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La agricultura sin animales: una herencia de Mesoamérica

viernes, noviembre 18th, 2016

La Mesoamérica prehispánica fue el escenario donde tuvo lugar el surgimiento de una cultura milenaria que se desarrolló de manera independiente; además de las aportaciones al campo de la astronomía y la arquitectura, sus habitantes crearon un sistema de cultivo basado en una agricultura sin animales.

Por Carmen Báez, Agencia Conacyt

Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).– María Teresa Rojas Rabiela, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), informó que mientras que en las civilizaciones del mundo antiguo como China, Mesopotamia o Egipto, la ganadería fue el eje central de su agricultura, en Mesoamérica se desarrolló un sistema de producción agrícola manual que le permitió crear formar propias de cultivar la tierra.

El sistema de trabajo manual, comenta, dio lugar a un conjunto de técnicas y estrategias de manejo que junto con el mejoramiento fitogenético de las especies y la intensificación del uso del suelo por medio de la irrigación y el aterrazamiento, dieron lugar al crecimiento de la capacidad productiva de los pueblos de Mesoamérica.

“Lo distintivo de Mesoamérica es que no hubo domesticación de animales con los cuales los agricultores realizaran las labores del campo y de transporte, que imprimió al desarrollo social y político un sello propio, y la orientó a realizar actividades como la transformación de los paisajes y la organización social y política”, dice la doctora en ciencias sociales con especialidad en antropología a la Agencia Conacyt.

Para la investigadora miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), conocer las claves ambientales, sociales y las técnicas de esta actividad resulta de mucho interés para el país, porque permite entender el funcionamiento y desarrollo de las civilizaciones prehispánicas a partir de sus modestos orígenes.

Por lo anterior, María Teresa Rojas Rabiela ha coordinado investigaciones sobre etnohistoria de la agricultura, del riego y de la tecnología mesoamericana, entre otras líneas. La afirmación sobre el desarrollo de una agricultura sin animales en Mesoamérica es resultado de investigaciones arqueológicas y etnográficas.

RIQUEZA BIOLÓGICA Y LA DOMESTICACIÓN DE PLANTAS

La Dra. Teresa Rojas Rabiela. Foto: Agencia Conacyt

La Dra. Teresa Rojas Rabiela. Foto: Agencia Conacyt

La ubicación geográfica y la diversidad ambiental en que se desarrollaron los pueblos de Mesoamérica permitieron la existencia de hasta 45 tipos de vegetación “que dio como resultado un 20 a 30 por ciento de endemismo de un total de 30 mil especies”, dice.

Aunque el maíz fue la especie más importante de los pueblos de Mesoamérica, uno de los resultados del trabajo manual fue la domesticación de plantas y creación de variedades adaptadas a la diversidad de las condiciones microambientales, tras observar su comportamiento o resistencia a la sequía o exceso de humedad, al frío o al calor excesivo, o bien para satisfacer preferencias de sabor, color u otros de índole alimenticio o simbólico.

La doctora Rojas Rabiela señala que el contacto milenario de las poblaciones de cazadores recolectores con la vegetación propició la domesticación de alrededor de 100 especies de plantas, el mayor conjunto de estas después de China.

Por citar un ejemplo, de acuerdo con la revista Arqueología Mexicana, la gran mayoría de las calabazas que se consumen en el mundo tiene 
su origen en especies del género Cucurbita, domesticada en 
México.

Conforme a los hallazgos de semillas de calabaza de 10 mil años de antigüedad en las cuevas de los Valles Centrales de Oaxaca, se estima que se trata de la primera planta domesticada en Mesoamérica.

Para Rojas Rabiela, el proceso de domesticación de plantas fue resultado importante en el proceso civilizatorio de Mesoamérica, cuyo sistema gravitó alrededor del maíz, pero que tuvo otras especies muy de cerca como los chilacayotes, calabaza, quelites, chiles, algodón, magueyes, tubérculos, frutales y plantas de ornato.

HERRAMIENTAS Y TÉCNICAS

Mazorcas de maíz criollo de la Sierra Mazateca. Foto: Wikimedia Commons

Mazorcas de maíz criollo de la Sierra Mazateca. Foto: Wikimedia Commons

Los campesinos de la Mesoamérica prehispánica hicieron uso de herramientas con notable destreza: bastones de madera endurecida al fuego, que se empleaba como medio forestal, podas y deshierbes; hachuelas para labrar la madera y cortar árboles compensaban una parte de la elevada acción laboral del cultivo sin animales.

A diferencia de civilizaciones como Mesopotamia, donde se inventó y utilizó la rueda para facilitar el transporte de grandes cargas, los pueblos de Mesoamérica hicieron uso de “máquinas simples”: palancas, cuñas, rampas o planos inclinados. En palabras de la investigadora Teresa Rojas Rabiela, la rueda se utilizó en juguetes, malacates y algunas estructuras de juegos, rituales, pero no en maquinaria rotativa.

“Lo mismo pasó con la fuerza del agua; tampoco se empleó para mover máquinas, lo cual representa un enigma porque muchos de estos desarrollos estuvieron ligados con la ganadería”, comenta la especialista en etnohistoria de la agricultura, del riego, de la organización laboral y de la tecnología mesoamericana.

CONSECUENCIA DE LA ACTIVIDAD HUMANA

Una de las consecuencias directas de la carencia del ganado en el sistema de agricultura de la región fue el trabajo humano en todas las tareas agrícolas, en la construcción y mantenimiento de las obras de irrigación: zanjas, canales, pantanos, por mencionar solo algunas.

La creación artificial de zonas húmedas como lagunas que se desaguaban para cultivar helechos, así como la construcción de terrazas y bancales para la conservación de la humedad, y la ampliación de la superficie del cultivo en este país montañoso fueron características de los pueblos de esta región cultural.

Entre otros resultados del trabajo manual, se encuentran los bajos rendimientos de las cosechas que escasamente fueron recompensados, aunque los habitantes aplicaban atención y gran cuidado a las tareas, el cultivo de plantas y a las obras de infraestructura.

“Contrario a lo que se pensó por mucho tiempo, sobre todo en las primeras décadas del siglo XX, hoy sabemos que la agricultura de Mesoamérica fue variada y muy alejada de aquella vieja visión de una única y universal agricultura de roza o milpa: itinerante, técnicamente uniforme, sencilla y con predominio del cultivo del maíz”, concluye la especialista.

La nixtamalización: riqueza e innovación de herencia prehispánica

viernes, octubre 14th, 2016

“El maíz es una de las plantas más eficientes del mundo, la nixtamalización ha dado a la cocina mexicana variedad y riqueza cultural, esto ha hecho posible contar con una dieta más dinámica que debió ser aburrida antes de este proceso”, dice Luis Alberto Vargas, investigador de la UNAM.

Por Carmen Báez, Agencia Conacyt

Ciudad de México, 14 de octubre (SinEmbargo).– Las civilizaciones prehispánicas realizaron importantes contribuciones tecnológicas en la preparación de alimentos que hoy forman parte de la dieta de los mexicanos: atoles, tamales y tortillas no serían posibles sin el proceso de nixtamalización.

De acuerdo con Luis Alberto Vargas Guadarrama, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el aprovechamiento del grano del maíz, uno de los alimentos más importantes de la dieta de las antiguas civilizaciones prehispánicas, no hubiera sido posible sin el proceso de nixtamalización, uno de los grandes logros tecnológicos de Mesoamérica.

La nixtamalización consiste en remojar los granos de maíz en agua alcalina con el fin de hacer de él un alimento más versátil y fácil de digerir. “El maíz es una de las plantas más eficientes del mundo, la nixtamalización ha dado a la cocina mexicana variedad y riqueza cultural, esto ha hecho posible contar con una dieta más dinámica que debió ser aburrida antes de este proceso”, comentó el investigador durante su participación en la Reunión General de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) “Ciencia y Humanismo II”.

Aunque en la actualidad se emplea cal para este proceso —piedra hecha de óxido de calcio que transforma el agua en alcalina—, según estudios antropológicos se cree que durante la época prehispánica se utilizó ceniza, mientras en la cultura maya esta era sustituida por conchas de moluscos molidos.

A decir del doctor en biología, especializado en antropología por la Universidad de París, es muy probable que al utilizar estos ingredientes los pueblos prehispánicos buscaban como resultado un grano que pudiera molerse y digerirse fácilmente. Añadió que estudios recientes han demostrado que el proceso de nixtamalización es “una fábrica bioquímica” que permite aumentar considerablemente el valor proteico del maíz, contenido de calcio y niacina.

BENEFICIOS PARA LA SALUD

Luis Alberto Vargas Guadarrama, investigador cuyos temas de interés son antropología de la alimentación y la nutrición, ergonomía, antropología y salud, resaltó que en México la osteoporosis es una enfermedad poco frecuente debido a que la alimentación de los mexicanos se sustenta de productos obtenidos con nixtamalización.

“El que come tortillas, tamales y otros productos con el maíz nixtamalizado está consumiendo calcio. Resulta también que esto hace que la proteína —del maíz— sea más digerible, aprovechable. Además, libera los precursores de niacina. Si hay deficiencia de esta vitamina, se produce pelagra —síndrome clínico que afecta la piel, el sistema nervioso central y el aparato digestivo—; cuando pueblos como Italia y España consumen maíz pero no se lleva la nixtamalización, tienen con frecuencia esta enfermedad. Esto ha hecho llamar al maíz ‘un viajero sin equipaje’ porque no lleva la tecnología fundamental que lo hace un producto mucho más saludable”, dijo.

Por otra parte, el también antropólogo físico por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), indicó que además de las diferentes técnicas con las que los pueblos mesoamericanos elaboraban los productos derivados del maíz, desarrollaron tecnologías útiles para estos fines, como son la fabricación de utensilios alimentarios de piedra, por ejemplo, el metate y el molcajete.

BEBIDAS INSTANTÁNEAS Y ALIMENTOS FERMENTADOS

Un pozol en San Cristobal de las Casas. Foto: SinEmbargo

Un pozol en San Cristobal de las Casas. Foto: SinEmbargo

Otro invento de origen prehispánico es el pinole, un producto elaborado a base de harina de maíz tostado que al agregarle agua o leche se convierte en una bebida rica en antioxidantes y minerales. El pinole y el tascalate, sostuvo el doctor Alberto Vargas Guadarrama, son bebidas instantáneas que forman parte de los avances tecnológicos que heredó Mesoamérica.

Al igual que otras civilizaciones, en Mesoamérica se utilizó la fermentación, un proceso para conservar, producir o crear alimentos y bebidas autóctonos como son el pozol, agua miel, chocolate, entre otros.

Mediante este proceso “lo que obtenemos son cambios en la calidad organoléptica y la calidad nutricional del producto. De la fermentación del cacao se obtiene el chocolate. Pero algo notable es el pozol, un atole agrio que se deja en contacto con el aire. Lo que ocurre es una maravilla: esta masa es colonizada por un conjunto de microorganismos de varios tipos como levaduras, hongos, bacterias que fermentan para nutrirse y formar sus aminoácidos, de tal manera que el pozol tiene más proteína que la simple masa nixtamalizada”, explicó el también miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Otro ejemplo de un producto fermentado es el aguamiel y el pulque, apreciados como bebidas refrescantes e higiénicos en algunas zonas del país. “El papel del aguamiel como recurso de hidratación es algo que soslayamos”, comentó.

LAS PALOMITAS DE MAÍZ 

Foto: Cuartoscuro

Aunque se cree que las palomitas son un invento moderno, tienen orígenes prehispánicos. Foto: Cuartoscuro

Además de la gran variedad de alimentos de origen mineral, botánico y animal, Mesoamérica tuvo innovaciones tecnológicas importantes que no han recibido aún el reconocimiento que merecen, de ellas, se encuentran las palomitas de maíz, de las que se cree son un invento moderno, producto del microondas.

“Pero es algo muy antiguo de México. ¿Cómo se producía esto en la época prehispánica? El maíz simplemente se calentaba en comal o en las cenizas donde se mantenía caliente, y brincaba. También se usaba en adornos”, comentó.

Por último, Luis Alberto Vargas Guadarrama destacó la necesidad de explorar y estudiar la tecnología culinaria de Mesoamérica, ya que se trata de un potencial para la salud y el futuro de los mexicanos. “Es muy posible que todos estos productos y tecnologías de época prehispánica nos ayuden a encontrar una dieta más saludable de la que tenemos ahora”, concluyó.

Itacátl, verdadera cocina novohispana y tradicional en Tepotzotlán (VIDEO)

viernes, julio 1st, 2016

Usan metate y molcajete. Entre sus ingredientes están el amaranto, la chía y por supuesto el maíz. Preparan rana y sopa de milpa. Y sobre todo, se preocupan porque los usuarios no caigan en la creencia de que todo lo que dice ser “comida tradicional”, lo es. Son Itacátl, un restaurante de auténtica comida novohispana.

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Para la elaboración de algunos platillos el cacao se muele en el restaurante. Foto: Sandra Sánchez.

Ciudad de México, 1 de julio (SinEmbargo).- El término “cocina tradicional mexicana” no es para principiantes. Jesús Roldán Moreno y Adriana Campos Correa iniciaron el proyecto de “Itacátl” con la idea de llegar a los orígenes, a cocinar como el pueblo novohispano.

Ubicados dentro de la Plaza Tepotzotlán, en el pueblo mágico del mismo nombre, los chefs y dueños de esta gastrofonda encuentran su inspiración en recetarios antiguos y se esfuerzan por conseguir ingredientes que se usaban desde por lo menos hace dos siglos.

Jesús cuenta en entrevista con Mundano que una de sus libros base para preparar sus recetas es El Cocinero Mexicano, escrito en 1831 y que reúne una serie de recetas mexicanas de influencia francesa, española y criolla, siempre con elementos indígenas nativo.

Conoce más de este proyecto en su página de Facebook.

Dirección: Itacátl, Gastro Fonda Mexicana. Calle Pensador Mexicano #1. Barrio San Martín, Tepotzotlán, Estado de México.

La “Chogosta”: Una comida prehispánica de Veracruz (VIDEO)

martes, marzo 22nd, 2016

“La ‘chogosta’ es para el municipio de Jáltipan una comida ancestral representativa; su nombre proviene del náhuatl ‘chogotali’, que significa tierra agria, y su elaboración es toda una odisea.

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Ciudad de México, 22 de marzo (SinEmbargo/ Xinhua).- Desde la época prehispánica, los habitantes de Jáltipan, un municipio de raíces indígenas ubicado en el estado de Veracruz, acostumbran comer la “chogosta”, un alimento ancestral elaborado a base de tierra y cocinado con hierbas en un horno tradicional durante una semana.

Aunque en la actualidad, son pocas las personas que consumen y saben hacer la “chogosta”, es una tradición que no muere gracias a personas como Don Pedro, que dedica su tiempo a preparar esta golosina llena de nutrientes.

“La ‘chogosta’ sólo se da aquí en la tierra, pero más o menos a un metro de hondo. La ‘chogosta’ no tiene arena, sólo que es ácida, y ha servido antiguamente para medicina, para diarreas”, comenta Pedro Martínez.

El nombre proviene del náhuatl ‘chogotali’, que significa tierra agria, y su elaboración es toda una odisea.

El primer paso es ir a buscar la tierra especial, la cual se distingue por ser un poco dura y de color blanco y tonos rosas. Una vez que es extraída, se tritura y vacía en un recipiente con agua, para después hacerla bolitas y meterla al horno por cinco días, ahumando con hierbas llamadas gogopetas.

“La ‘chogosta’ es para el municipio de Jáltipan una comida ancestral representativa, ya que nuestros antepasados, nuestros abuelos, consumían esta tierra o esta arcilla, que es muy fina. La consumían como degustación”, asegura Rosa Garduza, directora de cultura de Jáltipan.

La tradición de hacer “chogosta” es muy importante para este municipio, sin embargo, está en peligro de desaparecer ante el desinterés de las nuevas generaciones por aprender a elaborarla y la llegada de nuevas empresas al municipio, instalándose en zonas claves para extraer el barro.