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Constitución mexicana cumple 105 años: AMLO pone su marca e impulsa aún más reformas

sábado, febrero 5th, 2022

El Gobierno de López Obrador ha promovido diversas reformas a la Constitución, que este sábado cumplió 105 años desde su promulgación, entre las cuales destacan algunas que este año se enfrentarán al escrutinio del Poder Legislativo: la Reforma Energética y la Reforma Electoral.

Por Juan Manuel Ramírez G.

Ciudad de México, 5 de febrero (EFE).– La Constitución mexicana celebra este 5 de febrero 105 años de historia marcada por los cambios en el texto impulsados en los años recientes por el Presidente Andrés Manuel López Obrador para adecuarla a su proyecto de transformación nacional y la duda de si se logrará mayoría en el Congreso para aprobar su polémica Reforma Energética.

En sus primeros tres años de Gobierno, López Obrador y el partido Morena, que tiene la mayoría en el Congreso, ha promovido reformas a la Constitución para crear la Guardia Nacional, para suprimir el fuero presidencial, para el derecho de adultos mayores a recibir una pensión, así como a las leyes de Hidrocarburos y para eliminar el outsourcing, entre otras.

Este sábado, López Obrador dijo que las reformas constitucionales emprendidas por su Administración para concretar su proceso de transformación nacional están en línea con la causa social y nacionalista de la Constitución mexicana.

Destacó que “las Constituciones son fruto de procesos de cambio y de transformación” y expuso que tras el triunfo de su movimiento que lo llevó al poder en 2018 “era necesario proponer una nueva Constitución y se optó por reformar pero buscando los equilibrios y la conciliación”.

Además, avisó que en los próximos años buscará tres reformas constitucionales sobre el sector eléctrico, el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Guardia Nacional.

Comentó que se está buscando reformar la carta magna para “fortalecer la industria eléctrica nacional porque evidentemente hay un desbalance, no hay equilibrios ya que en la reforma anterior se le dieron todos los privilegios a las empresas particulares”.

Y señaló que durante el periodo neoliberal en México, en los 36 años antes de su llegada al poder en 2018, “en vez de avanzar retrocedimos en cuanto a los derechos establecidos en la Constitución porque no se legisló en favor del pueblo sino en favor de las minorías y se entregaron bienes de la nación a particulares nacionales y extranjeros”.

Este año, la Constitución Política de México promulgada en 1917 cumplió 105 años. Foto: Presidencia de México vía EFE.

CAMBIAR LA REALIDAD

Sobre las reformas y los cambios a la Constitución por parte de los presidentes, Juan Jesús Garza Onofre, investigador y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo a Efe que en ellos “existe una idea de que cambiar la Constitución implica cambiar la realidad y hay que desmitificarla porque es mucho más difícil cambiar la realidad que las leyes”.

Dijo que en el caso de López Obrador o a su visión que tiene de país “muchas veces le estorba la Constitución” y en algunas ocasiones la actual Administración “no ha seguido los cauces legales”.

Pero a pesar de estos deslices, Garza Onofre dijo que el proyecto transformador que impulsa el mandatario mexicano “lo quiere rematar con tres grandes reformas constitucionales ya anunciadas por el Presidente: la energética, la electoral y la relativa a seguridad”.

“No son reformas menores, son reformas que cambian por completo el panorama relativo a la relación que va a tener la administración pública con ciertos temas: la nueva funcionalidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la insistencia en la desaparición o reformulación del Instituto Nacional Electoral y la militarización de muchos aspectos de la vida pública”, apuntó.

Sobre esas tres grandes reformas dijo que si López Obrador quiere llevarlas a cabo “en definitiva, entre más rápido y entre más pongan de acuerdo a todas las fuerzas políticas existe posibilidad para que se concreten”.

Para Garza Onofre, la Constitución mexicana “es muy densa” y la que le queda “muy poco” de lo que fue la Constitución de 1917″ y hasta “parecería otra completamente nueva, parchada con miles de cosas y sin embargo es lo que tenemos” para dotar de certeza a las acciones que se cometen en nuestra vida en común.

“Sí, pongamos atención en la Constitución pero pongamos más atención en la realidad, si ésta se contrapone con lo que dice el derecho pues en definitiva antes que seguir modificando la Constitución hay que ver otras alternativas para modificar la realidad en la que nos encontramos”, expuso.

REFORMAS, UNA TENDENCIA

Para Sergio Charbel Olvera, profesor de la Universidad Libre de Derecho, en México existe una tendencia en la que los presidentes, y esto es muy marcado desde el Gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), en sus programas políticos y planes nacionales presenten como propuestas reformas a la Constitución.

“Muchos de los presidentes tienen en primer lugar proponer reformas a la Constitución para plasmar de esas forma sus propuestas políticas”, dijo en entrevista con Efe.

El académico señaló que los presidentes mexicanos han visualizado a la Constitución como el garante de sus propuestas políticas “si una propuesta política no está en la Constitución como que no es muy efectiva”.

Y citó como ejemplo la Reforma Educativa del Presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) que “no fue bien vista por López Obrador al igual que la reforma energética y pues a reformar la Constitución” y así se ampara en la Constitución el ideal político del actual presidente “para que haya una garantía de permanencia en esa política”.

Dijo que esa tendencia “no se pueden evitar y se puede ‘jugar’ políticamente con ello en tanto se logren los acuerdos en el Congreso para lograr las mayorías. Habrá temas en los que estén de acuerdo y que voten a favor a pesar de que sean oposición o que se realicen acuerdos políticos para convencer a la oposición y lograr las reformas”.

La CdMx inaugura la Línea 2 del Cablebús: irá de Constitución de 1917 a Santa Martha

domingo, agosto 8th, 2021

De acuerdo con el Gobierno capitalino, la Línea 2 del Cablebús estará operada por la empresa italiana Leitner.

Ciudad de México, 8 de agosto (SinEmbargo).- Este domingo, el Gobierno de la Ciudad de México inauguró inauguró la Línea 2 del primer sistema de transporte público tipo teleférico en la capital, conocido como Cablebús que irá de Constitución de 1917 a Santa Martha, en la Alcaldía Iztapalapa.

La Línea 2 del Cablebús, la cual obtuvo una inversión de tres mil 168 millones de pesos, cuenta con una longitud de 10.6 kilómetros y cuenta con siete estaciones: Constitución de 1917, Quetzalcóatl, Buenavista, Minas, Lomas La Estancia, San Miguel Teotongo y Santa Marta Acatitla.

Durante la inauguración, las autoridades capitalinas destacaron que este sistema de transporte reduce el tiempo de viaje a 40 minutos cuando el traslado es de 73 minutos aproximadamente, pues detallaron que el Cablebús opera con electricidad y a una velocidad mayor que el tránsito en la ciudad.

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Esta línea del Cablebús conectará con las líneas 8 y la A del Metro, y conectará con camiones del RTP y el Trolebús elevado, que continúa en construcción.

De acuerdo con el Gobierno capitalino, la Línea 2 del Cablebús estará operada por la empresa italiana Leitner.

El viaje tendrá un costo de siete pesos y se podrá acceder con la tarjeta de Movilidad Integrada de la capital, la cual se podrá recargar en las estaciones del Cablebús.

La Línea 2 del Cablebús contará con Internet en todas las cabinas y estaciones, alarmas sísmicas, equipo contra incendio, para tormentas eléctricas, y cámaras de seguridad para monitoreo 24 horas.

El Gobierno de la Ciudad de México espera inaugurar la Línea 3 para las alcaldías Magdalena Contreras y Tlalpan para el 2022.

El Metro de la CdMx realiza la búsqueda de la araña gigante en la estación Constitución de 1917 y no la halla

domingo, septiembre 20th, 2020

En un breve comunicado, la administración del Metro capitalino dio a conocer que personal especializado realizó la búsqueda de manera “meticulosa y exhaustiva” sin llegar a hallar el insecto. Sin embargo, informó que las revisiones continuarán para dar con la araña.

Ciudad de México, 20 de septiembre (SinEmbargo).– El Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) informó que se llevó a cabo la búsqueda de un presunto espécimen arácnido reportado en una de las estaciones pertenecientes a la Línea 8, sin hallar al animal.

En un breve comunicado, la administración del Metro capitalino dio a conocer que personal especializado realizó la búsqueda de manera “meticulosa y exhaustiva” sin llegar a hallar al arácnido. Sin embargo, informó que las revisiones continuarán para dar con la araña.

“Con relación al avistamiento de un presunto espécimen arácnido en las instalaciones de la estación Constitución de 1917 de la Línea 8 del STC, se informa que personal de la Coordinación de Protección Civil procedió a revisar el área de forma meticulosa y exhaustiva sin que llegara a encontrarse el insecto”, reportó en un comunicado la dependencia.

CAPTAN EN VIDEO A ARAÑA GIGANTE

Un video muestra cómo una araña gigante cuelga de su telaraña en uno de los andenes de la estación Constitución de 1917, de la Línea 8 del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) en la Ciudad de México.

Un usuario compartió en Twitter una grabación cuestionando qué tipo de especie era la que se mostraba debido a su gran tamaño.

En dicho video, el cual fue publicado el pasado 15 de septiembre, se muestra cómo la araña se balancea en su telaraña que cuelga de una de las lámparas del andén de la estación del Metro.

El usuario especialista en arácnidos reveló que se trata de una araña de la familia araneidae, la cual se alimenta de insectos voladores por lo regular.

“¡Agárrenlos!”. Policías y civiles se enfrentan a golpes en el Metro Constitución de la CdMx (VIDEO)

miércoles, junio 17th, 2020

Los sujetos y los policías tuvieron una riña al interior del Metro Constitución de 1917. Una persona captó el enfrentamiento. 

Ciudad de México, 17 de junio (SinEmbargo).– Sujetos iniciaron una riña con policías luego de que se les negó el acceso al Metro Constitución de 1917, en la Ciudad de México, porque se detectó que iban en aparente estado de ebriedad.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) informó que sus elementos realizaron la detención de dos hombres que agredieron físicamente a un oficial en la estación del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC-M), ubicada en calles de la alcaldía Iztapalapa.

“Un uniformado realizaba sus funciones de prevención en el área de torniquetes de la estación de la línea 8, ubicada en calles de la colonia Constitución de 1917, cuando cuatro personas en aparente estado de ebriedad intentaron entrar, por lo que se les informó que no podían subir en ese estado”, detalló la autoridad.

“Ante la negativa para su ingreso, los hombres respondieron de manera agresiva y golpearon al oficial en el rostro, por lo que fue solicitado el apoyo correspondiente”, agregó.

Tras contener le situación, en el lugar fueron detenidos dos de los cuatro involucrados, “a quienes de acuerdo al protocolo de actuación policial les fue leída su cartilla de derechos y fueron presentados ante el agente del Ministerio Público correspondiente quien definirá su situación jurídica”.

Un video que circula en redes sociales muestra el momento en que los sujetos atacaron a los policías, quienes se defendieron. Algunos de los presentes pidieron, según las imágenes, que los agresores fueran detenidos. “¡Agárrenlos!”, gritaban.

Propuesta de AMLO de acabar con fines de semana largos provoca enojo de empresarios y en redes

jueves, febrero 6th, 2020

Así que López Obrador dijo que, para el comienzo del próximo año escolar, en agosto o septiembre, insistirá en que los feriados se celebren en su fecha histórica real. Eso generó un diluvio de críticas en redes sociales, donde muchos mexicanos lamentaron la pérdida de los fines de semana largos.

Ciudad de México, 6 de febrero (AP).-El Presidente de México Andrés Manuel López Obrador presentó una propuesta sumamente impopular de poner fin a la práctica de mover los feriados oficiales al lunes más cercano y crear fines de semana largos.

López Obrador, estudioso de la historia de México, se irritó al enterarse de que muy pocos ciudadanos recuerdan que el miércoles 5 de febrero se cumplió el aniversario de la adopción de la Constitución Nacional, en 1917.

Este año el feriado se movió a lunes para para crear un fin de semana de tres días. La práctica es similar a la implementada para el Día de los Caídos o el cumpleaños de George Washington en Estados Unidos.

López Obrador fustigó la práctica, quejándose de que provoca que la gente olvide el motivo de la celebración, si bien reconoció que los fines de semana largos son muy populares.

“Sé que esto va a generar alguna polémica, pero considero que el que no sabe de dónde viene, nunca va a saber hacia dónde va. Para nosotros es fundamental la historia, que es la maestra de vida, es fundamental el civismo, la ética, el humanismo”, declaró el mandatario.

Así que López Obrador dijo que, para el comienzo del próximo año escolar, en agosto o septiembre, insistirá en que los feriados se celebren en su fecha histórica real. Eso generó un diluvio de críticas en redes sociales, donde muchos mexicanos lamentaron la pérdida de los fines de semana largos.

En Twitter, el hashtag #Conlospuentesno era la tendencia principal en México. Un usuario colocó una imagen con un apretón de manos, simbolizando que tanto simpatizantes como críticos del Presidente (“chairos” y “derechairos”) estaban unidos: “Hoy no hay divisiones, hoy todos somos uno mismo. #Conlospuentesno”.

Isra Piatrov expresó el sentir de muchos mexicanos al tuitear: “Vivimos en un país con las jornadas laborales más largas, donde un gran porcentaje de la población invierte más de una hora en trasladarse a su trabajo y los puentes suelen ser un respiro para todos, aunque sean 9 de los 366 o 365 días restantes”.

José Manuel López Campos, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, dijo que eliminar los fines de semana largos podría perjudicar a las familias y a la economía, y provocar el ausentismo en las escuelas y lugares de trabajo, incluso cuando México debe volverse más productivo y competitivo con el inminente nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá.

“La idea de correr esos días inhábiles al lunes anterior es para ordenar los días de asueto y fomentar el turismo social, además de generar mejores condiciones de bienestar para los trabajadores y educandos”.

También dijo que afectaría el fin de semana largo del Día de la Revolución en noviembre, que se ha convertido en sinónimo del llamado “buen fin”, en donde las tiendas ofrecen descuentos y pagos a meses sin intereses, y extienden sus horarios para iniciar con la temporada de compras navideñas, algo similar a el “Viernes Negro” en Estados Unidos.

El año pasado, el “buen fin” generó unos 120 mil millones de pesos (6 mil 500 millones de dólares) en actividad económica, dijo López Campos.

Los mexicanos conocen muy poco la Constitución, según encuesta de la UNAM

domingo, agosto 13th, 2017

Según el sondeo del Instituto de Investigaciones Jurídicas, los encuestados consideran que la Carta Magna se cumple poco y ya no responde a las necesidades del país, además de que uno de cada cuatro piensa que “violar la ley no es tan malo, lo malo es que te sorprendan”.

Por DGCS-UNAM

Ciudad de México, 13 de agosto (SinEmbargo).–El 84 por ciento de los mexicanos considera que la Constitución se cumple poco o nada; 56.1 por ciento dice conocer poco de la Carta Magna y 52.7 desconoce el año en que se aprobó y no la relaciona con la Revolución Mexicana.

Además, uno de cada cuatro mexicanos piensa que “violar la ley no es tan malo, lo malo es que te sorprendan”; el 46.6 por ciento dice que los miembros de una comunidad tienen el derecho de tomar justicia por mano propia; y 27.3 por ciento está de acuerdo con que un funcionario público puede aprovecharse de su puesto si hace cosas buenas.

Lo anterior, según los resultados de la Tercera Encuesta Nacional de Cultura Constitucional: los mexicanos y su Constitución, elaborada por especialistas del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) (Departamento de Investigación Aplicada y Opinión) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en homenaje a la Constitución de 1917, en el centenario de su promulgación.

Esta encuesta, aplicada a nivel nacional en mil 200 casos en vivienda a población de 15 años y más, en octubre de 2016, es la tercera de una serie iniciada en 2003, y ofrece la posibilidad de mirar la evolución de los saberes y opiniones de los mexicanos sobre su Constitución, el cumplimiento de la ley y la democracia. Sus resultados se analizan en el libro Los mexicanos y su Constitución, coordinado por Héctor Fix-Fierro, Julia Isabel Flores y Diego Valadés.

La pregunta central es hasta qué punto, 100 años después, los mexicanos se identifican con su Constitución y la hacen suya mediante el conocimiento no sólo de los preceptos que componen el documento, sino también de las instituciones y las estructuras de gobierno que se han creado con fundamento en ella; no únicamente mediante la percepción de su cumplimiento por las autoridades y los conciudadanos, sino además por la disposición propia a acatar dichos preceptos y reconocer los principios y valores que los subyacen.

“La democracia mexicana está cimentada sobre una débil cultura de la legalidad, fruto de la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones, de los elementos autoritarios presentes en segmentos de la población a lo largo del país, de la percepción negativa del desempeño de las instituciones y funcionarios encargados de la procuración y administración de la justicia”, reveló el estudio.

A ello se suman factores como un bajo sentido de eficiencia del ciudadano frente a las autoridades, los vestigios del presidencialismo, la desigualdad social y la exclusión, que amplían las diferencias entre los diversos sectores de la sociedad y la ausencia de una tradición de exigencia de cuentas.

La investigación demuestra la alta valoración que la mayoría de los entrevistados tiene de la ley, que es percibida como un ideal de forma de vida. Así, al preguntar ¿qué es más importante para usted?, la mayoría de los entrevistados (57.1 por ciento) eligió la opción “Una sociedad donde se apliquen y respeten las leyes”, por sobre otras como “Una sociedad sin delincuencia” (55.4 por ciento), “Una sociedad donde existan menos diferencias entre ricos y pobres” (42.8 por ciento) y “Una sociedad más democrática” (24 por ciento).

No obstante, pone de relieve el desconocimiento en sectores mayoritarios de la población sobre sus derechos, así como dificultades para el acceso a los servicios de impartición de justicia.

Esta valoración de la ley por parte de los entrevistados no es incorporada en las prácticas. Así, uno de cada cuatro está de acuerdo con la frase “Violar la ley no es tan malo, lo malo es que te sorprendan”. Sin embargo, ante el cuestionamiento: En una escala de cero a 10, en donde cero es no respeta nada y 10 es respeta mucho, ¿qué tanto cree que las personas respetan la ley?, el promedio que se obtuvo fue de 6.3 puntos. Utilizando la misma escala se preguntó: ¿qué tanto respeta usted la ley?, el promedio que se dieron a sí mismos, de 7.7 puntos, es mucho más favorable.

La desconfianza y percepción negativa de las instituciones que imparten justicia y la percepción de la impunidad han llevado a la población a encontrar caminos informales y en ocasiones ilegales, para el arreglo de sus conflictos. Así, casi la mitad (46.6 por ciento) considera que los miembros de una comunidad tienen el derecho, o en parte, de tomar justicia por mano propia. Igualmente, 47 por ciento dijo estar de acuerdo, o de acuerdo en parte, con que se torture a un detenido para que confiese un delito.

Ello muestra un endurecimiento de la población debido al incremento de la inseguridad y la violencia en las últimas décadas, a la vez que plantea tensiones con los derechos humanos, que en opinión de la mayoría de los encuestados se deben respetar estrictamente.

POCO CONOCIMIENTO DE LA CONSTITUCIÓN

El estudio es parte de la biblioteca “Los mexicanos vistos por sí mismos”. Imagen: losmexicanos.unam.mx

Hay un bajo conocimiento sobre la Constitución: la mayoría (56.1 por ciento) considera que conoce poco de ella. En tanto, 52.7 por ciento desconoce el año en que se aprobó y tampoco la relaciona con la Revolución Mexicana: tres de cada 10 piensan que la Carta Magna actual nació a partir de la Independencia de México. Estos resultados indican que se hace poco por socializar un patrimonio jurídico y cultural –la Constitución–, que debiera ser un punto de referencia, diálogo y debate.

El 84 por ciento piensa que la Constitución se cumple poco o nada, a la vez que crece la opinión de que ésta “ya no responde a las necesidades del país” (60 por ciento). No obstante, 43 por ciento señaló que sería preferible cambiarla sólo en parte, dado que ciertos principios y artículos, como por ejemplo el tercero, están presentes en la memoria de la población.

La cultura de la legalidad, tal y como se presenta en los medios, es percibida como algo alejado de la vida cotidiana: como algo exigible a los políticos y poderosos, o bien como un ideal deseable, pero inaccesible. La otra cara de la legalidad, su cara positiva, la legalidad en la vida cotidiana, no constituye un objeto de atención al no ser objeto de noticia.

La tensión entre las expectativas del ideal en el cumplimiento de la ley –cómo deberían ser las cosas (la vida regulada por normas de cumplimiento estricto) y cómo son (la vida en la cual la ley no funciona en la práctica por la manera en que está formulada)– genera sentimientos contradictorios por igual entre las personas y los profesionales de la ley. Por una parte, hay una fuerte creencia de que las leyes debieran aplicarse estrictamente; por la otra, una gran desilusión por las fallas y dificultades persistentes en su aplicación.

Así, el 80.9 por ciento está de acuerdo con la frase “Las leyes tienen que cumplirse estrictamente si queremos conservar nuestra forma de vida”, mientras que el 27.3 por ciento estuvo de acuerdo con que un funcionario público puede aprovecharse de su puesto si hace cosas buenas.

Esta tensión entre los ideales y las prácticas data de largo tiempo en la sociedad mexicana y ha llevado a una búsqueda constante por introducir nuevos sistemas de control, uno tras otro, a la vez que se desconfía en las personas e instituciones que habrán de implantarlos a cabalidad.

En la nación, el respeto a la ley y su aplicación son asuntos no resueltos, lo que representa una tarea pendiente para la consolidación democrática.

Se puede encontrar más información en Losmexicanos.unam.mx.

Empachado por el TLCAN, México hasta cambió la Constitución de 1917, que costó una Revolución

domingo, febrero 5th, 2017

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos cumple hoy cien años. Publicada en el Diario Oficial de la Federación un 5 de febrero de 1917, establecía las bases legales para que se cumpliera uno de los principales reclamos de la Revolución Mexicana: el reparto agrario radical, incluido hace un siglo en el tercer párrafo del Artículo 27 Constitucional.
Por esta y otras medidas, la Constitución de México fue la primera en el mundo en garantizar los “derechos sociales” y sirvió de ejemplo para otras, dice Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Un siglo después, sin embargo, poco queda del texto original, a cuyo articulado se le han hecho 699 modificaciones.
Las principales, detalla Salazar, sobre el perfil “social” del texto Constitucional concebido por el Constituyente de 1917 y al cual se le eliminó en 1992 –a través de una reforma previa a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)– la redacción que establecía el reparto agrario y se le adicionó el permiso para nuevas formas de asociación entre ejidatarios y terceros.

Uno de los resultados, de acuerdo con un diagnóstico oficial, fue el fin de la intervención del Estado en las actividades económicas del campo; vacío, afirman fuentes, que motivó la migración a las ciudades y a Estados Unidos y, también, fue llenado por el crimen, que expandió sus cultivos y control territorial.

Ciudad de México, 5 de febrero (SinEmbargo).– Reunidos en el Teatro Iturbide de la ciudad de Querétaro, los integrantes del Congreso Constituyente convocado por la fracción carrancista que ganó la Revolución Mexicana realizaban una de sus sesiones ordinarias para redactar una nueva Carta Magna.

Era lunes 29 de enero de 1917. El tema de esa tarde: la propuesta para un nuevo Artículo 27, que definía “la propiedad” desde la Constitución de 1857 pero al cual se le adicionaría el primer reparto agrario en la historia.

El dictamen recogía las ideas del ingeniero, agrarista y Constituyente poblano Pastor Rouaix, también ex integrante de la División del Norte y que, como topógrafo en una hacienda del Estado de Durango, había presenciado la desigualdad entre dueños y jornaleros.

“Los antecedentes históricos de la concentración de la propiedad raíz han creado entre los terratenientes y jornaleros una situación que, hoy en día, tiene muchos puntos de semejanza con la situación establecida durante la época colonial, entre los conquistadores y los indios encomendados; y de esta situación proviene el estado depresivo en que se encuentra la clase trabajadora de los campos”, se asentó en el dictamen leído ese día por el Secretario del Constituyente desde la tribuna.

“Corregir este estado de cosas es, en nuestro concepto, resolver el problema agrario, y las medidas que al efecto deban emprenderse consisten en reducir el poder de los latifundistas y en levantar el nivel económico, intelectual y moral de los jornaleros”, agregó el texto.

Foto: constitucion1917.gob.mx

La propuesta de la comisión fue, entonces, incorporar al Artículo 27 Constitucional un decreto de 1916 –también elaborado por Rouaix– y que ordenaba la restitución de tierras que les hubieran sido despojadas a campesinos e indígenas y el fraccionamiento de las grandes propiedades o latifundios.

“Si bajo estas condiciones se lleva a cabo el fraccionamiento, tomando todas las precauciones que exija la prudencia para que produzca el resultado apetecido, la situación de las clases trabajadoras de los campos mejorará indudablemente”, dice el dictamen leído en el Constituyente de 1917.

“Los jornaleros que se conviertan en propietarios, disfrutarán de independencia y de la comodidad necesaria para elevar su condición intelectual y moral, y la reducción del número de jornaleros obtenida por medio del fraccionamiento hará que su trabajo sea más solicitado y mejor retribuido. El resultado final será elevar la producción agrícola en cantidad superior a las necesidades del consumo del país”, agregó el texto.

El resultado de tal dictamen fue una nueva redacción considerada síntesis de los reclamos de tierra y justicia social peleados durante la Revolución Mexicana.

Foto: constitucion1917.gob.mx

“La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, para hacer una distribución equitativa de la riqueza pública y para cuidar de su conservación”, dice el tercer párrafo del Artículo 27 Constitucional publicado en el diario Oficial un día como hoy hace un siglo.

“Los pueblos, rancherías y comunidades que carezcan de tierras y aguas, o no las tengan en cantidad suficiente para las necesidades de su población, tendrán derecho a que se les dote de ellas, tomándolas de las propiedades inmediatas”, dice también el párrafo tercero.

Estas reformas, dijo el jefe del Ejército Constitucionalista y titular del Ejecutivo entonces, el coahuilense Venustiano Carranza, más las emitidas en carácter laboral –regulando la jornada de trabajo, el derecho a huelga y el salario mínimo, entre otros– son indispensables para asegurar la vida y el desarrollo de los pueblos.

“Con todas estas reformas, repito, espera fundamentalmente el Gobierno a mi cargo que las instituciones políticas del país responderán satisfactoriamente a las necesidades sociales”, dijo Carranza en el discurso de la sesión inaugural del Constituyente y disponible en el sitio constitucion1917.gob.mx.

Foto: constitucion1917.gob.mx

NEOLIBERALISMO VS REVOLUCIÓN

Por este reparto agrario y por la amplia descripción de los derechos laborales y de previsión social garantizados en el Artículo 123, la entonces nueva Carta Magna mexicana de 1917 –la tercera en la historia del país– fue la primera en el mundo en garantizar los derechos sociales, explica Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Todo eso queda recogido en una sola Constitución. Y es muy relevante porque la Constitución Mexicana es la primera, a nivel mundial, en el siglo XX, que recoge de manera conjunta los derechos políticos, los derechos de libertad y los derechos sociales”, dice.

“Y se vuelve un ejemplo, para constituciones europeas, como la de Weimar, de 1919, y para todas las constituciones de América Latina de aquellos años”, agrega.
Un siglo después y con casi 700 reformas, sin embargo, este perfil “social” de la Constitución publicada un día como hoy se ha difuminado al grado de que el papel del Estado como rector de la riqueza pública y de su distribución es “profundamente contradictorio” con el ideal revolucionario.

Foto: constitucion1917.gob.mx

“El Estado mexicano empieza a replegarse de la economía y entre tanto se llevan a cabo los arreglos que llevan a cabo la agenda liberal o neoliberal, que es una agenda que, desde su perspectiva, es profundamente contradictoria con la idea Revolucionaria, del Estado mexicano fuerte y, entre otras cosas, interventor en la distribución y gestión de los recursos naturales y de los recursos económicos y de los recursos sociales”, explica Salazar.

“Ese repliegue del Estado, que se verifica desde la última década del siglo XX y que se mantiene hasta la fecha es lo que explica que, de la agenda social original, queden solamente algunas remembranzas normativas”, agrega en entrevista.

Este cambio en el perfil ideológico de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es trazable en la lista de Reformas por artículo, en la que se observa que –sólo después del 73, que regula las facultades del Congreso– los artículos más reformados son justo el 27 y el 123.

Entre estas modificaciones se encuentra la publicada el lunes 6 de enero de 1992, en el cuarto año del sexenio del Presidente Carlos Salinas de Gortari y cuando se alteró el histórico párrafo tercero del Artículo 27 y se eliminó la parte que establecía el reparto de tierras para “los núcleos de población que carezcan de ellas”, columna vertebral del legado revolucionario.

Foto: constitucion1917.gob.mx

También ese día se modificaron, entre otras, la fracción VII del mismo Artículo 27, que en la Constitución original establecía los detalles del reparto agrario y que, a partir de ese 6 de enero de 1992, estableció nuevas “nuevas formas de asociación” entre ejidatarios o el inicio del mercado privado de tierras antes comunales.
“Establecerá los procedimientos por los cuales ejidatarios y comuneros podrán asociarse entre sí, con el Estado o con terceros y otorgar el uso de sus tierras”, se estableció entonces en dicha fracción.

“Define la pequeña propiedad forestal. Permite la constitución de sociedades mercantiles en el agro. Reconoce la capacidad de los ejidatarios para decidir las formas que deben adoptar y los vínculos que deseen establecer entre ellos para aprovechar su territorio”, agrega el resumen de esta modificación.

Otra reforma considerada de fondo en este mismo Artículo 27 fue la publicada el 20 de diciembre de 2013, en el inicio del segundo año del sexenio de Enrique Peña Nieto y cuando se le agregó un párrafo para permitir la participación de empresas privadas en las actividades de exploración de petróleo y demás hidrocarburos.

Foto: constitucion1917.gob.mx

“Con el propósito de obtener ingresos para el Estado que contribuyan al desarrollo de largo plazo de la Nación, ésta llevará a cabo las actividades de exploración y extracción del petróleo y demás hidrocarburos mediante asignaciones a empresas productivas del Estado o a través de contratos con éstas o con particulares, en los términos de la Ley Reglamentaria”, dice el nuevo párrafo sexto.

“Para cumplir con el objeto de dichas asignaciones o contratos las empresas productivas del Estado podrán contratar con particulares”, agrega.

En total, 20 modificaciones al Artículo 27 Constitucional, que lo convierten en el tercero más modificado de los 136 que contiene el texto y lo colocan después del 123, con 26 modificaciones.

“Esa es la agenda que más se ha desdibujado en la Constitución; la agenda social (…) La planeación económica desde el Estado y la gestión de los recursos naturales estratégicos por parte de la autoridad estatal”, dice Salazar Ugarte.

“Ahí sí ha habido un repliegue que vino acompañado por una agenda de privatizaciones muy agresiva con la llegada del modelo neoliberal”, insiste.

Foto: constitucion1917.gob.mx

¿UNA NUEVA CONSTITUCIÓN?

La gran cantidad de cambios al texto Constitucional y el fondo ideológico de los mismos ha motivado en diferentes ámbitos, tanto de activistas como de académicos, la discusión de si México necesita o no una nueva Constitución Política.

Desde 2014, activistas como el sacerdote Raúl Vera López convocaron a la creación de una “Nueva Constituyente Ciudadana-Popular” que desde entonces advirtió la contradicción entre el nuevo texto y el ideal revolucionario. Por tanto, se indicó en la convocatoria, se planteó “un camino pacífico y legal” para contrarrestar el poder de quienes definen el modelo social a nivel nacional a través de modelos simulados de democracia.

“Cien años después, el 5 de febrero de 2017, necesitamos detener el horror, acabar con los crímenes en contra de la nación y refundar el país. Para esto necesitamos recuperar nuestra Constitución, amparados en lo que en pro del pueblo aún queda de ella, juzgar a traidores a la patria que se dicen gobernantes y desde ahí trazar el camino por el que podamos andar como pueblo soberano de México”, agregó un posicionamiento del movimiento emitido en febrero de 2016.

No todo, sin embargo, han sido retrocesos con respecto a los ideales revolucionarios ni éstos se aplicaron con la sola promulgación de la Constitución de 1917, recuerda Salazar.

Foto: constitucion1917.gob.mx

Si bien el principio de “no reelección” se sostuvo a lo largo de las décadas, no ocurrió lo mismo con el del “sufragio efectivo” debido al control del partido hegemónico también formado por revolucionarios y que mantuvo la titularidad del Ejecutivo de los estados hasta el final de la década de los años 80 y del federal hasta 2000.

Y esta alternancia partidista en los diferentes niveles de Gobierno, explica Salazar, es la aplicación final de la exigencia de “sufragio efectivo” maderista y, a lo largo de un siglo, consecuencia de varias transformaciones empujadas a través de la redacción de los artículos constitucionales.

“Un dato: en materia electoral, el Artículo 41 en 1917 tenía ni más ni menos que 66 palabras. Hoy tiene más de cuatro mil palabras”, dice el académico.

Por esta extensión y modificaciones, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM impulsa también la reflexión sobre la necesidad de contar o no con un nuevo texto constitucional.

“Llega (a su centenario) muy contrahecho, porque algunas de las reformas, unas 700 que se le han hecho, la hace avanzar y actualizarse y otras lo dejan muy mal, se contradicen, algunas son regresivas”, dice José Francisco Paoli Bolio, también integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Foto: constitucion1917.gob.mx

“En materia de derechos sociales, que es lo que caracterizaba a la Constitución del 17, por habérsele incluido los derechos sociales de los trabajadores y de los campesinos; esto se ha echado para atrás en la realidad”, agrega.

Entrevistado, como Salazar, durante el XIII Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional realizado en esta capital, Paoli Bolio explica que, si una Constitución es “el encausamiento de los distintos factores reales de poder”, la carta Magna mexicana debería entonces incorporar a los organismos internacionales, incluyendo a las corporaciones, que diseñan las políticas económicas que luego se aplican en México.

“Eso que en 1917 era de una cierta manera en México, ha cambiado radicalmente; son otras (las fuerzas) completamente, y con otros intereses y apoyos y rechazos sociales”, dice Paoli Bolio.

“Por todas estas cosas, y muchas más, habría que pensar en una nueva Constitución (…) Ya no estamos en el tiempo de los Estados nacionales que podrían ejercer en gran medida la soberanía, sino que estamos en un contexto de globalización y de decisiones que se están tomando en otras latitudes, en otros países, en empresas trasnacionales”, agrega.

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DE VUELTA AL PORFIRIATO

El impacto de la modificación al Artículo 27 en 1992 fue devastador para el campo mexicano, dice Víctor Suárez Carrera, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).

“¿Qué pretendía esta Reforma? Acabar con la propiedad social de la tierra, privatizarla, lograr que los ejidos se volvieran propiedad privada plena para que se metieran al mercado privado de tierras, con el argumento de que el minifundio característico de la propiedad comunal era un obstáculo a la incorporación de México a la globalización, a la modernización económica”, detalla Suárez en entrevista.

Y este libre mercado de tierras, agrega, era condición necesaria para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, vigente a partir del 1 de enero de 1994 y que, de acuerdo incluso con diagnósticos oficiales, terminó con la presencia del Estado en las diversas etapas de la cadena de producción agroalimentaria mexicana.
En el fondo, menciona Suárez, estaba la “ideología neoliberal” de que los campesinos no necesitaban más tutela del Estado, que deberían enfrentar de manera individual las fuerzas del mercado y que “sobreviviera” quien pudiera.

“La intención de fondo fue acabar con el ejido y la comunidad, privatizar la tierra y favorecer una nueva concentración de la tierra, del agua y de los recursos territoriales en pocas manos, en los llamados agro-negocios, en manos de las corporaciones agroalimentarias nacionales y extranjeras”, afirma el también integrante de la campaña Sin Maíz no Hay País.

“Es la idea de que los campesinos tienen que salir de la tierra porque son inútiles, ineficientes, sobran, y por tanto deben dar paso a manos productivas, porque según la visión neoliberal de Salinas y de los legisladores en ese tiempo, los campesinos estaban subutilizando los recursos y habían que pasarlos a manos privadas con capital, tecnología, con visión de la globalización”, agrega.

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Estas modificaciones hechas en 1992 al Artículo 27 no sólo significaron la ruptura del “pacto social” derivado de la Revolución Mexicana, plantea. Fueron también la simiente de la actual situación de “abandono” de las políticas a favor del fomento y la producción de los pequeños propietarios por parte del Estado mexicano; el fin de instituciones como la Conasupo, el Banco Rural, Fertimex y otras que incentivaban la actividad económica en las zonas rurales y, también, fortalecían la presencia del Gobierno.

Y sin mayor actividad económica en bastas regiones, dice Suárez, en el campo se perdieron alrededor de dos millones de empleos y más de seis personas migraron tanto a las zonas urbanas como a Estados Unidos.

Otros espacios vacíos dejados por el Estado mexicano en estos territorios, agrega, fueron ocupados también por el crimen organizado, que motivó la expansión de cultivos ilícitos y de su control sobre la población.

“Desde 1992 a la fecha, con la reforma al Artículo 27, con el TLCAN y con el desmantelamiento de las instituciones de Gobierno de apoyo al campo, tenemos 25 años de abandono que han profundizado la desigualdad y la pobreza, donde los recursos productivos se han canalizado a una minoría”, dice Suárez.

“A la mayoría de las unidades de producción de pequeño y mediano tamaño se les ha abandonado y se les ha dado nada más ayuda asistencialista de pobres, generando empobrecimiento y una mayor migración (y que) haya crecido la siembra y tráfico de estupefacientes y el control del crimen organizado sobre bastos territorios rurales”, agrega.

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El diagnóstico del “agotamiento” del campo mexicano es oficial. “A pesar de los programas desarrollados en las dos décadas anteriores, en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 se indica que el campo mexicano presenta signos de agotamiento que muestra un estancamiento de la productividad”, dice la Auditoría Superior de la Federación en su revisión a la cuenta pública de 2014.

De las hectáreas disponibles, agrega el reporte, se cultiva el 85 por ciento, pero la gran mayoría de éstas –un 72 por ciento– son de temporal mientras que la minoría, o un 28 por ciento, son de riego y, por tanto, concentran el 60 por ciento de la producción total.

Parte del problema, advierte la ASF, es que los programas generados para que los productores nacionales enfrentaran la competencia del TLCAN no arrojaron los beneficios supuestos y se concentraron en un pequeño segmento.

“(El Gobierno federal) dejó de participar en el proceso de producción y distribución de insumos, en la desregulación de las actividades agropecuarias, con la premisa de incrementar la productividad de las unidades de producción, promoviendo una reconversión hacia cultivos de mayor rentabilidad, con lo que se dio prioridad a la expansión del sector de frutas y hortalizas, y le restó importancia a la producción de granos básicos”, dice la revisión de la ASF a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) difundida en el más reciente informe.

“A pesar de los programas desarrollados en las dos décadas anteriores, en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 se indica que el campo mexicano presenta signos de agotamiento que muestra un estancamiento de la productividad”, agrega.

Uno de los artífices de la Reforma hecha en 1992 al Artículo 27 Constitucional fue Luis Téllez Kuénzler, priísta, entonces de 33 años y uno de los principales asesores económicos de Carlos Salinas de Gortari.

“Cercano colaborador mío que había participado en la iniciativa de Reforma al Artículo 27 Constitucional como secretario técnico del gabinete agropecuario y a quien designé más tarde Subsecretario de Agricultura”, dice Salinas en su libro “México, un difícil paso a la Modernidad”, publicado en 2000.

Téllez –que luego se convirtió también en el hombre de confianza del Presidente Ernesto Zedillo, es hoy consejero del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilidad y el Desarrollo, creado con la Reforma Energética.

Al término del sexenio de Zedillo, se convirtió en integrante de los consejos de administración de diversas empresas, varias de ellas directamente beneficiadas por la apertura económica impulsada desde los gobiernos federales en los que había trabajado, como Grupo México.

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En 2001, por ejemplo, Téllez se convirtió en presidente del consejo de administración de Desc (hoy Grupo Kuo), que aglutina negocios de químicos y alimentos, entre ellos alianzas con Nutrimentos Agropecuarios Cargill, filial de la firma norteamericana Cargill.

Y ésta, de acuerdo con la ANEC, con el TLCAN se quedó con el mercado de la desaparecida Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) y, ahora, domina el mercado de granos en el país.

“Se hablaba de libre comercio y dejar a un lado los monopolios del Estado, que eran ineficientes y corruptos, y dar paso al libre mercado y la libre competencia”, dice Suárez.

“Pero el resultado es que sí desaparecieron los monopolios estatales, pero se generaron los monopolios privados, y hoy el sistema agroalimentario mexicano está controlado por no más de 20 corporaciones agroalimentarias trasnacionales”, agrega.

Para Suárez, el resultado de la Reforma al 27 es también una regresión del país, y sobre todo para la mayoría de los campesinos, a las condiciones propias del régimen porfirista que se propuso derrotar la Revolución Mexicana.

“Se ha excluido a los campesinos e indígenas del proyecto nacional, y su inclusión costó millones de muertos en la Revolución y se firmó en 1917, en el Artículo 27”, dice.

“Se ha generado una concentración del ingreso igual o peor que en el Porfiriato; uno por ciento de la población rural concentra ingresos equivalentes al 70 por ciento de la población más pobre. La desigualdad es extrema y escandalosa”, agrega.

Microhistorias: La Constitución de 1917

sábado, febrero 6th, 2016

Promulgada el 5 de febrero de 1917, la nueva Constitución -vigente hasta nuestros días- recogió las demandas sociales, políticas y económicas que habían dado sustento ideológico a la lucha armada iniciada por Madero en 1910.

Foto: Especial

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Ciudad de México, 6 de febrero (SinEmbargo/WikiMéxico).- Los artículos sobre la educación (3°), el derecho a la tierra y la reivindicación del suelo y del subsuelo como propiedad originaria de la nación (27), la cuestión obrera (123) y la relación iglesia-estado (130), mostraban una legislación nacionalista, moderna y vanguardista en cuestión social. Los mexicanos atestiguaron así, el nacimiento del estado revolucionario.

Sin embargo, en su discusión, la carta magna fue excluyente. Los constituyentes de 1917 defendieron y debatieron con libertad posiciones que transitaban del más férreo radicalismo hasta cierto grado de conservadurismo -el propio don Venustiano Carranza guardó una posición moderada frente a las grandes reformas sociales-.

Pero cualquiera que fuese la posición política, entre los hombres que asistieron a Querétaro había un punto fundamental de comunión: todos eran leales a Carranza. Sus enemigos habían quedado excluidos. Y todos aquellos que a lo largo de la lucha habían criticado sus ideas, fueron llamados “reaccionarios” por oponerse al avance firme y victorioso de la revolución.

En la opinión de Carranza, los reaccionarios no eran solamente “las clases elevadas de toda la República y los próceres del Capital”, ya en 1917 también lo eran todos los revolucionarios derrotados: villistas, convencionistas, magonistas y hasta los viejos maderistas que nunca lo apoyaron.

De la lucha zapatista no tenía mejor opinión, ni siquiera merecían el epíteto: “el zapatismo no es reacción ni es nada”. Carranza quiso sepultar para siempre la historia de sus enemigos y les negó una curul en el Constituyente.

Por instrucciones del Primer Jefe, los constituyentes no se permitieron escuchar las voces de los derrotados, entre quienes se encontraban algunos de los primeros opositores a la dictadura porfirista, miembros del antiguo régimen cuya visión no era desdeñable, viejos maderistas o intelectuales que se habían unido al villismo y al zapatismo.

Foto: Especial

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El nuevo pacto social surgido de la Constitución se construyó únicamente con la voz de los vencedores. La Constitución se discutió y juró en el viejo teatro Iturbide -hoy de la República-, en Querétaro, sin la participación de los vencidos pero sí sobre sus restos.

A 99 años de su promulgación, sus más de 400 reformas, permiten afirmar que el país ya contaría con tres constituciones nuevas, si se considera que la Carta Magna tiene 136 artículos y 16 transitorios.

 

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