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Autoridades hallan a hermanos beisbolistas plagiados por “El Chueco”; uno está muerto

jueves, julio 7th, 2022

La Fiscalía de Chihuahua se reservó de brindar más datos a fin de dar cumplimiento con los protocolos establecidos.

Ciudad de México, 7 de julio (SinEmbargo).– Los hermanos Berrelleza Rábago, plagiados el 20 de junio pasado antes del asesinato de los sacerdotes jesuitas y el guía de turistas en Cerocahui, fueron hallados por las autoridades de Chihuahua.

Jesús Armando fue encontrado con vida, pero Paul Osvaldo fue hallado muerto.

El Gobierno de Chihuahua informó que la localización fue resultado de los operativos conjuntos implementados en la zona serrana, en los que participaron la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional (GN), Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) y la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua.

Lo anterior, fue informado la tarde de este jueves por el Comandante de la 42 Zona Militar, Alfredo Salgado Vargas y el Fiscal General del Estado, Roberto Javier Fierro Duarte, al término de un rastreo tierra – aire por la zona.

“Tras varios días de búsqueda y en un esfuerzo conjunto, ubicamos en buen estado de salud al joven Jesús Armando, en un punto de la región serrana de la entidad”, informó Salgado Vargas en conferencia de prensa.

El Fiscal General, a su vez, agregó que fue integrado al programa de protección a testigos protegidos y se encuentra bajo resguardo de la Fiscalía General del Estado, en donde se le ha brindado atención integral.

“Él recibió asistencia médica, además se le está otorgando atención psicológica y todo lo que sea necesario”, dijo Fierro Duarte.

Por otra parte, en virtud de información aportada por un testigo colaborador y dentro de los trabajos de inteligencia, se ubicó en la zona serrana el punto en donde los responsables ocultaron el cuerpo sin vida de Paul Osvaldo.

Por lo anterior, personal técnico pericial llevó a cabo la exhumación del joven de 22 años en el Cerro Colorado, ejido de Cerocahui, el cual fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense para la práctica de los dictámenes periciales correspondientes.

La Fiscalía de Chihuahua se reservó de brindar más datos a fin de dar cumplimiento con los protocolos establecidos.

Los titulares de la Sedena y de la FGE, reiteraron que continuarán con los trabajos y las acciones que sean necesarias y por el tiempo que se requiera, para capturar al generador de violencia, José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”.

Hay más detalles de asesinato de jesuitas en Cerocahui. Hermanos siguen desaparecidos

lunes, julio 4th, 2022

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua ofreció 200 mil pesos de recompensa a quien dé datos certeros sobre el paradero de los hermanos Jesús Armando y Paúl Osvaldo Berrelleza Rábago, privados de la libertad por Noriel Portillo, “El Chueco”, el 20 de junio pasado. Se suma a los cinco millones de pesos a quien informe dónde está “El Chueco” para detenerlo.

Por Patricia Mayorga

CEROCAHUI, Urique, 4 de julio (Raichali).- En pinos verdes, formaciones rocosas y un cerro grande con letras blancas que forman la palabra Cerocahui, se encuentra una sencilla casa encalada, construida de ladrillo, con el techo hundido por un incendio provocado por José Noriel Portillo Gil, “El Chueco”, quien se llevó a los hermanos Jesús Armando y Paúl Osvaldo Berrelleza Rábago el lunes 20 de junio pasado porque ganaron un partido de béisbol contra el equipo que él patrocinaba.

“Dios bendiga nuestro hogar. Paúl, Jesús. Fam. Berrellaza Rábago, Bienvenidos”, dice una placa con la imagen de la Virgen de Guadalupe, del lado izquierdo de la puerta a la entrada de la casa.

Afuera espera un perro solitario sentado entre las rocas aledañas a la casa. Una decena de gallinas caminan de un lado a otro por el patio resguardado por la misma sierra. Unos tanques azules de 200 litros quedaron en medio de las láminas del techo que alcanzaron a caer junto a ellos y un molino rojo de nixtamal, sostenido por troncos, se encuentra del otro lado.

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua ofreció el viernes, una recompensa de 200 mil pesos por cada hermano, a quien aporte información veraz y útil sobre su ubicación. De acuerdo con la información de la dependencia, los hermanos tienen 24 y 22 años y son buscados por la FGE, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, el Ejército Mexicano y la Guardia de Seguridad, corporaciones que mantienen un operativo en Cerocachui, municipio de Urique, para dar también con el paradero de Noriel Portillo.

Vivienda de la familia Berreleza, incendiada el 20 de junio pasado. Foto: Raúl Fernando vía Raichali.

La versión de la FGE indica que los hermanos Berrelaza formaban parte de un equipo de béisbol que jugó unos días antes contra un equipo patrocinado por “El Chueco”, quien tiene 30 años. Ganó el equipo de los Berrelaza Rábago, lo que generó una disputa entre los equipos.

El lunes 20 de junio, Noriel Portillo acudió al domicilio de los hermanos, localizado en la periferia del pueblo de Cerocahui, entre formaciones rocosas y cerros verdosos, para dispararle a Armando y privar de la libertad a los dos. Antes de irse, incendió su humilde casa, donde se encontraba una mujer y un menor de edad, a quienes “El Chueco” les permitió irse sin problema, según la versión de la FGE y de vecinos de la vivienda. Hasta ahora no se sabe nada de los jóvenes que se llevó.

Este hecho sucedió la mañana del 20 de junio. Más tarde, Noriel Portillo se encontró en el hotel Misión Cerocahui con el empresario y guía de turismo Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, a quien también privó de la libertad después de conversar con él. Hasta ahora, en el pueblo de Cerocachi se desconoce qué platicaron, sólo hay suposiciones como que le cobraba una cuota que no quiso pagarle para pasar por un determinado camino.

El hotel donde se lo llevó se ubica a un costado de la parroquia San Francisco Javier de Cerocahui, donde se encontraban los jesuitas. Una de las entradas al templo está justo frente al hotel. La versión de la FGE es que Palma Gutiérrez escapó de su captor e intentó refugiarse en el templo, donde Noriel Portillo asesinó a los jesuitas César Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales “padre Gallo”.

Hermanos Paúl y Armando Berreleza, privados de la libertad en Cerocachui el 20 de junio pasado. Foto: FGE vía Raichali.

Sin embargo el provincial de la Compañía de Jesús, Luis Gerardo Moro Madrid, quien acudió el jueves 23 de junio al templo para reconstruir los hechos junto con los jesuitas que sobrevivieron, informó en entrevista que el mismo Noriel Portillo llevó Pedro Palma al centro para asesinarlo.

“Se habla mucho de este guía de turistas que lo meten al templo, no que fuera huyendo, sino que ellos lo meten al pueblo. El hombre ya iba golpeado. El padre, uno de los testigos, ve que es una persona que lo está llevando. Y por qué lo querían matar dentro, no sabemos si la interpretación ahí es que no se viera hacia afuera, que no fuera muy público. Entonces es cuando salen ahí también los padres y abogan por él”

“En algún momento uno de los padres le quiere dar los santos óleos al que está muriendo y le empieza a decir al agresor que piense lo que está haciendo, que está mal. El agresor le dispara. El otro, interviene para convencerlo y entonces se voltea y le dispara al otro padre. El tercer padre que está viendo todo, se queda helado e intenta decirle que está mal. El hombre como que cae en la cuenta, se arrepiente y le pide perdón al padre y le dice que quiere confesarse. Entonces hay unos minutos largos, un tiempo largo en que el asesino le está hablando al padre”, relató el provincial de los jesuitas.

Casa de la familia Berreleza, entre pinos y formaciones rocosas. Por Patricia Mayorga, vía Raichali.

Detalló que aún falta reconstruir otros hechos:

“Una puerta parece forzada. Se dice que uno de los padres que murieron fue sacado de la sacristía, es lo que reconoce uno de los que sobrevive. Que uno de los padres es sacado de la sacristía de los cabellos, lo lleva hasta el altar y es donde sucede todo el resto. Entonces, entendemos que el padre le quiere dar la absolución, el otro se pone pesado, el padre se va a la sacristía un poquito queriendo huir, el agresor va por él, lo jala de los cabellos, lo jala hacia dentro del altar y le dispara. Los dos padres mueren en el altar, no fue abajo”.

En las paredes del templo quedaron como huellas, orificios en las paredes blancos, por donde entraron las balas.

El sacerdote que salió primero a intentar dar los santos óleos, fue el padre Joaquín Mora, quien era conocido como padre Morita. Pedro Palma fue asesinado abajo del altar y posteriormente, Noriel Portillo va por los jesuitas. El vicario de la Diócesis de la Tarahumara, Héctor Fernando Martínez Espinosa, refirió que Noriel Portillo pidió perdón a uno de los jesuitas que sobrevivió y preguntó: “¿Dios me perdona padre”, el sacerdote le respondió que sí y “El Chueco” continuó: “si, claro, te perdono”. Después de insistir que no se llevara los cuerpos, se los llevó con ayuda de otros hombres de su grupo delictivo.

Autoridades indígenas, provincial Luis Gerardo Moro, obispo Juan González Sandoval y sacerdotes de la Diócesis, en misa de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora. Por Raúl Fernando, vía Raichali.

Los primeros días que Moro Madrid estuvo en Cerocahui, después de los homicidios, percibió un ambiente de desolación, desconcierto, tristeza y enojo.

“También había preocupación por los hermanos que están aquí, que sobrevivieron. Todo el temor a que fueran agredidos, no sabíamos qué fuera a suceder. El despliegue militar es exagerado, está bien sí, porque están buscando al agresor, pero nuestro temor es pensar qué va a pasar después que se vayan las fuerzas, la Sedena, la Guardia Nacional, ¿qué va a pasar? Nuestra preocupación es, ¿va a seguir todo igual hasta que suceda otra matanza?”

“(…) Sabemos que va a hacer unos días mientras baja la noticia y adiós. No creo que se quedan a cuidar una comunidad, entonces es eso, son las comunidades de la Tarahumara. Nos queda claro que no nos vamos a ir tampoco de la Tarahumara y no vamos a dejar a la gente. Ayer que yo llegué (el jueves 23 de junio), los jesuitas habían estado muy encerrados, la gente respetando, queriendo hablar por teléfono y los jesuitas ante tanta llamada de todos lados, deciden desconectar el teléfono fijo y más bien recibir mensajes. La gente también estaban guardados. Ayer que vieron que ellos salieron conmigo y todo, me tocó ver personas que empezaron a acercarse y era un pesar, llorando, abrazando a los padres. Fue un momento muy conmovedor, muy triste. La gente por fin pudiendo manifestarle a sus padres el cariño y preocupación por ellos. De verdad que ahí sí dice uno: no puedo dejarlos solos tampoco”, compartió el provincial.

Sacristía de la parroquia San Francisco Javier, en Cerocahui. Por Raúl Fernando, vía Raichali.

Las dos congregaciones de religiosas que están en Cerocahui, se reunieron con el provincial jesuita y con el obispo de la Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval (quien estuvo toda la semana en ese poblado) y les indicaron que tampoco se irán. “Son muy comprometidas, el trabajo de ellas atendiendo a las niñas de la Tarahumara en educación y todo. Dijeron que ahí se quedan, no se van a mover. Quiero destacar la valentía de estas mujeres. A ellas sí, ya las había amenazado El Chueco. Había temor de que se desquitara con ellas también”.

El encargado de los programas sociales de la Compañía de Jesús, Jorge Atilano González Candia, acompañó el cortejo fúnebre de los dos jesuitas en su paso por las de Urique y anunció que esta semana se reunirían con los obispos del país, para presentar una propuesta de atención integral a las comunidades frente a la violencia que viven.

Se refiere a que hay un problema de diseño institucional y de organización comunitaria, por lo que las propuestas serán con base en una transformación institucional, comunitaria y personal.

Orificio de bala a un costado de la sacristía de la parroquia San Francisco Javier. Por Raúl Fernando, vía Raichali.

Respecto de los hermanos Berrelaza, la FGE pidió dar cualquier información o dato certero que ayude a localizarlos, a los teléfonos 614 4293300 extensión 11343 y 656 629 3300, extensiones 56923 y 56924; al sistema de emergencia 911 o denuncia anónima 089 o al correo electrónico [email protected].

Asimismo, ofrecen una recompensa de cinco millones de pesos a quien brinde información que permita dar con el paradero de Noriel Portillo, “El Chueco”. Esta semana, el Gobierno Federal dio a conocer la detención de 11 durante el operativo de búsqueda de ese líder criminal, entre ellas su abuelo Humberto B.C y un primo, Iván P.P. Sin embargo, no hay evidencia de que hayan participado en los homicidios ni en la desaparición de los hermanos en Cerocahui. A los detenidos les encontraron dos armas calibre .223, un arma corta calibre .45, 10 porciones de cocaína y cinco paquetes de mariguana.

Autoridades en la misa de los jesuitas asesinados el 20 de junio en la parroquia San Francisco Javier. Por Raúl Fernando, vía Raichali.

Moro Madrid reiteró que la demanda de los jesuitas no se detendrá con la detención de los culpables. “No solamente encontrando los cuerpos o deteniendo al criminal vamos a detenernos. Queremos algo más: primero detener la violencia en toda esa zona como en todo México. Que volteen las autoridades a ver la pobreza, la injusticia que hay aquí en la Tarahumara, porque si no, va a pasar esto y al mes o quince días, va a seguir igual todo. Y los grupos van a seguir igual. Y el control de muchos pueblos lo van a tener ellos. Y el miedo va a seguir igual. Y la pobreza va a seguir igual. Y la falta de escuelas, la falta de medicinas. Todo va a seguir igual. Si sólo detienen a un jefe delictivo, va a surgir otro”.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE RAICHALI. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

FGE de Chihuahua da hasta 400 mil pesos por Paul y Armando; se los llevó “El Chueco”

domingo, julio 3rd, 2022

La Fiscalía de Chihuahua ofrece una recompensa de 200 mil pesos por cada uno de los hermanos desaparecidos, es decir, hay un total de 400 mil pesos para quien ayude a dar con su paradero.

Por Blanca Carmona

Ciudad Juárez, 3 de julio (La Verdad).- A 13 días de la desaparición forzada de los hermanos Jesús Armando y Paul Osvaldo Berrelleza Rábago en la comunidad de Cerocahui, Urique, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua lanzó este primero de julio una recompensa de 400 mil pesos en total para quien aporte información que permita localizarlos.

Paul Osvaldo y Jesús Armando desaparecieron el mismo día del asesinato de los jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, delitos cometidos presuntamente por José Noriel Portillo Gil, apodado “El Chueco”, de acuerdo con reportes de la autoridad investigadora.

El pasado 20 de junio, “El Chueco” presuntamente llegó a la casa de los hermanos Berrelleza, quemó la vivienda, le disparó a Paul Osvaldo y luego se llevó a ambas personas, se informó. La Fiscalía desconoce si Paul está muerto; sin embargo, familiares de las víctimas indicaron que hay datos para creer que el hombre de 22 años fue asesinado y existe la esperanza de que Jesús Armando, de 24 años, pueda estar con vida.

El operativo para buscar a los hermanos Berrelleza y al presunto homicida –por quien también se ofrece una recompensa, pero de cinco millones de pesos–, sigue vigente. Sin embargo, no se han obtenido resultados.

La Fiscalía General del Estado de Chihuahua lanzó una recompensa de 400 mil pesos para quien aporte información que permita localizarlos. Foto: FGE Chihuahua

A la búsqueda se han sumado los familiares de los hermanos Berrelleza, quienes están desesperados y se preguntan por qué no hay avances en la localización.

El viernes primero de julio, la FGE emitió las pesquisas de Paul y Armando, y ofreció una recompensa de 200 mil pesos por cada uno de ellos para quien aporte información útil y veraz que permita encontrarlos.

“La Fiscalía General del Estado de Chihuahua a través de la Comisión Local de Búsqueda ofrece una recompensa de 200 mil pesos, a quien o quienes aporten información veraz, eficiente y útil que permita localizar a los hermanos Jesús Armando y Paul Osvaldo Berrelleza Rábago. Lo anterior forma parte de las diligencias e instrumentos de búsqueda”, se dio a conocer en un parte de prensa emitido antier por personal de la FGE.

En la búsqueda participan elementos de la Guardia Nacional, el Ejército mexicano, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE), de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y la Comisión Local de Búsqueda de la FGE, además de agentes del Ministerio Público del fuero común.

El operativo para buscar a los hermanos Berrelleza y al presunto homicida sigue vigente. Foto: FGE Chihuahua.

El operativo se llevado en las zonas aledañas a la carretera Creel a San Rafael, en sentido al Divisadero, y se han recorrido diversas extensiones, en una de las últimas la revisión se hizo a lo largo de 15 kilómetros, y con la participación activa de la familia de las personas desaparecidas, refiere información oficial.

Como parte del operativo, 11 personas han sido detenidas. Entre ellas un primo y el abuelo de “El Chueco”, identificados oficialmente como César Iván P.P., y Humberto B.C., quienes presuntamente en estaban en poder de dos armas largas calibre .223; un arma corta calibre .45; también 10 porciones de cocaína y cinco paquete conteniendo marihuana, de acuerdo con datos de la FGE.

LOS HECHOS, LA VIOLENCIA

Días antes del ataque de José Noriel Portillo Gil a la casa de los hermanos Berrelleza Rábago y de sus su desaparición, se había llevado a cabo un partido de béisbol en el que participó un equipo que “El Chueco” patrocinó y tras haber sido derrotados se generó una disputa con el otro equipo en el que participó Paul y Armando, informó el pasado 22 de junio el Fiscal General del Estado, Roberto Fierro Duarte.

Horas después de atentar contra la vivienda y la vida de los hermanos Berrelleza Rábago, presuntamente “El Chueco” tuvo contacto con el guía Pedro Eliodoro y lo secuestró. Más tarde esta víctima pudo escapar y llegó “policontundida” a la capilla de los sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, quienes trataron de brindarle ayuda pero fueron asesinados junto con el guía.

Un policía escolta el cortejo fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora que llegan a Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022.

Un policía escolta el cortejo fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora que llegan a Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022. Foto: Christian Chávez, AP

Los cadáveres de los religiosos y del guía fueron aventados a la caja de una pick up por “El Chueco” y sustraídos. El 22 de junio, la Gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, anunció que ambos cuerpos habían sido localizados en una zona conocida como Pitorreal, ubicado entre San Rafael y el poblado de Creel, en la Sierra Tarahumara.

A “El Chueco” se imputan los delitos de homicidio, delincuencia organizada, además de ser el probable responsable de los hechos ocurridos el pasado 20 de junio en perjuicio de las cinco víctimas antes señaladas, dijo Duarte en la conferencia ofrecida el pasado 22 de junio.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE LA VERDAD. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Entre cantos religiosos y ritos de rarámuris, dan último adiós a jesuitas asesinados

martes, junio 28th, 2022

En la despedida de los religiosos, resonó una frase que resume la crítica no sólo de los jesuitas, sino de gran parte de la sociedad mexicana a la estrategia de seguridad del Gobierno: “Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”.

Por Christian Chávez

CEROCAHUI, México, 28 de junio (AP).— Entre cantos religiosos y ritos de los rarámuris, a los que entregaron sus vidas por décadas, fueron enterrados la tarde del lunes en el remoto poblado norteño mexicano de Cerocahui los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora.

Más de 600 habitantes de la sierra de Tarahumara, familiares, religiosos y autoridades del estado norteño de Chihuahua se dieron cita en el templo de Cerocahui para acompañar los actos fúnebres de los dos sacerdotes, de 79 y 80 años, que desde ahora reposan en una área cercana a la iglesia donde la semana pasada fueron asesinados a balazos junto a un guía turístico local al que intentaron ayudar cuando huía de un líder criminal de la zona.

Durante una misa, que se extendió por más de una hora, fueron recordadas las labores que cumplieron por décadas los dos jesuitas en las humildes comunidades de la sierra de Tarahumara y algunas anécdotas como la que se dio durante la celebración de los 50 años de Mora en la que le llenaron el rostro de pastel y él se negó a que se lo retiraran para hacer reír a los niños.

En lo que va de la administración de López Obrador se han registrado casi 124 mil asesinatos. Foto: Christian Chávez, AP.

En el último adiós a los religiosos, que comenzó el sábado con una misa en la ciudad de Chihuahua y culminó el lunes en Cerocahui, resonó una frase que resume la crítica no sólo de los jesuitas, sino de toda la Iglesia católica y gran parte de la sociedad mexicana a la estrategia de seguridad del Gobierno, que no ha logrado en más de tres años reducir la violencia: “Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”.

La pronunció el jesuita Javier Avila en alusión al lema presidencial que apuesta por luchar contra la inseguridad con “abrazos, no balazos”, durante una misa de cuerpo presente el sábado en la ciudad de Chihuahua, frase que desató los aplausos de los asistentes y dejó sin voz por la emoción al compañero de los asesinados.

Desde ahí los féretros iniciaron la subida a la sierra, con paradas en varias localidades, por unas montañas de carreteras sinuosas, de gran pobreza y marginación y donde la violencia del crimen organizado, que tala estos bosques para plantar amapola y marihuana y utiliza los profundos cañones para operar sin ser visto, no ha hecho más que crecer en los últimos años, según denunciaron las víctimas.

Los vecinos reciben la procesión fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022. Foto: Christian Chávez, AP.

Mientras tanto, las autoridades siguen buscando al presunto asesino, identificado por un sacerdote superviviente como un conocido líder criminal local que andaba a sus anchas por la zona aunque tenía una orden de aprehensión desde 2018 por el asesinato de un turista estadounidense.

La primera parada del recorrido del cortejo fúnebre fue Creel, la entrada de la sierra. Luego las carrozas fueron subiendo poco a poco por las barrancas, parando en otras localidades en medio de un fuerte despliegue de las fuerzas de seguridad hasta llegar al interior de la iglesia donde habían sido asesinados a balazos.

En cada parada se repitieron rituales que, según sus creencias, sirven para restablecer el orden de la vida y elevar sus almas al cielo.

Un policía escolta el cortejo fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora que llegan a Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022. Foto: Christian Chávez, AP.

Al llegar a Cerocahui, hombres, mujeres y niños flanqueaban la carretera para recibirlos con globos y banderas blancas, símbolo de una paz que es esquiva en esta sierra.

En los últimos cinco años han asesinado en esta región del estado de Chihuahua -limítrofe con Sonora y Sinaloa- a defensores de derechos humanos, líderes indígenas, ecologistas, a un turista y a una reportera que había publicado numerosos artículos sobre los vínculos de narcotraficantes con políticos locales.

Por eso en los últimos días los jesuitas han denunciado con más fuerza algo que llevan años repitiendo: la “vergonzosa impunidad” que existe no sólo en la Tarahumara sino en todo México, “un país invadido por la violencia”, en palabras del padre Ávila.

Un sacerdote bendice las fotos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, izquierda, y Joaquín César Mora Salazar durante una misa de duelo. Foto: Fernando Llano, AP.

Pero el Presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que su estrategia es la correcta, aunque en lo que va de su administración, se han registrado casi 124 mil asesinatos, más que en todo el sexenio con el que comenzó la llamada guerra frontal contra los cárteles del Presidente Felipe Calderón (2006-2012).

“Nuestro tono es pacífico pero alto y claro”, insistió el padre Ávila en la misa de Chihuahua. “Pedimos al Presidente [López Obrador] que revise su estrategia de seguridad”.

No hubo respuesta. Sólo el rasgar de guitarras, los rezos y el sonido de los capullos de mariposa con pequeñas piedras que se anudan a los tobillos de los danzantes mientras los jesuitas repetían su compromiso de seguir trabajando por la justicia y los derechos humanos.

“Los abrazos ya no alcanzan”: fieles y jesuitas despiden a los sacerdotes asesinados

lunes, junio 27th, 2022

Apenas el jueves pasado, la Iglesia católica de México pidió al Gobierno federal y al resto de autoridades revisar las estrategias de seguridad que “están fracasando” en el país y convocar a un diálogo nacional para emprender acciones “inteligentes e integrales” para conseguir la paz.

Por Christian Chávez

CEROCAHUI, México (AP).— El último viaje de los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora a su querida Sierra Tarahumara en el noroeste de México, donde serán enterrados el lunes, fueron casi 400 kilómetros llenos de dolor pero endulzados con incienso, música y danzas de los indígenas rarámuris, a quienes dedicaron su vida.

Los restos de los sacerdotes de 79 y 80 años reposarán en las montañas donde trabajaron durante décadas, en la localidad de Cerocahui, en cuya iglesia fueron asesinados hace una semana junto a un guía turístico local al que intentaron ayudar cuando huía de un líder criminal de la zona.

En el último adiós a los religiosos, que comenzó el sábado con una misa en la ciudad de Chihuahua y culminará el lunes en Cerocahui, resonó una frase que resume la crítica no sólo de los jesuitas, sino de toda la Iglesia católica y gran parte de la sociedad mexicana a la estrategia de seguridad del Gobierno, que no ha logrado en más de tres años reducir la violencia: “Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”.

Los vecinos reciben la procesión fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022.

Los vecinos reciben la procesión fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022. Foto: Christian Chávez, AP

La pronunció el jesuita Javier Ávila en alusión al lema presidencial que apuesta por luchar contra la inseguridad con “abrazos, no balazos”, durante una misa de cuerpo presente el sábado en la ciudad de Chihuahua, frase que desató los aplausos de los asistentes y dejó sin voz por la emoción al compañero de los asesinados.

Desde ahí los féretros iniciaron la subida a la sierra, con paradas en varias localidades, por unas montañas de carreteras sinuosas, de gran pobreza y marginación, y donde la violencia del crimen organizado, que tala estos bosques para plantar amapola y mariguana, y utiliza los profundos cañones para operar sin ser visto, no ha hecho más que crecer en los últimos años, según denunciaron las víctimas.

Mientras tanto, las autoridades siguen buscando al presunto asesino, identificado por un sacerdote superviviente como un conocido líder criminal local que andaba a sus anchas por la zona aunque tenía una orden de aprehensión desde 2018 por el asesinato de un turista estadounidense.

La primera parada del recorrido del cortejo fúnebre fue Creel, la entrada de la sierra. Luego las carrozas fueron subiendo poco a poco por las barrancas, parando en otras localidades en medio de un fuerte despliegue de las fuerzas de seguridad hasta llegar al interior de la iglesia donde habían sido asesinados a balazos.

Los vecinos reciben la procesión fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022.

Los vecinos reciben la procesión fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022. Foto: Christian Chávez, AP

En cada parada se repitieron rituales indígenas que, según sus creencias, sirven para restablecer el orden de la vida y elevar sus almas al cielo.

Al llegar a Cerocahui, hombres, mujeres y niños flanqueaban la carretera para recibirlos con globos y banderas blancas, símbolo de una paz que es esquiva en esta sierra.

En los últimos cinco años han asesinado en esta región del estado de Chihuahua -limítrofe con Sonora y Sinaloa- a defensores de derechos humanos, líderes indígenas, ecologistas, a un turista y a una reportera que había publicado numerosos artículos sobre los vínculos de narcotraficantes con políticos locales.

Por eso en los últimos días los jesuitas han denunciado con más fuerza algo que llevan años repitiendo: la “vergonzosa impunidad” que existe no sólo en la Tarahumara, sino en todo México, “un país invadido por la violencia”, en palabras del padre Ávila.

Un policía escolta el cortejo fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora que llegan a Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022.

Un policía escolta el cortejo fúnebre de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora que llegan a Cerocahui, estado de Chihuahua, México, el domingo 26 de junio de 2022. Foto: Christian Chávez, AP

Pero el Presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que su estrategia es la correcta, aunque en lo que va de su administración, se han registrado casi 124 mil asesinatos, más que en todo el sexenio con el que comenzó la llamada guerra frontal contra los cárteles del Presidente Felipe Calderón (2006-2012).

“Nuestro tono es pacífico, pero alto y claro”, insistió el padre Ávila en la misa de Chihuahua. “Pedimos al Presidente que revise su estrategia de seguridad”.

No hubo respuesta. Sólo el rasgar de guitarras, los rezos y el sonido de los capullos de mariposa con pequeñas piedras que se anudan a los tobillos de los danzantes mientras los jesuitas repetían su compromiso de seguir trabajando por la justicia y los derechos humanos.

Comunidad jesuita pide a AMLO revisar plan de seguridad: “Abrazos ya no alcanzan”

sábado, junio 25th, 2022

La comunidad jesuita celebró una misa de cuerpo presente de los sacerdotes Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales en templo del “Sagrado Corazón de Jesús” en Chihuahua.

Ciudad de México, 25 de junio (SinEmbargo).- La comunidad jesuita pidió este sábado al Presidente Andrés Manuel López Obrador revisar su estrategia de seguridad durante la misa de cuerpo presente de los sacerdotes asesinados al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui, en el municipio de Urique, en Chihuahua.

Luego del homicidio de sus compañeros Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales, el sacerdote jesuita Javier Ávila externó desde el templo del “Sagrado Corazón de Jesús” en Chihuahua, que México es un país “invadido por la violencia y por la impunidad”.

“Respetuosamente pido, pedimos, al señor Presidente de la República, revise su proyecto de seguridad pública. No vamos bien y esto es clamor popular”, expresó el religioso.

“Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, agregó entre aplausos de los presentes.

El sacerdote también dijo que el asesinato de los jesuitas Mora Salazar y Campos Morales, así como el del guía turístico Pedro Palma no es un hecho “aislado” en un país donde hay “miles de dolientes sin voz que claman justicia”.

Para concluir la ceremonia religiosa, el padre Ávila recordó las palabras del Papa Francisco dirigidas a la comunidad jesuita al final de su audiencia general semanal en referencia al asesinato de dos de sus “hermanos” en una remota iglesia del país:  “¡Cuántos asesinatos en México!, fueron sus palabras”.

A la misa asistieron familiares de desaparecidos, comunidades de la Sierra Tarahumara y los exgobernadores, Javier Corral, Patricio Martínez y Fernando Baeza. Los cuerpos serán trasladados para su inhumación.

JESUITA PIDEN ATENDER VIOLENCIA QUE ACECHA LA SIERRA TARAHUMARA

El miércoles, la comunidad jesuita en México también hizo un llamado al Presidente López Obrador para atender de fondo el problema de la violencia que acecha desde hace varios años a la sierra Tarahumara, luego del asesinato de los sacerdotes jesuitas.

“Nuestro llamado por la justicia tiene que ver con una atención de fondo a la situación que se vive desde hace mucho tiempo en la sierra Tarahumara que no ha sido atendida, que no hay estrategias para atenderlas y como el mismo Presidente ha dicho, es una región donde hay una presencia fuerte del crimen organizado y lo hemos tenido claro, eso no está bien y se tiene que hacer algo ahí”, dijo Hernán Quezada, integrante del equipo de gobierno de la comunidad jesuita en entrevista con Álvaro Delgado y Alejandro Páez en el programa Los Periodistas que se transmite por YouTube a través del canal de SinEmbargo Al Aire.

Hernán Quezada indicó que el asesinato de sus compañeros jesuitas es producto de años de deterioro de la vida y seguridad en la sierra Tarahumara. Además, dijo, este hecho demuestra que la violencia ha llegado a un punto en el que ha sobrepasado ciertos límites que se creían irrompibles, como el atentar contra la vida de dos sacerdotes.

“No es problema únicamente el asesinato, sino es resultado de muchos años de deterioro de la vida de las personas, de la seguridad en la sierra Tarahumara, es una exacerbación de la violencia que hoy la vemos expresada en esta situación, no al punto de que fueron asesinados dos sacerdotes solamente, sino que eran Joaquín y Javier dos jesuitas que tenían décadas en la sierra Tarahumara, que tenían una autoridad moral entre la gente, que hablaban la lengua, sumamente amados, respetados por toda la gente de la región y el ser alcanzados por la violencia cruza una línea que nos muestra esta exacerbación de la violencia, este rompimiento de ciertos límites que a lo mejor imaginábamos, pero que hoy nos queda muy claro que se desdibujaron”.

Un sacerdote bendice las fotos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, izquierda, y Joaquín César Mora Salazar durante una misa de duelo, en una iglesia de la Ciudad de México, el martes 21 de junio de 2022. Foto: Fernando Llano, AP.

La Compañía de Jesús confirmó el jueves que los dos cuerpos hallados por las autoridades de la Fiscalía General de Chihuahua correspondían a los sacerdotes jesuitas asesinados el lunes.

Mediante un comunicado, los jesuitas de México detallaron que durante la madrugada del 23 de junio un integrante de la comunidad y un representante del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez confirmaron ante las autoridades la identidad de los cuerpos que fueron encontrados. En cuanto al guía de turistas en la Sierra Tarahumara, identificado como Pedro Palma, también fue identificado por sus familiares.

JESUITAS CONOCÍAN A SU ASESINO, LÍDER CRIMINAL SERRANO “FUERA DE SÍ, ALCOHOLIZADO”

Hace 50 años, cuando en la sierra Tarahumara en el noroeste de México ni siquiera había carreteras, el sacerdote jesuita Javier Campos recorría las montañas y profundos cañones en motocicleta para apoyar a las comunidades indígenas pobres y marginadas.

Su compañero, el religioso Joaquín Mora, trabajó muchos años a su lado y a lo largo de más de dos décadas en la sierra vio cómo esas tierras, cercanas a la frontera con Estados Unidos, fueron llenándose de miembros del crimen organizado que plantaban amapola o marihuana.

Los religiosos, de 79 y 80 años, eran personas respetadas por todos en la sierra hasta el lunes, cuando fueron asesinados junto a un laico en la iglesia de la comunidad de Cerocahui.

La comunidad jesuita pidió a AMLO atender de fondo el problema de la violencia que acecha desde hace varios años a la sierra Tarahumara. Foto: Twitter @Jesuitas_Mexico

López Obrador reconoció el miércoles que el atacante fue identificado y que tenía una orden de captura desde 2018 por el homicidio de un turista estadounidense. Nadie lo había detenido.

Campos, nacido en la Ciudad de México y apodado “El Gallo” por lo bien que imitaba a ese animal y lo que le gustaba cantar, y Mora, conocido por el diminutivo de “Morita”, estaban totalmente integrados a los indígenas tarahumaras (o rarámuris), hacían labor social, defendían su cultura y promovían los servicios básicos y la educación.

Eran “figuras de autoridad moral, personas que generaban equilibrios en la comunidad”, dijo el martes por la noche el también jesuita Jorge Atilano durante una misa en la capital del país. “Su palabra era tomada en cuenta”. Sin embargo, esos equilibrios que durante mucho tiempo lograron que la violencia no los tocara en forma directa, se rompieron el lunes.

Foto: Raúl Fernando Pérez, Cortesía de La Verdad Juárez

Los sacerdotes conocían a su asesino porque era un líder criminal local, explicó otro jesuita veterano de la sierra, Javier Ávila. En una entrevista a una radio local que él ayudó a fundar comentó que el agresor estaba “fuera de sí, alcoholizado” y que aunque después de los primeros disparos uno de los religiosos intentó calmarlo, no lo logró.

Primero mató al laico, identificado por las autoridades como un guía turístico local, luego a uno de los sacerdotes que acudió en su ayuda y después al tercero. Lanzó los cuerpos a una camioneta y se los llevó pese a las súplicas de un tercer cura que sobrevivió y contó lo sucedido.

-Con información de AP

Jesuitas piden atender de fondo violencia que ha acechado por años sierra Tarahumara

viernes, junio 24th, 2022

Hernán Quezada, integrante del equipo de gobierno de la comunidad jesuita, indicó que el asesinato de sus compañeros es producto de años de deterioro de la vida y seguridad en la sierra Tarahumara. Además, dijo, este hecho demuestra que la violencia ha llegado a un punto en el que ha sobrepasado ciertos límites que se creían irrompibles como el atentar contra la vida de dos sacerdotes.

Ciudad de México, 24 de junio (SinEmbargo).- La comunidad jesuita en México hizo un llamado al Presidente Andrés Manuel López Obrador para atender de fondo el problema de la violencia que acecha desde hace varios años a la sierra Tarahumara, luego del asesinato de los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui, en el municipio de Urique, en Chihuahua.

“Nuestro llamado por la justicia tiene que ver con una atención de fondo a la situación que se vive desde hace mucho tiempo en la sierra Tarahumara que no ha sido atendida, que no hay estrategias para atenderlas y como el mismo Presidente ha dicho, es una región donde hay una presencia fuerte del crimen organizado y lo hemos tenido claro, eso no está bien y se tiene que hacer algo ahí”, dijo Hernán Quezada, integrante del equipo de gobierno de la comunidad jesuita en entrevista con Álvaro Delgado y Alejandro Páez en el programa Los Periodistas que se transmite por YouTube a través del canal de SinEmbargo Al Aire.

Hernán Quezada indicó que el asesinato de sus compañeros jesuitas es producto de años de deterioro de la vida y seguridad en la sierra Tarahumara. Además, dijo, este hecho demuestra que la violencia ha llegado a un punto en el que ha sobrepasado ciertos límites que se creían irrompibles, como el atentar contra la vida de dos sacerdotes.

“No es problema únicamente el asesinato, sino es resultado de muchos años de deterioro de la vida de las personas, de la seguridad en la sierra Tarahumara, es una exacerbación de la violencia que hoy la vemos expresada en esta situación, no al punto de que fueron asesinados dos sacerdotes solamente, sino que eran Joaquín y Javier dos jesuitas que tenían décadas en la sierra Tarahumara, que tenían una autoridad moral entre la gente, que hablaban la lengua, sumamente amados, respetados por toda la gente de la región y el ser alcanzados por la violencia cruza una línea que nos muestra esta exacerbación de la violencia, este rompimiento de ciertos límites que a lo mejor imaginábamos, pero que hoy nos queda muy claro que se desdibujaron”.

Foto: Raúl Fernando Pérez, Cortesía de La Verdad Juárez

Los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos fueron asesinados a balazos el pasado 20 de junio al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui por un sujeto identificado como José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, sobre quien hay una recompensa de 5 millones de pesos.

Los hechos ocurrieron cuando Pedro Eliodoro P.G., guía turístico de Cerocahui, fue detenido y trasladados al centro religioso por sujetos armados. De acuerdo con el relato que ofreció un jesuita sobreviviente, los sacerdotes le exigieron al presunto delincuente detener el ataque en la iglesia y minutos después fueron todos ejecutados de varios disparos. Los atacantes se llevaron los cuerpos a pesar de las súplicas del sacerdote sobreviviente, quien pidió que los dejaran en el lugar, informó la oficina de prensa de la Compañía de Jesús en México.

Ante esta situación, el integrante del equipo de gobierno de la comunidad jesuita dijo que luego de ser informados del asesinato de los sacerdotes, además de la tristeza que los invadió, se generó un sentimiento de preocupación por todos sus compañeros que se encuentran en Cerocahui.

“Cuando recibimos esta noticia realmente nos sacudió, eran dos hermanos sumamente queridos por nosotros, cercanos a nosotros, entonces vino un momento de mucha tristeza y luego una preocupación por los que están allá, no solamente los que se quedaron en Cerocahui, pero también no son solamente los jesuitas, es un equipo pastoral de religiosas, de gente comprometida que trabaja ahí”, comentó.

Un sacerdote bendice las fotos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, izquierda, y Joaquín César Mora Salazar durante una misa de duelo, en una iglesia de la Ciudad de México, el martes 21 de junio de 2022. Foto: Fernando Llano, AP.

Hernán Quezada indicó que a pesar de lo sucedido, y de la preocupación por la seguridad de la comunidad religiosa que se encuentra en Cerocahui, sus compañeros decidieron permanecer en el lugar para no abandonar a la gente.

“El segundo sentimiento fue mucha preocupación por la seguridad de los que están allá, cómo podemos garantizar de que estén bien, ellos decidieron no salir, y los comprendemos perfectamente, es parte de nuestra vocación permanecer en circunstancias como estas, para eso estamos hechos los jesuitas, ellos deciden no salir ante el deseo de no abandonar a la gente. Luego vino la necesidad de encontrar los cuerpos, un sentimiento de mucha angustia”.

Finalmente, Hernán Quezada aseguró que la justicia no llegará una vez que se detenga y procese al responsable del ataque, pues dijo, existe un sentimiento de inseguridad que se expande por todo el país y con el cual la gente se está acostumbrando a vivir.

“El otro sentimiento es una necesidad de justicia, tenemos un deseo de que llegue la justicia, y cuando decimos justicia, quiero enfatizar que para nosotros esto no se va a satisfacer cuando nos confirmen el nombre o atrapen al asesino o procesen al asesino, esto va mucho más allá […] Hay un ambiente que va creciendo de inseguridad que va creciendo en todo el país y nosotros nos vamos acostumbrando a un miedo que se nos va incorporando pero no es normal, no es sano en nuestra sociedad”.

Los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales. Foto: Twitter Society of Jesus

El martes pasado, los cuerpos de Javier Campos y Joaquín Mora, así como el del guía de turistas Pedro Palma, fueron recuperados.

“Hemos logrado localizar y recuperar, y esto comprobado por medicina forense, los cuerpos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos, Joaquín Mora, y el guía de turistas Pedro Palma, esperamos tener información más adelante, les estaremos informando”, informó la Gobernadora de Chihuahua María Eugenia Campos.

La Fiscalía General del Estado de Chihuahua anunció ese mismo día una recompensa de cinco millones de pesos a quien o quienes aporten información que conduzca a la captura de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, asesino de los sacerdotes jesuitas.

También se activó, junto con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), una cédula de búsqueda por el delito de homicidio calificado ocurrido en Cerocahui, Chihuahua.

De acuerdo con las investigaciones, “El Chueco” ha sido visto en las regiones de Cerocahui, Bahuichivo, Porochi, Poblado Rodeo y Urique.

Por acuerdo del Gabinete de Seguridad Nacional fue desplegado un operativo especial para su búsqueda, en coordinación con autoridades estatales y municipales.

Las autoridades pidieron a la ciudadanía que para cualquier información relacionada con “El Chueco” se comuniquen al número 089 Denuncia Anónima.

“El Chueco” hasta patrocinaba equipo de beisbol, ¿quién lo protegía?, pregunta AMLO

jueves, junio 23rd, 2022

En conferencia de prensa, Ricardo Mejía Berdeja, Subsecretario de Seguridad, informó que se solicitó el apoyo a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para coadyuvar en la localización y detención de este sujeto.

Ciudad de México, 23 de junio (SinEmbargo).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó la mañana de este jueves si había protección para José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, presunto homicida de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Urique, Chihuahua, ya que ha llevado una vida normal pese a que tiene antecedentes delictivos y órdenes de aprehensión en su contra.

“Hay que investigar porque es inaceptable y además muy sospechoso el que una persona así llevara una vida tan normal porque, de acuerdo al informe de la Fiscalía del Estado de Chihuahua, era patrocinador de un equipo de beisbol con los antecedentes que ya tenía y conocido en toda la región, con órdenes de aprehensión”, dijo durante su conferencia de prensa matutina.

Por ello, López Obrador pidió “ver si no había impunidad, protección, arreglos, acuerdos, con quiénes”. “Sí vamos a ir al fondo, que se conozca toda la verdad y es seguro que los propios sacerdotes, los propios jesuitas que vivían ahí, las madres, saben todo y con mucho cuidado pueden ayudar. Además son misioneros, gente que dedica su vida a ayudar a los más desposeídos, a los abandonados, a los débiles. Entonces va a ayudar mucho el que sepamos todo”, insistió.

Ayer, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua reveló que la disputa por un partido de beisbol detonó la violencia en Cerocahui y el asesinato de los sacerdotes jesuitas a manos de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”.

Roberto Javier Fierro Duarte, Fiscal General de Chihuahua, explicó que el pasado lunes se atendió el reporte en el que se informó que José Noriel Portillo Gil arribó a un domicilio de Cerocahui a fin de localizar a Paul, habitante de la comunidad, ya que días antes se había llevado a cabo un partido de beisbol patrocinado por “El Chueco” y tras haber sido derrotado, se generó una disputa con el otro equipo, en el que contendrían los hermanos Paul “B” y Armando “B”.

En conferencia de prensa, agregó que, según testigos, “El Chueco” detonó un arma de fuego contra Paul “B” y privo de la libertad a Armando “B” para luego prender fuego a la vivienda.

Después de los hechos surgieron reportes de la desaparición de una mujer y un menor de edad, ambos familiares de los desaparecidos, sin embargo, se pudo comprobar que ellos se fueron del lugar por su propio pie, y que se encuentran sanos y salvos.

El Fiscal de Chihuahua también desmintió que las personas desaparecidas sean turistas, pues se trata de dos hombres habitantes de la comunidad.

De acuerdo con la indagatoria, en un segundo hecho, “El Chueco” llegó a un hotel de la comunidad, en el que “interactuó con un conocido guía de turistas”, quien fue privado de la libertad por José Noriel.

Según testigos, el guía de turistas escapó y llegó hasta el templo del pueblo, donde fue auxiliado por los religiosos. Sin embargo, en el lugar, “El Chueco” asesinó al guía de turistas y a los dos religiosos que intentaron intervenir.

Hoy, el mandatario hizo referencia a estos detalles que proporcionó la dependencia chihuahuense y aprovechó para destacar que aunque ya se hallaron los cuerpos de las tres víctimas, “se va a continuar la búsqueda de los responsables y se va a hacer una investigación a fondo porque es muy extraño y al mismo tiempo inaceptable”.

“Vamos a esperar a que se haga la investigación. Vamos despacio, o sea, no caigamos en ninguna provocación”, comentó desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional.

Por otra parte, el Jefe del Ejecutivo federal reiteró su pésame a los jesuitas y dio respuesta al mensaje que hizo el Papa Francisco sobre los crímenes en la Sierra Tarahumara. “Aún en situación muy difícil, muy dolorosa, él escribe un mensaje lamentando la situación de violencia en México, pero al mismo tiempo subrayando que no es la violencia el camino para conseguir al paz, que la violencia genera más violencia”, recordó.

“Expreso mi dolor y consternación por el asesinato en México, anteayer, de dos religiosos jesuitas y de un laico. ¡Cuántos asesinatos en México! La violencia no resuelve los problemas, sino que sólo aumenta los sufrimientos innecesarios”, leyó así AMLO las palabras del pontífice.

A continuación, externó que está “totalmente de acuerdo porque hay todavía quienes piensan que la violencia hay que enfrentarla con violencia, el mal con el mal”.

Posteriormente, un reportero le preguntó si estos acontecimientos no le hacen replantear su estrategia de seguridad. “No, al contrario: este es el camino. Todo esto es el fruto podrido de una política de corrupción, de impunidad que se implementó desde los tiempos de Felipe Calderón. No se puede arrancar de raíz, de la noche a la mañana, de un día para otro un problema que lleva años y que además se propició, se alentó”, contestó.

“Imagínense ustedes, si el Secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón [Genaro García Luna] era protector de un grupo de la delincuencia. Es que lo que sucedió fue gravísimo. Lo que pasa es que como era un Gobierno de la oligarquía, un Gobierno de la mafia del poder que tenía el control y sigue teniendo de medios de comunicación, de intelectuales, pues todo lo resolvían de manera mediática, hasta que la gente se dio cuenta y por eso se llevó a cabo el cambio en el país; pero el daño fue muy grave, muy grave y hemos hablado de que los errores en política son como crímenes”, agregó el Presidente.

“Dicen: ‘Es que ahora hay más asesinatos que en la época de Felipe Calderón’. Sí, nada más que nosotros recibimos los homicidios hasta la punta, hasta mero arriba y Calderón no recibió así el país. Él lo llevó arriba y todavía en el Gobierno pasado le subieron más. Eso es una cosa y lo otro es que falsificaban información”, concluyó.

¿CÓMO VA EL CASO DEL ASESINATO DE LOS JESUITAS?

Ricardo Mejía Berdeja, Subsecretario de Seguridad Pública, presentó esta mañana un informe sobre los avances que ha tenido la investigación del asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Urique, Chihuahua.

“Queremos en este momento informar del caso de Cerocahui, en Chihuahua, en Urique, del muy reprobable caso y lamentable caso, como lo ha señalado el señor Presidente Andrés Manuel López Obrador, donde fueran victimados Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, ambos padres jesuitas con varios años trabajando en Urique, en Cerocahui. Y también del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez”, declaró.

Durante su intervención, el funcionario destacó que desde que ocurrió el crimen, el pasado 20 de junio, por instrucciones del Presidente de la República y de la Secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, se estableció comunicación tanto con la Gobernadora de la entidad, María Eugenia Campos, como con el Fiscal General de Justicia, Roberto Fierro.

“El Presidente instruyó un despliegue, un operativo de búsqueda coordinado por la Secretaría de la Defensa Nacional, que por razones estratégicas no informamos el número de efectivos; pero hay un despliegue suficiente con elementos, equipos y diferentes apoyos para poder dar con la ubicación del homicida de los sacerdotes y del guía de turista, quien es José ‘N’, alias ‘El Chueco’, y quien está señalado e imputado como autor del delito de homicidio calificado en agravio de las tres víctimas”, precisó.

Frente a los medios e comunicación, Mejía Berdeja señaló que ya fueron recuperados los cuerpos de las tres víctimas en una operación en la que participaron la Fiscalía General de Justicia del Estado de Chihuahua, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional, “quienes con este gran despliegue que han realizado están apoyando en estas tareas”.

“La recuperación de los cuerpos de las víctimas de ninguna manera implica que se cesarán con las investigaciones. La instrucción precisa del Presidente es seguir hasta las últimas consecuencias, seguir en la investigación, y detener al presunto autor material y a quienes pudieran haber sido cómplices en estos hechos delictivos”, sostuvo.

También dio a conocer que el Instituto Nacional de Migración (INM) emitió una alerta migratoria contra el presunto homicida y que se ha pedido “las autoridades federales de migración estar pendientes no sólo en la frontera de Chihuahua, sino en todas las fronteras del país por si pudiera pretender evadirse de la acción de la justicia en estos puntos”.

Del mismo modo “se solicitó el apoyo a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para coadyuvar en la localización y detención de este sujeto”, añadió.

Con base en la legislación y al haber una solicitud de colaboración, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) emitió ayer una boleta de búsqueda y localización en contra de José “N”, alias “El Chueco”, presunto homicida de los dos sacerdotes y el guía de turista.

“Y también informar que la Fiscalía General de Justicia del Estado de Chihuahua emitió una boleta de búsqueda ofertando una recompensa de hasta cinco millones de pesos a quien aporte información veraz, eficiente y útil que conduzca a la captura de José Noriel Portillo Gil, alias ‘El Chueco’, presunto homicida de los sacerdotes y del guía de turistas”, finalizó.

El INM emite alerta migratoria contra “El Chueco” por el asesinato de padres jesuitas

jueves, junio 23rd, 2022

La orden de la alerta migratoria emitida este miércoles fue por petición de la Fiscalía del Estado de Chihuahua por el presunto secuestro de cuatro personas más el asesinato de otras tres, incluyendo los padres jesuitas y un guía turístico al interior de una parroquia en Cerocahui, crímenes imputados a José “N”, alias “El Chueco”.

Ciudad de México, 23 de junio (SinEmbargo).- El Instituto Nacional de Migración (INM) emitió una alerta migratoria contra José “N”, alias “El Chueco”, por su presunta implicación en los asesinatos de los padres jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar; así como del guía turístico Pedro Heliodoro Palma Gutiérrez.

La alerta migratoria fue emitida a petición de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua, con el fin de evitar que el imputado salga y evada la justicia al ser imputado por el presunto homicio de tres personas en Cerocahui, Chihuahua.

“Se verificará e informará a las autoridades respectivas sobre los movimientos de ingreso-salida de la persona mencionada, a través de los 194 puntos de tránsito internacional del territorio nacional, aéreos, marítimos y terrestres”, detalló el INM en un comunicado.

El pasado 20 de junio, dos padres jesuitas fueron asesinados a balazos al interior de la Parroquia San Francisco Javier en Cerocahui, Chihuahua.

El primer señalado por dicho crimen fue Jose “N”, alias “El Chueco” y líder del Cártel de Sinaloa en el municipio de Urique, quien además es señalado por el secuestro de otras cuatro personas, informó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).

José Noriel Portillo, alias “El Chueco”, líder criminal en la región de la sierra Tarahumara de Chihuahua, estuvo cerca de una hora conversando con el sacerdote Jesús Reyes, luego de haber asesinado a los jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, y un guía de turistas en una iglesia de Cerocahui.

Fue el sacerdote jesuita, Javier “El Pato” Ávila, quien reveló que ‘El Chueco’ incluso pidió perdón al sacerdote Reyes por los asesinatos de los jesuitas, pero después se llevó los cuerpos de los religiosos y del guía de turistas, identificado como Pedro Eliodoro P. G.

En 2018, “El Chueco” se vio involucrado en el homicidio del turista Patrick Braxton Andrews, un joven estadounidense se encontraba de viaje por la Sierra de Chihuahua del que no se supo más, según lo reportaron sus familiares, quienes reunieron a un grupo entre 20 y 30 personas a buscarlo en la Urique.

Un partido de beisbol detonó ataque de “El Chueco” a jesuitas: FGE Chihuahua

miércoles, junio 22nd, 2022

Roberto Javier Fierro Duarte informó que los cuerpos sin vida de los sacerdotes y el guía de turistas fueron localizados la tarde de este miércoles en la zona de Pito Real.

Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo).– La Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua precisó que una disputa por un partido de beisbol detonó la violencia en Cerocahui y el asesinato de los sacerdotes jesuitas a manos de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”.

Roberto Javier Fierro Duarte, Fiscal General de Chihuahua también informó que los cuerpos sin vida de los sacerdotes y el guía de turistas fueron localizados la tarde de este miércoles en la zona de Pito Real.

Agregó que aún buscan a dos personas privadas de la libertad, mientras que una mujer y un menor, familiares de Paul y Pedro y que habían sido plagiadas, ya se encuentran con sus familiares.

De acuerdo con el Fiscal Fierro, el pasado lunes se atendió el reporte en el que se informó que José Noriel Portillo Gil arribó a un domicilio de Cerocahui a fin de localizar a Paul, habitante de la comunidad, ya que días antes se había llevado a cabo un partido de beisbol patrocinado por “El Chueco” y tras haber sido derrotado se generó otra disputa con el otro equipo, en el que contendrían los hermanos Paul “B” y Armando “B”.

Agregó que, según testigos, “El Chueco” detonó un arma de fuego contra Paul “B” y privo de la libertad a Armando “B” para luego prender fuego a la vivienda.

Luego de los hechos surgieron reportes de la desaparición de una mujer y un menor de edad, ambos familiares de los desaparecidos, sin embargo, se pudo comprobar que ellos se fueron del lugar por su propio pie y se encuentran sanos y salvos.

Foto: SSPC

El Fiscal también desmintió que las personas desaparecidas sean turistas, pues se trata de dos hombres habitantes de la comunidad.

Según la indagatoria, en un segundo hecho, “El Chueco” llegó a un hotel de la comunidad en el que “interactuó con un conocido guía de turistas”, quien fue privado de la libertad por José Noriel.

Según testigos, el guía de turistas escapó y llegó hasta el templo del pueblo, donde fue auxiliado por los religiosos. Sin embargo, en el lugar, “El Chueco” asesinó al guía de turistas y a los dos religiosos que intentaron intervenir.

El Fiscal precisó que la prioridad es detener al responsable y garantizar la seguridad en la zona.

La Federación y Chihuahua activan cédula de búsqueda para José “N”, asesino de Urique

miércoles, junio 22nd, 2022

El pasado 20 de junio dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados a balazos al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui, en el municipio de Urique, Chihuahua.

Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo).– La Fiscalía General del Estado de Chihuahua ofrece una recompensa de cinco millones de pesos a quien o quienes aporten información que conduzca a la captura de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, asesino de los sacerdotes jesuitas.

También se activó, junto con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), una cédula de búsqueda por el delito de homicidio calificado ocurrido en Cerocahui, Chihuahua.

Se trata del presunto responsable de los asesinatos de dos sacerdotes y un guía de turistas, así como del secuestro de cuatro personas.

De acuerdo con las investigaciones, se le ha visto en las regiones de Cerocahui, Bahuichivo, Porochi, Poblado Rodeo y Urique, en esa entidad.

Por acuerdo del Gabinete de Seguridad Nacional fue desplegado un operativo especial para su búsqueda, en coordinación con autoridades estatales y municipales.

Las autoridades pidieron a la ciudadanía que para cualquier información relacionada con “El Chueco” se comuniquen al número 089 Denuncia Anónima.

EL ASESINATO DE LOS JESUITAS

Los dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en un templo del norte de México y sus cuerpos fueron sustraídos junto al de otra víctima por personas armadas, informaron ayer el Gobierno y la congregación religiosa.

La remota comunidad de Cerocahui, en el municipio Urique, en el estado de Chihuahua, se vio estremecida el lunes tras el asesinato de los jesuitas mexicanos Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como de un guía turístico en el templo de la parroquia Francisco Javier. Las muertes coincidieron con la desaparición de cuatro personas, entre ellos una mujer y un menor, en esa misma localidad.

Aún afectado por las muertes, Toño Gallardo de Morales, primo de Campos Morales, dijo a The Associated Press que el sacerdote “nunca tuvo miedo” a pesar de vivir en una región dominada por grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas.

“Él estaba consciente de lo que implicaba vivir en condiciones difíciles… pero siempre lo enfrentó con mucho valor, con confianza y mucha fe”, agregó.

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Campos Morales, quien era conocido como “El Gallo” por su afición a los gallos, era oriundo de la capital mexicana, pero luego se trasladó a la ciudad norteña de Monterrey, donde pasó su niñez y adolescencia.

Desde una iglesia capitalina donde se realizó la noche del martes una misa en memoria de los dos sacerdotes, Gallardo indicó que su primo nunca quiso abandonar la Sierra de Tarahumara a pesar de la inseguridad porque “estaba muy comprometido” con los habitantes. “Él pidió a su comunidad (jesuita) que lo designaran para trabajar allá con la gente”.

Hombres armados detuvieron poco después de la 1 de la tarde del lunes al guía turístico de Cerocahui, identificado como Pedro Eliodoro P.G., quien fue llevado hasta un templo de la comunidad, donde fue asesinado junto con los dos sacerdotes, dijo el Gobierno del estado.

De acuerdo con el relato que ofreció un jesuita sobreviviente, Campos Morales y Mora Salazar le exigieron al presunto delincuente detener el ataque en la iglesia y minutos después fueron todos ejecutados de varios disparos. Los atacantes se llevaron los cuerpos a pesar de las súplicas del sacerdote sobreviviente, quien pidió que los dejaran en el lugar, informó la oficina de prensa de la Compañía de Jesús en México.

Campos Morales, de 79 años, y Mora Salazar, de 80, tenían más de cinco décadas en la Compañía de Jesús. Los dos jesuitas eran parte del equipo de religiosos y laicos que están en la Sierra de Tarahumara, donde realizaban trabajo social y pastoral desde hace varias décadas, el cual incluía fortalecer la cultura de la comunidad indígena tarahumara y la preservación del medio ambiente.

La Compañía de Jesús demandó a las autoridades adopten medidas inmediatas para asegurar la vida de los religiosos de la comunidad de Cerocahui que, aseguraron, enfrenta “condiciones de violencia y olvido” de parte del Estado. Cinco jesuitas permanecen cinco en la región.

Las autoridades estatales indicaron que el lunes presuntos agresores también detuvieron a dos hombres identificados como Paul Osvaldo B. y Armado B., una mujer y menor, quienes según la prensa local fueron sacados de un hotel de Cerocahui y aún permanecen desaparecidos.

La Gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, dijo el martes que se desplegó un fuerte operativo conjunto en la zona para localizar a los responsables de los hechos. En las operaciones de búsqueda participa agentes estatales de investigación, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, la Guardia Nacional y el Ejército, quienes realizan patrullajes en los poblados y caminos vecinales de la zona.

Al condenar los hechos, el representante en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Guillermo Fernández-Maldonado, dijo en un comunicado que “el asesinato de estos dos reconocidos sacerdotes nos recuerda la situación de violencia extrema y vulnerabilidad que enfrentan las comunidades de la Sierra Tarahumara en Chihuahua”.

Fernández-Maldonado instó a las autoridades a desarrollar una investigación “efectiva y exhaustiva” de los asesinatos “considerando todas las líneas de investigación relevantes e identificando a los autores materiales e intelectuales”, y brindar a la comunidad de Cerocahui y de la sierra “medidas de protección inmediatas, efectivas y concertadas con las mismas comunidades” tomando en cuenta que están en zonas aisladas y con fuerte presencia indígena.

La violencia ha plagado las montañas de la Sierra Tarahumara durante años. La región escarpada y cubierta de pinos es hogar del grupo indígena del mismo nombre. Cerocahui está cerca de un punto donde el estado de Chihuahua se encuentra con Sonora y Sinaloa, una importante región productora de drogas.

El Centro Católico Multimedial informó en su página web que con las muertes de Campos Morales y Mora Salazar ya suman siete los sacerdotes asesinados en lo que va del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que se inició en 2018, lo que coloca a México como uno de los países más peligrosos para el ejercicio sacerdotal.

El padre José Guadalupe Rivas, que dirigía una casa de migrantes, fue reportado desaparecido a mediados del mes pasado y días después fue localizado muerto en el municipio norteño de Tecate, en el estado de Baja California, informó el centro.

El año pasado, un sacerdote franciscano murió cuando quedó atrapado en medio del fuego cruzado de cárteles rivales en una carretera entre los límites de los estados de Durango y Zacatecas. Otro fue asesinado en el estado central de Morelos y otro más en el estado de Guanajuato ese año.

En 2019 un cura fue asesinado a puñaladas en la ciudad fronteriza de Matamoros, en el estado de Tamaulipas.

-Con información de AP

 

AMLO confirma la desaparición de 2 personas luego de asesinato de sacerdotes jesuitas

miércoles, junio 22nd, 2022

El Presidente López Obrador aseguró que ya se está llevando a cabo la investigación correspondiente, con la cual ya se tiene identificado al presunto responsable de la muerte de las tres personas, quien, dijo, tiene una orden de detención pendiente desde 2018 por el asesinato de un turista estadounidense.

Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo).- El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer este miércoles que hay dos personas desaparecidas luego del asesinato de dos sacerdotes jesuitas al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui, en el municipio de Urique, Chihuahua, el pasado 20 de junio.

En conferencia de prensa matutina desde Palacio Nacional, el mandatario federal confirmó también la muerte de un civil y detalló que entre las personas no localizadas se encuentra la esposa de una de las víctimas que fue asesinada a balazos por sujetos armados.

No obstante, el Jefe del Ejecutivo federal aseguró que ya se está llevando a cabo la investigación correspondiente, con la cual ya se tiene identificado al presunto responsable de la muerte de las tres personas. Sin mencionar su nombre, afirmó que el supuesto agresor tiene una orden de detención pendiente desde 2018 por el asesinato de un turista estadounidense.

Asimismo, el Presidente informó que dio la instrucción de desplegar a elementos de la Secretaría de la Defensa (Sedena) en Cerocahui, en la Sierra Tarahumara.

“Dos de estos religiosos fueron asesinados y también ya comprobado, un civil y hay todavía dos personas desaparecidas, entre ellas la esposa de una de las víctimas. Se está haciendo una investigación. Hay ya elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional. Hay una búsqueda. Ya se tiene identificado al responsable, al homicida y vamos a seguir con las investigaciones”.

“También está haciendo lo que le corresponde el Gobierno de Chihuahua, pero dimos la instrucción, aunque se trata de un asunto del fuero común, de enviar a elementos de la Sedena. Ahora lo que nos importa más es encontrar los cuerpos, ya se ha avanzado en la investigación, y detener a los responsables”, agregó.

López Obrador informó que la Fiscalía General del Estado de Chihuahua está llevando a cabo el proceso judicial. Además, reiteró que la zona de la Sierra Tarahumara se encuentra dominada por la delincuencia organizada.

“Vamos a estar informando sobre este lamentable hecho. Esa zona de la sierra ha estado desde hace tiempo muy infiltrada, penetrada, dominada por la delincuencia. Para tener los antecedentes, en esa zona se han cometido crímenes como lo sucedido en Estación Creel en 2008, cuando un comando irrumpió en una reunión y asesinó a 13 personas, y lo mismo en toda la región”.

El Presidente lamentó el asesinato de los dos sacerdotes y envió sus condolencias a la asociación religiosa Compañía de Jesús:

“Mis condolencias a Compañía de Jesús, a los jesuitas de México y del mundo por estos lamentables hechos sucedidos en la Sierra Tarahumara, en el municipio de Urique, donde dos sacerdotes que llevaban mucho tiempo trabajando en esa zona pobre, sacerdotes de al rededor de 80 años. Es una misión que lleva mucho tiempo trabajando para las comunidades”.

Las autoridades buscan los cadáveres y también a otras personas que fueron raptadas el lunes en el mismo pueblo y siguen desaparecidas. Los atacantes se llevaron también a una menor pero, según López Obrador, la niña “ya fue liberada”.

-Con información de AP.

Sacerdote identificó al asesino de jesuitas: AMLO; tiene orden de captura desde 2018

miércoles, junio 22nd, 2022

El mandatario mexicano dio a conocer que hay testigos de los hechos registrados en la comunidad de Cerocahui. “Todo mundo ya sabe que fue esta persona la que incluso llevó a cabo la ejecución de manera directa”, aseguró sobre el presunto homicida de los jesuitas.

Ciudad de México, 22 de junio (SinEmbargo).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador reveló la mañana de este miércoles que fue un sacerdote el que identificó al presunto asesino de dos jesuitas y un guía de turistas en Urique, Chihuahua. Además, informó que el sujeto señalado tiene una orden de aprehensión en su contra desde el 2018 por el homicidio de un turista estadounidense.

“Este delincuente señalado como el responsable de los asesinatos, porque incluso hasta identificado por uno de los sacerdotes, también está acusado, con orden de aprehensión desde el 2018, porque asesinó a un turista estadounidense“, dijo durante su conferencia de prensa matutina.

López Obrador reiteró que ya se tiene identificado al presunto homicida, por lo que van a continuar las investigaciones. “También está haciendo lo que le corresponde el Gobierno de Chihuahua, pero dimos la instrucción, aunque se trata de un asunto del fuero común, de enviar a elementos de la Secretaría de la Defensa”, anunció.

Desde Palacio Nacional, destacó que lo más importante es hallar los cuerpos de las víctimas, los cuales fueron sustraídos por personas armadas. “Ya se ha avanzado en la investigación y detener a los responsables. El caso lo lleva la Fiscalía del estado de Chihuahua, el proceso judicial, pero lo que nos importa ahora es encontrar los cuerpos y detener a los responsables”.

De acuerdo con el reporte más reciente del Jefe del Ejecutivo federal, dos religiosos y un civil fueron asesinados el lunes pasado al interior de un templo, y todavía permanecen “dos personas desaparecidas, entre ellas, una señora, la esposa de una de las víctimas”.

“Se está haciendo una investigación. Hay ya elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional que actuaron de inmediato. Hay una búsqueda”, insistió frente a los medios de comunicación.

Sin embargo, el político tabasqueño fue cuestionado por más detalles del caso. “Se habla de cuatro o seis, incluidos los tres que se consideran que fueron asesinados”, comentó respecto a la cifra de personas que son buscadas.

“Había una niña, parece, y la liberaron. Vamos a esperar la investigación porque si no, no se ayuda, no se da la información adecuada. Estamos trabajando allá. Está la Secretaría de la Defensa y hay elementos suficientes del Gobierno federal. Vamos a tener resultados”, confió.

Asimismo, el Presidente de México aprovechó para recordar que, según una versión, todo ocurrió cuando iban a ejecutar a una persona y ya grave, salieron los sacerdotes, “se supone que para evitar que lo remataran, que lo mataran, y los asesinaron a los dos. La misma persona, de acuerdo al testimonio de otro sacerdote”.

“Ahora lo que queremos es encontrar los cuerpos. También a las personas que se considera que pueden estar con vida, que no fueron asesinadas, y detener a los responsables. Eso es lo primero”, recalcó.

Más adelante, el mandatario señaló que aún no se tiene una explicación del porqué se llevaron los cuerpos de las tres personas asesinadas en la iglesia de Chihuahua, pero subrayó que ya se pidió “que si se tienen los elementos, la Fiscalía de Chihuahua o la Fiscalía General puedan sacar ya una ficha para la búsqueda de los responsables, que ayuden en este asunto”.

Por otra parte, envió sus “condolencias a la Compañía de Jesús, a los jesuitas de México y el mundo por estos lamentables hechos sucedidos en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, en el municipio de Urique”.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en conferencia de prensa matutina desde Palacio Nacional.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en conferencia de prensa matutina desde Palacio Nacional. Foto: Gobierno de México

“Vamos a seguir informando sobre este lamentable hecho. Esa zona de la sierra ha estado desde hace bastante tiempo muy infiltrada, penetrada, dominada por la delincuencia. Para tener los antecedentes, en esa zona se han cometido crímenes como lo sucedido en la estación Creel en 2008, que un comando irrumpió en una reunión y asesinaron a 13 personas. Y lo mismo en toda la región. Entonces sí es una zona que está dominada por esta banda, por este grupo y se está haciendo pues el trabajo que nos corresponde”, sostuvo.

Finalmente, Andrés Manuel López Obrador consideró que este nuevo hecho de violencia en la sierra de Chihuahua, “que duele tanto,  no surgió ahora”, ya que “viene de tiempo atrás, cuando existía un contubernio completo entre las autoridades y la delincuencia”.

“¿O el señor este acaba de empezar su carrera delictiva? No y seguramente fue tolerado. Esto lo saben bien los jesuitas y lo saben muy bien los que viven en Urique y los que viven en Chínipas y en Creel”, concluyó.

EL ASESINATO DE LOS JESUITAS

Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en un templo del norte de México y sus cuerpos fueron sustraídos junto al de otra víctima por personas armadas, informaron ayer el Gobierno y la congregación religiosa.

La remota comunidad de Cerocahui, en el municipio Urique, en el estado de Chihuahua, se vio estremecida el lunes tras el asesinato de los jesuitas mexicanos Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como de un guía turístico en el templo de la parroquia Francisco Javier. Las muertes coincidieron con la desaparición de cuatro personas, entre ellos una mujer y un menor, en esa misma localidad.

Aún afectado por las muertes, Toño Gallardo de Morales, primo de Campos Morales, dijo a The Associated Press que el sacerdote “nunca tuvo miedo” a pesar de vivir en una región dominada por grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas.

“Él estaba consciente de lo que implicaba vivir en condiciones difíciles… pero siempre lo enfrentó con mucho valor, con confianza y mucha fe”, agregó.

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Campos Morales, quien era conocido como “El Gallo” por su afición a los gallos, era oriundo de la capital mexicana, pero luego se trasladó a la ciudad norteña de Monterrey, donde pasó su niñez y adolescencia.

Desde una iglesia capitalina donde se realizó la noche del martes una misa en memoria de los dos sacerdotes, Gallardo indicó que su primo nunca quiso abandonar la Sierra de Tarahumara a pesar de la inseguridad porque “estaba muy comprometido” con los habitantes. “Él pidió a su comunidad (jesuita) que lo designaran para trabajar allá con la gente”.

Hombres armados detuvieron poco después de la 1 de la tarde del lunes al guía turístico de Cerocahui, identificado como Pedro Eliodoro P.G., quien fue llevado hasta un templo de la comunidad, donde fue asesinado junto con los dos sacerdotes, dijo el Gobierno del estado.

De acuerdo con el relato que ofreció un jesuita sobreviviente, Campos Morales y Mora Salazar le exigieron al presunto delincuente detener el ataque en la iglesia y minutos después fueron todos ejecutados de varios disparos. Los atacantes se llevaron los cuerpos a pesar de las súplicas del sacerdote sobreviviente, quien pidió que los dejaran en el lugar, informó la oficina de prensa de la Compañía de Jesús en México.

Campos Morales, de 79 años, y Mora Salazar, de 80, tenían más de cinco décadas en la Compañía de Jesús. Los dos jesuitas eran parte del equipo de religiosos y laicos que están en la Sierra de Tarahumara, donde realizaban trabajo social y pastoral desde hace varias décadas, el cual incluía fortalecer la cultura de la comunidad indígena tarahumara y la preservación del medio ambiente.

La Compañía de Jesús demandó a las autoridades adopten medidas inmediatas para asegurar la vida de los religiosos de la comunidad de Cerocahui que, aseguraron, enfrenta “condiciones de violencia y olvido” de parte del Estado. Cinco jesuitas permanecen cinco en la región.

Las autoridades estatales indicaron que el lunes presuntos agresores también detuvieron a dos hombres identificados como Paul Osvaldo B. y Armado B., una mujer y menor, quienes según la prensa local fueron sacados de un hotel de Cerocahui y aún permanecen desaparecidos.

La Gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, dijo el martes que se desplegó un fuerte operativo conjunto en la zona para localizar a los responsables de los hechos. En las operaciones de búsqueda participa agentes estatales de investigación, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, la Guardia Nacional y el Ejército, quienes realizan patrullajes en los poblados y caminos vecinales de la zona.

Al condenar los hechos, el representante en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Guillermo Fernández-Maldonado, dijo en un comunicado que “el asesinato de estos dos reconocidos sacerdotes nos recuerda la situación de violencia extrema y vulnerabilidad que enfrentan las comunidades de la Sierra Tarahumara en Chihuahua”.

Fernández-Maldonado instó a las autoridades a desarrollar una investigación “efectiva y exhaustiva” de los asesinatos “considerando todas las líneas de investigación relevantes e identificando a los autores materiales e intelectuales”, y brindar a la comunidad de Cerocahui y de la sierra “medidas de protección inmediatas, efectivas y concertadas con las mismas comunidades” tomando en cuenta que están en zonas aisladas y con fuerte presencia indígena.

La violencia ha plagado las montañas de la Sierra Tarahumara durante años. La región escarpada y cubierta de pinos es hogar del grupo indígena del mismo nombre. Cerocahui está cerca de un punto donde el estado de Chihuahua se encuentra con Sonora y Sinaloa, una importante región productora de drogas.

El Centro Católico Multimedial informó en su página web que con las muertes de Campos Morales y Mora Salazar ya suman siete los sacerdotes asesinados en lo que va del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que se inició en 2018, lo que coloca a México como uno de los países más peligrosos para el ejercicio sacerdotal.

El padre José Guadalupe Rivas, que dirigía una casa de migrantes, fue reportado desaparecido a mediados del mes pasado y días después fue localizado muerto en el municipio norteño de Tecate, en el estado de Baja California, informó el centro.

El año pasado, un sacerdote franciscano murió cuando quedó atrapado en medio del fuego cruzado de cárteles rivales en una carretera entre los límites de los estados de Durango y Zacatecas. Otro fue asesinado en el estado central de Morelos y otro más en el estado de Guanajuato ese año.

En 2019 un cura fue asesinado a puñaladas en la ciudad fronteriza de Matamoros, en el estado de Tamaulipas.

-Con información de AP

ONU-DH y AI condenan el asesinato de 2 jesuitas y guía. Exigen seguridad y justicia

martes, junio 21st, 2022

La ONU-DH exhortó a las autoridades a desarrollar una investigación efectiva y exhaustiva de estos asesinatos, considerando todas las líneas de investigación relevantes e identificando a los autores materiales e intelectuales.

Ciudad de México, 21 de junio (SinEmbargo).- La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) y la organización Amnistía Internacional condenaron el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín César Mora Salazar, de 80 años, ocurrido el 20 de junio en la parroquia de Francisco Xavier en Cerocahui, Chihuahua.

“El asesinato de estos dos reconocidos sacerdotes nos recuerda la situación de violencia extrema y vulnerabilidad que enfrentan las comunidades de la Sierra Tarahumara en Chihuahua”, señaló Guillermo Fernández-Maldonado, Representante en México de la ONU-DH.

Los dos sacerdotes eran parte del equipo de religiosos y laicos que están en la Sierra Tarahumara, donde realizaban desde hace más de treinta y veinte años, respectivamente, un importante trabajo social y pastoral que, entre otras líneas, incluye fortalecer la cultura de la comunidad Rarámuri en todas sus dimensiones y la preservación del medio ambiente.

“Ante estos crímenes aliento a los tres niveles de Gobierno a implementar de manera efectiva el plan de contingencia que fue acordado en 2016 para prevenir y responder a los ataques contra personas defensoras y periodistas en el estado”, agregó.

La ONU-DH exhortó a las autoridades a desarrollar una investigación efectiva y exhaustiva de estos asesinatos, considerando todas las líneas de investigación relevantes e identificando a los autores materiales e intelectuales.

Al mismo tiempo, puso de relieve la necesidad brindar a la comunidad de Cerocahui, y demás lugares de la Sierra Tarahumara en situación de riesgo, medidas de protección inmediatas, efectivas y concertadas con las mismas comunidades, que permitan proteger la vida e integridad de quienes las habitan y acompañan, tomando en cuenta que están ubicadas en zonas aisladas y con una fuerte presencia indígena que las hacen más vulnerables.

“Es urgente lograr la recuperación de los cuerpos de los dos sacerdotes que fueron sustraídos de la iglesia por los autores materiales del asesinato y asegurar una restitución digna de los mismos”, añadió.

Además, la ONU-DH expresó su solidaridad con las familias de Javier y Joaquín, con la comunidad de Cerocahui y con la Compañía de Jesús e insta a las autoridades a romper el círculo de violencia extrema que afecta a las comunidades de la Sierra Tarahumara.

Por su parte, Amnistía Internacional expresó su “profunda indignación y preocupación por el clima de violencia y falta de medidas de seguridad por parte de las autoridades” en la comunidad mencionada.

También realizó un llamado a las autoridades para realizar una investigación diligente y efectiva como las acciones pertinente para la pronta recuperación de los cuerpos.

AMLO: Ya se tiene información sobre responsables del asesinato de sacerdotes jesuitas

martes, junio 21st, 2022

El Presidente López Obrador dio a conocer que ya hay información sobre los posibles responsables de estos crímenes y agregó que la zona donde ocurrieron los hechos tiene “bastante presencia de la delincuencia organizada”.

Ciudad de México, 21 de junio (SinEmbargo).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró este martes que el Gobierno federal ya se encuentra atendiendo el caso de los dos sacerdotes jesuitas que fueron asesinados a balazos ayer al interior de una iglesia del pueblo de Cerocahui, en el municipio de Uriqu, Chihuahua.

Durante su rueda de prensa diaria en Palacio Nacional, el mandatario confirmó la muerte de los sacerdotes, identificados como Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, y mencionó que ya hay información sobre los posibles responsables de estos crímenes. También agregó que la zona donde ocurrieron los hechos tiene “bastante presencia de la delincuencia organizada”.

“Ayer por la tarde noche, de unos asesinatos en Urique, al parecer de dos sacerdotes jesuitas. La información que tenemos hasta ahora, hasta las cinco de la mañana, es que entraron a la iglesia de Urique persiguiendo a una persona, la asesinaron, salieron los sacerdotes y al parecer también ellos fueron asesinados”.

“Estamos ahora atendiendo este asunto. Urique está en la sierra de Chihuahua, de Creel hacia adelante, por Témoris, por Chínipas. Es una zona de bastante presencia de la delincuencia organizada. Parece que se tiene ya información sobre los posibles responsables de estos crímenes. Es lo único que conocemos. Estamos trabajando en eso”, añadió.

El asesinato de los dos religiosos ocurrió ayer alrededor de las 18:00 horas, cuando un hombre que era perseguido por sujetos armados entró al centro religioso. Ahí, los agresores ultimaron a la víctima. Sin embargo, los sujetos también dispararon en contra de los sacerdotes quienes también perdieron la vida.

La Compañía de Jesús condenó los hechos violentos en los que los sacerdotes perdieron la vida. Además, exigió justicia y la recuperación de los cuerpos de los religiosos que presuntamente “fueron sustraídos del templo por personas armadas”.

Los jesuitas de México también demandaron que de forma inmediata se adopten todas las medidas de protección para salvaguardar la vida de sus compañeros, religiosas, laicos y de toda la comunidad de Cerocahui.

Pues denunciaron que hechos como estos no son aislados, ya que recordaron que en sierra tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas.

“Todos los días hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida, como hoy fueron asesinados nuestros hermanos. Los jesuitas de México no callaremos ante la realidad que lacera a toda la sociedad. Seguiremos presentes y trabajando por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través de nuestras obras pastorales, educativas y sociales”.

Chihuahua es uno de los seis estados que concentra la mitad de los homicidios del país junto con Michoacán, Guanajuato, Baja California, México y Jalisco, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

-Con información de AP

Dos sacerdotes jesuitas son asesinados en Chihuahua; sujetos se llevan sus cuerpos

martes, junio 21st, 2022

La Compañía de Jesús condenó los hechos violentos en los que los sacerdotes perdieron la vida. Además, exigió justicia y la recuperación de los cuerpos de los religiosos que presuntamente “fueron sustraídos del templo por personas armadas”.

Ciudad de México, 21 de junio (SinEmbargo).- Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados a balazos al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui, en el municipio de Urique, Chihuahua.

Los hechos ocurrieron ayer alrededor de las 18:00 horas, cuando un hombre que era perseguido por sujetos armados entró al centro religioso. Ahí, los agresores ultimaron a la víctima.

Sin embargo, los sujetos también dispararon en contra de los sacerdotes, identificados como Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, quienes también perdieron la vida.

La noticia fue confirmada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su rueda de prensa diaria aseguró que su Gobierno ya se encuentra atendiendo este asunto y mencionó que ya hay información sobre los posibles responsables de estos crímenes.

“Aquí también aprovecho para decir, tenemos información, ayer por la tarde noche, de unos asesinatos en Urique, al parecer de dos sacerdotes jesuitas. La información que tenemos hasta ahora, hasta las cinco de la mañana, es que entraron a la iglesia de Urique persiguiendo a una persona, la asesinaron, salieron los sacerdotes y al parecer también ellos fueron asesinados”.

“Estamos ahora atendiendo este asunto. Urique está en la sierra de Chihuahua, de Creel hacia adelante, por Témoris, por Chínipas. Es una zona de bastante presencia de la delincuencia organizada. Parece que se tiene ya información sobre los posibles responsables de estos crímenes. Es lo único que conocemos. Estamos trabajando en eso”, añadió.

A través de un comunicado, la Compañía de Jesús condenó los hechos violentos en los que los sacerdotes perdieron la vida. Además, exigió justicia y la recuperación de los cuerpos de los religiosos que presuntamente “fueron sustraídos del templo por personas armadas”.

Los jesuitas de México también demandaron que de forma inmediata se adopten todas las medidas de protección para salvaguardar la vida de sus compañeros, religiosas, laicos y de toda la comunidad de Cerocahui.

Pues denunciaron que hechos como estos no son aislados, ya que recordaron que en sierra tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas.

“Todos los días hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida, como hoy fueron asesinados nuestros hermanos. Los jesuitas de México no callaremos ante la realidad que lacera a toda la sociedad. Seguiremos presentes y trabajando por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través de nuestras obras pastorales, educativas y sociales”.

Al denunciar lo ocurrido, la Compañía de Jesús se solidarizó con las personas que padecen esta misma situación, “sin que su sufrimiento suscite empatía y atención pública”.

“Confiamos que los testimonios de vida cristiana de nuestros queridos Javier y Joaquín sigan inspirando a hombres y mujeres a entregarse en el servicio a los más desprotegidos”, concluyó.

Por su parte, el Gobierno de Chihuahua condenó y lamentó los hechos violentos ocurridos. Asimismo, dio a conocer que se activaron los mecanismos de coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional para brindar seguridad a los pobladores del lugar.

Chihuahua es uno de los seis estados que concentra la mitad de los homicidios del país junto con Michoacán, Guanajuato, Baja California, México y Jalisco, de acuerdo con los registros de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

-Con información de AP