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“El Mayo” envejece; “El Mencho”, enfermo. Y la pandemia. Hay un nuevo mapa del narco en México

martes, enero 26th, 2021

Dos grandes organizaciones criminales dominan el escenario del crimen en México: Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Al interior de dichas organizaciones se viven una transición generacional por el envejecimiento de “El Mayo” Zambada, con hijos y hermano detenidos, y por supuesta enfermedad de “El Mencho” Oseguera. Mientras el todo el país existen otros ocho grupos delictivos de alto impacto y unas cien agrupaciones menores, no menos peligrosas.

Tijuana, Baja California (Zeta).- Dos grandes cárteles, siete u ocho organizaciones criminales de alto impacto y unos cien grupos menores de la delincuencia organizada, no menos peligrosos, conforman la geografía del narcotráfico en México. Sin embargo, las autoridades federales han fincado su estrategia en la pacificación del mundo del crimen sin atacarlo frontalmente y haciéndolo en forma tangencial, sin que se tenga noticia de resultados relevantes.

Mientras la sociedad mundial permanece en ascuas por la pandemia de COVID-19 y los gobiernos se ocupan de priorizar el grave problema de salud pública, los grupos delictivos siguen operando e ingeniándoselas para hacer llegar sus drogas a los consumidores, pues no se tiene información que refleje que el confinamiento ha generado un descenso en el consumo de sustancias ilícitas.

Antes y durante la contingencia sanitaria se han registrado cambios en los tipos de drogas, se modifican los patrones de los hábitos de consumo de sustancias ilícitas y las organizaciones criminales han mudado de formas y se reconfiguran. En tanto, no se advierte la eficacia del Estado mexicano para acotar la distribución de enervantes, ni de frenar la comisión de delitos inherentes al crimen organizado o arrancar el poder que ostentan los conglomerados delincuenciales.

Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López e Iván Archivaldo Guzmán, hijos Joaquín Guzmán Loera. Foto: Arcihvo.

En su última Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas, en julio de 2020, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) reiteró que las organizaciones mexicanas representan la mayor amenaza criminal para Estados Unidos, las cuales se diversifican, pues no solo trafican con sustancias prohibidas, sino que participan en delitos como extorsión, tráfico de personas y robo de combustibles, incrementando los índices de homicidios.

Por su parte, Jorge Fernández Menéndez, analista en temas de seguridad y narcotráfico, sostiene que los cárteles de la droga como cualquier empresa, sea criminal o no, deben adaptarse a los patrones de consumo que tienen que asumir con los nuevos mercados. Y eso es lo que está pasando en México, donde existe una transformación generacional en las dos organizaciones criminales más poderosas y han encontrado nuevas formas de producir, distribuir y vender nuevas drogas, ante un mal diagnóstico y una estrategia fallida de las autoridades.

El gobierno no solo se quedó con información de inteligencia producida por la Procuraduría General de la República (PGR) en el sexenio pasado, que en 2018 reconocía la existencia de nueve cárteles del narcotráfico en 19 entidades federativas, a través de 37 células o grupos delictivos, sino que en la actualidad minimiza los datos, señalando que no existe ninguna organización criminal capaz de desafiar al Estado.

Antes, en 2014, la PGR reveló que había los mismos nueve cárteles, pero refería un total de 43 células criminales operando en 23 estados de la República Mexicana. De acuerdo con el comparativo, conforme se fue acercando el final de la administración del ex Presidente Enrique Peña Nieto, se redujo la actividad de los grupos de la delincuencia organizada, pero solo en el papel, pues cada vez se conoce de la atomización de diversas organizaciones delictivas por la detención de sus líderes o disputas internas que generan violencia en las sucesiones y optan por crear nuevos clanes.

LOS CÁRTELES

En septiembre de 2020, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, aseguró que en México actúan 19 organizaciones criminales de alto impacto, dos de estas con mayor relevancia que las demás, con ganancias superiores al billón de pesos entre 2016 y 2018. El funcionario destacó que la estrategia federal para atacar el fenómeno está dirigida en cinco vertientes:

1. Identificación de sicarios y líderes de los cárteles
2. Sus estructuras financieras.
3. Corrupción política
4. Corrupción policial y judicial que los protege
5. La base social que los apoya.

La DEA ha identificado que son nueve los principales grupos de la delincuencia organizada que operan en la República Mexicana. A saber, menciona en su evaluación de mediados del año pasado a los cárteles de Sinaloa, Los Zetas, Arellano Félix, Juárez, Beltrán Leyva, del Golfo, La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

De igual manera, la agencia antidrogas norteamericana estima que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha basado su estrategia en la militarización, enfocándose más en el robo de petróleo que en atender al tráfico de narcóticos.

El reconocido analista Jorge Fernández Menéndez coincide solo en parte con el diagnóstico:

“En el tema del narcotráfico, sigo pensando que hay dos grandes cárteles solamente, como cárteles. A mitad del gobierno de (Felipe) Calderón había hasta siete cárteles muy importantes. Cuando decimos cárteles, estamos hablando de una organización criminal que en términos del narcotráfico va desde el primer ámbito, hasta el último. O sea, desde la producción de la droga, hasta el lavado de dinero, el tráfico y la compra de armas, la colocación en el mercado y demás.

“Ahora hay como dos grandes soles: el Cártel de Sinaloa y el CJNG. En torno a esos soles hay distintos planetas, vamos a llamarlo así, que son distintas organizaciones, que a veces se les llama cárteles, que siguen existiendo, pero de alguna forma giran en torno a la órbita de esos dos soles. Entre ellos están los Guerreros Unidos, los Beltrán Leyva y otras organizaciones, que son siete aproximadamente en ese ámbito. Y luego, en torno a los planetas hay muchos satélites, muchas bandas que de una forma u otra terminan trabajando en algún capítulo de la producción, o de las actividades de esos grandes cárteles. Terminan trabajando con ellos”, apuntó Fernández.

A diferencia de Santiago Nieto, para el autor del libro “La Nueva Guerra. Del Chapo al Fentanilo”, después del Cártel de Sinaloa y del CJNG, las organizaciones de alto impacto son el Cártel del Golfo, Cártel de Juárez, Los Viagra, Guerreros Unidos y los Beltrán Leyva. El titular de la UIF incluye entre los cárteles a grupos como Independiente de Acapulco (CIDA), Los Rojos, Cártel del Noreste y a los autodenominados cárteles que operan en Ciudad de México.

Joaquín “Chapo” Guzmán, exlíder del cártel de Sinaloa. Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro.

Al respecto, Fernández Menéndez asegura que “hay grupos de los que se les denomina cárteles y en términos reales no lo son. El Cártel de Tepito, por ejemplo, en Ciudad de México, no es un cártel. Es un grupo criminal peligrosísimo que se dedica a muchas actividades ilícitas, pero depende de otros grupos, la Anti Unión depende del CJNG. El autodenominado Cártel del Marro o de Santa Rosa de Lima, no es un gran cártel, es una organización criminal dedicada al robo del combustible y otras actividades como la extorsión, robo y secuestro, pero no es un cártel como tal. Lo que queda de los Arellano Félix, son grupos que se han disuelto y trabajan sobre todo para el Cártel de Sinaloa o Jalisco. Lo mismo ha pasado con Los Zetas”.

En su particular análisis, después de esos grupos coexisten en el país cerca de cien organizaciones criminales “que trabajan cotidianamente de una, alguna, u otra forma, relacionadas con estos grupos, pero son organizaciones diferentes, mucho menores. Eso no las hace ni más, ni menos peligrosas, pero así es como está distribuido, digamos, el escenario criminal”.

“El Marro” fue detenido el pasado mes de agosto. Foto: Cuartoscuro.

Sin embargo, reitera que los cárteles solo son dos y actualmente pasan por transiciones generacionales debido al debilitamiento de sus líderes, no así de las organizaciones.

Del Cártel de Sinaloa, Jorge Fernández, detalla que nunca estuvo aniquilado, ni remotamente con la captura y extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Solo terminó una época, y para él, sigue siendo el cártel más poderoso en México. “Más que un cártel, yo lo digo, es un holding que tiene una estructura más flexible. Hay cuatro o cinco grandes grupos que están en disputas entre ellos también, pero que se coordinan para realizar sus actividades. Eso les da mayor posibilidad de trabajar. No está tan centralizado como las otras organizaciones criminales, como el Cártel Jalisco Nueva Generación, por ejemplo. Yo creo que es una realidad, es una organización criminal que está y va a estar muy presente”.

La situación actual del líder de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, que ya tiene más de 70 años de edad, con sus hijos y hermano detenido, le han dado un rol con una suerte de “padrino” entre las distintas agrupaciones de ese cártel, asevera el analista, lo que ha motivado una transición generacional para la futura sucesión. Menciona a “Los Chapitos”, al hijo de Juan José Esparragoza “El Azul” (recientemente fallecido a causa de la COVID-19) y paradójicamente a Rafael Caro Quintero, que también forma parte de ese grupo.

“Creo que están en un proceso de transición, y en ese proceso, de manera similar, también se encuentra el Cártel Jalisco, por otras razones, pero básicamente porque su líder, ‘El Mencho’, está enfermo. No de tan extrema gravedad, como se publicó en alguna ocasión, que estaba a punto de morir, pero ya se están disputando la sucesión dos operadores. Uno, es supuestamente un hijo que tiene fuera del matrimonio, que le dicen ‘El 03’, y otro personaje que es un muy poderoso, que le dicen ‘El Sapo’”.

ANÁLISIS DE LA DEA

En la Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2020, la DEA establece que las cadenas de suministro de las agrupaciones criminales de México atraviesan el hemisferio occidental y el mundo. Producen y trafican drogas ilícitas como heroína, metanfetamina, marihuana y opioides sintéticos como el fentanilo. Trasiegan cocaína sudamericana hacia Estados Unidos y, a medida que los cárteles mexicanos expandieron su control del mercado de opioides, la sobredosis en la Unión Americana aumentó drásticamente, estableciendo un récord en 2019, con más del 70% de las muertes por sobredosis de opioides, incluido el fentanilo.

La agencia antidrogas estadounidense considera que el Cártel Arellano Félix continúa con su operación, principalmente en Tijuana, sosteniendo un resurgimiento de la violencia en esta frontera, al forjar una alianza con el CJNG. Sobre este, el informe destaca que “a pesar de las pérdidas de liderazgo, ha ampliado su alcance geográfico y mantenido su propia cohesión mientras explota la escisión de la organización de Sinaloa. Se considera un cartel extremadamente poderoso, con presencia en 27 de los 32 estados mexicanos en 2020. Su reputación de violencia extrema e intimidante continúa”.

Por lo que ve al Cártel de Sinaloa, la DEA refiere que se trata del clan criminal más antiguo establecido en México y está compuesto por una red de organizaciones más pequeñas. El análisis refiere que esta agrupación está en declive, citando su desintegración en facciones y la violencia de las tensiones inter e intra organizacionales, por lo que el CJNG ha aprovechado sus falencias para expandirse. La fricción entre las dos principales partidas del Cártel de Sinaloa “se intensificó en mayo y junio de 2020, con violentas luchas internas entre una facción liderada por los hijos de El Chapo Guzmán (Los Chapitos) y aquellos alineados con una facción bajo ‘El Mayo’ Zambada”.

Operativo militar en Guanajuato. Foto: Diego Costa, Cuartoscuro.

Del Cártel de Juárez, se advierte un debilitamiento en su actividad por la pérdida de la plaza desde 2016 ante la batalla por el control que presuntamente ejercen los cárteles de Sinaloa y CJNG. En cuanto al Cártel del Golfo, la DEA sostiene que pervive en el comercio de cocaína y marihuana, pero se ha expandido a heroína y metanfetamina, contrabandeando la mayoría de sus envíos de drogas al sur de Texas.

Por su parte, Los Zetas se han fragmentado ante las escisiones que dieron pie a la formación del Cártel del Noreste y Los Zetas Vieja Escuela, aunque continúan traficando una variedad de drogas, incluida la heroína y la cocaína, a través de centros de distribución en Laredo, Dallas y Nueva Orleans.

De los Beltrán Leyva se señala un posible desmoronamiento ante el arresto de muchos de sus líderes, por lo que se estima que las facciones disidentes de esta organización dependen de alianzas flexibles con el CJNG, el Cártel de Juárez y elementos de Los Zetas para trasladar drogas a través de la frontera.

En lo que corresponde a los grupos de Michoacán, como Los Caballeros Templarios, se aprecia que, tras la detención de su líder, Servando Gómez Martínez “La Tuta”, la suerte del clan se desplomó. Y de La Familia Michoacana, el informe revela que, aunque se creía una organización disuelta, sigue activa tanto en Michoacán como en Guerrero, especializándose en la producción y el contrabando de metanfetamina, junto con el tráfico de otras drogas sintéticas. También trafica marihuana y cocaína, además de regular la producción de heroína.

EL FENTANILO

Para Jorge Fernández Menéndez, en el predominio y expansión de los cárteles hay un factor de despegue, sobre todo para los de Sinaloa, pues a su parecer, se adelantaron a otros grupos criminales “y les permite operar, quizá con una lectura equivocada de algunos grupos, de que son menos violentos o que son menos narcotraficantes que otros, vamos a decirlo, y no es así, la realidad no es esa. Todos estos grupos utilizan o dejan de utilizar la violencia de acuerdo a sus necesidades, de coyuntura, momentáneas a la capacidad de control que tienen en un territorio u otro”.

En todos los sentidos, el fentanilo es un gran negocio para los cárteles. Es mucho más barato, más fácil de tener, de producir y de traficar. Es una droga que está de moda. Entonces, se puede vender a precios relativamente baratos a comparación de otras, pero con una enorme utilidad.

Fernández asegura que la utilidad por la producción y destino final de esta droga es diez veces superior a la heroína, “pero no solamente diez veces superior gramo por gramo, sino que para producir heroína necesitas tener terreno, cultivar amapola, tener campesinos, luego hay que cortarla y sacar la goma de opio; esa goma hay que llevarla a un laboratorio donde hay que tener una serie de productos químicos para transformarla en heroína y luego llevarla al mercado”.

En el caso del fentanilo, los traficantes importan el producto en estado puro, que es un farmacéutico de uso universal. Se recibe en algún puerto marítimo o aeropuerto de México, y con unos pocos kilos, se producen miles de dosis. Lo único que se requiere es una máquina para hacer pastillas y algunos otros productos que se consiguen fácilmente.

“No solo la utilidad es muchísimo mayor para los narcos, sino todo el costo de producción, de transporte y además es muy sencillo. Algo de lo que se está viendo y se va a ver en los próximos meses en Culiacán, es la enorme cantidad de laboratorios que están en simples cocinas de casas y departamentos, y desde ahí se trabaja. No es como con las metanfetaminas, hemos estado en este tipo de laboratorios que se huelen a kilómetros, por ello tienen que estar en lugares de la sierra y en despoblado. Aquí no, lo tienen en la cocina de una casa y desde ahí trabajan”, detalló Jorge.

El fentanilo llega por el Océano Pacífico. Hay otras rutas, pero los embarques más relevantes se registran en los puertos de Lázaro Cárdenas y en Manzanillo, situación que explica la violencia que hay en esas regiones, entre Michoacán, Jalisco y Colima. En ocasiones también arriba a Sinaloa, a través del puerto de Mazatlán, y “es muy fácil su manejo y transporte. Lo que decíamos, no necesitas una tonelada de fentanilo. Con 10 kilos de fentanilo, que se pueden esconder en cualquier parte de un vehículo, de un contenedor, pues no huele y no se percibe a simple vista, hacen miles y miles de dosis. La cantidad que hay que utilizar para una dosis de consumo es muy baja, son miligramos simplemente, entonces, es muy fácil transportarlo, sigue esas rutas terrestres”.

Y cuestionó: “¿Por qué no entra tanto por Tamaulipas y Chihuahua? Ahí existe otro tipo de consumo, como es cocaína y otras drogas que van por allá. La razón es sencilla, queda más lejos, y el tráfico que hay en los laboratorios, están sobre la costa del Pacífico y sobre esa zona”.

Para finalizar, el autor de varias obras relacionadas con el narcotráfico aludió el tema de Tamaulipas, “siempre fue un poco diferente Tamaulipas que Jalisco, Sinaloa o que Baja California, y en este ámbito, me parece que lo sigue siendo”.

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El Cártel de Sinaloa es un poder fáctico, todo un mundo que nos gobierna: Diego Enrique Osorno

viernes, noviembre 8th, 2019

A 23 días del operativo fallido en Culiacán, Sinaloa, el cineasta y escritor, Diego Enrique Osorno, habla acerca de la reedición (una década después de su primera publicación) de El Cártel de Sinaloa. Una historia del uso político del narco, libro que fue cuestionado en su momento por plantear una idea provocadora entonces: el narcotráfico en México es hijo de la política.

El autor busca alejarse del “glamour morboso” que tiene en la actualidad lo relativo al narco, para darle una perspectiva política al tema. En sus páginas desarrolla, con testimonios y archivos, la historia de esta organización criminal; lo que no se dijo en el juicio de El Chapo y relata la vida de Ismael Zambada García, “El Mayo”, un capo de 72 años que en medio siglo nunca ha pisado la cárcel.

Ciudad de México, 8 de noviembre (SinEmbargo).- El jueves 17 de octubre, Culiacán, Sinaloa, se congeló: los habitantes se resguardaron en sus casas y la actividad laboral y comercial cesó por la incertidumbre y el miedo. Durante varias horas, hombres armados, presuntamente integrantes de El Cártel de Sinaloa, bloquearon la ciudad tras la captura de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”. El Gobierno intentó bosquejar una explicación sobre el operativo (un video de la captura, el minuto a minuto y tres conferencias completas) en el que se “detuvo” y luego se “liberó” al narcotraficante, pero esto sólo ha sembrado más dudas entre especialistas, organizaciones civiles y la población, además de la pregunta fundamental: ¿Existe una estrategia concreta en materia de seguridad?

“Para mí es loable que se haya preferido evitar una masacre dejando ir a Ovidio, pero sigo sin entender por qué se realizó ese operativo. Pese a la información en las conferencias, no queda claro. El Gobierno proclamó que iba a actuar de forma distinta contra los grupos criminales”, se cuestiona Diego Enrique Osorno, autor de El Cártel de Sinaloa, y agrega que más que estrategia, hay una voluntad clara del Gobierno por no verse corrompido en la “dinámica perversa del combate al narcotráfico”.

“Pero no es fácil, sobre todo si se tratara de una propuesta más arriesgada e inteligente, con golpes financieros y al paralelo de la legalización”, insiste el escritor, a quien le parece un tema urgente el tema de la legalización de las drogas, pues la prohibición y el combate “produce más muertes que la adicción”.

Osorno señala también las razones del relanzamiento de su libro, que fue atacado en su momento por plantear una idea disruptiva y provocadora entonces: la hipocresía de la política antidrogas que abanderó Calderón para legitimizarse. El narcotráfico en México es pues, “hijo de la política”, sentencia.

“Ahora el tema del narco tiene un glamour morboso y el libro está alejado de eso, no busca el sensacionalismo. Más allá de lo criminológico o policiaco, aborda el tema desde una perspectiva política”, asegura el autor que ve al Cártel como una empresa que no depende del liderazgo de una sola persona.

El cineasta, reportero y autor de nueve libros, habló para Puntos y Comas acerca de la reedición (se agregaron 100 páginas) de El Cártel de Sinaloa. Una historia del uso político del narco (Grijalbo), a diez años de su primera publicación. En sus páginas desarrolla, con testimonios y archivos desclasificados, la historia de la organización más importante del tráfico de drogas a nivel internacional; documenta lo que no se dijo en el juicio de El Chapo; relata la vida de Ismael Zambada García, “El Mayo“, un capo de 72 años que lleva medio siglo sin haber pisado nunca la cárcel y que se volvió, gracias a sus conexiones en los últimos cinco sexenios, el narcotraficante más antiguo y poderoso de México.

***

–¿Tras el operativo fallido del 17 de octubre en Culiacán, las fuerzas de Andrés Manuel López Obrador quedaron en entredicho ante la opinión pública por denotar debilidad…

–Creo que más que verlo en términos de disputa entre el Presidente y la oposición, para mí lo crítico es que se abrió la posibilidad de que comencemos a ejercer una política antidrogas distinta, soberana; que dé un giro radical a lo que se ha venido haciendo por los gobiernos anteriores, con los que fue un desastre.  El Gobierno dio señales interesantes en ese sentido: el discurso de no ir por los capos y buscar actuar de manera inteligente y financiera.

Esto se rompe el 17 de octubre en Culiacán cuando se da este operativo. Para mí es loable que haya preferido evitar una masacre y haya dejado ir a Ovidio, pero sigo sin entender por qué se realizó ese operativo. Pese a la información en las conferencias recientes, no queda claro; el Gobierno proclamó que iba a actuar de forma distinta contra los grupos criminales.

Osorno formó parte de la Comisión de la Verdad de Oaxaca, que documentó crímenes de lesa humanidad, y ha encabezado iniciativas de regeneración del tejido social a partir del periodismo narrativo. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

Estamos en un momento decisivo. México tiene que hacer su propia política antidrogas más allá de los intereses de Estados Unidos. No lo pudimos lograr con el tema migratorio, pues Donald Trump nos impuso otra vez sus políticas y nosotros estamos haciendo un trabajo vergonzoso en este tema. No quisiera que pasara lo mismo con el tema antidrogas y que nos convirtamos en una instancia que le hace el trabajo sucio a las agencias norteamericanas.

Ojalá en los próximos días el Gobierno actual, en su afán de transparencia y así como abrió la información sobre el operativo, abra también la información sobre la cooperación que existe con EU para conocer los acuerdos y saber hasta qué punto comprometen la soberanía de nuestro país.

–En sexenios anteriores se presumía que los cárteles estaban protegidos por el Presidente en turno, ¿Con AMLO existe esta relación con el crimen organizado?  Él insiste en que no hay ni habrá colusión.

–Sinceramente no creo que este Gobierno tenga complicidad con alguna organización criminal, no creo que haya un “cártel favorito”, como dio la impresión en gobiernos anteriores. Lo sé por las señales que ha mandado: el Presidente habló de amnistía en campaña; luego ya no usó el término porque hubo mucha controversia y cada vez que el tema es tocado, hay mucha estridencia y tergiversación.

Insisto, un tema importante es poder legalizar las drogas en México: no basta con que el Congreso apruebe una ley, hace falta operación política, trabajo legislativo para acabar con la prohibición y con las redes que no son sólo criminales, también tienen que ver con los contextos donde se arraigan estos fenómenos. Al mismo tiempo también haría falta una perspectiva de justicia transicional.

–La estrategia de seguridad que ha planteado el Presidente tiene que ver con la prevención del delito pero realmente no ha detallado qué va a hacer con el crimen organizado. ¿Cómo ves este panorama, hacia dónde va la estrategia?

–Más que estrategia hay voluntad de hacer las cosas de manera distinta, de no corromper al Gobierno en esta dinámica perversa del combate al narcotráfico y también de no generar mayores espirales de violencia. La ausencia de algo definido explica las contradicciones expuestas en las mañaneras con respecto a Culiacán. Espero que estos acontecimientos sean un parteaguas y ayuden a definir ya una estrategia efectiva.

Pero no es fácil, sobre todo si se trata de una estrategia innovadora. El Gobierno en este tema tiene cinco pilares: la Secretaría de la defensa, de marina, de seguridad, el Cisen y la Fiscalía. Son cinco universos con los que se tiene que consolidar una estrategia única. Si la idea fuera hacer una estrategia punitiva de supuestamente combatir la delincuencia, sería fácil integrar esas cinco instancias, pero si la propuesta es más arriesgada o inteligente, con golpes financieros y al paralelo de la legalización que está proponiendo el Senado, se vuelve más complejo.

Actualmente es profesor de la Universidad de Monterrey, publica una columna en el diario Maspormas y es escritor de Bengala, una agencia que desarrolla contenido para cine y televisión. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

–¿El Cártel de Sinaloa sigue siendo sólido? ¿Cómo se estructura ahora con El Chapo en la cárcel?

–Lo que yo planteo en el libro es que el Cártel de Sinaloa es una empresa y no depende necesariamente del liderazgo de una sola persona. Es como Cemex: Murió Lorenzo Zambrano y no desaparece Cemex porque es una empresa que tiene una estructura, personajes claves, experiencia. Lo mismo pasa con el Cártel, que lleva muchos años operando.

También habría que decir que El Chapo no necesariamente era el máximo operador del Cártel, sino Ismael Zambada, El Mayo, que a diferencia de todos los capos que conocemos, nunca ha pisado la cárcel e incluso tuvo el gesto de dar una entrevista con Julio Scherer en un momento de mucha persecución.

La noche del 11 de julio de 2015, El Chapo volvió a fugarse y la noticia fue difundida por la prensa mexicana​ la madrugada del 12 de julio. Se dijo que ocurrió alrededor de las 9 de la noche. Foto: Especial

La portada en la que aparece Scherer García junto al Mayo Zambada, en el año 2010, fue usada en el juicio de El Chapo Guzmán, en Nueva York. Foto: Especial

Hoy en día el Cártel de Sinaloa tiene dinámicas de enfrentamiento y división, eso es una constante en ese mundo. Pero quizá la crisis mayor ya pasó hace dos años cuando hubo una disputa, entre los hijos de El Chapo y un socio y amigo suyo, Dámaso López, por ver quien se quedaba con mayor control. Esa riña fue muy cruenta y uno de los compañeros que la estaba cubriendo, Javier Valdez, un gran periodista y amigo, fue asesinado a causa de ello.

Dámaso López Nuñez, más conocido como Dámaso López o El Licenciado, es un ex narcotraficante y criminal mexicano.​ Fue líder del Cártel de Sinaloa después de la captura del “Chapo”

El 15 de mayo de 2017, el fundador de Ríodoce fue bajado de su vehículo por dos hombres encapuchados que le cerraron el paso en un coche color blanco. De rodillas, con las manos sobre los muslos, Valdez recibió 12 balazos. Foto: Especial

–¿Qué destacarías de este cártel, el más antiguo en México? ¿Cómo ha sido su evolución? ¿Será el fentanilo la nueva apuesta del Cártel para diversificar su mercado?

–Esta organización empezó con la mariguana, en los años 70 por Miguel Ángel Félix Gallardo se involucró con la heroína, luego la cocaína se volvió el activo más importante de sus operaciones. Posteriormente hubo una serie de drogas que han ido apareciendo y desapareciendo a lo largo de los años y el fentanilo es una de las drogas que actualmente están emergiendo. Han existido muchos otros productos ilegales que el Cártel ha manejado por la demanda en Estados Unidos y que no han prosperado. Finalmente los pilares siguen siendo la mariguana, la heroína y la cocaína.

Justo por eso para mí es muy importante la legalización de las drogas. Yo sí creo que tenemos que buscar la apertura de ese mercado, donde el Estado pueda regular de manera eficaz; realizar campañas más abiertas en contra de la adicción sin que se estigmatice al adicto. El combate al tráfico de estas drogas produce más muertes que la adicción; no tiene sentido lo que estamos viendo hoy en día.

“Finalmente los pilares siguen siendo la mariguana, la heroína y la cocaína”, opina el escritor en entrevista. Foto: Especial

–¿A qué se debió la reedición del libro?

–Publiqué este libro hace diez años, cuando el tema de la guerra contra el narco estaba en su máximo esplendor. Desde la primera edición cuestiona esa guerra y plantea que detrás de la declaración de Felipe Calderón, más que combate real, había una motivación de buscar legitimidad, tan cuestionada luego de su llegada al poder.

Cuando el libro salió fue muy atacado porque en ese momento la guerra contra el narco tenía una cierta popularidad: una encuesta de Reforma entonces arrojaba que 7 de cada 10 personas apoyaban y creían que la guerra contra el narco era real. Hoy en día es un lugar común decir que Calderón uso el tema del narco para legitimizarse; eso ya casi todo mundo lo dijo, pero hace diez años esa idea era muy disruptiva, muy provocadora.

Cuando se investigaba de ello, lo hacíamos con mucho riesgo y miedo, más que ahora, porque era un tema que no se tocaba; era muy difícil que los medios nos dieran espacio, era una verdadera pelea conseguir un espacio para publicar esas historias.

Después vinieron otros libros: La guerra fallida, de Rubén Aguilar y Jorge Castañeda; luego otro libro de Anabel Hernández [Los señores del narco], luego otro de José Reveles [El cártel incómodo]. Se fue formando una narrativa donde muchos documentamos la hipocresía de la política antidrogas que abanderaba Calderón, quien más bien estaba destrozando el tejido social, provocando miles de asesinatos, desapariciones, desplazamientos y un colapso general que todavía estamos padeciendo.

El operativo conjunto Michoacán marcó el inicio de la llamada Guerra contra el Narcotráfico que emprendió el entonces Presidente Felipe Calderón. Foto: Especial

Ahora el tema del narco tiene un glamour medio morboso y el libro está alejado de eso, no busca el sensacionalismo. Más allá de lo criminológico o lo policiaco, aborda el tema desde una perspectiva política con testimonios directos de empresarios, guerrilleros, campesinos, solados, capos, sicarios que te cuentan su versión

En esos diez años el libro se fue reimprimiendo muchas veces y yo seguía haciendo coberturas esporádicas, pues la gente comenzó a acercarse más y entender esta tesis que yo planteo en el libro: el narcotráfico en México es hijo de la política, van siempre de la mano.

En este tiempo detuvieron al Chapo, se fugo, lo volvieron a detener, lo extraditaron, hubo un juicio que fue un show, mataron a un hermano de El Mayo… Hubo una serie de eventos que consideré necesarios incluir en una edición actualizada una década después para que las personas que han continuado buscando el libro, tuvieran un contexto actualizado. Se agregaron casi 100 páginas.

–¿Por qué es importante leerlo?

–Porque el Cártel de Sinaloa es uno de los poderes fácticos de este país, es un mundo que nos gobierna, que determina nuestra calidad de vida.

Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

Un poco más acerca del autor…

Entre los reconocimientos que ha recibido están: el Premio «A mano disarmata» de la Stampa Romana de Italia, el Latinoamericano de Periodismo sobre Drogas, el Internacional de Periodismo por los 35 años de la revista Proceso y el Nacional de Periodismo de México 2013, el cual dedicó al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Su libro más reciente, Slim. ¿Puede uno de los hombres más ricos del mundo ser una buena persona?, es uno de los más vendidos y reconocidos por la crítica mexicana.

En 2019 dirigió para Netflix la serie documental 1994. También ha realizado proyectos de cine como El Alcalde, galardonado internacionalmente.

Él es Ovidio, el hijo de “El Chapo” que dobló al Gobierno y quedó libre secuestrando una ciudad

viernes, octubre 18th, 2019

Ovidio Guzmán López es uno de los diez hijos de “El Chapo” Guzmán. Fue capturado ayer por la tarde por elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, pero fue liberado, horas más tarde.

Ciudad de México, 17 octubre (SinEmbargo/EFE).– Ovidio Guzmán López, detenido este jueves por militares y liberado el mismo día, es uno de los hijos del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera menos conocidos en comparación con su hermano Iván Archivaldo, quien se ha hecho notar por exhibir una vida rodeada de lujo. Pero Ovidio estaba en los ojos de las autoridades desde hace un década, y no sólo en México sino también en el extranjero.

De los diez hijos que tuvo “El Chapo” Guzmán con sus tres esposas, el más reconocido de ellos es Iván Archivaldo por los lujos y extravagancias que presumía en las redes, donde mostraba sus autos de lujo, joyas y animales exóticos. Pero la importancia de Ovidio en la organización quedó puesta en evidencia con su captura, que desató una ola de violencia en la ciudad de Culiacán, capital de Sinaloa, que puso en jaque a las autoridades.

Apodado “El Ratón”, Ovidio supo mantener un perfil bajo aunque desde 2012, el Gobierno estadounidense lo incluyó en la lista de narcotraficantes internacionales “Kingpin Act” por considerar que jugaba “un papel significativo en las actividades de su padre”. Con su inclusión en esta lista del Departamento del Tesoro, a Ovidio Guzmán se le prohibió efectuar transacciones comerciales con ciudadanos estadounidenses y sus activos financieros en ese país quedaron congelados.

La importancia de Ovidio en la organización quedó puesta en evidencia con su captura, que desató una ola de violencia en la ciudad de Culiacán, capital de Sinaloa, que puso en jaque a las autoridades. Foto: Especial.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo esta mañana que la decisión de liberarlo fue del Gabinete de Seguridad, que él la respalda. “Se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo con eso. No se trata de masacres. Eso ya se terminó. No puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas”, mencionó. “Nosotros no queremos muertos, no queremos la guerra. Esto les cuesta trabajo entender a muchos. La estrategia que se estaba aplicando anteriormente convirtió el país en un cementerio y eso ya no lo queremos”, dijo.

El General Secretario dijo que la patrulla que fue ayer por el hijo de “El Chapo” estaba esperando la orden de cateo cuando fue identificada por los criminales. Les dispararon. Y cuando estaban adentro de la casa se desató la violencia. Entonces se ordenó el retiro del persona. “Formalmente [Ovidio] no hubo una detención porque una detención lleva un procedimiento porque se tienen que presentar a un lugar”, agregó el titular de la Defensa.

Ovidio Guzmán, de 28 años, es miembro activo del Cártel de Sinaloa, que fue liderado por su padre, “El Chapo”, quien afronta cadena perpetua en un penal de máxima seguridad en Estados Unidos. El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció en febrero pasado que Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo y de Griselda López, había sido imputado por cargos de narcotráfico.

En la acusación se alegó que Ovidio Guzmán y su hermano mayor, Joaquín Guzmán López, de 34 años, presuntamente conspiraron entre abril de 2008 y abril de 2018 para distribuir cocaína, metanfetamina y mariguana desde México y otros lugares para su importación a Estados Unidos. En una operación conjunta entre el Ejército y la Guardia Nacional, un nuevo cuerpo de seguridad creado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se capturó a Ovidio Guzmán alrededor de las 15:30 hora en Culiacán.

Ovidio.

Como respuesta a la detención, varios grupos de sicarios, presuntamente gente del Cártel de Sinaloa, desataron una oleada de violencia y bloquearon las salidas de la ciudad, que quedó prácticamente cercada con gente resguardada en sus lugares de trabajo y en sus casas y la actividad comercial suspendida. En diversas partes de la ciudad se escuchan balaceras y videos difundidos a través de redes sociales mostraron a decenas de personas armadas tomando buses del transporte público e incluso liberando a presos de una cárcel de la ciudad.

Uno de los puntos de tensión fue la sede de la Fiscalía de Sinaloa en Culiacán, donde presuntamente se encontraba arrestado el hijo de “El Chapo”. Ante esta situación, López Obrador informó ayer que el gabinete de seguridad del Gobierno federal se encontraba reunido para analizar la situación.

Imagen de Ovidio Guzmán López que circuló ayer en medios luego de que se diera a conocer su detención. Foto: Twitter.

Por su parte, el Gobierno del estado mexicano de Sinaloa llamó a la población “a mantener la calma, a no salir a las calles” ante lo que calificó como “hechos de alto impacto” en Culiacán. La captura de Ovidio Guzmán contrasta con la estrategia de seguridad de López Obrador, quien siempre ha criticado la llamada guerra contra el narcotráfico emprendida por sus predecesores, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, los cuales persiguieron militarmente a los capos de la droga desatando olas de violencia.

“El Chapo” tuvo en total 10 hijos con tres esposas distintas, cuatro con la segunda y unas gemelas con la tercera que fueron vistos durante su juicio en Estados Unidos.

El que fue considerado el mayor narcotraficante del mundo cumple ahora sentencia de cadena perpetua en la prisión federal de máxima seguridad en Florence, estado de Colorado, en Estados Unidos.

“El Chapo” fue declarado culpable el pasado febrero de 2018 por un jurado de Nueva York de 10 cargos, incluida la participación en una empresa criminal continuada y tráfico de drogas, entre otros y sentenciado a cadena perpetua.

LA LIBERACIÓN DE OVIDIO

El Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo esta mañana que la decisión de liberar al hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán fue una decisión del Gabinete de Seguridad que él respalda. “Se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo con eso. No se trata de masacres. Eso ya se terminó. No puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas”, mencionó.

“Nosotros no queremos muertos, no queremos la guerra. Esto les cuesta trabajo entender a muchos. La estrategia que se estaba aplicando anteriormente convirtió el país en un cementerio y eso ya no lo queremos. Lo he dicho una y mil veces. Nada por la fuerza. Todo por la razón, el derecho. No es fácil, es un proceso. No es sencillo porque se dejó avanzar mucho el problema”, dijo.

“Tenemos que enfrentar dos mafias: la delincuencia de cuello blanco, también dañina, que se arraigo, y la estamos combatiendo. Y las bandas de la delincuencia llamada organizada”, agregó. “Eso es lo que enfrentamos, pero con rectitud, con honestidad, con justicia, vamos a garantizar la paz en el país”. Sobre si el Estado mostró o no debilidad opinó que “eso es más que nada una conjetura de los expertos, sobre todo de nuestros adversarios. Los conservadores no van a estar contentos con nada y van siempre a cuestionarnos”.

Defendió que no tiene duda de que fue la mejor decisión. “Los hechos van a demostrar que esta [la paz] es la mejor vía”. Los hechos ya probaron que la política autoritaria del Estado causó miles de víctimas, “no queremos la guerra”, añadió. “Quien usa la fuerza no tiene autoridad moral”, continuó sobre la violencia ejercida desde el poder.

El Presidente opinó que es “una exageración” decir que su estrategia de seguridad ha fallado. “Lo de ayer fue un hecho lamentable, pero se me hace una exageración decir que ha fracasado nuestra estrategia de seguridad ha fracasado”.

Lo mismo dijo Arturo Durazo por la mañana, desde Culiacán.

The Times: El Cártel de Sinaloa se alió a gánsteres rumanos para llevar cocaína a Inglaterra

lunes, julio 24th, 2017

Los cárteles mexicanos de Sinaloa y Los Zetas, que dominan el contrabando de cocaína desde Sudamérica hacia Europa a través de puertos en Venezuela, realizan tratos con bandas de Liverpool para el acceso y la seguridad de los contenedores marítimos que llegan al puerto de la ciudad, reveló una investigación de The Times of London.

El texto firmado por John Simpson, abundó que el Cártel de Sinaloa formó una alianza con un grupo de gánsteres rumanos para apropiarse del mercado de la cocaína en el Reino Unido. 

Las autoridades del Reino Unido señalaron al medio que el grupo delincuencial rumano utiliza transbordadores para traer la droga, provenientes de tierra irlandesa, y puntos de entrada como el Canal de la Mancha, Dover, Felixstowe, Folkestone y Harwich.

Ciudad de México, 24 de julio (SinEmbargo).– El Cártel de Sinaloa formó una alianza con un grupo de gánsteres rumanos para traficar cocaína en el Reino Unido, reveló una investigación del diario británico The Times of London.

Un brazo en Europa del cártel mexicano al que calificó de brutal y sádico por sus decapitaciones y torturas, trabaja con un grupo rumano que maneja vehículos pesados en un esfuerzo por apropiarse de una parte del mercado británico de la cocaína.

“La banda rumana, abastecida por el Cártel, tiene la capacidad de traer grandes cantidades de cocaína al Reino Unido semanalmente haciendo uso de vehículos pesados, según la Agencia Nacional para la Delincuencia (NCA, por sus siglas en inglés)”, destacó el Times of London en el texto firmado por John Simpson.

El diario explicó que los antiguos vínculos entre bandas británicas y cárteles latinoamericanos se han centrado históricamente en Liverpool y sus muelles, a donde llegan buques portacontenedores cargados con grandes cantidades de cocaína, provenientes de Venezuela y Ecuador principalmente.

Las autoridades del Reino Unido señalaron al medio que el grupo delincuencial rumano utiliza transbordadores para traer la droga, provenientes de tierra irlandesa, y puntos de entrada como el Canal de la Mancha, Dover, Felixstowe, Folkestone y Harwich.

“En colaboración con socios internacionales, hemos identificado a un grupo de delincuencia organizada rumano con la capacidad de importar grandes cantidades de cocaína al Reino Unido semanalmente utilizando transporte de vehículos pesados.

“La inteligencia indica que el OCG (Grupo del Crimen Organizado) rumano es suministrado por un OCG mexicano vinculado al Cártel de Sinaloa, y se estima que esta red de OCG continuará suministrando grandes volúmenes de drogas de clase A al Reino Unido”, aseguró un portavoz del NCA al diario.

El Times mencionó que a pesar de que Europol advirtió hace cuatro años que los cárteles mexicanos habían intensificado su presencia en Europa, ningún estado miembro ha pedido a la agencia ayuda para abordar el problema.

Hasta 100 toneladas de cocaína se envían al Reino Unido cada año, pero la mayoría es interceptada por las agencias de aplicación de la ley.

La NCA, conocido como el FBI de Gran Bretaña, ha incautado casi 70 toneladas en un solo año.

Para la agencia, el Cártel de Sinaloa es considerado a menudo como el más grande y más poderoso en el hemisferio occidental y cuenta con escasa información disponible sobre los cárteles mexicanos que trasladan cocaína al mercado británico.

La agencia cree, sin embargo, que han buscado proactivamente una posición debido a los altos precios de la cocaína en el Reino Unido y a la oportunidad de maximizar sus ganancias.

“A pesar de que Europol advirtió hace cuatro años que los cárteles mexicanos habían ampliado su presencia en Europa, ningún Estado miembro ha pedido ayuda a la agencia para abordar el problema”, refirió el diario.

“La presencia no reportada del brutal Cártel de Sinaloa suscita preocupación sobre el impacto que tendrá el grupo en el cada vez más violento tráfico de drogas en Gran Bretaña, que ha ocasionado un aumento en los crímenes con armas de fuego y el uso de menores de hasta 12 años como mulas para llevar la droga de las ciudades a las áreas rurales”, añadió.

Respecto al líder del cártel, Joaquín “El Chapo” Guzmán, preso en Estados Unidos, el diario destacó que ha escapado varias veces de prisión y que ha estado al mando de masacres como la de Boca del Río, en 2011. “Su pandilla también ha desmembrado y decapitado decenas de pandilleros rivales”.

“La nueva alianza del Cártel con la banda rumana, la cual no ha sido identificada, también genera preocupaciones sobre la seguridad fronteriza en el túnel del Canal de la Mancha y las rutas de ferry hacia el territorio británico”, abundó el Times.

LA COMPLICIDAD CON AUTORIDADES

De acuerdo con la NCA, investigaciones anteriores sobre los vínculos entre las bandas británicas y sus contrapartes mexicanas mostraron que usualmente los criminales británicos viajaron o se establecieron en México para supervisar el suministro y el transporte de las drogas.

“Los cargamentos han sido rastreados en aeropuertos europeos como Frankfurt y Bruselas antes de llegar al Reino Unido”, mencionó la agencia.

Varios fueron interceptados en aeropuertos europeos, con un promedio de entre 4 y 5 kilogramos de cocaína con un valor de al menos 250 mil libras.

La investigación detalló que en 2015, personal corrupto en el aeropuerto de Heathrow fue encarcelado por su papel en una red de contrabando de cocaína que duró varios años y que involucró el almacenamiento de drogas en los envíos de carga de British Airways desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Europol advirtió que los cárteles mexicanos se habían trasladado a Europa desde 2013.

Los cárteles mexicanos de Sinaloa y Los Zetas, que dominan el contrabando de cocaína desde Sudamérica hacia Europa a través de puertos en Venezuela, realizan tratos con bandas de Liverpool para el acceso y la seguridad de los contenedores marítimos que llegan al puerto de la ciudad, puntualizó The Times of London.

Las bandas de Liverpool distribuyen las drogas en todo el país.

Según el diario, los tres cárteles mexicanos dominantes, con la adición de los Caballeros Templarios, también son conocidos por estar activos en España, cuyas bandas tienen estrechos vínculos con el suministro de drogas del Reino Unido.

En enero, dos hermanos rumanos fueron arrestados por contrabandear 23 kilos de cocaína por un valor estimado de 1.4 millones de libras esterlinas.

En marzo de 2016, un conductor de autobús rumano fue encarcelado después de que fuera atrapado con 18 millones de libras esterlinas de cocaína en su equipaje mientras llevaba a sus hijos a un viaje escolar al Reino Unido.

De acuerdo conThe Times of London, la guerra de “El Chapo” con el cártel de Los Zetas ha desataco una escalada de la violencia en México y, advirtió, “las pandillas callejeras británicas están adoptando el uso de ataques con ácido, delitos con cuchillos y armas de fuego”.

ENTREVISTA | Una historia de violencia: Óscar Martínez

sábado, marzo 11th, 2017

“Lo que México teme que Trump haga con sus migrantes, México ya lo hace con los centroamericanos. México ya actúa como Trump con los centroamericanos: deportaciones masivas, redadas migratorias, violación de derechos humanos, etc.” Se dice que si México es el patio trasero de Estados Unidos, Centroamérica es el patio trasero de México. La irrupción violenta de los cárteles mexicanos de la droga en países como Honduras o Guatemala, y la manera en que autoridades migratorias y organizaciones criminales degradan y explotan a los inmigrantes centroamericanos en su paso por México, lo confirman.

Ciudad de México, 11 de marzo (SinEmbargo).- La región que comprende a Honduras, Guatemala y El Salvador es hoy la más violenta del mundo. En Honduras, por ejemplo, la tasa de homicidios ronda los 51 por cada cien mil habitantes. En Guatemala, escenario de varias masacres perpetradas por los Zetas, la tasa alcanza los 39 homicidios por cada cien mil habitantes.

En su más reciente libro, Una Historia de Violencia (Debate, 2016), el periodista salvadoreño Óscar Martínez reúne catorce crónicas sobre la violencia en Centroamérica, propiciada por dos fenómenos: la presencia de las grandes pandillas como La Mara o Barrio 18 y la irrupción de las organizaciones criminales mexicanas como Los Zetas.

También es un compendio del infierno que los centroamericanos tienen que enfrentar a su paso por México: secuestros, violaciones sexuales, homicidios, reclutamiento forzado, asaltos, humillaciones por parte de los agentes de migración: seres humanos que han conocido el infierno en la tierra al ser interceptados por criminales en estados como Tamaulipas, Chiapas, Veracruz o Tabasco.

–Explícanos a grandes rasgos el contexto histórico reciente de Centroamérica antes del cambio en la dinámica de la violencia a causa de los cárteles de la droga.

–Honduras, Guatemala y El Salvador son tres países muy pobres, muy desiguales. El descontento social estalla en Centroamérica cuando se forman las guerrillas y se desatan las guerras civiles. Durante los años ochenta hay mucha población migrante centroamericana que se larga a Estados Unidos huyendo de una violencia muy clara, la violencia de la guerra. En El Salvador, por ejemplo, hubo más de 70 mil muertos y decenas de miles de desaparecidos. En Estados Unidos se forman grandes comunidades centroamericanas que se encuentran, sobre todo los adolescentes, con el gran problema de las pandillas sureñas de Los Ángeles. Pandillas ya reconocidas de mexicanos, boricuas, estadounidenses. Pero los centroamericanos no tenían cabida en ninguna y empiezan a juntarse para defenderse y poco a poco integran lo que ahora en Centroamérica son dos de los principales nombres del miedo: las pandillas Barrio 18 y la Mara Salvatrucha. Pero luego viene el elemento que nos conduce a la violencia actual de la región: a finales de los ochenta, principios de los noventa, Estados Unidos decide deportar a cerca de 4 mil de estos pandilleros que tenían antecedentes penales, que ya eran expertos en organización de pandillas juveniles, a sociedades como las centroamericanas donde los estados eran débiles, y aquí, esos pandilleros bajados del norte, se encuentran y construyen el fenómeno de las pandillas que superó por mucho al fenómeno registrado en California.

–Mencionas en el libro que antes la violencia no estaba directamente relacionada con el narco, pero ahora sí, sobre todo en Guatemala y Honduras. ¿Cómo se va dando este cambio por la invasión de las organizaciones criminales mexicanas como el Cártel de Sinaloa y Los Zetas?

–Los cárteles mexicanos han tenido relación con las organizaciones centroamericanas desde hace muchos años. Incluso Joaquín Guzmán Loera, en los años 90, se escondió en Honduras luego de escapar por primera vez de la cárcel. En algunos países de la región, principalmente Honduras y Guatemala, sí hay organizaciones de narcos que tienen varias décadas operando. Guatemala, que se considera la oficina centroamericana del tráfico de drogas por su frontera con México, tiene organizaciones como las de Los Lorenzana y Los Mendoza, que son criminales desde los años setenta. El trafico de drogas en Honduras y Guatemala ha corrompido a las instituciones y ha generado violencia en muchos de los departamentos [estados] donde estos capos han sustituido al Gobierno. Ahora, alrededor del año 2008, la ecuación cambia bastante en Guatemala cuando un grupo de capos decide contratar a los zetas, que en ese entonces recién se habían escindido del Cártel del Golfo, para matar a un narcotraficante local. Meten a Los Zetas a Guatemala por la puerta grande, les presentan contactos, les facilitan todo para que cometan el asesinato, pero después de eso, Los Zetas deciden quedarse. A partir de entonces Guatemala experimentó una violencia del narco como no se había visto antes. Hicieron una entrada tan espectacular y tan violenta que las autoridades tuvieron que fijarse en ellos y les dieron un golpe tan duro que redujeron su presencia a partir del año 2013.

Óscar Martínez, ganador del Premio Internacional a la Libertad de Prensa. Foto: Especial

–¿Y el Cártel de Sinaloa?

–El Cártel de Sinaloa a mí me da la impresión de que, tal como lo hace en México, es un cártel más sofisticado y más inteligente para establecer sus relaciones. Corrompen. Entienden que en Centroamérica quizá es mas útil tener influencias en la alta política que músculos en la calle. Los cárteles mexicanos tradicionalmente suelen trabajar con agentes libres, no solo tienen a un contacto para relacionarse, sino que normalmente tienen a tres o cuatro personas que suplen sus necesidades de trafico de estupefacientes hacia el norte. Si bien en México es imposible que alguien que trabaja para Sinaloa lo haga también para el Golfo, en Centroamérica sí ha sido posible, sí lo han permitido.

–Me gustaría que me hablaras sobre el prólogo de tu libro. Lo dedicas a los lectores estadounidenses y les respondes a una pregunta que te han hecho de manera regular: ¿qué propones para solucionar el problema? Tu solución es que se enteren, que sepan más, que entiendan más de lo que pasa en la región.

–El prólogo originalmente fue escrito para la edición que apareció en Estados Unidos. Yo tengo un alto interés de que una sociedad tan desconectada de Centroamérica lea estas historias en las que siempre se menciona a Estados Unidos, con una relación a veces muy cercana y muy presente, a veces más lejana. Estados Unidos es un país que tenía en el centro de su atención durante la década de los ochenta a los países centroamericanos, nos miraban con lupa, les interesaba cómo se resolvía principalmente en El Salvador la guerra fría. Ha habido apoyo de las agencias estadounidenses a algunas guerrillas y regímenes militares brutales que durante esos años gobernaron estos países. A Estados Unidos le interesó mucho nuestra guerra pero le importó muy poco nuestra paz, y fue un actor muy importante para que esa paz fuera una paz muy violenta. No sólo habían destruido unos países totalmente desmoronados donde la violencia era una forma de ejercer el poder estatal, sino que habían financiado a un ejército que descabezó a muchas familias en esos países, que dejó huérfanos a un montón de gente y un absurdo plan de deportación de criminales hacia estos países que eran países sin ninguna infraestructura para poder atajar ese reto. Ahora, creo que no es difícil decir que también sería interesante que los lectores mexicanos voltearan a ver un poco más hacia Centroamérica. Son cientos de miles de centroamericanos los que cada año cruzan ese país intentando llegar a Estados Unidos, y mi libro Los migrantes que no importan, se dedica justamente de explicar la terrible experiencia que esos migrantes sufren en México. Yo sí creo, como todo periodista, que saber es un acto político, y debería ser un acto político irreversible, es decir que el saber, y esa es nuestra función, que la gente entienda y sepa, tiene que cambiar las cosas, que a mí me parecía que si bien se hablaba mucho de los centroamericanos que huyen de sus países de origen, se había hablado muy poco del por qué huyen.

–Me interesa que amplíes algo de lo que acabas de mencionar. La indiferencia de la sociedad mexicana con respecto a lo que está pasando con los migrantes centroamericanos. Me queda claro la razón por la cual quieres que los estadounidenses deben leer este libro, pero me gustaría que me ampliaras la razón por la cual los mexicanos debemos interesarnos por el tema.

–Te agradezco esa pregunta. Empiezo diciendo que en México yo encontré de mexicanos algunas de las voluntades más poderosas en defensa de los migrantes centroamericanos. Menciono a Alejandro Solalinde, menciono a Pedro Pantoja, menciono a Las Patronas, menciono a otros muchos sacerdotes que se rifan literalmente la vida por estas personas que ni siquiera conocen y que van de paso. Dicho eso, también encontré en México la deshumanización más profunda que he visto en las zonas de paso de los indocumentados centroamericanos. En primer lugar, son una población que no denuncia porque considera a los cuerpos policiales y militares como enemigo. Basta ver algunas encuestas que han hecho FLACSO y otros centros de investigación en las que todas las corporaciones policiacas de México han sido perpetradoras de extorsiones, golpizas o violaciones sexuales a indocumentados. No denuncian porque consideran que quien recibe la denuncia es el enemigo. Otra cosa: no votan, es decir, no son objetivo político de nadie, ningún político se quiere tomar una foto con un inmigrante por que no le sirven de nada. Y en tercer lugar: van de paso, no se quedan para denunciar, no generan presión social, quieren pasar discretos y anónimos. Con lo cual son las victimas perfectas y de ellos se han aprovechado desde el Cártel de Sinaloa que en el desierto de Altar les cobra 700 pesos por dejarlos pasar, los zetas que secuestran en Coatzacoalcos a miles de indocumentados cobrando por ellos entre 300 y 5 mil dólares como deposito rápidos para liberarlos, hasta pequeñas bandas de asaltantes, en zonas como Chiapas, gente con machetes que en lugar de ocupar el machete para bajarles unos mangos a los migrantes, decidieron ocuparlos para asaltarlos y para violar a las mujeres. Entonces México ha sido históricamente un infierno para los centroamericanos que cruzan. Lo que México teme que Trump haga con sus migrantes, México ya lo hace con los centroamericanos. México ya actúa como Trump con los centroamericanos: deportaciones masivas, redadas migratorias, incluso en el Tren de La Bestia, violación de derechos humanos en las estaciones migratorias, etc.

–En México se dice que parte de la violencia es responsabilidad de Estados Unidos porque de allá vienen las armas y allá está el principal mercado de consumidores. Sin embargo, la corrupción a gran escala ha propiciado el crecimiento de las organizaciones criminales mexicanas. Los gobiernos centroamericanos también han sido opacos en este asunto de la violencia y la emigración.

Sí, claro, sobre todo países como Guatemala y Honduras en los que el crimen organizado vinculado a las drogas tiene una presencia muy poderosa, tienen todo su sistema podrido. Han decidido sacrificar a su gente con tal de no terminar de afectar a su economía porque en algunos de estos países las remesas constituyen hasta el 20% del PIB. La retórica gubernamental desde Centroamérica es la de que el migrante es chingón y nos cuentan muy poco la otra parte de violaciones y secuestros. Los gobiernos de la región han sido muy negligentes a la hora de controlar este problema.

El Departamento del Tesoro de EU incluye en su lista negra a un sobrino de Ismael “El Mayo” Zambada

viernes, septiembre 23rd, 2016

Departamento del Tesoro de los Estados Unidos incluyó en su lista de narcotraficantes a Eliseo Imperial Castro, alias “Cheyo Antrax”, sobrino de Ismael “El Mayo” Zambada, así como aAlfonso Lira Sotelo, alias “El Atlante”, Javier Lira Sotelo, alias “El Hannibal” o “El Carnicero”, y Alma Delia Lira Sotelo, por sus actividades relacionadas con “el narcotráfico y lavado de dinero en apoyo al Cártel de Sinaloa”.

Foto: Especial

La OFAC informó los bienes de estos connacionales quedaran congelados. Foto: Especial

Ciudad de México, 23 de Septiembre (SinEmbargo).- La Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos incluyó en su lista de narcotraficantes a un sobrino de Ismael “El Mayo” Zambada, así como a otros tres ciudadanos mexicanos.

Mediante un comunicado, la Embajada de Estados Unidos dio a conocer que Eliseo Imperial Castro, alias “Cheyo Antrax” y sobrino de “El Mayo”, Alfonso Lira Sotelo, alias “El Atlante”, Javier Lira Sotelo, alias “El Hannibal” o “El Carnicero”, y Alma Delia Lira Sotelo fueron designados en tal padrón, por sus actividades relacionadas con “el narcotráfico y lavado de dinero en apoyo al cártel de Sinaloa”.

Asimismo informó que cuando los bienes de estos connacionales estén dentro de la jurisdicción de ese país o bajo control de ciudadanos estadounidenses quedaran congelados todos, y en este ultimo caso quedó prohibido que se realice cualquier transacciones con ellos.

Detalló que Eliseo Imperial Castro pertenece a la organización de Los Ántrax, brazo armado del Cártel de Sinaloa, además de “asistir materialmente, apoyar, proveer servicios y actuar en nombre de su tío Ismael Zambada García”, por quién el Departamento de Estado ofrece una recompensa de 5 millones de dólares “por información que conduzca a su captura”.

Por su parte Alfonso Lira Sotelo y sus hermanos, Javier Lira Sotelo y Alma Delia Lira Sotelo, son acusados de transportan drogas en nombre de Eliseo Imperial Castro, así como por colaborar materialmente o proveer apoyo a las actividades de narcotráfico, incluyendo el tráfico de metanfetamina, cocaína, mariguana, así como lavado de dinero.

 

¿Cómo hace el Cártel de Sinaloa, con todo y “El Chapo” preso, para expandirse y llegar a Australia?

sábado, junio 11th, 2016

Desde 2011, las autoridades australianas advirtieron que el Cártel de Sinaloa se había convertido ya en el mayor proveedor de cocaína en el país. La región Asia-Pacífico se está haciendo atractiva para los grupos delictivos mexicanos porque los consumidores pagan por la droga precios mucho más altos que en Estados Unidos, hasta ahora, el principal cliente.

Foto: Shutterstock.

Los australianos pagan por drogas más que los estadounidenses, lo que hace al país más atractivo. Foto: Shutterstock.

Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).- Los cárteles mexicanos se convirtieron en la nueva amenaza para la zona Asia-Pacífico, gracias a que empezaron a moverse a través de los puertos australianos, donde ya operan con jerarquías claras que les permiten el suministro de grandes cantidades de drogas y armas.

Así lo establece el estudio realizado por la Universidad Nacional Australiana (ANU), de acuerdo con este análisis, las organizaciones criminales mexicanas ya entablaron una guerra con las grupos delictivos que operan en Oceanía, una ruta que tomaron como alternativa a finales de los años 90 y principios del nuevo siglo, tras la desarticulación de las rutas de la droga colombianas. A partir de entonces, relata, se han convertido en los mayores distribuidores mundiales de cocaína y metanfetaminas.

“Australia y Asia Pacífico han surgido como nuevos blancos principales –de los narcos mexicanos–. La clave para los cárteles se encaminen hacia nuestras costas es la disminución de la demanda de Estados Unidos. El bajo precio de las drogas en el mercado de Estados Unidos, en comparación con la región de Asia y el Pacífico, también los ha empujado hacia nuestra región”, determina en análisis firmado por Anthea McCarthy-Jones, profesor asistente en la Universidad de Camberra, en Australia.

De acuerdo con la Oficina de Drogas y el Delito de Naciones Unidas, Asia Oriental, el sudeste de Asia y Oceanía tienen el mayor número de usuarios de estimulantes de tipo anfetamina – que influyen directamente en el sistema nervioso central- en el mundo [9.5 millones]. En la misma región existe otros 3.9 millones de consumidores de éxtasis, por lo que para los carteles mexicanos la región les representa un negocio lucrativo y una zona “lógica” para expandir sus negocios.

“Además de esto, dos décadas de rápido crecimiento económico y del bienestar económico creciente en países como China, Corea, Japón, Indonesia y Australia han producido una mayor demanda de drogas ilícitas nunca antes vista. De manera favorable para los carteles, las muchas monedas locales, como el dólar australiano también se pueden convertir fácilmente en moneda estadounidense”, cita el estudio.

Aunque no detalla los precios, señala los consumidores de drogas australianos pagan unos de los precios más altos en el mundo.

“Si bien existen mayores costos de transporte y otros gastos diversos relacionados con la distribución a los mercados de Asia Pacífico, los ingresos percibidos mediante la venta aquí en Australia es mucho mayor que los desembolsos iniciales y los costos por parte de los carteles”, explica.

EL CÁRTEL DE SINALOA

La ONU criticó el uso de medios militares para imponer la legislación antidrogas. Foto: Cuartoscuro.

Operativos militares antidrogas ineficientes en México propician que la droga producida aquí llegue a otros países. Foto: Cuartoscuro.

Desde 2011, John Lawler, director de la oficina anticrimen de Australia, dijo que el cártel de Sinaloa era ya el mayor proveedor de cocaína en el país, con un promedio de 500 toneladas importadas mensualmente.

El estudio señala que el riesgo para los australianos no sólo es la llegada de drogas mexicanas a las calles sino también la amenaza que representa para la seguridad.

Por otro lado, no existe la certeza de que las drogas que se venden en las calles de la capitales australianas sean puras, ya que para enfrentar el embate de los cárteles mexicanos, algunas bandas locales añaden edulcorantes a sus cargamentos y también adquieren armamento que ingresa al país de manera ilegal.

Cataloga como peligrosos a los cárteles mexicanos, ya que no buscan alianzas con las redes criminales locales sino que se enfrentan a cualquier organización que pudiera competirles en abastecimiento de mercancías como los grupos libaneses, chinos, albaneses y lo que llaman las bandas de motociclistas australianos.

Pero también advierte que la entrada de armas ilegales a México son un elemento que puede influir en un recrudecimiento de la violencia en Australia. Ya que ilegalmente entran, cada día, a través de la frontera con Estados Unidos cerca de 2 mil armas de fuego –estimación que atribuye al Gobierno mexicano– y son estas armas las que llegan a las manos de los cárteles.

“Esto aumenta significativamente el potencial de una escalada de la violencia entre los grupos criminales locales que compiten por el control de las redes de distribución interna”, expone.

LA AMENAZA MEXICANA

Un soldado mexicano hace guardia en un laboratorio clandestino de metanfetaminas desmantelado. Foto: EFE/Archivo

Un soldado mexicano hace guardia en un laboratorio clandestino de metanfetaminas desmantelado. Foto: EFE/Archivo

El estudio cita una serie de retos para los responsables de las políticas públicas en materia de seguridad de ese país para “responder a esta nueva amenaza”.

En primer lugar, cita, hay que reconocer que no es un cártel extranjera o un grupo local que representa una amenaza para la seguridad nacional de Australia, sino que son una “red oscura” que incluye tanto a los actores nacionales y extranjeros.

“Redes oscuras están organizados de tal manera que los individuos, los grupos y los enlaces de la red están tan lejos de la base de que cualquier penetración no amenaza a la red en su conjunto. Es por estas razones que las redes oscuras son mucho más difíciles de detectar y eliminar, y esa es la explicación de por qué los grupos del crimen de terrorismo y transnacionales emplean a menudo este tipo de estructuras”, agrega.

En segundo lugar, mientras que por carretera y ferrocarril tienden a ser la forma más común de incautación de drogas, según el Informe Mundial sobre las Drogas 2015, las incautaciones marítimas representan las cantidades más grandes, en un promedio de 365 kilogramos entre 2009 y 2014.

“Es poco probable que cambie el enfoque recién descubierto los carteles mexicanos en los mercados de Australia y la expansión en la región de Asia Pacífico. La globalización y la distribución de la tecnología hacen más fácil su expansión, y la riqueza de nuestra región lo posiciona como un nuevo mercado principal para las próximas décadas. Por lo tanto, los australianos responsables políticos necesitan adoptar un enfoque pragmático y eficaz que combate esta amenaza y maximiza el uso de los recursos”, expone.

Un buen comienzo sería una política que se centra cada vez más en la recopilación de inteligencia, interdicción marítima y la creación de capacidad en los centros de tránsito en el Pacífico Sur.

A casi 10 años de la guerra contra el narco, nadie para a los cárteles

miércoles, febrero 3rd, 2016

De acuerdo con expertos, la permanencia de la violencia y del tráfico de droga en México es resultado de que sólo se descabecen los grupos del crimen organizado, pero no se investiguen las redes de lavado de dinero.

Ciudad de México, 3 de febrero (SinEmbargo).–Casi 10 años después de que se iniciara la guerra contra el narcotráfico, los grandes cárteles con presencia en México siguen siendo casi los mismos.

De acuerdo con la Evaluación de la Amenaza de las Drogas, publicado por la Agencia Antidrogas norteamericana (DEA, sus siglas en inglés), estos son el Cartel de Sinaloa, el Cartel del Golfo, el Cartel de Juárez, los Zetas, los Beltrán Leyva, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.

Asimismo, señala que el Cartel Jalisco Nueva Generación es la más nueva de las organizaciones mexicanas trasnacionales.

La permanencia de la violencia y del tráfico, de acuerdo con diversos especialistas consultados, es el resultado de una estrategia de sólo descabezamiento de los grupos del crimen organizado que en ningún caso ha continuado con el inicio de investigaciones contra las redes de lavado de dinero y de protección política que los sostienen.

Los Mochis pierde la paz por la captura de “El Chapo”

lunes, enero 11th, 2016

El último bastión de paz se acabó. La ciudad más próspera del norte del estado, donde hasta ahora se ubicaba el Ingreso Per Cápita más alto de la entidad, ha cerrado sus puertas a piedra y lodo. No está feliz con lo que le acaba de ocurrir, lo siente como un trauma. La detención de “El Chapo” le manchó el destino a Los Mochis, la que su fundador había concebido como una colonia socialista en el México porfirista.

La casa donde presuntamente habitaba "El Chapo".  Foto: Especial SinEmbargo

La casa donde presuntamente habitaba “El Chapo” Guzmán. Foto: Especial SinEmbargo

Los Mochis, Sinaloa, 11 de enero, (SinEmbargo).- En el relato La Carta Robada, el escritor Edgar Allan Poe demuestra que un delincuente puede estar enfrente y hasta convivir con los policías sin que estos se den cuenta. Eso pasó aquí, en este pedazo del norte sinaloense, con Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo” Guzmán. Porque a primera vista, este no era un territorio para agarrarlo. Ni a él, ni a nadie. Los Mochis, la tierra que en la lengua mayo-cahíta quiere decir lugar de tortugas, era un destino en el que se mezclaba el ambiente conservador de sus casi 300 mil habitantes y la condición de ser el último bastión de paz antes del Triángulo Dorado, esa punta de cerro donde Sinaloa hace comunión con Chihuahua y Durango.

Los Mochis podía verse como la última zona urbana antes de que el camino –la carretera México 15- condujera a la puerta de entrada del punto conocido como “arriba”. Allá están esos territorios verdes montañosos e inaccesibles, donde se suelen encontrar sembradíos de mariguana, mota y opio. “Era en aquella punta donde podía estar Guzmán Loera y no aquí”, indica con el dedo apuntalado don Rubén Castro, quien hace 56 años nació aquí y ahora es trabajador de La Costeña.

El patrullaje rumbo a la sierra de elementos del Ejército y la Marina Armada de México así lo indicaba: Guzmán Loera no podía estar en la zona urbana, sino entre los cerros. Siempre iban hacia allá.

Aquí todo empezó con una ensoñación. En 1872, el ingeniero estadounidense Albert K. Owen, contratado por el entonces Presidente Sebastián Lerdo de Tejada para hacer estudios para la construcción de las vías ferroviarias, imaginó una ciudad al lado de la Bahía de Ohuira. No cualquiera. Deseaba formar una comunidad socialista con habitantes estadounidenses, en pleno norte de México y afuera de su país. Años después, Porfirio Díaz, quien se había hecho del poder, se lo permitió. Tras un largo intercambio de cartas, Owen convenció al Mandatario que más años gobernó México y que fue retirado mediante una Revolución. Uno de los primeros habitantes del nuevo proyecto urbano fue Benjamín F. Johnston quien de un trapiche (un molino de azúcar) construyó un ingenio azucarero que después se llamó “The Aguila Sugar Refining Company” y luego, el Ingenio Azucarero de Los Mochis.

Los colonos invitados por Owen no lograron convivir. Separados, emigraron hacia otros poblados a fundar negocios o realizar cultivos. El sueño se acabó en pocos años. Pero Los Mochis, lo que iba a ser la ciudad de Los Mochis, creció y creció en su actividad económica. En el siglo XX no sólo tuvo auge del procesamiento de caña sino de la producción agrícola del Valle del Fuerte de chile y tomate. Creció más que Ahome, el municipio al que pertenece. El gazapo cometido por el Presidente Enrique Peña Nieto al darle a la ciudad el nivel de muncipio –en su discurso oficial del pasado viernes para dar a conocer la captura de “El Chapo”- es una confusión común: hasta ahora, Los Mochis se erigía próspera, como polo de desarrollo, con una contribución de 45 por ciento de su actividad de servicios al estado.

En sus 115 años, este territorio que de acuerdo con las leyes agrarias aún es un ejido, se convirtió en la ciudad con el Producto Interno Bruto más alto de la región –sólo después de Culiacán, la capital- y el Per Cápita más alto de la entidad.

El Ingenio ha dejado de funcionar. La última huelga para reclamar pagos atrasados ocurrió en 2014. Ahora es un cúmulo de chatarra con sus terrenos en venta. “¿Y usted quién cree que puede comprar eso?” –dice una mujer con tono de enojo. Si ya todo aquí es Chapo, puro Chapo es aquí.

Versiones de vecinos señalaron que Guzmán huyó de la vivienda donde se resguardaba, en calle Río Quelite y avenida Jiquilpan, fraccionamientchapo guzman, narcotrafico, aprehension chapo, recaptura chapo, ejercito y marinao Las Palmas, y se introdujo a los túneles del sistema de drenaje pluvial, para luego salir, acompañado por hombres armados, robar un vehículo y refugiarse en el Hotel Doux.Foto: Cuartoscuro

Versiones de vecinos señalaron que Guzmán huyó de la vivienda donde se resguardaba, en calle Río Quelite y avenida Jiquilpan y se introdujo a los túneles del sistema de drenaje pluvial en Los Mochis, para luego salir, acompañado por hombres armados, robar un vehículo y refugiarse en el Hotel Doux. Foto: Cuartoscuro

En estos días, las luces se han apagado. Los Mochis es otra ciudad de terror. Como otras de aquí. La detención del capo más buscado de México hizo virar la vida. Y es un trago amargo que no logra pasarse.

El Fraccionamiento Las Palmas está bajo la mirada del planeta. Hay dos colegios de los tres niveles escolares y decenas de elementos de la Secretaría de la Marina Armada en el mismo perímetro. Hoy lunes, cientos de niños los verán frente a sus escuelas y convivirán con ellos. Por lo pronto, los teléfonos celulares se accionan. Si se le pregunta a los marinos, si se pueden tomar fotos, aceptan sin reparos. Pero en realidad no hay ánimo para el turismo. En cuanto oscurece, los pobladores se resguardan, se van, cierran las puertas y convocan a un silencio inusual.

-Yo no le debo nada a nadie –dice el guardia del llamado Tráiler Park. Un hombre de 60 años que no admite que se le tomen fotos ni videos. Al sitio que cuida suelen llegar estadounidenses en sus carros “camper” a vivir aquí. Ahora no hay nadie. Sólo él. Y no quiere que se tome ninguna imagen del campo donde reina el vacío. Y su voz única.

La carretera México 15 está enfrente. A unos metros, el llamado Trébol por donde Joaquín Guzmán Loera habría tomado rumbo a Navojoa, Sonora.

-Por aquí pasaron, pero yo sólo vi. Porque, le digo yo: aquí ya no se va a poder vivir en paz. Por esto, por los que pasaron por ahí. Y antes, mucho antes, eso no era así.

Los habitantes admiten que no fue eso lo que arrojó contra el suelo aquella vida de paz de Los Mochis. Todo empezó a echarse a perder en 2008, cuando Alfredo Beltrán Leyva, otrora brazo del llamado Cártel de Sinaloa, fue detenido por elementos del Ejército Mexicano y “El Chapo” Guzmán fue acusado de traición. Si el mapa del estado se ve a través de la geografía del narcotráfico, puede decirse que unos municipios se quedaron bajo la operación de un grupo conocido como “Chapitos” de Isidro Meza Flores y otros, bajo los de Orso Iván Gastélum; es decir de Guzmán Loera.

Eso coincide con la persistencia de la muerte en la sindicatura cercana de Juan José Ríos. La Policía Municipal ya tiene una estadística: dos hombres muertos por día, en el fenómeno ya conocido como “levantón” en diciembre de 2015.

“Ahí no se entra si nada se perdió” –describe el conductor de un autobús de la línea Norte de Sinaloa que en estos días sólo acepta hacer paradas inmediatas a la entrada de la ranchería. Luego arranca, veloz.

En Los Mochis, en noviembre pasado, la misma Policía registró a 35 personas levantadas. Este mismo diciembre, cuatros jóvenes de Culiacán que vinieron a visitar a sus novias, desaparecieron.

PROMO-CHAPO

JUEGO DE CASAS

Si Owen soñó una colonia, aquí está, pero desmantelada. Hay nuevas edificaciones y muchas casas abandonadas. De hecho, la vivienda en Jiquilpan y Río Quelite, en la Scally, donde se resguardó “El Chapo” Guzmán fue el domicilio de un grupo de mormones. Luego, en 2015, la casa se quedó vacía. En diciembre, fue remodelada de inmediato.

En Jiquilpan se construía una casa. La de al lado, yace abandonada. “Era de El Chapo”, dicen los vecinos. Y cuentan casi en murmullo: “Anduvieron comprando y transformando casas a lo loco. Por eso, mucho de este fraccionamiento sigue con el letrero colgado. Todo se está vendiendo”.

“La tracatera del viernes nos escondió”, toma la palabra uno de esos habitantes. “Y no creo que salgamos aunque venga la televisión, como ya está llegando”.

La casa donde "El Chapo" se resguardó permanece custodiada por militares. Foto: Especial SinEmbargo

La vivienda donde “El Chapo” se resguardó permanece custodiada por militares. Foto: Especial SinEmbargo

Foto: Al lado de la casa de "El Chapo" está la del boxeador Fernando Montiel "Kochulito". Especial SinEmbargo

La casa donde presuntamente habitaba “El Chapo” [izquierda] se encuentra al lado de la del boxeador Fernando Montiel “Kochulito” [derecha]. Foto:  Especial SinEmbargo

La casa donde se resguardó "El chapo" y ahora sirve para tomarse "selfies". Foto: Especial SinEmbargo

La vivienda donde se resguardó “El chapo” y ahora sirve para tomarse “selfies”. Foto: Especial SinEmbargo