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Joven amenaza con explotar una bomba en Palacio Nacional si no habla con AMLO. Ya fue detenido

viernes, septiembre 6th, 2019

El personal del Agrupamiento de fuerza de Tarea, adscritos al Comando de Operaciones Especiales, realizó labores de rastreo e inspección a la supuesta bomba, la cual resultó ser falsa.

Ciudad de México, 6 de septiembre (SinEmbargo).– Un joven fue detenido a las afueras de Palacio Nacional después de amenazar a los guardias con que portaba una bomba y la haría estallar si no tenía una audiencia con el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Personal del Agrupamiento de fuerza de Tarea, adscritos al Comando de Operaciones Especiales (COE), realizó labores de rastreo e inspección a la supuesta bomba, la cual resultó ser falsa. El incidente ocurrió aproximadamente a las 09:08 horas, informó la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina (SSC) en un comunicado.

El joven, presunto estudiante de sociología, aseguró que tenía información privilegiada por lo que pedía hablar con el Presidente o con alguien de la Guardia Nacional y en caso de no ser atendido, detonaría una bomba.

La bomba resultó ser falsa. Foto: SSC.

Ante esta situación, personal de la Presidencia solicitó ayuda al personal del Agrupamiento Fuerza de Tarea de la SSC, quienes activaron el protocolo de seguridad por amenaza de bomba.

Al inspeccionar la mochila color negro que portaba el joven, no se encontró artefacto explosivo alguno, pero se encontraron útiles escolares, dos carpetas para apuntes, un libro, dos emparedados, dos latas de frijoles, tarjeta bancaria, memorias USB y microSD, y cinco gramos de mariguana.

El joven fue trasladado a la Agencia del Ministerio Público de la Coordinación Territorial CUH-4, donde se definirá su situación jurídica.

La puerta giratoria en energía la usa elite de ex funcionarios con datos privilegiados: especialista

martes, julio 25th, 2017

Desde 2014, primer año de la puesta en marcha de la Reforma Energética, que impulsó el Presidente Enrique Peña Nieto, la liberación del sector energético –para que empresas privadas participen en todos los eslabones de la extracción, producción y venta de hidrocarburos– se convirtió en una fuente de negocios sobre todo para empresas ligadas a un reducido grupo de ex funcionarios públicos, que tuvo su origen en el sexenio del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, dijo Alejandra Salas–Porras.

La profesora e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, una de las más reconocidas especialistas en economía política del desarrollo y las redes corporativas en México, no tiene duda: ese puñado de ex funcionarios tecnócratas usa esa información privilegiada en beneficio propio y de sus cercanos.

SÉPTIMA PARTE DE UNA SERIE

Ciudad de México, 25 de julio (SinEmbargo).– La práctica se ha normalizado y poco se cuestiona que, en las últimas dos décadas, funcionarios del sector público mexicano hayan hecho común su tránsito entre el Gobierno y las empresas que ahora están siendo beneficiadas por las privatizaciones que impulsaron las administraciones para las que trabajaron.

Para la investigadora María Alejandra Salas-Porras Soule, profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sin embargo, esta “puerta circulatoria” por parte de quienes han sido “élite” gubernamental, sobre todo por parte de funcionarios que fueron cercanos al ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, ha sido utilizada en las últimas décadas para “canjear el interés público por el individual” y para beneficios personales.

“Conforme las relaciones entre las élites estatales y las élites corporativas se volvieron más abiertas y comunes, la frontera entre lo público y lo privado se volvió –a veces deliberadamente– confusa y con ello se extendieron las prácticas rentistas entre los funcionarios que procuraban sacar el mayor provecho de la información privilegiada y los recursos públicos, en general, para enriquecimiento y encumbramiento personal”, dice Salas-Porras en su libro “La economía política neoliberal en México. ¿Quién la diseñó y cómo lo hizo?”, publicado este año.

“Con todo ellos, estos funcionarios han reconfigurado la división entre la esfera pública y privada y han precipitado la mercantilización de la función pública que (…) es una de las expresiones más sobresalientes de la transiciones a las estructuras globales”, agrega el texto.

En su investigación, Salas-Porras analiza las trayectorias de 128 funcionarios federales que impulsaron lo que denomina “reformas de corte neoliberal” desde 1988 y 2016, encontrando en ellos a 21 funcionarios “clave” para este proyecto económico y que, en total, concentraron 204 posiciones en el aparato estatal.

Entre ellos, encuentra la académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y especialista en economía política del desarrollo y las redes corporativas, están el ex Secretario de Hacienda de Carlos Salinas, Pedro Aspe; el ex Secretario de Energía y ex Secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez Kuénzler; el ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Jesús Reyes Heroles y el también ex secretario de comunicaciones y ex director de Pemex, Carlos Ruiz Sacristán, todos los cuales ahora trabajan en la iniciativa privada.

“El grupo de tecnócratas analizado (…) diseñó, negoció y defendió el paquete de reformas estructurales que puso al mercado libre en el centro del nuevo modelo de desarrollo” agrega.

La Reforma Energética aprobada en 2013, en el primer año del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, ha sido la más reciente modificación constitucional de este modelo de desarrollo impulsado desde la década de los ochenta y acelerados, sobre todo, en el sexenio del entonces Presidente Carlos Salinas.

Y, desde el primer año de su puesta en marcha, esta liberación del sector energético para que empresas privadas participen en todos los eslabones de la extracción, producción y venta de hidrocarburos se ha convertido en una fuente de negocios sobre todo para empresas vinculadas con este grupo de ex funcionarios públicos.

La filial mexicana de la firma trasnacional Evercore, por ejemplo, es propiedad de Pedro Aspe Armella, sumó a su consejo al ex Embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, y cuenta con participación en la empresa Diavaz, que ganó dos contratos en la primera ronda de licitaciones de la Reforma Energética.

La trasnacional BlackRock, por su parte, cuenta entre sus directivos con un ex subsecretario de Hacienda de Felipe Calderón –Gerardo Rodríguez Regordosa– y de sus oficinas salió el actual director de Petróleos Mexicanos Internacional (PMI) –Isaac Volin Bolok Portnov.

“Lo que sí hay es uso de información privilegiada”, dice Salas-Porras. “No cabe duda de que están utilizando información privilegiada para beneficio personal, y/o de sus socios, la gente cercana a ellos”, añade Alejandra Salas-Porras.

En entrevista, la autora identifica el inicio del uso de la “puerta giratoria” a partir del sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, él mismo luego parte de diferentes consejos de administración beneficiados en su Gobierno, como Union Pacific.

Luego, explica, a partir de los sexenios panistas, se vio regresar a la esfera pública a quienes habían sido parte de Gobiernos federales priistas y que luego habían ingresado a la iniciativa privada, como Luis Téllez Kuénzler, nombrado secretario de Comunicaciones y transportes por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y el también ex Secretario de Energía en la primera parte del sexenio de Ernesto Zedillo, Jesús Reyes Heroles, director general de Pemex entre 2006 y 2009.

“El caso más reciente es el de Calderón [Felipe Calderón Hinojosa] mismo, que pasa a formar parte de Iberdrola, por cierto una de las empresas que más se beneficiaron a lo largo del sexenio de Calderón. Otra funcionaria fue Georgina Kessel Martínez, por ejemplo, que también forma parte del gabinete de Calderón [como Secretaria de Energía] y se incorpora, en su caso, no deja pasar mucho tiempo”, dice Salas-Porras.

A la especialista Alejandra Salas-Porras no le queda duda: un puñado de ex funcionarios públicos están utilizando información privilegiada para beneficio particular y de sus socios y gente cercana. Foto: Sandra Sánchez Galdoz, SinEmbargo

***

–No deja pasar ni un año [Georgina Kessel Martínez]…

–En todo caso ella no espera; se incorpora prácticamente cuando deja la administración pública. Ahora, ¿qué ha pasado, durante el sexenio de Peña Nieto? Creo que aquí no hemos visto ningún caso así, a excepción del de Calderón, porque Calderón tendrá un año que se incorporó en el consejo de Iberdrola, y no hemos visto otros casos. Lo que sí hemos visto es el fenómeno este de Pedro Aspe. Cuando deja Hacienda, deja pasar un año y se incorpora en varios consejos de administración, pero además él crea un despacho por medio del cual se puede beneficiar del capital, podemos decir, social y político acumulado a lo largo de su carrera. ¿Cómo lo hace? Brindando asesoría particularmente a los Gobiernos estatales, para reestructurar sus deudas. Eso lo hizo a lo largo de los últimos 10 años más o menos, pero ha aflorado últimamente por el problema que atraviesan los estados del país, que se encuentran muy endeudados. Entonces, uno se pregunta cómo le hicieron para seguirse endeudando sin pasar por los Congresos locales, y entonces aquí vemos cómo se reestructuró la deuda a través de fideicomisos, a través de la bursatilización de títulos de deuda que les permitieron seguirse endeudando, y en la medida en la que utilizaron recursos que no pasan por el filtro de los Congresos no fueron registrados ni objeto, digamos, de un monitoreo por parte del público, hasta que ya estalló el problema de las deudas de los estados, en algunos de los cuales, más graves, está involucrado el despacho [de Pedro Aspe]…

–Vemos que estas personas, Reyes Heroles, Luis Téllez, Felipe Calderón mismo, quien fue también Secretario de Energía, ¿es más agudizado esto en el sector energético?

–Definitivamente en el sector energético esto es una práctica muy intensa. Yo creo que casi todos los secretarios de Energía, los directores de Pemex también han circulado, algunos después de muchos años, como el caso de Adrián Lajous, que fue funcionario mucho tiempo dentro de Pemex y al final circuló y se ha vinculado a grupos muy diferentes, grupos sudamericanos, pero relacionados con el sector energético, y además también forma parte de un think tank en el sector energético. Sí es un fenómeno muy acusado en el caso del sector energético, y creo que una de las razones es porque ellos interactúan mucho con intereses extranjeros, eso los vincula y, bueno, quienes logran armar contratos y gestiones con trasnacionales o inversionistas extranjeros establecen relaciones muy estrechas que después facilitan ese tránsito hacia los consejos de administración, asociaciones, como en el caso de Reyes Heroles, que entre otras relaciones con el sector privado se asocia con Morgan Stanley para invertir en este sector. En el sector energético está también el caso de Luis Téllez, que también se ha asociado con intereses muy poderosos, tanto de despachos como también de empresas; Sempra, que es una empresa norteamericana y en la que él tiene participación o por lo menos un asiento en el Consejo de Administración, (…) que significa que puede participar en el capital, pero aun si no participa, obtiene recursos nada más por formar parte del consejo. Todos los consejeros siempre obtienen no necesariamente un salario pero sí un bono bastante generoso.

–Si desde el sector público impulsaron la apertura económica, ¿cree que lo hayan hecho para beneficiarse de manera personal?

–Es algo que no se puede demostrar, a menos de que uno tenga una entrevista con ellos. ¿Hasta dónde, cuando están en funciones realizan sus funciones públicas en función de recompensas, pensando en recompensas futuras? Yo creo que sí es así. Ahora, esta es una práctica que estos funcionarios no la ven mal. Ha sido naturalizada y en cierto modo, también justificada por una teoría política que argumenta que los funcionarios públicos racionalizan, maximizan sus ganancias, y que esto es natural; se llama public choices, es la teoría de la elección pública, según la cual los funcionarios van a aprovechar al máximo su participación y, por tanto, se parte de ese presupuesto y en todo caso lo que se les tiene que exigir es que desempeñen su función de manera eficiente, pero no se les puede reclamar si sacan provecho, porque como cualquier individuo, o al menos eso es lo que plantea esta teoría de la elección pública, cualquier individuo es naturalmente maximizador, que va a tratar de maximizar sus intereses. Creo que esta es una teoría que ha sido muy asimilada más o menos explícitamente por este grupo de empresarios. Entonces, no lo ven mal, y creo que también es cada vez más difícil definir, digamos, la frontera del conflicto de intereses, en qué situaciones hay conflicto de intereses. Hay un caso que sí es muy problemático, el de Luis Téllez, porque hoy en día está muy vinculado a muchos intereses y al mismo tiempo forma parte del Fondo (Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo), que se supone que va a concentrar los recursos, los excedentes, y los va a canalizar, ya sea para obras de infraestructura o en diferentes direcciones. Entonces él, al formar parte de esta organización, pues va a tener la posibilidad de influir en el destino de esos recursos, al mismo tiempo que forma parte de grupos que se interesan en obtener contratos. Entonces ahí creo que es un caso muy problemático.

–¿Qué tan emparentado está este tránsito entre esferas con la corrupción?

–Lo que sí hay es uso de información privilegiada. No cabe duda de que están utilizando información privilegiada para beneficio personal, y/o de sus socios, la gente cercana a ellos. Habría que partir de una definición de corrupción, que también es un concepto elusivo. (…) Quienes tuvieron trayectorias muy largas dentro del aparato estatal y mantienen contratos y conocen el modus operandi de los diferentes espacios de la burocracia y la pueden usar en su provecho.

–¿Y qué consecuencias tiene esto para el resultado de la economía mexicana, en términos de democracia, transparencia, o éxito en la distribución de la riqueza?

–No cabe duda de que es un grupo cada vez más estrecho el que tiene la información que le permite aprovechar contratos, que le permite aprovechar proyectos de construcción, ya sea directamente o, y en ese caso sí sería corrupción, pasando la información a gente cercana. En ese caso evidentemente sí es un uso indebido, porque se supone que los grandes proyectos pasan por concursos, y si quienes participan en los concursos tienen acceso a información privilegiada, ahí definitivamente hay un caso de corrupción. Ahora, ¿qué consecuencias? Yo creo que esto ha minado cada vez más las instituciones públicas y les impide armar proyectos de más largo plazo en función de intereses generales y no en función de intereses particulares. Y, a mi juicio, esto se ha traducido en una clase política depredadora, que utiliza las instituciones. Patrimonialista y depredadora, porque también el patrimonialismo socava las instituciones, las debilita y sí tiene consecuencias muy serias en términos de la posibilidad, digamos, de promover estrategias de desarrollo de mediano y largo plazo. Creo que en todos los países, o en la gran mayoría, uno va a encontrar muchos casos de corrupción, pero hasta dónde la corrupción y el uso de información privilegiada, que la frontera entre uno y otro es difícil de trazar, pero puede debilitar las instituciones y más cuando esto está entrelazado con intereses extranjeros, que dificulta pensar en el interés nacional.

–¿Qué tanto esto está relacionado con la desigualdad?

–Yo pienso que sí se traduce en que las oportunidades se concentran en unos cuantos grupos, empresas, funcionarios, y que el así llamado derrame, el efecto de derrame, tiene un impacto cada vez más estrecho. Se supone que si la economía crece, o por lo menos ese era el argumento de la economía ortodoxa, que si la economía crece, eventualmente se van a generar efectos en cadena, efectos multiplicadores. En la medida en que el crecimiento se concentra o beneficia a un grupo cada vez menor de empresas o funcionarios, hay una mayor concentración de la riqueza. Son oportunidades que se abren y quienes las pueden aprovechar son quienes tienen acceso a un capital político y social que han podido acumular, ya sea por vida privada o pública o una combinación de las dos.

–¿Qué lugar cree que debe tener esta práctica en el análisis del modelo económico, de apertura y el libre comercio?

–Creo que sí, es una de las consecuencias lógicas de una filosofía según la cual es legítimo, hasta cierto punto, sacar el mayor provecho de la participación en los espacios del aparato estatal. Ahora, este es un fenómeno que ha estado presente, por ejemplo, en Estados Unidos, desde hace muchos años, pero creo que, a pesar de que en esta administración de [Donald] Trump ha adquirido niveles escandalosos, está creando cada vez más malestar, y no sería sorprendente que esto llevara, eventualmente, no sé qué tan rápido, pero sí eventualmente, como a una regulación de este fenómeno. Y, por supuesto, en el caso de México, dado que la concentración de la riqueza ya era muy grande, al iniciar esta práctica, pues también creo que debe ser objeto de una regulación. Por ejemplo, ahora, el Sistema Nacional Anticorrupción, hasta dónde debería discutir esta práctica, si es o no legítima, cómo se debe vigilar, cuál es el mínimo de tiempo que debe transcurrir antes de que un funcionario, sobre todo los de alto nivel, y hacia dónde, porque si un funcionario de Pemex o que ha sido funcionario del sector energético, como es el caso de Calderón, además gozando de un ingreso, porque algunos podrían argumentar que, bueno, se quedaron sin empleo, entonces es legítimo buscar empleo en el sector privado, pero alguien como Calderón, a quien le seguimos pagando un ingreso, un salario bastante generoso, no podría argumentar eso. Entonces, el caso de los ex presidentes creo que debería regularse, porque ellos siguen recibiendo un ingreso público. Y, bueno, habría qué discutir en qué otros casos también o en qué condiciones se puede transitar de un espacio a otro.

El mapa de la riqueza energética de México ahora es de Baillères

lunes, octubre 19th, 2015

Carlos Morales Gil, considerado una de las mentes con más conocimiento de la riqueza petrolera en México, es hoy líder del consorcio Bal, del empresario Alberto Baillères. Su acervo de 30 años trabajando para Pemex pone de nuevo en tela de juicio el posible uso de información privilegiada para beneficio de intereses privados.

Carlos Morales Gil, ex director de la subsidiaria Pemex Exploración y Producción, ahora director de Grupo Bal. Foto: Cuartosocuro

Carlos Morales Gil, ex director de la subsidiaria Pemex Exploración y Producción, ahora director de Grupo Bal. Foto: Cuartosocuro

Ciudad de México, 19 de octubre (SinEmbargo).– En uno de los debates legislativos previos a la Reforma Energética, el ingeniero petrolero Carlos Morales Gil habló ante el Senado de la República con la precisión de quien conoce la ubicación exacta de las reservas mexicanas de hidrocarburos: los recursos estimados, dijo, ascienden a 53 mil 800 millones de barriles de petróleo crudo, y se encuentran distribuidos, el 55 por ciento, en aguas profundas; el 33 por ciento en las Cuencas del Sureste; el 3.1 por ciento en la cuenca Tampico-Misantla, que abarca los campos de Chicontepec; y el ocho por ciento en las cuencas de “gas no asociado”.

Era junio de 2008, y Morales había acudido al entonces edificio de Xicoténcatl, en el centro histórico de la Ciudad de México, en calidad de director de la subsidiaria Pemex Exploración y Producción de Petróleos Mexicanos (PEP), oficina dedicada a identificar los yacimientos que le quedan al país y considerada el “corazón” de la industria petrolera mexicana.

“El área del petróleo fácil terminó”, afirmó Morales ante los legisladores. “El 83 por ciento de las reservas actuales presentan un nivel de complejidad para su extracción muy superior al que prevaleció durante las últimas tres décadas”. Por eso, y “como testigo del deterioro de las reservas”, el entonces servidor público se pronunció en favor de la apertura a la inversión privada en el sector energético.

“Los problemas técnicos deben ser resueltos en base a las opiniones de los expertos (…) Si tenemos un Congreso Plural y que fue electo democráticamente, ¿por qué habría necesidad de consultar a nadie?”, planteó.

En febrero de 2014, después de que la Reforma Energética fue aprobada al inicio de este sexenio, Morales Gil renunció a Petróleos Mexicanos (Pemex), la paraestatal para la que trabajó por más de tres décadas. Las columnas periodísticas sugirieron entonces que su salida podría estar relacionada con la inhabilitación de la empresa Oceanografía –a la que PEP dio más de 8 mil millones de pesos en contratos– como proveedora del Gobierno por presunto fraude. En febrero pasado, sin embargo, Morales Gil apareció como integrante de la nueva compañía petrolera mexicana Controladora Petrobal, del empresario Alberto Baillères González, propietario de la minera Peñoles.

Y, con Morales Gil, la recién creada Petrobal se quedó el 30 de septiembre pasado con la cuarta zona contractual de la Segunda Licitación Pública Internacional de la Ronda Uno, proceso con el que el Gobierno federal está subastando los contratos de Producción para Extracción de Hidrocarburos antes en manos de Petróleos Mexicanos.

El área contractual que ganó Petrobal abarca 58 kilómetros cuadrados de aguas someras con dos campos a explotar, de nombres Ichalkil y Pokoch, que, según la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), tienen reservas probadas y probables de 68 millones de barriles de aceite ligero y 92 mil millones de pies cúbicos de gas.

Ubicados frente al estado de Campeche, los dos campos forman parte de la Cuenca del Sureste que, como director de PEP, Carlos Morales Gil estimó que guardaba poco más de un tercio de lo que le queda a México en riqueza petrolera.

“¿TENÍA PETROBAL INFORMACIÓN PRIVILEGIADA?”

El ingeniero petrolero Foto: Cuartoscuro

Bal, encabezada por el ingeniero petrolero Morales Gil, ganó dos campos petroleros en la segunda licitación de la Ronda Uno. Foto: Cuartoscuro

Morales Gil no es el único ex funcionario de Pemex que ha salido del sector público para ingresar a alguna empresa privada relacionada con su trabajo como funcionario federal. De acuerdo con una investigación de la organización no gubernamental Poder [Proyecto de Organización, Desarrollo y Educación], seis de los nueve últimos directivos de Petróleos Mexicanos salieron de la paraestatal a ocupar puestos en empresas vinculadas con el sector energético: Carlos Ruiz Sacristán, director de la paraestatal en 1994, es director general de Infraestructura Energética Nova (Ienova), filial de la californiana Sempra Energy; Adrián Lajous, quien la dirigió entre 1994 y 1999, fue integrante del Consejo de Administración de Schlumberger hasta 2014; Rogelio Montemayor Seguy, quien la encabezó en 2000, preside hoy Cluster Minero-Petrolero de Coahuila; Jesús Reyes Heroles, director de Pemex de 2006 a 2009, está asociado con Morgan Stanley para inversiones en energía, y su sucesor, Juan José Suárez Coppel, es hoy integrante del Consejo Directivo de la consultora Jacobs Engineering Group.

También Luis Ramírez Corzo, director de la paraestatal entre 2004 y 2006, apareció en 2012 como integrante de la empresa Oro Negro, creada meses antes de la Reforma Energética, según su propia información, para vender servicios precisamente a Pemex.

Carlos Morales Gil, a diferencia de ellos, no fue director general. Pero, en cambio, es el único que acumuló más de 30 años de experiencia en la paraestatal y nueve de ellos en PEP, cargo en el que lo nombró Ramírez Corzo y que está considerado estratégico por la información sobre la ubicación de los hidrocarburos.

Su contratación por parte de Petrobal, por tanto, coinciden analistas, fue una decisión estratégica. “Se trata de una de las mentes más lúcidas y mejor informadas sobre la riqueza petrolera de México”, dice Miriam Grunstein Dickter, ex asesora de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y hoy al frente de la consultora en Brilliant Energy.

“Tan es así, que él pudo ver algo en esa área contractual que nadie más vio”, agrega.

En entrevista, la también catedrática de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) explica lo llamativo que fue la segunda licitación de la Ronda Uno, en la que, después de analizar la información que la CNH puso a disposición de los interesados sobre esa cuarta zona, sólo Petrobal decidió buscar el contrato. Y ofreciendo, dice la analista, un 74 por ciento de participación al Gobierno federal; es decir, más del doble de la utilidad que éste buscaba por los pozos Ichalkil y Pockoch [33.7 por ciento].

“Eso es algo bastante llamativo, porque en la industria se dice que ‘el petróleo se hace en la mente del geólogo’, y que en tanto el geólogo no vea el petróleo, éste no existe para fines de aprovechamiento. Carlos Morales es ingeniero petrolero; entonces, aquí diríamos que el petróleo se hizo en la mente del ingeniero, que nadie más vio y que él sí vio”, dice.

Grunstein no fue la única observadora de la Reforma Energética a quien le generó cuestionamientos la apuesta de Petrobal por dos campos que nadie más decidió buscar.

“Hay varias preguntas: ¿Cómo te explicas que ocho compañías internacionales, entre ellas British Petroleum, Luckoil, Statoil, hayan dicho ‘no, en ese bloque no hay nada, porque no tiene rentabilidad’, y sólo una empresa se queda sola en el concurso”, plantea el responsable del Posgrado de Energía de la la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Víctor Rodríguez Padilla.

“Y de ahí surgen las preguntas: ¿Realmente no tenía rentabilidad? ¿Acaso Petrobal tenía información privilegiada sobre la geología de ese pedazo porque Carlos Morales era el antiguo director de Pemex Exploración y conoce cómo están los yacimientos? Él puede decir aquí sí hay y acá no hay mejor que la CNH, ¡de lejos!”, agrega el también doctor en Economía de la Energía.

Carlos Morales no sólo conoció la información con la que cuenta hoy la CNH sobre aguas someras, tipo de región en la que, de acuerdo con los expertos consultados, Petróleos Mexicanos es una de las principales productoras del mundo. Desde agosto de 2010, Pemex Exploración realizó un primer contrato con una empresa noruega para que un buque recabara “encuestas” de información electromagnética y en tercera dimensión sobre la ubicación de hidrocarburos en la parte mexicana de las aguas profundas del Golfo de México, principal fuente de las reservas y prácticamente intocadas.

El contrato para esta recopilación de información, cuyos datos están disponibles en el Portal de Obligaciones de Transparencia, se concretó en julio de 2010 y costó al erario 156.5 millones de dólares pagados a Electromagnetic Geoservices ASA (EMGS) para “servicios de exploración electromagnética en 3D en aguas territoriales de la cuenca del Golfo de México mediante un barco dedicado con tecnología”.

Un boletín de EMGS, por su parte, reportó que la empresa confía en que los “datos darán un significativo valor a la cartera de Pemex y, consecuentemente, apoyará sus esfuerzos para mejorar su tasa de reemplazo de reservas costas afuera”.

Pemex Exploración renovó el contrato a EMGS en junio de 2013, cuando, de acuerdo con la información del Portal de Obligaciones de Transparencia, le pagó otros 99.8 millones de dólares por dos años más de expediciones en el Golfo.

Carlos Morales Gil, con todo ese conocimiento, salió de la compañía poco menos de un año después, en febrero de 2014.

SinEmbargo solicitó una entrevista con el ex funcionario en la oficina de Grupo Bal, pero, al cierre de esta información, la petición no había sido respondida.

LA RIQUEZA DEL CONOCIMIENTO

De acuerdo con los expertos consultados, la Reforma Energética aprobada en diciembre de 2013 no sólo no se preocupó por que el Estado mexicano conservara el conocimiento acumulado por el personal de Pemex en las más de siete décadas que tuvo el monopolio de la extracción de hidrocarburos en México.

Al contrario. De acuerdo con el ex Consejero de la paraestatal, Fluvio Ruiz Alarcón, el planteamiento original de la Ley de los Órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética enviado por el Ejecutivo buscaba, precisamente, que estos funcionarios no participaran en las decisiones de la Reforma Energética.

Un caso, dice Ruiz, es la Comisión Nacional de Hidrocarburos, cuya información y conocimiento viene de Petróleos Mexicanos y a donde, por Ley, no pudieron entrar funcionarios de la paraestatal.

“La propuesta del Ejecutivo planteaba cinco años de plazo para que los ex funcionarios pudieran ocupar posiciones en los órganos reguladores, pero finalmente se dejó en uno”, explica el hoy Consejero de Pemex-Petroquímica y miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“Lo interesante es si la existencia de personas como Carlos Morales Gil son un problema para la competencia de los campos”, plantea por separado Miriam Grunstein. “Podrían ser un problema para la competencia, y eso es algo que el país tiene que resolver (…) pero es difícil, porque hubo una concentración de conocimientos en un manojo de personas con el monopolio de Pemex, y esas personas salieron, como Carlos Morales, y no le vas a pedir que no use lo que sabe”, agrega.

Otro caso similar, recuerda la académica, es el de Vinicio Suro Pérez, ex subdirector de Planeación y Evaluación de Pemex Exploración, ex director del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y quien, informa Grunstein, fue contratado por E&P Hidrocarburos y Servicios. Esta empresa, en fusión con PanAmerican Energy (a su vez filial de British Petroleum) ganó también en septiembre pasado la segunda zona contractual de la segunda licitación de la Ronda Uno.

Ese es el riesgo de la Reforma Energética, dice por separado Rodríguez Padilla: “El problema es que se repita el esquema del capitalismo de cuates, el reparto”.

De acuerdo con el fallo de la Segunda Licitación de la Ronda Uno, publicado el pasado 9 de octubre en el Diario Oficial de la Federación, las compañías ganadoras el 30 de septiembre tienen aún 90 días naturales para firmar los contratos.

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