Posts Tagged ‘The Rolling Stones’

VIDEO: Mick Jagger lanza el tema principal de serie Slow Horses de Apple Tv

sábado, abril 2nd, 2022

La nueva serie de Apple Tv, para la cual el vocalista de The Rolling Stones compuso el tema principal, ya se encuentra disponible a través de la plataforma de streaming, y es protagonizada por Gary Oldman.

Madrid, 2 de abril (EFE).- Mick Jagger lanza “Strange Game”, un tema coescrito e interpretado por el vocalista de The Rolling Stones, que es el tema principal de la nueva serie Slow Horses, protagonizada por Gary Oldman.

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“Strange Game” está disponible desde hoy en todas las plataformas. Su publicación coincide con el estreno de Slow horses, una de las series más esperadas de esta temporada que llega hoy a Apple TV+ en todo el mundo y que está basada en la serie literaria de Mick Herron.

La serie sigue a un equipo de agentes de inteligencia británicos que trabajan en una sede abandonada del MI5, Slough House, y que han acabado allí debido a graves errores de su carrera. Junto a Gary Oldman, el reparto está integrado por Kristen Scott Thomas, Jonathan Pryce, Olivia Cook y Jack Lowden.

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El tema, de tintes oscuros, es una melodía que toma referencias de la banda sonora original de la serie, con sonidos contemporáneos y arreglos de piano.

Jagger ha coescrito la canción en colaboración con el compositor de bandas sonoras Oscar Daniel Pemberton, nominado al Óscar en 2021 por su trabajo con Celeste en Hear My Voice y recientemente nominado a un BAFTA por Being The Ricardos.

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Para el director de la serie, James Hawes, escuchar el tema por primera vez “fue muy emocionante”. “La letra y la interpretación de Mick han dado en el clavo con el ambiente de Slow Horses, con todo el humor y la fanfarronería que había soñado”, dice en un comunicado de Universal.

The Rolling Stones dejan de tocar en vivo “Brown Sugar” por críticas de racismo

miércoles, octubre 13th, 2021

La agrupación había tocado en vivo “Brown Sugar”, tema sobre la esclavitud y el racismo, todas las noches desde 1970 y aunque la sacaron del setlist no descartan volverla a incluir en cualquier momento.

Ciudad de México, 13 de octubre (RT).- Desde que la icónica banda británica The Rolling Stones emprendió el pasado 26 de septiembre su gira por Estados Unidos, no han interpretado ni una sola vez su famosa canción “Brown Sugar”, que fue lanzada en 1969 y es la segunda canción más reproducida en su catálogo de actuaciones en vivo después de “Jumpin ‘Jack Flash”.

Esta canción siempre ha estado rodeada de polémica, ya que trata temas delicados como la esclavitud, la violación, el sadomasoquismo y el racismo.

En una reciente entrevista con Los Angeles Times, Mick Jagger y Keith Richards declararon que ya no interpretaban la canción para evitar “conflictos”.

“Estoy tratando de averiguar […] dónde está el problema. ¿No entendieron [el público] que se trataba de una canción sobre los horrores de la esclavitud? Pero están tratando de enterrarla. Por el momento, no quiero entrar en conflictos con toda esta mierda”, dijo el guitarrista de 77 años, Keith Richards.

Por su parte, Mick Jagger, de 78 años, señaló que habían tocado “Brown Sugar” todas las noches desde 1970, y que sacarla de la lista de actuaciones en vivo era también un experimento para ver “cómo va”, aunque no descartan “volver a incluirla” en algún momento.

La última vez que The Rolling Stones interpretaron “Brown Sugar” en vivo fue el 30 de agosto de 2019 en el Hard Rock Stadium de Miami, en Florida.

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The Rolling Stones reestrena el álbum “Goats Head Soup 2020” con el tema inédito “All the Rage”

viernes, septiembre 4th, 2020

Este disco, muy buscado y mezclado por Bob Clearmountain, anteriormente solo estaba disponible en la serie de grabaciones en vivo de la sección pirata de los Rolling Stones en 2012.

Madrid, 4 de septiembre (EFE).– The Rolling Stones publica este viernes “Goats Head Soup 2020”, reedición expandida de su famoso álbum de 1973. La nueva edición de su undécimo disco llega en distintos formatos e incluye un tema inédito, “All the Rage”, acompañado de un lyric video.

Además de esa canción, el nuevo álbum contiene dos sencillos, “Criss Cross” y “Scarlet”, que han cosechado mucho éxito desde su lanzamiento el pasado julio. Este último se grabó en octubre de 1974 con la participación de Jimmy Page y Rick Grench junto a Mick Jagger y a Keith Richards. La nueva versión gustó tanto que lleva más de 4 semanas en lo alto de la lista de Radio 2 de la BBC.

Junto a estas tres canciones, el disco– en formato CD Deluxe o en ediciones en vinilo- incluye también “Brussels Affair”, el álbum en vivo de 15 temas grabados en un concierto de Bélgica en otoño de 1973, tras la edición del disco a finales de agosto.

Este disco, muy buscado y mezclado por Bob Clearmountain, anteriormente solo estaba disponible en la serie de grabaciones en vivo de la sección pirata de los Rolling Stones en 2012.

“Goats Head Soup” fue el álbum de estudio número 11 de los Stones, con portada de David Bailey y grabado entre Jamaica, Los Ángeles y Londres. Fue además su última colaboración con el productor Jimmy Miller.

“No puedo imaginarme haciendo otra cosa”. Keith dice que los Rolling Stones nunca se retirarán

viernes, septiembre 4th, 2020

Mick Jagger agregó que la banda está abierta a la idea de hacer conciertos manteniendo la distancia social “si ese es el camino que sigue el mundo”.

Madrid, 4 de septiembre (EuropaPress).– The Rolling Stones llevan más de cinco décadas en activo pero parece que la legendaria banda no tiene planes de retirarse. Así lo ha revelado Keith Richards en una reciente entrevista con motivo de su último proyecto.

El grupo ha relanzado su disco de 1973 “Goat’s Head Soup”, álbum que cuenta con un tema inédito titulado “All the Rage”. Los británicos han concedido una entrevista a Rolling Stone en la que han hablado sobre los efectos de la pandemia de coronavirus en la industria musical y concretamente sobre sus futuras giras.

“Hay esta cosa entre nosotros de ‘¿quién va a ser el primero en bajarse del autobús?’. Te tienen que expulsar o abandonar. Realmente no puedo imaginarme haciendo otra cosa”, contestó el guitarrista.

En la misma entrevista, Mick Jagger agregó que la banda está abierta a la idea de hacer conciertos manteniendo la distancia social “si ese es el camino que sigue el mundo”. “Puede que toquemos para muy poca gente. Aunque tengamos la suerte de haber vendido entradas, es posible que no podamos tocar para todos a la vez de nuevo”, afirmó el vocalista.

Por su parte, Ronnie Wood confirmó en otra entrevista con Sky News que la formación está trabajando en nuevas canciones. “Tenemos buena música pero está en un segundo plano”, afirmó.

Antes del lanzamiento de la reedición de Goat’s Head Soup, la banda compartió dos remixes de su tema Scarlet con Jimmy Page. La pista ha sido grabada de nuevo por The War On Drugs y The Killers con Jacques Lu Cont.

The Rolling Stones lanzan el teaser de “Criss Cross”, un tema inédito que saldrá al mercado

miércoles, julio 8th, 2020

El grupo liderado por el cantante Mick Jagger publicó en abril, en medio del confinamiento por la pandemia de coronavirus, su primera canción en ocho años, “Living In A Ghost Town”.

Londres, 8 jul (EFE).- La banda británica The Rolling Stones ha anunciado hoy el lanzamiento de un tema inédito, “Criss Cross”, que saldrá al mercado mañana.

El grupo liderado por el cantante Mick Jagger publicó en abril, en medio del confinamiento por la pandemia de coronavirus, su primera canción en ocho años, “Living In A Ghost Town”.

Ahora, han anunciado a través de la red social Twitter su nuevo trabajo y han avanzado un fragmento de siete segundos del video musical del tema, dirigido por Diana Kunst, que ha trabajado previamente con artistas como Madonna, A$AP y Rosalía.

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Hace pocas semanas, Jagger reveló que los Rolling Stones estuvieron grabado nuevo material en el estudio antes de que se decretaran las medidas de aislamiento por la COVID-19, mientras que el guitarrista Keith Richards aseguró que “Living In A Ghost Town” sería “parte de un nuevo álbum”.

The Rolling Stones tenían prevista una gira por EU este verano, pero todos sus conciertos quedaron suspendidos debido a la crisis del coronavirus.

The Rolling Stones compartirán varios de sus conciertos en Youtube durante la cuarentena

sábado, mayo 2nd, 2020

Entre los conciertos que podrán verse estarán, por ejemplo, “Voodoo Lounge Tour” de 1994 y “Ole! Tour” de 2016.

Madrid, 2 mayo (EuropaPress).- Como manera de animar el confinamiento, The Rolling Stones van a compartir conciertos completos a través de su canal oficial de YouTube cada domingo a partir de este 3 de mayo.

Este festival online de material de la banda británica lleva por nombre “Extra licks!” y se desarrollará durante los seis próximos domingos.

Entre los conciertos que podrán verse estarán, por ejemplo, “Voodoo Lounge Tour” de 1994 y “Ole! Tour” de 2016. Este último, de su gira sudamericana de aquel año, será el primero este 3 de mayo a las 3:00 PM EDT / 12:00 PM PDT.

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Recientemente los Rolling Stones regresaron con su primer canción inédita en ocho años, “Living in a ghost town”, en la que cantan al mundo confinado y desconcertado actual.

Después de ocho años, The Rolling Stones publica “Living in a ghost town” su nueva canción

jueves, abril 23rd, 2020

El tema está grabado por Mick Jagger (voz/armónica/guitarra/coros), Keith Richards (guitarra/coros) Charlie Watts (batería), Ronnie Wood (guitarra/coros), Darryl Jones (bajo) y Matt Clifford (teclados, trompa, saxo, fliscorno).

MADRID, 23 de abril (CulturaOcio) .— The Rolling Stones publican este jueves “Living in a ghost town”, su primera canción en ocho años, desde aquellas “Doom and Gloom” y “One More Shot” de su recopilatorio “GRRR!” (2012).

“Living in a ghost town” es su forma de afrontar el confinamiento y ha sido compuesta por el habitual tándem integrado por Mick Jagger y Keith Richards y grabada en aislamiento en Los Ángeles y Londres.

“Estábamos grabando material nuevo en el estudio antes de la cuarentena y había una canción que pensamos tenía una resonancia especial dadas las circunstancias que nos está tocando vivir”, explica Jagger.

Richards, por su parte, apostilla: “Registramos el tema hace un año en L.A. para nuestro disco nuevo, un proyecto en el que seguimos trabajando. Entonces la mierda nos salpicó a todos y Mick y yo decidimos que la canción debía sacarse ya y aquí está”.

El batería Charlie Watts apunta que el tema “recoge el estado de ánimo” generalizado en tiempos de coronavirus, mientras Ron Wood remata: “Aquí tenemos un nuevo tema para vosotros que esperamos disfrutéis. Es una melodía cautivadora”.

El tema está grabado por Mick Jagger (voz/armónica/guitarra/coros), Keith Richards (guitarra/coros) Charlie Watts (batería), Ronnie Wood (guitarra/coros), Darryl Jones (bajo) y Matt Clifford (teclados, trompa, saxo, fliscorno).

McCartney dice que “The Beatles fueron mejores” que The Rolling Stones por ser más versátiles

lunes, abril 20th, 2020

The Beatles y The Rolling Stones las bandas más reconocidas en el mundo aún siguen abriendo el debate sobre cuál es mejor y Paul McCartney ha confesado a quién prefiere. 

Madrid, 20 de abril. (CulturaOcio).– Hace algo más de medio siglo, el mundo de la música estaba gobernado por dos bandas británicas: The Beatles y The Rolling Stones -los primeros separados en 1970 y los segundos aún en activo- Y tanto tiempo después, todavía es recurrente el debate sobre cual de las dos era mejor.

Ahora el ex Beatle Paul McCartney, de 77 años, ha sido preguntado al respecto por Howard Stern, quien ya de primeras sugirió que él prefería a los Beatles, preparando el terreno para que Paul le diera la razón, como así hizo afirmando tajante: “Los Beatles fueron mejores”.

“Los Stones son un grupo fantástico. Voy a verles siempre que salen de gira porque son sencillamente una banda genial”, ha concedido McCartney como inicio de su argumentación.

Una vez dicho esto, ha apuntado que los Stones tienen sus raíces en el blues y que todo lo que hacen se basa en eso, mientras que los Beatles tenían “unas pocas más influencias”.

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Esto lleva a Paul ha asegurar que los Beatles eran más versátiles como grupo, especialmente vocalmente: “Keith Richards -guitarrista de los Stones- me lo dijo una vez. ‘Eres un hombre afortunado, tienes cuatro cantantes en tu banda. Nosotros tenemos uno'”.

Siguiendo en esta línea, remata Paul que los Stones iban siempre un paso por detrás de los Beatles: “Empezamos a darnos cuenta de esto. Cualquier cosa que hiciéramos, ellos la hacían poco después. Fuimos a América con gran éxito y, bueno, entonces los Rolling Stones fueron a América. Hicimos “Sgt Pepper” y ellos hicieron una especie de disco psicodélico. Pero éramos grandes amigos, aún lo somos. Pero estoy contigo, los Beatles fueron mejores”.

Oda a L.A.: Morrison le rinde homenaje al mítico Brian Jones, quien murió ahogado a los 27 años

sábado, febrero 22nd, 2020

En 1969, Jim Morrison escribió un poema dedicado al fundador de The Rolling Stones, quien fue hallado muerto en su piscina el 3 de julio de 1969. Dicho poema fue un elemento esencial de las presentaciones de The Doors durante ese año.

Impreso en papel y tinta verde, el folleto solía repartirse entre la multitud antes de muchos de sus conciertos. Te presentamos “Oda a L.A. mientras pienso en Brian Jones, Fallecido”.

Introducción y traducción por Odeen Rocha

Ciudad de México, 22 de febrero (BarbasPoéticas).-Jim Morrison no sólo era el Rey Lagarto o la voz y líder de la reconocida banda The Doors. No, también fue un poeta increíble. Qué mejor manera de demostrarlo que con ese perfecto poema llamado “Oda a L.A. mientras pienso en Brian Jones, Fallecido”, escrito en 1969.

El poema fue un elemento esencial de las presentaciones de la banda durante ese año, ya que solía repartirse entre la multitud antes de muchos de sus conciertos. Impreso en papel verde pálido y tinta verde oliva, el folleto es una belleza en sí mismo sin tener en cuenta su conmovedor contenido. Como lo confirman las notas de Alan Graham, Morrison estaba “pasando el poema a cada persona que conocía”.

Escrito no solo sobre su amada ciudad natal, Los Ángeles, el poema adquiere más resonancia al enfocarse en Brian Jones. El miembro fundador de The Rolling Stones fue encontrado muerto a los 27 años de edad en su piscina el 3 de julio de 1969, y este poema rindió homenaje a la estrella como figura mítica.

El funeral de Brian Jones tuvo lugar el 10 de julio de 1969, en su ciudad natal de Cheltenham. El funeral se celebró en la iglesia parroquial de St Mary. Foto: Getty Images/Archivo

Tan sólo dos años después, la muerte prematura del propio Morrison le llegaría a la misma edad y con su cuerpo sumergido en agua, justo como le sucedió a Jones.

Oda a L.A. mientras pienso en Brian Jones, Fallecido

Soy residente de una ciudad
Acaban de elegirme para el papel de
Príncipe de Dinamarca

Pobre Ophelia

Todos esos fantasmas que él nunca vio
Flotando a la fatalidad
en una vela de hierro

Regresa, valiente guerrero
al buceo
en otro canal

Piscina de caliente mantequilla
¿Dónde está Marrakech?
Bajo las cataratas
la furiosa tormenta
donde los salvajes cayeron
al final de la tarde
monstruos rítmicos

Has dejado que tu
Nada
le haga competencia a tu
Silencio

Espero que te hayas ido
sonriendo
como un niño
en el fresco remanente
de un sueño

El hombre-ángel
con serpientes compitiendo
por sus palmas
y dedos
Finalmente reclamó
esta benevolente
alma

Ophelia

Hojas, empapadas
en seda

Sueño
clorificado
loco ahogado
Testigo

El trampolín, la zambullida
La piscina

Eras un luchador
una musa almizclada de Damasco
Eras el palidecido
sol
para la TV de la tarde

sapos-cornudos
disidente de mancha amarilla

Mira ahora adónde te ha
llevado

en el cielo de carne
con los caníbales
y judíos

El jardinero
encontró
el cuerpo, furioso, Flotando

Afortunado Cadáver
¿Qué es esa cosa verde pálido
de la que estás hecho?

Hacer agujeros en la piel de
la diosa

¿Apestará
llevado al cielo
por los pasillos
de música?

De ninguna manera

Requiem por un pesado
que sonríe
Ese gordo sátiro
de mirada maliciosa
ha saltado a lo alto

en la tierra fértil

Jim Morrison, Los Angeles, 1969.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE BARBAS POÉTICAS. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Los Rolling Stones retoman gira por ciudades de EU que no visitaban hace 10 años

jueves, febrero 6th, 2020

The Rolling Stones comenzará esta parte de su gira en el SDCCU Stadium en San Diego y luego pasarán por Vancouver (Canadá), Austin, Louisville, Cleveland, St. Louis, Charlotte y Tampa.

Miami, 6 feb (EFE).- La legendaria banda de rock The Rolling Stones anunció este jueves que retomará en Estados Unidos y Canadá su gira “No Filter”, aplazada por problemas de salud de Mick Jagger y que ahora los llevará a partir de mayo por 15 ciudades, algunas de las que no han visitado en una década.

“Siempre es un placer regresar a América del Norte y tocar para algunos de los públicos más grandes y especiales del mundo”, escribió el propio Jagger al publicar el anuncio en su cuenta de Instagram.

“La pasamos mejor que nunca en la ruta durante el verano pasado y estamos listos para hacerlo de nuevo”, expresó, por su parte, Keith Richards.

The Rolling Stones comenzará esta parte de su gira en el SDCCU Stadium en San Diego y luego pasarán por Vancouver (Canadá), Austin, Louisville, Cleveland, St. Louis, Charlotte y Tampa.

También irán a Minneapolis, Nashville, Dallas, Buffalo, Detroit, Pittsburgh y Atlanta.

Las entradas del “No Filter Tour” comenzarán a venderse al público el 14 de febrero, si bien los miembros de American Express tendrán acceso a ellas dos días antes.

Aunque no se han revelado los precios de ingreso de esta nueva etapa, el precio inicial de los boletos el año pasado rondó los 199 dólares.

La gira es organizada por la empresa AEG Presents y patrocinada por Alliance for Lifetime Income, una organización sin fines de lucro que proporciona educación financiera para el retiro.

La mayoría de las funciones de The Rolling Stones en Estados Unidos y Canadá previstas para el verano de 2019 se postergaron a consecuencia de problemas cardíacos de Jagger, quien requirió de una intervención quirúrgica.

Tras su recuperación, la banda tocó en Chicago y Pasadena.

En ese momento la banda se disculpó “por los inconvenientes” y aseguró que quienes hayan comprado entradas podrían utilizarlas cuando se reagendaran los conciertos.

Los músicos ya completaron la parte europea y latinoamericana de “No Filter”, iniciada el 9 de septiembre de 2017.

El repertorio de los “shows” del año pasado incluyó temas como “Jumpin’ Jack Flash”, “Tumbling Dice”, “Paint It Black”, “Gimme Shelter”, “Sympathy for the Devil”, “Satisfaction” y “You Can’t Always Get What You Want”, entre muchas otras.

The Rolling Stones devuelven a The Verve los derechos del clásico “Bitter Sweet Symphony”

sábado, mayo 25th, 2019

Tras una demanda del ex manager de los Stones Allen Klein, Richard Ashcroft se vio obligado como autor a dar el cien por cien de los royalties de “Bitter Sweet Symphony” a Mick Jagger y Keith Richards.

Madrid, 25 mayo (EuropaPress).- Editada originalmente en 1997, “Bitter Sweet Symphony” es uno de los clásicos esenciales de la era del britpop en particular y de los noventa en todo el mundo en general.

Se trata, además, de una canción controvertida, pues The Verve, con su líder Richard Ashcroft al frente, fueron demandados por los Rolling Stones por el uso sampleado del arreglo orquestal de su canción “The last time”.

Y así, tras una demanda del ex manager de los Stones Allen Klein, Richard Ashcroft se vio obligado como autor a dar el cien por cien de los royalties de “Bitter Sweet Symphony” a Mick Jagger y Keith Richards.

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Aunque ni Jagger ni Richards tienen en realidad nada que ver con la sección de cuerda que Ashcroft sampleó -ni con la melodía ni la letra de la canción-, han estado recibiendo beneficios de esta canción durante los últimos 20 años.

Esta situación se acaba ahora al fin, pues la BBC apunta que los Rolling Stones han decidido devolver voluntariamente los créditos de autoría de “Bitter Sweet Symphony” a su legítimo propietario.

El propio Ashcroft confirmó todo esto en la noche de este jueves al recibir el premio a toda su carrera musical en los Ivor Novello Awards, que reconocen a los compositores británicos e irlandeses.

“A partir del mes pasado, Mick Jagger y Keith Richards cedieron todos sus derechos sobre ‘Bitter Sweet Symphony’, lo cual fue algo verdaderamente amable y magnánimo por su parte”, dijo Ashcroft.

En declaraciones a la BBC, el músico aún agregó: “Nunca he tenido un conflicto personal con los Stones. Ellos siempre han sido la más grande banda de rock n roll del mundo”.

Mick Jagger, líder de los Rolling Stones, se someterá a una cirugía de corazón en Nueva York

lunes, abril 1st, 2019

En un comunicado, la banda explicó que los doctores de Jagger, de 75 años, le indicaron que debía tratarse y no podía salir de gira “en este momento”, si bien esperan que “se recupere totalmente” de su dolencia.

Por su parte, Jagger lamentó en Twitter su indisposición y dijo a sus seguidores: “Odio decepcionaros de esta manera”.

Los Ángeles, 1 abril (EFE).- El líder de The Rolling Stones, Mick Jagger, se someterá a una cirugía de corazón esta semana en Nueva York, informó hoy la web Drudge Report.

La noticia llega justo después de que la formación británica anunciara la suspensión de los conciertos en Norteamérica de su gira “No Filter” debido a que Jagger necesita un “tratamiento médico” que no especificó.

Según la web, que no identifica sus fuentes, Jagger se operará para reemplazar una válvula cardíaca. Se espera que el músico se recupere por completo y regrese a los escenarios en verano.

La intervención quirúrgica requerirá la implantación de un stent, un elemento metálico que resuelve la obstrucción brusca en las arterias coronarias.. Foto: Facebook, Mick Jagger

Otras fuentes aseguraron a la web Page Six, del diario The New York Post, que la intervención quirúrgica requerirá la implantación de un stent, un elemento metálico que resuelve la obstrucción brusca en las arterias coronarias.

“Puede volver a trabajar en cuestión de semanas”, indicó una fuente a la publicación.

En el comunicado, la banda explicó que los doctores de Jagger, de 75 años, le indicaron que debía tratarse y no podía salir de gira “en este momento”, si bien esperan que “se recupere totalmente” de su dolencia.

La banda se disculpó por las molestias y aseguró que quienes hayan comprado entradas podrán utilizarlas cuando se anuncie el nuevo calendario de conciertos. Foto: Facebook, Mick Jagger

La banda se disculpó por las molestias y aseguró que quienes hayan comprado entradas podrán utilizarlas cuando se anuncie “próximamente” el nuevo calendario de conciertos.

Por su parte, Jagger lamentó en Twitter su indisposición y dijo a sus seguidores: “Odio decepcionaros de esta manera”.

“Estoy desolado por tener que posponer la gira pero me esforzaré mucho para volver al escenario tan pronto como sea posible. Un vez más, enormes disculpas para todo el mundo”, escribió.

Tras finalizar a finales del año pasado la parte europea de la gira “No Filter”, iniciada el 9 de septiembre de 2017, los Rolling Stones se disponían a realizar entre abril y junio la segunda fase con 17 conciertos previstos en EU y Canadá.

Mick Jagger, vocalista de The Rolling Stones, es relacionado con una joven 52 años menor

lunes, octubre 30th, 2017

El cantante de The Rolling Stones, Mick Jagger, es relacionado con una joven que es 52 años menor que él, afirman medios británicos.

Londres, 30 oct (EFE).- El líder de The Rolling Stones, el británico Mick Jagger, ha mantenido una aventura con una joven estadounidense, Noor Alfallah, 52 años menor que él, según han revelado medios británicos, que no precisan si la relación continúa.

Jagger, de 74 años, pasó varias noches en un piso a las afueras de París con la joven, de 22, hace dos semanas, cuando el grupo tenía programados varios conciertos en la capital francesa.

“Mick todavía tiene su legendario encanto, pero incluso la banda estaba sorprendida de que alguien tan joven y bella como Noor viniera a París a verle”, relató al tabloide The Sun una fuente cercana al grupo, cuya identidad no se reveló.

Alfallah asistió a una de las tres actuaciones de los Stones en París, última parada de su gira “No Filter Tour”, y acompañó asimismo al músico en una cena privada en el restaurante La Stresa y en otra cena, junto con la banda y su equipo, en Caviar Kaspia, según el Daily Mirror.

En diciembre de 2016, nació el octavo hijo del cantante, Deveraux Octavian Basil Jagger, de su relación con la bailarina estadounidense Melanie Hamrick, que entonces tenía 29 años, aunque ahora está “soltero”, según los medios británicos.

“Noor tiene mucha confianza en sí misma y está muy bien educada, así que encajó bien en todos los sitios de lujo a los que fueron juntos”, explicó la fuente cercana a Jagger a The Sun.

La joven, que “previamente también conoció y posó” con el actor Charlie Sheen, según el tabloide, estudió interpretación en Los Ángeles (Estados Unidos).

“Noor tiene mucha confianza en sí misma y está muy bien educada, así que encajó bien en todos los sitios de lujo a los que fueron juntos”. Foto: Facebook, Noor Alfallah

Una pasión en el desierto, recuerdos del Desert Trip: memorias de un festival clásico

domingo, julio 2nd, 2017

El Desert Trip fue un festival de rock clásico desarrollado en dos fines de semana (7-9 de octubre y del 14-16 de octubre de 2016) en el Empire Polo Club en Indio (California). En ambos fines de semana se tuvo la participación de The Rolling Stones, Bob Dylan, Paul McCartney, Neil Young, Roger Waters y The Who. Esta es la memoria de un festival que pasará a la historia. Es casi imposible que un concierto como éste vuelva a repetirse. Las probabilidades biológicas de sus protagonistas juegan en contra. Ellos, qué duda cabe, sentaron las bases de una música que fue rebeldía, actitud y contracultura

Ciudad de México, 2 de julio (SinEmbargo).-Sucedió una semana antes en el teatro del casino Venetian de Las Vegas: John Fogerty contó la anécdota de su actuación con Creedence Clearwater Revival en Woodstock. Para muchos ese recital es todo un misterio. El mismo Fogerty se encargó de prohibir su publicación aduciendo un poco de vergüenza ante el resultado final. Creedence debía salir a escena después de que Grateful Dead terminara un show infinito y lisérgico antes de las 9 de la noche del sábado 16 de agosto de 1969. Pero no sucedió así. El conjunto de Jerry García se quitó bien entrada la madrugada y el combo de Fogerty tuvo que enfrentarse ante un público entumecido y desnudo sobre litros de lodo.

Con la frustración de entregar el cien por ciento a medio millón de zombis, el líder de Creedence sintió que todo estaba perdido. Y así tocó: expiatoriamente, entre un humo denso y en la total oscuridad de las almas. El absurdo llegó a su culmen cuando el mismo Fogerty terminó una canción y vio como a un cuarto de milla a la única persona en pie de todo el lodazal. Una lucecita que encendía su mechero y gritaba con lo que la yerba podía dejarlo modular: “¡No te preocupes John! ¡Estamos contigo!”

Así fue cómo Creedence Clearwater Revival tocó todo su concierto para esa luciérnaga humana. Así fue cómo John Fogerty luego compuso “Who’ll Stop the Rain” para un total desconocido. Eran otros tiempos.

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Lo pienso mientras camino rumbo al primer día del Desert Trip y me topo con un cable rosa para iPhone de última generación. Está tirado en el piso del lote 15 del estacionamiento del festival que ha despertado las mayores expectativas de los últimos tiempos. Nada tiene que ver el Empire Polo Club de Indio con la granja en la que se hizo Woodstock. Acá todo es pulcro y organizado. Sus 133 hectáreas están planificadas con precisión alemana. Olvídense de lo improvisado de aquellos días de hippismo, del amor fraternal, del lodo, de la falta de puestos de comidas, de los cuerpos en pelota picada y de todo el cuento de un Fogerty que ahora toca en casinos.

Desde que el 9 de mayo se agotaron las entradas del Desert Trip en cuestión de cinco horas, la promotora Goldenvoice quiere que sus clientes disfruten de una experiencia en donde no quepa la decepción. ¡Bienvenidos al festival más lucrativo de la historia!

Todo detalle ha sido cuidado con mimo. La cajita del festival que llegó en septiembre a la puerta de cada casa es un estuche de monería que apela a la nostalgia: desde las palmeritas decorativas que la tapizan hasta los brazaletes que se deben activar por internet y el View-Master con imágenes de los músicos. Lo último es todo un guiño a la generación baby boomer a la que va dirigido este banquete sonoro.

Probablemente estemos hablando de aquellos hippies que ahora mismo quizás estén detrás de prósperas empresas, sí como aquella que fabricó el cable de ese iPhone tirado al descuido o la aplicación del festival que puede instalarse en los teléfonos móviles. Porque no hay que equivocarse: la gracia y su experiencia prometida existe en la medida en la que se cuente con el dinero suficiente para financiarla. Un somero repaso a los precios de las entradas sin los impuestos sirven para redondear la idea: los boletos VIP salen a 1.599 dólares, los de un solo día a 199 dólares y los pases de todo el fin de semana a 399 dólares. Lo del yantar es otra cosa: las cenas de cuatro platos van por los 225 dólares por persona, la experiencia culinaria de “todo lo que puedas comer” sale a 179 dólares y el combo de los tres días ronda los 499 dólares. Hay que decir que son más de 30 los chefs internacionales encargados de explotar el paladar con langostas y manjares. También hay expertos en eso que llaman el maridaje entre los vinos y para la cerveza artesanal se contrataron a los mejores nombres.

Desert Trip es un juego de palabras que alude a un viaje al desierto, tanto en sentido real como psicotrópico. Paul Tollet, presidente de la aludida Goldenvoice, la misma del festival Coachella, confesó a la Rolling Stone que fueron dos los años de negociaciones para tener el sí de los seis artistas del cartel. Su terquedad llegó a buen puerto y prometió entre 14 y 20 millones de dólares a cada uno de ellos por su show. Así que todos estábamos invitados a formar parte de ese viaje, pero el sacrificio monetario ya es otro asunto.

No vayan a pensar que todo el esfuerzo de Tollet se hizo por amor al arte.

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DÍA 1 (BOB DYLAN/THE ROLLING STONES)    

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. El viernes 7 de octubre el atardecer del desierto invita a la cita bíblica. Bob Dylan, o Dios para muchos presentes, va a inaugurar el encuentro días antes de ser tocado por la varita del Nobel. El asunto estriba en que el único representante estadounisense del país que creó el rock retrasa su salida a escena por tiempo indefinido.

Aún huele a caballo en todo el Empire Polo Club y noto que la gente está ordenada en enormes establos: cercas de maderas pintadas de blanco forman cuadrados en donde pernoctan en el césped buena parte de las 75 mil personas del público. La mayoría aparenta tener de 50 años en adelante, pero en menor medida también hay veinteañeros. Las chicas visten camisetas floreadas, botas vaqueras o sombreros anchos del neo hipismo de franquicias como Abercrombie o Forever 21. Las hay con camisetas de los artistas del día o del cartel o incluso de propuestas que nada tienen que ver con la cita (Guns N’ Roses, por ejemplo). Una joven de unos 21 años lleva una negra en la que se lee en inglés la siguiente oración: “¿Quién diablos es Mick Jagger?”

Los Rolling Stones en el Desert Trip. Foto: RS

Un tiovivo de a 8 dólares por persona comienza a colorear la noche. A lo lejos un DJ pone canciones de Jimi Hendrix o The Kinks para los que llegaron en casas rodantes. Hace un par de horas que se terminaron las sesiones de yoga y pilates programadas para el público festivalero. El tiovivo ahora se torna amarillo para transformarse en la happy face. Y Dylan aparece para tocar una irreconocible Rainy Day Women#12 & 35 casi a las 7 p.m.

Es verdad que el de Duluth no se traiciona a sí mismo. Llega con aura de maestro huraño sin contacto con el público. Los jóvenes caminan en procura de latas de Budlight de a 10 dólares o por simple tedio, pero los mayores e incondicionales se postran ante el tótem. Dylan se esconde detrás de un piano y en la mitad de su show las pantallas sólo transmiten imágenes en blanco y negro de trenes o de estampas americanas del siglo pasado. Su banda es de primera. Transita por el country, el folk, el rock o el blues con la gracia de un gato que dobla una esquina. Su jefe apenas ladra Don’t Think Twice It’s all Right o Highway 61 Revisited. De pie y armónica en mano regala otras gemas como Simple Twist of Fate, Early Roman Kings, Love Sick, Tangled Up In Blue, Lonesome Day Blues, Pay Your Blood, Soon After Midnight y Ballad of a Thin Man. Para cuando Masters of War cierra el show, apenas han pasado unos escasos 75 minutos de recital. Un joven regresa con unas camisetas recién compradas en el puesto de mercancía oficial y exclama: “¡Ya terminó! Si apenas pude escuchar una canción antes de hacer la cola.”

Y sí, Dylan se va sin siquiera haberle dado permiso a la prensa para ser fotografiado con su sombrero cordobés. Ladró, ya se dijo, desde el principio hasta el final de su comparecencia. El sentido de este verbo ya queda a gusto de cada quién.

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El bajón es innegable. Unas chicas intercambian noticias al revisar su celular: Catherine Zeta-Jones, Michael Douglas, Rob Lowe y Cindy Crawford están entre el público comentan al descuido. Una dice que a la modelo Georgia May Jagger, hija del cantante de los Stones, la vieron comiendo en la zona. Es probable. Desde que comenzaron los rumores del festival, una noche en la habitación más barata de todo el área se acerca a los 200 dólares. El cielo tiene un precio y el papá de Georgia está a punto de hacer valer esta entrada.

Si Dylan fue la austeridad, los Rolling Stones juegan con lo opuesto. Y no decepcionan. Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood aparecen tras los primeros compases de Start Me Up para encender un ambiente de brasa fría. Es cierto que sus satánicas majestades son unas fieras al momento de venderse a sí mismos. Horas antes los periódicos de medio mundo habían anunciado la inminente salida de su próximo disco de estudio, Blue & Lonesome. El mismo Jagger atizó a las masas con una camiseta con la lengua azul. Así que la expectación ya estaba macerada.

Un show de los Stones se ha vuelto en un asunto social. Importa más haber estado allí, que el aporte musical de un grupo que no sorprende desde los 70. No obstante, para el Desert Trip se notan variaciones en un recital que llevan replicando desde hace más de dos décadas. Hay un extra en canciones como Mixed Emotions o el estreno de Ride ‘Em on Down. También es cierto que esta maquinaria de éxitos no deja de lado sus imprescindibles It’s Only Rock ’n’ Roll, Miss You, Gimme Shelter, Sympathy for the Devil, Brown Sugar, Jumpin’ Jack Flash, You Can’t Always Get What You Want, Midnight Rambler, Wild Horses y (I Can’t Get No)? Satisfaction. Pero se notan unas ganas de complacer a un público que los ha seguido de toda la vida. Jagger, aunque bromea al no permitir chistes sobre la edad, hace una primera mención de manera clara: “Bienvenidos a la casa de retiro de Palm Springs para estos distinguidos músicos ingleses”.

Y sí, hay un momento mágico, una excepción en su repertorio: una versión de Come Together de los Beatles, que alguien del público escucha sorprendido al igual que todos los presentes y con el puño en alto: Sir Paul McCartney.

¿Quién dijo que los Stones no crearon el rock de estadios?

Bob Dylan en el Deser Trip. Foto: Especial

DÍA 2 (NEIL YOUNG/PAUL McCARTNEY) 

Ya la gente comienza a rebautizar al festival con el mote de Oldchella. Lo escucho en la radio mientras manejo al Empire Polo Club. Éste va a ser otro gran día con Neil Young y Paul McCartney. McCartney es un tipo exitoso, el único Beatle reverenciado en vida y perdonado por una crítica que le fue esquiva en la primera mitad de su carrera en solitario. Ahora los estadios se le abren como una flor y su nombre equivale a la gloria. Podría decirse que las llaves de la ciudad les quedan cortas. El reverso de la moneda es su compañero Ringo Starr, que anuncia concierto para noviembre en una valla del camino y un recinto más bien decadente: el Fantasy Springs Resort and Casino de Indio. El esplendor y la derrota apenas conviven a unas millas de distancia.

McCartney de alguna manera es el anti rock. Representa al tipo ñoño, remilgado y de chistes bobalicones. En su estampa no existe ni un gramo de actitud rebelde. A veces, parece que un personaje de los Simpsons, el vecino Ned Flanders, fue inspirado en él. Sin embargo, nadie como Sir Paul para demostrarnos quién es la gran autoridad de estos meandros: fue el compositor de “Helter Skelter”, quizás uno de los antecedentes más claros del heavy metal, tiene un dominio de la melodía digno de un extraterrestre, se inventó todo el concepto del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band y sus solos de bajo y guitarra ya forman parte de la historia de la humanidad.

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En contraposición Mick Jagger, que podría ser el mejor ejemplo de la esencia del rock (frontman, provocador y con pasajes turbulentos) tampoco encaja del todo. Detrás de esa imagen de chico malo se encuentra un personaje calculador, cuyas nociones universitarias de economía y marca las ha llevado a su carrera para lucrarse sin miramientos ni compromisos de ningún tipo. Ahora mismo parece que el rock está cimentado sobre contradicciones y a veces cabe preguntarse: ¿acaso hay alguien que aún asuma algún tipo de compromiso genuino en esta música?

Neil Young despoja toda duda a las 6:15 de la tarde. Después de que unas chicas en pantalones cortos vaqueros, con botas, camisas de cuadro y sombreros de granjeras hayan regado unas macetas; el canadiense se sienta en el piano y da pie al milagro: entonar una versión de After the Goldrush íntima para 75 mil personas, que la escuchan como bestias mansas ante un cielo naranja que aún se filtra entre las palmeras del paisaje.

El canadiense se sienta en el piano y da pie al milagro. Foto: NY

De la camiseta de Young se lee “El agua es vida”. El escenario está adornado con chozas y figuras de indios de madera. Heart Of Gold, Comes a Time y Mother Earth (Natural Anthem) se van desgranando en una leyenda de voz intacta, que salta de la guitarra acústica y al órgano sin ningún tipo de percance. Lo dicho: la primera parte delicada y sentida da paso a lo inesperado: la rabia en plena noche y con un grupo The Promise of the Real, demoledor en su papel de epidermis de un Young inmenso.

El ogro, ahora feliz e incombustible, tiene a sus cómplices para sublimar versiones de “Out on the Weekend”, “Human Highway” o “Harvest Moon”. Cuando desempolva su “Down by the River” el acabose se queda corto: más de 15 minutos de solos, que lo hace susurrar en varios falsos finales: “Too much”. Para el momento de “Seed Justice” él y sus músicos imitan sonidos de animales de granja en una orgía eléctrica sin tregua. Y el momentazo: poco antes de “Rockin’ in the Free World”, alguien de la organización se le acerca al músico y Young comenta: “Me dicen que nos quedan sólo 47 segundos para hacer “Rockin’ in the Free World” y haremos una versión de 47 segundos”. Mentira. Una pieza que va sobre la libertad acaba a los 10 minutos. El escenario queda latiendo como si fuera un ser viviente.

El humo se hace denso y la sensación es de plenitud. No importa que ya no vuelva Neil Young después de semejante entrega. Cualquier músico tendría miedo de salir después de lo acontecido. McCartney no. No lo tiene difícil gracias al cancionero que lleva consigo. Es lo más cerca de la experiencia Beatle que pueda existir ahora mismo. Los de Desert Trip lo saben. Por ese tipo de razones este festival vale lo que vale.

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Ahora es una especie de lata de refresco la que comienza a girar en las pantallas. Hay algo de danza hipnótica que dura una media hora: mientras da vuelta sobre sí misma se advierten fotos y videos que tienen que ver con Sir Paul dentro del grupo más grande de la historia, su carrera solista y sus propios hitos personales. Al terminar su rotación, un bajo eléctrico aparece en medio y el show comienza a todo dar.

“A Hard Day’s Night” sienta las bases de una carta de intenciones: acá se van a repasar canciones que todo el mundo conoce. Y no es mentira: 37 temas, entre los que se contaron “Jet”, “Can’t Buy Me Love”, “Letting Go” o “Maybe I’m Amazed” deja todo tan claro como el agua. Cuando va por una nueva, “Queenie Eye”, Macca hace la broma oportuna: “Cuando toco algo de Beatles, que todos conocen, veo todos los celulares y parece una constelación de estrellas; cuando hago alguno nuevo, que no conocen, es el agujero negro”. Aún así es imposible que la gente la escuche sin emocionarse.

Es verdad que McCartney ha perdido muchos registros vocales. Pero eso poco importa cuando se asiste a un sacrificio de ese nivel. Sir Paul tiene detalles con todos. A los de Jagger les devuelve el favor antes de “I Wanna Be Your Man”: “Ayer los Stones tocaron una canción nuestra. Vamos a tocar una de ellos. Es el primer éxito que tuvieron en Inglaterra. Lo escribimos John (Lennon) y yo”. Al público lo complace con todo lo que quiere escuchar, incluidas una versión en ukelele de “Something” y una rareza que nunca ha sido de su repertorio, “Being for the Benefit of Mr. Kite!” Hasta sorprende al respetable al lograr lo que ni los Stones pudieron con Dylan: llamar a su telonero, Neil Young, para deleitar a los melómanos con “A Day In The Life”, “Give Peace a Chance” y “Why Don’t We Do It in the Road?”

Rihanna con Dios en el Desert Trip. Foto: PMC

En ese menú de degustación auditiva cabe de todo. Casi tres horas después, con la versión de Hey Jude, los fuegos artificiales de Live And Let Die y la traca final de Golden Slumbers/Carry That Weight/The End se comienza a gestar la noción de que ese día podría ser el mejor de la jornada. Tufo a historia, pues.

DÍA 3 (THE WHO/ROGER WATERS)

Última jornada del primer fin de semana y ya se habla de una recaudación de 160 millones de dólares por concepto de entradas. De la venta de mercancía las proyecciones también deben estar por las cifras de los seis ceros. Por ejemplo, desde el día anterior ya no quedan camisetas de los Rolling Stones y tampoco de algunos modelos de otros grupos. Ir a la cola para regresar con las manos vacías equivale a perder medio recital. La texana Aracely Carrillo tiene 28 años y aún no sabe en cuál gastar los 40 dólares que valen las más baratas. Lleva dos días asomándose a la línea sin decidirse y para ese domingo es poco lo que puede escoger y mucho lo que debe esperar entre la mayor acumulación de gente que desespera por irse con un recuerdo antes de que sea demasiado tarde. Aracely se frustra y va directo a hacer tres colas diferentes antes de que caiga el sol: una para una foto delante de la portada en gran tamaño del Some Girls de los Stones, otra para la de The Kids Are Alright de The Who y la última para la de Highway 61 Revisited de Dylan. Con alguna prueba debe regresar, sostiene.

Unos señores de más de 60 años dicen que en cuanto termine The Who se irán del recinto. Hay gustos para todo. Si nos pusiéramos a encasillar a cada músico como personajes de spaghetti western, para entonces ya pasó el maestro, los espectaculares, el comprometido y el mito. Faltan los viscerales y el conceptual. En esas colas uno se entera de todo. En la de paella alguien comenta el caso del joven británico dependiente de supermercado que llegó al sitio con una mano adelante y otra detrás, duerme en un saco y tiene su regreso a Londres para el lunes. Más adelante sabré por la agencia EFE que se llama Aidan Brachi y que todo era cierto.

The Who en el Desert Trip. Foto: The Who

Las pantallas comienzan a amenazar: “Mantengan la calma ahora viene The Who”. Jovencitas danzan en círculos recreando un falso Woodstock. Los jubilados están en sillas reclinables bebiendo vino, a muchísimos metros del escenario sin dejar de gozar de un sistema de sonido y de imagen impecable. No fue raro verlos los días anteriores en el césped bailando en parejas con sus koalas bien atados a sus vientres. Hay un par de chicos mexicanos de la capital que intentan impresionar a unas jovencitas que acaban de conocer. Les presumen que siempre viajan a estos conciertos con todos los lujos que pueden costear 20 mil pesos. “No le hagas caso. Los chilangos siempre dicen mentiras”, le comenta una a la otra.

A este punto es obvio que los últimos no son público para ver a The Who. También lo es el hecho de que a Pete Townshend y a Roger Daltrey eso es lo que menos les importa: John Entwistle, el bajista de la banda que murió en 2012, nació un 9 de octubre. De estar vivo este día habría cumplido 72 años. Las pantallas recuerdan eso. Townshend y Daltrey piensan rockear por su amigo, que nadie se equivoque y lo hacen con todo: “I Can’t Explain” es contundente. La tocan como inicio, sin pirotecnias audiovisuales, pero con ese tipo de rabia que hace que el cantante juegue con el micrófono en el aire y el guitarrista ensaye los primeros windmill marca de la casa. Luego no hay descanso para nadie: “The Seeker”, “Who Are You”, “The Kids Are Alright”, “I Can See for Miles” y “My Generation” salen como balas de ametralladora.

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La escena de The Who son Townshend y Daltrey. Traen músicos excepcionales y también utilizan sus pantallas. Sin embargo, el 90 por ciento de su show está en ver a dos señores que se tiran de rodillas, hacen malabares y van desmelenándose canción tras canción sin dar pena ajena. Saben que no necesitan de otra cosa que de ellos mismos para abofetear a la audiencia. Sólo cuando interpretan “The Rock”, del disco Quadrophenia, es cuando aprovechan para dar un repaso audiovisual de 50 años de historia en pocos minutos: Nixon, Elvis, Keith Moon, Lady Di, la reina Isabel de Inglaterra, Thatcher, la caída del muro de Berlín, Clinton, la tragedia de la torres gemelas y la guerra de Irak pasan en un alarde de síntesis.

Me acerco a la zona de los discapacitados. Veo a un grupo de gente alrededor de una televisión de unas 65 pulgadas. Están paralizados como si rodearan a un santo. The Who lleva rato con “Pinball Wizard” y de la pantalla advierto la figura de un joven con camisa negra. Me acerco intrigado por esa escena tribal y ahora noto que el hombre hace mímica e imita con las manos los solos de guitarra y batería de “See Me, Feel Me”. Ahí es cuando me doy cuenta de que él está en pleno servicio de relatarle el concierto a los sordos. Ni cuando suena “Baba O’Riley” y “Won’t Get Fooled Again” logro descifrar cómo se puede transmitir semejante experiencia sonora a quienes no pueden escuchar, cómo llevar todo el desmadre de The Who a esta gente, cómo relatar la manera en la que el hijo de Ringo Starr, Zak Starkey, ataca sus tambores, cómo sentir esta avalancha de decibelios sin ver por un instante las maromas de Townshend y de un Daltrey que ha desabotonado casi toda su camisa. Increíble.

El concierto llega a las dos horas, y la gente está agotada pero feliz. Es un buen momento para pasar a otro estado de conciencia. Quizás los organizadores calcularon eso. Saltar de la rabia de este grupo a la psicodelia de Pink Floyd tiene su encanto. La zona de discapacitados está a buena distancia del escenario, y sabemos que a Waters es mejor verlo de lejos por toda su propuesta conceptual. Ya no hay por qué inventarse historias para intentar acercarse a una tarima reservada a los VIP. Ahí me quedo en la espera del directo del bajista, ese diamante loco que días antes había retado a un presidente al plantar el cerdo inflable del disco Animals en el zócalo de Ciudad de México con la palabra “renuncia”.

Waters es un tipo raro. Dice denunciar todas las injusticias del mundo, pero al mismo tiempo llevó a corte a sus ex compañeros de Pink Floyd cuando estos decidieron lanzar la placa A Momentary Lapse of Reason sin su anuencia. También es conocido el episodio en el que tornó en músico asalariado al tecladista fundador Richard Wright sólo por imponer su dominio y no querer compartir las regalías de las canciones entre cuatro miembros de su antiguo grupo. Hay algo de su personalidad que no cuadra, también pasa con su show pese a sus momentos completamente alucinantes.

Hay algo de su personalidad que no cuadra, también pasa con su show pese a sus momentos completamente alucinantes. Foto: RW

El comienzo está acorde con las expectativas. Un ruido telúrico acompaña un video que hace que muchos enciendan sus cigarrillos. Luego llega la magia de Pink Floyd: “Speak to Me, Breathe”, “Set the Controls for the Heart of the Sun”, “One of These Days”, “Time, Breathe (Reprise)” y “The Great Gig in the Sky” con dos coristas/sacerdotisas que no paran de aullar para euforia de la concurrencia. Para cuando entonan “Money” y “Us and Them” formó parte de una escena peculiar: un joven norteamericano muy parecido a Mr. Clean (calvo, fornido y de camiseta blanca), me pide un encendedor para un discapacitado que quiere fumar. Se lo consigo, y regresa a los cinco minutos dándome las gracias. Aprovecho y le pregunto por un cigarrillo. No sé qué entiende y me responde: “Bueno, es que no fumo. Fue para mi mamá que quería encenderse un porro de cannabis curativo”. Volteo y veo a una señora en silla de ruedas, de unos 70 años, que me saluda mientras le da hondas caladas a un canuto de los gigantes.

Regreso mi mirada a Waters. El hombre sabe cómo embobar. Trae a 10 músicos para que lo ayuden en casi todo, incluido el cantar. En “Shine On You Crazy Diamond” presenta a un joven discapacitado para que toque todos los solos de guitarra. En otras canciones se limita a su bajo eléctrico mientras admira toda su creación como compositor aunque la voz sea de otros. A veces, siento que su espectáculo semeja un gigantesco karaoke. Welcome to the Machine, Have a Cigar y Wish You Were Here son celebradas, pese a que la última pieza Waters la destroza al interpretarla. Para Pigs (Three Different Ones) el escenario ya era la fábrica de la portada del disco Animals. Acá no se escatiman los insultos gráficos y escritos a Donald Trump: imágenes del candidato presidencial republicano con falos en la mano, con un micropene entre sus piernas, con pechos, con la boca pintada de rojo, con cuerpo de cerdo. Para los liberales el acto es todo un festín. La canción termina con citas dichas por el político y al final la aportación de Waters: “Trump es un cerdo”.

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Con el público en sus bolsillos ya era cuestión de coser y cantar cuando le llega el turno a “Another Brick in the Wall Part 2”. Todos la entonan como el himno que es, unos niños de apariencia mexicana hacen los coros y bailan con Waters. De sus camisetas se lee en español: “derriba el muro”. Un cerdo inflable con la cara de Trump a un costado sobrevuela sobre el público. Ya nada puede fallar: “Mother”, “Run Like Hell”, “Brain Damage” y “Eclipse” pasan con vaselina. Adiós y falso final. Waters regresa y lee un poema que critica la política de Estados Unidos en el tema palestino. Un par de señores estadounidenses levantan el puño mientras asienten con la cabeza. El bis lo suman tres canciones. Para entonces muchos se van para evitar atascos. Muchos menos Aracely, que vuelve a la tienda de mercancía. Ya casi no hay nadie haciendo línea. Logra decidirse entre lo poco que queda: una camiseta negra de Roger Waters con cuatro círculos que contienen las imágenes de los álbumes Dark Side of the Moon, Wish You Were Here, Animals y The Wall. Paga mientras suena “Comfortably Numb” y dice: “ahora sí van a saber que estuve acá”.

Camino de vuelta al carro entre el rebaño. Vuelvo a pensar en Woodstock. Han pasado casi 50 años de ese acontecimiento. The Who y Neil Young estuvieron allí, lo que es decir bastante. Es casi imposible que un concierto como éste vuelva a repetirse. Las probabilidades biológicas de sus protagonistas juegan en contra. Ellos, qué duda cabe, sentaron las bases de una música que fue rebeldía, actitud y contracultura. Ahora algunos forman parte de la realeza británica y los espacios son otros. El Empire Polo Club sigue siendo ordenado, limpio, calculado, ajeno al desmadre. Los hippies mutaron en otra cosa, no tienen melena para desmelenarse. Un carrito a pedal de los que transportan gente me saca de mi ensalada mental. Pasa a mi lado con un tema de Creedence Clearwater Revival a todo volumen.

Creo que la voz de John Fogerty vuelve para decirme algo al respecto.

Kristen Stewart protagoniza “Ride ‘Em On Down”, el nuevo VIDEO de The Rolling Stones

viernes, diciembre 2nd, 2016

En el material de tres minutos y diecisiete segundos de duración dirigido por Francois Rousselet, la actriz famosa por su papel en la saga Twilight, aparece bailando de manera sensual tras conducir un Mustang a gran velocidad.

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Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).– La actriz estadounidense Kristen Stewart es la protagonista de “Ride ‘Em On Down” el nuevo video y sencillo de “Blue & Lonesome”, el primer disco de estudio de The Rolling Stones desde hace once años.

En el material de tres minutos y diecisiete segundos de duración dirigido por Francois Rousselet, la actriz famosa por su papel en la saga Twilight, aparece bailando de manera sensual tras conducir un Mustang a gran velocidad.

A unas horas de su lanzamiento en tiendas físicas y digitales, “Blue & Lonesome” ha recibido buenas críticas por parte de la prensa inglesa quienes han calificado el material como “vibrante” y “visceral” y elogian la “poderosa” voz de su líder, Mick Jagger.

Es, además, el primer trabajo de estudio que los veteranos músicos publican en más de una década -desde “A Bigger Band”, en 2005- y se compone de doce temas versionados que arrancan con la recreación del “I’m Just Your Fool” de Buddy Johnson.

Roger Waters y The Who culminan el viaje nostálgico del festival Desert Trip

lunes, octubre 10th, 2016

El exbajista de Pink Floyd comenzó con la insinuante “Breathe” y el célebre disco “The Dark Side of the Moon” (1973) monopolizó el primer tramo con las apabullantes “Time”, “Money” y “Us and Them”.

El artista británico Roger Waters durante un concierto. Foto: EFE/Archivo

El artista británico Roger Waters durante un concierto. Foto: EFE/Archivo

David Villafranca

Indio (EU), 10 octubre (EFE).- Las reflexiones políticas y odiseas siderales de Roger Waters y la energía de The Who culminaron anoche el viaje nostálgico del festival Desert Trip, que en tres días devolvió al presente el mejor rock de los años 60 y 70 de la mano de mitos como Bob Dylan, The Rolling Stones, Neil Young y Paul McCartney.

Al margen del próximo fin de semana, en el que Desert Trip repetirá exactamente las presentaciones de estos días, será casi imposible reunir a todas estas figuras en una misma ocasión, por lo que los adjetivos “histórico”, “irrepetible” y “único”, que han sobrevolado constantemente el evento, parecieron justificados.

Y es que en sólo 72 horas el público, veterano en su mayoría pero multigeneracional en conjunto, pudo ver a McCartney y Young cantar “A Day In The Life” de The Beatles, disfrutó de The Rolling Stones versionando “Come Together” de los de Liverpool y contempló a Dylan entonando un himno generacional como “Masters of Wars”.

La traca del evento, que tuvo lugar en la ciudad californiana de Indio en el mismo recinto del festival Coachella, llegó con Roger Waters, que ofreció un desbordante recital de rock atmosférico cargado de crítica política que es la marca de la casa.

El exbajista de Pink Floyd comenzó con la insinuante “Breathe” y el célebre disco “The Dark Side of the Moon” (1973) monopolizó el primer tramo con las apabullantes “Time”, “Money” y “Us and Them”.

Pasan los años y los fans de Pink Floyd, el grupo que mejor rentabilizó la pasión por el rock progresivo, se mantienen fieles e irreductibles, tanto que esta noche los relojes y el dinero en las pantallas que antecedieron a “Time” y “Money” se celebraron casi como goles.

La factura audiovisual de los conciertos de Waters siempre ha sido uno de sus puntos fuertes con imágenes de paisajes espaciales, ambientes apocalípticos, escenas alucinadas y figuras espectrales que redondean la experiencia del “show”.

Tampoco escasearon las consignas políticas y en las pantallas se leyó “si no estás enfadado, no estás prestando atención” ante las críticas al racismo, la discriminación y la violencia de “Fearless”.

Sostenido por una banda preparada al centímetro para los extensos desarrollos instrumentales, un carismático Waters abordó una intensa “Shine On You Crazy Diamond” y una desgarradora “Wish You Were Here”.

Sirenas y alarmas anunciaron la aparición de cuatro chimeneas para convertir el escenario en la portada del disco “Animals” (1977), poco antes de que Donald Trump se convirtiera en el blanco de la diana de Waters.

“Trump es un cerdo”, en gigantes letras, despertó enormes aplausos cuando sonaba “Pigs (Three Different Ones)”.

Además, el famoso cerdo volador de Pink Floyd se paseó por el cielo con el rostro del candidato republicano a la Casa Blanca junto a los adjetivos “ignorante”, “mentiroso”, “racista”, “sexista” y un remate final que no dejaba dudas: “Que le jodan a Trump y a su muro”.

La afilada “Another Brick in the Wall Part 2” anunció el final del espectáculo total de Waters, que bajó la persiana cargando contra la ocupación israelí de Palestina y hermanándose con el público en una aclamada “Comfortably Numb”.

La jornada había comenzado con The Who, que con “I Can’t Explain” y “The Seeker” dejaron claro que lo suyo iba a ser una exhibición de rock excesivo y al máximo de revoluciones.

El guitarrista Pete Townshend alabó el “impresionante atardecer” que, con tonos rosados y violetas sobre el horizonte, recibió a The Who, y ese fue de los pocos momentos relajados de su presentación.

Una tremenda “Who Are You”, que cayó como una bomba sobre el Desert Trip, certificó además que el show de los británicos destacaría por su cuidada apariencia visual, repleta de colores y detalles impactantes.

Townshend recordó la participación de la banda en el legendario festival de Monterey de 1967 y deseó con ironía “buena suerte” al público de cara a las elecciones estadounidenses, al mismo tiempo que Clinton y Trump se enfrentaban en su segundo debate televisado.

Pero la noche no era para política sino para música y The Who empleó inmejorables bazas de inicio como “My Generation”, poco menos que un tratado de fe para muchos de los asistentes.

Los conciertos del Desert Trip regalaron instantes de íntima felicidad para sus espectadores. Por ejemplo, una pareja de unos sesenta años se dio un gran beso de pura alegría con los primeros acordes de “Behind Blue Eyes”, tema que terminarían cantando abrazados antes de hacerse un selfi para inmortalizar el momento.

Los habituales molinillos con el micrófono de Roger Daltrey, con un chorro de voz imponente, encontraron el espejo ideal en las también clásicas ruletas de Townshend, un torbellino con su guitarra durante toda la noche.

Una parte dedicada a “Quadrophenia” (1973) dejó algo frío al público, que se reenganchó en la recta final gracias a “The Pinball Wizard” y “See Me, Feel Me”.

The Who finalizó con las irrebatibles “Baba O’Riley” y “Won’t Get Fooled Again” con las que muchos de los espectadores, más preocupados en su día a día por su plan de pensiones que por los dilemas de los veinteañeros, acabaron gritando a pleno pulmón temas acerca de revoluciones juveniles y la trágica desilusión de la adolescencia. Cosas mágicas del rock.