Posts Tagged ‘Protestas chile’

Policías de Chile detienen a 63 personas que protestaron contra el Gobierno de Sebastián Piñera

domingo, marzo 7th, 2021

Chile vive desde 2019 movilizaciones continuas, actualmente cientos de personas se reúnen todos los viernes para protestar contra el Gobierno y la desigualdad.

Santiago de Chile, 6 mar (EFE).- El Cuerpo de Carabineros (policía militarizada chilena) informó este sábado de la detención de 63 personas durante las protestas que se produjeron en la tarde del viernes en el centro de la capital en contra del Gobierno de Sebastián Piñera, donde participaron más de 600 personas y se registraron disturbios el término de la jornada. Policías detienen a 63 personas que protestaron contra el Gobierno de Sebastián Piñera en Chile

Pese al habitual cerco de policías apostado en la zona para proteger la emblemática Plaza Italia, punto neurálgico de las protestas desde el inicio del llamado estallido social en octubre de 2019, un numeroso grupo logró tomar el sitio entre lienzos, banderas y batucadas.

Los intentos policiales por disuadir a la multitud, con el uso de carros lanza aguas y tanquetas lanza gases además de personal a pie, derivaron en fuertes enfrentamientos callejeros, que se extendieron varias cuadras hasta el poniente de la capital chilena a poca distancia del Palacio de La Moneda.

En medio de los disturbios, un grupo de manifestantes incendió el monumento instalado en el centro de la renombrada como Plaza de la Dignidad, estatua dedicada a una figura militar chilena del siglo XIX que se alza en medio de la rotonda.

Cerca de las 21:00 hora local, un carro lanza aguas de Carabineros apagó el fuego mientras el tráfico permanecía interrumpido por la acción de barricadas incendiarias en calles aledañas.

Después de la quema del monumento al General Manuel Baquedano, veterano de la Guerra del Pacífico y latifundista, el Ejército de Chile emitió un comunicado condenando los hechos, catalogando de “cobardes desadaptados” a los “antichilenos” que “cometieron un acto indignante y repudiable”.

El país austral vive desde finales de 2019 movilizaciones continuas con reflujos que se ven casi todas las semanas, dejando en su etapa más grave a decenas de muertos, cientos de personas con trauma ocular producto de acciones de agentes del Estado y miles de heridos.

El pasado 25 de octubre Chile celebró un plebiscito histórico donde casi un 80 por ciento de la población aprobó cambiar la Constitución vigente, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

La medida, acordada políticamente por los partidos en noviembre de 2019, tenía por fin descomprimir las movilizaciones callejeras, sin embargo, todos los viernes cientos de personas se reúnen en el centro para golpear cacerolas o gritar consignas contra el Gobierno, la desigualdad y por la liberación de los detenidos.

La 61 edición del Festival Viña del Mar, en Chile, inicia en medio de violentas protestas y disturbios

domingo, febrero 23rd, 2020

Desde distintas zonas aledañas a la ciudad se movilizaron a primera hora de la tarde manifestantes hasta el centro urbano. “No queremos festival, exigimos dignidad. Viña: ciudad de apariencias”, rezaba uno de los carteles que portaba un manifestante. En las últimas jornadas, a través de las redes sociales, diversas organizaciones fueron convocando a marchar contra el festival.

Viña del Mar (Chile), 23 de febrero (EFE).– Una multitud de personas se concentró este domingo en los alrededores de la sede del Festival de Viña del Mar (Chile) para mostrarse en contra de su celebración en medio de la crisis social que vive el país, y protagonizaron choques con las fuerzas de seguridad que trataron de dispersarlos.

Como es habitual desde que explotaron las movilizaciones contra la desigualdad social en octubre pasado, la policía no tardó en aparecer con vehículos blindados desde los que lanzaron agua a presión y gases lacrimógenos.

Desde distintas zonas aledañas a la ciudad se movilizaron a primera hora de la tarde manifestantes hasta el centro urbano.

“Estamos manifestando nuestro total rechazo a una fiesta que es un circo para seguir dándole de comer a unos pocos”, dijo a Efe Andrés Marambio, gestor cultural y uno de los manifestantes, convencido de que Chile “no está para festivales”.

Según añadió, después del inicio del estallido social del 18 de octubre, “Chile despertó” gracias a que la ciudadanía se dio cuenta de que “un grupo minoritario de empresarios” está “robándose” el país.

“No queremos festival, exigimos dignidad. Viña: ciudad de apariencias”, rezaba uno de los carteles que portaba un manifestante.

Gritos también de “no hay festival, no hay festival” fueron protagonistas en la movilización, que se fue alargado durante toda la tarde y en la que muchas de las personas optaron por usar mascarillas antigas lacrimógeno.

El festival tiene previsto su comienzo a las 21.15 hora local (00.15 GMT del lunes) y el cantante puertorriqueño Ricky Martin será la estrella de la primera de la seis noches que se alargará el certamen.

Paula Arriagada, abogada de derechos humanos y también presente en la protesta, recalcó a Efe que mediante este festival se quiere dar “una imagen de normalidad” que el país no tiene.

“Hoy Chile está paralizado por completo. Estamos en un estallido social y una crisis profunda que la clase política no ha sabido llevar adelante con éxito, sino que se ha empeñado en reprimir las manifestaciones”, reprochó.

En las últimas jornadas, a través de las redes sociales, diversas organizaciones fueron convocando a marchar contra el festival.

“Calles con sangre, Viña sin festival”; decía uno de los afiches.

“Viña 20, cancelado por el pueblo. Sin dignidad, no hay festival”, rezaba otro.

Chile vive desde el pasado octubre su crisis más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con una treintena de muertos y miles de heridos, además de graves acusaciones contra las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.

Una multitud de personas se concentró este domingo en los alrededores de la sede del Festival de Viña del Mar. Foto: EFE/Alberto Valdés

Chilenos se muestran en contra de su celebración en medio de la crisis social que vive el país. Foto: EFE/Alberto Valdés

Lo que en un principio empezó como un llamamiento de los estudiantes a protestar contra el aumento de la tarifa del metro, se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, que ha dejado además episodios de violencia extrema con saqueos, incendios y destrucción de mobiliario público.

Ricky Martin dice en Chile que espera que las protestas tengan un “efecto dominó” en la región

domingo, febrero 23rd, 2020

En una rueda de prensa en la ciudad chilena, el cantante de éxitos como “She bangs” y “Vente pa’cá”, defendió su uso de las redes sociales para hablar de lo que le preocupa como ciudadano, en especial de su tierra natal y los problemas del resto del continente.

Viña del Mar (Chile), 23 de febrero (EFE).– Ricky Martin aseveró este domingo, a unas horas de cantar en el Festival de Viña del Mar, que vivir en Estados Unidos no hace que se preocupe menos por las “necesidades” de su gente, en referencia no sólo a sus compatriotas puertorriqueños sino a todos los latinoamericanos.

En una rueda de prensa en la ciudad chilena, el cantante de éxitos como “She bangs” y “Vente pa’cá”, defendió su uso de las redes sociales para hablar de lo que le preocupa como ciudadano, en especial de su tierra natal y los problemas del resto del continente.

“Yo me considero un ciudadano del mundo pero soy puertorriqueño así haya nacido en la luna”, remarcó el artista, que en 2019 participó en las protestas que se celebraron en San Juan para exigir la salida del entonces gobernador, Ricardo Rosselló, por un polémico chat que provocó una crisis social y política en la isla.

El ganador de varios premios Grammy y Latin Grammy vuelve a Viña del Mar. Foto: Twitter vía @ricky_martin

Sobre la gente que le ha recriminado en alguna ocasión por sus opiniones sobre la situación de Puerto Rico a pesar de no vivir allí, el cantante, de 48 años, se mostró tajante. “Viviendo en Estados Unidos no hace que me preocupe menos por las necesidades de mi gente. Cuando digo necesidades de mi gente por supuesto hablo de Puerto Rico, pero hablo en nombre de la región”, argumentó.

LA SITUACIÓN DE CHILE Y SU EFECTÓ DOMINÓ

El ganador de varios premios Grammy y Latin Grammy vuelve a Viña del Mar, donde hoy, durante la noche inaugural de la 61 edición, cantará por sexta vez en su trayectoria, tras los conciertos de 1993, 1994, 1996, 2007 y 2014. Pero esta vez se da en un contexto diferente, por las protestas que desde octubre pasado se dan en las calles del país para clamar contra la desigualdad social. También para hoy están previstas manifestaciones.

“Siento mucha admiración por el pueblo chileno. Es lo más importante. Las protestas son importantes, dejarles saber a los líderes de nuestros países qué es lo que necesitamos, siempre y cuando lo hagamos de manera ordenada”, añadió. Según agregó, lo que él vivió en Puerto Rico son “las mismas emociones”, y señaló que en ese momento, sin banderas partidarias, el objetivo era “hacer lo que fuera necesario por encontrar justicia. Así fuese sacando a los líderes y empezando de cero”.

Su discográfica le entregó una distinción por los 250 millones de reproducciones streaming de su música en Chile. Foto: Twitter via @ricky_martin

“Pero es importante tener un plan, de qué pasara luego de las protestas, para no quedar en el limbo. Y puede ser mucho más doloroso si no existe un plan. Que hablemos, es importante exigir que se nos respete pero de manera organizada”, indicó.

“Si eres parte de ese movimiento, fantástico, si no ponte en los zapatos de una persona que exige lo que no tiene”, argumentó. Ricky Martin anheló que Chile “sirva de efecto domino para todas las partes del mundo donde hace falta que se escuche”, entre ellas al pueblo dominicano, “que está hoy exigiendo a los líderes que se les respete”.

NO QUIERE DAR SERMONES

En su recital de este domingo, en el que repasará sus grandes éxitos, principalmente los más latinos y sus temas románticos y algunos en inglés, reconoció que habrá “mensajes”, pero reiteró que no llega a Viña del Mar para dar “sermones”.

“Estoy porque voy a entregar un espectáculo donde la gente a lo mejor se pueda liberar de los problemas del trabajo, del hogar, del país. Pero yo represento tantas cosas que es inevitable que el público se le adscriban pensamientos y los haga pensar”, subrayó. “Pero no voy a predicar. No voy a decir a nadie desde un escenario tan importante qué tienen que hacer y qué no pueden hacer”, enfatizó.

El cantante apoya las protestas en Chile. Foto: Twitter vía @ricky_martin

En la rueda de prensa, en la que volvió a romper una lanza a favor de que los países aprueben el matrimonio igualitario, como el que en 2017 le permitió casarse con su entonces novio, Jwan Yosef, su discográfica le entregó una distinción por los 250 millones de reproducciones streaming de su música en Chile. “Estoy en un momento muy importante en mi vida.

Tranquilo, feliz, en calma, con los pies en la tierra y con salud”, reconoció, y afirmó que en esta fase latinoamericana de su gira “Movimiento” decidió dejar a sus cuatro hijos en casa.

UN SUEÑO CON DIEGO EL CIGALA

Consultado por nuevos duetos previstos, el cantante, que en abril planea sacar un nuevo disco, reveló que hará una “gran colaboración que siempre quiso hacer. “Voy a grabar con Diego el Cigala en una producción maravillosa. Creo que es algo muy lindo que va a suceder. ‘Diego, te quiero hermano, gracias, porque has dejado tu alma en esa grabación, eres un guerrero'”, lanzó.

Asimismo, el puertorriqueño, que comenzó como modelo infantil en 1979, con apenas siete años, y a los 12 se sumó al grupo Menudo, en el que estuvo un lustro, definió “Livin’ la vida loca”, “María” y “La copa de la vida” como las canciones de su carrera en solitario “que dieron la vuelta al mundo”. Pero señaló “Fuego de noche, nieve de día” como la canción que siempre tiene que cantar porque siente “un desahogo”, así como “Asignatura pendiente”, en la que pone “en poesía” sus “altas y bajas” y repasa sus vivencias.

Manifestante muere electrocutado al intentar huir de un camión de la Policía chilena

sábado, diciembre 28th, 2019

El deceso ocurrió en el marco de una manifestación en Plaza Italia, centro neurálgico de las manifestaciones que estallaron hace dos meses como consecuencia de la subida de la tarifa del metro y que se extendieron a una miríada de demandas sociales.

SANTIAGO DE CHILE (AP) — Un hombre falleció electrocutado durante las manifestaciones que se realizan cada viernes en el centro de Santiago, elevando a 27 los muertos en las protestas desde el 18 de octubre, y el organismo encargado de velar por el respeto de los Derechos Humanos en Chile pidió una investigación.

“Hubo incendios, barricadas, lanzamientos de objetos, disparos en algunos casos y que desafortunadamente también le costó la vida a una persona que cayó en una cámara de una empresa eléctrica donde eventualmente se electrocutó. Fue socorrida por bomberos y lamentablemente perdió su vida”, explicó el sábado a los medios de comunicación el general Enrique Bassaletti, de la Policía chilena.

“El INDH instará para que la causa de fallecimiento de la persona que llegó a la exposta central sin signos vitales, se esclarezca lo más rápido posible”, dijo el viernes por la noche el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en su cuenta de Twitter.

Según medios locales, el hombre de 40 años falleció electrocutado al caer en un pozo mientras huía de los carros lanzaguas de los carabineros (la policía chilena).

El deceso ocurrió en el marco de una manifestación en Plaza Italia, centro neurálgico de las manifestaciones que estallaron hace dos meses como consecuencia de la subida de la tarifa del metro y que se extendieron a una miríada de demandas sociales.

Las manifestaciones de los viernes reclaman al gobierno chileno una reforma profunda de las instituciones chilenas que permitan a su población mejores pensiones y educación y salud pública, entre otras demandas.

La de este viernes fue especialmente violenta, pues resultó quemado un importante centro cultural, una sala de cine y el Centro Arte Alameda, donde se encontraba un centro de primeros auxilios para manifestantes heridos. Los manifestantes dijeron que una bomba lacrimógena de la policía causó el incendio.

Bassaletti y el intendente de la Región Metropolitana, Felipe Guevara, condenaron los hechos de violencia y dijeron que ya hay una investigación en curso.

La fiscalía chilena investiga otras 26 muertes ocurridas durante las manifestaciones. Según cifras del INDH, hay más de 3.500 personas heridas, entre ellas 359 con lesiones oculares o pérdidas de visión.

El organismo sólo ofrece cifras de los casos que ha supervisado a través de sus equipos en el terreno, por lo que no reflejan la totalidad de los ocurridos en el país.

Cientos de chilenos vuelven a tomar las calles de Santiago para protestar contra el Gobierno de Piñera

viernes, diciembre 27th, 2019

Desde que las protestas bajaron de intensidad hace varias semanas, los viernes se han establecido como el día preferido para marchar y cientos de personas se acercan cuando cae la tarde a esta rotonda que separa el centro de las zonas acomodadas y que los manifestantes han bautizado como “Plaza de la Dignidad”.

Por María M.Mur

Santiago de Chile, 27 dic (EFE).- Ni la ola de calor que vive estos días la capital chilena ni las festividades navideñas han logrado minar el ánimo de los manifestantes, que este viernes acudieron a su cita semanal en Plaza Italia, zona cero del estallido social, para seguir clamando contra la desigualdad y el Gobierno.

Desde que las protestas bajaron de intensidad hace varias semanas, los viernes se han establecido como el día preferido para marchar y cientos de personas se acercan cuando cae la tarde a esta rotonda que separa el centro de las zonas acomodadas y que los manifestantes han bautizado como “Plaza de la Dignidad”.

“Hay un gran descontento, han sido 30 años de estar gobernados por las élites. Yo llevo sin pega (trabajo) un año y medio. No hay fuerzas extranjeras detrás de las marchas, es la gente que se cansó”, dijo a Efe el treinteañero Diego Gol.

“Desde el 18 de octubre hasta hoy no hemos ganado nada, ninguna de las demandas que hemos exigido han sido resueltas. Lo único que han hecho es darnos calmantes, pero me pone muy contenta que la gente esté aquí pese al cansancio”, apuntó por su parte a Efe la joven Fernanda Víctor.

“VIOLANDO EL DERECHO DE MANIFESTACIÓN”

A primera hora de la tarde, decenas de carabineros (Policía chilena) se desplegaron en la zona y varios camiones lanzaron chorros de agua contra las personas que se acercaban a la plaza, que fueron violentamente replegadas hacia los parques cercanos.

Un incendio se declaró además en el emblemático y cercano Cine Alameda que, según varios manifestantes, fue provocado por una bomba lacrimógena.

En un principio parecía que la concentración iba a ser disuelta, pero pasadas las 19.30 hora local (22.00 GMT) llegaron en masa cientos de personas con pancartas y cacerolas y al grito de “El que no salte es paco (policía)”, “Chile despertó” o “El pueblo unido jamás será vencido”.

“Es triste que estemos en un país donde no nos podamos expresar libremente, pero esta lucha es constante y ojalá que todo este llegue a puerto y podamos tener un Chile digno”, expresó a Efe el profesor Sebastián Mery.

Una ves más, la policía de Chile usó gases para reprimir la protesta. Foto: EFE

“La Constitución dice que la gente puede caminar libremente por la Alameda y Plaza Italia, que es el centro neurológico de Santiago. Al repriminirnos están violando nuestro derecho a manifestarnos”, denunció otro joven que prefirió mantenerse en el anonimato.

El viernes pasado la plaza amaneció vallada, pero los manifestantes lograron saltar el cerco produciéndose graves enfrentamientos con los agentes y un joven fue brutalmente atropellado por un carro policial, lo que provocó encendidas críticas en la opinión pública.

El cuerpo policial está en el punto de mira por su dureza en la dispersión de las protestas y ha sido acusado de haber cometido graves violaciones a los derechos humanos por diversos organismos internacionales como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW).

El autónomo Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) ha interpuesto desde el inicio de las revueltas un total de 943 denuncias contra agentes del Estado, de las cuales 750 por torturas y tratos crueles y 134 por violencia sexual.

La crisis, la más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), ha dejado ya al menos 24 muertos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema con saqueos, incendios, barricadas y destrucción de mobiliario público.

“NAVIDADES REVOLUCIONARIAS”

Varios diputados opositores pidieron este viernes a las autoridades municipales iluminar la plaza y garantizar la seguridad de la gente que recibirá allí el Año Nuevo para evitar lo ocurrido en Nochebuena, cuando decenas de personas celebraron una cena navideña casi a oscuras y fueron dispersadas con carros lanzaguas.

“Por un nuevo año en el que se cumplan las demandas sociales. Por la vida digna que Chile se merece”, reza la convocatoria que corre por las redes sociales para la cena de Fin de Año.

La plaza, un vergel antes del estallido social, luce ahora destrozada y polvorienta y todas las farolas y semáforos de alrededor están vandalizados y estropeados.

“No queremos lamentar represión excesiva como la que vimos la pasada Navidad, ni más vulneraciones a los derechos humanos por parte del aparato represivo del Estado. Una vez más reiteramos que la solución a este conflicto no es policial”, afirmó el diputado izquierdista Giorgio Jackson.

Lo que empezó siendo un llamamiento de los estudiantes a colarse en el metro de Santiago para protestar contra el aumento de la tarifa se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, que carece de líderes y que está lejos de solucionarse pese a la convocatoria de un plebiscito para decidir si se cambia la Constitución, redactada en dictadura y de corte neoliberal.

Chile: “Nuestros papás vivieron con miedo. Nosotros, no”. Una nueva generación se pone de pie

martes, noviembre 19th, 2019

Los estudiantes, tanto universitarios como de secundaria, han celebrado marchas multitudinarias como la que el pasado lunes exigía que la educación “deje de ser un bien de consumo” en el país. “En la Universidad chilena existe un modelo de Estado subsidiario que se arrastra desde la dictadura en el que se entregan recursos al sector privado para garantizar derechos”, señala Emilia Schneider, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.

Por Carlos H. de Frutos

Chile, 19 de noviembre (ElDiario.es).– Valentina Miranda tiene 19 años y vive en Lo Espejo, una comuna de la periferia sur de Santiago de Chile a 50 minutos en transporte público del centro de secundaria Liceo 7, donde estudia cuarto curso. El pasado 14 de octubre, Valentina fue una de los centenares de estudiantes que participaron en las acciones colectivas para colarse en el metro de Santiago en protesta por la subida del precio del billete del suburbano.

Este incremento de 30 pesos, hasta situarse en los 830 (unos 1.2 dólares), a pesar de no afectar de forma directa a los estudiantes de secundaria al no influir a su franja horaria habitual de viaje, desató la oleada de protestas promovidas por estos jóvenes que ha revolucionado el país.

Visto a través de una barricada callejera en llamas, un manifestante antigubernamental ondea una bandera chilena en Santiago de Chile, el lunes 28 de octubre de 2019. Foto: Matías Delacroix, AP

“Hay muchas familias que viven endeudadas, que cobran un sueldo bajísimo para el costo de la vida en Chile y que con esta subida ven descompensado su presupuesto mensual”, argumenta Valentina, que siente como una “burla” las palabras de la Ministra de transportes, Gloria Hutt, el día posterior al inicio de las acciones en el metro. Hutt planteaba la “falta de argumentos” de estos estudiantes de secundaria a los que no afectaba directamente la subida.

“Detrás de nosotros hay familias que tienen recursos limitados, y nosotros dependemos de ellas”, denuncia Valentina. La sociedad chilena ha identificado esta circunstancia como “la punta del iceberg” del descontento popular ante las políticas del Presidente Sebastián Piñera.

Un maestro marcha con una bandera chilena cubierta con el mensaje “Fuerza profesores” afuera del palacio presidencial de La Moneda en Santiago, Chile, el lunes 11 de noviembre de 2019. Foto: Esteban Felix, AP

Esta indignación se ha visto reflejada en las protestas multitudinarias severamente reprimidas mediante la declaración del estado de emergencia. La movilización de casi 10 mil soldados, un desmedido uso de la fuerza denunciado por expertos de la ONU y centenares de detenciones irregulares marcaron desde entonces el día a día en las calles de Santiago.

“ME GOLPEARON EN EL ESTÓMAGO Y PERDÍ LA RESPIRACIÓN”

Una de esas detenciones llevó a Valentina a ser retenida durante más de cuatro horas, supuestamente, por infringir el toque de queda de las ocho de la tarde. “Ni siquiera sé a ciencia cierta si fue esa la razón. En ningún momento me dijeron el motivo por el que se me detenía. Estábamos manifestándonos en torno a 30 personas cuando una patrulla llegó al lugar donde estábamos y nos persiguieron hasta un hall donde nos refugiamos. Entraron y nos arrastraron hasta la calle”, recuerda.

Oficiales de policía son asistidos después de haber sido afectados por bombas de gasolina lanzadas por manifestantes durante protestas contra el Gobierno en Santiago de Chile el lunes 4 de noviembre de 2019. Foto: Esteban Felix, AP

“Allí me golpearon en el estómago, perdí la respiración, me echaron gas pimienta directamente a los ojos y me llevaron a la comisaría”, relata Valentina. “A partir de ahí comienza un proceso irregular, en el que el parte se me entregó ya hecho, cuando en realidad yo debía haber participado en él. Si no fuera porque aparecieron los fiscales creo que me hubieran retenido toda la noche”, añade.

Esta experiencia no ha mermado la fuerza de Valentina, portavoz de la Coordinadora Nacional de Estudiantes de Secundaria (CONES), ni su intención de continuar participando en las protestas. “Nuestros papás vivieron la dictadura y tienen un gran miedo interiorizado con respecto a los militares, la violencia y la represión del terrorismo de Estado. Nosotros, no”, asegura. “A diferencia de ellos, nosotros sabemos que nuestros derechos son mucho más importantes”.

El Presidente de Chile, Sebastián Piñera, llega al palacio presidencial de La Moneda en Santiago, Chile, el lunes 18 de noviembre de 2019. Foto: Esteban Félix, AP

Siguiendo la estela de la chispa encendida por la secundaria, la Universidad ha tomado una vez más la iniciativa de unas protestas que, sin embargo, los estudiantes destacan como “transversal” y “horizontal”.

“Lo que se está viendo ahora es un solo pueblo unido y no dividido por distintas consignas e ideas. La gente por primera vez se ha unido por un Chile mejor”, comenta Camila, estudiante de periodismo de cuarto año en la Universidad Alberto Hurtado, uno de los centros neurálgicos de las concentraciones. “Los estudiantes, los jóvenes, nos manifestamos muchas veces de forma pacífica, como durante La Revolución Pingüina de 2006 y 2011, y ahora todo ha estallado. Ya no tenemos miedo”, añade.

La Universidad Alberto Hurtado permaneció abierta desde el viernes del estallido hasta el lunes 28 de octubre con la única finalidad de acoger asambleas de estudiantes, dada la inseguridad en los lugares habituales de concentración.

Un grupo de personas protestan contra la represión de las protestas sociales en Chile, en una manifestación celebrada en Ciudad de México, el domingo 17 de noviembre de 2019. Foto: Christian Palma, AP

Los estudiantes, tanto universitarios como de secundaria, han celebrado marchas multitudinarias como la que el pasado lunes exigía que la educación “deje de ser un bien de consumo” en el país. “En la Universidad chilena existe un modelo de Estado subsidiario que se arrastra desde la dictadura en el que se entregan recursos al sector privado para garantizar derechos”, señala Emilia Schneider, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.

“Lo que se está exigiendo por parte de los y las universitarias es el fin a esta lógica en la educación y las transformaciones que sean necesarias, entre las cuales está la condonación total de los créditos a los estudios y que esos recursos vayan a las universidades para fortalecerlas y ampliar sus estructuras”, comenta Schneider. “No podemos volver a la normalidad, no puede haber marcha atrás. En este proceso hay que tener claro que lo importante es ganar, avanzar en transformaciones y conquistar dignidad para conseguir un país más justo y con más derechos”, defiende.

Los manifestantes antigubernamentales se agachan detrás de escudos improvisados hechos de barriles de metal durante enfrentamientos con la policía en Santiago, Chile, el jueves 14 de noviembre de 2019. Foto: Esteban Félix, AP

En otra de las universidades con mayor actividad durante las semanas de revuelta, la Católica de Chile, estudia Catalina (20), también estudiante de Periodismo, y creadora de mioctubre.cl, un blog surgido tras el estallido de las protestas con el objetivo de recopilar testimonios, relatos y experiencias de los jóvenes que han formado parte del movimiento.

“La idea surge de una necesidad personal que yo tenía de escribir para recordar, para que no se me olvidará nunca lo que pasó. Tengo muchas imágenes pegadas en mi retina: militares disparando, tanquetas en las calles, gritos, gente corriendo y herida…cosas que jamás pensé que fuera vivir en mi país en 2019”, cuenta Catalina. “Me di cuenta que muchos compañeros también tenían esa inquietud. La idea es humanizar más aún lo que está pasando, y desde la reflexión individual armar un relato colectivo”, comenta.

En esta foto de archivo del 25 de octubre de 2019, un manifestante herido durante enfrentamientos con la policía es llevado a un carro en Valparaíso, Chile. Foto: Matías Delacroix, Archivo, AP

PERIODISMO ESTUDIANTIL CONTRA MEDIOS CONVENCIONALES

Catalina enlaza su iniciativa con la defensa de un movimiento universitario fuerte y comprometido con las transformaciones, a su juicio, necesarias para el país. “En esta ocasión la universidad no ha sido la que ha iniciado las protestas, pero lo que sí ha hecho es permitir espacios de discusión y facilitar encuentros donde reflexionar cómo podemos ser agentes de cambio y qué podemos poner nosotros al servicio de la comunidad”, sostiene.

Una parte de esa función como “agentes de cambio” tiene que ver con la labor de “encauzar todas las conversaciones que se están dando en las asambleas y cabildos ciudadanos”, fundamentalmente las relacionadas con la reflexión en torno a “la principal causa común”: una nueva constitución.

Las Fuerzas Armadas de Chile sofocan disturbios en el Metro. Foto: EFE

“La Universidad, y los expertos que forman parte de ella, están teniendo la función de explicar a todos los alumnos y ciudadanos que lo necesiten los principales conceptos clave en este proceso, como qué es una Asamblea Constituyente o qué implicaría esta nueva constitución: hacer esas cuestiones accesibles a todo el mundo para que sean partícipes”, afirma Catalina.

La otra gran función de la iniciativa de esta estudiante tiene que ver con la desconexión entre los medios de comunicación y la realidad social del país que denuncian estos estudiantes. “Ante unos medios, sobre todo una televisión, que no mostraban lo que ocurría sino sólo una parte, la de los saqueos e incendios, empezamos a ver formas de aportar como periodistas con información real y verídica porque no se estaba contando toda la verdad”, señala.

Manifestantes antigubernamentales se enfrentan a un cañón de agua de la policía cerca del palacio presidencial de La Moneda en Santiago de Chile, el martes 12 de noviembre de 2019. Foto: Esteban Félix, AP

En esta línea se enmarca también el surgimiento de la plataforma REI Chile, un medio independiente creado por alumnos de periodismo y audiovisuales de diferentes universidades de todo el país durante las horas posteriores al estallido de las protestas con el objetivo de dar visibilidad a través de las redes sociales a una realidad que, según denuncian sus responsables, no se estaba mostrando en los medios.

“Los medios tradicionales se dedicaron exclusivamente a transmitir incendios y saqueos, hechos que ocurrieron, y que son condenables, pero también estaban ocurriendo violaciones de derechos humanos que no estaban saliendo en la tele y en ese momento las redes sociales explotaron”, cuenta Tomás Basaure (22), estudiante de Periodismo en la Católica de Chile y uno de los fundadores del proyecto.

La policía chilena se enfrenta con manifestantes antigubernamentales durante una protesta en Santiago de Chile el martes 12 de noviembre de 2019. Foto: Esteban Felix, AP

“Los jóvenes periodistas nos planteamos qué podíamos hacer para entregar información de calidad a la gente que ahora mismo la necesita”, explica Basaure. “Para ello nos juntamos un grupo de en torno a 150 personas que nos dividimos para cubrir los diferentes puntos críticos y enviar todo el material a la edición, donde contábamos con un equipo de fact checking y profesores que nos dieron apoyo en el tratamiento de determinados temas”, añade.

Este estudiante señala que con un teléfono al alcance de la mano se puede ver lo que está sucediendo en el país. “Eso es lo que compite directamente con lo que se está mostrando en otros medios y lo que marca la diferencia esta vez”, señala Basaure. “Todos sabemos que durante la dictadura la televisión sirvió como una legitimación del Gobierno de Pinochet, hoy es mucho más fácil rebatir lo que pasó o aportar otras visiones u otros hechos que también están ocurriendo”, añade.

“Creo que es nuestro turno de enseñarle a nuestros papás y abuelos que esta es la democracia, que ya no pueden hacernos más daño del que nos hicieron. Intentar darles el coraje que tenemos nosotros. Somos la primera generación que hemos podido tener estudios superiores, un acceso a la información que ellos no tuvieron por lo salvaje que era, y es, el neoliberalismo en Chile”, explica. Basaure. “Tenemos un punto en común, que es salvar la democracia, nosotros la que tenemos desde siempre y ellos la que tanto les costó recuperar en su momento”.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ELDIARIO.ES. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Patti Smith se presentará en Chile y manda mensaje a los manifestantes: “Estoy con ustedes”

domingo, noviembre 17th, 2019

Smith, quien el lunes ofrecerá un concierto en un teatro de Santiago en el marco de una gira internacional que también le ha llevado por Argentina y Brasil, reconoció que las imágenes de las protestas en Chile la dejaron “muy tocada” y aseguró que estamos viviendo “tiempos terribles” en todo el mundo.

Santiago, Chile, 17 de noviembre (EFE).– La cantante y poetisa estadounidense Patti Smith dijo este domingo que quien verdaderamente “cambia el mundo” es la gente corriente, y envió un mensaje a los manifestantes que llevan un mes reclamando mejores servicios básicos en las calles de Chile.

“Estoy con ustedes”, agregó.

Smith, quien el lunes ofrecerá un concierto en un teatro de Santiago en el marco de una gira internacional que también le ha llevado por Argentina y Brasil, reconoció que las imágenes de las protestas en Chile la dejaron “muy tocada” y aseguró que estamos viviendo “tiempos terribles” en todo el mundo.

“La única belleza de estos tiempos horribles es que esto empuja a la gente a alzarse y a unirse”, indicó en una rueda de prensa la cantante, de 73 años y considerada una de las artistas más influyentes de la música rock.

El lunes ofrecerá un concierto en un teatro de Santiago. Foto: EFE

“Cuando veo a la gente motivada, peleando por sus derechos y tomando las calles, creo que es muy importante mostrar solidaridad”, agregó.

Chile vive desde hace un mes la crisis más grave desde el retorno de la democracia en 1990, con multitudinarias protestas y cruentos choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que ya se han cobrado la vida de al menos 23 personas -cinco a manos de agentes del Estado- y han provocado miles de heridos.

El estallido social comenzó en respuesta a una subida del precio del billete de metro y con los días se convirtió en un clamor popular contra el desigual modelo económico del país, la represión y el Gobierno, que decretó el estado de emergencia y el toque de queda durante los primeros días.

Al inicio de la crisis, la artista escribió un poema en su cuenta de Instagram dedicado a Chile, país que visita por primera vez ahora y al que describió como “el reino del coraje”, “de la convicción” y “de la unidad”.

Chile vive desde hace un mes la crisis más grave desde el retorno de la democracia en 1990. Foto: EFE

“Mi mensaje era solo para decirles (a los manifestantes): Estoy aquí, los tengo presentes”, explicó este domingo durante una amplia rueda de prensa en la que también habló de la importancia de conservar el medio ambiente y de luchar “unidos” contra las injusticias.

“Hay que apoyarnos los unos a los otros, hay que apoyar a nuestra juventud y mantener el latido de nuestros corazones revolucionarios”, añadió la intérprete de los míticos temas “Because the night” y “People have the power”.

La convulsión en Chile no tiene visos de apaciguarse, pese al histórico acuerdo anunciado esta semana por las fuerzas parlamentarias del país para redactar una nueva Constitución y enterrar la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y considerada por muchos el origen de las grandes desigualdades del país, pues favoreció la privatización de servicios básicos como la educación o la salud.

Chile vive nueva jornada de protestas; manifestantes intentan llegar al Palacio de la Moneda

martes, octubre 29th, 2019

La idea de una nueva Constitución, impulsada por años por la oposición de centroizquierda, fue admitida por primera vez el martes por el Presidente del oficialista partido Renovación Nacional, Mario Desbordes.

SANTIAGO DE CHILE, 29 de octubre (AP) — Miles de manifestantes convocaron nueva marcha al Palacio de la Moneda de Santiago luego de intervenir en la céntrica plaza y la principal avenida de la capital chilena luego del descontento con la promesa del Gobierno de mejoras sociales y un diálogo ciudadano, mientras toma fuerza la idea de reformar la Constitución legada por la dictadura militar.

A pocas cuadras del Palacio de la Moneda, la sede de la Presidencia, la policía reprimió violentamente a centenares de personas que intentaban llegar al escenario de las manifestaciones luego de que encapuchados instalaran barricadas encendidas y los atacaran con piedras y palos.

Un fuerte olor a gas, un picor en la garganta y ojos llorosos se volvieron comunes en el centro de la capital chilena en el sexto día de protestas que han provocado saqueos y destrucción de estaciones del metro y edificios públicos.

En las cercanías del centro capitalino, desconocidos saquearon e incendiaron un hotel, mientras otros hechos vandálicos se produjeron en ciudades del interior, aunque la mayoría de las protestas transcurrieron pacíficamente.

La idea de una nueva Constitución, impulsada por años por la oposición de centroizquierda, fue admitida por primera vez el martes por el Presidente Mario Desbordes. Foto: Rodrigo Abd, AP

El Presidente Sebastián Piñera no ha logrado, de momento, detener las movilizaciones sociales que a diario se convocan por redes sociales.

Gabriela Vivanco, profesora de enfermería de 34 años, dijo que “son medidas burlescas para los que estamos protestando en las calles”.

El nuevo Ministro del Interior, Gonzalo Blumel, dijo tras una reunión de gabinete que “la primera prioridad “es que recuperemos la paz social”, que deja miles de detenidos y centenares de heridos tras violentas represiones de la policía. Agregó que la segunda es “la agenda social”. Indicó que “esta es una primera respuesta” del Gobierno a las exigencias de un movimiento que carece de vocero y de organizadores conocidos.

Como parte de la estrategia del Gobierno centroderechista se sumó el martes el anuncio del Ministro de Desarrollo social, Sebastián Sichel, de que se convocará a diálogos sociales en las 345 comunas social chilenas.

Señaló que buscan “guiar esto a una conversación, en una catarsis que permita construir un buen diagnóstico, pero también una construcción de una agenda social”.

Sobre la posibilidad de que se hable también de una Asamblea Constituyente para reemplazar la Constitución instaurada en 1980 por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), indicó que “podrían llegar a lo que quieran los ciudadanos… no hay barreras si es un diálogo conducido, con objetivo”.

La idea de una nueva Constitución, impulsada por años por la oposición de centroizquierda, fue admitida por primera vez el martes por el Presidente del oficialista partido Renovación Nacional, Mario Desbordes.

“Si hay que cambiar la Constitución, hay que hacerlo, porque el 90 por ciento de los chilenos así lo quiere… Yo no le tengo miedo a la democracia en nada”, señaló. “Creo que hay que conversarlo”.

En la oposición, los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado anunciaron que se reunirán para conversar sobre el tema, mientras la comisión de Constitución de los diputados informó que agendará sendos proyectos para que no sea sólo el Congreso el que elabore una nueva Carta Magna y establecer una Asamblea Constituyente.

La Constitución de Pinochet implantó el modelo neoliberal, privatizó los servicios básicos y creó sistemas de educación y salud a los que se puede acceder según el poder adquisitivo. En Chile sólo el 20 por ciento de los 18 millones habitantes se atienden en la salud privada.

En el segundo mandato de la Presidenta Michelle Bachelet (2014-2018) se realizaron 200 mil cabildos ciudadanos en los que se habló de una nueva carta magna que se tradujo en un proyecto de ley que fue presentado al Congreso cinco días antes de que dejara el poder en 2018.

Sin embargo, la centroizquierda nunca tuvo los votos necesarios en el Congreso para lograr la aprobación de una reforma constitucional.

Manuel Campos, un arquitecto de 65 años, dijo a The Associated Press que espera que ningún grupo “se apropie de la dictación de una nueva Constitución” en una asamblea constituyente donde “el que grite más fuerte va a imponer sus ideas”.

Sichel habló horas después de que una turba de encapuchados levantó barricadas y saqueó algunos locales en desórdenes que derivaron en el incendio de un centro comercial.

La vocera de Gobierno, Carla Rubilar, dijo que “la violencia está tapando las demandas legítimas del movimiento social” y que “esperamos que al sacarlos de la calle (a los violentos), la calle vuelva a ser tomada por manifestaciones pacíficas”.

Las protestas que cumplen 12 días comenzaron con el rechazo al aumento del precio del Metro, siguió con generalizados ataques a farmacias, supermercados y al propio tren subterráneo -que quedó con menos de la mitad de sus estaciones habilitadas, hasta llegar a las multitudinarias manifestaciones que se viven a diario a lo largo del país.

Los manifestantes demandan desde mejores pensiones, salud y educación a rebajas en los servicios públicos, medicamentos, viviendas sociales e impuestos al patrimonio.

Las protestas que cumplen 12 días comenzaron con el rechazo al aumento del precio del Metro. Foto: Matias Delacroix, AP

Piñera apostó la víspera por el cambio de ocho ministros, incluidos los más importantes como el del Interior -responsable del orden público- y el de Hacienda, y designó a dos personas jóvenes provenientes del partido Evolución Política, de centroderecha liberal y conocidos por ser más dialogantes que sus antecesores.

También ofreció pequeños incrementos a las pensiones más bajas y al salario mínimo, un alza en los impuestos a los que ganan más de 11 mil dólares mensuales, rebajas en los precios de los medicamentos y la electricidad, además de una disminución de los salarios y asignaciones de los parlamentarios, que oscilan entre los 27 mil y 44 mil dólares al mes.

Alfonso Swett, Presidente de la poderosa Confederación de la Producción y el Comercio, tras reunión con empresarios, dijo el martes que “hay que meternos las manos al bolsillo y que duela”

Lucía Dammert, analista de la Universidad de Santiago de Chile, dijo a la AP que “puede que el gobierno esté pensando que con algunas señales (como leves mejoras sociales y un cambio de gabinete) el movimiento va a ir perdiendo adeptos y alguna fuerza”.

Chile: el capitalismo al desnudo

domingo, octubre 27th, 2019

“Una vez que el pueblo despertó, ya no quiere regresar atrás. Exige una vida digna”. Foto: Cuartoscuro

El pueblo chileno salió el viernes masivamente a las calles, plazas y alamedas de sus ciudades más pobladas para protestar en contra del gobierno que preside Sebastián Piñera, reclamar su salida y exigir un nuevo constituyente.

El jueves anterior, tras el inicio de la huelga general, se convocó a “la manifestación más grande de la historia de Chile”. Y todo indica que lo lograron. Las estimaciones varían entre dos a cinco millones de chilenos protestando a lo largo del país.

Tras esta masiva movilización, el régimen de Piñera, la partidocracia, la oligarquía y los militares, el bloque de los verdaderos dueños de ese país, están emplazados.

El movimiento popular y social chileno más grande de la historia reciente comenzó a partir del alza al precio del pasaje del metro de Santiago de Chile, el pasado 6 de octubre. Las protestas surgieron de inmediato, y en apenas diez días se convirtieron en un poderoso movimiento de impugnación al régimen heredado del golpe de Estado de 1973.

La primera respuesta del gobierno de Piñera fue ordenar la brutal represión en contra de los manifestantes. Pero además ordenó un macabro plan de construir un “enemigo interno” al qué declararle la guerra. Este “enemigo interno” eran los “vándalos y violentos” (“alienígenas” los llamó la esposa de Piñera), que se dedicaban a saquear supermercados y destruir patrimonio urbano y del trasporte público.

Está documentado que la gran mayoría de saqueos, destrozos en estaciones de Metro e incluso el incendio en el edificio de la empresa Entel fueron provocados por agentes del régimen. Todo ha sido una fría construcción del gobierno y de los militares para justificar así la declaratoria del estado de excepción y el toque de queda en nueve de las 18 regiones de Chile. Por primera vez desde que los chilenos sacaron a Pinochet del poder, los militares volvieron a las calles.

Pero a pesar del estado de excepción y de la dura represión, las manifestaciones no se detuvieron. Al contrario, se volvieron más masivas y politizadas. En redes sociales se viralizaron videos, fotos y audios de las personas golpeadas, heridas, torturadas e incluso asesinadas por las fuerzas armadas. La feroz represión de carabineros y militares provocaron rabia en la mayoría de la sociedad y alentó más las protestas.

Esta respuesta a la represión marcó un punto de inflexión en el movimiento: ya no sólo se exigía dar marcha atrás al aumento del precio del metro. Ahora también se demandaba fin a la represión, retirar a los militares de las calles y destituir a los responsables.

Pero además se puso en cuestionamiento el discurso de legitimación del régimen. Apenas un mes atrás, las clases dirigentes chilenas decían que esa nación era un “oasis” o paraíso en el contexto de la pobreza y atrasos de las sociedades latinoamericanas.

Bastaron dos semanas de protestas para desnudar el verdadero estado del antagonismo social en Chile: una minoría que es dueña del 80 por ciento del país y una gran mayoría condenada a una vida de duro trabajo para apenas sobrevivir.

La salida de los militares a las calles, la represión indiscriminada, el discurso de guerra del gobierno, las mentiras de los medios y el cinismo de políticos y grandes empresarios mostraron de súbito a millones de chilenos que la dictadura pinochetista nunca se fue y que la llamada “democracia” era apenas una careta para ocultar un país desigual e injusto, donde la oligarquía protegida por los militares tiene todo, mientras a la mayoría se le condena a una vida indigna.

Las protestas que comenzaron hace dos semanas contra el aumento del precio del metro de la capital chilena, se transformó en una potente rebelión popular que está impugnando el orden establecido.

Un orden político y económico impuesto a sangre y fuego desde el golpe militar encabezado por el dictador Augusto Pinochet en el que se experimento la aplicación violenta y radical de las doctrinas neoliberales mediante las cuales se despojó a los chilenos de sus bienes y recursos comunes y servicios públicos para pasarlos a manos de corporaciones privadas, nacionales y extranjeras.

De manera federativa y descentralizada, porque no hay un partido u organización o dirigente que encabece esta rebelión, las clases bajas y medias chilenas están exigiendo la devolución de todo los que se les expropió: salud, educación, agua, pensiones, salarios, costo de los servicios y, en suma, de la riqueza que ellos producen y una democracia autentica, no tutelada por los militares.

Como se ha insistido en las marchas, esta rebelión ya no tiene que ver con los 30 pesos del alza al metro. Como dijo la cantautora Camila Moreno, “esta revolución (…) tiene qué ver con la educación, con la salud, con la dignidad de los sueldos, con la vivienda, con el derecho a amar a quien queremos amar, con el derecho a ser quien queremos ser, por el derecho ala vida, a la libertad, a la paz, a la libre expresión”.

De este modo, el potente movimiento popular chileno de dos semanas a la fecha ha cuestionado no sólo el modelo neoliberal que se impuso en Chile a sangre y fuego desde la dictadura del infame Augusto Pinochet en 1973. Al mismo tiempo ha desnudado y vuelto transparentes para millones de chilenos las relaciones de opresión y explotación sobre las que se reproduce un sistema social como el capitalista.

Tras la marcha del viernes pasado, el represor Sebastián Piñera, su gobierno y sus corifeos en los medios informativos pretenden hacer creer que esta semana ya todo volverá a la normalidad, y como “regalo” a los movilizados, anunció cambio total de gabinete. Pero al mismo tiempo, continuó el sábado 26 de octubre con la brutal represión a los manifestantes que no han dejado la calle. Y todo indica que no la dejarán.

Una vez que el pueblo despertó, ya no quiere regresar atrás. Exige una vida digna. No en balde la memorable canción de Víctor Jara, “El derecho a vivir en paz”, se toca al final de las protestas, como el himno del pueblo rebelde, del pueblo que lucha por el derecho a vivir en paz, y dignamente.

VIDEO: Mon Laferte repudia los actos de represión en Chile durante el homenaje a José José

viernes, octubre 25th, 2019

Al comienzo de su discurso, Mon Laferte mostró su admiración por José José y agredeció a su familia por la oportunidad de permitirle participar en el homenaje. “Gracias a José José por todo lo que nos dio y por todo lo que nos acompañó y gracias también a su familia por darnos la oportunidad de rendirle tributo cantando sus canciones. Gracias de todo corazón es un gran honor para y un gran privilegio”.

Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).– Durante su participación en el homenaje a José José, la cantante Chilena Mon Laferte rechazó los actos de represión que se viven en su país natal.

“Lamentablemente esta noche no sólo nos acompaña el júbilo de haber coincidido con la vida de nuestro homenajeado, sino también la tristeza que produce lo que está ocurriendo en mi otra patria: Chile”, comenzó su discurso la cantante.

La intérprete de “Tu falta de querer” habló sobre las medidas que ha tomado Sebastián Piñera, presidente de Chile, para frenar las protestas por el aumento del metro y otros servicio, al declarar al país en estado de emergencia, al establecer toque de queda y poner militares en la calle.

“Quisiera desde aquí, como chilanga y como chilena, pero sobre todo como una persona más que habita en la región en la que José José dejó un legado tan grande, expresar el mayor repudio a los actos de represión realizados por el Gobierno chileno desde hace una semana”.

También aprovechó para ofrecer su solidaridad para “las personas que se han manifestado contra las condiciones estructurales que reproducen la desigualdad y que impiden que todas y todas vivamos con bienestar”.

Y concluyó: “Los tiempos del toque de queda, los militares en la calle, ya pasaron. Lo que fue un día no será”.

Al comienzo de su discurso, Mon Laferte mostró su admiración por José José y agradeció a su familia por la oportunidad de permitirle participar en el homenaje.

“Gracias a José José por todo lo que nos dio y por todo lo que nos acompañó y gracias también a su familia por darnos la oportunidad de rendirle tributo cantando sus canciones. Gracias de todo corazón es un gran honor para y un gran privilegio”.

Más de un millón de chilenos marchan contra Piñera y piden sacar a militares de las calles

viernes, octubre 25th, 2019

La concentración en la plaza principal de Santiago fue inédita. La intendenta -Gobernadora- Karla Rubilar, informó en Twitter que había más de un millón de personas congregadas aunque más gente llegaba a la zona y calles aledañas. “Aquí está marchando todo Chile, son diferentes dolores, con diferentes tristezas, pero con mucha esperanza”, declaró.

Por Eva Vergara

SANTIAGO DE CHILE (AP) — Eran más de un millón de personas y todos buscaban lo mismo: mejoras sociales en Chile.

Algunos ondeaban banderas del país. Otros hacían sonar pitos. Varios más mostraban carteles y también había quien golpeaba ollas y sartenes para hacer sonar su sentir.

De norte a sur, las protestan pacíficas hacían eco entre sí en el octavo día de marchas contra el gobierno de Sebastián Piñera, que han dejado al menos 19 muertos.

La concentración en la plaza principal de Santiago fue inédita. La intendenta -Gobernadora- Karla Rubilar, informó en Twitter que había más de un millón de personas congregadas aunque más gente llegaba a la zona y calles aledañas. “Aquí está marchando todo Chile, son diferentes dolores, con diferentes tristezas, pero con mucha esperanza”, declaró.

En la capital chilena se observaban adultos mayores, jóvenes, padres con sus hijos, estudiantes, profesionales y obreros.

La multitudinaria marcha. Foto: AP

Los manifestantes expresan demandas de mejores salarios, jubilaciones y educación expresadas por una masa sin voceros ni organización aparente.

La analista Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, dijo a The Associated Press que la magnitud de las manifestaciones es inédita, nunca vista durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) ni desde el restablecimiento de la democracia.

Más temprano, en el vecino puerto de Valparaíso fue evacuado el Congreso chileno, por primera vez desde que se reabrió en 1990 tras el fin de la sangrienta dictadura que dejó más de 40.000 víctimas, incluidos 3.069 asesinados.

La evacuación se produjo luego de que centenares de manifestantes intentaron pasar su perímetro de seguridad en medio de enfrentamientos con la policía, que los reprimió con violencia.

Los congresistas y el personal administrativo fueron evacuados mientras grupos de encapuchados levantaban barricadas y lanzaban piedras contra la policía antimotines.

Santiago de Chile,  25 de octubre (AP).- La víspera el Congreso aprobó un proyecto de ley que rebaja las tarifas eléctricas y fue enviado por el Presidente Piñera, quien firmó el viernes una nueva iniciativa para mejorar levemente las pensiones de los más pobres. No obstante, estas medidas no han logrado frenar las protestas.

Para algunos analistas, el panorama podría complicarse aún más. “Después de lo que hoy vimos en las calles de Santiago, es difícil imaginar una salida que no involucre la renuncia de Piñera y nuevas elecciones”, dijo la AP la académica Jenny Pribble, del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Richmond, Estados Unidos.

Un paro de camioneros y de medio centenar de recorridos del transporte público complicaba la situación de la periferia sur de Santiago, que perdió la línea del subterráneo por los saqueos e incendios de sus estaciones.

Los camiones circularon el viernes lentamente por el tramo de la ruta que une el país de norte a sur y que pasa por un costado de la capital, a los que se sumaron automovilistas y motociclistas que ondeaban banderas chilenas y letreros que decían “No+TAG”, un peaje que se paga en autopistas y carreteras construidas por privados.

Un vehículo policial rocías gas lacrimógeno a manifestantes antigubernamentales en Valparaíso, Chile, el viernes 25 de octubre de 2019. Foto. AP

En las autopistas de la capital chilena, los automovilistas pagan en promedio entre 35 y 130 dólares mensuales, dependiendo del uso. Los camiones pagan valores muy superiores por sus largos trayectos. El ministro de Transporte, Rafael Moreno, indicó que los peajes no subirán este año.

El subterráneo movía a 2,4 millones de personas a diario en sus seis líneas. El viernes sólo funcionaba el 39 por ciento de sus estaciones. Las autoridades estiman que volverá a estar totalmente operativo en casi un año.

En la ciudad unos 4.000 autobuses reforzaron el transporte después del estallido social que siguió a las protestas de los estudiantes por un alza en las tarifas del metro y que derivaron en violentos saqueos e incendios de supermercados, farmacias, grandes tiendas y pequeños comercios, seguidos de multitudinarias manifestaciones en todo el país, que tiene a 12 de sus 16 regiones en estado de emergencia y con toque de queda.

Voluntarios limpian los escombros causados ​​por las protestas contra el gobierno en Santiago, Chile. Foto: AP

La agenda social anunciada a mitad de semana por Piñera incluye un aumento del 20 por ciento en las pensiones y del 16 por ciento en los ingresos mínimos, proyectos para rebajar los precios de los medicamentos -que en Chile son de los más altos en la región-, y rebajas en los ingresos de los parlamentarios, que reciben hasta 14.000 dólares mensuales.

El viernes el mandatario firmó un proyecto que dispone un alza de 30 dólares a las pensiones de los más desposeídos que promedian los 150 dólares y que favorecerá a unas 600.000 personas. Los adultos mayores en Chile superan los dos millones de los 18 millones de habitantes.

La mayoría de los chilenos gana de 400 mil  a 500 mil pesos (entre 562 y 762 dólares), que no cubren las necesidades básicas.

Un camión lanza agua de la policía persigue a manifestantes antigubernamentales en Valparaíso, Chile, el viernes 25 de octubre de 2019. Foto: AP

Lagos, la directora de Latinobarómetro, dijo a la AP que “esta crisis se soluciona con política, no con una lista de supermercado de políticas sociales”. Añadió que “los fondos no están, por eso no se puede hacer sino que política, aquí tiene que haber un liderazgo que entregue una agenda distinta, con caras distintas, que sean creíbles… y que sean capaces de interpretar y conducir a la población”.

Muchas de las manifestaciones han sido fuertemente reprimidas y aumentan las denuncias de abusos por parte de la policía.

La policía impide que manifestantes antigubernamentales ingresen al Congreso en Valparaíso, Chile, el viernes 25 de octubre de 2019. Foto: AP

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, anunció la víspera que enviará a Chile una comisión para examinar las denuncias de violaciones a los derechos humanos después que Piñera la invitó a visitar el país.

En tanto, Amnistía Internacional anunció el viernes el envío de un equipo para documentar “las graves violaciones a los derechos humanos y posibles crímenes de derecho internacional que se están cometiendo por agentes del Estado”, dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de esa organización.

VIDEO exhibe a militar chileno disparando a quemarropa a un manifestante en Concepción

miércoles, octubre 23rd, 2019

Una de las grabaciones que más ha impactado fue captada en Concepción, una ciudad ubicada al sudoeste de Santiago, en el centro de Chile. En la grabación se aprecia el momento en que un militar dispara en la pierna a un ciudadano que se acercaba a él.

Ciudad de México,  23 de octubre (RT).- En medio de la tensión en Chile, por las fuertes protestas contra el Gobierno de Sebastián Piñera, en redes sociales circulan videos de los militares y carabineros (policía de carácter militar) haciendo disparos contra los manifestantes.

Una de las grabaciones que más ha impactado fue captada en Concepción, una ciudad ubicada al sudoeste de Santiago, en el centro de Chile. En la grabación se aprecia el momento en que un militar dispara en la pierna a un ciudadano que se acercaba a él.

Estas acciones de los uniformados chilenos han sido recurrentes, según han denunciado muchos ciudadanos que han podido grabar los momentos, durante los días de protestas antigubernamentales, que se intensificaron el pasado viernes, tras el estado de emergencia y los constantes toques de queda decretados en el país suramericano.

OTRAS GRABACIONES

En otro video, también de este martes, se ve cuando uno de los uniformados dispara su arma contra los manifestantes y vuelve a cargarla. Esta vez en Valparaíso.

Otro hecho fue registrado en la comuna de Carahue, en la provincia de Cautín, en la región de la Araucanía. Un grupo de militares se ubica frente a una vivienda y comienza a disparar.

En otra grabación, realizada desde una vivienda, que fue publicada en Youtube, se observa, cuando pasa un auto de carabineros, cómo arrojan a una persona por la puerta trasera y le disparan cuando se encuentra tirado en al carretera. Según el usuario que publicó el video, en la televisión chilena el caso fue narrado como un “atropello”.

DAÑOS OCULARES

A través de Twitter, el médico Pablo Salinas comentó que a la Unidad de Trauma Ocular (UTO) del Hospital El Salvador en la comuna de Providencia, de Santiago, han llegado “muchos pacientes con estallidos oculares” y este martes se operaron a 13 personas.

“Los balines de goma y perdigones que usan los pacos (policías), no matan pero rompen los ojos. Todos los pacientes con pésimo pronóstico funcional, gran cantidad de ojos perdidos”, escribió.

Las protestas en Chile comenzaron la semana pasada y tuvieron como detonante el alza del pasaje del Metro de Santiago. Pese a que el presidente Piñera echó a atrás la medida, las manifestaciones se mantienen, puesto que los reclamos son mayores: mejoras en el sistema de salud, pensiones, educación, salarios, entre otros.

El saldo de fallecidos durante estas jornadas de protestas se ha elevado a 18, incluyendo a un niño de 4 años.

“Le pido perdón a mis compatriotas”, dijo el martes el presidente Piñera, que presentó una serie de medidas para atender los reclamos de las manifestaciones en el país suramericano.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE RT. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

“Una bala le dio en la cara”, cuenta John sobre su hermana. Ella murió durante protestas en Chile

miércoles, octubre 23rd, 2019

Las manifestaciones en Chile iniciaron hace seis días, cuando el Presidente Sebastián Piñera elevó los precios del Metro. Sin embargo, el enojo social se desató con tal magnitud que los analistas coinciden en que la situación responde a una inconformidad contenida que estalló como una olla a presión a causa de incrementos en el precio de servicios como agua, luz y baja en las pensiones.

Por César García y María Teresa Hernández

BOGOTÁ, 23 de octubre (AP) — Desde un rincón de Tuluá, en el corazón del Valle del Cauca, un colombiano está al teléfono para hablar de su hermana, Mariana, quien murió el domingo en Chile en medio de los disturbios que han encendido al país.

John Adrián Ricaurte reside en Colombia, pero en entrevista el miércoles con The Associated Press cuenta que su hermana vivía en Chile desde hace tres años en calidad de asilada. John se enteró del fallecimiento por una llamada de su ex cuñado, quien le informó lo ocurrido a su madre, Ana Elia Ricaurte.

Mariana es una de las 18 fallecidas en Chile a causa de las protestas que iniciaron el viernes pasado. A partir de su primer año en ese país estuvo acompañada de sus dos pequeños hijos, pero por las dificultades monetarias que enfrentó en su nuevo hogar, los devolvió a Colombia y actualmente están en manos de sus tíos y abuelos.

Las manifestaciones en Chile iniciaron hace seis días, cuando el presidente Sebastián Piñera elevó los precios del Metro. Foto: Miguel Arenas, AP

Mariana tenía 34 años, dice su hermano John, y pensaba volver a los suyos en noviembre de este año porque la situación económica chilena le resultaba muy difícil de enfrentar.

Las manifestaciones en Chile iniciaron hace seis días, cuando el Presidente Sebastián Piñera elevó los precios del Metro. Sin embargo, el enojo social se desató con tal magnitud que los analistas coinciden en que la situación responde a una inconformidad contenida que estalló como una olla a presión a causa de incrementos en el precio de servicios como agua, luz y baja en las pensiones.

Mariana, platica su hermano, trabajaba en lo que podía: lavando ropa, limpiando casas o como empleada de panadería. “No sabemos claramente qué fue lo que paso el día de su muerte”, dice. “Sólo sabemos que a mi hermana un impacto de bala le dio en la cara, una bala perdida, y le ocasionó la muerte”.

Según John, ni el consulado ni la cancillería le han ofrecido información sobre Mariana. “Somos gente muy humilde. Para repatriar el cuerpo de mi hermana el traslado cuesta más de nueve millones de pesos (unos tres mil dólares), y no los tenemos”, asegura. Hasta ahora sólo sabe que el cuerpo está en una morgue de Santiago. El Gobierno chileno tampoco se ha comunicado con la familia y desconocen cómo podrían recuperar sus restos.

Mariana dejó Colombia para buscar un mejor futuro. “Era una mujer muy emprendedora, trabajadora, muy juiciosa, tanto con sus obligaciones (como) con su madre (y) con nosotros, sus hermanos. Muy alegre, muy activa, y a ella no le gustaba nada de disturbios ni nada de eso”, dice John.

Mariana era la menor de cinco hermanos. Toda su familia sigue viviendo en Tuluá, donde la situación también era complicada para ella, dice John, quien se dedica a la construcción y otros oficios. Cuando Mariana se fue a Chile, a los 31 años, tenía un pequeño local donde vendía arepas de maíz que rellenaba con distintos guisos. Sin embargo, al parecer recibía amenazas de criminales que le pedían dinero.

“No sabemos quiénes eran los que la amenazaban. Con ese negocio de comida sobrevivía”, explica su hermano. Aun sin los detalles, esa situación fue la que le permitió recibir asilo político en territorio chileno.

Según John, ni el consulado ni la cancillería le han ofrecido información sobre Mariana. “Somos gente muy humilde. Para repatriar el cuerpo de mi hermana el traslado cuesta más de nueve millones de pesos (unos tres mil dólares), y no los tenemos”, asegura. Foto: Rodrigo Abd, AP

Al colombiano le pesa pensar que su hermana murió sola y ahora él y su familia se sienten “a la deriva”. El único contacto que tienen en Chile es el de su ex cuñado, que se supone está al pendiente de lo que ocurra con el cuerpo.

Estos días de protestas en Chile dejaron varios vagones de metro calcinados, supermercados saqueados y edificios incendiados en Santiago y otras partes del país. Aunque el Presidente Piñera dio marcha atrás con el aumento al precio del metro y el martes por la noche anunció una serie de medidas económicas que buscaban remediar la situación –leves mejoras a las pensiones e ingresos de los más pobres–, la ira de muchos chilenos no aminora y el país sigue tenso.

Hasta el momento el Gobierno de Chile ha dado cuenta de 18 muertos, 102 civiles heridos y 95 lesionados entre los 20 mil militares y policías que patrullan las calles.

Hay algo podrido en el sistema: por qué las protestas en Hong Kong, Chile, Ecuador, Barcelona…

miércoles, octubre 23rd, 2019

La frustración, aunque provocada por distintos motivos, es el motor de las protestas que estamos viendo en tantas ciudades del mundo. Pero no son lo mismo unos estudiantes radicalizados en una capital financiera asiática, unos desheredados libaneses, unos indígenas despojados, o unos jóvenes chilenos que acumulan dificultades inasumibles y recortes sociales ante un sistema desigual que los castiga injustamente.

Tampoco unos muchachos de clase media, frustrados porque sus padres les contaron que vivían oprimidos por un Estado autoritario del cual se iban a liberar muy pronto, y cuyos líderes acabaron haciéndolo rematadamente mal.

Por Francesc Badia I Dalmases

Ciudad de México, 23 de octubre (OpenDemocracy).– Situada en la latitud 0º, en la división de los dos hemisferios, con sus 2 mil 850 metros de altura sobre el nivel del mar, Quito, en Ecuador, es la segunda capital más alta del mundo, después de La Paz, con 3 mil 640 metros. Desde esta considerable atalaya andina es posible observar el mundo convulso en que vivimos con una cierta distancia y perspectiva.

También aquí en Quito, las vallas publicitarias anuncian el gran estreno de cine norteamericano del momento, la película Joker, aquí traducida como El guasón. El filme es muchas cosas y tiene muchas capas, pero resulta oportuno como metáfora del alzamiento del marginado, de la venganza de la víctima frente a un sistema despiadado, cínico y maltratador de los más débiles. La víctima se revela, despierta a los oprimidos y les abre la puerta de la liberación.

En esta foto del domingo 13 de octubre, un peatón cruza un puente en que manifestantes contra las medidas de austeridad en Ecuador colocaron una pancarta de tela protestando contra el Fondo Monetario Internacional y el Presidente Lenín Moreno en Quito. Foto: Dolores Ochoa, AP

Mientras tanto, tras la resaca de los 6 meses violentos de los “gilets jaunes” en París, en la retina de la opinión pública mundial están vivas las protestas y los duros enfrentamientos con la policía en importantes ciudades de los cuatro continentes.

Ahora bien, aunque las imágenes de la represión policial son muy similares, las causas de las protestas y la manera más o menos brutal de reprimirlas no lo son tanto, por más que una mirada rápida basada en golpes de titular o Tweet precipitado nos hagan pensar que todo esto responde a lo mismo y que todas las policías actúan igual.

Las protestas violentas son el estallido de una frustración grave frente a algunas medidas de los estados respectivos, pero todas tienen sus particularidades y no cabe meterlas en el mismo saco.

¿Cuáles son las claves de esta ola de protestas urbanas?

Un grupo de manifestantes celebran el acuerdo logrado entre el Gobierno e indígenas, que termina con las protestas en el país, en Quito. Foto: Bienvenido Velasco/AP

DEMOCRACIA, SUPERVIVENCIA Y DESESPERACIÓN

En Hong Kong, capital financiera global, grupos numerosos de jóvenes muy bien organizados defienden el estatus especial de la excolonia británica, que conserva algunos mecanismos de participación democrática, amenazados por la gobernadora del enclave, en complacencia con la República Popular de China.

Los manifestantes acumulan muchas semanas de enfrentamientos violentos, armados con cascos, máscaras de gas, protección corporal, incluso guantes ignífugos, y han conseguido de momento que el Gobierno aplace las medidas, ante la vigilante mirada de Pekín.

En Beirut, son los desposeídos los que queman llantas de automóvil, una combinación de lo que queda de las ruinas de milicias chiíes y de gente desamparada, que protesta por las últimas subidas abusivas de impuestos y precios en un sistema profundamente injusto que, como siempre, se ceba en los más débiles.

El 1 de octubre se registró una fuerte confrontación entre estudiantes y policías. Foto: EFE.

Mientras tanto, en el Valle de la Bekaa languidecen los refugiados sirios, que se unieron a eterna desesperanza de los palestinos en el Líbano, por décadas tratados como despojos del Estado de Israel.

Las protestas violentas son el estallido de una frustración grave frente a algunas medidas de los estados respectivos, pero todas tienen sus particularidades y no cabe meterlas en el mismo saco.

Y esta semana también arde Santiago, donde la frustración acumulada por muchos, sobre todo jóvenes que, ante la sensación de abuso y de desprecio social ha acabado estallando. Vemos violentas protestas ante una medida profundamente antisocial como es el aumento desproporcionado del precio del transporte público, que son la punta del iceberg de un sistema socioeconómico profundamente injusto y lesivo para los más desfavorecidos.

Los manifestantes elevaron el nivel de las protestas en Hong Kong. Foto: Kin Cheung, AP.

Y al Gobierno derechista no se le ocurre otra cosa que declarar el Estado de Excepción, poner la situación en manos de los militares, y empezar a matar gente (se contabilizan hasta 11 muertos en el momento de la redacción de estas líneas). “Estamos en guerra”, ha declarado Piñera, en una actitud desproporcionada y reaccionaria, rayando el crimen de Estado.

Nadie esperaba que la tan liberal y estable democracia chilena estallara de manera tan violenta.

REVUELTA EN ECUADOR

También los violentísimos enfrentamientos vividos en Quito las dos primeras semanas de octubre responden a una frustración colectiva muy importante por parte de muchos ecuatorianos.

Como en Chile, la gota que colmó el vaso, la cerilla que prendió el incendio fue la duplicación del precio del combustible dentro de un paquete de recortes y medidas de reducción del déficit, al gusto del FMI. Y fue cuando las distintas comunidades indígenas, principales afectadas por las agresivas medidas de austeridad, decidieron movilizarse y acudir a la capital en distintas marchas, que la situación de confrontación se puso muy tensa hasta estallar en una batalla campal.

Manifestantes contrarios al Gobierno se cubren tras una barricada en choques con la policía en Quito, Ecuador. Foto: Fernando Vergara, AP

Los indígenas ecuatorianos has sido y siguen siendo víctimas de un agresivo sistema neoextractivista (como antes lo fueron del colonialismo) donde las grandes explotaciones petroleras, madereras y mineras arrasan con el territorio.

Esto arroja a los pueblos originarios a la miseria y al desarraigo y penetra y destruye sus hábitats, donde ya solo pueden vivir en un frágil equilibrio y rayando la miseria. En su lucha, los indígenas, que son los supervivientes de mil abusos y matanzas durante siglos, se unen a otros sectores sociales también afectados por el paquete neoliberal. Pero ellos ponen su cuerpo al frente porque no tienen más que perder, solo su propia vida, cuyo valor en el mercado es casi nulo.

Los indígenas lograron la negociación con el Gobierno gracias a la fuerza, la determinación y la responsabilidad de los líderes de las comunidades.

Soldados parados en una calle junto al parque El Arbolito en Quito, Ecuador. Foto: Fernando Vergara, AP

Finalmente, tras 12 días de batallas durísimas con una policía antidisturbios entrenada en tácticas norteamericanas de guerra urbana e inspiradas en robocop, los indígenas lograron la negociación con el Gobierno. Esto fue gracias a la fuerza, la determinación y la responsabilidad de los líderes de las comunidades, que acamparon en Quito dispuestos a no ceder.

Sus pobrísimas condiciones levantaron la solidaridad de muchos quiteños, y recibieron sopa caliente, cobijas y primeros auxilios. En este caso sí (a diferencia de Hong Kong o incluso Santiago) son los desheredados de la tierra, dispuestos a luchar hasta morir. Como indígenas, saben desde hace siglos que resistir es la única manera que tienen de sobrevivir.

Una vez entablada la mesa de diálogo con el Gobierno, y retirado el lesivo artículo 883, en una lección de dignidad que sorprende a los que desconocen la naturaleza de estos pueblos, las comunidades enterraron a sus muertos, designaron cuadrillas que durante dos días limpiaron y ordenaron la ciudad.

Un manifestante contrario al Gobierno choca con la Policía en Quito, Ecuador. Foto: Fernando Vergara, AP

Restauraron las heridas causadas por los salvajes enfrentamientos, se subieron a sus camiones, y regresaron a sus poblados. La sensación general, aquí en Quito, es de calma tensa, de que éste ha sido solo un capítulo de una batalla, que será larga y habrá de continuar. Muchos dicen que lo que estamos viendo ahora es solo una tregua.

EN CATALUÑA ES DIFERENTE

Pero, ¿cómo encaja en todo esto Barcelona?

Visto desde lejos podría parecer que aquí estamos otra vez en el caso de un Estado – un viejo Leaviatán que reprime y encarcela a una nación históricamente oprimida y castigada, periférica y empobrecida, que sólo lucha democráticamente por su libertad.

Un Estado autoritario, heredero de la dictadura fascista del general Franco, que solo busca destruir al pueblo catalán, despreciando sus derechos históricos y al que se golpea con saña a la menor ocasión. A nadie debe extrañarle entonces que el pueblo se levante y se enfrente, incluso violentamente, a las “fuerzas de ocupación” antidemocráticas provenientes del enemigo exterior.

Esa España sin duda existió durante 40 años en el siglo XX. Pero a muchos les cuesta superar el cliché de una España autoritaria y retrógrada y asumir que los españoles consiguieron superar su pasado más oscuro y construir un régimen democrático avanzado, homologado a las democracias europeas en uno de los estados más descentralizados del mundo.

Manifestantes durante los altercados que se están produciendo en Barcelona, hoy viernes, el día en el que Cataluña vive su cuarta huelga general en menos de dos años vinculada al proceso independentista, una convocatoria con la que culmina una semana de movilizaciones en protesta por la condena de los líderes del ‘procés’. Foto: EFE/Jesús Diges

Pero se descalifica a los índices que así lo corroboran, por provenir del “mainstream”. El Democracy Index que publica la prestigiosa Economist Intelligence Unit sitúa a España entre las 20 democracias más plenas del mundo, y España consigue 94 de 100 puntos en el índice de libertad de Freedom House. Aún así, para muchos eso será manipulación, mentira.

En la actual batalla de los relatos políticos el populismo se encarga de sostener que cualquier cosa es mentira, que todo es fake y que la verdad es opinable.

Y es que en la actual batalla de los relatos políticos el populismo se encarga de sostener que cualquier cosa es mentira, que todo es fake y que la verdad es opinable. Para el populismo, negar la evidencia y construir un cuento alternativo igualmente fake es legítimo, si de lo que se trata es de salvar al pueblo.

Manifestantes durante los altercados que se están produciendo en Barcelona, hoy viernes, el día en el que Cataluña vive su cuarta huelga general en menos de dos años vinculada al proceso independentista. Foto: EFE/Jesús Diges

En el mundo de los hechos alternativos del nacional populismo, atacar a la prensa libre y de calidad, descalificar los pilares de la democracia institucional y abominar de los tribunales de justicia independientes es igualmente legítimo, si sirve para debilitar al enemigo.

Cataluña, una de las regiones más ricas y con mayor capacidad de autogobierno de España (y del mundo), también se ha visto atrapada en las redes del nacional populismo. Y eso quizás desde el principio de la transición política, cuando la constitución otorgó al territorio en estatuto de autonomía suficientemente amplio como para desarrollar un potente proceso de “nation building”.

Pero, aun con todos estos instrumentos y en situación de cierto privilegio frente a otras regiones de España en función de sus “derechos históricos”, las elites extractivas y rentistas, en una batalla intestina por la hegemonía política, pusieron la promesa de la “independencia” como eje casi único de su agenda política. Afirmaron que eso es lo único que les va a garantizar un espacio plenamente democrático frente al Estado opresor, tapando todo lo demás.

Este relato ha sido asumido por una parte importante de la sociedad catalana, que siente el agravio en propia carne. Y cuando, después de haber llevado al límite esta agenda, de haber roto las costuras constitucionales y de haber fragmentado la convivencia entre las gentes de origen plural y diverso que habitan el territorio catalán, los políticos impusieron a las bravas su referéndum.

Lo hicieron desoyendo al Tribunal Constitucional y sin contar con mayoría social para ello, sin censo ni garantías democráticas, un referéndum en el fondo fake, seguido por una declaración unilateral de independencia, igualmente fake, pero en la que quisieron creer, ilusionados, con fe casi ciega, casi dos millones de catalanes.

Y digo fake porque al día siguiente de declarar la independencia, en vez de izar la bandera y publicarla en el diario oficial, una parte del Gobierno salió de fin de semana y la otra, temerosa de las consecuencias penales de sus actos, huyó a Bélgica y Suiza, para enfundarse la dorada capa de un exilio político también fake.

El viejo Leviatán, esclavo de su arcaísmo y su incapacidad de anticiparse políticamente al desastre irresponsable que se avecinaba, cayó en la trampa de golpear a los ciudadanos

Inexorablemente, el viejo Leviatán, esclavo de su arcaísmo y su incapacidad de anticiparse políticamente al desastre irresponsable que se avecinaba, cayó en la trampa de golpear a los ciudadanos que impedían en resistencia pasiva la retirada de las urnas chinas en las que ivan a depositar su voto para ser por fin libres.

Luego, tras la declaración unilateral de independencia, el Leviatán intervino la autonomía y puso en manos de la justicia a los responsables de lo que sintieron como atropello al Estado de derecho. Algo que era, según creen muchos a derecha e izquierda, el ejercicio de su derecho irrenunciable a autodeterminarse.

Al cabo de dos años de encarcelamiento preventivo (y seguramente abusivo) de los principales líderes, las condenas han sido duras, aunque abren la puerta a una aplicación inmediata del tercer grado, con lo que los condenados verán en breve suavizado su régimen de reclusión.

Pero tras dos años de descalificar sistemáticamente cualquier sentencia que no fuese absolutoria y acusar al Tribunal Supremo de no ser más que un instrumento para la venganza (aunque se trató de un juicio con todas las garantías procesales de un Estado democrático, y fue retransmitido en directo por televisión con máxima transparencia) llegó la indignación, institucional y popular. Con las movilizaciones masivas de Octubre se buscaba crear un nuevo “momentum” que llevase al levantamiento popular y a la “independencia” por incomparecencia y colapso del Estado español.

El tribunal también los inhabilitó para la función pública, lo que afecta en forma directa las elecciones del 10 de noviembre próximo en las que seis de ellos se presentaban como candidatos al Congreso federal. Foto: EFE

Es hora de rasgarse las vestiduras y convocar, desde el gobierno autónomo, sus organizaciones civiles y sus medios afines, a salir a las calles a manifestar indignación. Apelan no sólo a los cientos de miles de fieles que han creído religiosamente que el proceso iba en serio, genuinamente esperanzados en que algún día llegaría una liberación, sino a otros indignados con la crueldad de la justicia, acompañados por unos cuantos miles de militantes radicalizados que, bendecidos por el Presidente, están dispuestos a provocar colapsos varios infinitos y enfrentarse violentamente a la policía.

Lo que mueve a jóvenes (y no tan jóvenes), más allá de la comprensible emoción de ver a los suyos humillados por la justicia, es la inmensa frustración de ver que las promesas no han llegado, de que la supuesta república catalana independiente resultó ser fake, y de que el engaño está siendo monumental y permanente.

En esta imagen de archivo, tomada el 21 de diciembre de 2017, el ex líder del Gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont, durante una concentración para seguir los resultados de las elecciones anticipadas en la región del noreste de España, en el Square Meeting Center de Bruselas, a donde huyó en octubre tras ser citado por la justicia española. Foto: Virginia Mayo, Archivo, AP

La pasmosa incapacidad de autocrítica de los políticos catalanes viene del tic de atribuir cualquier cosa (incluso sus propios errores) al enemigo exterior llamado España. Algo de eso ocurre también viceversa, puesto que en España el “problema catalán” siempre es utilizado con ventajismo político y electoral, sin ningún tipo de escrúpulo.

Solo queda quemar la ciudad, rica y burguesa, esa ciudad de la que son sus hijos privilegiados, ese lugar único en el mundo en el que habitan los ”burgueses oprimidos”.

FRUSTRACIÓN COMPARTIDA

La frustración, aunque provocada por distintos motivos, es el motor de las protestas que estamos viendo en tantas ciudades del mundo.

Pero no son lo mismo unos estudiantes radicalizados en una capital financiera asiática, unos desheredados libaneses, unos indígenas despojados, o unos jóvenes chilenos que acumulan dificultades inasumibles y recortes sociales ante un sistema desigual que los castiga injustamente.

Tampoco unos muchachos de clase media, frustrados porque sus padres les contaron que vivían oprimidos por un Estado autoritario del cual se iban a liberar muy pronto, y cuyos líderes acabaron haciéndolo rematadamente mal.

Los manifestantes protestaron al interior de varias plazas comerciales. Foto: Kin Cheung, AP

Pero esos muchachos que arrojan proyectiles y queman contenedores en Barcelona no son primos del Joker que encarna Joaquin Phoenix, de ese “guasón” víctima de la marginalización y el abandono de una sociedad neoliberal y salvaje.

Él es víctima de abusos innombrables que lo convierten en criatura marginal y enferma, y que acaba asesinando en directo al máximo representante de la sociedad del espectáculo, hipócrita y abusadora, alentando una revuelta contra el sistema que prende fuego a las calles de Gotham.

Los que queman Barcelona no son los desheredados de la tierra que se juegan la vida, ni tan siquiera los marginados y explotados de una sociedad salvajemente neoliberal. Son los hijos de clases medias atrapadas por el nacional populismo

Ese Joker que plantea un discurso político contra la sociedad del capitalismo más salvaje, capaz de generar monstruos en la Norteamérica más trumpiana sin inmutarse siquiera, no se parece en nada a estos muchachos europeos. Estos, en la Barcelona burguesa, juegan a provocar a la policía como si jugaran a paint-ball, sabiendo que delante no tienen a policías militarizados, ecuatorianos o chilenos dispuestos a matarlos. Y así luchan por alcanzar una libertad de la que ya disfrutan.

Las multitudinarias protestas registradas en Hong Kong desde principios de junio no han afectado ni a la seguridad en la ciudad ni a las actividades relacionadas con los negocios, según las autoridades locales. Foto: EFE, Jeon Heon-kyun

No son los desheredados de la tierra que se juegan la vida, ni tan siquiera los marginados y explotados de una sociedad salvajemente neoliberal. Son hijos de clases medias estancadas, rentistas, atrapadas por el nacional populismo que florece entre las democracias europeas avanzadas.

Desde la altura y la distancia del Ecuador cabe preguntarse cómo será que construimos alternativas viables y constructivas y relatos esperanzados y optimistas para una sociedad mejor, pues a la vista está que la frustración crece, como crece la depredación de la naturaleza.

Hoy es urgente superar el autoritarismo, el neoliberalismo destructivo y el nacional populismo, que deprime a los mayores, que frustra a tantos jóvenes y que acaba prendiendo fuego a nuestras ciudades.

No es suficiente con invocar al diálogo. Hay que ir más allá.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE OPEN DEMOCRACY. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

“Pido perdón”, dice Piñera después de protestas y 15 muertos en Chile; anuncia aumento a salario mínimo

martes, octubre 22nd, 2019

El Presidente chileno presentó estas medidas en una cadena nacional en las horas finales del quinto día de masivas protestas de la ciudadanía en reclamo de un país más equitativo, y mientras gran parte del país se encuentra en estado de emergencia y bajo toque de queda con el Ejército a cargo de la seguridad, dados los desmanes y actos vandálicos que han acompañado este estallido social.

Santiago de Chile, 22 oct (EFE).- El Presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció este martes una agenda social para reformar el sistema de pensiones, la salud y los medicamentos, los ingresos mínimos y las tarifas eléctricas, entre otras medidas, tras pedir perdón a los ciudadanos por no haber visto sus necesidades.

La agenda social anunciada por el mandatario contempla también mayores impuestos a los sectores más pudientes, la creación de una Defensoría de las Víctimas, una reducción de las dietas de los parlamentarios y altos sueldos de la administración pública.

Piñera presentó estas medidas en una cadena nacional en las horas finales del quinto día de masivas protestas de la ciudadanía en reclamo de un país más equitativo, y mientras gran parte del país se encuentra en estado de emergencia y bajo toque de queda con el Ejército a cargo de la seguridad, dados los desmanes y actos vandálicos que han acompañado este estallido social.

A continuación, las principales medidas anunciadas por Piñera:

PENSIONES

La reforma de las pensiones contempla incrementos en el llamado Pilar Solidario (por el que el Estado participa en el sistema de pensiones), con un incremento del 20 por ciento de la Pensión Básica Solidaria y de otro 20 por ciento en el Aporte Previsional Solidario, lo que, según dijo, beneficiará a 590 mil y 945 mil pensionados, respectivamente.

Además, anunció un aumento adicional de las pensiones básicas y los aportes previsionales solidarios durante los años 2021 y 2022, para los pensionados mayores de 75 años; aportes de recursos fiscales para complementar el ahorro previsional de la clase media y las mujeres que trabajan y cotizan, y aportes de recursos fiscales para mejorar las pensiones de los adultos mayores no valentes.

El sistema de pensiones es uno de los puntos que más rechazo concita en la sociedad chilena. Obliga a los trabajadores a depositar cada mes cerca del 12 por ciento de su sueldo en cuentas individuales manejadas por entidades privadas que entregan en promedio pensiones de unos 220 dólares, poco más de la mitad del sueldo mínimo, que está en 422 dólares mensuales.

SALUD Y MEDICAMENTOS

Anunció un tratamiento legislativo de “urgencia” de un proyecto de ley que ya había enviado al Congreso para crear el Seguro de Enfermedades Catastróficas, “de forma de asegurar un techo al gasto de salud de las familias”.

Dijo también que creará un seguro que cubra parte del gasto en medicamentos de las familias chilenas y una ampliación del convenio del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) con las farmacias para reducir el precio de los medicamentos.

INGRESO MÍNIMO GARANTIZADO

El mandatario anunció la creación de un ingreso mínimo garantizado de 350 mil pesos (unos 482 dólares) que complementan el salario de los trabajadores a jornada completa cuando sea inferior a esa cantidad, beneficio que se aplicará en forma proporcional a los menores de 15 y mayores de 65 años.

IMPUESTO A LOS RICOS

Las rentas superiores a ocho millones de pesos mensuales (unos 11 mil dólares) pagarán un impuesto del 40 por ciento, mediante el cual se espera recaudar 160 mil millones, que servirán para financiar estas nuevas medidas, dijo el mandatario.

REDUCCIÓN DE DIETAS PARLAMENTARIAS Y SUELDOS PÚBLICOS

Piñera anunció que una reducción de las dietas de los parlamentarios y altos sueldos de la administración pública, además de una reducción de los parlamentarios y una limitación de las veces que pueden ser reelecciones.

TARIFAS ELÉCTRICAS

Prometió la creación de un mecanismo de estabilización de las tarifas eléctricas, que permitirá anular la reciente alza 9.2 por ciento de la electricidad.

Además, pidió al Congreso que acelere el trámite de algunos proyectos de ley enviados por el Gobierno sobre para proteger a los niños y adolescentes y a los ancianos que no pueden valerse por si mismo.

Finalmente, anunció un plan de reconstrucción dotado en 350 millones de dólares para la reconstrucción de los daños y destrucciones provocados por la violencia y delincuencia ocurrida en los últimos días en Chile.

Todo lo que sabemos sobre Chile: ¿Por qué estalló la violencia? ¿Por qué el Ejército en las calles?

martes, octubre 22nd, 2019

“Esta situación ha estado en ebullición por un largo tiempo”, dijo a The Associated Press Christopher Sabatini, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad de Columbia. “La gente se siente desconectada del sistema. El mayor problema que enfrenta un sistema político que genera estabilidad, crecimiento económico y políticas consistentes es su capacidad de renovarse, de traer un liderazgo nuevo al poder. Eso puede verse en las presidencias repetitivas que ha habido”.

Para Sabatini, el incremento de las tarifas del metro fue el disparador de las protestas, pero los chilenos rechazan algo más profundo: la carencia de un cambio. “La gente está decepcionada y siente que el sistema político la priva de sus derechos”.

Santiago, Chile, 22 de octubre (AP) — Desde hace cuatro días, Chile sufre una serie protestas violentas y actos vandálicos que siguieron a manifestaciones estudiantiles contra un alza tarifaria en el subterráneo a comienzos de mes, lo que obligó al Presidente Sebastián Piñera a anular la medida. Sin embargo, aunque el mandatario dio marcha atrás y se implantó un estado de emergencia (lo que restringe las libertades de reunión y movilización e implicó la salida de unos 10 mil militares a las calles de Santiago) no se ha frenado el estallido social que ya cobró la vida de 15 personas.

¿POR QUÉ HAY ACTOS VANDÁLICOS EN EL PAÍS?

El alza de tarifas en el subterráneo es lo más visible en la prensa internacional actual, pero ese incremento se sumó a otros en el agua, la luz y los remedios. Esto impacta directamente el bolsillo de los chilenos, pues implica que deben pagar más por servicios que usan con regularidad a pesar de que sus sueldos no suben y mayoritariamente bordean entre los 400 mil y 500 mil pesos mensuales (562 y 703 dólares).

Lo difícil situación económica también afecta a los adultos mayores, que pertenecen al sector más pobre de los chilenos, y por no cotizar para su vejez reciben una pensión solidaria de unos 110 mil pesos (159 dólares). Un 11 por ciento de los chilenos son adultos mayores y según el organismo estatal de estadísticas, en 2050 uno de cada cuatro chilenos pertenecerá a ese grupo.

Los manifestantes se refugian luego de que la policía lanza gases lacrimógenos durante enfrentamientos en Santiago, Chile, el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: Miguel Arenas, AP

Una canasta básica de alimentos para una familia –que considera 2 mil  calorías, según las sugerencias de Naciones Unidas– tiene un costo de 241 dólares mensuales, según datos del Ministerio de Desarrollo, en un país que tiene un salario mínimo de 423 dólares.

La desigualdad económica en el país sudamericano se arrastra por décadas, alcanza a la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), y atraviesa todos los gobiernos democráticos que siguieron, incluidos dos de Michelle Bachelet, y el actual segundo mandato de Piñera.

La gente acude en ayuda de un manifestante herido durante enfrentamientos con la policía en Santiago, Chile, el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: Miguel Arenas, AP

A pesar de esto, también hay estabilidad económica: la inflación en septiembre fue 0 por ciento, y la acumulada en lo que va del año es de 2 por ciento.

“Esta situación ha estado en ebullición por un largo tiempo”, dijo a The Associated Press Christopher Sabatini, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad de Columbia. “La gente se siente desconectada del sistema. El mayor problema que enfrenta un sistema político que genera estabilidad, crecimiento económico y políticas consistentes es su capacidad de renovarse, de traer un liderazgo nuevo al poder. Eso puede verse en las presidencias repetitivas que ha habido”.

Para Sabatini, el incremento de las tarifas del metro fue el disparador de las protestas, pero los chilenos rechazan algo más profundo: la carencia de un cambio. “La gente está decepcionada y siente que el sistema político la priva de sus derechos”.

“En general hay un sentimiento similar de la gente en países como Ecuador, Líbano y, ese sentido, de sentirse privados de derechos, entonces se convierte en algo simbólico y estalla… Algo similar ocurrió en Francia con los chalecos amarillos: un sentido profundo de malestar y desconexión entre la vida de la gente y la política”, agregó.

¿CÓMO ESTÁ GESTIONANDO LA CRISIS PIÑERA?

El gobernante reaccionó a los desmanes desatados el viernes, que terminaron con más del 80 por ciento del subterráneo con severos daños y más de un centenar de saqueos a supermercados y farmacias, implantando el estado de emergencia en el gran Santiago, que luego se extendió a una docena de ciudades del interior. Los jefes militares implantaron con frecuencia el toque de queda, pero ni esto ni el estado de emergencia se habían visto en democracia.

La falta del subterráneo, que tiene sólo una de seis líneas funcionando –y parcialmente– transporta a 2,4 millones de personas diarias, por lo que la situación derivó en la suspensión casi generalizada de clases, incluidos los universitarios, en la capital donde viven siete de los 18 millones de chilenos.

Los restos de un supermercado quemado y saqueado por manifestantes en Santiago, Chile, el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: Luis Hidalgo, AP

Los problemas del transporte público llevaron al cierre de todos los supermercados el domingo y a la mayoría de ellos el lunes. Ante los pocos que abrieron a comienzos de semana se formaron enormes filas.

“El riesgo aquí es que esto se convierta en una crisis perpetua de protestas que siga y siga y cada vez se vuelva más difícil de encarar”, piensa Sabatini. “Las soluciones serían a largo plazo para que se vuelvan significativas para las personas… Las respuestas son a largo plazo, no las conocemos ahora como si fuera una receta, es mucho más profundo y político”.

¿CÓMO HA REACCIONADO LA CIUDADANÍA?

En varios suburbios santiaguinos surgieron grupos de autodefensa con vecinos que se distinguen entre ellos con el uso de chaquetas amarillas, muy extendidas en Chile porque son exigidas a todos los conductores por la Ley del Tránsito.

Miembros de estos grupos reaccionan nerviosos ante transeúntes o conductores que se acercan a sus viviendas, por lo que levantan amenazantes palos, fierros y hasta palas.

Los grupos son valorados por el ministro del Interior, Andrés Chadwick.

Estudiantes y miembros de sindicatos se reúnen para una manifestación en Santiago, Chile, el lunes 21 de octubre de 2019. Foto Miguel Arenas, AP

¿HAY PRECEDENTES PARA LA CRISIS EN CHILE?

Esta es la primera vez que Chile vive en estado de emergencia y toque de queda desde que se recuperó la democracia en 1990.

Ni siquiera las multitudinarias protestas contra la dictadura militar que partieron en 1983, ferozmente reprimidas por los militares, se vieron los actos de vandalismo surgidos en Chile en los últimos días.

Los manifestantes se refugian luego de que la policía lanza gases lacrimógenos durante enfrentamientos en Santiago, Chile, el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: Miguel Arenas, AP

15 MUERTOS EN CINCO DÍAS DE DISTURBIO

El gobierno chileno informó el martes que 15 personas murieron, la mayoría en saqueos e incendios, al cumplirse el quinto día de un estallido social que mantiene a más de la mitad de las 16 regiones bajo estado de emergencia y muchas con toque de queda.

El Presidente Sebastián Piñera se reunía con los líderes de los partidos oficialistas y de la oposición para explorar la posibilidad de avanzar en un acuerdo social que ayude a enfrentar la crisis. Antes del inicio del encuentro se retiró el Partido Socialista alegando que no habían sido citadas organizaciones sociales y porque sigue vigente el estado de emergencia. El Partido Comunista no estaba dispuesto a acudir al palacio de gobierno y tampoco fue invitado.

Mientras se espera en resultado del encuentro en un barrio de clase media, decenas de personas fueron dispersadas con gases lacrimógenos luego de que una turba intentó saquear un supermercado mientras mujeres gritaban que necesitaban leche, dijo radio Cooperativa.

En otros lugares las filas se extendían custodiadas por militares. Los mercados permanecieron cerrados el fin de semana debido a los saqueos e incendios.

La jubilada Carmen Fuentealba aseguró a The Associated Press que “he caminado varios kilómetros para buscar leche, pero lo supermercados siguen cerrados y los almacenes (comercios de barrio) ya no tienen. Tampoco hay detergentes”.

La policía militar hace guardia en un supermercado mientras los clientes esperan en fila en Santiago, Chile, el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: Luis Hidalgo, AP

También había largas filas en las gasolineras, aunque con menor intensidad que en la víspera. Jacqueline Zúñiga, empleada de una estación de servicio, dijo a AP que “la gente está descontrolada en todo, creen que la bencina, el petróleo, se va a terminar, lo único que hacen es cargar, llenar, llenar… todo esto ha llevado a una agresividad”.

El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, informó que en la última jornada en la capital chilena se registraron 255 hechos graves de violencia, 95 menos que el día anterior, y que los actos vandálicos pasaron de concentrarse en supermercados y comercios a bienes de la infraestructura pública, como municipalidades y comisarías.

Los manifestantes ondean una bandera chilena pintada con el mensaje “Piñera renuncia” durante una manifestación en Santiago, Chile, el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: Miguel Arenas, AP

Afirmó que el país está frente a “una acción concertada” de grupos violentos que pretenden desestabilizar al gobierno y que los 20 mil militares y policías que patrullan las calles de la ciudad “no están sobrepasados”.

Aunque el gobierno congeló el sábado el alza en las tarifas del subterráneo de 1,12 a 1,16 dólares, lo que originó el estallido social, las violentas protestas y saqueos a comercios continuaron y destruyeron un 85 por ciento de las estaciones de ese transporte público. También se registraron multitudinarias manifestaciones pacíficas.

Los manifestantes reclaman mejores salarios, que en Chile promedian los 400 mil a 500 mil pesos (entre 562 y 762 dólares), mejores pensiones y bajas en los precios de las medicinas y de los servicios públicos.

Leonardo Moreno, de la Fundación para la Superación de la Pobreza, dijo que en Chile el 10 por ciento de la población gana un 7,8 por ciento más que el 90 por ciento restante.

“Cerca del 65 por ciento de la población de Chile gasta más de lo que (le) ingresa. Eso significa que están sobre endeudados y que todos los meses cargan con una mochila angustiosa”. Agregó que el problema de Chile “es la pobreza moderna” que “tiene la característica de la inseguridad y la angustia”

Un hombre sostiene un cartel de protesta contra el Presidente Sebastián Piñera durante una manifestación en Santiago, Chile, el lunes 21 de octubre de 2019. Foto: Miguel Arenas, AP

“Hemos escuchado también un grito colectivo fuerte, que tal vez antes sólo lo escuchábamos como un murmullo. A la sociedad, en su conjunto, les decimos con mucha humildad que para nosotros es hora de escuchar con los oídos grandes”, dijo el martes Alfonso Swett, presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio”.