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Microbiota y COVID-19: ¿Por qué el nuevo coronavirus puede causar diarrea y vómito?

viernes, julio 30th, 2021

¿Por qué la COVID-19 puede causar diarreas y vómitos? Dos expertos explican a detalle la posible relación entre la microbiota intestinal y la evolución de la enfermedad.

Por Iñaki Milton Laskibar
Investigador Postdoctoral en Cardiometabolic Nutrition Group, IMDEA Alimentación. Investigador en Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea.

Maria Puy Portillo
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea.

Madrid, 30 de julio (The Conversation).- En casi año y medio de COVID-19, las medidas restrictivas para frenar la pandemia han variado al son de la incidencia del virus. Pese a que hemos logrado adelantar a los Estados Unidos en el número de vacunaciones diarias, nos encontramos en plena quinta ola de la pandemia.

Lo positivo es que, en este periodo de tiempo, se han desarrollado diferentes vacunas con una efectividad más que probada, y se ha investigado sobre diferentes factores que pueden influir tanto en el contagio como en la clínica de la COVID-19.

En este periodo de tiempo, se han desarrollado diferentes vacunas con una efectividad más que probada. Foto: Mary Altaffer, AP

En este sentido, y al igual que ocurre con otras enfermedades, cada vez se está prestando más atención a la posible implicación de la microbiota en la COVID-19.

EL ÓRGANO OLVIDADO

La microbiota intestinal (o microbioma intestinal) se podría definir como una compleja comunidad de microorganismos, principalmente bacterias, que residen en nuestro intestino y que puede alcanzar un peso de aproximadamente dos kilogramos.

Cabe destacar que la microbiota intestinal juega un papel relevante en la digestión de alimentos (participando en la extracción de nutrientes) y en la síntesis de algunos nutrientes, produce diferentes metabolitos y regula la función inmune. Su composición (riqueza y variedad de microorganismos) se ve afectada por factores como los hábitos dietéticos o el estilo de vida de una persona (actividad física). Y los cambios pueden tener consecuencias en la salud.

Además, también se han descrito alteraciones de la microbiota intestinal (disbiosis) asociadas a enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 o la enfermedad del colon irritable.

MICROBIOTA PULMONAR: MÁS ALLÁ DEL INTESTINO

Pero no sólo existe microbiota en el intestino. El pulmón también cuenta con bacterias, principalmente bacteroidetes, firmicutes y proteobacteria.

Además, se sabe que existe una especie de comunicación cruzada entre el intestino y el pulmón (eje intestino-pulmón) mediado, al menos en parte, por la microbiota. Así, se sabe que los metabolitos que se producen cuando existe una inflamación en el intestino (endotoxinas) pueden afectar al pulmón. Y viceversa: las infecciones respiratorias podrían afectar a la composición de la microbiota intestinal.

Los cambios en la microbiota pueden tener consecuencias en la salud. Foto: Efeagro, CSIC

En este sentido, dado que los síntomas gastrointestinales (vómitos, dolor abdominal y/o diarrea) suelen ser relativamente frecuentes en pacientes con COVID-19, se ha propuesto que dichas afectaciones podrían derivar del eje intestino-pulmón. No hay que olvidar que tanto el epitelio pulmonar como el intestinal forman parte del sistema inmune de las mucosas.

La relación intestino-pulmón puede abrir la puerta a futuras investigaciones e intervenciones que permitan hacer frente al virus de manera más efectiva.

MICROBIOTA, EJE INTESTINO-PULMÓN Y COVID-19

A pesar de que el SARS-CoV-2 afecta principalmente al tejido pulmonar, a día de hoy se sabe que es capaz de infectar el tracto gastrointestinal. Así, aunque el principal síntoma de la COVID-19 es el síndrome de dificultad respiratoria aguda, también podría interactuar con la microbiota intestinal, aumentando la producción de intermediarios proinflamatorios.

De hecho, se han encontrado grandes cantidades de virus replicantes (principalmente en células epiteliales) en biopsias de intestino delgado y colon de pacientes con COVID-19.

En este escenario, se ha sugerido que la mayor severidad de la COVID-19 en sujetos con obesidad y/o diabetes tipo 2 podría deberse a la disbiosis característica de dichas enfermedades metabólicas. En estos casos, la propia disbiosis podría dar lugar a una respuesta inflamatoria descontrolada del sistema inmune a la infección por SARS-CoV-2, produciendo una liberación masiva de citoquinas proinflamatorias conocida como “tormenta de citoquinas”.

A pesar de que el SARS-CoV-2 afecta principalmente al tejido pulmonar, a día de hoy se sabe que es capaz de infectar el tracto gastrointestinal. Foto: EFE

Por otro lado, se ha observado una correlación negativa entre síntomas gastrointestinales prolongados y la riqueza y diversidad de la microbiota intestinal en pacientes con COVID-19. Esto podría guardar relación con una respuesta inmune alterada, que ralentizaría la eliminación de SARS-CoV-2.

A esto se le suma que, en pacientes con COVID-19 y síndrome de dificultad respiratoria aguda, se ha identificado la presencia de microbiota intestinal dentro de los pulmones. Esto sugiere que la COVID-19 podría alterar el eje intestino-pulmón, dando lugar a una retroalimentación entre el estado inflamatorio del intestino y el pulmón.

De hecho, un reciente estudio llevado a cabo en un hospital de Ámsterdam concluyó que tanto la carga bacteriana como la presencia de microbiota intestinal en el pulmón son predictores del desenlace de la enfermedad en pacientes críticos con COVID-19.

En ese mismo estudio encontraron también que la microbiota pulmonar de pacientes de COVID-19 era diferente en pacientes con o sin síndrome de dificultad respiratoria aguda. Todo apunta a que la diferencia estaría causada por una mayor presencia de microbiota intestinal en el pulmón de los pacientes con complicaciones.

LA MICROBIOTA COMO POSIBLE DIANA TERAPÉUTICA EN LA COVID-19

A pesar de que todavía no se conocen en profundidad los mecanismos implicados en esta relación intestino-pulmón-COVID-19, los resultados disponibles apuntan a su implicación en el desarrollo/severidad de la enfermedad. En este sentido, se considera que las intervenciones capaces de modular/recuperar la composición de la microbiota intestinal podrían ayudar a reducir la severidad de la COVID-19.

A pesar de que todavía no se conocen en profundidad los mecanismos implicados en esta relación intestino-pulmón-COVID-19, los resultados disponibles apuntan a su implicación en el desarrollo/severidad de la enfermedad. Foto: Manish Swarup, AP

De hecho, a día de hoy se están llevando a cabo numerosos estudios clínicos sobre la potencial utilidad de probióticos, prebióticos y simbióticos en la COVID-19. A pesar de que los resultados disponibles de estas intervenciones son aún escasos, ya podemos afirmar que la recuperación de la microbiota intestinal favorece una mayor producción de metabolitos con efecto antiinflamatorio por parte de bacterias comensales.

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México agrega tres nuevos síntomas a cuadro médico para casos sospechosos de COVID-19

sábado, agosto 22nd, 2020

La nueva definición operacional para considerar a un caso sospechoso de COVID-19 incluye fiebre, tos, dolor de cabeza y un síntoma accesorio -pérdida del olfato, pérdida del gusto o diarrea-, explicó López-Gatell.

Ciudad de México, 22 de agosto (SinEmbargo).- Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, informó que esta semana fueron incluidos síntomas accesorios -pérdida del gusto, pérdida del olfato y diarrea- para considerar a un caso sospechoso de COVID-19.

En conferencia sobre la pandemia de COVID-19 en México, López-Gatell señaló que en la nueva definición operacional, además de los síntomas ya reconocidos, no necesita de dos o más condiciones accesorias, sino que la presencia de una basta para sospechar de la enfermedad.

“Entonces, la definición es: fiebre, tos, dolor de cabeza y sólo uno, basta uno de los síntomas accesorios para considerar a un caso sospechoso de COVID-19”, explicó.

Con esta ampliación en la definición operacional, aseguró, detectarán más positivos de coronavirus. Aunque mencionó que los casos sospechosos de COVID-19 deben ser tratados como si fueran positivos, recordó que no existe un tratamiento específico que cure la enfermedad, por lo que se usa tratamiento de soporte.

“La persona no grave se trata en casa y el tratamiento básicamente es con medicamentos para los síntomas, para quitar el dolor de cabeza, para quitar la fiebre, hidratación, muy, muy importante, quisiera recordarle a todas las ciudadanas y ciudadanos que hidratarse es fundamental”, manifestó.

López-Gatell comentó que el cambio en la definición operacional de la COVID-19 se realizó en conjunto con el Comité Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Conave), con el fin de sensibilizar la definición.

“Sensibilidad es la probabilidad de detectar correctamente a una persona que tenga la condición de enfermedad. […] Entre más amplias o permisivas, si se quiere, sean las definiciones de caso, más sensibles son”.

Advirtió que la limitante, consecuencia de la ampliación en la definición, es la pérdida de precisión o especificidad, pero el interés del Gobierno de México es aumentar la probabilidad de detectar a las personas enfermas, “porque la prioridad son las personas”.

Además, el Subsecretario afirmó que no se redujo el número de pruebas para disminuir el número de casos confirmados, puesto que la indicación de hacer la prueba a toda persona que presente los síntomas no ha sido suspendida.

“En la medida en que haya menos personas con síntomas, ¿qué va a pasar con las pruebas? Van a bajar. Si hay menos personas con síntomas, hay menos personas que tienen la indicación de hacerse la prueba y bajará el número de pruebas”, explicó.

Subrayó que la disminución en la ocupación hospitalaria y en la cifra de decesos está relacionada con el número de personas que presentan síntomas, por lo que también hay menos pruebas realizadas. “No es al revés, como se ha querido plantear”, dijo.

Amebiasis, la enfermedad más buscada por mexicanos en Internet en 2017; le siguen la apendicitis y las hemorroides

martes, febrero 6th, 2018

De acuerdo con la Asociación de Internet Mx, existen 70 millones de mexicanos activos en Internet, de los cuales el 36 por ciento se interesan a través de la web en temas de salud.

La apendicitis ocupa el segundo lugar de la lista y es catalogada por la Asociación Mexicana de Cirugía General (AMCG) como el procedimiento quirúrgico de urgencia más común en el mundo. Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro

México, 6 feb (EFE).- La amebiasis -infección intestinal provocada por una ameba y asociada con otros males como la colitis o la diarrea- fue la enfermedad más buscada en Internet por los mexicanos durante el año 2017, reveló hoy la plataforma web Doctoralia.

Esta primera posición conseguida por la infección intestinal la respaldan las cifras de la Secretaría de Salud, que registró un incremento en los casos de amebiasis de 2016 a 2017, con un total de 220.361 casos reportados al término del pasado año.

Sus diferentes canales de propagación, por ejemplo, agua o alimentos contaminados con heces, e incluso por simples contactos bucales, hace vulnerables a los bebés y a personas de la tercera edad.

“Al haber tantas formas de transmisión es entendible que la amebiasis sea la enfermedad de gran incidencia, y, por lo tanto, la de mayor consulta nacional”, señaló el confundador de Doctoralia Frederic Llordachs.

“Las búsquedas de enfermedades y padecimientos de salud en Internet son cada vez más comunes, por lo que detectar cuáles son las principales no solo aporta un panorama actual de la salud, sino también ayuda a poner mayor atención para su prevención y tratamiento”, indicó.

De acuerdo con la Asociación de Internet Mx, existen 70 millones de mexicanos activos en Internet, de los cuales el 36 por ciento se interesan a través de la web en temas de salud.

A esta infección intestinal la siguen de cerca la apendicitis y las hemorroides.

La apendicitis ocupa el segundo lugar de la lista y es catalogada por la Asociación Mexicana de Cirugía General (AMCG) como el procedimiento quirúrgico de urgencia más común en el mundo.

El riesgo calculado de presentar este padecimiento a lo largo de la vida es de 8.6 por ciento para hombres y de 6.7 por ciento para mujeres, con una incidencia de 1.5 a 1.9 casos por cada mil habitantes.

Las hemorroides -una inflamación de las venas del recto a consecuencia del esfuerzo al evacuar- ocupa el tercer lugar y cabe destacar que “por vergüenza” es una enfermedad ante la que muchas personas se niegan a buscar ayuda profesional.

Sin embargo, “el anonimato que brinda Internet permite consultar libremente” cómo curar este malestar que debe su origen a la irritación del colon, muchas veces vinculada a alimentos picantes como el chile, de consumo diario en México.

El puesto número cuatro lo ocupan las verrugas, seguidas de las aftas, que son inflamaciones en la boca y alrededores.

La segunda mitad de la lista la protagonizan enfermedades más graves como el virus del papiloma humano (VPH) en sexto lugar, el alcoholismo en séptimo y en octavo la insuficiencia arterial.

El listado es completado por la anemia perniciosa y la diarrea.

¿Caldos, electrolitos, pescado? Qué comer y qué no cuando se tiene diarrea

domingo, mayo 7th, 2017

Cuando se tienen episodios de descomposición intestinal conviene seguir unas pautas dietéticas que reviertan la mala absorción intestinal de líquidos y eviten la deshidratación, la desnutrición y la pérdida de sales.

Por Jordi Sabaté, Consumo Claro

Ciudad de México, 7 de mayo (SinEmbargo/ElDiario.es).– La diarrea es una disfunción digestiva por la que el intestino deja de funcionar correctamente como un órgano de absorción de sales, compuestos orgánicos y el agua del bolo alimenticio y, al contrario, vierte por presión osmótica líquido al tracto fecal, diluyendo las heces e incentivando la pérdida de nutrientes.

Puede deberse a múltiples motivos, entre ellos a una pérdida de la flora intestinal por la acción de los antibióticos o el ataque de virus y aunque generalmente suele ser un trastorno pasajero, a veces llega a constituirse en un problema crónico que genera graves problemas de deshidratación y desnutrición, como en el síndrome del intestino irritable, o lleva a la muerte, como ocurre en las epidemias de cólera.

Por las profundas alteraciones que suceden durante los episodios de diarrea, nuestra fisiología precisa de un cuidado dietético especial, ya que este trastorno refleja los desarreglos del sistema digestivo en general. Este artículo propone qué alimentos se deben consumir y cuáles no cuando se tiene diarrea.

RECOMENDADOS

Yogures naturales

Debemos estar seguros de que no son simplemente productos lácteos, que pueden estar tratados térmicamente o con estabilizantes, y por tanto estén exentos de microorganismos o supongan un aporte adicional de calorías vacías. Los yogures actúan de probióticos que nos aportan bacterias que refuerzan la flora bacteriana, uno de nuestros mejores aliados para reponer la absorción intestinal. Un yogur o dos diarios tras las comidas preceptivas pueden ser determinantes para recuperar el buen estado digestivo.

Pescado blanco

Siempre preferible en estos casos frente al azul porque su porcentaje de materia grasa suele ser menor y por tanto es más digerible. De todos modos limitémoslo a lenguado, merluza u otras especie que se puedan cocinar fácilmente a la plancha o al vapor.

Carnes magras

No importa que sea ave o mamífero mientras sean zonas bajas en grasa. Por ejemplo, del pollo o el pavo las pechugas, o del cerdo el lomo, de la ternera un corte sin grasa entreverada. La idea es que la grasa es menos fácil de digerir y cuando tenemos el intestino alterado no conviene forzarlo, pero a la vez necesitamos proteína de calidad.

Embutidos

Con estos preparados animales ocurre lo mismo que con las carnes citadas anteriormente: tienen un exceso de grasa que no nos ayudará a recuperarnos. Antes al contrario. Un par de excepciones: la cecina de León, la Morcilla de Burgos y similares, hechos con sangre y poca grasa, a lo sumo algo de arroz, son buenos por su aporte proteico, pero sin abusar.

Carnes grasas

Evitemos el pato, el cordero o partes del cerdo como las presa o el secreto. También en la ternera las grasas de la cobertura. Aunque son la parte más sabrosa, también representan la más indigesta.

Pescado azul

A pesar de aporta ácidos Omega-3, el pescado azul es muy indigesto y cuando se tiene el estómago sensible o dañado, no conviene atormentarlo más. Ni ni sardinas ni melva canutera, chicharros u otros pescados similares. Si acaso el bonito en conserva, bien lavado de su aceite, puede ser un alimento que se salve de la purga por su buen aporte proteico.

Leche entera y quesos grasos

Evitar las grasa poco digestivas es el objetivo y entre todas las animales destacan por su difícil digestión.

NO RECOMENDADOS

Infusiones y caldo vegetal y de pollo

Los caldos e infusiones son recomendable siempre que sean suaves y no tengan efectos excitantes que puedan provocar un estrés sobre el sistema digestivo. Su ventaja frente al agua es que al contener sales y azúcares ayudan a retener el agua en la absorción intestinal e inhiben vómitos y la propia diarrea. Los caldos concentrados de carne o el café pueden resultar indigestos o provocar inflamaciones que no ayuden a la recuperación intestinal. El caldo vegetal o de pollo o el té son perfectos.

Plátanos y manzanas

Su acción astringente y altamente calórica los hacen recomendables. Las manzanas además, aportan agua.

Arroz

Su acción es similar a la de los tubérculos. Aumenta la consistencia de las heces y aporta azúcares directos, que en este caso son necesarios por su fácil absorción, ya que por pérdida de líquidos nos encontraremos desnutridos.

Huevos

No debemos abusar, pues la yema tiene gran cantidad de lípidos que pueden resultar indigestos, pero l a clara contiene proteína fácil de digerir. Respecto a las vitaminas no debemos ser optimistas: la mayoría de ellas se pierden con el calor y no conviene comer el huevo fresco.

Tubérculos

Patatas y zanahorias en forma de puré son uno de los mejores astringentes que podemos encontrar; en el intestino revierten la pérdida de agua y la baja absorción, dando consistencia a las heces. Además aportan azúcares y sales que son fundamentales cuando el tracto inferior digestivo no funciona como debe.

Frutas

Son demasiado ricas en azúcares y fibra -sumamente indigesta aunque buena en otras situaciones para la flora intestinal-, por lo que pueden acentuar los episodios de diarrea. Salvo las citadas en el apartado de recomendados, evitarlas todas.

Legumbres

Aunque son una fuente genial de proteína, su alto contenido en fibra las hace poco recomendables en estos casos, ya que resultan demasiado pesadas de digestión. Mejor dejarlas para cuando nos encontramos bien.

Bebidas isotónicas para deportistas

Aunque se ha puesto de moda decir que las bebidas para deportistas tipo Gatorade son buenas para la diarrea, es al contrario: no son recomendables según los especialistas. El motivo es que la pérdida de líquido en una diarrea es diferente que por el sudor. Por la primera se pierde mucho potasio y en la segunda se elimina más sodio, que es lo que reponen las bebidas de sales. Así, en la diarrea nos hiper suplementamos de un sodio que no necesitamos en lugar de reponer el potasio, que por ejemplo nos da el plátano.

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