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Los jóvenes en México responden al olvido con activismo… y otros por la vía de la violencia, alertan

viernes, febrero 16th, 2018

En la actualidad, las juventudes mexicanas no forman parte sustancial de la agenda de gobierno, porque en México, se olvida que son una minoría vulnerable, dijeron a SinEmbargo especialistas consultados.

En este contexto de “olvido” y de “abandono” sistemáticos, los jóvenes se dirigen a un activismo de protesta desde un sentimiento de hartazgo y no desde las instituciones –incluidas las ideologías–. Un fenómeno potenciado por el desarrollo tecnológico, sobre todo a raíz de la llegada de las redes sociales.

Y por otro lado, las juventudes se dirigen a un ambiente violento, ya sea como víctimas o victimarios, no fuera que se vieran obligados a emigrar en busca de mejores condiciones de vida, a pesar de volverse altamente vulnerables “en todo ámbito”, explica la Secretaría de Salud. Así pues, por el lado de lo negativo, las juventudes también se encaminan a sufrir o a reproducir “lo peor de nuestra Nación”, comentan los expertos.

SinEmbargo analiza en cuatro entregas la realidad que enfrentan 30.6 millones de jóvenes en México, 25.7 por ciento de la población, y la brecha de carencias y oportunidades que los margina día con día.

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Ciudad de México, 16 de febrero (SinEmbargo).- Las juventudes mexicanas han sido “abandonadas” por el Estado, refieren antropólogos y politólogos consultados por este medio digital. La marginación social y la falta de inclusión de este sector poblacional, lleva a los jóvenes a formar parte de entornos de violencia que los vuelven víctimas o victimarios, o que los hacen emigrar. O también los llevan a actuar y a organizarse, no por ideología o identidad social, sino para dar solución a las necesidades que nadie más atiende.

Para entender a dónde se dirige la cuarta parte de la población mexicana que representan poco más de 30 millones de jóvenes, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), es necesario entender su presente.

Hablamos de una minoría vulnerable que se enfrenta a carencias sociales y que, debido a los inadecuados manejos del Estrado, desconfía del sistema, de las instituciones públicas y del gobierno, concuerdan los analistas.

En los últimos 88 años, las juventudes mexicanas han formado parte de un proyecto político. Sólo que conforme fue transcurriendo el tiempo, la claridad del mismo se desdibujó, explica el doctor Hector Castillo Berthier, sociólogo del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en su libro Juventud, Cultura y Política Social (2008).

La creación de diferentes organismos, cambiantes de prioridades, objetivos y estrategias; el ensanchamiento de las burocracias y la rotación permanente de funcionarios, son algunos factores que complicaron, paulatinamente, el diseño de políticas públicas congruentes con las necesidades y demandas de la población joven en México.

De 1930 a 1977, el proyecto político y de desarrollo de lo que es ahora el Partido Revolucionario Institucional (PRI), incluyó a las juventudes de los sectores obrero, campesino, popular y militar para fortalecer sus estructuras y comandar al país.

Entonces hubo afinidad política entre el gobierno y los jóvenes organizados, cocida, al principio, en el bullente clima post-revolucionario e impulsado, después, con el “desarrollo estabilizador” y su idea de crecimiento económico sostenido [1940-1970].

A partir de 1977 y hasta 1997, la plataforma partidista fue incluyendo a los jóvenes como el “brazo derecho del gobierno para el apoyo directo del partido oficial”, hasta desembocar en una separación entre el proyecto de gobierno y los códigos culturales de la sociedad, escribe Berthier.

Es decir, el partido dejó de impulsar a los jóvenes como parte de su plan de desarrollo –bajo la acción del Estado benefactor– para simplemente utilizarlos como combustible de su maquinaria.

El legado –ulterior a los manejos del PRI, porque ya hemos tenido dos administraciones panistas–, plantean los especialistas consultados, fue la “inepta política actual” y el abandono sistemático de los jóvenes.

El 5 de febrero pasado, un intento de asalto en un camión del transporte público dejo como saldo tres personas muertas: dos jóvenes asaltantes y un pasajero. Dos cuerpos quedaron tendidos sobre la autopista México-Puebla a la altura del kilómetro 23. Foto: Armando Monroy, Cuartoscuro

¿HACIA DÓNDE VAN LAS JUVENTUDES?

“El desamparo, el desarraigo y los temores frente a un futuro expropiado” por las precariedades estructural [marginación social] y subjetiva [falta de identidad con la sociedad y su Estado], además de la crisis de legitimidad de la política, hacen que las juventudes funcionen de manera individual, refieren Rossana Reguillo Cruz, coordinadora del Programa Formal de Investigación en Estudios Socioculturales de la Universidad Jesuita de Guadalajara; y Alfredo Nateras Domínguez, antropólogo especializado en psicología social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) campus Iztapalapa.

De ese modo, lejos de identificarse por un sentido comunitario basado en principios y valores, los jóvenes se identifican por las carencias y los atropellos que experimentan.

Y desencantados del Estado, en medio de una crisis social, las juventudes actúan de manera positiva [a favor de la sociedad] o negativa [de manera individual y hasta violenta], comentaron a SinEmbargo antropólogos y politólogos.

Por el lado positivo, las juventudes se organizan y participan en su entorno, a partir de lo que Reguillo Cruz denomina como “comunidades de sentimiento”. Es decir, “formas de participación social y política”, que lejos de tener una estructura ideológica, son “reivindicaciones de resistencia culturales”, explicó el doctor Nateras.

Esto quiere decir que las juventudes operan y se organizan para resolver los problemas inmediatos.

Ejemplos sobran: “Los indignados” con políticos y banqueros en España; “Somos el 99%”, los que criticaron, en todo el mundo, el manejo de las economías nacionales por una minoría millonaria; el “#YoSoy132” en México, que pugnó por la libertad de expresión, entre otras cosas; o “Wikipolítica”, la plataforma ciudadana que llevó a Pedro Kumamoto a obtener una diputación en Jalisco.

El fenómeno de protesta desde el sentimiento de hartazgo y no desde las instituciones –incluidas las ideologías– se acrecentó gracias al desarrollo de las tecnologías, sobre todo a raíz de la llegada de las redes sociales.

“La tecnología es un marcador central en las identidades juveniles y un dispositivo que arma, forma y da sentido a su vida y a sus prácticas […]. La tecnología es la marca de época de una juventud que la utiliza tanto para afirmar sus pactos con la sociedad de consumo, como para marcar sus diferencias y críticas a esa sociedad”, refiere Reguillo en su artículo Jóvenes en la encrucijada contemporánea: en busca de un relato de futuro (2013).

Como apuntan Reguillo y Nateras, además de los politólogos Sergio Aguayo, del Colegio de México (Colmex), y Enrique Toussaint, de la Universidad de Guadalajara (UdeG), los jóvenes se articulan desde las redes. Se empoderan y “tienen voz”; se unen y cuestionan; producen extrañamiento y reflexionan. Se vuelven partícipes, el uno del otro, a partir de un sentimiento de desarraigo.

Las juventudes se dirigen, en ese sentido, a un activismo político emergente.

Y no obstante que “existen agrupaciones y movimientos que quieren participar buscando construir una nueva cultura”, jóvenes que “ representan un aporte” según Aguayo, existen también “las bandas de hackers jóvenes que se dedican a la difamación, a la difusión de noticias falsas, y que son mercenarios de la política, porque están al servicio de quien los contrata”, comentó.

***

Por el lado negativo, mencionaron los especialistas, las violencias juveniles –o conjunto de carencias devenidas de la marginación social, articulado desde la pobreza y la exclusión que definen el comportamiento del sujeto– empujan a las juventudes a ser víctimas o victimarios.

Por el lado de las víctimas, las cifras del Inegi arrojan que entre el 2012 y el 2016, una de cada cinco víctimas de homicidio fue un joven de entre 15 y 24 años. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en ese periodo hubo 92 mil 541 homicidios dolosos registrados.

Como coeficiente, los datos del Inegi y del Secretariado implican que en un periodo de cuatro años murieron al menos 18 mil 508 jóvenes en circunstancias de violencia. Una cifra espeluznante.

Por el lado de los victimarios, en México, tenemos que unos 30 mil niños y jóvenes trabajan para la delincuencia organizada en actividades que van desde la extorsión y el tráfico de personas, hasta la piratería y el narcotráfico, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

No es de extrañar que en este contexto de carencias estructurales y subjetivas, el 32.8 por ciento de la población carcelaria en México esté compuesta por jóvenes de entre 18 y 29 años, según la última Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) del Inegi.

Además, en el aspecto negativo, están los jóvenes obligados a emigrar por circunstancias adversas como el desempleo, la falta de oportunidades, el miedo a la violencia, o “porque no les queda de otra”, refieren los especialistas. Situación que los hace “altamente vulnerable en todo ámbito”, explica la Secretaría de Salud.

De acuerdo con el Inegi, “la migración es el cambio de residencia de una o varias personas de manera temporal o definitiva, generalmente con la intención de mejorar su situación económica, así como su desarrollo personal y familiar”.

Y este fenómeno es una “llamada de atención al sistema, al modelo sociopolítico y económico, porque señala un fracaso, un quiebre, una angustia vital”, explicó la doctora Rossana Reguillo Cruz.

En México, cuatro de cada diez emigrantes tiene entre 15 y 24 años de edad. Y casi tres de cada 10, entre 25 y 34 años, arrojan cifras del Inegi.

Así pues, por el lado de lo negativo, las juventudes se dirigen a sufrir o a reproducir, como dijera Aguayo, “lo peor de nuestra Nación”.

“Vas a vivir feliz ¡Seguro!”, dijo el priista Peralta a Colima; hoy, esa entidad es la líder en homicidios

sábado, septiembre 2nd, 2017

El priista José Ignacio Peralta Sánchez gobierna Colima desde hace año y medio y no ha podido contener el avance de la violencia. Hoy, esa entidad, es ya la líder en homicidios por cada 100 mil habitantes en el país, de acuerdo con los datos de julio, publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Durante su campaña electoral rumbo a la gubernatura, Peralta Sánchez prometió a los ciudadanos: “Vas a vivir feliz ¡Seguro!”. Sin embargo, ahora, los colimenses ya le muestran su hartazgo y exigen que cumpla su promesa. Peralta, en cambio, argumenta que el repunte de la violencia en la entidad se debe a su geografía, pues el problema es nacional y no del estado.

Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).– “¡Nacho! No vivimos felices ni seguros, ¡Vete! Artículo 39 constitucional. El pueblo te lo demanda”, fue la consigna que se podía leer en mantas colgadas por diferentes partes de Colima, el estado que sólo ha sido tierra priista y que sufre sus peores tiempos con la violencia.

En abril, los colimenses amanecieron con estas mantas que respondían al eslogan de campaña de José Ignacio Peralta Sánchez: “Vas a vivir feliz ¡Seguro!”.

Pero a poco más de un año de que Peralta Sánchez se convirtiera en Gobernador, en unas elecciones que fueron muy reñidas, el diablo anda suelto en la entidad, que hasta hace poco se distinguía por ser uno de la más tranquilas.

Peralta adjudicó las mantas a integrantes de crimen organizado por el combate que autoridades estaban dando en su contra.

“No es ninguna coincidencia que después de fuertes golpes que autoridades estatales y federales están dando a estructuras criminales, aparezcan lonas con mensajes de una supuesta desaprobación a la acción del gobierno”, expresó.

Sin embargo, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) el estado de Colima tuvo un importante aumento en la tasa de homicidios dolosos por cada cien mil habitantes en 2016, con el 71.22, una cifra alarmante por encima del 61.39 de Guerrero.

En lo que va de este años, el posicionamiento de la tasa de asesinatos en Colima no ha bajado y la entidad se mantiene en el primer lugar, con 53.22 durante los primeros siete meses del año, con lo que rebasó de nueva cuenta a Guerrero, con 37.48, y a Baja California, con 30.63.

La cifra más baja que presentó en los últimos 20 años fue en 2007, cuando tenía una tasa de 4.86.

Desde que el priista Peralta tomó posesión de la administración de Colima –hace año y medio– se han registrado 892 asesinatos en el estado menos habitado del país: con 771 mil 235 habitantes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Pese a los datos que exponen la sangre que se derrama en su estado, Peralta Sánchez se deslindó y declaró que la “la fuente primigenia del conflicto no está en Colima”.

El Gobernador tricolor declaró en julio pasado, cuando se informaba que en el mes anterior Colima había arrasado con la tasa de homicidio frente a las demás entidades del país, que se debía a la “geografía” de la entidad, según publicó la revista Proceso.

“Fue un mes muy complejo. Estuvimos registrando básicamente los reacomodos de las organizaciones criminales, de la delincuencia organizada, que se está viendo a nivel nacional; es un tema que no es de Colima; nosotros estamos lamentablemente registrando en nuestra geografía (…) un problema que es de envergadura nacional”, afirmó.

TECOMÁN, EL MÁS MORTÍFERO

Colima, con sólo 10 municipios, tiene entre ellos uno de los mortíferos: Tecomán. Datos del Observatorio Nacional Ciudadano lo colocaron el año pasado en la lista de los más peligrosos, con una tasa de homicidios de 151.8 por cada 100 mil habitantes.

Los asesinatos en esta región exhiben la creciente violencia del narcotráfico en el estado.

“Lo que está pasando aquí está pasando en todo el estado, todo el país”, dijo para el The New York Times el Alcalde de Tecomán, José Guadalupe García Negrete, en el reportaje nombrado “El año más violento en México, visto desde uno de los municipios más peligrosos”.

El eslogan “Vas a vivir feliz ¡Seguro!” de la campaña de Nacho Peralta se quedó corto. Colima vive sus peores días por el crimen organizado.

El 20 de agosto un joven fue asesinado a balazos mientras viajaba en su bicicleta en la capital del estado. Un día antes motosicarios interceptaron a un hombre y dispararon contra él en repetidas ocasiones, los asesinos se dieron a la fuga en Manzanillo.

La tarde del  8 de agosto se registró un enfrentamiento entre agentes de diversas corporaciones policiacas, en coordinación con militares, donde se logró la captura de dos presuntos sicarios. La balacera tuvo lugar en plena vía pública sobre la avenida Aniceto Castellanos en la capital. Casos que constatan la violencia que viven los colimenses.

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Esa misma semana, el diario local Avanzada expuso cifras de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) del estado donde se informaba que en18 meses habían sido localizados 56 cadáveres descuartizados, 47 hombres y nueve mujeres.

El año con más cuerpos descuartizados fue 2016, pero el 2017 parece seguirle rápido los pasos, con 26 cuerpos durante el primer semestre del año.

El periódico local especifica que los cuerpos habían sido hallados en su mayoría en bolsas negras o hieleras acompañados de narcomensajes.

El 31 de mayo pasado, la Secretaría de Gobernación (Segob) adjudicó la violencia en el estado a la disputa entre cárteles de la droga por le pelea de puntos estratégicos entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa.

“Éste es un fenómeno directamente derivado de la disputa territorial entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Pacífico, por controlar el puerto de Manzanillo, y otras zonas del litoral de Colima”, dijo Alberto Begné, subsecretario de Prevención del delito y Participación Ciudadana de la Segob.

El Subsecretario incluso comparó el índice delictivo de la entidad con la de los países centroamericanos.

“Colima es un caso de alta prioridad; era un estado pacífico, con buenos índices de bienestar, aceptables, y de pronto se nos disparan a índices de violencia altísimos que superan por mucho la media nacional, y que se colocan en los niveles de los países centroamericanos con más altos índices de violencia”, agregó.

De acuerdo con datos de InSight Crime, una fundación dedicada al estudio de la violencia, considerada la principal amenaza contra la ciudadanía en Latinoamérica y el Caribe: en 2016, la tasa de homicidios dolosos por cada cien mil habitantes en El Salvador – considerado uno de los países más violentos en el mundo– fue de 81.22, mientras que en el mismo año la de Colima fue de 71.22, es decir sólo 10 puntos abajo.

EU: CUIDADO CON COLIMA

Pero no sólo las autoridades mexicanas hicieron hincapié en el repunte de la violencia en Colima, sino también Estados Unidos, que hizo recomendaciones para tomar precauciones si se desea viajar a la entidad.

El pasado 22 de agosto, el Departamento de Estado de los Estados Unidos prohibió a funcionarios de su país realizar viajes interurbanos por la noche, viajar a menos de 12 millas de la frontera entre Colima y Michoacán y hacerlo por la Ruta 110 entre La Tecomaca y la frontera de Jalisco.

El Departamento sugirió a los ciudadanos estadounidenses aplazar los viajes no esenciales a esta región fronteriza, incluido el municipio de Tecomán.

Aunque el priista Ignacio Peralta aparece poco en el ojo mediático, la violencia lo ha puesto en primera plana. La tasa de homicidio doloso en Colima rompió récord en 2016 y este año probablemente lo vuelva a hacer.

Ignacio Peralta tendrá que actuar frente a los grupos de la delincuencia organizada y hacer de lado justificaciones geográficas porque los muertos no hablan, pero los vivos sí y los ciudadanos ya le muestran hartazgo por la falta del cumplimiento de las promesas de justicia y paz.

Eruviel se va y hereda un Edomex con mayor pobreza y violencia y, por consecuencia, menos priista

sábado, agosto 5th, 2017

Un nuevo feminicidio, ahora más brutal que el otro y contra una menor de edad; un pasajero que pierde la vida a causa de un asalto en el transporte público; una familia más es extorsionada sólo por recoger frutos del negocio que con tanto trabajo les costó levantar; el robo de una bebé que conmociona y alerta a los vecinos; otro cuerpo tirado con huellas de tortura y un narcomensaje encima… estas son algunas de las noticias que a diario se reportan desde el Estado de México, la entidad de la que el priista Eruviel Ávila Villegas se despedirá el 15 de septiembre próximo, para dar paso –hasta el momento– a Alfredo del Mazo Maza, otro integrante del tricolor que acercaría a ese partido al centenario de gobernar esa entidad.

Ciudad de México, 5 de agosto (SinEmbargo).– Los 11 mil 749 homicidios dolosos que se reportan en el transcurso del sexenio del priista Eruviel Ávila Villegas en el Estado de México –desde septiembre de 2011 a junio de 2017– colocan a esa entidad en una de las peligrosas de la República Mexicana, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Los asesinatos se duplicaron en la esta administración debido a que “no hubo un cambio de partido, pero tampoco de renovación en términos de la estrategia y de acción. El Gobernador Eruviel Ávila ha seguido los mismos procesos…”, planteó Osmar León, de la organización México Suma.

Además, el Edomex es la entidad con el mayor número de secuestros en México. En el 2016 se colocó en ese sitio nada honroso con 254 casos, y ese año rompió su máximo histórico en este delito.

“Estoy consiente que en temas de seguridad todavía en el Estado de México tenemos mucho que hacer, estoy consiente, pero también es justo reconocer que gracias al esfuerzo del Ejercito Mexicano, de la Marina Armada de México, de la Policía Federal, del trabajo en equipo con la policías municipales, la policía estatal, hemos logrado reducir la incidencia delictiva. No estoy satisfecho, no estoy conforme”, dijo el Gobernador mexiquense en abril de este año.

Pero, además, aprovechó para repartir culpas, al asegurar que los medios de comunicación confunden a las personas con cifras falsas.

“No estoy de acuerdo, y no comparto, que haya voces que traten de confundir a la población con alginas cifras que no son las reales”. En esa ocasión el mandatario trató de minimizar las cifras del homicidio doloso por cada cien mil habitantes del SESNSP al comparar la situación del Edomex con otros estados.

Lo cierto es que Estado de México es una de las entidades más peligrosas del país y con presencia permanente de bandas delictivas. De acuerdo con la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CES), en 2015 ya operaban ahí cinco grupos crimen organizado: la Familia Michoacana, con un 74 por ciento del control de territorio; el Cártel del Estado, con un 9 por ciento; La Empresa, con presencia en un 7 por ciento del estado; Guerreros Unidos, con 6 por ciento, y la Nueva Empresa, con 4 por ciento.

FEMINICIDIO E IMPUNIDAD

La Fiscalía General de Justicia del Estado de México registra, de enero de 2015 a diciembre de 2016, 626 asesinatos de mujeres, de los cuales 296 casos [un 47 por ciento] fueron investigados como feminicidios y sólo10 han recibido sentencias, destacan cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

El 28 de julio de 2015 fue activada la Alerta de Género en 11 municipios de la entidad, tras años de que organizaciones civiles –como el OCNF y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos solicitaran al Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres– la exigieran.

“La Alerta de Género nos permitirá fortalecer nuestras políticas públicas a favor de las mujeres, lo vemos como un área de oportunidad, incluso podremos obtener recursos adicionales para canalizarlos a este sector y aun cuando la tendencia nos dice que no somos la entidad con el mayor índice de delitos contra las mujeres, nuestro compromiso con ellas es tan fuerte, que con un solo caso [de feminicidio] que existiera deberíamos estar en alerta. Más que preocupados, estamos ocupados en la materia”, dijo Eruviel Ávila cuando solicitó la Alerta, luego de años de presión social.

Sin embargo, esta medida no ha dado frutos. El conteo de casos de feminicidio en lo que va del 2017 registra 152 asesinatos contra mujeres, de acuerdo con el reporte del periódico local A Fondo Estado de México.

Y durante la administración de Eruviel, de septiembre de 2011 a junio de este año, se han presentado 12 mil 267 denuncias ante Ministerio Público por violaciones, una cifra que, de acuerdo con especialistas, podría ser aún mayor pues no todas las víctimas presentan su denuncia.

“’Sí, sí está bien, háblele a su novio’. Había policías diciéndonos: ‘se fue con su novio a lo mejor’”, eso fue lo que respondieron las autoridades del municipio de Nezahualcóyotl a la mamá de Valeria, la niña de 11 años que fue raptada y violada por un chofer de transporte público, y quien apareció muerta un día después de su desaparición, el 9 de junio de este año.

Este caso demuestra que a dos años de la implementación de la Alerta de Género, no existe un diseño y ejecución para ayudar a las víctimas y, muchas veces, se le criminaliza, dijeron activistas.

MEXIQUENSES MÁS POBRES

La tarjeta “La Efectiva” fue el gancho para que buena parte de electorado se decidiera votar por Eruviel Ávila Villegas en 2011.

Atención médica, apoyo alimenticio, pensión a adultos mayores, becas, descuentos en transporte público y útiles escolares gratuitos fueron algunas de las promesas que se concentraron en esa tarjeta de débito, que daría solución a parte de los problemas de los mexiquenses.

Se promocionaba entonces como “Un resultado directo de pensar en grande”. Pero “La Efectiva” no logró cubrir a la mitad de la población en la entidad más habitada del país. El 49.6 por ciento de los mexiquenses –es decir 8 millones 269 mil 900 personas– se consideraron pobres en 2014, de acuerdo con las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Esta cifra, sin embargo, vino en aumento respecto del registro de 2012, cuando la entidad reportó 45.3 por ciento de lo población en condición de pobreza: 7 millones 328 mil 700 personas con algún tipo de rezago social. Esto es que, en dos años del Gobierno de Eruviel, la pobreza tuvo un aumento de 4.3 por ciento.

En lo que respecta a pobreza extrema, el porcentaje se elevó de 5.8 a 7.2 por ciento en ese lapso; esto es 945 mil 700 a un millón 206 mil 900 personas que no disponía de un ingreso que le permitiera adquirir alimentos para mantener una vida sana.

Un año antes, en julio de 2013, Ávila Villegas aseguró que había bajado estos niveles e incluso destacó las acciones de su antecesor, el también priista Enrique Peña Nieto.

“Son buenos datos, buenas noticias. Quiere decir que las acciones que impulsó la pasada administración estatal, las que hemos llevado a cabo en estos dos años de gobierno, a través de las acciones por la educación, acciones por la mujer, acciones en beneficio de la salud, los apoyos al campo, están funcionando”, expuso en un acto público.

Y no sólo eso, “La Efectiva” hizo “pensar en grande” las carencias que arreciaron para los mexiquenses, pues también la población con rezago educativo en 2014 representaba 15.3 por ciento, 19.7 por ciento no tenía acceso a servicios de salud, 10.3 por ciento carecía de calidad y espacios en la vivienda, y 12.4 por ciento no contaba con los servicios básicos en casa, según cifras del Coneval.

Osmar León, de la organización México Suma, dijo en días pasados a SinEmbargo que Eruviel termina su gestión sin haber cumplido en seguridad y desarrollo social.

La organización México Suma predice un aumento de personas debajo del bienestar mínimo del 20.4 al 22 por ciento. Un problema que impactara en la salud y en el desarrollo de los habitantes y también en la inseguridad.

“Más pobres se hicieron pobres extremos. Eso genera deserción escolar, y jóvenes ingresando a las filas del crimen organizado, desesperación en hogares donde habría que llevar de comer y la única alternativa es robar, vamos a encontrar que los salarios mal pagados con menor valor”, dijo León.

LA CUNA DE ERUVIEL ARDE

Ecatepec es el municipio que vio nacer a Eruviel Ávila y que lo hizo su Presidente Municipal en dos ocasiones. Sin embargo, la violencia que se vive ahí ha crecido no sólo con Eruviel como su Alcalde sino ahora como Gobernador. Las alertas están prendidas por el repunte de feminicidios, delincuencia, homicidios y extorsiones.

Esto ha provocado que los ciudadano muestren su hartazgo, con protestas públicas, y también en las urnas. En las pasadas elecciones para Gobernador en esa entidad, los ciudadanos de Ecatepec rechazaron al PRI y votaron por la maestra Delfina Gómez Álvarez, representante de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

De acuerdo con el SESNSP, Ecatepec encabeza el registro de homicidios dolosos con 168 carpetas por homicidio doloso, ocupa el lugar 18 en incidencia delictiva en una proporción por cada 100 mil habitantes, y ahí tienen presencia las células de la Familia Michoacana, Guerreros Unidos, Caballeros Templarios, Los Zetas, Cártel del Golfo y Cártel Beltrán Leyva.

El domingo pasado, vecinos de la entidad se reunieron con el Presidente Municipal de Ecatepec, el priista Indalecio Ríos Velázquez, tras el asesinato de Mariana Joselin, una joven de 18 años que fue violada y apuñalada en un local de la colonia Las Américas.

En la reunión, los ciudadanos gritaron consignas contra el Alcalde: “¡Renuncia!” y “¡ya cambia tu director de seguridad pública, no da resultados!”, fueron algunas de éstas. Sin embargo, el Edil negó la ineficiencia y acusó a Morena de irrumpir de forma violenta en el evento con sus militantes y causar los disturbios.

Lo cierto es que Ecatepec vive sus peores años de violencia, el hartazgo de los habitantes es tal que hasta ahora llaman a tomar justicia por sus propias manos y han incrementado los linchamientos, así como la aparición de “justicieros anónimos” que abaten a sus asaltantes.

“La violencia en Ecatepec es alarmante. Tú puedes caminar por cualquier calle y preguntar a cualquiera si han asaltado a un familiar: todos tenemos una historia que contar, nos ha tocado; realmente la violencia está llegando a un punto muy crítico”, dijo en día pasados Xóchitl Arzola Vargas, de la organización Mujeres en Cadena para SinEmbargo.

El PRI de Eruviel Ávila descuidó su propio terruño, convirtiendo a Ecatepec no sólo en el municipio más peligroso del Edomex, sino en uno de los de mayor riesgo a nivel nacional.