La belleza de perder

Pero E no perdía, ganaba la certeza de su identidad sexual. Foto: Alberto Alcocer / @beco / b3co.com

Pero E no perdía, ganaba la certeza de su identidad sexual. Foto: Alberto Alcocer / @beco / b3co.com

En la narrativa contemporánea sólo hay algo peor que ser el malo de la película: ser el perdedor.

La categoría de perdedor es más ruin que casi cualquiera en nuestra lista de indeseables: incluso más baja que la de puta, homosexual, extranjero o hereje.

Y creo que es peor porque es transversal y universal, es un discurso que, no importa la etapa de la vida en la que estemos, resuena y se repite una y otra vez para recordarnos que perder es malo, letal, depresivo, tanático. Una calamidad asociada a la muerte, pues.

No sé de qué está hecho el deseo animal de ganar y no tengo nada contra eso, entiendo que es parte del paquete con el que venimos los seres humanos. Lo que nunca me ha gustado es ese adoctrinamiento que nos deja turulatos cuando vamos descubriendo que vivir y construir una identidad se trata de procesos tan complejos para los que catalogarse como ganador o perdedor no sirve de nada.

Es escandalosa la esquizofrenia que provocan los mensajes opuestos del dogma productivo y el dogma religioso: nunca pierdas para que ganes el éxito pero sé humilde para ganarte el cielo. Ándate emborrachando, como decía mi tía Eva.

Cuántas generaciones de destartalados vamos a seguir escindiendo en medio de estas dos exigencias absurdas.

Tan divertido que es perder, tan liberador que es correr una carrera por puro gusto y no para ganar una medalla, tantas enseñanzas que se pueden cosechar cuando nos colocamos lejos del primer lugar. Tan del culo que se siente que te rechacen en una apuesta amorosa —lo sé, lo sé, lo sé— pero tanto y tan profundo que es el aprendizaje que viene con ello.

Mi amigo E que es guapo, atlético y homosexual y que lo asumió desde niño, contaba una de las anécdotas más gozosas que he escuchado. A los siete años su padre lo inscribió en un equipo de fútbol soccer pues era bueno para correr a gran velocidad y resistía largas distancias sin problema. Le compraron su uniforme de Pumita y lo llevaron a Ciudad Universitaria para que aprovechara su talento nato como corredor en una cancha de fútbol.

Que si no haces algo grande antes de los treinta, bailaste, fuiste, estás arruinado.

Son muchas y sospechosamente parecidas las historias de gente rondando esa edad que, por alguna razón —me aventuro a apuntar hacia el paralizante terror al fracaso— no despegan. Pero si eran los primeros en la clase, pero si son talentosos para lo que sea, pero si de pequeños lo ganaban todo… digo yo que con semejantes mensajes taladrándoles la identidad, cómo van a enfrentar el hecho de que tal vez pierdan o se equivoquen, de que no les salga a la primera el intento de construirse a sí mismos.

Cómo van a atreverse a defraudar las expectativas de ganador que el mundo tiene sobre ellos.

No, nadie quiere jugar con el juguete roto porque aprendemos que no es bonito, en cambio aprendemos a desear el nuevo, el completo y deslumbrante. Pero es que poco nos dicen que un juguete roto puede enseñarnos de qué está hecho, cómo funciona, qué lleva por dentro y lo fascinante que puede ser la experiencia de asomarse a ello.

Vuelvo a la historia de E, ahí lo tienen el día del entrenamiento, colocado como carrilero y portando su flamante playera Pumita; ahí tienen también a su padre sentado en primera fila, orgulloso de su pequeño defensa lateral y listo con la cámara fotográfica de las que hacían clic (eran los años ochenta) para documentar el evento. Pues he aquí que empieza el juego y mi amigo se queda congelado, quietecito, no va por la pelota, no se mueve, sólo mira a los demás niños correr de un lado para otro. Su padre enloquece, vocifera, entra a la cancha y arrastra a su hijo tras la pelota. Y mi amigo, nada, no se mueve. Lo que pasaba, me cuenta con un brillo de gozo y deliciosa satisfacción en el rostro, es que me quedaba embelesado mirando a los otros niños, todos me gustaban, me parecían hermosos.

Claro que le llamaron perdedor y le dieron pocas oportunidades antes de echarlo del equipo. Pero E no perdía, ganaba la certeza de su identidad sexual y se ahorraba un vía crucis de sufrimientos y confusiones sabiendo desde entonces que le gustaban los hombres.

Y aquí me tienen a mí con mi diatriba porque creo en el poder de las palabras, porque podríamos elegir nombrar de una manera distinta las experiencias vitales. Ese “rotundo fracaso” para empezar, tendría que ser plural, porque son incontables las veces que las cosas no salen bien en la vida, y su sonoridad tendría que ser música interior, no un estrépito que provoque vergüenza en quien lo vive y miradas reprobatorias de quienes lo atestiguan.

Con los años he comprendido que perder es cosa normal, divertida y hasta benéfica porque sólo las pérdidas convocan nuestra entereza, nuestra capacidad de reconstruirnos. Y pienso que sería bueno escuchar eso más seguido.

A propósito del tema, y ya para cerrar la bocota, les recomiendo desde el fondo de mi ternura y fragilidad adolescente la novela El Club de los Perdedores de Lorena Amkie (Destino, 2015). La lectura de ese libro fue la génesis de esta columna, su historia me llevó al recuerdo —pero no desde la cabeza, sino desde el pecho— de mis catorce años cuando necesitaba que alguien dijera que perder es normal, que ser diferentes es lo que alimenta la llama interior de la identidad.

Lo dice Lorena Amkie en su novela y me lo digo ahora: perder está bien, perder trae ganancias infinitas.
Tomen eso, fanáticos del yerto discurso del éxito y el fracaso.

Twitter: @AlmaDeliaMC

36 Responses to “La belleza de perder”

  1. A dice:

    El ser humano, la mujer y el hombre, son seres tragicos, que por lo mismo son los que buscan la libertad, los esclavos, los no humanos, son los que pierden y ganan tratando de satisfacer sus condicionadas vidas. Y antes de saber que perder es normal, es necesario saber que es ser victorioso, que es la victoria que esta por encima de todas las derrotas. Donde perder señala, lo que todo artista al fin reconoce y que es que perder apunta a un perderse a si mismo, a una conciencia , como lo explica Blanchot:
    “El arte es la conciencia de “esta desgracia”. Describe la situación de quien se perdió a sí mismo, de quien ya no puede decir “yo”, de quien en el mismo movimiento perdió al mundo, a la verdad del mundo, de quien pertenece al exilio, a este tiempo del desamparo donde, como dice Hölderlin, los dioses ya no están y todavía no son”.
    M. Blanchot, El espacio Literario

    • A dice:

      El ser tragico, requiere una solucion, una catarsis, solo se logra al enfrentarse con lo absoluto, con lo sagrado, … al fin la tragedia de cada uno se enfrenta en una lucha de vida o muerte, con lo que lo redime. Donde queda entonces el sentido del perdedor? para un ser humano libre?

    • A dice:

      no tenia muchas ganas de observarlo pero porque nos traduces Alma Delia lo que en varios espacios se denomina “estetica del fracaso” por la “belleza de perder”, no se que opinar, porque no ser directa?, …. aqui un ensayo genial que habla de esta estetica y una frase para compartir:

      ” En el caso del fracaso, una palabra que creo todos odiamos, pero a la vez nos ronda la cabeza de vez en cuando, es como un ideal que llevamos sembrado en nuestra cabeza, en nuestra cultura, en nuestro habitus * (1), como dice Bourdieu, y que nos da una idea positiva soñadora de lo que deberíamos ser, o a lo que deberíamos parecernos. ”

      http://www.nci.tv/index.php/menuportalvoz/submenu-dizque/1134-estetica-de-la-marginacion-y-el-fracaso

      Me agrada la parte de Bolaños :

      el exilio o autoexilio, o partida de Arturo Belano, alter ego de Roberto B, al igual que su amigo. Las andanzas por Europa, de aquí para allá, los personajes, todos cotidianos, algunos más “perdedores” que otros, algunos locos, otros en la búsqueda de algo, otros en su vida cotidiana… En fin, todo esto me hace pensar en las vivencias de gente muy común, es más, me hace pensar en la vida de mucha gente que anda por la vida, algunos sin saber qué hacer, dónde meterse, dónde ubicarse, dónde trabajar, qué hacer, si amar por aquí un rato, si estudiar, o de personas que sí tienen fines muy claros, pero que en este mundo tan difícil se ven en medio de una pelea para poder surgir, hacerse ver, en algunos casos con resultado, en otros en un olvido infame, como el mismo caso de la poetisa olvidada en el desierto… En fin, la vida de cientos de personas, caídas y arrojadas al mundo, sin ideas claras, o a veces demasiado claras como para poder vivir en este mundo descarnado.

  2. juan encinas dice:

    Benito Taibo nos ha contado que la meta de preguntar
    no es saciar esa sed de investigar
    sino el cómo plantear la siguiente pregunta.
    Creo que perder es parecido, un entrenamiento para
    reiniciar la conquista del triunfo.
    Puede ser divertido participar y no ganar, si te preparas
    para digerirlo y aceptarlo, pero no como meta recurrente,
    no como una derrota anunciada o deseada.
    La verdad es que es una sensación muy grata la de la victoria,
    vale la pena intentarlo, de corazón, con el Alma.

    • Samuel dice:

      Ojalá que no llegue a los 80 años con la misma pregunta perdedora.
      Los alemanes nunca pierden y ya ve, sostienen a medio Europa.
      México es un país de perdedores porque pensamos que perder es una cualidad. Opino que son una bola de conformistas con sentido gregario los perdedores mexicanos.

  3. Es ribano dice:

    Querida Alma.
    Debes perderte para poder encontrar tu ser en la vida. El exito siempre será un espejismo que nos guia hacia la destruccion de nuestra esencia de lo que somos. Buen articulo. Buena semana. Se avaba febrero.un abrazo

    • Quique Gavilán dice:

      La señora Murillo confunde las papas con los jitomates o lo hace a propósito.
      En el futbol no es lo mismo perder con un equipo de gorditos que con otro competitivo. Nadie juega una cascarita para divertirse o sudar la gota gorda. Ni en las canicas se pierde a propósito.
      Si no haces los trabajos de la escuela y te quedas de pasante forever young, bien por ti , muchacho prometedor, la mediocridad es lo de hoy.
      Entonces : seguirá ganando el Pri porque la resignación a perder resultó endulzante prozac ?
      Ya me voy a mi cascarita sabatina a perder, sin embargo , me divertiré con a las señoras que corren en leggins y se les marcan los pezones en sus camisetas nike. Será mi motivación perdedora pero bella del conócete a ti mismo. Mi verdadero yoyo está por descubrirme sin que yo lo sepa.

  4. mcjaramillo dice:

    Si la condición de perdedor viene dada por la opinión de los demás, poco vale. Sólo el interesado tiene autoridad de certeza para saber de su situación. Cuantas veces, lo que parece un fracaso, es un triunfo de la propia libertad de elegir.

  5. Francisco dice:

    Se pueden hacer muchas reflexiones pero la conclusión siempre será la misma, nadie puede ir en contra de su naturaleza. Y es ese instinto el que nos hace evolucionar, luchar, no dejarse vencer, finalmente en la historia, a nadie le han hecho un monumento por perdedor o fracazado. Eso no tiene ningún mérito

  6. que Aprendiz dice:

    Perder te prepara para ganar. Lo bueno de perder es que te ofrece la posibilidad de aprender para finalmente tener éxito. Éste, el éxito, es el objetivo último. No importan las derrotas parciales siempre que esencialmente seas un ganador… ¿De eso se trata?

  7. val dice:

    DESAFORTUNADAMENTE ESTAMOS CON TANTOS ESTEREOTIPOS , QUE SE PENSARA; DEPENDE QUE SE PIERDE O A QUIEN SE PIERDE ??? , Y SI, ES LO MAS NORMAL PERO ENCANTA MAS GANAR Y CUANDO SE PIERDE EFECTIVAMENTE SE APRENDE MUCHO , TANTO QUE LA SIGUIENTE OCASIÓN ESO NOS PERMITE GANAR

    PERO LO MEJOR CREO YO DE PERDER ES QUE EL TIEMPO QUE LO CURA TODO NOS PERMITE VER LO GRANDE QUE PODEMOS SER COMO PERSONAS, PORQUE TENEMOS LA CAPACIDAD DE ADAPTARNOS, SUPERARLO Y FORTALECERNOS QUE ESO ES AUN MEJOR.
    SOMOS HUMANOS Y SI SOMOS LO MEJOR EN EL MUNDO aun y con todas las fallas que tenemos

  8. Yaotzin dice:

    Muy bueno, gracias.

  9. Mauricio dice:

    Excelente articulo Alma, la verdad me hiciste recordar algo que me dijo un profesor de secundaria para cuando uno perdiera, “No ganar, no ser el primero, es lo mejor que les puede pasar en una competencia y en la vida, les ayudara a madurar y a tener los pies en la tierra, les ayudara a mejorar y crecer como seres humanos, por que siempre habra alguien mejor que ustedes y eso significa que pueden superarse, todos tenemos virtualmente el mismo potencial, no compitan para ganar y si lo hacen ya han perdiedo, compitan solo para superarse a si mismos, al final somos nuestro propio rival a vencer, cuando crean que puedan ganar una competencia, vayan por algo mas dificil, Perder = +Experiencia, Ganar = Estancamiento, si buscan ganar haganlo para probarse a ustedes”. Este a sido mi mantra desde entonces en aplicable en cada aspecto de la vida.

  10. Enrique Lechuga Ballesteros dice:

    Alma querida:
    °
    La sociedad contemporánea alienta más el tener que el ser. De allí que los individuos se empeñen en derrotar a los demás, en demostrar su “superioridad” teniendo más dinero, prestigio, popularidad, reconocimiento, etc. Lo anterior nos hace vivir vidas miserables porque siempre habrá alguien mejor, metas inalcanzables, desigualdades e injusticias.
    °
    Desafortunadamente, y casi siempre, la futilidad de ganar la descubres cuando has ganado y volteas a ver lo que has sacrificado para lograrlo. Sólo entonces descubres que es una victoria pírrica, que los sacrificios fueron inútiles, que lo perdido es mejor que lo ganado.
    °
    Cuando te das cuenta que el fin de la vida es convivir en lugar de competir, te abres a la posibilidad de ser realmente feliz sin necesidad de nada o nadie más. Entonces comprendes que lo importante es luchar para ser un mejor ser humano y no para compararte con los demás, que no hay perdedores ni ganadores sino sólo andantes del mismo camino.
    °
    Gracias por compartir tus pensamientos. Gracias a Lorena por causarlos.
    °
    Recibe un fuerte abrazo.

  11. Livia Alicia dice:

    Y la era tecnológica junto con la famosa competitividad agudiza más el problema. ¿Efectivamente tenemos que cumplir todos los requisitos del llamado éxito? Rebelarnos y vivir de acuerdo a nuestros principios es casi un pecado en este mundo tan materialista y tan estúpidamente rígido en estos preceptos. O eres una maravilla en todo o no sirves. Maravilloso que desde pequeño este hombre haya reconocido su alma en ese instante y lo haya aceptado. Feliz fin de semana, muchas gracias por este maravilloso texto, quedo a la espera de tu siguiente colaboración.

  12. Andivi dice:

    No me gusta el “éxito”. Prefiero vivir una existencia natural, ser completamente humana y libre, nada de perfección, nada de las expectativas sociales olvidadas mis necesidades.. Aquí dejo esta canción que me gusta escuchar cuando algo no sale bien, cuando esa vez que me enamoré y no fui correspondida.
    Me gustan tus columnas. Un abrazo Alma.

  13. Cecilia Castillo dice:

    Sin palabras, solo gracias nuevamente por tu texto. Abrazo

  14. Vaya te podrian denunciar dice:

    En la CONPAPRED niña, be careful, mira lo que estas diciendo: La categoría de perdedor es más ruin que casi cualquiera en nuestra lista de indeseables: incluso más baja que la de puta, homosexual, extranjero o hereje. No creo que seas homofobica ni xenofoba, pero si lo que escribiste si lo es. Saludos y que mal sabor de boca me dejas.

  15. LA VERDAD ES QUE HICISTE GALA DE SABIDURÍA. GRACIAS ALMA !!!!! NOS DEBERÍAN DECIR DE ESAS COSAS MAS SEGUIDO Y CUANDO SOMOS NIÑOS.

  16. Luciano García dice:

    Acabo de escuchar ayer del mecánico de mi colonia, vecino del frente de mi casa, la cual es de madera con techo de lámina, rodeada de árboles cuyas ramas tienen pleito enconado y perenne contra los cables de energía eléctrica, los de teléfono y de televisión por cable, que “Perdiendo se gana mas”. Dejó ir a un cliente insatisfecho con su auto ya reparado para ahorrarse, según sus palabras, los corajes, los alegatos, las horas de espera por las refacciones o por el cobro de sus servicios, etc.
    Yo tengo en mi vida innumerables ejemplos de lo que tu y mi vecino dicen. Es lo que yo llamo “verdad de a peso” porque poca gente valora esas enseñanzas y están devaluadas. Tal parece que nuestra naturaleza competitiva se impone sobre razonamientos, que el instinto gana sobre la mente. Y no deja de ser triste que suceda así. Leí un artículo sobre el bullying en las escuelas que decía que el agresor usualmente no sabe porque agrede a sus compañeros. Que no tiene idea de que lo que hace es dañino. Si seguimos en esa línea tal vez lleguemos a pensar que el ladrón tampoco sabe que robar es dañino. O que el político corrupto también obedece a un instinto primario y por eso saquea las arcas a su cargo (ya me metí en camisa de once varas, ni modo). De ser cierto esto, la solución es sencilla: educación.
    Yo le digo a mi hijo mayor que lo que quiero para el es que sea feliz. La forma en que va a ser feliz, el la pone. Yo le ayudo en lo que pueda, pero quien tiene que definir y buscar su felicidad es el. Espero que lo logre.
    Te mando un abrazo, Alma Delia, y deseo que tus luchas, ganes o pierdas, sean una fuente de sabiduría.
    Hasta luego

  17. hydeg dice:

    Delicioso eco-articulo para mi maltrado egito

  18. Enrique Espinosa dice:

    Excelente, como siempre. Gracias.

  19. Jorge dice:

    Nada implica tanto éxito como una derrota, y nada implica tal derrota como un éxito. La derrota nos enseña, de la derrote siempre aprendemos algo, del éxito no aprendemos nada. La derrota nos hace superarnos, el éxito, sólo el vacuo placer de haber ganado,,,,

  20. R2D2 dice:

    Bueno la señora nos hace saber que ella también forma parte de aquellos que dentro de sus listas de cosas indeseables tiene a la puta, al homosexual, al extranjero y al hereje como ruin y bajo.
    Obvio al incluirse “nuestra lista” nos demuestra que si es homofóbica, xenófoba, y una gran cabrona que escribe aquí lo que le viene en gana y nadie le supervisa sus textos.

    • mcjaramillo dice:

      Va a negar que para un buen número de gente, el estigma del perdedor, es muy superior al que padecen putas, homosexuales, herejes y extranjeros. A eso, y sólo a eso, es a lo que se refiere la señora Murillo. Sólo la mala fe puede interpretar otra cosa.

    • Juan Ramón dice:

      Excelente articulo Hermosa…! que importa que r2d2 y cía., no estén de acuerdo, también existen, artículos mediocres para lectores mediocres, pero el objetivo lo conseguiste Alma bella, te felicito, porque hasta los perdedores te leen…Saludos.

    • Jax Bianchi dice:

      Escribe lo que le viene en gana…. EN UNA COLUMNA QUE LLEVA SU NOMBRE Y SE TITULA “OPINIÓN”. ¿Por qué será? ¿Y por qué será que los más odiadores nunca ponen su nombre?

  21. El perdedor dice:

    México el país de los eternos derrotados. Toda mi vida justo 30 llevando la bandera del perdedor, en cualquiera de las facetas de la vida y desde muy pequeño lo e tenido presente, esto nunca va cambiar

    Tengo un vacio que no se va llenar. No tengo nada más co que alimentar está fisura podido alimentar nunca ni rastrear sus orignenes . Mi interior es un alarido permanente y ya me canse de escucharlo. Existir así duele y por ello es mejor quemarse que apagarse lentamente.

    • NEMO dice:

      Veamos arder al país, acarreemos leña y escupamos gasolina en su rostro… Quien busque justicia, nunca ganará aquí. Así que sí, es mejor mirar directo a los ojos del policía corrupto, asesino y narco traficante, a los ojos del militar que come de nuestros impustos y nos asesina protegiemdo a quien jamás ha pagado esos impuestos, y que se los ha robado por miles de miilones y no irnos en paz. Es hora de arrastrar la bandera al fuego.

  22. Juan Carlos dice:

    Es cuestión de creencias. En las familias que se puede, te inculcan la competencia, el objetivo de ganar, cuando tal vez la creencia que se debería implantar es la de aprender. Cuando las cosas salen diferentes a lo que esperamos y además traen consigo resultados negativos (otra forma de definir el perder), lo que se nos presenta es la oportunidad de aprender.
    Creó que necesitamos ser competentes en lugar de competitivos. Es cosa de movernos tantito de donde estamos para cambiar el paradigma.
    Te mando un fuerte abrazo, Almiux.

  23. Epic Vols dice:

    Excelente articulo y me encanto todavía mas el abanico de comentarios, cada uno con su verdad absoluta a su modo pero verdad. Desde mi punto de vista, todos nacemos “desinformados” por naturaleza, biología, ciencia o religión. Y ya como nos toque la feria, la familia, la escuela, la calle y toda esa mochila que llamamos educación nos formaremos un “prejuicio” de lo que es ser triunfador o perdedor, Y regreso mi mirada a lo besico a la naturaleza y tanto plantas como animales compiten, compiten por pareja, por alimento por espacio, en fin por necesidades propias del reino animal y vegetal y es ahi donde me preocupo al ver al ser humano compitiendo por cosas que ni siquiera cubren basicas (aunque hay regiones que si se da este este fenómeno desgraciadamente) competimos para alimentar el ego, la vanalidad, el sentirnos poderosos, etc, etc y es ahi donde me pregunto es correcto nuestro concepto de perder, ganar y en una sola palabra competir.

  24. LUIS EDUARDO MARQUE Z dice:

    participar o competir para ganar,,, si se piede que no sea sin haberse entregado más alla´de las posibilidades, y se piedrde capitalizar esto para corregir. adema´s aceptar que siempre habrá la posibilidad de perder y es una “vacuna” oportuna para no caer en el feo caso de la soberbia. que tanto pierde al ser humano…..

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