Posts Tagged ‘desórdenes alimenticios’

Trastorno por atracón: cuando la comida es una adicción

viernes, agosto 19th, 2016

Sobrealimentarse, comer por impulso, sin apetito, es también uno de los desórdenes alimenticios más comunes, y el estrés tiene mucho que ver. ¿Cómo se puede revertir?

La doctora Clelia García, doctora en psicología. Foto: Conacyt

La doctora Clelia García, doctora en psicología. Foto: Conacyt

Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).– El trastorno por atracón o comer demasiado obliga a quienes lo padecen a comer grandes cantidades de alimentos y golosinas, sin tener apetito, en forma compulsiva, varias veces al día y, a diferencia de otros trastornos alimenticios, no vomitan ni recurren a laxantes.

La doctora en psicología de la salud por la Universidad de Guadalajara, Clelia María García Silva Herrera, señaló que el trastorno por atracón se incluyó recientemente en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, en inglés).

“En la actualidad, las investigaciones que se realizan son dentro de esta nueva clasificación, que se integra al DSM. Hay que aplicar toda una serie de investigaciones para hacer la validación de muchos aspectos que antes se tenían como trastornos no especificados”, informó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.

La investigadora, quien se desempeña como docente en la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), reconoció que se sabía que algunas personas comían de manera muy desordenada, se daban atracones y tenían determinadas conductas, pero como no estaba clasificado, no se había estudiado su frecuencia ni su relación con la obesidad.

ATRACONES Y ESTRÉS

Este trastorno compulsivo puede derivar en otros problemas físicos. Foto: Shutterstock

Este trastorno compulsivo puede derivar en otros problemas físicos. Foto: Shutterstock

Señaló que es necesario continuar con las investigaciones sobre el trastorno por atracón, en el que intervienen factores comportamentales y culturales. Además, dijo que ciertos comportamientos de los mexicanos están asociados con una prevalencia de obesidad, pero no se tienen aún los resultados de los estudios que establezcan esta relación.

“Hay poblaciones más susceptibles por otro tipo de situaciones como el estrés, que lleva a comer compulsivamente. Una población que vive con estrés es una población también de bajo nivel socioeconómico y sociocultural, pero también tenemos personas que viven en la opulencia que una de las manifestaciones es la sobrealimentación”, explicó la especialista.

García Silva Herrera recomendó a las personas que padecen algún trastorno alimenticio —como anorexia, bulimia y atracón— que deben buscar ayuda con un profesional de la salud, porque es posible generar un control sobre el comportamiento alimenticio y tener un peso saludable.

Sobre el trastorno de anorexia nerviosa mencionó que es un comportamiento asociado a la mercadotecnia y a los factores de belleza, ya que es una sobreexigencia de la imagen corporal y del perfeccionamiento del individuo, en el que intervienen valores socioculturales.

“A los jóvenes que estén tentados a tener conductas alimentarias alteradas no lo hagan, no vale la pena, porque una vida saludable, hacer ejercicio y un peso adecuado es belleza”, finalizó García Silva Herrera.

Discriminación, xenofobia, sexismo… cuando la moda es políticamente incorrecta

viernes, abril 1st, 2016

“Bonita nueva novia, ¿qué raza es?”, se podía leer en una playera lanzada en 2011 por la marca británica Topshop; “Come menos”, decía otra de Urban Outfitters… otras grandes marcas como Adidas y Zara también han sido acusadas de hacer burla de las víctimas del Holocausto o de la esclavitud. Algunas compañías más son acusadas de lucrar con las tragedias y promover el racismo. A continuación, algunos de estos ejemplos.

Video: Sandra Sánchez / Guión: Daniela Medina

Lo que pasa cuando asaltas el refrigerador por la noche se llama “SAN”

martes, marzo 22nd, 2016

Conoce más sobre el Síndrome de Alimentación Nocturna (SAN), que ocurre cuando comemos compulsivamente en la noche.

Foto: Shutterstock

Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 22 de marzo (SinEmbargo/LaOpinión).- Cuando las personas se desvelan repetidamente para ir a comer pueden padecer de un desequilibrio que requiere de cuidado y tratamiento. Los expertos dicen que la conducta podría estar relacionada con desórdenes genéticos y emocionales y que más que dejarla pasar como un hecho anecdótico, es un asunto en el que es necesaria la consulta de un especialista. Quizá padeces el llamado Síndrome de Alimentación Nocturna (SAN).

No es para alarmarse si eres de las que se levanta después de la medianoche con mucha hambre y busca algo para calmarla. No es extraño si se trata de algo ocasional. Pero si sueles estar inapetente durante el día y en la noche sientes unas ganas compulsivas de comer que te obligan a despertar y abandonar la cama para ir a la cocina, es posible que se trate de SAN.

Este comportamiento, que consiste en un desajuste de los tiempos de ingesta de alimentos, además de trastornar el sueño, está asociado con desequilibrios genéticos, depresión y ansiedad. Y aunque se desconoce su prevalencia se calcula que afecta al dos por ciento de la población mundial. Incluso una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos, 2003) señala que un 6 por ciento de las personas que sufren obesidad padecen SAN.

Sobre este indicador, el neurólogo y especialista en sueño Miguel Dávila asegura que hoy la cifra es mayor: “Hasta un 30 por ciento de los obesos reconoce que asalta la nevera durante el periodo del sueño. Este trastorno –dice el especialista– es relativamente raro porque, precisamente, la gente no lo confiesa. Es más, hay personas que padecen esto y ni se han dado cuenta de que se levantan a las dos de la mañana a comer”.

También existen personas que en consulta con su médico relatan con detalle estos comportamientos alimenticios nocturnos. “Saben exactamente qué comieron” –dice Dávila–, “que por lo general son alimentos de alto contenido calórico”.

ALGUNAS EXCEPCIONES

Ahora bien, es importante tener en cuenta que no siempre los hábitos alimenticios desordenados o que no están dentro de los horarios del promedio de la gente, indican que se padece Síndrome de Alimentación Nocturna o algún trastorno alimenticio.

El cambio esporádico de los horarios laborales, las jornadas nocturnas de estudio, el no haber quedado satisfecho con la cena o el sufrir de dispepsias (ardor en la boca del estómago) pueden hacer que las personas se levanten por las noches a comer algo. Esto no significa que estén enfermos y los síntomas desaparecen una vez el organismo se compensa.

La primera vez que se habló de este síndrome fue en 1955, cuando el doctor estadounidense Albert Stunkard estudió los casos de pacientes con obesidad que tras no ingerir alimentos durante el díadesarrollaban una necesidad de ingerir comida a partir de las 8 de la noche, o incluso en la madrugada, lo que a su vez les afectaba el sueño.

De acuerdo con un reciente estudio de científicos del Instituto Salk, de California, el SAN se genera por la mutación de un par de genes encargados de sincronizar el reloj biológico; es decir, de ajustar los horarios del cuerpo para comer o dormir, dependiendo de factores como la luz y la temperatura.

Citado por la BBC, Satchidananda Panda, director de dicha investigación (realizada con ratones), publicada en la revista científica “Cell Reports”, señala: “No esperábamos que pudiéramos separar el ciclo de sueño y el de alimentación, especialmente con una mutación simple. Esto abre las puertas a un montón de preguntas sobre cómo se regulan estos ciclos”.

QUÉ HACER

El Síndrome de Alimentación Nocturna (SAN) puede ser tratado. Lo primero que se debe hacer, si sospecha de que sufre este mal, es hablar con su médico para informarle sus síntomas. Luego, a partir del diagnóstico, deberá empezar una serie de tratamientos que incluyen evaluación nutricional, asesoría en higiene del sueño, terapias de manejo del estrés y actividad física.

El doctor Dávila asegura que el tratamiento se determina de acuerdo con las condiciones de cada paciente, pero, dice, “la psicoterapia puede ser bastante útil, pues siempre estamos expuestos a situaciones de estrés y preocupación, que se pueden manejar”.

En eso coincide la psiquiatra Olga Albornoz, quien insiste en que cuando el SAN afecta la calidad de vida de quien lo padece, son necesarias la medicación y la psicoterapia.

SÍNTOMAS

Las personas que padecen SAN suelen presentar, durante mínimo dos meses, los siguientes síntomas:

  • No desayunan. Ingieren comida después de varias horas de despertar.
  • La mitad de las calorías diarias (cerca de 56 por ciento) las consumen entre las 8 de la noche y las 6 de la mañana. Los alimentos que ingieren son, en su mayoría, carbohidratos.
  • Sufren de depresión, baja autoestima y ansiedad. Cuando despiertan, sienten culpa.
  • Padecen de insomnio y, en algunos casos, sonambulismo.
  • Estas manifestaciones se resumen, según la psicóloga Sandra Herrera, en tres condiciones preponderantes: anorexia (inapetencia) matutina, hiperfagia (exceso de apetito y consumo frenético de alimentos) nocturna e insomnio.

CUATRO CATEGORÍAS

En cuanto a los tipos de “comilones” nocturnos, investigaciones médicas apuntan que puede haber cuatro categorías:

Compulsivo de tarde y noche: en el día no tiene apetito y en la noche consume desenfrenadamente alimentos hasta que logra conciliar el sueño.

Ansioso: despierta durante la noche con mucha ansiedad a causa de situaciones presentadas durante el día y solo encuentra tranquilidad al comer. Luego logra dormirse.

Con antojos: tiene antojos de alimentos específicos y busca saciarlos.

Comer para descansar: sufre de insomnio fuerte y siente que al comer recupera las horas de sueño perdidas y descansa.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE LaOpinión. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

Más allá de la anorexia: 10 trastornos alimenticios no tan comunes

martes, enero 26th, 2016

Nombres como potonimia, pregorexia, ortorexia, vigorexia o pica tal vez no te suenen de nada, pero afectan a miles de personas en todo el mundo.

Por Consumo Claro

No comer o comer de más, todo exceso deriva en una mala salud. Foto: Shutterstock

No comer o comer de más, todo exceso deriva en una mala salud. Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 26 de enero (SinEmbargo/ElDiario.es).- Los trastornos alimentarios, o nutricionales, son perturbaciones de las pautas habituales de alimentación que pueden a veces tener origen fisiológico. Un ejemplo en esta categoría sería una persona que tiene alterado el gen de producción de la leptina, la hormona que envía al cerebro el mensaje de que hemos saciado nuestra hambre. Si no producimos suficientes cantidades de leptina, nunca dejaremos de tener hambre y por tanto presentaremos un desorden alimentario por exceso de ingestión.

Ahora bien, la mayoría de motivaciones de los trastornos alimentarios tienen un origen psicológico, no necesariamente enraizado en enfermedades mentales pero sí en percepciones inconscientes equivocadas de la persona respecto a lo que la rodea y a sí misma. Las personas con trastornos nutricionales suelen ver tanto a los demás como a sí mismas de una manera equivocada, o bien extrema. Es decir, pueden tener una muy baja autoestima e intuir a sus compañeros o familiares como superiores. También puede pasar al revés: son narcisistas que se ven superiores a lo demás.

Esta concepción polarizada del mundo -el individuo versus los demás-, les impide relacionarse con normalidad y les genera un gran conflicto que deriva en insatisfacción y ansiedad, que tratan de compensar o bien comiendo en exceso para clamar la angustia o, al contrario, evitando comer como un modo de tener bajo control el conflicto. Además, el trastorno puede ir acompañado de una falsa percepción psico-visual del propio cuerpo, en la que las evidencias físicas quedan enmascaradas por la insatisfacción derivada de la tensión psicológica. El caso más evidente es el de la anorexia, en el que la o el paciente nunca tiene la sensación de estar en el peso adecuado.

LOS TRASTORNOS

Ortorexia

Es un trastorno de tipo obsesivo en el que la persona se ve impelida a cuidar al máximo su dieta diaria, solo consumiendo los alimentos que considere saludables. Pero esta etiqueta de “saludable” la coloca la propia persona de una manera parcial y subjetiva, sin que necesariamente el alimento ingerido sea el adecuado.

Así el ortoréxico puede creer en las más estrafalarias dietas, o inventárselas con motivaciones irracionales, siempre en busca de una dieta ‘saludable’ y huyendo de la obesidad. Sin embargo, lo que la persona busca en la dieta es un equilibrio psicológico que nunca alcanza, puesto que no es el origen del conflicto. La ortorexia puede crear graves desarreglos nutricionales si se prescinde de alimentos esenciales.

Vigorexia

Pone el foco en el desarrollo atlético del cuerpo como solución al conflicto interior. Es un trastorno frecuente en los gimnasios y en especial entre los culturistas, aunque por descontado no todos son vigoréxicos. Suele afectar a personas con traumas que les han dejado una baja autoestima.

El o la vigoréxica intenta paliar la inseguridad que deriva de su errónea percepción como inferior con un desarrollo muscular que le dé satisfacción. Para ello no duda en hacer ejercicio y alimentarse con todo tipo de sustancias que favorecen la musculatura, pero nunca alcanza el estado deseado. El peligro es el abuso de suplementos proteicos que afecten al riñón o de sintéticos que degeneren el sistema cardiovascular.

Pregorexia

La obsesión por cuidar la línea puede afectar al bebé. Foto: Shutterstock

La obsesión por cuidar la línea puede afectar al bebé. Foto: Shutterstock

También conocida como anorexia del embarazo, es un trastorno que afecta a algunas mujeres embarazadas, que se obsesionan con evitar que el embarazo les dé un aspecto físico poco agradable. En su empeño, abusan de las dietas radicales y milagrosas – todas ellas falsas- y pueden llegar desnutrirse, poniendo en riesgo la salud del bebé.

Potomanía

Consiste en la ingesta exagerada de cualquier líquido, aunque generalmente se trata de agua. La persona afectada puede llegar a beber más de cinco litros de agua al día, cuando lo recomendable es entre un litro y dos.

El potómano intenta calmar su insatisfacción bebiendo y nunca tiene bastante, por lo que si el trastorno se prolonga durante años, puede llegar a originar problemas renales y cardiovasculares.

Megarexia

Es el opuesto a la anorexia, ya que el o la afectada nunca es consciente ante el espejo de que tiene sobrepeso, por lo que sigue comiendo en exceso todo tipo de productos que le aportan calorías vacías, sobre todo azúcares. Para ella o él, su figura denota vigor, salud y energía, cuando en realidad son obesos desnutridos, pues no ingieren los ingredientes que de verdad son esenciales.

Ebriorexia

Creer que el alcohol "llena" y sustituye a la comida puede derivar en desnutrición. Foto: Shutterstock

Creer que el alcohol “llena” y sustituye a la comida puede derivar en desnutrición. Foto: Shutterstock

O alcoherexia es un trastorno frecuente entre adolescentes que pernoctan y beben mucho alcohol, pero que también están preocupados por su aspecto físico. Consiste en dar por válidas las calorías que aporta el alcohol y creer que pueden sustituir a la comida, lo que en inglés se conoce como el liquid lunch.

Si la persona es bebedora frecuente, entrará en un círculo de desnutrición que puede causarle desde la caída del pelo a problemas dentales por falta de determinadas vitaminas, pasando por episodios de bulimia con vómito, a causa de la falta real de alimento.

Pica

Es un trastorno que se da usualmente en niños y consiste en la práctica de comer cosas que no son alimentos, desde tierra a hierbas, maderas e incluso tiza o cenizas de cigarrillo. Este comportamiento, que puede ser normal en un niño de menos de 18 meses, se hace anómalo a partir de los 24 meses y puede prolongarse a lo largo de toda la infancia.

Se cree que se genera por ansiedad derivada de la falta de afecto, pero no implica el rechazo de productos comestibles. Sin embargo puede conllevar la ingesta de parásitos dentro del sistema digestivo, así como intoxicaciones.

Permarexia

Supone la obsesión con no ganar peso, por lo que la persona trastornada se somete a todo tipo de dietas para intentar bajar, o al menos no ganar, peso. Es un estadio previo a la anorexia, y en ocasiones deriva en esta.

Hiperfagia

Es la sensación permanente de un hambre insaciable. Puede ser causada por ansiedad, con lo que lindaría con la bulimia, pero también puede tener un origen fisiológico en la ausencia de leptina en el cuerpo o bien en alteraciones hormonales como la diabetes y el hipertiroidismo.

Trastorno por atracón

Es una suerte de bulimia episódica en la que el afectado se harta de comer y después pasa a un periodo de restricción alimentaria casi absoluta para compensar su sentimiento de culpabilidad. Pero tras la restricción, regresa el hambre atroz y un nuevo atracón.

 

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE El Diario.es. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

Senadora urge programas contra desórdenes alimenticios

miércoles, octubre 28th, 2015

México, 28 Oct (Notimex).- La senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género del Senado de la República, destacó la urgencia de atender los trastornos de la conducta alimenticia, como la anorexia y la bulimia.

Al inaugurar el foro “Trastornos de la conducta alimentaria”, la legisladora señaló que no basta con los foros y pláticas, también el marco legislativo debe ser adecuado, a fin de enfrentar este problema de salud en el país.

Recordó que el pasado 20 de mayo presentó una iniciativa directamente relacionada con los trastornos de la conducta alimenticia, y que adiciona una fracción cinco al Artículo 73 de la Ley General de Salud.

La propuesta intenta que todos los responsables de la salud en el país volteen su mirada hacia este problema, que se etiqueten recursos, se hagan programas y campañas para la prevención de los trastornos de la conducta alimenticia.

Gastélum Bajo confió en que el resultado de este foro pueda incidir en políticas públicas para atender esta problemática y, si es posible, se etiqueten recursos para hacer campañas de información, sensibilización y atención de vida a estos trastornos alimenticios.

A su vez, la directora de la Fundación Mexicana Contra la Anorexia y Bulimia Ellen West, Araceli Aizpuru de la Portilla, alertó que la anorexia y la bulimia se han incrementado 700 por ciento.

Detalló que en la actualidad, hay entre dos y tres millones de personas afectadas, de las cuales 80 por ciento son mujeres; de ese porcentaje, 20 por ciento fallecerán a consecuencia de alguno de estos trastornos.

Aseveró que la anorexia registra la más alta mortandad dentro de las enfermedades mentales, e indicó que una mujer con este mal tiene más de seis por ciento de posibilidad de fallecer a corto plazo.

Propuso instaurar el Día Nacional de la Lucha Contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, el 30 de noviembre de cada año, y fijar una semana de prevención que obligue a las escuelas, universidades y hospitales a efectuar campañas de información para los estudiantes sobre estas enfermedades.