El suicidio y la “voluntad”

Creo que jóvenes que se matan lo hacen empujados por la desesperanza. Imagen tomada de Internet

Creo que jóvenes que se matan lo hacen empujados por la desesperanza. Imagen tomada de Internet

Siempre he concebido el suicidio como un atajo para alcanzar un desenlace que de cualquier modo llegará. Y por ello, entiendo que el dilema del suicida no es entre morir y no morir (entre morir y vivir), sino entre morir ahora o morir después, entre morir por voluntad o morir porque, cualesquiera que sean las causas, la vida se acaba. Así, aunque el desenlace de los seres humanos siempre sea la muerte no es igual morir por elección que morir porque somos mortales.

He elegido este tema no porque Albert Camus haya comenzado su libro El mito de Sísifo diciendo: “Solo hay un problema filosóficamente serio: el suicidio”, sino por una información que me ha dejado consternado: el suicidio es la segunda causa de muerte en México en la población que va de los 15 a los 24 años, o sea, la segunda causa de muerte entre los jóvenes mexicanos, según el INEGI.

Hay muchos ángulos para reflexionar sobre el suicidio, pero me centraré tan sólo en el que he propuesto: si el suicidio introduce el factor de la voluntad para abreviar un desenlace natural, entonces resulta pertinente pensar, dado lo grave del asunto, al menos si esa voluntad es auténtica y por ello la he entrecomillado en el título de este artículo.

El contexto en el que hoy muchos se suicidan, principalmente jóvenes, me hace considerar que aunque su acto sea voluntario, está inducido por las circunstancias. Estamos en un mundo, y sobre todo en un país, que no ofrece muchas ni muy halagadoras posibilidades para prefigurarnos gustosos el futuro. Creo que jóvenes que se matan lo hacen empujados por la desesperanza, una desesperanza diferente de la de un viejo que opta por el suicidio a causa de una enfermedad terminal. En un caso, el suicidio se relaciona con la injusta circunstancia, en el otro con una imposibilidad marcada fatalmente con la biología. Ambos, el joven desesperado y el viejo desahuciado juzgan que la vida, lo que a cada cual le reste, no merece la pena vivirse. Sin embargo, mientras que la decisión del viejo me resulta pese a todo, en alguna medida, razonable, la del joven suicida para nada. Quiero decir que la del viejo me parece una decisión ante el destino y la del joven un asesinato que él ejecuta pero quien lo comete es la sociedad.

Ya que no es lo mismo matarse porque la vida, entendida biológicamente, ya solo nos reserva el tiempo del desastre, que matarse porque la realidad social, ese mundo del que todos somos responsables, parece no tener ni puertas ni ventanas.

Creo que cuando el suicidio alcanza los primeros lugares entre las causas de muerte de la población juvenil de un país es necesario replantear muchas cosas. El suicidio no es una epidemia que pueda atacarse con un programa de salud; es, cuando alcanza estos primeros sitios, la revelación inocultable de que todo está mal.

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16 Responses to “El suicidio y la “voluntad””

  1. José Luis Barajas dice:

    En principio agradezco nuevamente lo pertinente de tu razonamiento Oscar; paradójicamente al avance científico y la aplicación tecnológica de la segunda mitad del siglo XX a la fecha, hemos ido minando con mayor rapidez uno de los fundamentos de nuestra especie que es el ser gregarios. Sin duda alguna, tal como lo demuestran diferentes estudios al respecto, cada vez que avanzamos en el procesamientos de datos y la rapidez de las comunicaciones, nos vamos aislando mas en relación con nuestros semejantes, cada vez que una idea común a un grupo reducido de personas es sobrevalorada y materializada (e.g. aplicaciones, software, etc) un amplio espectro de la sociedad se ve diezmada y orillada al desempleo. El capitalismo sin duda nos ha traído infinidad de ventajas, como una más amplia longevidad, pero ¿qué sentido tiene tener mas a cambio de ser menos? Creo que en México como en otros países, estamos presenciando una crisis de identidad, de narrativas, en donde generaciones enteras no encuentran razón de ser, en donde las expectativas sobrepasan la realidad; al ser vecinos de la potencia, las envidias y las frustraciones corroen con mayor facilidad instituciones que otrora daban razón de ser, como la familia, en muchos casos ahora ya no es suficiente. En efecto la sociedad, pero sobretodo las circunstancias son a quienes debemos imputar que jóvenes recurran al atajo del destino. Debemos y podemos cambiar estas tendencias, en principio valorando de diferente manera lo que nos rodea, (¿por qué deberíamos pagar más, por un servicio de internet o por un servicio de agua potable?); la sociedad, nosotros, debemos asumir este crimen y actuar en consecuencia, de otra manera el suicidio terminará por ser lo más lógico.

  2. Asunción Álvarez dice:

    Excelente artículo. Me parece una reflexión muy pertinente que hace un llamado de atención sobre una situación muy preocupante

  3. Penélope Miranda dice:

    ¿Pero no es que siempre, todo, todo el tiempo, está mal?

  4. Josu García Rojas dice:

    EN LA PSICOTERAPIA GESTALT LE LLAMAMOS RETROFLEXION, AL HECHO DE AUTOAGREDIRSE O REGRESAR LA AGRESION QUE VA DIRIGIDA A ALGUIEN MAS, HACIA UNO MISMO. YO CREO QUE EN ESTE CASO TODO EL RESENTIMIENTO, ODIO, DESESPERANZA, IMPOTENCIA Y TRISTEZA PROFUNDA DE LOS JOVENES MEXICANOS, QUE NO TIENEN UNA RESPUESTA AL ABSURDO DE LA VIDA (VISTO TAMBIEN DESDE LAS IDEAS DE CAMUS) EN ESTOS TIEMPOS CON TAN POCAS POSIBILIDADES DE REALIZARSE, ENTONCES ENCUENTRAN UN FIN A SU INSOPORTABLE REALIDAD CON UN MISIL AUTO DIRIGIDO, QUE SI NOS PONEMOS RESPONSABLES Y SENCIBLES (Y DE PASO HACEMOS UN HOMENAJE POSTUMO A LOS JONVENES NO OIDOS), ELLOS QUISIERON DECIRNOS MILLONES DE REPROCHES A TODA NUESTRA SOCIEDAD, AUTORIDADES, PADRES SISTEMA, ETC.

    QUE VALOR EL DE ELLOS LOS EXRESIDENTES DE ESTE PAIS, QUE ENCONTRARON UNA VERDADERA OPORTUNIDAD… LO QUE ELLOS CONSIDERARON EL FIN DE SU DOLOR. DE QUITARSE LA VIDA Y PASAR DE UNA MUERTE A OTRA.

  5. Coyote joe dice:

    Hablando de los suicidios entre los jovenes, habría que tomar en cuenta que muchas veces lo usan como arma ,en forma de chantaje, amenaza o acto de venganza

  6. malos tiempos dice:

    Es cosa de alegrarse cuando a un filósofo lo asalta la realidad, bienvenido. A los viejos les desahucian los doctores y la sociedad al mismo tiempo, aun si han dado un buen servicio en la vida, es lo común, nunca ha sido lo correcto. Si esto es grave lo es más que la sociedad en la que vivimos este desahuciando a la gente desde su nacimiento, bebés que mueren de enfermedades curables, niños arrojados a las calles para trabajar, adolecentes (de todos los ámbitos sociales) convertidos en carroña para las bandas de narcos, jovenes a los cuales se les hace vivir con el estigma de haber reprobado un exámen pero que en realidad no tienen un lugar en la escuela por que “el sistema” ha dejado de hacer escuelas…
    Según mi entender los que desde hace treinta años andan prometiendo un mejor futuro, son los que han propiciado la catástrofe sobre la que usted dirige ahora su atención. Que andamos mal ya nadie puede negarlo, son muchas las señales de alerta, estamos mal-gobernados por un sistema sin futuro posible, que en su deterioro solo nos está arrastrando al abismo.
    Pero yo tengo un par de preguntas, quizá desde su posición de filósofo nos pueda orientar: ¿por qué hemos consentido esta catástrofe?. ¿Qué debemos hacer para salir?

  7. CLIO dice:

    Como se plantea en su columna, debemos cuestionarnos como sociedad las motivaciones de los jóvenes a “optar” por el suicidio porque NO SIEMPRE ES LA DESESPERANZA en un contexto adverso . Considerando algunos casos que se han presentado en los últimos meses puedo afirmar que se trata de ALGO MÁS GRAVE: LA BANALIZACIÓN DE LA PROPIA EXISTENCIA, producto de la falta de conciencia y sentido común que nos ha traído este “capitalismo rabioso”, para muestra está el caso de varios jóvenes que se quitaron la vida “simplemente” porque no les compraron el celular de última generación. Parece que estamos olvidando darles a los jóvenes las herramientas emocionales y cognitivas que les permitan enfrentar situaciones adversas y proponer soluciones.

  8. PapaTitoTala dice:

    Si a esta realidad cada individuo le echamos la culpa a la sociedad, seguimos en el mismo afán de culpar a otros, siendo que la sociedad la formamos los individuos. OK, estamos en pleno siglo XXI y luchamos por nuestra libertad menospreciando a su pareja, la responsabilidad. Y esto tiene que ser así, en cada acto de libertad, porque todo tiene consecuencias, hay que responder. Exigimos de principio a fin nuestros derechos y somos insensibles a su pareja, nuestras obligaciones. Practicamos hasta la saciedad todo lo que sea placer y se nos olvida formar a su pareja (dolor/sufrimiento), que es lo que forja el carácter. Utilizamos la palabra desesperanza y despreciamos cómo adquirir esperanza: dándole sentido a la vida. Destruimos a la base de la sociedad, la familia; y ahora le reclamamos a esa sociedad que está “matando” a nuestros jóvenes. Vociferamos por la corrupción en nuestro país y ¡chin!, nos mordemos la lengua.
    Ah, pero eso sí, seguimos siendo muy machos; y ahora muy bien construido el otro individuo, el hembrismo. Y los que buscan “identidad”, ya van en 8: LGBTTTIH
    Y el pasado lo despreciamos como aprendizaje y el futuro no lo vemos, porque hay que vivir el presente. ¿Será que el instinto animal protege más su vida, que la “voluntad” de nuestros jóvenes su deseo de vivir? Pienso que sí necesitamos a buen terapeuta. Eso sí terapia individual y de grupo. Donde lo primero que necesitamos aprender es el compromiso. ¿Con quién? Con nosotros mismos y con nuestro “próximo”.
    Mientras, sugiero la lectura de “Los nuevos caminos de la libertad, Del psicoanálisis a la logoterapia” de Luis Ramón Brito Crabtree de Editorial Diana (1998). Dice el autor que: “Con una proyección universal, la logoterapia (de Viktor Frankl) es un procedimiento específico para tratar los casos de disfunción, desencadenados por el vacío existencial o espiritual (filosófico) del ser humano”

  9. Elección, tardía en el no decidir si muero o me mato, cada quien elige el momento, no se necesita un arma , la vida se mina con acciones que lentamente le llevan al fín.

  10. bld_th dice:

    El suicidio en al menos el 90% de los casos está relacionado con algún trastorno mental, así que es susceptible de mejorar con programas de salud, el problema es que requiere programas más complejos y globales que aquellos que se acostumbra a diseñar, pues han de ser programas que impacten el bienestar individual y social

  11. Letty dice:

    Es parte de la libertad.
    No tienes derecho a obligar a otros a vivir contra su voluntad.

  12. Mirega dice:

    Buen artículo aunque tiene una omisión importante que es una enfermedad llamada Depresión, ya que los que nos hemos deprimido, siempre veremos en la muerte una solución a ese gran dolor que tiene el alma y quienes hemos sido tratados de esta terrible enfermedad, vemos con sorpresa que las cosas se pueden ver de manera diferente (claro que me estoy refiriendo a la enfermedad depresiva ya tratada no a “píldoras mágicas” acompañadas de terapia), y quienes hemos sufrido depresiones sabemos que desde adolescentes pensábamos más que los demás en la muerte, además de que leí que esta enfermedad también se está expandiendo llegando a ser muy frecuente y creo que los aspectos sociales mencionados en el artículo no ayudan en nada a los que ya sufren depresiones y la vida se verá peor.

  13. María dice:

    Gran columna, pero muy reduccionista. Hay muchas causas para el suicidio, esta entre ellas.

  14. Adrian T. dice:

    leer tus palabras son sabiduría, gracias Ôscar de la borbolla

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