en cuanto a restos del Pleistoceno tardío, la importancia radica en todos los estudios que se van a poder realizar con estas muestras, por un lado se van a obtener nuestras de ADN, se van a obtener muestras de los suelos, se va hacer un poco de química molecular para saber más o menos de dónde veían estos animales”, aseguró el Dr. Rubén Manzanilla López, responsable del salvamento arqueológico en el nuevo aeropuerto “Felipe Ángeles” por parte del INAH.

Este hallazgo permitirá, además, realizar estudios que podrían aportar información para conocer las posibles causas de la extinción de estos animales en la cuenca de México.

Respecto a las teorías acerca del hallazgo de tantos restos en la zona, destaca una en la que se señala que debido al terreno pantanoso los animales quedaban atorados y ya no podían salir, así que morían de hambre o atacados por los depredadores.

“Hacia 30 mil años antes del presente terminó lo que le llaman la última gran glaciación, en esta parte en América, la glaciación que había se llamaba Wisconsin, mucho del continente estaba cubierto de hielo y había espacios que no estaban cubiertos y la cuenca de México era uno de esos. Las especies migraban huyendo de los hielos y buscando alimento, aquí calculamos que entre 25 mil y 10 años antes del presente era una zona con pastos y agua de los lagos, era muy atractiva para la fauna y sus depredadores, aquí llegaron mamuts colombinos, camellos, bisontes, lobos, leones, tigres dientes de sable y el hombre, era muy atractivo pero tenía sus peligros porque los sedimentos lacustres tienden a ser muy fangosos y un animal de 4 metros, un mamut adulto pesaba cerca de 10 toneladas y era muy común que se empantanaran y no pudieran salir”, explicó Manzanilla López.

Los huesos hallados asombran a propios y extraños, ya que en algunos casos los restos son de animales casi completos y en la posición en la que murieron, otros se encuentran en pedazos en un área en la que, además de los restos de mamuts, se han encontrado de otros animales.

“Hemos encontrado ejemplares que han conservado la posición anatómica del momento de su muerte, esto quiere decir que en la postura en la que quedaron al morir, así igualito los encontramos, completamente articulados, ese es un contexto y es muy impresionante ver al animal en esa posición, pero también los contextos de materiales dispersos han sido muy interesantes porque la creatividad empieza a trabajar tratando de imaginar cómo es que llegaron esos restos a estar con esas características de distribución, donde hemos encontrado materiales de restos de mamut con restos de camello y caballo en un espacio muy pequeño, entonces toda la investigación que se va a realizar para determinar por qué estamos encontrando estos contextos a mí me parece muy relevante y muy interesante”, dijo el Capitán Primero José de Jesús Cantoral.

El proceso para rescatar los huesos debe ser rápido ya que al desenterrarlos cambian las condiciones en las que se encontraban. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

Desenterrar los restos de estos animales es un trabajo que requiere de mucha atención y coordinación. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

¿QUÉ PASOS SE SIGUEN EN LA EXCAVACIÓN?

Desenterrar los restos de estos animales es un trabajo que requiere de mucha atención y coordinación, el  Dr. Rubén Manzanilla López explicó que se reúnen cada semana y cada frente de trabajo expone su trabajo de obra, cada arqueólogo debe estar presente en los trabajos y cuando se detecta que hay algún hueso en la zona se marca y el área queda restringida, después se procede a cuadricular el área para poder excavar y desenterrar los restos.

“Después viene un registro, digamos topográfico, en dónde están, qué relación tiene uno con el otro y después ya viene la parte de la liberación de los huesos, la consolidación del campo, la recuperación y se envía al laboratorio. En el laboratorio tenemos ahorita restauradores que están trabajando en los huesos que van llegando”, señaló el Dr. Manzanilla.

Destaca que contarán con la participación de expertos en suelo, paleontólogos y expertos en vulcanología para realizar un estudio académico de la colección.

Dr. Rubén Manzanilla López, responsable del salvamento arqueológico en el nuevo aeropuerto “Felipe Ángeles” por parte del INAH. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

El área es cuadriculada para poder excavar. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

COLABORACIÓN Y COORDINACIÓN DESTACADA

“Esta colaboración entre el Ejercito mexicano y el INAH es única en su tipo y ha estado rindiendo grandes resultados, nosotros tenemos la instrucción del Secretario de la Defensa Nacional de proporcionar todos los apoyos necesarios para que el INAH lleve a cabo su investigación de forma exhaustiva y sistemática entonces hemos aprovechado los recursos que tenemos en la obra para coadyuvar a estas actividades”, dijo Cantoral Herrera.

El Capitán Primero Ingeniero Constructor señaló que hay 31 arqueólogos del INAH apoyados por 218 elementos proporcionados por la SEDENA que colaboran en las actividades de excavación, recuperación, consolidación en sitio, registro de material, resguardo y hasta restauración, actividades que se realizan a través de una coordinación muy estrecha entre las dependencias.

Respecto a la obra de construcción del aeropuerto refirió que cuentan con una gran coordinación que ha permitido que no se detengan los trabajos, además de que los hallazgos no rebasan el 1 por ciento de la superficie total del proyecto.

“Cuando se realiza un hallazgo el área se restringe y es el mismo Instituto Nacional de Antropología e Historia el que nos indica en qué punto poder continuar los trabajos, es una dinámica de trabajo en la que se realiza el registro exhaustivo de todo lo que se encuentra y al mismo tiempo la obra continua”, señaló el Capitán Primero José de Jesús Cantoral Herrera.

31 arqueólogos del INAH apoyados por 218 elementos proporcionados por la SEDENA trabajan en los hallazgos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

El INAH capacitó a todos los trabajadores que decidieron unirse a este proyecto de excavación. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

MUSEO DEL MAMUT

El Capitán Primero Ingeniero Constructor, José de Jesús Cantoral Herrera explicó que se tienen planeados dos proyectos museográficos, el primero es el Museo Militar de Aviación que tiene contemplado un espacio para contar la historia de Santa Lucía por lo que se incluirá el Pleistoceno hasta el aeropuerto, el otro espacio es el Museo del Mamut para el que se tienen hasta el momento contempladas 5 salas de exposición, 4 de ellas de exposición permanente y 1 temporal, además de un jardín temático en el que se recreará el paisaje de Santa Lucía en el Pleistoceno y una exposición al aire libre. Estos museo se encuentran aún en etapa de proyecto, pero se espera concretar su construcción a la brevedad.

Histórico: Restos de 14 mamuts, que habrían caído en una trampa, son hallados en Tultepec, Edomex

miércoles, noviembre 6th, 2019

Los humanos usaban a estos animales para su alimentación, las pieles, los huesos y la grasa para como herramientas y diferentes actividades.

Ciudad de México, 6 de noviembre (SinEmbargo).– 824 huesos pertenecientes al menos 14 mamuts fueron hallados en el San Antonio Xahuento, Tultepec, en el Estado de México. Este hallazgo podría representar la primera trampa para mamut en el mundo.

En una conferencia ofrecida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se dio a conocer el hallazgo de trampas artificiales para mamut creadas por humanos. Se trata de trampas de hace aproximadamente 15 mil años que son evidencia directa más antigua de la caza de estos enormes herbívoros.

“Realmente es un parteaguas. […] Esta noticia seguramente va a repercutir a nivel mundial. No es cosa menor lo vamos a anunciar el día de hoy”, dijo el arqueólogo Francisco Sánchez Nava, adelantando la noticia a medios de comunicación.

El hallazgo se originó desde el 2016, cuando se encontró el primer ejemplar en un terreno que iba a ser destinado para un tiradero. El número de huesos hallados en el lugar, lo convierten el mayor del país.

De acuerdo con lo descubierto, los humanos usaron varias líneas de trampas para cazar a estos animales. Para crear estos instrumentos en busca de sus presas, los cazadores-recolectores tuvieron que excavar grandes fosas para poder capturarlas.

Los humanos usaban a estos animales para su alimentación, las pieles, los huesos y la grasa para como herramientas y diferentes actividades.

Restos de mamut en Tultepec. Foto: INAH

Los arqueólogos explicaron que cerca de siete manadas de mamuts vivieron en esta zona del norte cuenca durante miles de años, y compartieron su hábitat con otras especies como camellos, caballos, bisontes y aves.

El último mamut murió hace cuatro mil años en una isla del Ártico por culpa del cambio climático

lunes, octubre 7th, 2019

Durante la última glaciación, hace unos 100 mil a 15 mil años, los mamuts se extendieron en el hemisferio norte desde España hasta Alaska. Debido al calentamiento global que comenzó hace 15 mil años, su hábitat se redujo hasta el norte de Siberia y Alaska. En la isla Wrangel, algunos ejemplares quedaron aislados del continente por el aumento del nivel del mar; esa población sobrevivió otros siete mil años.

Madrid, 7 de octubre (EUROPAPRESS).– Los últimos mamuts lanudos o mamuts de la tundra de la Tierra vivieron en la isla Wrangel, en el Océano Ártico al norte de Siberia, y murieron hace cuatro mil años en muy poco tiempo.

Un equipo de investigación internacional de las universidades de Helsinki y Tübingen y la Academia de Ciencias de Rusia ha reconstruido el escenario que pudo haber llevado finalmente a la extinción de los mamuts.

Los investigadores creen que una combinación de hábitat aislado y eventos climáticos extremos, e incluso la propagación del hombre prehistórico pueden haber sellado el destino de estos antiguos gigantes. El estudio ha sido publicado en la última edición de Quaternary Science Reviews.

Durante la última glaciación, hace unos 100 mil a 15 mil años, los mamuts se extendieron en el hemisferio norte desde España hasta Alaska. Debido al calentamiento global que comenzó hace 15 mil años, su hábitat se redujo hasta el norte de Siberia y Alaska. En la isla Wrangel, algunos ejemplares quedaron aislados del continente por el aumento del nivel del mar; esa población sobrevivió otros siete mil años.

El equipo de investigadores de Finlandia, Alemania y Rusia examinó las composiciones isotópicas de carbono, nitrógeno, azufre y estroncio de un gran conjunto de huesos y dientes de mamut del norte de Siberia, Alaska, el Yukón y la Isla Wrangel, que van desde 40 mil a cuatro mil años en edad. El objetivo era documentar posibles cambios en la dieta de los mamuts y su hábitat y encontrar evidencia de una alteración en su entorno.

Los resultados mostraron que las composiciones de isótopos de carbono y nitrógeno de colágeno de los mamuts de la Isla Wrangel no cambiaron a medida que el clima se calentó hace unos 10 mil años. Los valores permanecieron sin cambios hasta que desaparecieron los mamuts, aparentemente en medio de condiciones de vida favorables y estables.

Este resultado contrasta con los hallazgos sobre mamuts lanudos de las llanuras ucraniano-rusas, que murieron hace 15 mil años, y en los mamuts de la isla de St. Paul en Alaska, que desaparecieron hace 5 mil 600 años. En ambos casos, los últimos representantes de estas poblaciones mostraron cambios significativos en su composición isotópica, lo que indica cambios en su entorno poco antes de que se extinguieran localmente.

Estudios anteriores de ADNc indican que los mamuts de la isla Wrangel sufrieron mutaciones que afectaron su metabolismo de las grasas. En este estudio, el equipo encontró una diferencia intrigante entre los mamuts de la isla Wrangel y sus predecesores siberianos de la edad de hielo: los valores de isótopos de carbono de carbonato indicaron una diferencia en las grasas y carbohidratos en las dietas de las poblaciones.

“Creemos que esto refleja la tendencia de los mamuts siberianos a depender de sus reservas de grasa para sobrevivir a los inviernos extremadamente duros de la era de hielo, mientras que los mamuts Wrangel, que viven en condiciones más suaves, simplemente no las necesitan”, dice Laura Arppe de Museo finlandés de historia natural Luomus, Universidad de Helsinki, que dirigió el equipo de investigadores.

Los huesos también contenían niveles de azufre y estroncio que sugerían que la meteorización del lecho de roca se intensificó hacia el final de la existencia de la población de mamuts. Esto puede haber afectado la calidad del agua potable de los mamuts.

¿Por qué entonces los últimos mamuts lanudos desaparecieron tan repentinamente? Los investigadores sospechan que murieron debido a eventos a corto plazo. El clima extremo, como la lluvia sobre la nieve, es decir, un evento de formación de hielo podría haber cubierto el suelo en una gruesa capa de hielo, evitando que los animales encuentren suficiente comida. Eso podría haber llevado a una dramática disminución de la población y, finalmente, a la extinción.

“Es fácil imaginar que la población, tal vez ya debilitada por el deterioro genético y los problemas de calidad del agua potable, podría haber sucumbido después de un evento climático extremo”, dice el profesor Hervé Bocherens, del Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente de la Universidad de Tübingen, coautor del estudio.

Otro posible factor podría haber sido la propagación de los humanos. La primera evidencia arqueológica de humanos en la isla Wrangel data de unos pocos cientos de años después del hueso de mamut más reciente. La posibilidad de encontrar evidencia de que los humanos cazaron mamuts de Wrangel Island es muy pequeña. Sin embargo, no se puede descartar una contribución humana a la extinción.

El estudio muestra cómo pequeñas poblaciones aisladas de grandes mamíferos están particularmente en riesgo de extinción debido a las influencias ambientales extremas y el comportamiento humano. Una conclusión importante de esto es que podemos ayudar a preservar las especies protegiendo a las poblaciones que no están aisladas unas de otras.

El descubrimiento de restos de mamuts en San Luis Potosí abre el debate sobre su relación con cazadores

viernes, mayo 11th, 2018

Hasta la fecha se han identificado en el municipio de Cedral, en San Luis Potosí, restos de al menos cinco mamuts, entre los cuales se encuentra una cría de de un mes de edad, un mamut joven de doce años y adultos.

Por Chessil Dohvehnain

San Luis Potosí, 11 de mayo (Agencia Informativa Conacyt/SinEmbargo).- En 2015, el doctor Gilberto Pérez Roldán recibió el aviso de la presencia de una costilla de mamut en el predio de Córdoba, localizado en el municipio de Cedral, en el Altiplano de San Luis Potosí. Este hecho inició un proyecto arqueológico y paleontológico que, a la fecha, ha resultado en el descubrimiento de un yacimiento con huesos de más de un mamut en el lugar, así como de otros especímenes propios de la Edad de Hielo.

“Se trata, básicamente, de un periodo donde una capa gélida cubre la mayor parte de la Tierra, y que duró aproximadamente desde los 22 mil años antes del presente hasta el 8 mil.  Y en nuestro país había una alta presencia de pastos para las regiones que hoy forman los semidesiertos del norte de San Luis, lo que propició la llegada de especímenes de megafauna, esto es, mamíferos con un peso mayor a los 400 kilogramos, como el mamut o el oso perezoso gigante, en busca de alimento”, dice el investigador de la licenciatura en arqueología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

Gracias a los análisis conjuntos del estudio arqueológico y paleontológico que se llevan a cabo desde 2017, se ha descubierto que la región de Cedral era una cuenca abierta alimentada de riachuelos, y con una presencia de ojos de agua que crecían en época de lluvias convirtiéndola en un lago.

“Son resultados preliminares de la reconstrucción paleoambiental hipotética, por supuesto, ya que la región se ve favorecida por haber sido un paso natural obligado para la megafauna migratoria que venía de norte a sur, y de la costa este a la oeste”.

Que el lugar fuera un atrayente por sus recursos hidrológicos, y que en tiempo de secas se crearan enormes charcas y lodazales, lo convirtió también en una trampa natural para los mamíferos que acudían, según la información del proyecto.

En el sitio que anteriormente fuera un ojo de agua, los investigadores afirman que algunos animales quedaban encallados, como los mamuts descubiertos. “Y sabemos que ellos trabajaban en manadas, y que si alguno se encontraba en problemas, la manada querría ayudar, pero como dice el refrán de que si no ayudas, no estorbes, a veces al no funcionar con éxito el trabajo en conjunto, como consecuencia la manada mataba a su miembro en apuros y en desesperación”.

Por tanto, los restos encontrados son de especímenes que murieron en dicha trampa natural. El análisis de los restos óseos les ha permitido identificar a la fecha cinco individuos, entre los cuales se encuentra una cría de mamut de un mes de edad, un mamut joven de doce años y adultos.

“Los primeros pobladores americanos, contrario a lo que se piensa, quizá cazaban de vez en cuando mamuts. Lo que encontramos también en Córdoba es evidencia que nos hace suponer la presencia de sociedades de cazadores-recolectores que, al ver la presencia de los restos de los animales muertos, deciden aprovechar la materia prima que les sirve”.

Esos cazadores eran quienes, según la investigación, trabajaban los restos óseos de los mamuts aprovechando al máximo los recursos que se presentaban, como la piel de los mamíferos, en un ambiente que oscilaba entre los -10 grados y los 19 grados Celsius. Pero además, gracias a un fechamiento por radiocarbono realizado en una de las capas estratigráficas en las que aparecen los restos de mamuts, se obtuvo una fecha cercana a los 8 mil años antes del presente, lo que implicaría para México considerar sugerir un marco cronológico bastante tardío para la desaparición de estos animales.

LA CRÍTICA DE OPOSICIÓN: EVIDENCIAS CONTRADICTORIAS

Sin embargo, también existen opiniones divergentes en cuanto a lo que el profesor Gilberto Pérez Roldán afirma sobre la interacción de humanos antiguos con megafauna del Pleistoceno. Una de las más famosas es la del doctor Ciprian Ardelean, quien el año pasado dictó una conferencia en el Instituto de Geología de la UASLP, sobre su proyecto que busca evidencia de presencia humana “temprana” en los desiertos del norte de México.

Para el arqueólogo rumano, la cuestión de dicha interacción es algo difícil de afirmar y más en este país, en el que el estudio sistemático y riguroso de contextos que van del Pleistoceno tardío al Holoceno temprano (22 mil a 8 mil 200 años calibrados antes del presente, es decir, antes de 1950) no se ha llevado a cabo con el rigor metodológico necesario, o simplemente no se le ha dado continuidad histórica.

Según su tesis doctoral de 2013, titulada Arqueología de las ocupaciones humanas tempranas y de la transición Pleistoceno-Holoceno en el desierto de Zacatecas, Norte de México, esta relación culturalmente popular gracias a series animadas como Los Picapiedra y alguno que otro hallazgo mal divulgado socialmente debió ser en realidad algo raro. Con esto el investigador se refiere a que, gracias a lo que sabemos hasta ahora, no hay evidencia suficiente como para afirmar que, al menos aquí y para esos tiempos, los cazadores antiguos de la Edad de Hielo estaban especializados en el aprovechamiento de recursos de megafauna.

Sin embargo, en México existen al menos dos sitios arqueológicos en los que dicha relación de interacción cuenta con evidencia. Se trata de Santa Isabel Ixtapan, en el centro de México, y el Fin del Mundo, localizado en Sonora; y sin embargo, no son suficientes como para afirmar que los humanos antiguos cazaban mamuts a diestra y siniestra.

Como él mismo dijera en la conferencia del año pasado, se sugiere más bien que la gente solía cazarlos con motivos rituales o en momentos únicos. Para el investigador, que actualmente trabaja buscando evidencia humana temprana en Zacatecas, la cacería de mamuts incluso quizá se daba una sola vez en la vida.

Sobre esta idea, Marco Antonio Rojas Beltrán, del Instituto de Geología de la UASLP, sostiene que hay evidencia estadística importante: “Los mamuts como especie vivieron varios miles de años antes que los seres humanos, por lo que la gran mayoría de los restos fósiles puede ser de organismos que nunca convivieron con los humanos”.

Sobre la probable coexistencia entre megafauna del Pleistoceno y homínidos, continúa diciendo que si hubo interacción, esta fue durante un periodo bastante breve en términos geológicos. “Esto hace que la posibilidad de que todos los contextos donde hay ahora restos o fósiles de mamuts, no necesariamente tengan vestigios o evidencias de coexistencia humana. Hay la posibilidad, pero es pequeña”.

Aunque por otro lado, la explicación puede ser más conductual, como bien expresa el profesor Gilberto Pérez, con respecto a las posturas como las de Ciprian Ardelean.

“El ser humano biológicamente se caracteriza por aprovechar el medio, lo que tenga a la mano. Si un grupo de cinco o diez personas encontraba un mamut herido por cualquier motivo, era comida gratis. Solo se trataba de darle el golpe final. Pero si se quería dar caza a uno, mínimo se tendrían que juntar unas cien personas. O sea, no es tan fácil armar toda una estrategia de cacería, pero las sociedades humanas así somos. Podemos ser muy individualistas, o también organizarnos y enfrentar los retos”.

El doctor Gilberto Pérez también comenta que esa parte de la historia, la de los primeros pobladores de América, hay que entenderla como una caja de Pandora, en la que existen distintas posturas complementarias y divergentes.

Pero para él hay un punto en común, si no en los resultados, al menos sí en la necesidad de colaborar entre disciplinas para obtener los mejores datos posibles con el rigor necesario, ya que para él, los paleontólogos por su formación se encuentran preparados para ejecutar “recuperaciones”, en vez de realizar excavaciones científicas de los yacimientos. Y eso representa un problema, ya que si hay evidencia de interacción humana, esta solo podrá aparecer a través de una excavación arqueológica controlada.

“Por eso la arqueología no debe alejarse de los materiales paleontológicos, porque todo lo que conocemos del Holoceno y Pleistoceno, la mayoría de los materiales está en los sedimentos que componen los estratos geológicos, o en los paleosuelos que suelen estar sueltos. Esto quiere decir que una técnica de excavación arqueológica funciona muy bien en este tipo de casos. Y vaya, si hay o no evidencia de presencia humana, eso se ve en el laboratorio. Pero para esto ya habría un buen registro del contexto”.

Por tanto no se trata, al menos por ahora, de quién esté mal o no, sino de la necesidad de continuar esas búsquedas por evidencia con los más altos estándares científicos. Y la interdisciplinariedad juega un rol crucial en eso.

“No creo que Ciprian (Ardelean) esté mal. Él habla desde su propia experiencia. Bajo la mía, lo que te puedo decir es que sí es importante hacer interdisciplina y que exista el diálogo. Si el material no tiene evidencia o huellas de presencia humana, eso es algo que se descubrirá en el trabajo en laboratorio. El buen registro científico durante la excavación permitirá construir una mejor interpretación de la evidencia”.

Para el geólogo Marco Antonio Rojas, no solo se trata de descubrir mamuts o de si hay evidencia de presencia humana: “El conocimiento de los organismos que vivieron y convivieron con grupos humanos nos permite saber más no solo de aspectos ecológicos, sino incluso de nosotros mismos, sobre nuestro proceso evolutivo y de las prácticas sociales (organización de la sociedad, jerarquización, división del trabajo), además de aspectos como la dieta alimenticia, usos y abusos de los materiales y recursos existentes. Todo para tener un panorama más completo sobre los primeros habitantes en territorio potosino, e incluso de territorio mexicano”.

 

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE Agencia Informativa Conacyt. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Un estudio revela por qué eran tan grandes los mamuts y otros herbívoros

martes, febrero 27th, 2018

Los mamuts y elefantes que vivieron durante la última glaciación pudieron sobrevivir porque su tamaño les permitía ingerir gran cantidad de alimentos gastando el mínimo de energía, reveló el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales español.

Barcelona, España, 27 de febrero (EFE).- Un estudio concluyó que los mamuts, los caballos y los rinocerontes durante la última glaciación (de 110 mil a 10 mil años a.C) tenían un gran tamaño para sobrevivir en las frías tundras y estepas del centro de Europa.

El estudio del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf-CSIC-UAB) español, que publicó ayer la revista Nature Ecology and Evolution, demuestra que el gran tamaño de los mamuts y los otros mega-herbívoros fue clave para su supervivencia porque así podían ingerir y digerir grandes cantidades de hierba gastando el mínimo de energía.

Su tamaño descomunal, además, les ayudaba a deshacer antes la nieve y a “labrar” la tierra para que produjera más hierba y durante más tiempo, según revelan los datos de unos modelos matemáticos innovadores que son capaces de predecir la evolución del paisaje teniendo en cuenta el efecto de los herbívoros.

“No es que ser grandes fuera solo una ventaja, era una obligación. Necesitaban ser enormes para poder sobrevivir a las duras condiciones”, explicó el investigador del CSIC-Creaf Josep Peñuelas.

Según el estudio, cuanto más grandes eran estos animales más bajaba su ritmo metabólico y mejor aprovechaban la energía, o más alimento eran capaces de ingerir y digerir, entre otras cosas porque tenían un intestino más largo.

Peñuelas recordó que durante la última glaciación las tundras y estepas que había en toda Europa estaban pobladas por una gran cantidad de animales herbívoros y muchos eran de unas dimensiones que nunca más se han repetido en sus descendientes actuales.

Por ejemplo, existía el caballo gigante, el rinoceronte lanudo o el mamut, que podía llegar a pesar diez toneladas y medir hasta cinco metros de altura (el elefante africano actual llega a las 6 toneladas y a 3.5 metros).

“Gracias a este estudio hemos dado respuesta a esta paradoja: los animales herbívoros de la última glaciación habían llegado a un tamaño apropiado que les permitía comer grandes cantidades de hierba y consumir el mínimo de energía”, resumió Peñuelas.

Para llegar a esta conclusión los investigadores utilizaron los modelos matemáticos que se usan para medir el reverdecimiento de la tierra, pero ahora han añadido el papel clave que tienen los grandes herbívoros.

El mismo modelo matemático que han utilizado para conocer los secretos del pasado lo han probado con los grandes herbívoros del presente.

Los resultados muestran que si los humanos no hubiéramos modificado el uso de la tierra eliminando pastos para hacer cultivos, o destruyendo muchos hábitats con la urbanización, hubiéramos podido mantener casi el doble de grandes herbívoros de los que tenemos actualmente.

Según Peñuelas, esto es especialmente relevante si se tiene en cuenta que casi el 60 por ciento de los grandes herbívoros están en peligro de extinción (elefantes, rinocerontes, gorilas, etc).

Científicos revelan inesperadas razones genéticas que extinguieron a los mamuts

lunes, marzo 6th, 2017

La desaparición del mamut, el legendario y peludo paquidermo prehistórico, tiene su origen en las alteraciones de los genomas, según un nuevo estudio de su ADN.

Ciudad de México, 6 de marzo (SinEmbargo/RT).– Mientras la comunidad científica sigue intentando explicarse la extinción de los mamuts, ocurrida hace miles de años, un grupo de científicos de la Universidad de California (EU) aporta ahora una nueva versión de lo sucedido, después de que un análisis del ADN de estos animales haya puesto al descubierto numerosas mutaciones genéticas dañinas.

En el marco del estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista PLOS Genetics, los investigadores compararon los genomas de dos tipos de estos herbívoros prehistóricos: los que vivían en el continente y que se remontan a hace 45 mil años, cuando todavía había muchos mamuts; y la población aislada de estos animales que habitó la isla de Wrangel del Ártico hace 4 mil 300 años, poco antes de desaparecer para siempre.

Los autores del estudio aseguran que los resultados son coherentes con las discusiones que existían en la comunidad científica respecto a los cambios genéticos en las pequeñas poblaciones de los animales. Foto: AP.

Mientras el calentamiento del clima y la caza contribuyeron a la extinción de los mamuts en el continente hace unos 10 mil años, las causas de la desaparición completa de las poblaciones pequeñas de estos herbívoros grandes que continuaban viviendo aisladamente en las islas hasta hace 3.700 años, fueron otras, según los científicos.

El estudio pone de manifiesto que los genomas cambiaban en algunas poblaciones de mamuts y cómo su composición genética estaba completamente revuelta poco antes de su desaparición, lo que les causaba trastornos como la pérdida de receptores olfativos o la adquisición de un pelaje satinado. Debido a estos cambios, “las supresiones de genomas, los retrogenes y la no-funcionalización” junto con los codones de terminación prematuros, fruto de las mutaciones, que identificaron los científicos en el ADN, los mamuts se extinguieron.

Los autores del estudio aseguran que los resultados son coherentes con las discusiones que existían en la comunidad científica respecto a los cambios genéticos en las pequeñas poblaciones de los animales. Sin embargo, estas revelaciones no solo arrojan luz sobre la extinción de los mamuts, sino que pueden dar claves a los científicos para que se evite la futura extinción de otras especies.

El estudio pone de manifiesto que los genomas cambiaban en algunas poblaciones de mamuts. Foto: AP.

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