Tontos, ciegos, dueños del mundo

Imagen tomada de la red

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No es que la felicidad sea vulgar, pero casi.

Al menos la de estos tiempos, quiero decir. La felicidad asociada a los logros.

Justo ahora hay una mujer frente a  mí tomando champaña en una minúscula y alargada copa que contrasta de un modo esperpéntico con la sudadera rosa que lleva encima, el bolso animal print que simula la piel de un cheeta, las manos regordetas coronadas por unas uñas deslumbrantes gracias a la piedra swarovski que se ha colocado en cada una. Diez piedras brillantes en las manos. Ah, el discreto encanto de los secretos de belleza femeninos.

Cada piedra querrá decir algo importante para ella.  Supongo.

Y si se le desprende una representará una pérdida importante. Supongo.

Los viajes ilustran, es verdad. Iluminan sobre las maravillas del mundo, de otros países, de otras razas. Pero también echan luz sobre lo universal de nuestras prácticas más ridículas y torpes.

Siempre que salgo de México regreso con la misma conclusión: la tercera guerra mundial ya ocurrió, se llama sociedad de consumo; la verdadera globalización es la transversalidad de las clases sociales. La clase media en Occidente, por ejemplo, no se diferencia mucho en conductas, expresiones, hábitos y preferencias de compra; los íconos de identidad son muy parecidos.

Gritamos, manoteamos, compramos algún souvenir, nos quejamos del clima, comemos y bebemos como si estuviéramos en competencia. Todo normal, somos animales de costumbres fuera de nuestro hábitat y hay que aprovechar para descarriarnos de la rutina. Vale.

Pero lo que no logro entender, es la absurda compulsión por las fotos y las selfies que parecen haber llegado para reemplazar el sentido de la vista y para mutilar la capacidad de experimentar la belleza.

Ahora me explico.

Supongamos que usted arriba a un paisaje descojonante. La visión de una cordillera montañosa que le rompe todas las imágenes registradas hasta ahora en su cerebro, o supongamos que le toca presenciar una aurora boreal. O que, por fin, a sus cuarenta años, puede pararse frente a la pintura que más anheló conocer desde que era adolescente; o que ahí, delante de usted, está ni más ni menos que el Taj Mahal o las pirámides de Egipto, o los osos polares o un tigre blanco.

Yo qué sé. Escoja una situación o diseñe la que le más se le antoje.

Ya tenemos su evento extraordinario.

Ahora bien, esto es importante: recordemos que usted fue dotado de un maravilloso par de órganos que le permiten mirar. ¡Usted puede ver con sus propios ojos y moverlos a placer: izquierda, derecha, más arriba, más abajo, fijarlos en un punto, cerrarlos y volver a abrirlos en cuestión de nanosegundos y experimentar cambios de luz!

Usted puede observar, contemplar, y lo mejor: quedarse con eso que miró guardado en su interior. Para siempre.

Conservar la imagen hasta el último día de su vida. Y será única, los filtros y acabados de su memoria jamás serán igualados por los de nadie, por ningún software ni App gratuita para retocar fotos.

Usted ha visto.

Y usted ha sentido algo, acaso le ocurra el milagro de no tener una palabra para definir eso que siente. Acaso le vengan asociaciones absurdas como nombrar a su emoción con un color o con ritmo o con un nombre, acaso le ocurra una experiencia mística y tenga ganas de llorar porque sí, porque la vida es tan cortita, porque sus ojos han visto eso y alguien a quien usted ama no ha podido verlo, porque alguien a quien usted ama está ahí mismo, a unos cuantos centímetros tomándole de la mano; porque la existencia es un privilegio y un misterio, porque la hermosura duele.

Usted ha experimentado la belleza.

Voy a seguir, ténganme paciencia, con una serie de preguntas pertinentes.

¿Por qué insospechado motivo, razonamiento o endemoniada posesión, usted o yo creeríamos que a esa imagen de belleza le viene bien pararnos frente a ella con nuestra gorra de hinchas del equipo de futbol, nuestros shorts de niño explorador tardío o esas cómodas sandalias tan ergonómicas como feas y tomar una foto para aparecer nosotros en primer plano y que allá atrás, en algún lejano ángulo, se adivine lo extraordinario cubierto por nuestra ordinaria y obvia presencia?

Digo. Está de pensarse.

Tengo otras preguntitas nomás.

¿Vamos a los lugares para experimentar en carne y hueso esas vivencias extraordinarias o para tomar fotos?

¿Ser y estar es tomarse la foto?

¿Si no hay foto, la experiencia no existió?

¿Qué estrecha narrativa del mundo es la que nos contamos si eliminamos la parte expansiva de esos viajes y todo se reduce a yo en mi foto tomada con mi teléfono móvil mientras estuve aquí, allá, acullá o en el culo del planeta?

Atravesar las antípodas y no seguir viendo más allá de nuestra nariz. Te alabamos, señor.

La mujer del swarovski y bolso animal print le ha pedido a su amiga que le tome una foto delante de La noche estrellada de Vincent van Gogh.

Ese cielo palpitante, desbordado de tal belleza violenta, de tanta locura y de tanto sufrimiento ha quedado atrás del rostro regordete de la mujer que, en un gesto caricaturesco para emular sorpresa, desorbita los ojos y se coloca las manos sobre la boca abierta para que en la foto del recuerdo luzcan bien y en primer plano sus uñas con piedras brillantes.

¿Quién velará por la belleza si seguimos bajo el dominio del imperio de la felicidad y los logros?

No, no es que la felicidad sea vulgar, pero casi.

 

@AlmaDeliaMC

77 Responses to “Tontos, ciegos, dueños del mundo”

  1. Angel dice:

    Creo que se ha vuelto cotidiano o mas aún es un mal de nuestro tiempo, queremos que la gente sepa que estuvimos ahí, que no basta que contemos hace falta la evidencia, saludos Alma

    • Alma Delia Murillo dice:

      Lo sé, Ángel, la necesidad de reconocimiento, de validación en las ventanas digitales es una sociopatía ya. Pero cada vez lo entiendo menos.
      Abrazo

      • coyote joe dice:

        Las personas son las vulgares, y todo lo que se desprenda de ellas lo será

      • Alma Delia Murillo dice:

        Y sí, Coyote, así semos.
        Hay un texto de Vila-Matas en Letras Libres, que dice esto:
        “Tal vez las cosas sean mejor así: reales, vulgares, mediocres, profundamente estúpidas. Escasas a propósito.”
        El desencanto de su inteligencia pega con todo porque tiene razón.
        Abrazo,

      • autocrítica dice:

        ¡Mira quién habla! ¿Quién sino Alma Delia ha dedicado su vida a satisfacer su “necesidad de reconocimiento en las ventanas digitales”.?

      • joell dice:

        Cuando alguien tiene un negocio hasta paga por darse publicidad, si eres figura pública, apareces en todo tipo de oportunidades de exibir tu figura, a lo que nos dediquemos,trataremos de sobresalir y toca la casualidad que las ventanas digitales son herramienta de trabajo de esta hábil escritora, así que estas comparando paridas con preñadas ,trata de manejar mejor tus emociones y no permitas te hagan ver mal, esta vez estas como anónimo pero me imagino así te conduces en tu vida y si sigues así no te auguro un final feliz,, mejor construir que destruir, recuerdalo

      • Wendyalc dice:

        Creo que no conoces ni tantito el trabajo de Alma, que muy seguido escribe criticas y cuestionamientos que provocan el rechazo de más de uno. Y mira, aquí sigue aguantando opiniones como la tuya.

      • YO dice:

        Pasale por tu Frutsi, úntatelo a ver si también quita ardores… Ah!, y NO olvides la selfie, mete la panzota.

      • Alma Delia Murillo dice:

        Autocrítica,
        He aquí a Alma Delia, agradeciendo tu tiempo para dedicarle reconocimiento en esta ventana digital.
        Te digo, todo es vanidad de vanidades.
        Un detalle nomás: no he dedicado mi vida a satisfacer mi necesidad de reconocimiento en ventanas digitales, sólo he dedicado los últimos años.
        Un beso

  2. Atl Cruz Ajorio dice:

    verdaderamente has visto
    la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa…
    Has tocado,
    de verdad has tocado
    el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás…
    Has vivido
    como un golpe en la frente,
    el instante, el jadeo, la caída, la fuga…
    Has sabido
    con cada poro de la piel, sabido
    que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,
    había que tirarlos
    había que llorarlos
    había que inventarlos otra vez.
    Para leer en forma interrogativa. Julio Cortázar

    • juan encinas dice:

      Sí Julio, sí.
      Hice todo eso y más…
      Pero además
      le saqué unas fotos
      EXTRAORDINARIAS

    • Alma Delia Murillo dice:

      Maravillso texto, ATL.
      ¿Realmente hemos visto todo lo que hemos visto?
      Ver o no ver, he ahí el dilema…
      Es que ver da mucho miedo.
      Un abrazo.

  3. Samuel lechuga dice:

    Como de costumbre profundo artículo. Dos aspectos me gustaría comentar.
    La foto manía que se inició con los japoneses que cuando empezaron a viajar se tomaban fotos hasta cagando y con la facilidad con la cual se pueden sacar fotos en la actualidad sea con una cámara digital o con un teléfono “inteligente” o smart phone se ha vuelto un fenómeno mundial. No lo puedo negar yo también me encontré entre los del club. Un día visitando París estaba en el museo de los impresionistas y como el resto de la manada sacando fotos y mas fotos de los cuadros, hasta que me di cuenta que no estaba apreciando ningún cuadro sino solamente tomando fotos como escupido.
    Al día siguiente en el Louvre en donde la manada va a ver la Mona Lisa estaba entre un mundo de gentes que más bien parecían fotógrafos amateurs.
    A varios de ellos les pregunte si habían notado que la mirada de la Gioxomda se dirige al mismo lado desde el mismo lado de donde la veas. Un fenómeno para mi inexplicable pero muy bello. A todos los interpelados que fueron cerca de 10 personas nadie se había dado cuenta, inútil preguntarles del claro oscuro típico de los cuadros de Da Vinci y entonces me dirigí a ver los frescos de la planta baja que son una verdadera belleza prescindiendo de la cámara y sintiendo la belleza, misticismo y energía de esos frescos. Después pensé que tonto todos los cuadros los puedes ver en fotografías en los e-catálogos y de esa manera pude apreciar que es lo que mencionas los cuadros y demás cosas que hay en esa bella ciudad. Claro la cámara la emplee para captar algún detalle interesante de los que pululan en esta bella ciudad.
    La segunda cosa son los selfies que a mi modo de ver son la consecuencia de la primera y ahora peor aun la gente ya ni siquiera se preocupa por apreciar lo que esta viendo sino en la manera en que el selfie quede mejor. La cosa se ha vuelto tan grotesca que existen actualmente objetos para auxiliar la ejecución del selfie de todos tipos.
    Cual es la razón de esta vanidosa manía yo creo que es una manera de querer demostrar superioridad al vecino y mostrarles yo estuve aquí, haciendo que no importa lo importante es hacer ver que yo también me lo pude permitir y esto me coloca en un status superior. Sinceramente para mi gusto demuestra solo su escasa cultura y peor aun que teniendo todas las posibilidades para enriquecerla las echan por la borda.. Aquí tienes toda la razón es el consumismo que se ha exacerbado con el capitalismo.
    Si andas en Europa y vas a Zurich, échame un correo. Me daría mucho gusto mostrarte mi pueblo

    • Manuel dice:

      Los tiempos cambiaron señor intolerancias. Parece abuelito porfiriano con sus comentarios decimonónicos de manaso.
      Es como si argumentara que el periódico de papel es mejor por la rugosidad de sus hojas y se opusiera a la versión digital.
      La próxima vez que redacte un texto escríbalo en una máquina mecánica. Cosa que no hace.
      Hay que tiempos señor don Simón.
      Son ustedes la hipocresía con cara de profetas de Mad Max.
      Qué güeva.

      • Samuel Lechuga dice:

        Mi querido Manolin, me hiciste reír con tu comentario y por como escribes creo que pudiera ser tu abuelito. Mi comentario es de lo más actual y lo escribo porque por andar fijado en tomar fotos a todo como japonés, se me estaban yendo muchas vivencias y es lo que trate de decir. Como dicen abajo y con razón cada quien es libre de hacer lo que quiera con y sin selfie cuando se va de viaje, solo que es una pena de dejar pasar tantas vivencias que quizás después ya no tengas manera de volverlas a presenciar. Por cierto mi Remington portátil en donde aprendí a escribir todavía la conservo aunque en esta época digitál ya es obsoleta. Gracias por leer y comentar mis argumentos a pesar de tu flojera!

      • Aquiles Bacca Briones dice:

        De una vez enséñale a tu nieto putativo que manazo se escribe con zeta…

      • h dice:

        Solo lleva tilde. El burro hablando de orejas.

      • Fabricio Sevilla dice:

        La columna se debería de titular ” la reacción del auténtico reaccionario “.
        La próxima nos regañarán por usar el coche y nos ordenarán la vuelta a la carreta.
        Sin embargo, sabemos que son pura pose y nada más.

      • Samuel Lechuga dice:

        1 parece que mi E-Nieto, Manolin no tiene la mejor ortografía. El comentario del manaO no ,o había entendido hasta que corregiste la palabra. Se le fue otra que es Ah que tiempos y no hay que tiempos. En fin de los errores se aprende también. Claro cuando alguien quiere aprender.
        2. No creo que ni Alma, ni los que defendamos su punto de vista pretendamos regañar a alguien. En mi caso quise hacer ver lo que se le puede ir a uno si el movil,por ejemplo de ver un cuadro es solo tener la evidencia, palabra de moda del haber estado ahí y no de haber apreciado, disfrutado, sentido, muchas veces interpretado un cuadro. Esta serie de sentimientos son las que perduran y son las que van haciendo la cultura en un individuo. Abajo hay un comentario sensacional de Val de como es este proceso. Mas que regaño mi querido Controllaror es una observación y una sugestión para que lo intenten una vez. Por supuesto décimo nomino como dice mi E-nietecito Manolin que soy defiendo la libertad y cada quien puede hacer lo que quiera mientras no lesione al prójimo. Saludos

      • Alma Delia Murillo dice:

        Qué cosas, caramba, esto del intento de comunicación y las emociones contenidas en los comentarios…
        Samuel:
        Coincido totalmente, nada importan los aparatos ni las prótesis, nada contra ellas, el asunto es detenernos a preguntar lo que nosotros, con esto que somos, estamos haciendo.
        Manuel:
        Todas las generaciones tienen prácticas torpes, equivocadas, así somos. Y yo no me sentaré a aplaudir las torpezas de mi generación, no, que lo hagan otros. A mí me gusta hurgar y criticar y cuestionarme por qué estamos tan entregados a la exhibición y tan temerosos de ir al fondo.
        No regaño a nadie, critico sí, y mucho, porque desde donde yo lo veo, somos una sociedad con muchas taras colectivas (me incluyo siempre) dignas de ser cuestionadas y criticadas..
        Abrazos y besos, tilides y zetas y eses para los que ocupen en su escritura. Gracias por leer.

  4. El llanero solterón. dice:

    Apreciable Alma Delia, el ejemplo que pone de la señora regordeta de manos enjoyadas tomándose la foto delante de un cuadro de V. van Gogh, deja muy en claro lo que indica la concejal popular que dice: “Los cantaros, cuanto más vacíos, mas ruido hacen”. En fin, yo me inclino por dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir mas que su fatuidad, estupides y supina ignorancia. Saludos y le seguimos leyendo.

  5. Francisco dice:

    Yo me quedo con tu hermosa sonrisa, por lo que significa, por lo que irradia, pero sobre todo por lo que transmite y con lo enigmático de tus ojos, coquetos, traviesos, pícaros, expresivos y contundentes.
    Los que no fueron afortunados ni con belleza ni con cerebro también tienen derecho a vivir y a comportarse como su existencia les guíe, no es eso lo fundamental, lo que a la sociedad nos indigna es que lo hagan a costa del sudor y sacrificio de quienes no tienen para cubrir sus necesidades básicas porque su patrón y sindicatos, los explotan, los somenten y los reducen
    Así funciona el mundo al revés del capitalismo depredador del beneficio social, los que se esfuerzan y son muchos, no disfrutan de de su sacrificio, los que la gozan y son pocos, no se esfuerzaan ni conocen el sabor amargo del sudor del trabajo.
    No te enojes al expresar tus opiniones, Sabes cuál es la diferencia entre Noroña y Rafael Correa? en esencia expresan lo mismo, pero Noroña es impulsivo, expresivo, y se ve hasta violento, y Correa se rie de sus detractores y sus ataques, un tipo mesurado con una sonrisa que lo exibe como conciliador y no transmite miedo sino confianza. Esa es el arma para tratar de controlar al capitalismo y consumismo desbordado. inteligencia , conocimiento y mesura
    Buen día mujer afortunada con belleza y mayor inteligencia

    • Alma Delia Murillo dice:

      Gracias, Francisco, por tu lectura y por tantas flores que me lanzas.
      Pero no estoy de acuerdo: no hay una manera “correcta” de escribir ni de defender una opinión a través de un texto. Al contrario de lo que me aconsejas, yo evito escribir fríamente, apoyándome en la técnica, o movida por el tiempo de entrega o desde los conceptos aprendidos en la Academia.
      A mí, qué remedio, me hace falta echar la entraña, la furia, el gozo, los sudores y todo lo que tengo cuando escribo. Y si no pudiera hacerlo, no me gustaría escribir, estaría haciendo otra cosa.
      Respecto al tema de esta columna, me hizo pensar eso que dices de que “no todos fueron dotados de inteligencia” pero yo creo que detenerse a mirar la belleza y experimentarla (no sólo mirarla) no es un asunto de inteligencia sino de valentía, de atreverse o no, a quitarle la anestesia al espíritu para sentir las experiencias desde su núcleo vital. La selfie es una prótesis, una manera de protegerse.
      Un abrazo, gracias de nuevo.

  6. control dice:

    Màs que critica parece regaño de maestra de primaria amargada .No fotos plis.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Concedo: una amargura espesa se me queda pegada siempre que presencio actos como el que conté en la columna.
      Y es que no, no puedo ponerme a dar saltitos de alegría y festejar todo lo que hacemos, nuestra generación tiene prácticas MUY criticables. Renegar de ellas puede ser impopular pero ni modo, elijo criticarlas en lugar de aplaudirlas.
      Saludos.

  7. val dice:

    BUENO DELIA NO ES TAN MALO , SUPONGO QUE HABEMOS MUCHA GENTE QUE AMA , TODO O CASI TODO ALREDEDOR , CUANDO VAS A TU TRABAJO Y VES EL CIELO A VECES ROJO, O LA LUNA LLENA Y NO TAN LLENA, O VEZ LA HERMOSURA DIARIA DE LA SONRISA DE TU HIJO, LEER A PONIATOWSKA, ES ALGO QUE TE ROBA EL SUSPIRO Y TE GOLPEA EL ESTOMAGO , IMAGINO COMO DICES EL VER LO QUE SIEMPRE HAS SOÑADO VER , COMO LO ES UN DA VINCI TE HACE SER LA PERSONA MAS FELIZ DEL PLANETA EN ESE MOMENTO Y SI DESPUES DE MIRARLO CON TUS 5 SENTIDOS Y EXPERIMETARLO…………………. POR QUE NO, TENER UN RECUERDO QUE TE HAGA MAS VIVIDO TUS RECUERDOS Y HASTA PUEDES MOSTRARLE A LOS CERCANOS QUIEN ERES O QUIEN FUISTE, SEGURO SENTIRAN ORGULLO , BUENO YO ASI LO VEO

    • Samuel Lechuga dice:

      Vale excelente argumento parece que tu eres de las personas que andan por el mundo con los cinco sentidos mas el espíritu humanista. Yo jo estoy en contra de sacar fotografías si se hacen después de haber disfrutado el momento como lo haces y después claro porque no sacar la fotografía que te traerá seguramente mucho mas que buenos recuerdos.

      • Manolo dice:

        Señor Lechuga , cuide su ortografía.
        Tú es pronombre personal y lleva tilde, igual más.
        Le falta aseo a sus comunicados de prensa por internet.

      • Samuel Lechuga dice:

        Manolo muchas gracias por tu observación. El problema es que escribo con el I Pad y muchas veces el traductor me juega bromas y corrige lo que no debería de hacerlo. Pero de todas formas pondré más cuidado en la ortografía y pulcritud en mis notas.

      • Jax dice:

        Salve, ¡oh!, custodio de la gramática.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Sí, Val, tienes razón. Pero es que estamos hablando de cosas distintas.
      El asunto no es ese, yo me refiero a la ceguera cognitiva y experimental, a pensar sólo en lo superficial de documentar un lugar, una vivencia, un plato de comida con una foto que deje constancia de que estuvimos ahí en lugar de realmente experimentarlo.
      Te mando un beso.

  8. Joseph Knecht dice:

    Si a la gente se le ocurre hacer una “selfie” en cualquier circunstancia es su problema. Si alguien usa Swarovski en las uñas o en la cola, está en su derecho. Si está en el Louvre o en el Met o en el Estanquillo y presume en redes, ¿a quién le importa?
    Es libre albedrío, mismo que debe ser respetado, igual es respetado su derecho a creerse el ser superior que puede juzgar las acciones de los que no actúan o piensan como usted, y que quizá le moleste que muestren que tengan más recursos.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Absolutamente de acuerdo con todo, Josehp, sólo que yo no critico a una persona, a esa persona del relato ni a ninguna en particular con nombre y apellido.
      Intento mirar en colectivo y cuestionar una práctica generacional y sí, mi trabajo es cuestionar, criticar, preguntar, señalar… para eso escribo.
      No me puedo poner a escribir Odas y Antologías a las manías digitales porque es algo que tiene tintes de enfermedad social en algunos casos.
      Sé que es chocante que lo diga, que muchos verán en ello sólo un regaño y que les resulto intolerable: lo acepto.
      Asumo un rol que elegí y sus consecuencias: criticar a mi generación y criticarme a mí misma con ello, reírme de nosotros, de nuestras prácticas absurdas.
      Le mando un abrazo que puede, libremente, mandar a la mierda.

  9. Claudia dice:

    Me encantó tu relato hoy. Me mueve un poco porque soy amante de la fotografía y entiendo el sentido que le das. Coincido: estamos en la tercera guerra, y no sé qué tanto podemos decirnos sobrevivientes.
    Compartir de verdad, gozar con lo más profundo del ser, estar plenamente, escuchar a detalle, dejarse envolver por un momento único: es ahora un acto de valentía porque puede ser que duela tanto y se confronte con el vacío de nuestra cotidianidad que no cualquiera quiere “atorarle” a la enfrenta.
    La “felicidad” puede ser para todos, la plenitud no, hay que buscarla.
    Gracias por el texto. Saludos!

    • Edilberto dice:

      Claudia; ¿ha notado acaso que Usted pudiera ser una periodista redactora, tener su propia sección en algún medio de publicación o revista digital?…en verdad os digo, tiene madera y si no tiene perspectivas aunque lo dudo, ¡en hora buena! las letras pudiera ser lo suyo. (no es ironía)

    • Alma Delia Murillo dice:

      Gracias, Claudia, qué remanso encontrar con alguien que mira desde lo profundo, efectivamente: no es un asunto de cultura o inteligencia, sino de valentía. Somos una generación aterrada de sentir, de montar la vida a pelo, sin silla, sin prótesis, sin muletas digitales.
      Te mando un abrazo grande, gracias por leer y compartir tu comentario tan iluminador.

  10. Juan Collignon dice:

    Alma Delia, leo sus palabras, de una en una, con afinidad monacal y en perturbador silencio… Y, tiene usted razón: esa felicidad no es casi vulgar, pues realmente vista, es llanamente un despojo del misterio que debería quedar del evento o el paisaje extraordinario. Estoy de acuerdo. Una selfie puede ser, o apenas es, el saldo lastimoso de la vital introspección que luego se convertirá, como diría Rilke, en una causa desnuda de sentido. Pero este lector suyo no es cualquier lector cuando usted elige y, como yo mismo, se paraliza frente al cuadro de esa noche estrellada que pintó Van Gogh bajo un cielo atiborrado de alucinaciones, durante su reclusión en un sanatorio de enfermos mentales de Saint-Rémy-de-Provence, y hoy alojado en el Moma. ¿Acaso estuvo usted en Nueva York y por ello elige dicha imagen como ilustración del texto? Cuando yo conocí ese cuadro era apenas un adolescente, y su electrizante visión me cambió la vida. Le confieso, con sincera gratitud, que hoy mismo me sentí renacer ante las circunvoluciones de esas nocturnales nubes y su soleado texto: fue perfecta la combinación de Yin y Yang en mi larga noche y el día que comienza. Hace más de cuarenta años que, para sorpresa de la sociedad privilegiada en que nací, y tras descubrir ese mismo cuadro de Van Gogh, abandoné mi herencia y me trepé a un árbol a leer y a pintar. Y aunque hoy trabajo muchas horas diarias para ganarme la vida, aun me trepo a mirar desde lo más alto de sus ramas las noches espléndidamente consteladas. ¡No se por qué demonios le escribo estas líneas en lugar de guardar silencio frente a sus palabras! Gozando los remanentes de su muy sensible texto podría pasar un día encantador, pero no puedo resistir pararme frente a la monumental verdad que usted dijo y tomarme una selfie a su lado. Por ello también debo disculparme con usted, pues he pasado la mitad de mi vida viajando con una cámara al hombro, y eso no es raro porque tomar fotos es mi afición más dilecta. Sin Embargo jamás me había tomado una selfie, o eso creí hasta ahora, y tal, aunque Cindy Sherman y a su modo Murad Oman, pusieran en boga el hacerlo. ¿Qué piensa usted de esas selfies? ¿No cree usted que veces es impostergable compartir la dolorosa experiencia que contiene la belleza de un momento que solo la casualidad puso frente a la ventana de nuestro más recóndito interior? ¿Cómo podemos compartir esos instantes preciosos con otros que no estuvieron allí? Si esa noche fuera la nuestra y parados frente al desolado Vincent tuviéramos que quitarle el pincel, como hicieron sus enfermeros para que descansara… Y quizá, de no haberla pintado, ¿acaso sabríamos algo de él en esa noche espectacular de su Alma? ¿Se fija en lo lindo que es su nombre? ¿Haría alguna diferencia? ¿Recuerda usted, en American Beauty, esa bolsa de plástico flotando como una nube que sube y baja en los ojos llorosos de aquel joven enjaulado por la rabia de un padre desquiciado? Yo apostaría que si. Pero por ahora me retiro de sus hermosas letras porque si las vuelvo a leer me hará llorar de nuevo.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Te desbordas, Juan, gracias.
      Qué belleza leerte, imaginarte barón rampante, pintor y fotógrafo del mundo y luego sentado frente a tu monitor leyendo esto que escribo.
      Es un enorme privilegio y lo agradezco con toda humildad.
      A La Noche Estrellada le traía ganas desde adolescente, cuando leí Lust for Life de Irving Stone sobre la vida de Vincent van Gogh; tendría yo 14 años y sentía cómo se me agitaba el pecho leyendo la jauría que van Gogh llevaba dentro.
      Luego leí las Cartas a Theo y recuerdo que lloré con muchos pasajes pero no era de tristeza ni de miedo, lloré por la belleza. Me ha vuelto a ocurrir recientemente con los libros de Karl Ove Knausgard (La muerte del padre y Un hombre enamorado).
      La belleza se desborda en esos seres humanos que los demás vemos como locos. Qué pena por nosotros y también por ellos.
      Sí, vi en el Moma el cuadro, ese y otros descojonantes. Y me irritó la obsesión con las selfies, la imposibilidad de contemplación. Soy intolerante como alguien me dijo por aquí, lo acepto.
      Pero independientemente de mi intolerancia, creo que es pertinente observar la relación que las generaciones guardan con la belleza: y creo que la nuestra está averiada para comprenderla porque la belleza es profunda, dolorosa, lenta y a veces avasalladora. Y lo de hoy es ser superficiales, felices y exitosos, rápidos y perdernos entre tantos eventos importantes que en realidad ninguna importa.
      Perdón, vuelvo al tema: lo que realmente nos define se queda en la intimidad, en el Yo más hondo, no se asoma a ninguna ventana, menos a la de la selfie.
      Un abrazo muy grande, gracias de nuevo, fue un placer leer tu comentario.

  11. Livia Alicia dice:

    Alma: Me encanto este relato de la torpeza y enajenación que padecemos. Si, efectivamente entre más te adornas menos sientes, menos piensas, menos vives y menos eres. La loca carrera que padecemos por la moda, la tecnología, lo cool, la vanidad y el narcicismo hacen que nuestra existencia este plagada de un montón de estupideces y la mar de las veces vacía como comercial de refresco. Hace unos meses vi en Caltonac (Puebla), una mujer con el famoso “Bastón de selfies” y casi 2 semanas después vi a otra mujer caminando en Reforma usando el mismo aparato. Es para llorar el comportamiento que ambas tenían. Si, el disfraz de turista buscando una selfie ya es universal y es una estúpida moda de consumo que llego para quedarse. Hemos perdido hasta el poder de contemplar y disfrutar la belleza con nuestros sentidos y eso es lo más peligroso. El sistema insiste en masticar todo y hacernos tragarlo todo de manera sintética, comida, artes, educación, viajes, trabajo, conciencia. En resumen, el pensamiento y los sentidos se están convirtiendo en realidad virtual y eso es lo peligroso, que no seamos capaces de entenderlo. Un abrazo y quedo a la espera de tu siguiente columna.

    • Darío dice:

      La peligrosa es usted santa Livia A .
      Intolerante del todo o nada , no permite que los demás piensen diferente. Sus comentarios parecen sentencias estalinistas de gulag . Qué sigue ? El patíbulo a los que disfrutamos de la fotografía ? Con razón promueve al peje cada vez que puede.
      PD: Cada vez que voy a Barcelona tomo mil fotos y las disfruto después en mi pantalla retinal. Viva Mac.

      • Livia Alicia dice:

        Que flojera, otro soldado del sistema que no entiende lo que lee. Qué bueno que puede ir a Barcelona (En la colonia Juarez seguramente), que malo que no entienda que el problema no es la fotografía, lo que aquí señalamos es lo grave que resulta la banalización de los sentidos, que resulta de un exceso de tecnología en la contemplación. Es muy cierto que cada quien puede hacer lo que quiera con su vida. Lo único que no se puede, es no pensar y no entender; porque eso nos hace víctimas de la insensibilidad y estupidez. Y con respecto a su tabasqueño favorito, ese es su problema, los que lo mientan y lo promueven son ustedes, no yo. Lo hacen solo intentando desprestigiar el trabajo de Alma y a quienes le seguimos, pero bueno…. sus recursos son tan banales y tan imbéciles que resultan perfectamente reciclables y predecibles. Siempre dicen lo mismo para agredir. El que ustedes prefieran no pensar y no entender, no quiere decir que tengan la razón. Vaya usted a Bucareli y pida su correspondiente pago por su “Colaboración” no sea que no le alcance para su próximo “Boleto de avión”.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Selfie stick es la nueva plaga, Livia, los vi el año pasado, por ahí de octubre, fuera de México y era un caos, estorbosos, torpes, ciegos… reflejando esto que somos en masa en algunas ocasiones.
      Hay una crisis sistémica, los excesos que nos faltan por ver son muchos pero no durarán tanto, lástima que tal vez ni mi generación ni la tuya verán el regreso a la sensatez… pero volverá, los movimientos históricos son pendulares, de un extremo al otro hasta encontrar lo más parecido al centro.
      Un abrazo grande, gracias por seguir leyendo.

  12. No tengo opinión porque existe otro mal que aqueja a nuestra humanidad y es el de creer que contestar a cada cosa que aparece en internet es necesario, es como pensar que validar al autor es nuestra tarea y que sin nuestra validación eso no existe.
    Pif que jodidos que estamos.

    Lo que si puedo decir es: me gusta mucho tu texto.

    • Alma Delia Murillo dice:

      A mí me gusta tu corazón, tu terquedad, tus hermosas fotos.
      Ya tú sabeh… y es un privilegio que te asomes a leer mis textos.

  13. Paulina dice:

    Alma, estamos en la época de la presunción, el principal problema no radica en tomar o tomarse fotos en los viajes y lugares que visitamos, el problema está en que casi siempre al apretar el botón para tomar la foto ya se está pensando en qué red social se va a compartir. De más está decir que estas fotos resultan ser tan fugaces como nuestra visión en el sitio, pues pocos son los que se toman el tiempo de descargar de su dispositivo, guardar y algún día volver a mirar estas imagenes.
    Debo decirte que yo aún soy de estas pocas personas, y quiero también compartirte un secreto: yo tomo fotos de los lugares a los que voy, muchas, muchas fotos, porque muy dentro de mí habita un miedo, miedo (sin drama) a algún día enfermar y no recordar esos momentos vividos, y a través de esas imágenes quisiera aunque sea poder sentir con el corazón lo que mis ojos vieron algún día.
    Abrazos.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Paulina querida,
      Te leí y sentí escalofríos: el miedo a la locura es algo que me acompaña desde niña. El miedo a la desmemoria es otra cara del mismo.
      Mi bisabuela y mi abuela fueron tan longevas que al final su cerebro eran restos de una ciudad en la posguerra: todo en pedazos, confuso, polvoso… una pena.
      Pero de repente, mi abuela Paz, por ejemplo, se levantaba y hablaba sin parar sobre chistes o sobre la revolución y Francisco Villa, “ese pobre hombre, cómo lo mataron”… decía.
      Ahí comprendí que no se puede poseer a la memoria, iré más lejos: no se puede poseer al cerebro; es un perfecto desconocido e indomable.
      Así que, sintiendo el mismo miedo que tú, cada vez me resigno más a que no habrá nada que pueda hacer para controlarlo. Por lo pronto hoy, aquí y ahora, quiero sentir y saber lo que siento y sé y dejar que llegue hondo aunque no tenga ninguna foto para mostrarlo.
      Un abrazo

  14. César dice:

    Frivolidad y consumismo, nos están devorando, mientras al mismo tiempo el ambiente se deteriora, la economía global y los gobiernos neoliberales aplastan a las mayorías, mientras los que pueden ser consumistas viven en un “mundo feliz”, todo orquestado, todo manipulado… como especie dejamos mucho que desear.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Sí, César, nuestras conductas como especie en algunos aspectos son todo menos evolutivas…
      Te mando un abrazo.

  15. Alfonso LC dice:

    Me hiciste recordar, Alma. Hace poco pude pararme ante a la pintura más famosa del mundo: la Mona Lisa de Da Vinci. Me costó trabajo llegar al frente de la muchedumbre para ver la obra sin estorbos. Ahí estaba, pequeña en su tamaño y enorme en su serena fuerza. Me quedé ahí hasta que quise. Y cuando me di vuelta para salir de esa sala del Louvre, me di cuenta de que la muchedumbre no veía la pintura sino hacia el lado opuesto, hacia la salida. Sólo pude ver a un asistente “despistado”que seguía viendo el cuadro. El resto daba la espalda a la obra y, celular en alto, se tomaba el obligado Selfie sobre el que escribes hoy. Y sí, esa pendejada no reconocía nacionalidad, color de piel, sexo ni idioma: todos estaban metidos en la onda del Selfie. Supongo que entre sus cámaras y la Gioconda habrán captado cientos de turistas y lejos, allá al fondo, la pintura que ya consta que fueron a ver, pero no vieron.

    • Quique dice:

      Hay , hay , hay hay , qué sensible señor , me hizo llorar de tanto naco que no lo dejó observar detenidamente.
      Fui ayer a contemplar a virgen de Guadalupe y no pude verla detalladamente porque las escaleras eléctricas no me lo permitieron.
      Porfa, denme luz , estuve mal en sacar un montón de fotos con mi iphone 6 ?

      • Samuel Lechuga dice:

        Ay mi querido Quicorrin no rebuznas porque no das la nota. Te recomiendo leas nuevamente la nota de Alfomso y si tienes un ápice de humanismo y sensibilidad lo entenderás si no te diré lo que me decía mi maestro de Matemáticas Dn. Eusebio Balderas “siéntate algún día aprenderás”

      • Quique dice:

        Quiero llorar , pobre Gioconda, opacada por la selfie del respetable. frívolo.
        Firmen una petición que se vuelva decreto para prohibir las selfies ,donde el arte deba admirarse por lo menos media hora si no al torito.
        Chicle y pega. y el tabasqueño cumple su berrinche cuando llegue al poder e institucionalice el palo de escoba en lugar del de la selfie.

      • Alma Delia Murillo dice:

        Oiga, Quique, una ayudadita para que pueda escribir mejor sus sarcásticos comentarios que un sarcasmo mal escrito pierde todo su brillo.
        – Hay: de haber, que se utiliza para conjugar verbos en tiempos compuestos.
        – Ahí: para señalar lugar.
        – Ay: Interjección para lamentarse, ¡Ay!, eso es lo que usted, supongo, quería decir pero no dijo.

      • Pat dice:

        Pero si HOLAAAAA!!!!
        La que escribe de frivolidades y sin cuidar sus textos….

    • Alma Delia Murillo dice:

      Ya sé, Alfonso, como bien apuntas, la cosa es universal.
      Hay que vivir y ver pero vivir y ver logran evadirse muy bien tomando fotos.
      Es más bonito recurrir a la trinchera que lanzarse al vacío de la experiencia, al menos es más calmo.
      Lo otro agita y no queremos que eso pase.
      Un abrazo

  16. juan encinas dice:

    Pertinencia y tolerancia
    dos ausentes en tu texto, Alma.
    .
    Me sobran algunas preguntas,
    te devuelvo un par :
    ¿ el Vivero es el mismo si corres o si no ?
    ¿ porqué estropear el prefacio de un libro,
    con una personal manuscrita dedicatoria ?
    .
    Pasas de no desenfundar la cámara
    para intentar la mejor toma
    del rincón más bello del mundo
    en el mas rico momento de mi vida
    a repetir incansablemente detener la caída
    de la torre de Pisa, pero yo mero Romero.
    .
    ¡ Auxilio Beco, no nos comprenden !
    por supuesto que disfruto mucho
    más una visita con LIBERTAD de
    tomar fotos de estupendas obras
    que sólo babeándolas, que también es rico..

    La absurda preferencia al cuadro que señala
    Alfonso tiene cola…Antes veíamos multitudes
    peleándose la privilegiada barrera de primera
    fila, prácticamente recargándose en las obras
    maravillosas contiguas, incluso una linea en el
    piso desde el acceso conduce directamente,
    como para no perder tu valioso tiempo en las
    baratijas de segunda.
    .
    Yo no selfío, no, pero tampoco lo impido.
    Yo no oro en los templos, pero ruego
    que me permitan disfrutar de su divina
    creación, y claro, me permitan coleccionarla !

    Beso foto gráfico
    y otro foto higiénico,
    Alma

    • Alma Delia Murillo dice:

      Mi querido Juan,
      Tolerancia sí me falta, eso no te lo deniego, cada vez tolero menos a las multitudes y nuestro comportamiento masivo.
      Pero la pertinencia es otra cosa:
      Me parece más que pertinente preguntar si es la foto la que sustituye a la experiencia y hurgar para entender por qué tenemos tanto miedo de sentir a pelo, sin anestesias, sin selfie stick y sin smartphone, sin emoticones: piel contra realidad.
      Mientras te escribo lo encuentro más que pertinente. Con perdón. Esta generación a la que pertenezco tenemos mucho, mucho que cuestionarnos.
      Otra cosa: amo escribir sobre los libros porque aprendo más y mejor, la experiencia sucede; correr sobre los Viveros hace que la experiencia suceda. Ahí tu cuestionamiento es equívoco: no es lo mismo ejecutar que mirar para introyectar, la foto se “ejecuta”, lo otro necesita tiempo, valentía, encuerarse el alma. Y no, no puedo preferir la selfie.
      La fotografía es un arte en sí misma, la fotografía, tu llamado a Beco es por eso. Y aquí, de nuevo, mezclas el atole con el engrudo, eso es distinto a la selfitis.
      Un abrazo y dos besotes por estas discusiones tan sabrosas.
      Gracias siempre por tu lectura y tus cuestionamientos.

  17. Escribano dice:

    Querida Alma.
    Dejo constancia de la lectura de tu artículo que me pareció excelente. Confieso que si he realizado selfies pero sólo con personas. A partir de hoy lo pensaré y trataré de evitarlo. Como siempre un merecido abrazo y un beso sin selfie.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Escribano querido,
      Gracias por venir y leer y compartir y escribirme.
      Mi perorata no era para que la selfie desaparezca, era (es) una larguísima pregunta sobre la intimidad de las experiencias, sobre la belleza.
      Un abrazo

  18. Jorge dice:

    Estimada Alma he recorrido muchas partes del mundo , quizas por mi edad , he podido ver muchas maravillas
    De las cuales no tengo foto , pero estaran conmigo hasta mi ultimo dia
    En efecto hoy se viaja solo para documentar el viaje y nos hemos convertido
    En turistas de foto.
    Te envio un gran abrazo y gracias por esta columna de sabado

    • Alma Delia Murillo dice:

      Hola, Jorge,
      Sí, el turismo de foto es, francamente, una pesadilla.
      Porque por otro lado, complican muchísimo la logística en los lugares cuando uno sólo quiere quedarse y contemplar, pero no hay modo con la gente parada frente a los objetos cubriéndolos por completo para hacerse la selfie.
      A la mejor envejecí antes de tiempo, jajaja, y por eso me molesta tanto, siempre digo que soy una anciana prematura… a la mejor no estoy tan equivocada.
      Gracias por tu lectura, un abrazo.

  19. Jose Antonio Herrera dice:

    Colega:

    Acotación… si ya no podemos parar la sociopatía, como bien dices, CARAJO por lo menos que tomen video con el pinche teléfono en horizontal. A los productores de TV nos vuelve locos que nos envien videos verticales….En serio, a menos que sea el nino bailando o una guapa modelo desfilando, caray, volteen los telefonos a horizontal!!!!! AH, que la mujeres dejen de tomarse fotos en el sanitario…

  20. Eduardo Aguilera dice:

    Alma Delia. Estoy terminando de leer “Las noches habitadas” mi disfrute a una buen manejo de las personajes, y ritmo de altos y bajos me recordaron las clases de dramaturgia que tomé con Hugo Argüelles hace casi 20 años. La felicito por su cuidado al redactar. Si ha escrito teatro, opino que se debe montar su trabajo y publicarse.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Eduardo,
      Te agradezco profundamente tu lectura de mi novela, de verdad.
      Qué curioso lo que dices, me han propuesto un par de veces llevar la novela a un escenario de teatro, como tipo Stand Up o monólogos de los personajes… nada me haría más feliz pero esas cosas llegan, no es que haya que salir a buscarlas.
      Estudié Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de Filosfía y Letras de la UNAM, supongo que se nota en los diálogos de mis personajes… deformación profesional pues.
      Un abrazo, gracias de nuevo.

  21. MINERVA dice:

    Maravilloso. Es verdad, dejamos de disfrutar para solo evidenciar.

  22. Enrique Lechuga Ballesteros dice:

    Estimada Alma:
    Erich Fromm, el gran psicólogo alemán, se cuestionó sobre las formas del amor bajo el modelo capitalista. Su conclusión fue tan cruda como radical: “La felicidad del hombre moderno consiste en la excitación de contemplar las vidrieras de los negocios y en comprar lo que pueda”. A esto habría que agregarle “y mostrarlo a los que le rodean”.
    |
    Cuando la sociedad da mayor valor a lo que el hombre posee que a lo el hombre es, podemos ver comportamientos como el que relatas de la autofoto con una obra maestra de fondo. A ella, como a muchas otras personas, no les interesa lo que ven sino que las vean. Si uno mismo se valora por lo que uno puede comprar, tampoco puede uno apreciar la belleza porque no se puede adquirir con dinero.
    |
    Las autofotos se han convertido en la única forma que muchos tienen para confirmar su existencia en un mundo que estandariza las experiencias, los sentimientos, la vida misma. Si no apareces en las redes sociales, no existes. Si tus fotos, especialmente tus autofotos, no obtienen muchos “me gusta”, vales poco o nada; vales tanto como amigos tengas en “Facebook” o seguidores en “Twitter”.
    En eses sentido, Fromm parece haberlo predicho: “Nuestra sociedad occidental contemporánea, a pesar de su progreso material, intelectual y político, ayuda cada vez menos a la salud mental y tiende a socavar la seguridad interior, la felicidad, la razón y la capacidad para el amor del individuo; tiende a convertirlo en un autómata que paga su frustración como ser humano con trastornos mentales crecientes y una desesperación que se oculta bajo un frenético afán de trabajo y supuestos placeres.”
    |
    En la medida que estemos conscientes de las motivaciones de lo que hacemos y que entendamos que la felicidad está intrínsecamente ligada a cómo abordamos la vida y no cómo vivimos, seremos más libres y más felices.
    |
    Recibe un fuerte abrazo.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Uf, lapidario lo de Erich Fromm, lo leí hace muchos años, Enrique, y ya no lo recordaba.
      Gracias por citarlo aquí.
      Sí, es justamente eso de lo que hablo, lo externo, la barricada que hemos construido con seudo experiencias y con muletillas digitales es alarmante. Sé que la mayoría dirán “qué hueva, qué amargados” porque insisten en ver sólo la superficie, en creer que atacamos el móvil y defendemos la comunicación con señales de humo, o como dijo alguien en algún comentario que pronto atacaré a los autos y defenderé el uso de la carreta, jajaja, me hace gracia la reacción; la defensa que hacen sólo confirma mi tesis: superficialidad, superficialidad, superficialidad. De eso está hecho el mundo de las redes sociales y sí, termina por romper la psique como bien anticipaba Fromm.
      Un abrazo.

  23. Sara dice:

    Almita querida, hace poco tuve una conversa-discusión con unas de mis hermanas por lo poco afecta que soy a que me tomen fotos, (Es que no soy fotostática ni fotogénica) y me dicen”¿pero si se te olvidan todos los momentos agradables que has pasado?les digo que de los momentos más memorables de mi vida no tengo fotos y están ahí como si los hubiera vivido hoy, y si llega Alzheimer, ni las fotos podrán apartar la bruma de mi memoria y espero que quienes tengan un buen recuerdo de mí tampoco necesiten una foto mía para estar en sus pensamientos…
    Muy inteligente tu escrito como todo lo que escribes…ya leí tu novela, muy completos e interesantes los personajes…adorable la Carlota…que gran sensibilidad en el manejo de la situación del incesto…eres muy buena escritora y cada día lo serás más…Bendiciones y un abrazo.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Sara queridísima,
      Sí, tu verdadero tú, el más íntimo, el más identitario, es el que no ha tocado nadie, el que no ha sido exhibido en una foto ni en una carta de amor siquiera: eso eres tú y es tu pedazo de eternidad interior.
      Es complicado explicarlo, pero sé que sabes de lo que hablo.
      A mí me gustaba tomar fotos pero de unos años para acá, cada vez le veo menos sentido, la foto me distrae de estar, de vivenciar, de sentir.
      Muchas gracias por lo que me dices de mi novela, qué ilusión que la hayas leído, Carlota se me volvió entrañable, tanto que a veces la extraño, ella sí que podía reírse de todo.
      Y gracias por tu fe en mí, casi quiero llorar con lo que me dices: aposté todo en mi vida para dedicarme a escribir, cambié de casa, dejé el trabajo, renuncié a una forma de vida y no creas, a veces me aterro… gracias por los ánimos siempre.
      Te mando un abrazo largo y apretado.

  24. Camila dice:

    La alegría es el adorno más vulgar de la belleza (parafraseando a Camus). Más aún en esta sociedad eternamente asustada de lo efímero. Genial columna 🙂

  25. Wendyalc dice:

    Hola, Alma:

    El reconocimiento social se ha convertido en el siguiente nivel a alcanzar para sentirnos medianamente felices. ¡Qué torpeza! Disfruté mucho leerte hoy y recordé aquella escena de la película “The secret life of Walter Mitty”, en la que el personaje que interpreta Sean Penn, un fotógrafo, recorre los Himalayas para captar con su cámara al leopardo de las nieves y, justo cuando el animal posa delante de su lente, decide no presionar el obturador y guardarse el momento sólo para sí, reconociendo la belleza que está sucediendo delante de sus ojos. Desde que vi aquella escena, pensé en la profundidad de esa acción y ahora vienes a confirmármela.

    Un abrazo, como siempre.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Claro, Wendylac,
      Dice Roland Barthes que sólo lo que guardamos en la intimidad es lo que realmente nos da identidad, es nuestro tesoro totémico y está hecho sólo de vivencias, de memoria, de algo que nadie más allá afuera ha visto porque está en lo más dentro de sí…
      Te mando un abrazo grande.

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