Amar y beber

Fotografía: Alberto Alcocer / @beco / b3co.com

Fotografía: Alberto Alcocer / @beco / b3co.com

Es que amar es sufrir, querer es gozar.

Así dice el canto del afamado poeta.

Y de beber ni hablamos porque seamos honestos, camaradas, aventuras eróticas-etílicas con sus respectivos tintes de romanticismo y drama hemos tenido todos. O casi todos. Ay de aquellos que no se cuentan en el segmento que puede preciarse de haber transitado por estas agridulces y resacosas experiencias: no han vivido.

Antes de que los asépticos sobrios o, peor aún, los corrigeplanas compulsivos de la red nos juzguen y regañen a quienes nos hemos aventurado en semejantes andanzas debo decir en nuestro descargo que la  culpa, como siempre, es de las hormonas: endorfinas, oxitocina, mezcalina (¿esa no es hormona?) y otros neurotransmisores que provocan un efecto analgésico, una sensación de bienestar que hace que una sienta como si sintiera, bese como si besara y diga sí como si quisiera decir sí.

Tan parecido al amor pues. Y si el que ama no puede pensar, el que bebe menos.

Y todo lo damos, todo lo damos.

Ocurre que el cerebro se confunde, ese desconocido que controla nuestra existencia recibe la señal de endorfinas liberándose y no sabe si está entrando en un proceso embriaguez o de enamoramiento.

El cerebro, ese cabrón. Y el alcohol, ese culero.

Puestos a destruir ese par pueden aniquilarnos.

La cosa es que mi atontado cerebro y el alcohol me proporcionaron un par de historias que quiero contarles: conocí al señor Q en un breve curso de Simbolgía hace algunos años, no me interesaba especialmente pero él sí ponía mucho interés en mí; pasaron las semanas hasta que una pantanosa noche en una pantanosa fiesta, coincidimos. Se empeñó durante horas lanzando su artillería pesada contra mí pero el verdadero knock –out vino luego del sexto mojito (hasta donde recuerdo). Hagamos aquí una decentísima elipsis y situémonos en la mañana siguiente. El oprobioso momento en que una se pregunta, ¡¿qué hice?! … superamos como pudimos esos incómodos minutos bajo la luz del día buscando nuestros respectivos jeans, le ofrecí un vaso de agua y le pedí, amablemente, que se fuera de mi casa. Pero el señor Q, víctima de al menos una docena de mojitos, recuerdo bien que bebía al doble de velocidad que yo, creyó que estaba enamorado. Oh, no, señor Q. Mensajes no, querido; llamadas, menos; flores, jamás; libros, bueno; y chocolates también. Pero yo no tenía el menor interés. Lo comprendió luego de insistir durante algunas semanas. Y me prometí, ya saben, que nunca más. Grabé a fuego esta promesa en mi interior: no lo vuelvo a hacer.

Y lo volví a hacer. El apuesto L se me apareció una deslumbrante noche en medio de una deslumbrante fiesta. Cuatro mezcales: esta vez, me dije, no tomaré más de cuatro. Suficientes para sentirme flechada hasta la pulpa de la osamenta. L y yo hablamos de alcohol y literatura honrando a Bukowski, Hemingway, Óscar Wilde y Chavela Vargas. Es decir que fuimos un par de ordinarios idiotas llenos de lugares comunes pero sintiéndonos extraordinarios y brillantes.

Volvamos a la elipsis, esta vez no por decencia sino por cuestiones de extensión del relato. (Ajá)

A la mañana siguiente me levanté feliz. Me bañé, preparé café y puse a tostar pan fantaseando eufórica con los planes para mi futura vida con L que cuando despertó apenas me miraba, dio dos tragos al café y se enfundó en los jeans como pudo, yo hice lo propio y es que éramos nosotros mismos vistiendo la misma ropa, éramos nosotros mismos pero la luz ya era otra… es que amaneció sin querer, como canta el malagueño Toni Zenet, otro grande para acompañar penas etílicas y amorosas.

Esperé un par de días a que sonara el teléfono, ya saben, por si tal vez se había sentido intimidado en mi casa y lo que necesitaba era tiempo. Oh, no. Ni mensajes, ni llamadas, ni malditas flores, mucho menos libros o chocolates. Lo di por perdido. Pues sí, amigos, hay que ver cómo es el amor, que vuelve a quien lo toma, sobre todo a quien lo toma derecho.

Pero es que algo hay de admirable en atreverse a ser gavilán o paloma, en permitirse perder el control pues el alcohol amansa egos como el mejor domador de fieras y deja un par de historias bajo la cama y eso, al menos para mí, siempre será un saldo a favor. Y como dijo Bukowski:

Creo que necesito un trago.

Casi todos lo necesitan,

solo que no lo saben.

@AlmaDeliaMC

46 Responses to “Amar y beber”

  1. antonio dice:

    Si, a veces amansa egos y otras los fortalece, tal vez sea la frecuencia, el trago, la compañía o la soledad, lo cierto es que en nuestras ceremonias y ritos contemporáneos nadie como el Cíclope, verdugo de Ulises, puede resistirse a tales libaciones, ambas empiezan y terminan por chupar, en estricto sentido y por fortuna.

    Salud.

  2. Darío dice:

    No corrijo planas., y sin embargo le pregunto: qué le pasa ? Este tipo de textos los leo en el periódico metro en la sección de relatos eróticos y consejos amorosos .
    Mal , muy mal.

    • mcjaramillo dice:

      ¿Y los que no tenemos el periódico “Metro…? Cuando menos, es un egoísta. Mal, rematadamente mal.

    • Víctor dice:

      Es simplemente la vida…!!!

      • Guillermo dice:

        Sí una vida ligera, estilo NINI, hueca, y sin sentido… simplemente apareándose como animalitos.

    • Santiago Valdovinos dice:

      No lo tome tan en serio Darío. Aquí se comparten experiencias ligh , soft narrativo y sus lectores potenciales de fin de semana también ; agua de sabor diluída o revista de divulgación estilo citas citables de selecciones. Si quiere ensayos serios le recomiendo Letras Libres.

      • Carlos S dice:

        Buena respuesta, Santiago!!!!

      • Juan Carlos dice:

        Saludos, Santiago. Yo sí le hice caso y me dirigí al sitio recomendado. Muy bueno y variado pero… también allá se cuecen habas: también hay agua de sabor diluida y artículos estilo selecciones y además, mal redactados (me chuté una reseña acerca de la obra de Luis Nizishawa y otra acerca de poltergeist). Ergo, que cada quien lea lo que le guste y el que lea lo que no le gusta, tiene doble mérito.

  3. Eloy Armando dice:

    “Al que amante me sigue, dejo ingrata” chingado no se les entiende! ¿No le marcaste? Gracias a ese cabron de L tenemos este bello relato. Sigo leyendo tus lágrimas de la semana pasada y ahora este. El universo te hizo tan nuestra, que es imposible no adorarte. Eso de que no te hable el bato es peor que una resaca etílica. Pero se pasa. Espero y no venga la comuda corrigeplanas a chigar. Abrazos de corazón a corazón.

  4. Enrique PM dice:

    Ay Alma! Mes has hecho recordar algunas cosas de hace algunos (no tantos) ayeres: coincido con tu remate citando a Bukowski. Y me has hecho cerrar los ojos con una sonrisa y una lágrima por igual. Saludos sobrios desde la madrugada de este sábado…

  5. mcjaramillo dice:

    Me encanta la gente libre, sin complejos, sin hipocresías, sinceras y consentido del humor.
    Yo he agarrado alguna melopea que otra, pero de vino tinto.
    Buen fin de semana, querida Alma.

  6. Jonathan dice:

    Alma, ¿Justicia divina? Pues quién sabe. Maldito alcohol puede ponerte a la mujer que siempre quisiste o pu terminar con la mujer que menos esperabas. Así es esta vida.

  7. Roberto Moreno dice:

    Escribe Carlos Barral en el prólogo de “La leyenda del santo bebedor” de Joseph Roth:
    Se trata de que el vino, o lo que el lenguaje de la ciencia y de la justicia moteja de alcohol, es decir, de carbón, existe por encima de la imaginación humana y del conocimiento de los hombres y que, como un ángel, de cuando en cuando juega con el mundo entero para distracción del bebedor, su devoto.

  8. samuel Lechuga dice:

    Ah esas guarapo tan intelectuales oyendo a los Beatles a Bach, o Carmina Birana, discutiendo filosofía, política o literatura y dornicando con Bach. Sensacional. Al otro día los Panchos, una coca cola y unos chiñaquiles meta picantes, genial.
    Por cierto estuve en ambos papeles también, pero creo que es parte del encanto. Ultima recomendación en estas lides hay que luchar siempre enmascarado. Saludos Alma

  9. lalo dice:

    Este tipo de vida nos lleva a enfermadases como el papiloma humano , gonorrea , etcétera . No le encuentro nada bueno andar presumiéndolo.

  10. Víctor dice:

    ¿Cuantas veces culpamos al alcohol por aquellas metidas de pata? ¿Y cuantas nos beneficio poniendo al alcance nuestras fantasias?. “Un par de ordinarios idiotas llenos de lugares comunes pero sintiéndonos extraordinarios y brillantes.” Esa frase es tan precisa. Tuve la fortuna de vivir la segunda experiencia y ser correspondido… y acá estamos despúes de 5 años creando más lugares comunes aunque ya sabiendonos un par de ordinarios idiotas.

    Como dice Silvio “Ay, la vida! que se llena de instantes, que se llena de gentes,que se llena de igual. Con su víspera muda, con su infancia desnuda, con su ocaso fugaz.”

    Linda columna para aquellos que aun tienen la resaca del viernes y están por descubrir que les trae la mañana.

  11. José M. Ruiz dice:

    “Al mirar de pronto el sitio que ocupaste
    y ver que ahora ya no estàs,
    me abruman los recuerdos
    y el loco que me habita se pierde sin remedio…”

    Gracias, AlmaDelia. Me has dado una mano en este infortunio compartido.

  12. Mirega dice:

    La diversidad de opiniones demuestra que lo dicho “llega” y quienes condenan al artículo de alguna manera han vivido reprimidos y curiosamente el alcohol libera represiones, muchos dan rienda suelta a placeres que no se atreven estando sobrios, bien es pensar que la experiencia nos puede traer desde recuerdos que nos satisfacen hasta lo más desagradable, siempre es un riesgo y “hay que ser responsable hasta para lo irresponsable” aunque muchos no estén de acuerdo.

  13. Francisco dice:

    Me contaron los amigos de unos primos que una noche iniciaron una celebración en en congal donde habian unas chicas poco agraciadas. y todos les hacian el feo, después de 6 alcoholes las volvieron a mirar y uno dijo…y estás bellezas a que hora llegaron que no las habiamos visto? y empezó la celebración

  14. Enrique Lechuga Ballesteros dice:

    “Estoy en el rincón de una cantina, oyendo la canción que yo pedí…”
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    Siendo el alcohol la droga legal de mayor consumo en el mundo, no es sorprendente que se le asocie a todos los eventos emocionales del ser humano. Desde la tele, revistas, anuncios espectaculares y películas, se nos bombardea con imágenes de gente alegre bebiendo alcohol, disfrutando de la vida. Nacimientos, bautizos, compromisos, negocios, vacaciones, reuniones de amigos, citas románticas y toda clase eventos que impliquen sentimientos y emociones se llevan a cabo con una bebida alcohólica en la mano.
    Incluso existe una “cultura del alcohol” en la cual tus conocimientos sobre determinada bebida alcohólica son valorados como símbolo de cultura y hasta se te juzga por lo que tomes – en Chilangolandia, la cerveza artesanal y el mezcal son las bebidas en boga para la clase media con ínfulas de intelectualidad, por ejemplo.
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    “Me están sirviendo ahorita mi tequila, ya va mi pensamiento rumbo a ti…”
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    Se nos ha hecho creer que las emociones toman mayor relevancia con el alcohol y esa creencia se ha enraizado en la cultura: “Para todo mal, mezcal. Para todo bien, también”. Al final, todo se reduce a experimentar la realidad distorsionada: ya sea aumentada o disminuida.
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    “Yo sé que tu recuerdo es mi desgracia y vengo aquí nomás pa’ recordar…”
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    Como todo en la vida, las cosas no son inherentemente malas o buenas sino todo depende de la forma que las abordemos o podamos lidiar con ellas. La cara oscura del alcohol nos muestra desde crudas morales hasta personas con inhabilidad fisiológica o psicológica para controlar el alcohol pasando por arrepentimientos, embarazos no deseados, transmisión de enfermedades venéreas por no usar protección, accidentes automovilísticos o de otra índole, devastación y muerte.
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    “Me están sirviendo ya la del estribo. Ahorita ya no sé si tengo fe…”
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    Habrá quien sólo necesite una taza de café o un vaso de agua para socializar mientras otros requieran un trago en la mano, y tal vez otro entre pecho y espalda para desinhibirse.
    Conviven en este mundo, los que pueden irse acostar con alguien con los sentidos bien despiertos o quienes necesitan adormecer su pudor y prejuicios con el alcohol.
    Existen los que pueden ser felices genuinamente sin echar trago y los que si no lo celebran con alcohol no les sabe a felicidad; los que pueden relajarse con una taza de té de jengibre para dormir bien o los que requieren “algo más fuerte”.
    Lo que realmente importa, lo que trasciende, es que hagamos lo que hagamos lo elijamos en plena consciencia y no por seguir a la manada.
    *
    “Ahorita solamente yo les pido que toquen otra vez ‘La que se fue’…”

    • araceli dice:

      Senor Enrique Ballesteros: disfrute muho su comentario (articulo) sobre el mexicano, es para un premio de sociologia y psicologia mexicana. Me gusto mas su articulo que el desta fulana murillo; GRACIAS; ademas me hizo reir mucho. GRACIAS.

      • Enrique Lechuga Ballesteros dice:

        Se agradece el comentario, Araceli.
        Sin duda, los textos de Alma Delia son una fuente de inspiración para muchos de nosotros; a mí me hacen recordar vivencias y reflexionar sobre tantas cosas por las que hemos pasado muchos de nosotros y de las cuales hemos aprendido. Es simplemente la vida.

        Recibe un fuerte abrazo.

    • samuel lechuga dice:

      Querido tocayo
      Ora si te volate la barda. Simplemente excelente. y ademas muy cierto. Con o sin Alcohol, con o sin cruda. Te mando un saludo

    • sara dice:

      Magnífico!!! Muy lúcido su comentario…

    • Pat dice:

      Gracias….

  15. Juan Carlos dice:

    Me dieron ganas de hacer cosas que tenía olvidadas. Muchas gracias por disparar justo ahí, donde los tragos y el amor se juntan.
    ¡Un Fuerte abrazo!

  16. BELLOTA dice:

    A MI ME AGRADO , SALUD¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

  17. Francisco dice:

    Tuenes razón lalo, encierrate con norberto rivera, ahí nada te va a pasar

  18. Carlo dice:

    Hace años, casi me da un colapso cuando al despertar descubrí a mi lado a mi vecina. ¡joder!
    Afortunadamente logramos sobrevivir a la cruda realidad y ahora somos buenos amigos. Eso sí, nos saludamos en el pasillo y cada quien a su departamento, no vaya a ser…

  19. MONICA SANCHEZ dice:

    Mas claro ni el agua electropura, Te levantas y no sabes ni con quien dormiste pero si recuerdas con la piel lo bien que la pasaste, claro, la luz del dia, como a vampiros, nos hace salir corriendo, ni desayuno ni beso de despedida ni promesa de verse nuevamente, pero lo bailado nadie nos lo quita y comenzamos el dia, aunque sea a las tres de la tarde, contentos y dispuestos a bailar de nuevo.

  20. Moctezuma dice:

    Cuando se despertó no recordaba nada de la noche anterior
    Demasiadas cervezas dijo al ver mi cabeza al lado de la suya en la almohada y la besé otra vez
    Pero ya no era ayer sino mañana
    Y un insolente como un ladrón entró por la ventana…….

    Donde habita el olvido, Joaquín Sabina
    (Los besos que perdí por no saber decir te necesito)

  21. Livia Alicia dice:

    Pues soy abstemia, pero no te creas, estas situaciones pasan hasta sin beber…. Salud con agua de limón y como dice la canción, amor, amor, nació de ti, nació de mi, de la esperanza…..

  22. Esccribano dice:

    Querida Alma.
    Excelente arriculo, excelentes comentarios(bueno, no todos), excelente foto de Beco. Alcohol y amor no siempre son. compatibles. El alcohol es un depresor del sistema nervioso central y de godo lo demas. Terminaremos en el menor de los casos dormidos y sin haber hecho lo que debimos hacer. Tomar con medida y discrutar la desinhibicion. Del momento. Salud. Beso y abrazo.

  23. Luciano García dice:

    Debo confesarte que fui abstemio hasta los 37 años. Pero cuando “descubrí” el tequila dije “De aquí soy”. Lamentablemente eso me privó de experiencias como las tuyas, que dicho sea de paso, a veces me dan envidia.
    Sin embargo, si tuve algunas experiencias parecidas, sin el alcohol de por medio, donde siempre me preguntaba ¿Cómo pude estar con esa chica que ni me gusta? Después del acostón las encontraba poco atractivas y hasta repelentes. Pero ahí estaba y no era sueño ni pesadilla.
    A lo que voy es que la liberación de neurotransmisores no fue producida por el alcohol. Ya quisiera yo haber estado borracho. Por lo menos tendría justificación, pero no. Lo hice sobrio y en mis muy- disminuidos-quién-sabe-porqué cincos sentidos. ¿Me arrepiento? A veces. ¿Aprendí algo? Si, por lo menos a no dejarme llevar por las chicas, alcoholizadas o no, que me quieran llevar a la cama con aviesas intenciones (el sexo era el medio, no la finalidad).
    Pero como dices, esto es la vida y solo hay que vivirla, esperando no cometer errores y si no, pues por lo menos disfrutar del error.
    Saludos, Alma Delia. Recibe un abrazote de oso y que sigas disfrutando de la vida, con alcohol o sin el.
    Hasta luego

  24. Enrique dice:

    Exelente, muy chingon!!! Felicidades Alma..

  25. Joell dice:

    Y tienes toda la razón,Livia, mientras tengamos salud mental y fisica equilibrada, todo lo demas son hormonas en espera de ser activadas y hay mil maneras de hacerlo, todo es cuestión de que nos acomode según nuestra personalidad,el tema que nos ocupa lo miro como una vía corta con sus recompenzas y consecuencias, yo soy de los tuyos ,nada como la naturaleza vestida de ocación con encajes de complicidad y gustito

  26. carlos carreola dice:

    Luego de 3 bacardis, y después de las 12 de
    la noche, si es mujer, mejor—-

  27. Enrique Ide dice:

    Por eso es que se dice que el alcohol es astuto, poderoso y desconcertante.
    Buen día Alma, que bonito escribes.

  28. LGS dice:

    En muchas de tus columnas me he visto reflejada… como la de el porque te gustan los hombres y la anécdota de tu abuela y su novio, en ellas leo lo que pienso y que a veces digo y a veces callo.. ésta se ha conventido en otra de mis favoritas… aplauso de pie!

  29. Débora Hadaza dice:

    oye cada vez es más difícil escribirte, te comentan a chorros, que chido! Bueno yo no tomo, pero que buen texto te aventaste, yo me emborracho a besos, eso me ha sido igual de bochornoso y peligroso, me vuelto gavilana y paloma, jajaja, abrazo.

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