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La ONU lamenta que mataran a Tamayo aún “bajo protección”; la evidencia escupe: fueron policías

viernes, julio 22nd, 2016

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) en México lamentó hoy el asesinato del periodista Pedro Tamayo. “Desde la Oficina, apreciamos las acciones de protección establecidas por la CEAPP y lamentamos profundamente que, aún con ellas, el Sr. Tamayo haya sido privado de la vida”, dijo.

Tierra Blanca, Veracruz (BlogExpediente/SinEmbargo).- “No dejes que me lleven al Seguro Social, gorda. Allá los estatales me van a terminar de matar. Cuida a mis hijos, a mis nietos y renuncia a la seguridad del estado”, suplicó en la agonía, Pedro Tamayo Rosas, el periodista asesinado el pasado miércoles en Veracruz.

Los agresores, tuvieron tiempo a placer para cumplir con su encomienda. En medio de carcajadas, dispararon en once ocasiones para doblar de miedo al reportero veracruzano. Fue un último proyectil, el certero, que le provocó un boquete en el estómago; de anchura inimaginable, para haberlo desangrado en 25 minutos.

“Si hay cómplices en el asesinato, son los policías estatales. El carro de los matones les pasó al lado. Se fueron a vuelta de rueda, echando tiros al aire. Una vez que los estatales resguardaron el lugar, a mi mamá le cortaron cartucho y advirtieron que si asistía a mi papá también le disparaban”, cuenta uno de los hijos de Pedro Tamayo, quien fue testigo del asesinato de su padre.

Fue hasta que empezó a sacar espuma y sangre por la boca, cuando dejó de respirar, que el comandante dijo: “Camarada éste ya se peló, ahora sí échame la ambulancia para acá”, recuerda y responsabiliza a once oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.

Entre los agentes implicados destacan quienes descendieron de la unidad 08-2841, una camioneta Ford F150, del año 2015, probablemente la misma que ocupó el comandante Marcos Conde, uno de los responsables por la desaparición forzada y presunto masacre de los cinco jóvenes del caso Tierra Blanca.

Tamayo Rosas, colaborador de los diarios Al Calor Político y El Piñero de la Cuenca, fue el primer reportero que difundió aquella noticia del pasado 11 de enero. Acto difusivo que llevó a la detención de 21 actores materiales e intelectuales, ocho ex agentes estatales y trece civiles ligados al cartel Jalisco Nueva Generación.

El caso rebasó fronteras y llevó al reportero a refugiarse el 25 de enero en el estado de Oaxaca, por amenazas que el mismo hiciera públicas: “Bájale de huevos, deja de estar chingando al Fiscal y al Gobernador”.

El de Tierra Blanca, fue considerado como caso de alto riesgo por la Comisión de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), la solución inmediata fue exiliar al dueño de la página en Facebook Línea de Fuego junto a su familia.

Alicia Blanco Beiza, viuda del reportero finado, confirma que en el mes de marzo decidió abandonar su refugio, en el estado de Baja California. “Atravesaba un cuadro de depresión. Es horrible el encierro en un lugar que no conoces. Pedro bajó 12 kilos. Obviamente también extrañaba su oficio, es algo que se le notaba fácilmente”.

Familiares y amigos de Pedro Tamayo verlaron al periodista asesinado el pasado miércoles. Foto: BlogExpediente

Familiares y amigos de Pedro Tamayo verlaron al periodista asesinado el pasado miércoles. Foto: BlogExpediente

LA ONU CONDENA EL ASESINATO DE TAMAYO

Mediante un comunicado difundido el día de hoy, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) en México lamentó el asesinato del periodista Pedro Tamayo.

“Desde la Oficina, apreciamos las acciones de protección establecidas por la CEAPP y lamentamos profundamente que, aún con ellas, el Sr. Tamayo haya sido privado de la vida”, dijo el representante de la ONU-DH en México, Jan Jarab.

“Los asesinatos de periodistas no sólo lesionan a sus familiares y seres queridos, también lastiman al gremio por su efecto atemorizante, impactan negativamente en el derecho a la libertad de expresión y privan a la sociedad de su derecho a recibir información de interés público. Ningún ataque contra periodistas ni trabajadores de los medios de comunicación, incluyendo medios independientes, comunitarios o de cualquier otro tipo, debe quedar impune. Toda agresión debe ser investigada de manera efectiva y exhaustiva sin descartar ninguna línea de investigación, particularmente aquella que pueda estar ligada a la labor periodística”, agregó.

El organismo internacional hizo un llamado enfático a las autoridades para realizar una investigación inmediata y eficaz en torno a los hechos, los cuales permitan sancionar a quienes resulten responsables de semejante acto. Al mismo tiempo instó a las mismas a brindar el apoyo pertinente a los familiares.

Finalmente, la representación de la ONU-DH reiteró su compromiso para seguir cooperando con las instituciones y con las autoridades mexicanas en materia de protección a periodistas.

PEDRO, EL PERIODISTA

Pedro Tamayo, conocido como “El Perico” en la Cuenca del Papaloapan”, es descrito por su esposa como un reportero luchón, quien aprendió a ganarse las monedas, desde joven, lavando inodoros y recogiendo propinas en los restaurantes.

El hombre que no podía escuchar la sirena patrullera porque salía a cumplir con la labor, así fuera de madrugada. A quien siempre se le vio perseguir la inmediatez con bolígrafo, teléfono celular y su libreta reporteril.

El periodista policial que por la cobertura de algún enfrentamiento entre malandros, por fotografiar cadáveres putrefactos de halcones, o ganar las primicias de feminicidios en la región, se conformaba con 100 pesos por nota informativa.

Jamás perdió la disciplina de escribir a diario, ni siquiera en su estancia por el norte del país, Tamayo pedía a su esposa, Alicia Blanco, leyera sus notas informativas, aunque no se publicaran. Exigía, también, le precisara si el estilo se le alejaba, de repente, por no estar en el campo de los hechos.

Así era el hombre que nació para la nota roja. A quien sus familiares lo han vestido con una reluciente camisa azul turquesa, antes de instalarlo en el ataúd que será su última morada. Hasta el lugar donde el cuerpo de Tamayo fue velado por sus familiares han llegado colegas quienes le piden que desde la sucursal celestial abogue por el periodismo en Veracruz.

Una vez, culminado el interrogatorio con los agentes periciales, Alicia Blanco Beiza, se dispone a relatar la última ocasión que convivió con su eterno compañero, Pedro. Si lo hace, es porque espera justicia. En tanto ella y su familia, permanecerán en casa. “Ya no vamos a escapar. Si me matan, pues que sea en mi casa y no lejos de los míos”.

Colegas que arribaron al velorio de Tamayo, pidieron porque el periodista pida por ellos desde el cielo. Foto: BlogExpediente

Colegas que arribaron al velorio de Tamayo, pidieron porque el periodista pida por ellos desde el cielo. Foto: BlogExpediente

LO MATARON EN EL NEGOCIO FAMILIAR

Eran casi las diez de la noche, las comandas de comida rápida en el negocio familiar se coreaban al por mayor. El padre de familia, en un descanso a su labor como mesero, decidió sentarse a leer las noticias en una silla de plástico.

Un vehículo Bora, color gris, se detuvo frente al domicilio. Dos sujetos,  de entre 30 y 40 años de edad, descendieron del auto, luego saludaron efusivos: “Qué onda, Tamayo. Recomiéndame la especialidad de la casa”, solicitaron sin tomar asiento.

El reportero, contestó a uno de los agresores, a quien refirió como “Fallo”, según testigos. Ofreció hamburguesas con carne de res y estos ordenaron cuatro para llevar. Dato que sólo sirve para inferir que al menos el mismo número de personas montaron el atentado.

Fue cuando los dos sujetos corrieron el seguro de sus armas, nueve milímetros. Posteriormente, al menos tres detonaciones resonaron en la calle 5 de mayo, en la zona centro de Tierra Blanca. La esposa y uno de los hijos, salieron de inmediato a ver qué pasaba sobre la vía pública. “Métanse y escóndanse”, gritaba Pedro a los suyos.

Sin embargo, uno de ellos no hizo caso en el afán de ayudarlo. “Le soltaron otro balazo. No le pegaban, le decían de cosas y lo espantaban echando balas por un lado. Mi papá nada más se encogía en su silla y se llevaba las manos a la cabeza”.

Fue el último tiro el que impactó al reportero, la bala le rozó el brazo derecho, le entró por el estómago y salió finalmente, destrozando el respaldo del asiento. “Mi padre se quejó y se fue para atrás. Se pegó en la nuca y comenzó a desangrarse”, explica el hijo de Tamayo.

“TAL VEZ SÓLO QUERÍAN METERLE UN SUSTO”

“No mames, loco, ya la cagaste”, reprendió uno de los agresores. Luego se dirigió a la esposa de Tamayo Rosas, “tú ya la libraste, mejor hazte a un lado”, le dijo. Luego se echaron a correr, echando tiros y carcajadas infernales. La impunidad estaba de su lado.

En la esquina del domicilio del puesto de hamburguesas se encendieron unas torretas policiales. Se ignora si cumplían con rondines o custodiaban a los agresores, asegura el hijo. “Los tuvieron a unos cinco metros de distancia. El carro de estas personas les pasó junto”, detalla.

Ante la inoperancia de las autoridades, el hijo cogió las llaves de una camioneta de la familia y se dispuso a perseguir al Bora Gris. “Ahí fue donde apareció una segunda patrulla. Los matones me llevaban una cuadra de ventaja. Fue en el cruce donde le pitan a los policías, luego le echan las luces y estos, obedientes, me cerraron el paso, luego de dejarlos escapar”.

El joven, molesto, decidió comenzar a grabar a los oficiales, quienes se cubren el rostro y aseguran, se ve en la cinta, su trabajo sólo es acordonar el área. Se trata de la evidencia grabada, que al igual que en el caso de Tierra Blanca, pudiera responsabilizar a los subordinados de Arturo Bermúdez Zurita.

Posteriormente corrió a donde estaba su padre, ya bajo un charco escarlata y con el tono pálido en su semblante. Entonces, familiares gritaron a los oficiales que llamaran a una ambulancia. De igual manera, se ve en el video, que los policías dictan por celular direcciones distintas a la del lugar de los hechos. Otros ignoraban el dolor de la esposa, enviando mensajes desde el servidor de WhatsApp, asegura el hijo.

La esposa, en su afán de ayudar a Pedro, se acercó a brindarle los primeros auxilios, sin embargo, otro oficial la tiró al pavimento y cortó cartucho, amenazando. “Si te acercas te disparo”. La mujer ignoró las amenazas y ganó agresiones en su contra que la llevaron al piso.

Así transcurrieron 25 minutos. A Pedro ya le brotaba sangre de la boca. En la agonía, encargó a sus hijos y nietos. Además, exigió que la familia renunciara a la seguridad de Arturo Bermúdez. Fue lo último que se le escuchó.

“Camarada, éste ya se peló, ahora sí échame la ambulancia para acá”, ordenó el comandante después, mucho después de que el paradero de los agresores y la mirada de Pedro Tamayo Rosas ya estaban en el infinito.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE BLOGEXPEDIENTE. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

El asesinato de Tamayo lleva a periodistas a preguntarse: ¿y el dinero asignado a “protección”?

viernes, julio 22nd, 2016

Los periodistas en Veracruz están completamente indefensos. No existen organizaciones locales defensa de periodistas, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas local no mueve un dedo y ni qué decir de la Fiscalía de justicia. Por eso  muchos tienen temor, incluso para opinar sobre la violencia desatada en contra del gremio desde la llegada de Javier Duarte de Ochoa a la Gubernatura. Y nada, ni la presión social ni las acusaciones que se vierten a cubetadas contra su Gobierno logran que el mandatario priista haga algo para impedir el acoso, las amenazas y los asesinatos contra comunicadores en la entidad, reconocida a nivel mundial por ser la más peligrosa para ejercer el periodismo en todo América.

En Veracruz los periodistas están solos. Foto: Cuartoscuro.

En Veracruz los periodistas están solos. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 21 de julio (SinEmbargo).– En Veracruz, los periodistas están solos. Ellos se protegen entre sí, se aguantan el miedo y siguen trabajando día con día sin que nadie pueda parar los asesinatos y las amenazas. Aún así, la pasión por la profesión supera al temor, pero no al enojo y al clima de repudio de un gremio agraviado.

Así describió a la comunidad periodística veracruzana el fotógrafo Miguel Ángel Carmona en entrevista con SinEmbargo mientras se dirigía a cubrir el velorio de su colega Pedro Tamayo Rosas, un compañero que apenas hace un día estaba entre los vivos reporteando en un lugar del cual escapó por amenazas y al que, por un motivo que aún se desconoce, regresó.

“Aquí andamos, sacudidos por esto. Hay mucho enojo de parte del gremio en general contra la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas [CEAPP] que dirige Jorge Morales, porque de manera general está atada de manos, no puede hacer nada por los compañeros. Tiene un presupuesto asignado y siguen muriendo compañeros. Más allá de la consternación sabemos que la Comisión no es la responsable de estas muertes, pero el compañero [Pedro Tamayo] ya había recibido amenazas”, dijo.

A principios de este año, el periodista Pedro Tamayo Rosas escapó de Veracruz. Dijo que lo amenazaban policías. Ahora está muerto. Pedro Tamayo Rosas, de 43 años de edad y periodista que cubría la región de Tierra Blanca fue asesinado a balazos, después de que denunciara amenazas del Gobernador Javier Duarte de Ochoa y de su cuerpo policiaco.

De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Veracruz (FGE), el periodista fue acribillado afuera de su domicilio ubicado en la calle 5 de Mayo, entre Morelos y Matamoros, en la colonia Centro de Tierra Blanca.

Las primeras entrevistas establecen que habrían sido dos los agresores, quienes se acercaron a saludar a Tamayo Rosas en una negociación de su propiedad, agrediéndolo con disparos de arma corta, por lo que fue trasladado al Centro Médico Regional, donde perdió la vida mientras recibía atención, detalló la dependencia en un comunicado.

La FGE informó que sus peritos especializados recolectaron varios casquillos percutidos calibre 9 milímetros, y que los agresores huyeron en un auto, del que “se pudieron conocer las características”.

La dependencia veracruzana señaló que se estableció un operativo para dar con los responsables. Además de que se abrió de investigación 217/2016, en la que no se descartará “ninguna línea de investigación, incluido el trabajo periodístico”.

Tamayo Rosas huyó del estado después de que recibiera amenazas de “policías disfrazados de trabajadores de Telmex”. Su esposa Alicia Blanco denunció que  fue visitada por policías en su domicilio.

“Le intervinieron el teléfono y posteriormente le dijeron textualmente que le dijera a su marido que ‘le bajara de huevos y que dejara de estar chingando al Fiscal y al Gobernador’”, esta cita fue publicada por El Piñero de la Cuenca, uno de los diarios en los que trabajaba.

 Pero regresó a Tierra Blanca hace unos días para ser asesinado a balazos. Una decisión que el gremio periodístico aún no se explica, indicó Miguel Carmona.

“Es un misterio el porqué regresó. Se sabe de parte de Jorge Morales que desistió del apoyo y regresó al mismo ambiente sórdido que ocurre en Tierra Blanca. Como asunto medular, esto es puntual, tiene mucha relación con el caso de los cinco chicos de Tierra Blanca. Pedro se exilia el 25 de enero, pero empieza a darle seguimiento al caso. Llega la Policía Federal,  resguardan el lugar, una vez que terminan vuelve el reino, el dominio de la zona de los criminales en los alrededores”, dijo.

Carlos Hermilo Orozco, tío de dos de los jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca, lamentó el asesinato de Pedro Tamayo, reportero que conoció en medio de la desaparición de sus sobrinos.

“Lo conocíamos, sí [a Tamayo]. Mi sentir es que de verdad no se va a poder con la corrupción. Mientras esté aquí el mismo Gobierno [el de Javier Duarte de Ochoa] siguen la violencia, los desaparecidos, los asesinatos, todo sigue igual”, dijo Orozco.

En Tierra Blanca, agregó, todos los días ocurren hechos violentos: “pero la gente ya se acostumbró a vivir así. Los que pueden, intentan no pasar por ahí, pero hay quien tiene sus trabajos ahí o que tiene que pasar”.

Miguel Carmona detalló que en toda la entidad hay focos rojos para los periodistas. Los asesinados, ya 17, laboraban en distintas regiones de Veracruz. Aún así, los periodistas no paran: continúan trabajando, así sea en total vulnerabilidad.

“Es una moneda al aire en seguridad. La necesidad que abunda en el estado, la pasión por el periodismo hacen que salgan. Hay mucha consternación y enojo, pero la labor del periodista está por encima del miedo, aun sin garantías”, dijo.

Pedro Tamayo no es el único reportero que salió huyendo de Veracruz.

El año pasado el fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril– asesinado en la colonia Narvarte de la Ciudad de México, junto con cuatro mujeres –dijo en entrevista con SinEmbargo que salió huyendo de Veracruz, porque era acosado por el gobierno de Javier Duarte, debido a que publicaba fotos incómodas para el Gobernador y porque cubría marchas y movimientos sociales.

En una de esas coberturas andaba –una manifestación de estudiantes que fue reprimida y que a él le tocó registrar a través de su lente–, cuando un hombre, al que Rubén identificó como una persona de “ayudantía del Gobierno del Estado”, lo amenazó con que terminaría como la periodista Regina Martínez Perez de la revista Proceso, y quien fue asesinada el 28 de abril de 2012 en su domicilio de Xalapa, Veracruz.

“Le di la cobertura y cuando tomo la foto de que estaban deteniendo a los estudiantes, me toma del cuello una persona de ayudantía del Gobierno del estado y me dijo: ‘Deja de tomar fotos si no quieres terminar como Regina’. Eso me lo dijo una persona de gobierno. Son policías vestidos de civil. La persona que orquestó el operativo de esos estudiantes está en la Secretaría de Seguridad Pública”, aseguró.

Espinosa Becerril aseguró que no confiaba en los mecanismos de protección del gobierno y que prefería acercarse a los organizaciones de defensa de periodistas:

“He hablado con Artículo19, con CPJ, con los medios con los que colaboro: con Proceso y Cuartoscuro, con AVC, ellos están conscientes. Estoy buscando a Periodistas de a Pie, porque en Veracruz no hay esa garantía. La Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas no sirve de nada. El día de la golpiza del 14 de septiembre a un compañero le dieron con toletes eléctricos en el corazón y la misma Comisión le dijo: ‘Mejor recibe dinero, no hagas escándalo, ya te pasó, ya te robaron’. He venido acá [a la Ciudad de México] y me preguntan si ya me acerqué a la Comisión. No tienen idea de la corrupción que hay en esa Comisión. Yo no confío en ninguna institución del estado, no confío en el Gobierno, temo por mis compañeros, temo por mí. No es nada más Rubén, es familia, amigos, yo no quiero perjudicar a nadie más con eso”, dijo un mes antes de ser asesinado.

El miércoles, el Subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, Roberto Campa Cifrián, acudió al estado a una reunión con autoridades locales y resaltó que Veracruz es el es la entidad que más periodistas y defensores de derechos humanos tiene inscritos en el Mecanismo de Protección federal, al atender a 56 personas.

ORGANIZACIONES CIVILES CONDENAN CRIMEN

Rubén Espinosa Becerril también huyó de Veracruz, pero fue asesinado en la Ciudad de México, en donde se refugiaba de las amenazas. Foto: SinEmbargo.

Rubén Espinosa Becerril también huyó de Veracruz, pero fue asesinado en la Ciudad de México, en donde se refugiaba de las amenazas. Foto: SinEmbargo.

Perseo Quiroz Rendón, director ejecutivo de Amnistía Internacional (AI) México, hizo un llamado al esclarecimiento del crimen de reportero Pedro Tamayo:

“Que haya una investigación inmediata, imparcial, exhaustiva donde se esclarezcan estos hechos. Nos parece preocupante que sea el tercer asesinato en el año de un periodista en Veracruz y que los otros asesinatos no hayan sido esclarecidos totalmente. Nos preocupa que estos delitos queden impunes, porque es un incentivo y fomenta a que sigan ocurriendo estos actos”, dijo.

Quiroz Rendón expuso que el crimen de Pedro se da en un contexto en donde los mecanismos institucionales para proteger a los periodistas en la entidad no funcionan.

“Además del esclarecimiento de todos estos asesinatos, se deben de tomar medidas preventivas para evitar este tipo de situaciones”, precisó el director de AI en el país.

La organización Artículo 19 también condenó el asesinato del periodista Pedro Tamayo, quien fue acribillado la noche del miércoles en su domicilio en Tierra Blanca, mientras estaba bajó la protección del Gobierno estatal. Calificó a Veracruz como un Estado fallido y peligroso donde no sólo se restringe la libertad de expresión, también existe una política estatal para limitarla. El gremio periodístico local, por su parte, acusó al Gobernador Javier Duarte de ser cómplice de la ola de agresiones en contra de los comunicadores de la entidad.

En entrevista para SinEmbargo, Ana Ruelas, directora de Artículo 19 para México y América Latina dijo que la realidad que se vive en Veracruz muestra a una entidad donde no hay Estado de derecho y existe la impunidad.

“Hemos visto [Artículo 19] una impunidad, hay 17 asesinatos de periodistas en la gestión de Duarte y hay casos donde todavía no se consignan a los culpables. Hay mucho que desear sobre las investigaciones”, destacó Ruelas.

Artículo 19 mostró su preocupación porque no existen líneas de colaboración con el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa para dar seguridad a los periodistas.

“Hay una falta de Estado de Derecho, es una política dirigida a restringir los flujos de información, esperamos que en el próximo Gobierno haya una política que garantice que estos casos no vuelvan a pasar”, expuso.

La directora de Artículo 19 detalló que uno de los grandes problemas en Veracruz es la impunidad con la que las autoridades manejan los casos de los asesinados, desestimando la labor periodística de las víctimas.

“La impunidad que impera desestima la labor periodística de las personas, al final el discurso del Gobierno es tratar de justificar las muertes o la violencia”, mencionó.

Artículo 19 solicitó a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (FEADLE) atraer el caso de Pedro Tamayo.

“Que atraiga el caso [FEADLE]. Se deben agotar todas las líneas de investigación”, exigió.

El diario El Piñero de la Cuenca, uno de los periódicos donde colaboraba el periodista, exigió ayer al Gobierno de Veracruz justicia para Tamayo.

“El equipo que integra a El Piñero de la Cuenca -que dignamente dirige su director general Roberto Hernández Torres- se manifiesta en firme protesta ante el asesinato del compañero reportero Pedro Tamayo Rosas”, expuso el diario en su editorial de este jueves.

Los compañeros de Pedro Tamayo señalaron que su asesinato representa un condenable ataque al periodismo y a quienes hacen su labor desde una geografía asolada por el crimen organizado y olvidada por las autoridades como los es la región de la Cuenca del Papaloapan.

Pedro Tamayo documentaba sucesos de violencia y protestas sociales en su natal Tierra Blanca; pero también lo hacía en donde su inquietud periodística le permitía, como en la Cuenca del Papaloapan.

Los compañeros de Pedro Tamayo señalaron que su asesinato representa un condenable ataque al periodismo y a quienes hacen su labor desde una geografía asolada por el crimen organizado y olvidada por las autoridades como los es la región de la Cuenca del Papaloapan.

Pedro Tamayo documentaba sucesos de violencia y protestas sociales en su natal Tierra Blanca; pero también lo hacía en donde su inquietud periodística le permitía como en la Cuenca del Papaloapan.

El quehacer reporteril de Pedro en Tierra Blanca era complicado, pues en muchas ocasiones había sido intimidado por las fuerzas del poder oficial porque sus publicaciones –la mayoría de violencia– “incomodaban”.

“Era un reportero incómodo. Era un reportero que tenía la premisa de informar las situaciones de riesgo, las complicaciones de una región históricamente violenta. Era un reportero que marcó una vida al lado de una cámara y al son del teclado. Era un reportero. Y fue un reportero que murió teniendo el blindaje del estado”, mencionó El Piñero de la Cuenca.

En 2015 y el primer trimestre de 2016, el Veracruz de Duarte se convirtió en la de mayor número de agresiones contra la prensa en el país, de acuerdo con la organización Artículo 19. En abril de 2013, se recuerda, el Gobernador priista recibió un reconocimiento de la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos por “los esfuerzos que ha hecho Veracruz para garantizar el pleno ejercicio de la libertad de expresión”.

En junio del año pasado, en un encuentro con medios de comunicación de Poza Rica, el priista soltó la frase: “Pórtense bien […] Todos sabemos quiénes de alguna u otra manera tienen vinculación con estos grupos [criminales]”.

Moisés Sánchez, de La Unión; Armando Saldaña, de Exa FM; Juan Mendoza, de Escribiendo la Verdad, y Rubén Espinosa, de Cuartoscuro, eran periodistas de Veracruz, pero fueron asesinados en otras entidades como Oaxaca y la Ciudad de México.

En lo que va del año, Anabel Flores Salazar, de El Sol de Orizaba, y Manuel Torres González, de Poza Rica, también fueron ejecutados.

El caso mas reciente había sido el de Manuel Torres, asesinado el 14 de mayo pasado de un disparo en la cabeza, en Poza Rica. Su cadáver quedó tirado frente a las instalaciones de las oficinas de Tránsito del estado, en la avenida Dos de Enero.

La entidad que aún gobierna Duarte de Ochoa es el espacio geográfico del continente y del país más peligroso para ejercer el periodismo, ha dicho Artículo 19. Durante su administración 17 periodistas han sido asesinados y de 2009 a 2015 se tienen registradas 240 tipos de agresiones en contra de medios y comunicadores en Veracruz.