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Estrés, confinamiento, sexting… El impacto de la pandemia en la vida sexual

domingo, octubre 4th, 2020

La vida sexual es uno de los aspectos que se han visto impactado por la sana distancia e incluso el confinamiento. De acuerdo con una encuesta realizada por la Asociación Mexicana Para La Salud Sexual (Amssac), la disminución de la conducta sexual en pareja se asocia con el grado depresión, ansiedad y estrés y con la violencia sufrida; además, el uso de videollamadas sexuales y sexting incremento en un 38 por ciento de las y los participantes.

Ciudad de México, 4 de octubre (SinEmbargo).- La pandemia provocada por la COVID-19 trajo consigo medidas como el confinamiento, el uso de cubrebocas, lavado de manos constante y la sana distancia, aspectos que significaron un cambio en la vida de las personas e impactaron (aún lo hacen) su comportamiento, hábitos y relaciones sociales. La vida sexual es uno de los aspectos que se han visto impactado por la sana distancia e incluso el confinamiento.

“Hace poco la Asociación Mexicana Para La Salud Sexual (Amssac) sacó a la luz los resultados de una encuesta que se hizo en la primera parte del confinamiento y ahí descubrieron que, obviamente, mayor disminución de conducta sexual en la pareja por toda la pandemia y por estar encerrado y encerradas. Existen muchos tipos de familias en nuestro país, muchas de ellas son muy grandes, viven muchas personas en el mismo lugar y ha disminuido la conducta sexual en la pareja, eso genera más depresión, más estrés, más ansiedad, si la pareja ya tenía situaciones de violencia las aumentó”, explicó a Magazine Karimme Reyes, Sexóloga Educativa de Platanomelón y Amssac.

Karimme señaló que la pandemia ha visibilizado todos esos aspectos que cada persona no había trabajado de manera individual y que dejaba pasar pero que ahora pasan factura. “En la encuesta que se hizo el 46 por ciento de las personas reportó disminución en su conducta sexual y el sexting las videollamadas aumentaron porque la misma situación del encierro nos llevó a disfrutar o autoerotizarnos de otras maneras, sobre todo para las personas que están solteras o no viven con alguna pareja”, agregó.

Pareja se da un beso en la Plancha del Zócalo Capitalino. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro

Un estudio publicado en el International Brazilian Journal of Urology llamado “Impacto de la pandemia de COVID-19 en el comportamiento sexual de la población. La visión del este y el oeste” evidenció el impacto negativo de la COVID-19 en las relaciones sexuales, según reportó EFE. El estudio exploró el comportamiento sexual en la población de tres países diferentes, Irán, Italia y España, se encontró que factores como el distanciamiento social, el trabajo en el hogar, el miedo a las infecciones y la imposibilidad de acercarse a otros han cambiado los hábitos sexuales.

SEXTING Y NUEVA NORMALIDAD

Reyes expresó que es muy posible que el sexting siga creciendo ante la llamada “nueva normalidad”, sin embargo, hay que tener información al respecto de lo que puede pasar al mandar una fotografía o un video. “Si ya antes lo hablábamos ahora se debe hablar mucho más de cómo tomar medidas de precaución en caso de mandar una foto, porque forma parte de la sexualidad y de lo lúdico de la sexualidad, es divertido, erótico y placentero tener acceso a este tipo de expresiones de la sexualidad pero hay que tener en cuenta todo lo que implica porque una vez que mandas una foto deja de pertenecerte”, destacó.

Entre las medidas a tomar, la especialista recomendó estar seguro o segura de que realmente se quiere participar en el sexting, tener en cuenta a quién se le va enviar la imagen y tratar que no salga la cara o alguna seña particular porque si cae en las manos equivocadas es posible que busquen extorsionar.

De acuerdo con la encuesta de Amssac, el uso de videollamadas sexuales y sexting se ha incrementado en el 38 por ciento de las y los participantes. (Imagen ilustrativa) Foto: EFE

JUGUETES SEXUALES Y CONFINAMIENTO

El confinamiento y la distancia social provocaron un aumento de ventas en línea en de juguetes sexuales. De acuerdo con AP, la cadena de tiendas de artículos eróticos y sexuales en México, Erotika, reportó en abril un aumento del 280 por ciento después de que las autoridades recomendaran aislamiento.

Karimme Reyes, que forma parte de Platanomelón, una compañía de venta de juguetes sexuales que en su pagina ofrece orientación de especialistas que buscan también informar y que ha tenido un gran recibimiento a pocos meses de su llegada a México, refirió que los juguetes sexuales ayudan a recuperar la parte lúdica que suele perderse, además de descubrir nuevas sensaciones que ayudan a relajarse y eliminar el estrés.

Entre las recomendaciones que dio la especialista para elegir un juguete sexual están tomar en cuenta factores como si se quiere usar en solitario o en pareja y si es el primer juguete. “La recomendación es ir de menos a más, porque a lo mejor yo puedo decir el Lucas [nombre de juguete sexual de Platanomelón] maravilloso y fantastico, pero si nunca has tenido un juguete te va a parecer a lo mejor demasiado, en tamaño, vibraciones, funciones etcétera […] a lo mejo empieza con una bala vibradora como es Neo Plus, chiquita, discreta, no hace ruido y es sumergible”, agregó la sexologa.

La venta de juguetes sexuales aumentó con el confinamiento. (Imagen ilustrativa) Foto: Shutterstock

PANDEMIA PARA CONCIENTIZAR ACERCA DE LA PROTECCIÓN SEXUAL

Sico realizó un estudio global para comprender cómo la pandemia está afectando el comportamiento de la gente y cómo la cuarentena, la abstinencia sexual y las medidas de sana distancia podrían afectar sus hábitos de protección sexual en el futuro. Otra pandemia declarada por la  Organización Mundial de la Salud (OMS) es la del VIH/SIDA, esto sirve para hacer énfasis en que las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son una amenaza que continua y ante las que tampoco se debe bajar la guardia.

El experimento realizado por Sico reveló que el impacto del coronavirus puede traducirse en una oportunidad para combatir las ETS al usar un condón al salir del aislamiento. De acuerdo con un comunicado, el estudio reveló que debido al periodo de abstinencia sexual, el 26 por ciento de los encuestados (1 persona de cada 4) se declaran listos para correr riesgos con el fin de divertirse y tener aventuras sexuales, incluso sin condón. El 64 por ciento de los encuestados está más preocupado por contraer coronavirus que alguna enfermad de transmisión sexual y tres cuartas partes de los encuestados (78 por ciento) creen que es poco probable contraer una ETS en los próximos 12 meses.

Algunos datos positivos arrojan que el 48 por ciento de las personas están de acuerdo en que el coronavirus los ha hecho consientes a otros virus, el 21 por ciento señaló que tras la cuarentena tienen más consciencia de su salud y la de los demás, el 18 por ciento señaló que siempre insistirá en usar condón cuando tenga relaciones sexuales.

El sexo en la “nueva normalidad”: ¿Usaremos mascarillas? ¿Sólo será virtual? Los expertos opinan

jueves, junio 11th, 2020

La “nueva normalidad” ante la pandemia de la COVID-19 trajo un cambio en la vida de las personas, sobre todo en lo relacionado con el contacto; por ello, surgen nuevas condiciones para la vida sexual, que implican ciertas medidas para evitar el contagio.

Por Cristian Vázquez

Madrid, España, 11 de junio (ElDiaro.es).- La pandemia de COVID-19, que ha venido a cambiar tantos hábitos de vida, sobre todo en lo relacionado con el contacto con los demás, ha afectado también, como no podía ser de otro modo, a la vida sexual. Durante el confinamiento, muchas personas sin pareja -o que pasaron la cuarentena lejos de ella- recurrieron al sexo virtual o a otro tipo de actividades como un modo de sobrellevar el aislamiento. Ahora, con la desescalada y la próxima “nueva normalidad“, surgen también unas nuevas condiciones para la vida sexual. Unas condiciones que, al menos en ciertos casos, también exigen sus recaudos.

En el caso de las parejas estables, tanto las que conviven como aquellas que no lo hacen, los expertos destacan que no necesitan tener ningún tipo de precaución o cuidado con el coronavirus, siempre y cuando ninguna de las dos personas presente ningún síntoma, o si ya han pasado la enfermedad y no están en periodo de incubación o de cuarentena y tienen anticuerpos, y si no han tenido relaciones recientes con otras personas.

Si, en cambio, alguno de los miembros de la pareja presenta síntomas o ha dado positivo de COVID-19, lo primero y principal es seguir las recomendaciones médicas. Y luego, ¿qué? Lo más conveniente es “encontrar prácticas sexuales seguras para seguir disfrutando”, explica el doctor Francisco Javier del Río Olvera, experto en sexología y profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Cádiz.

Las parejas que conviven en el día a día pueden estar menos expuestas a contraer coronavirus en un encuentro sexual. Foto: Starzplay España vía EFE

Hay que recordar, apunta el especialista, que si bien ahora la preocupación mayor es la del coronavirus, existen parejas que conviven desde hace tiempo con otras patologías importantes, como por ejemplo el VIH. Y esas “se han acostumbrado a un tipo de relación no normativa e igualmente placentera”.

PRÁCTICAS PARA EVITAR CONTAGIOS

¿Cuáles son esas prácticas “no normativas”? “Lo que se tendría que recomendar es evitar los besos e incluso el uso de la mascarilla durante el sexo. Es un verdadero problema”, señala Francisca Molero, médica sexóloga y presidenta de la de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS). Además de los besos -que en culturas como la nuestra tienen una importancia fundamental durante las relaciones sexuales- el uso de mascarilla es complicado por el aumento de la frecuencia respiratoria en la fase de excitación.

“Ahí la gente tiene que ser creativa”, apunta Molero. Y Del Río Olvera coincide: “El límite está en la imaginación”. “Cada pareja -añade- puede realizar la práctica sexual que más le guste o que más le haga disfrutar, desde masturbarse uno frente al otro hasta llegar a tocarse manteniendo medidas preventivas, siempre y cuando, insistimos, se mantengan medidas que eviten el contagio”.

Esto quiere decir que, por muy extraño que en un primer momento pueda parecer, en determinadas circunstancias, las relaciones sexuales y las medidas de precaución contra el virus -uso de mascarillas, higiene, incluso distancia de dos metros entre uno y otro- pueden no ser incompatibles. “La sexualidad es tan rica y variada que no se pueden dar fórmulas mágicas -puntualiza Del Río Olvera-, sino solo realizar aquellas prácticas que sean seguras y placenteras para ambos”.

Molero, por su parte, confía en la creatividad y la imaginación de las personas: “A lo mejor la mascarilla se convierte en un objeto de fetichismo erótico”, arriesga. Por cierto, también está el ya mencionado sexo virtual, una práctica que muchas parejas pueden haber descubierto o cambiado de valoración durante el confinamiento. Los expertos enfatizan que, lejos de ser un mero “sustituto pobre” del sexo presencial, el virtual puede constituir “una nueva estrategia en las relaciones sexuales”, una variante que puede ayudar a “salir de la monotonía” en la que a veces la pareja puede caer.

CONTAGIOS EN EL SEXO CASUAL

Ahora bien, ¿qué sucede en el caso de parejas ocasionales? Pues en un sentido se puede considerar que, en el fondo, las cosas no han cambiado tanto. “Las recomendaciones son similares a las que se debían de seguir antes de la pandemia cuando conocíamos a alguien y queríamos mantener relaciones sexuales -dice Del Río Olvera-. Antes tenías que tener en cuenta el posible contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS). Ahora, además de esas infecciones, tenemos que tener la precaución de no contagiarnos de COVID-19”.

La emergencia sanitaria puede ser el momento indicado para experimentar nuevas formas y el descubrimiento de las parejas. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro

Este especialista destaca el valor de la comunicación como “una gran herramienta preventiva”. Especifica que “para empezar habría que hablar de salud”: sobre el coronavirus y cualquier posible ITS. “Es verdad -reconoce Del Río Olvera- que puede parecer una conversación poco adecuada para mantenerla con alguien que acabas de conocer, pero si se hace adecuadamente no supone ningún problema. No debería darnos apuro o pudor hablar de estos temas con alguien que acabamos de conocer”.

Pero en este punto, además de la comunicación, aparece otro elemento fundamental en la ecuación: la necesidad de poder confiar en el otro. ¿Y esto qué implica?, plantea Francisca Molero. Pues que “a lo mejor se necesitará más tiempo de interacción con esa persona, de conocerla, de valorar si realmente te interesa, para valorar el riesgo que tiene o no y las ganas de compartir relaciones sexuales. Es decir, que posiblemente en la primera cita no será”.

NUEVAS CONDUCTAS

La presidenta de la FESS cree que algunos comportamientos cambiarán en relación a cómo eran antes de la pandemia. Explica que el auge de las aplicaciones de citas (como Tinder) había creado cierta idea implícita de que, “desde el momento en que quedabas con alguien, de una manera relativamente rápida ya iniciabas el contacto sexual”.

Al igual que lo hacen de las ETS, las personas deben seguir medidas para evitar contraer la COVID-19. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro

Y que eso había generado ciertos problemas: “Yo tenía pacientes en consulta, tanto hombres como mujeres, que habían dejado de tener ese tipo de interacciones precisamente por esa presión de que había que tener relaciones sexuales cuando en realidad no les apetecía demasiado, porque necesitaban conocer a la otra persona un poco más”.

“Creo que eso ahora va a cambiar. Se va a permitir más tiempo para conocer al otro, y eso va a dar más seguridad”, añade Molero. En cualquier caso, es probable que este tema no falte en ninguna primera cita o en cualquier encuentro con alguien a quien se conoce poco, y que esta sea una de las tantas características de la nueva normalidad.

Si se considera la intimidad sexual que se ha de tener con otra persona, la lógica indica que no debería ser un problema que la conversación, un rato antes, se centre en un aspecto como la propia salud. “Y luego, si se considera necesario, se pueden tomar las mismas medidas de seguridad indicadas para las parejas estables”, especifica Del Río Olvera.

Para cerrar, Molero también imagina que las maneras de afrontar las relaciones sexuales en el futuro inmediato podrán englobarse esencialmente en dos grupos. Por un lado, la de quienes se digan “a aprovechar, que la vida son dos días”. Por el otro, las personas que serán “muchísimo más cautas”, algunas de las cuales incluso “van a tener mucho miedo de interaccionar con otras”.

Y cuánto se radicalizarán o se flexibilizarán esas posturas dependerá delo que tarde en llegar una vacuna o un tratamiento eficaz para que la COVID-19 deje de tener el protagonismo actual y pase a ser una enfermedad más.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ELDIARIO.ES. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

El 92% de los pájaros tienen una sola pareja. El Escribano, cero: hasta 350 cópulas en una semana

martes, enero 21st, 2020

El mundo de las aves está lleno de comportamientos extraños e interesantes. Muchos de los más originales están relacionados con el cortejo para conseguir pareja, la defensa de los nidos frente los depredadores y la cría de polluelos.

Por Manuel Peinado Lorca

Madrid, 21 enero (ElDiario.es).- El escribano de Smith, Calcarius pictus, es una especie de ave paseriforme cantora que se reproduce en tierras del Ártico y migra en invierno hasta las Grandes Llanuras del centro de Estados Unidos. Se alimenta de semillas e insectos.

Esta es la somera descripción de un pajarito norteamericano que cualquiera confundiría con un jilguero común. Es lo que pensé al verlo por primera vez, hasta que un amable guardabosques de la Hi Lonesome Prairie Conservation Area en Benton, Misuri, me sacó de la ignorancia al contarme la apasionada (y extenuante) vida sexual de este plumífero Casanova. Ampliada la historia a base de hincar los codos, les cuento lo que he aprendido.

Pongámonos en antecedentes. El mundo de las aves está lleno de comportamientos extraños e interesantes. Muchos de los más originales están relacionados con el cortejo para conseguir pareja, la defensa de los nidos frente los depredadores y la cría de polluelos.

Entre los más interesantes se cuentan las estrategias de apareamiento. La más común en aves es la monogamia, practicada por aproximadamente el 92 por ciento de las especies.

En la monogamia una hembra y un macho comparten las responsabilidades de construir los nidos, incubar y alimentar a la prole.

La segunda estrategia de cría más común, elegida por el 8 por ciento de estos animales, es la promiscua poliginia, en la que un macho se aparea con múltiples hembras sin formar pareja ni contribuir en absoluto a la construcción del nido. Encima, el ladino macho se desentiende de la progenie, cuyo cuidado deja por completo a las hembras. Estas, ajenas a los derechos femeninos, anidarán en el territorio de un único macho que, sin otra cosa en que entretenerse, se dedicará a cubrirlas.

El tercer tipo de apareamiento, la poliandria, lo practican el 0.4 por ciento de las aves. En esta modalidad los roles sexuales tradicionales se invierten: las hembras se aparean con múltiples machos a lo largo de una temporada de cría y dejan que ellos incuben los huevos y críen la pollada, dicho sea con todos los respetos. Esta modalidad es frecuente en aves costeras.

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La última y más rara estrategia de apareamiento, que se presenta en menos del 0.1 por ciento de todas las especies de aves, es la poliginandria. En este caso las hembras se aparean con dos o tres machos, mientras que los machos generalmente ejecutan el viceversa. La hembra pone varios huevos de padres distintos y los machos, constituidos en guardería cooperativa, en lugar de solicitar las oportunas pruebas de paternidad se ocupan desinteresadamente de cuidar de los polluelos con la ayuda –o no– de las hembras.

El campeón de la estrategia poliginándrica es nuestro nuevo amigo, el escribano de Smith. Su apellido le viene porque el gran naturalista norteamericano John James Audubon (1875-1851), autor de la monumental obra The birds of America, le dedicó el nombre a su amigo Giddeon Smith, un mormón del que nunca más se supo.

Los escribanos de Smith tienen uno de los sistemas de crianza social más extraños conocidos entre las aves. A diferencia de la mayoría de ellas, estos rijosos pajarillos cantores (si quiere escuchar su trino pulse aquí) son de lo más poliginándrico que se pueda ser (si se exceptúa a nuestros primos los bonobos, que son caso aparte en eso de practicar el amor libre). Cada una de las escribanas se aparea y copula con dos o tres machos para dejar una sola puesta. Por su parte, los machos no se quedan atrás y se acoplan con todas las hembras que se les ponen a tiro.

Para no perder el tiempo en todo lo que no sea enredar con el fornicio, los machos no defienden sus territorios, sino que se pasan la jornada siguiendo de cerca a las hembras con las que copulan cuantas veces pueden con el loable propósito de diluir o desplazar el esperma de otros machos. Un afán patriarcal tan loable como vano, puesto que unos chismosos estudios genéticos han demostrado que en cada puesta los huevos son pluriparentales.

Por si a algún Casanova no le parece mucho ese trajín copulador, que tome nota. En una semana de principios de primavera, una escribana media habrá copulado más de 350 veces. Si de atributos masculinos se trata, ríanse del caballo de Espartero: los machos están tan bien equipados que sus testículos tienen una biomasa que duplica la de sus parientes más cercanos, los monógamos (y probablemente más aburridos) escribanos lapones (C. lapponicus).

¿Se acuerdan del pájaro ¡ay, ay, ay!? Pues ya lo han encontrado.

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Dopamina y oxitocina: La neurobiología del deseo sexual

domingo, octubre 16th, 2016

Un científico mexicano investiga cuáles son los mecanismos cerebrales que hacen tener preferencia por cierto tipo de parejas sexuales y sentimentales, además de los beneficios de la liberación de los neurotransmisores que impactan en una vida saludable.

Ciudad de México, 16 de octubre (SinEmbargo).– El doctor en neurociencias comportamentales Genaro Alfonso Coria Ávila, del Centro de Investigaciones Cerebrales (Cice) de la Universidad Veracruzana, se ha especializado en temas de comportamiento sexual y reproducción, con el objetivo de conocer cada uno de los mecanismos neurales inherentes a las conductas sociosexuales.

De acuerdo con el miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), desde el punto de vista biológico existen dos eventos importantes en las especies, el primero corresponde a mantenerse con vida, mientras que el segundo es reproducirse. Esto último se logra a través de un repertorio conductual, que incluye la búsqueda de pareja, cortejo, el acto sexual y formar (o no) vínculos afectivos. Por lo que es importante entender las bases cerebrales de estas actitudes, ya que son relevantes para la salud mental, sexual y reproductiva.

 Desde una perspectiva científica, ¿por qué es importante tener una vida sexual sana y plena?

– El sexo puede tener varias consecuencias importantes para la salud física pero sobre todo mental. El acto como tal, puede reducir el estrés, la ansiedad y producir bienestar. El deseo sexual energiza a los individuos y focaliza su atención y cognición. Si es bien canalizado, puede incluso resultar en expresiones artísticas de gran intensidad y complejidad. Por el contrario, el deseo mal adaptado puede culminar en aberraciones conductuales o patologías psiquiátricas.

El doctor Genaro Coria Ávila. Foto: Agencia Conacyt

El doctor Genaro Coria Ávila. Foto: Agencia Conacyt

– En sus investigaciones, habla de neurobiología y preferencia de pareja, ¿a qué se refiere con ello?

– Existen áreas cerebrales que modulan el deseo sexual por un tipo de pareja. En la mayoría de los individuos de una población el deseo se manifiesta hacia individuos sexualmente maduros del sexo opuesto (heterosexuales), pero también pueden existir variantes hacia el mismo sexo (homosexuales), hacia ambos (bisexuales) o hacia ninguno (asexuales). Mi interés radica en dilucidar las bases neurales de tal diversidad y contribuir así al entendimiento de la neurobiología del deseo.

– ¿Cuáles son los mecanismos neurales que intervienen en la preferencia de pareja e influyen en el comportamiento sexual?

– Nos hemos enfocado en entender el papel de dos neuroquímicos: la dopamina y la oxitocina. Estas sustancias son liberadas en el cerebro de manera natural durante el coito y el estrés. Es por ello que se forman preferencias o vínculos sociosexuales muy fuertes, con quienes se tiene sexo o con quienes se sufre un evento estresante. En el laboratorio, manipulamos esos neuroquímicos para inducir deseo sexual a través del aprendizaje inconsciente llamado pavloviano.

 ¿Podría decirse que el aprendizaje guía nuestras preferencias sexuales?

 Todas las conductas motivadas de un individuo dependen de una combinación única de naturaleza y crianza, es decir de biología y aprendizaje. La primera vez que un joven elige pareja sexual depende probablemente más de mecanismos biológicos organizados perinatalmente o en la infancia. Tal preferencia se irá reforzando o debilitando de acuerdo con las experiencias vividas que producen liberación de neuroquímicos que facilitan el aprendizaje. En ratas de laboratorio, hemos mostrado que la preferencia de tipo heterosexual y homosexual puede aprenderse modulando los neuroquímicos dopamina y oxitocina.

 ¿Qué mecanismos participan en el aprendizaje sexual?

 La dopamina y la oxitocina en la corteza prefrontal, estriado ventral e hipotálamo medial del cerebro son las principales responsables de la alta motivación, la atención, las expectativas y el valor incentivo que se detecta en la pareja con quien se va a tener sexo o con quien ya se tuvo. Cambios en la dinámica de estos neuroquímicos permiten al individuo experimentar emociones y aprender a excitarse más rápido y elegir mejor a su pareja, basado en la predicción de resultados.

 Y en el cerebro, ¿qué sistemas neurales intervienen en este aprendizaje?

 Cuando el cerebro tiene incrementada la actividad de dopamina y oxitocina, es susceptible a aprender, poner más atención, motivarse y formar expectativas. Estas se elevan normalmente durante el coito, pero puede ocurrir con tratamientos farmacológicos. Cuando la actividad aumentada coincide en contigüidad y contingencia con la presencia de alguien, se puede aprender a preferirle sociosexualmente.

 ¿Hasta qué punto influye el aprendizaje en nuestro comportamiento sexual en la vida adulta?

 Cada individuo adulto tiene una preferencia única, es quizá a lo que llamaríamos la pareja ideal. Esta puede incluir características físicas como el color de piel, cabello y ojos, pero también conductuales y cognitivas o creencias religiosas y morales. En conjunto, todas las características de una pareja pueden instruirse y preferirse a través del aprendizaje, modular lo que nos gusta y lo que deseamos a lo largo del tiempo, consolidando o debilitando los tipos de preferencia.