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Festival Kerouac México no se rinde frente a la pandemia y resiste con poesía en una edición híbrida

viernes, enero 22nd, 2021

Con apoyo de poetas mexicanos, el evento originario de España celebra su tercera edición en México, un país del cual se enamoraron grandes escritores de la Generación Beat. El festival será inaugurado este viernes desde sus redes sociales y las del Claustro de Sor Juana, para concluir el domingo 24.

“El evento se realiza con el esfuerzo del movimiento Poetryfighters, aquellos que luchan por la poesía, para mantener viva su llama y seguir construyendo conexiones en el mundo”, dijo este viernes el director del festival, Marcos de la Fuente.

México, 22 de enero (EFE).- El Festival Kerouac no se rinde frente a la pandemia y durante tres días a partir de este viernes tomará escenarios mexicanos, tanto virtuales como presenciales, para reinventarse y seguir creando vínculos internacionales a través del arte.

“Es una edición híbrida, que se realiza con la ayuda y el esfuerzo de los poetas mexicanos que se suman al movimiento Poetryfighters, aquellos que luchan por la poesía, para mantener viva su llama y seguir construyendo conexiones poéticas en todo el mundo”, dijo este viernes a Efe el poeta y director del festival, Marcos de la Fuente.

El evento nacido en Vigo, España, regresa a México para celebrar su tercera edición en el país, tras el éxito de sus dos primeros certámenes.

Según explicó De la Fuente, una de las razones por las que México los atrajo para aterrizar el festival (que también se replica en Nueva York), fue “la lengua, su frontera con Estados Unidos y la emigración desde España”.

Pero también el interés que tuvieron por el país grandes escritores de la generación Beat como Jack Kerouac y William Burroughs.

Con un streaming diario, pensado para que sea seguido desde cualquier lugar del mundo, el festival propone tres experiencias poéticas, diversas y contemporáneas en las que se aprovechará la virtualidad y se explotará el contacto a través del lenguaje.

El evento será inaugurado este viernes por medio de las redes sociales del festival y del Claustro de Sor Juana de la Ciudad de México a las 13.00hrs (19.00 hora GMT) con el “Especial Bifronte”.

Dicho evento contará con la actuación de la poeta y mexicana Rocío Cerón y la poeta gallega Chus Pato, quienes recitarán en gallego y castellano mientras el mexicano Fabián Elizalde musicaliza el acto.

Para el sábado 23, los poetas gallegos, Lara Dopazo y el propio director, Marcos de la Fuente, viajarán a los estados mexicanos de forma virtual para conocer la poesía de propia voz y lengua de sus creadores.

Entre ellos Horacio Warpola desde Querétaro, Hubert Matiúwaa en las montañas de Guerrero o Balam Rodrigo en Chiapas. Dicho encuentro promete una convivencia entre culturas a través de recitales en castellano, maya, gallego o náhuatl.

Fotografía cedida este viernes, donde se observa al Director del Festival Kerouac y poeta Marcos de la Fuente, en Ciudad de México. Foto: Cortesía Bernard Betancourt para EFE

Por último, las actividades del domingo 24 serán tanto presenciales como virtuales teniendo como punto físico el jardín de La Mano en Coyoacán, gestionado por Jessica Rodarte quien junto a las poetas Tania Favela, Zazil Collins y Lucía Hinojosa cerrarán el festival.

El evento se llevará a cabo al aire libre y con medidas de sanidad necesarias como el uso de cubrebocas obligatorio.

El director explicó que la poesía servirá para “animar a la gente y darle profundidad”, ahora que los tiempos son tan adversos y que la realidad no deja espacio para la “magia, el romanticismo y sueños imposibles”.

“Ahora más que nunca es necesaria esta humanidad, ahora más que nunca son necesarios los poetas. La poesía despertará, el lado más humano de las personas, el ponerse en el lugar del otro, algo fundamental en esta crisis que viene”, apuntó De la Fuente.

ENSAYO | El mundo bukowskiano de Fernando Nachón, un viaje nihilista, psicodélico y misantrópico

sábado, octubre 10th, 2020

Fernando Nachón es un escritor mexicano atípico a sus contemporáneos, que camina periféricamente, pero con un sentido del humor propio y casi original en las letras mexicanas. Sus novelas, cuentos y poemas son un conglomerado de mota, alcohol, sexo, fluidos, mierda y dolor.

Nachón jugo con la propia ironía al propinarle a los “señores” del noise sus cachetadas en las nalgas. Jugó con ser un anarquista de las letras y un kamikaze de su propia decencia intelectual y aportando la infamia necesaria para controlar el ego de los demás aculturados en la sociedad de las letras.

Por Edu Prado

Ciudad de México, 10 de octubre (BarbasPoéticas).- Hablar de escritores outsiders o en el mejor de los casos “malditos”, es apostar por una premisa trillada y gastada en estos tiempos de saturación de información mal comunicada. Es así, que la música del “perreo” y sus demás gurús de resaca con Tonayan, serían personajes de aliento cannábico en el mundo nachoniano.

Fernando Nachón es un escritor mexicano atípico a sus contemporáneos, un escritor que camina periféricamente, pero con un sentido del humor propio y casi original en las letras mexicanas. Sus novelas, cuentos y poemas son un conglomerado de mota, alcohol, sexo, fluidos, mierda y dolor. La literatura de Nachón es una moneda siberiana que habla del dolor y mierda de la realidad que nos convulsiona a cada momento; su literatura es un viaje nihilista, psicodélico y misantrópico.

Su vivencia literaria transcurrió en esa “década pérdida” para la juventud mexicana (los años 80), al publicar dos de sus libros más importantes De a perrito (1986) y Diario de un pendejo (1988). Además de colaborar en dos revistas La Regla Rota Pus Moderna, dirigidas por Rogelio Villarreal.

Además, hizo una columna semanal en Sábado titulado “El libro del eterno retorno, en dicha columna parodió a Juan Villoro y Guillermo Fadanelli; posteriormente Fadanelli escribiría un prólogo para su libro Cachetadas en las nalgas. Sin más, dejó de participar en Sábado a raíz de una discusión con Huberto Batis.

Nachón hizo una columna semanal, “El libro del eterno retorno”, en la cual parodió a Juan Villoro y Guillermo Fadanelli. Foto: Especial

Sus novelas de iniciación conforman una díada que apuesta al estilo bukowskiano con personajes burgueses en decadencia. Si bien Nachón escribe a través de un alter ego aburguesado, tiene la locura necesaria y el estridentismo y humor de los personajes de Bukowski. Nachón se convierte en un adaptador de esa literatura del realismo sucio.

Pero con un estilo propio, y si me permiten, con voces que remiten la chilanguería. Es decir, su literatura recupera la forma de hablar de la gente que habita esta Ciudad de México, mezclado con su alter-ego-aburguesado-alcohólico-cannábico para contarnos las historias de un escritor desencantado de lo literario, pero viviendo una vida literaria narcisista), que vive con el fantasma de la fama.

En entrevista con el periodista Erick Baena, publicada en el blog Oficios laterales, Nachón explicó que su verdadera forma de escribir era por esas lecturas tardías que hizo de Bukowski, donde encontró el verdadero elixir de su escritura, ya que lo único que le gustaba escribir eran esas voces del subsuelo cotidiano. Además, detalló a qué se debe ese acercamiento a la escritura:

“Empecé a escribir gracias a la telenovela Gutierritos. La veía de niño, todos los días, religiosamente, en una televisión de bulbos. Me identificaba con Banquels: quería ser el escritor al que primero le va de la chingada y luego le va a toda madre […] De niño leí dos cosas: los cuentos de Andersen y el Memín Pinguín”.

Escritor que se forja en la cultura popular chilanga, sabedor que también hay una cultura que lo destierra al exilio de notas antes de la caída de la noche. Lector de escritores como Schopenhauer, Freud y Nietzsche. Con el aliento de lecturas marxistas juveniles conforman el Nachón del vagabundeo literario. Es crear la nostalgia de su propio ser inmiscuido en una huerfanidad literaria.

Su estela de escritor inadaptado no es una casualidad, es una forma de coquetear con el descaro de su propia personalidad forjada por él. Rogelio Villareal escribe una anécdota sobre Fernando Nachón, mostrándonos su personalidad visceral y poco convencional:

“En una ocasión llevé a Fernando Nachón para que le regalara De a perrito [a Huberto Batis], su flamante novela de sexo, celos y alcohol. Batis, consumado erotómano, recibió el obsequio con agrado y le pidió a Nachón que se lo firmara. El escritor jalapeño abrió el libro, alistó la pluma y se volvió para preguntarme: ¿Cómo se llama? ¡Carajo, Nachón!, le dije, ¡es Huberto Batis! Ah, sí, me respondió, pero en el rostro paternal de Huberto ya había una expresión de fastidio y, clavándome sus ojos, se quejó: “Para qué me lo traes si no sabe quién soy…”. Salvé la situación diciéndole que Nachón acababa de fumarse un churro, Nachón asintió y Batis esbozó una mueca complaciente. El asustado escritor admiró un display de la actriz Bibi Gaytán y pasamos a otra cosa”.

Nachón jugo con la propia ironía al propinarle a los “señores” del noise sus cachetadas en las nalgas. Jugó con ser un anarquista de las letras y un kamikaze de su propia decencia intelectual y aportando la infamia necesaria para controlar el ego de los demás aculturados en la sociedad de las letras.

ANTISIQUIATRIA DE UN PENDEJO

En la república nachoniana punkarra, dos libros son los que me han gustado y me han hecho escribir esta semblanza. El primero fue con el cual llegué a su literatura rasposa y descarada, De a perrito y el segundo es un libro que implica el exorcismo del amor, el sexo, las drogas, ser escritor y drogadicto en Diario de un pendejo.

Libros que asemejan por su forma simple y directa a la hora de escribir, es como escuchar los riffs cortantes de las guitarras K.K. Downing y Glen Tipton de Judas Priest. Libros sin palabras rebuscadas y jactanciosas. Es un compendio de golpes que azotan tu cara al momento de leer cada párrafo. Textos que muestran el desencanto y locura por vivir a la manera de Hunter S. Thompson en su libro Miedo y asco en Las Vegas. Es embarcarte en una autopista sin frenos.

La novela De a perrito es una tragicomedia-nihilista-alcohólica-sexual-psicodélica de un escritor que pretende vivir a través de sus libros para encontrar el camino de la felicidad: la fama. Buscar el anti-heroísmo, el cual se inmiscuye para lograr la escritura perfecta. Rescata la visión del héroe lector, “como este libro no tiene más sonido que el que tú, lector… puedes leer pensando con tu voz, lo puedes hacer con la voz de un amigo, desde la voz de la paranoia, o bien pacheco”.

Cada sensación es un monologo dionisíaco y alcohólico, mimetizando ese lugar de los obreros comunes; es una búsqueda por emprender el camino de los años 80. El libro está plagado de fotografías textuales a ese pasado que nos llena de nostalgia. Lugares y canciones denotan la vivencia de su tiempo.

Es el momento del escritor, el cual narra a su manera personal una ciudad, lugares y visiones del mundo político de una década convulsionada por el capitalismo y el creciente camino de la actual globalización. Es decir, “al final yo soy el que me pongo de a perrito y la muerte me da por el culo”.

El libro es un rock and roll suicida en todas sus vertientes: una ginebra, cerveza, poppers mezclados con la realidad de un romántico que vive en esa resaca llamada realidad. En resumen, el libro sintetiza todo el sentir y la rabia expuestas. Es una literatura purgatoria, confesional y drogadicta para enfrentar el cliché del bendito intelectual. Finalmente “la realidad podría ser un disco de Jim Morrison girando sin cesar, empzando y terminando y la aguja volviéndose a poner y un hombre muerto al lado por volarse la cabeza con el revolver del suegro”.

Diario de un pendejo es un libro compuesto por una novela corta y una serie de poemas. Donde el escritor nos remite al tema del sexo, las drogas, el amor, las relaciones personales, el psicoanálisis y el oficio de escribir. Es una confusión de sentimientos de un escritor que esta penando por el amor de un pasado que le remite a distintas mujeres, las cuales las prueba con el sentido de buscar una pertenencia de ese amor perdido. Pero también es una forma de psicoanalizar las pasiones del escritor, que busca entre temas y estilos su propia pertenencia en el mundo literario.

Posiblemente se enamore de un estilo con el mundo, pero también lo que busca es erotizar la escritura de sus pasiones: “Un día, una puta me lo dijo: Quizás no estés enamorado de Teresa, es más probable que estés enculado”. La analogía parece más que una perfección de lo que es la escritura y sus demiurgos. Es esa senda del perdedor que Bukowski intento explicar en alguna ocasión: “Encuentra lo que amas y deja que te mate”.

La narrativa de Nachón es un embarcadero a la mierda; por otro lado, la poesía en este libro es la libertad dionisíaca. Una poesía que escarba entre la peste, el sexo, el amor, la resaca, el olvido, el erotismo, la sexualidad, el fracaso y el sonambulismo.

La vereda esta escrita, la sensación de perder y de llorar es el pasaje de un viaje al descontrol y a la soberbia de la vida. No hay paradas en la poesía de Nachón, solo es en constante camino que suena en un tocadiscos y no repite canciones, solo las transcribe a través de una aguja de sintetizadores de sensaciones limítrofes con la orfandad y la locura.

Foto: Erick Baena

Nachón se convierte en un poeta de tercera para una poesía de tercer mundo. Una poesía marginal y sin lectores específicos. Solo es adecuada para aquel que guste experimentar, no con estructuras gramaticales como hacen los poetas de “primera”; sino para aquellos que gustan el placer del libre consumo, un consumo sin sofisticaciones perpetuas y duraderas, solo para aquellos que estamos inmersos en la decadencia de nuestro tercer mundo. A continuación, te presento tres de mis poemas favoritos:

Desprendimientos

No me puedo desprender del sexo para escribir,
sería castrarme.
No me puedo desprender de ser hombre,
sería como cortármela.
No me puedo desprender de mi odio,
sería como arrancármela.
No me puedo desprender del amor,
sería regalarla a los chacales.
No me puedo desprender de los celos,
la humildad me volvería potente.
pero sólo por unos segundos,
siempre hay un asesino atrás de la puerta.
No me puedo desprender de la persecución,
sería como nacer muerto.

Tragos

No es que sea hijo de los tragos,
en realidad soy hijo de la garganta,
hijo de una luz que no ha nacido.
Extraño alumbramiento.

Es que Dios no pasó por mi garganta,
como un pueblo ando,
de ésos por los que no pasó Dios.
Pobre Dios, de cuantas cosas lo he culpado.

Si yo conociera la garganta de Dios
yo podría ser su trago.
Lo embriagaría y lo convencería de la existencia del Diablo.
Se pelearía consigo mismo,
perderíamos la noche
y ya no tendríamos lugar donde llorar
ni oscuridad donde dejar pasar los tragos
que nos hagan creer que hemos nacido.

Cristales I

La primavera se extiende,
los poemas ya no son hojas de otoño,
ahora florecen en señal de amor.
Es cierto, las flores son terribles cuando se odia,
pero cuando se ama todo parece un cristal,
hasta que llega una mujer que nos deja plantados con olores y
deseos de amar. Se rompe el cristal y se comienza a aprender
a odiar.
Mujeres que han estrellado mis cristales internos,
dejadme ser como vosotras, alegres, flores a prueba
de rayos,
endemoniadas bellezas que temen marchitarse,
a mi hijo también lo romperán en pedazos,
no hay descanso para su envidia del pene,
las he visto gozar más al ser infieles y tontas
que al recibir las atenciones de un guerrero.
(De ahora en adelante no les ofreceré más cristales, puesto
que los convertiré en espadas).


Gran parte de las citas e ideas de este ensayo fueron retomadas de la entrevista “La literatura según Fernando Nachón” (2014), realizada por el periodista Erick Baena. Puedes consultar el texto completo en: https://erickbaenablog.wordpress.com/2014/03/18/la-literatura-segun-fernando-nachon/

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE BARBAS POÉTICAS. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

La poeta y académica mexicana Minerva Margarita Villareal fallece a los 62 años por cáncer

jueves, noviembre 21st, 2019

Por cuatro década fue docente de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), misma universidad en la que estudió Sociología. También dirigió la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria, que resguarda la bibliografía de Alfonso Reyes.

Ciudad de México, 21 de noviembre (SinEmbargo).– Minerva Margarita Villareal, editora y poeta mexicana, falleció la noche del miércoles a las 62 años de edad a causa de complicaciones con el cáncer, según informaron de medios nacionales.

Por cuatro década fue docente de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), misma universidad en la que estudió Sociología. También dirigió la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria, que resguarda la bibliografía de Alfonso Reyes.

Además, desde 2018, trabajó junto con la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller en el comité asesor de la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México.

El Departamento de Cultura de la UANL lamentó el fallecimiento de la poeta a través de su cuenta de Twitter.

“Minerva Margarita Villarreal, poeta destacada de nuestro país y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua fue una mujer cuya fuerza, inteligencia y visión la caracterizaron siempre. Su trabajo tenaz al frente de CABU dan fe de ello”, escribieron.

“Ha partido una mujer única. Madre, poeta, académica, universitaria y directiva… Minerva Margarita Villarreal deja un gran vacío en la comunidad cultural de Nuevo León”, puntualizaron.

El Antiguo Colegio de San Ildefonso, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) enviaron condolencias a los familiares de Margarita Villareal.

“El Colegio de #SanIldefonso lamenta profundamente la muerte de Minerva Margarita Villarreal, poeta, editora, incansable promotora cultural y gran ser humano que a muchos tocó con su palabra”, publicó el Colegio.

“Su poesía permanece y nos acompaña”, detalló la dependencia Libros UNAM.

En México se lee más poesía de lo que se cree, pero no está en el circuito comercial, dice David Huerta

miércoles, septiembre 18th, 2019

El poeta, ensayista y editor mexicano recordó algunos libros que forman parte del comercio informal como El Tesoro del declamador o El álbum de oro de la poesía mexicana. “Alguien dirá que eso no es poesía, que es poesía mala, pero se leen”, dijo Huerta.

“Si los libros de poesía no están en el circuito de la compraventa, entonces dicen que no se lee poesía. Pero ¿quién les dijo eso? […] En las casas mexicanas hay libros de poesía desde hace varias generaciones”.

Por Juan Manuel Ramírez G.

México, 18 de septiembre (EFE).- Las incursiones al Centro Histórico de Ciudad de México del poeta David Huerta, ganador del Premio Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2019, le han persuadido de que en México se lee más poesía de lo que se cree, aunque acepta que al país le hace falta adentrarse más en ese género.

“Son libros que cuestan cinco o diez pesos (unos 26 o 52 centavos de dólar) que uno puede comprar, sobre todo, en el Centro Histórico. No están en el circuito comercial exactamente y alguien dirá que eso no es poesía, que es poesía mala, pero se leen”, dijo este miércoles a Efe el también ensayista y editor mexicano.

Recordó que algunos autores de esos libros son Antonio Plaza (1833-1882), Juan de Dios Peza (1852-1910) o Guillermo Aguirre y Fierro (1887-1949), “autor de uno de los poemas más famosos de la poesía mexicana, El Brindis del bohemio, y se leen esos poemas, por supuesto que se leen”.

La poesía “siempre es vigente y siempre ha sido útil, aunque no pertenece al círculo de las grandes empresas de consumo masivo de entretenimiento”. Foto: EFE

Huerta (Ciudad de México, 1949) detalló que otros libros forman parte del comercio informal como El Tesoro del declamador o El álbum de oro de la poesía mexicana, que se consiguen en las librerías que ofertan libros viejos en el centro de la capital.

Pese a ello, asegura que a México, en general, le hace falta leer poesía “aunque se lee más poesía de la que se cree“.

“Hay un malentendido que me parece un poco grotesco y tonto. Si los libros de poesía no están en el circuito de la compraventa, entonces dicen que no se lee poesía. Pero ¿quién les dijo eso? ¿por qué leer poesía o el conocimiento o curiosidad está sujeta o unida al circuito comercial”, cuestionó.

Dijo que para él hay algo muy sencillo de explicar “y yo lo he comprobado, más o menos, a lo largo de mi vida, y es que en las casas mexicanas hay libros de poesía desde hace varias generaciones y la gente lee sus poemas”.

LA POESÍA SIEMPRE ES VIGENTE Y SIEMPRE HA SIDO ÚTIL

Huerta, quien hace dos semanas fue nombrado ganador del Premio de Literatura en Lenguas Romances 2019, señaló que la poesía “siempre es vigente y siempre ha sido útil, aunque no pertenece al círculo de las grandes empresas de consumo masivo de entretenimiento”.

“Pocas expresiones, obras, quehaceres y tareas humanas consiguen llegar tan lejos como los buenos poemas”. Foto: EFE

Dijo que eso no significa que “aun siendo relativamente minoritario (el circulo de lectores), no tenga un gran peso a la larga en la historia de las comunidades”.

“En la utilidad de la poesía está su vigencia y no es una vigencia inmediata; es una vigencia que se va desplegando a lo largo del tiempo”, apuntó.

El autor, uno de los referentes de la poesía mexicana contemporánea, explicó que en la vida cotidiana hay muchas formas en nuestras comunicaciones que vienen de la poesía. “Cuando decimos ‘Ardió Troya’ somos homéricos y cuando decimos ‘Cómo pasa el tiempo’ somos virgilianos”, dijo.

“Ahí está la utilidad de la poesía; está al servicio de nuestras comunicaciones a largo plazo. Pero también hay que decir que la poesía sirve cuando uno entra en contacto con ella para poder vivir lo que yo ya llamo la soledad de nuestra mente”, manifestó.

Aseveró que “pocas expresiones, obras, quehaceres y tareas humanas consiguen llegar tan lejos como los buenos poemas, tan lejos en las posibilidades de algo tan singularmente humano como el lenguaje articulado”.

“Por eso cuando decimos ‘Será del año la estación florida’ o ‘Cómo te deslizas, edad mía’ estamos escribiendo, hablando, leyendo y pensando de otra manera”, explicó Huerta en una distendida plática en el Café Centro de la popular colonia Nápoles de la capital mexicana.

EL OFICIO DEL POETA CONSISTE EN APRENDER A VIVIR POÉTICAMENTE

David, hijo del poeta Efraín Huerta y de la destacada feminista Mireya Bravo, explicó que “la poesía no es solamente algo que se hace, como poner una palabra detrás de la otra en la computadora o en la hoja en blanco, sino es aprender a vivir de una manera que yo llamo vivir con los ojos y los sentidos abiertos”.

De acuerdo con el autor, “el oficio del poeta consiste en aprender a vivir poéticamente” y persigue el mismo objetivo que el filólogo y el lingüista: satisfacer “una curiosidad enorme por cómo funciona el lenguaje y cómo podemos hacer que funcione de una manera más plena”.

“El oficio del poeta consiste en una exploración constante de las posibilidades del lenguaje”, apuntó.

El autor de “Cuaderno de noviembre” (1976), “Huellas del civilizado” (1977), “Versión” (1978), “Los objetos están más cerca de lo que aparentan” (1990), “La sombra de los perros” (1996), “La música de lo que pasa” (1997) y “El azul en la flama” (2002), dijo no saber si la riqueza del lenguaje “es infinita, pero es enorme, muchísimo más allá de lo que todos los días podemos discernir”.

LA POESÍA TIENE EL PODER DE HACERNOS CAMBIAR

“Uno no es la misma persona antes de leer a César Vallejo que después de haberlo leído; algo cambia y uno le toca descubrir qué es, a menos que tengamos una sensibilidad tan maltratada que no nos cambie nada”, afirmó.

Dijo que ese poder de la poesía “es un poder metamórfico” que calificó de “absolutamente extraordinario”, similar a muchas otras experiencias estéticas como las de los directores de cine o escritores.

“(Esas prácticas) tienen un ingrediente poético. No digo que sea mágico, pero especialmente entre quienes están encargados de esa tarea, poetas y artistas en general, pueden operar esas metamorfosis porque esa es la tarea del arte, cambiar a quienes somos más pobres en alguien menos pobre”, finalizó.

Al concederle el Premio FIL a Huerta, que recibirá en diciembre en la ciudad mexicana de Guadalajara, el jurado destacó “su dominio y asimilación de las más diversas tradiciones de la modernidad y las vanguardias literarias latinoamericanas”.

Rocío Cerón: “Me parece que los poemas tienen que ser viajes para el lector”

sábado, enero 19th, 2019

Rocío Cerón acaba de sacar la plaquette Materia oscura (Parentalia Ediciones). Desde allí parte con su propuesta vanguardista. Desconfía de la narrativa y cree mucho en la música y en las redes sociales. “La poesía mexicana, sobre todo en las generaciones más recientes, está hablando de otros temas, hablando desde otras perspectivas y poniendo a la poesía en función de otros medios”, dice en esta entrevista.

Ciudad de México, 19 de enero (SinEmbargo).- Rocío Cerón nació en 1972. Acaba de sacar la plaquette Materia oscura (Parentalia Ediciones) y desde ese lugar, con 20 poemas escritos en un espacio acotado, sacar a relucir todo lo que tiene en función de su oficio.

Desconfía de la narrativa (esas novelas que se hacen iguales a las otras, más o menos dice), pero interactúa con todas las otras artes, desde la música hasta la danza y por supuesto las llamadas redes sociales.

El poema tiene que ser una viaje y la materia oscura es eso que pasa entre dos personas, eso que pasa entre la persona y el mundo, pero que no se ve, que no tiene un espacio objetual. Digamos que la materia oscura es la esencia humana, eso que somos y como nos expresamos.

–¿Cómo fue hacer esta Materia oscura, no tenías ninguna otra cosa más que el papel?

­–Hay una cosa que probablemente no a todos los autores les encanta hacer que son libros por encargo, a pedido. En este caso, Materia oscura, que en realidad viene amarrado con el libro El observante, de la casa Barragán, que ya hice, salió a pedido de del editor de Parentalia. Me dijo: son sólo 20 poemas. Lo que hice fue escribir sobre un asunto que ya tenía yo en la cabeza y escribir poemas específicamente sobre materia oscura. ¿Cómo armé una concentración, un desarrollo poético en 20 poemas? Desde ahí partió.

–¿Te interesan las plaquettes?

–Es la primera vez que lo hago. Me di licencia a explorar justo esta idea de que 20 poemas funcionen en una unidad poética. Ahí juega la materia oscura, que no se ve, donde hay varias líneas de lectura, polisémicas, el poema tiene muchas capas para que el lector encontrara siempre nuevas cosas y que el poema siempre esté dando algo.

En estos ejercicios tensores sucede materia oscura. Foto: Dirk Skiba/Facebook

–Pienso en los 20 poemas de amor de Pablo Neruda, un poeta del que estás muy lejos.

–Sí lo es. En mi caso fue cómo decir en forma muy breve esta materia oscura tan tensa y al mismo tiempo tan expandida, como el epígrafe de Rothko, que dice “Todo lo que sucede adentro, en estos cuadros, en realidad está explotando afuera”. En estos ejercicios tensores sucede materia oscura.

­–¿Qué es materia oscura?

–Para mí es lo que sucede en la mirada. Esto que no vemos, pero sucede en el espectro, entre dos miradas que se encuentran, que se sienten, que palpitan, pero es también el odio, el amor, el miedo, que no existe. No hay objetualmente algo que revele esas sensaciones. El espectro del miedo, de la violencia, del amor, en realidad no existen pero se siente en la piel. Sientes casi el bien del deseo cuando aparece alguien, no hay nada materialmente que hable de esa atracción que tienes por esa persona.

–¿La tristeza también?

–Sí, claro, la tristeza tiene una ola, los poemas hablan justamente de eso, de los espectros, es como un libro que tiene que ver con esas fuerzas que se convierten en paisajes electromagnéticos, en esta materia oscura que vive con nosotros.

–Es interesante porque estamos hablando todo el tiempo de lo que es material y sin embargo estas fuerzas son la esencia de la vida.

–Son inmateriales, si te das cuenta también hay algo que me parece importantísimo y que estamos tan conectados a la pantalla que nuestras relaciones también son profundamente inmateriales. A veces te comunicas a la distancia, pero el espectro que hay de esa emoción, del miedo, del amor, de la melancolía, va mucho más allá del espacio y del tiempo. A veces nos recorre como país y decimos el país nació de malas.

–Tratas a la poesía con cierto aire vanguardista, ¿es así?

–La poesía mexicana, sobre todo en las generaciones más recientes, está hablando de otros temas, hablando desde otras perspectivas y poniendo a la poesía en función de otros medios. Me parece absolutamente saludable, aunque nada novedoso. La poesía siempre ha sido la fuente de experimentación del lenguaje y del arte. No es nuevo. Lo que es nuevo ahora son las plataformas en las que estás jugando con la poesía digital, con los memes o con el propio cuerpo. Me gustaría sentir que la vanguardia que estoy haciendo es como llevar hacia el límite el lenguaje. Yo escribo, pero Materia oscura tiene estas salidas escénicas, performáticas, donde la deconstrucción del poema empieza a crearse como en un estado que de pronto se convierte en una experiencia física. Puedes ir a una performance mía y físicamente sentir como una cosa eléctrica. Yo lo siento y esto va de ida y vuelta. El espacio-tiempo del poema y en el cuerpo del otro provoca otra cosa que no es la lectura solamente. Me parece que los poemas tienen que ser viajes para el lector. La vanguardia tiene que ver con eso con generar en el espectador, en el lector, viajes, como si fuera un viaje de LSD. Eso me parece alucinante.

La poesía siempre ha sido la fuente de experimentación del lenguaje y del arte. Foto: Facebook

–¿Qué tipo de lectores buscas?

–No busco a ningún tipo de lectores, pero me he encontrado con lectores de todo tipo. Un poema se les queda rondando y me hacen una disertación sobre ese verso. Uno sabe lo que está diciendo, pero cómo llega es un misterio; en la fisura del poema, en su misma estructura orgánica, permite que ciertos lectores entren en él y salgan de él, encontramos sorpresas que uno no alcanza ni siquiera a ver. Son lectores creo yo que están abiertos a este tipo de exploración, saben que esto no es necesariamente esto. Hay más cosas atrás que significa mucho más. El lector entiende lo polisémico, lo fragmentario. La materia oscura, que no se ve, que solamente se siente en estos flujos gravitatorios es como el amor, como el odio, como el miedo.

Materia oscura es esto que no vemos, pero sucede en el espectro, entre dos miradas que se encuentran. Foto: Parentalia Ediciones

–Interrelacionas con muchos mundos, menos con la narrativa.

–La narrativa y yo no somos uno mismo. Tengo muy buenos amigos narradores, novelistas, cuentistas y tengo una profunda admiración por ejemplo en Élmer Mendoza. ¿Cómo puede llevar el hilo conductor de las voces y del entretejido, de todo su universo, a una novela? Tengo a muchos amigos poetas que se han pasado a la novela, entre otras cosas porque les da una mejor salida económica. Creo que los grandes narradores tienen alma de poeta, desde Élmer Mendoza a Paul Auster, a Roberto Bolaño, lo que sucede es que me parece que veo a la narrativa y por eso la veo con desconfianza, es que se ha colocado en una posición tan privilegiada, tan “mercadeable”, que publican novelas vanas, que no van a pasar más de una década. Hay todo un mercado que hace a estos autores como grandes autores de novelas, que van a todas las ferias, que viajan por todos lados, pero su libro en realidad no lo amerita. Hay una falsedad en la narrativa que me produce mucha desconfianza.

–Es cierto. Ahora cualquiera es escritor.

–Sí, claro. Te tomas un taller de novela y al terminar publicas tu historia. Bajas un programa de software y haces tu novela. Hay muchísimas novelas que parecen que están cortadas por la misma línea. La poesía es tan complicado escribir un buen poema, tan difícil, hay menos formas de falsear.

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RESEÑA | Templos, de Genaro Ruiz de Chávez: Los hombres torcidos en el zoológico

sábado, septiembre 29th, 2018

Además de poeta Genaro Ruiz de Chávez Oviedo es un filósofo. Su quehacer poético en Templos (CDMX, Literal, 2018) desentraña parte de la existencia del ser contemporáneo. Rastrea a un pequeño grupo de personajes chilangos, esencialmente chilangos —con todas las implicaciones filosóficas que esta categoría tiene—, los examina y los disecciona para mostrarnos que el mundo actual es un zoológico (la Ciudad de México como uno de los peores).

Ciudad de México, 29 de septiembre (SinEmbargo).- Es el zoológico de las emociones humanas, del que nadie quiere ser protagonista. En este libro se consagra la ira, la miseria, el tedio, la frustración, el horror, la zozobra, la melancolía, el sentimiento atroz que deja la derrota ante la lucha contra el sistema  —del que todos salimos aniquilados—, la depresión típica del Godínez (otra categoría filosófica que el autor explora), y la memoria de días felices que se consumen en la pira de fuego de la cotidianidad laboral.

En Templos estas emociones se magnifican y se pervierten debido al estilo poético de Genaro, el cual es el resultado de una personalísima asimilación del rock más garage, la excelsa poesía novohispana, los altos tonos del spoken word.  En este libro ese estilo se alimenta de la música que produce la oralidad de la gran urbe azteca, se alimenta del discurso de las redes sociales, la influencia de la música, el cine o los videojuegos sanguinarios, todo este discurso va de la narrativa poética, a la oración, a la arenga, al sermón, a la diatriba que advierte sobre todo tipo de catástrofes interiores.

Guadalupe Guadaña, Cammy Contreras, Harry Haller, Mowgli Mogoñón, Genaro Ruiz de Chávez Oviedo, todos personajes que aparecen en el libro rindiendo culto en sus templos particulares. El autor lo advierte, así como hay templos comunitarios hay templos personales, en éstos el rito de la devastación se lleva a cabo. Cada uno de estos personajes tiene los suyos propios y en cada templo habitan deidades precisas. Pero algo hermana a los personajes, todos llevan dentro de sí mismos una sola sangre: combustible y sobre todo combustible. Todos arderán. Porque todos son hombres torcidos. Hombres y mujeres torcidos y retorcidos como tú y como yo. ¿Hueles el incienso de los Templos?¿Hueles la catástrofe?

Un proyecto de Literal. Foto: Especial

Ahora hablemos de un personaje que muestra sus credenciales a lo largo del libro: Guadalupe Guadaña. Algo o mucho de Genaro Ruiz tiene este Guadaña. Hombre de ciudad que se nutre/ de la mística de una oficina de contables./ Junta la nervadura de su efigie/ Los hatos de soberbia./ La memoria de sus músculos./ Amárralo todo y mira: toma la forma de un hombre reseco listo/ para el fuego.¿O será todo lo contrario, mucho de Guadaña tendrá el autor que se hace pasar por personaje?

Este es el mensaje que nos entregará Guadaña antes de la función. Todos seremos espectadores de la desgracia ajena. Comemos palomitas sólo mientras llegue nuestro turno de arder. Espero que nunca les pase. Espero que nunca me pase. Aunque en el fondo sabemos que es un evento inevitable, uno anda a ciegas, a trompicones, esforzándose por “salir adelante”, y uno saldrá sin darse que la única salida ya no existe. No podemos revertir nuestra esencia, hemos de consumirnos en nuestros propios templos. Somo seres torcidos, seres leña, seres Guadaña. “Tenemos el alma parchada”, dice Cammy Contreras. Así pasamos los días de escarnio y saña, dice Ruiz de Chávez.

Se trata de mirar para ser mirados. Miras por la ventana hacia el mundo pensando, imaginando, soñando que tú eres la mano que provoca la devastación, en verdad es lo que deseas, deseas ser tú la cobradora, deseas ser el agiotista. Eso es lo que deseas en el fondo, este deseos es otra forma de arder. Guadalupe Guadaña observa los pájaros desde la ventana de la oficina. Se siente observado. Piensa en la gente del primer mundo. Sus tragedias de pacotilla. Juega con la idea de sacar ficha para el próximo tiroteo. Ríe./ «¿Algo no está bien contigo, verdad?» pregunta Cammy Contreras.  Algo no está bien con los lectores de Ruiz de Chávez, de esto no hay duda.

Pero nada está bien, nada estará bien. Para amortiguar el peso de la realidad sólo basta una máxima: Compro todas mis alegrías, luego no tengo nada… dice Genaro Ruiz que dice Guadalupe Guadaña que dice Zizek que dice Marx, y etcétera. Somos consumidores en busca de refugio, pero no buscamos cualquier refugio. Nos arrastramos en busca del gran y absoluto Templo (¿existe? ¿es la belleza? ¿el placer?). Nos conformamos, muchas veces, con pequeños Templos, y aquí es donde la poesía estalla en polillas negras, en acordes de una frenética guitarra post punk, de una batería garaje, del sublime fuego de las pasiones contenidas que de tanto contenerse se desbordan. Pero sepan que a estos Templos no se accede con facilidad, hay que saber los códigos, hay que conocer las señales, las contraseñas. Do you have any tobacco, William Blake? ¿Alguien tiene un poco de mezcal?

El mexicano Antonio Deltoro gana el premio Poetas del Mundo Latino

lunes, octubre 5th, 2015

En la conferencia de prensa, el poeta mexicano expresó su satisfacción por el premio y destacó la importancia de impulsar la poesía en una época de “consumo”.

Antonio Deltoro y Yolanda Pantin ganan el premio Poetas del Mundo Latino 2015. Foto: EFE

Antonio Deltoro y Yolanda Pantin ganan el premio Poetas del Mundo Latino 2015. Foto: EFE

México, 5 oct (EFE).- El autor mexicano Antonio Deltoro y la venezolana Yolanda Pantin ganaron la XVII edición del premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval 2015, reveló hoy el Seminario de Cultura Mexicana (SCM).

“Pantin es una de las poetas más reconocidas en Venezuela, que cuenta con un discurso firme de una sutileza extraordinaria”, mientras Deltoro tiene “una voz propia” que “se fija en las esencias de la vida diaria” y maestro de poetas de varias generaciones, dijo la presidenta del SCM, Silvia Molina, en rueda de prensa.

Deltoro (Ciudad de México, 1947) “es uno de los autores más sólidos de la poesía mexicana”, afirmó Molina, quien destacó que el reconocimiento a la venezolana servirá para estudiar y difundir su “extraordinaria obra” en este país.

En la conferencia de prensa, el poeta mexicano expresó su satisfacción por el premio y destacó la importancia de impulsar la poesía en una época de “consumo” y en la que la gente ya no “saborea” la vida cotidiana.

Por su parte, Pantin (Caracas, 1954) expresó a Efe en una entrevista telefónica su alegría por ser galardonada en un país que “admira mucho” y del que siempre ha “estado atenta”.

Confesó que la poesía surge en ella como “golpe del lenguaje” y que son sus circunstancias personales y políticas las que la obligan a escribir.

Esta poeta, ensayista, editora y autora de libros infantiles indicó que le es imposible sólo “ver a su país desde la ventana (…), la poesía siempre encuentra salidas, a pesar de los obstáculos”..

La ceremonia de premiación se llevará a cabo durante la decimoséptima edición del Encuentro de Poetas del Mundo Latino, que se celebrará del 22 al 27 de octubre en la capital mexicana y en el central estado de Aguascalientes.

El evento reunirá a más de 30 autores que escriben en lenguas de origen latino, para que la poesía tenga un “eco y permanezca”, dijo la directora de literatura de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Rosa Beltrán.

Este galardón fue creado en 2007 para rememorar la trayectoria del poeta mexicano Víctor Sandoval (1929-2013) y tradicionalmente se concede a un autor mexicano y a otro del mundo literario latino.

El año pasado fue otorgado al portugués Nuno Júdice y al mexicano Francisco Hernández.

Elías Nandino destacó en la poesía con su obra y el apoyo a nuevas voces

viernes, octubre 2nd, 2015

México, 2 Oct (Notimex).- El poeta y doctor mexicano Elías Nandino Vallarta, recordado a 22 años de su muerte que se cumplen mañana, fue impulsor de diversas revistas que dieron con las nuevas voces en la poesía nacional.

Editó la colección de cuadernos “México Nuevo”, fue director de “Cuadernos de Bellas Artes”, la cual dirigió de 1960 a 1964, y la revista literaria “Estaciones” (1956-1960), dónde surgieron autores como Carlos Monsiváis (1938-2010), José Emilio Pacheco (1939-2014) y Elena Poniatowska (1932), de acuerdo con datos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Elías Nandino nació el 19 de abril de 1900 en Cocula, Jalisco, fue hijo de un comerciante acomodado y sus primeros estudios los realizó en su pueblo natal.

Posteriormente se trasladó a Jaconá, Michoacán, después a Guadalajara donde terminó la preparatoria y cursó el primer año de la carrera de Medicina.

Abandonó sus estudios en Guadalajara para trasladarse a la capital del país, donde ingresó a la Escuela Nacional de Medicina. En 1930 se graduó de médico cirujano, trabajo en el Hospital Juárez y Traumatología de la Cruz Verde, de acuerdo con el sitio www.omnibiography.com.

Durante esa época forjó amistad con el grupo de poetas que más tarde sería denominado “Los Contemporáneos”, por la revista homónima en la que, sin embargo, Elías no participó, pero mantuvo una relación estrecha con Xavier Villaurrutia (1903-1950), Salvador Novo (1904-1974), Gilberto Owen (1904-1952) y Jorge Cuesta (1903-1942).

Elías Nandino plasmó temas del amor, la duda y la muerte como una constante en todas sus obras, ya que con la muerte de su hermana Beatriz, dos años menor que él, descubrió en la escritura una manera de limpiar su alma.

En 1949 falleció su padre, don Alberto Nandino, a quien le dedicó el poema “Nocturno difunto”, en 1950 murió su entrañable amigo Villaurrutia; en 1955, año en que pública “Nocturna Suma”, falleció su madre María Vallarta Sepúlveda, con estos hechos trabajó de manera obsesiva con temas relacionados a la muerte, de acuerdo con el sitio www.uam.mx.

De acuerdo con el perfil publicado en el sitio www.conaculta.gob.mx, su aportación a la poesía y el impulso hacia los jóvenes llevó a la creación del Premio Nacional de Poesía Joven “Elías Nandino”, el cual fue convocado por primera vez en 1975 por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el gobierno de Jalisco con el nombre de Premio de Poesía Joven de México y desde entonces se ha organizado anualmente.

Elías Nandino Vallarta, quien obtuvo el Premio Nacional de Literatura y el Premio de Poesía de Aguascalientes, murió el 3 de octubre de 1993, refirió el Conaculta en su página web.