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El 75% en México puede reunir un aguinaldo de la alta burocracia si no gasta un peso en 3 a 13 años

sábado, diciembre 15th, 2018

Por Ley, los servidores públicos tienen derecho a un aguinaldo de hasta 40 días de salario, además de su “gratificación de fin de año”. Así, en promedio, la alta burocracia mexicana cerrará 2018 con 425.3 mil pesos netos más en sus bolsillos. En comparación con la mayor parte (75 por ciento) de los trabajadores nacionales que tienen ingresos de menos de uno a más de cinco salarios mínimos, los aguinaldos de la élite política son entre 17 y 321 veces mayores.

Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).- Para el 75 por ciento de los mexicanos (40.4 millones de personas) que percibe entre uno y cinco salarios mínimos mensuales, juntar los miles de pesos de aguinaldo que recibirán los altos funcionarios públicos de México, implicaría ahorrar la totalidad de su salario neto por un periodo de tres a 13 años, según su nivel salarial.

De acuerdo con el Artículo 42 Bis de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, los funcionarios públicos tienen derecho a un aguinaldo “equivalente a 40 días del salario, cuando menos, sin deducción alguna”.

A ello se suma la “gratificación de fin de año” que reciben junto con su aguinaldo. Dicha gratificación, que es proporcional a la “compensación garantizada” que reciben como parte de su salario, es asignada según su nivel de puesto y hasta por un monto equivalente a 40 días de trabajo adicionales (artículos 12 y 13 del decreto DOF:05/10/2018).

Por ejemplo, el Presidente de la República –según el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018– tiene derecho a percepciones netas por 259 mil 627.58 pesos mensuales. De esa cantidad, el 20 por ciento es salario y el 80, compensación garantizada. Así, el primer mandatario tiene –o tenía– un aguinaldo de 82 mil 806 pesos, además de una gratificación de 340 mil 822 pesos.

Por fórmula, el aguinaldo neto del Presidente debería ser equiparable a 40 días de su salario neto (346 mil 170.11 pesos). Pero con el beneficio de la gratificación, esa cantidad se vuelve 22 por ciento mayor (asciende a 423 mil 628 pesos netos).

En comparación, el trabajador promedio, de acuerdo el Artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo, tiene derecho a un aguinaldo “equivalente a 15 días de salario, por lo menos”. Con un salario como el del 75 por ciento de la población, esta cantidad asciende a un mínimo de entre 1 mil 325.40 y 6 mil 627 pesos.

Los trabajadores que tienen ingresos de uno a dos salarios mínimos –como vendedores de mostrador (100 pesos diarios), albañiles (115), choferes de carga (118), mecánicos (120), trabajadores sociales (130 pesos diarios), entre otros– y que componen el 44 por ciento de la población económicamente activa (PEA) ocupada, tienen aguinaldos entre 160 y 320 veces menores al del Presidente.

A finales de febrero de 2018, hubo trabajadores que se manifestaron en contra del cobro del ISR en sus prestaciones y aguinaldo. La exención de impuestos de este tipo, también es un beneficio de Ley para los servidores públicos. Foto: José I. Hernández, Agencia Cuartoscuro.

La remuneración y prestaciones de los servidores públicos son adecuadas al “desempeño de su función”, porque “reconoce el cumplimiento eficaz de las obligaciones inherentes al puesto”, o al “logro de resultados sobresalientes”, se lee en los artículos 127 constitucional, 64 de la Ley Federal del Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, así como en los apartados 3 y 6 de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos.

Este aspecto contrasta con los resultados de la última Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG), según los cuales, sólo el 39 por ciento de la población mexicana confía en los funcionarios públicos, cantidad superior a la confianza depositada en los gobiernos estatales (29.3) y federal (25.5 por ciento).

El tema de la reducción de percepciones y beneficios por parte de los servidores públicos cobró importancia derivado de las recientes medidas de austeridad, anunciadas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Sin tocar el debate sobre una justificación real –o no– de los ingresos y beneficios que reciben los servidores públicos, en la Administración Pública Federal existe “un manejo discrecional” de los criterios que determinan la base salarial de los cargos públicos, concluye el estudio “Análisis de puestos y sueldos de personal de mando en la Administración Pública Federal 2018”, realizado por el profesor Luis Alfredo Sánchez Ildefonso, del Centro de Estudios en Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En su análisis de las estructuras organizacionales de las secretarías de Estado, Sánchez recomienda una revisión y redistribución de las estructuras orgánica y de remuneraciones en el sector público, con mecanismos “de evaluaciones del desempeño objetivas y un servicio civil de carrera funcional, para evitar la asignación de sueldos que no correspondan a las realidades y necesidades de la institución ni del servicio público”.

GRANDES INCENTIVOS

Desde la reforma (2009) al Artículo 127 constitucional, “ningún servidor público podrá recibir remuneración […] por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el Presidente de la República”.

El 5 de noviembre de este año, la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, que reglamenta los artículos 75 (sobre los tabuladores salariales en el PEF) y 127 constitucionales, entró en vigor tras ser publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

Sin embargo, un mes después, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró acciones de inconstitucionalidad en su contra y le dio marcha atrás.

A pesar de ello, el siguiente año “nadie ganará más que [Andrés Manuel] López Obrador como lo ordena la Constitución”, ya que en el PEF 2019 “se ajustarán los salarios” para garantizarlo, aseveró la semana pasada el Diputado Mario Delgado, coordinador del grupo parlamentario del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en la Cámara Baja del Congreso de la Unión.

Mientras el PEF 2019 entra en vigor, según los tabuladores para este año, aún hay funcionarios con ingresos superiores a los del Presidente de la República. Entre ellos están algunos magistrados de la SCJN y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), así como algunos consejeros del Consejo de la Judicatura Federal.

En tales circunstancias estarían, por ejemplo, los magistrados del máximo tribunal mexicano, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Fernando Franco González Salas, Luis María Aguilar Morales y Margarita Beatriz Luna Ramos, quienes comenzaron a desempeñar sus funciones antes de la reforma de 2009.

Según las disposiciones de la base III del Artículo 6 de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, “en ningún caso se cubre una remuneración con efectos retroactivos a la fecha de su autorización, salvo resolución jurisdiccional”. Es decir, las partidas salariales no pueden ser modificadas con leyes posteriores a su establecimiento, salvo sea por orden del Poder Judicial.

Los tabuladores de la SCJN refieren que estos cuatro magistrados tendrían un salario máximo neto de 269 mil 215 pesos mensuales. Los otros siete magistrados que llegaron a la Suprema Corte después de 2009, tendrían un salario máximo de 159 mil 282 pesos mensuales.

En cualquier caso, ganarían más de los 108 mil pesos mensuales que AMLO dice ganar.

A reserva de los tabuladores de la SCJN, el PEF 2018 indica que los magistrados tienen salarios de 388 mil 290.75 y 247 mil 078.17 pesos mensuales, en comparación con los 259 mil 627.58 pesos de remuneración para el jefe del Ejecutivo Federal.

De este modo, un magistrado de la SCJN tiene derecho a un aguinaldo neto –que incluye la compensación garantizada– de 586.3 mil y de 385.6 mil pesos, según sea el caso. Esta cantidad sólo es igualada por los aguinaldos de algunos magistrados del TEPJF (entre 586.3 y 386.6 mil pesos) y de ciertos consejeros del Consejo de la Judicatura Federal (entre 586.3 mil y 378 mil pesos).

A ellos siguen los secretarios de Estado (563.9), los consejeros del Instituto Nacional Electoral (503.3), el Presidente de la República (423.6), el presidente del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (418.7), el titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (406.3), el Auditor Superior de la Federación (404.3), los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia y de Acceso a la Información (399.3), los consejeros del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (393.4), los senadores (242) y diputados (140.5), además de los gobernadores (125.3 mil pesos, en promedio).

Inclusive para el 4.5 por ciento (2.4 millones de personas) de la PEA ocupada, que recibe más de cinco salarios mínimos mensuales (de 13.3 mil pesos mensuales en adelante), alcanzar el monto equivalente al aguinaldo promedio (425.3 mil pesos netos) de estos altos funcionarios públicos, es una labor titánica.

Una persona que gana 50 mil pesos mensuales, por ejemplo, tiene derecho a un aguinaldo de 25 mil pesos. El aguinaldo de un año de un alto funcionario público es, entonces, equivalente a 17 años de aguinaldo de un trabajador que gana 50 mil pesos al mes.

Inclusive, si este trabajador ahorrara todo su salario mensual neto, tardaría 8 meses y medio en obtener el monto neto de las gratificaciones de fin de año de la alta élite política de México.

El aguinaldo, para cualquier mexicano, es indispensable. Más si consideramos que el 43 por ciento de los trabajadores lo usará para comprar regalos, además del 24 por ciento que lo destinará al pago de la cena de Navidad y el 32 por ciento que lo ahorrará, según datos de la Comisión Nacional para Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Este ingreso es de especial provecho para el 16.1 por ciento de la PEA ocupada (8.7 millones de personas) que se encuentra en “condiciones críticas de ocupación”, de acuerdo con el Inegi.

Dichas condiciones aluden a personas “que se encuentra trabajando menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, más la que trabaja más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo, y la que labora más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos”.

Sólo en subvenciones y apoyos (y a febrero de 2018), los diputados nos han costado 2.7 mil millones

domingo, agosto 26th, 2018

Cada Diputado federal de la Legislatura que se va costó a los mexicanos 5 mil 328.11 pesos diarios. Además de ese monto por salarios reciben subvenciones por formar parte de un grupo parlamentario, lo que año con año implica la erogación de más de mil millones de pesos para cubrir actividades complementarias [no definidas en la Ley, pagar gestorías y asesorías, así como apoyos a la función legislativa y extraordinarios cuyo derrotero no es posible conocer a cabalidad.

El gasto de la Cámara baja es “excesivo”, dijo a SinEmbargo Jaime Hernández Colorado, investigador del CIDE. Por eso, la necesidad de un “un rediseño de las reglas de asignación de recursos de los partidos políticos, con base en sus necesidades presupuestales reales, para el cumplimiento de sus obligaciones y su operación administrativas”, añadió.

Según el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018, el 58.3 por ciento del pago por “servicios personales” de la Cámara de Diputados [que equivale al 64.4 por ciento del presupuesto total para los diputados] se va en remuneraciones. Y el segundo apartado del presupuesto que más dinero recibe, el de “servicios generales” [16 por ciento de todo el presupuesto], incluye las “asignaciones a los grupos parlamentarios”, cuyas subvenciones corresponden al 38.55 por ciento del monto total del rubro.

Ciudad de México, 26 de agosto (SinEmbargo).- Los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados gastaron 2 mil 787 millones 479 mil 877.05 pesos entre septiembre de 2015 y febrero de 2018, por concepto de “subvenciones” y “apoyos” para el “adecuado desarrollo de las actividades parlamentarias”. Este año, como parte de las “asignaciones a los grupos parlamentarios” del Presupuesto de Egresos de la Federación, tienen 521 millones 654 mil pesos más, sin que se sepa, a ciencia cierta, cómo y en qué será invertido el dinero.

Los 2.7 mil millones de pesos erogados –equiparable, por ejemplo, al presupuesto de la SEP de este año para mejorar 1 mil 651 escuelas en 17 entidades federativas– forman parte de recursos aprobados y utilizados por los partidos políticos sin un control adecuado, dijo a SinEmbargo Jaime Hernández Colorado, coordinador ejecutivo del programa Interdisciplinario de Rendición de Cuentas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

El gasto que se les asigna a los diputados “está lejos de ser racional, pues es a todas luces excesivo. No digo que se deba eliminar, sino ajustar con una lógica racional para que garantice el funcionamiento adecuado de las estructuras partidistas, pero nada más”, expuso el investigador.

Según la información disponible en la Gaceta Parlamentaria, entre septiembre de 2015 y febrero de 2018, el PRI se hizo de 1 mil 045 millones 402 mil pesos por esta vía. Le siguieron el PAN (551 millones 849 mil 740 pesos), el PRD (469 millones 822 mil 097.05 pesos), el PVEM (229 millones 747 mil pesos), MORENA (193 millones 652 mil pesos), MC (121 millones 698 mil pesos), PANAL (84 millones 274 mil pesos) y PES (91 millones 035 mil 040 pesos).

Los montos corresponden a cinco tipos diferentes de subvenciones, además de “apoyos a personal” y “otros ingresos” de los grupos parlamentarios. De las subvenciones, una es fija –lo que quiere decir que el monto para cada grupo parlamentario, sin importar el número de integrantes, es igual– y es utilizada para “actividades complementarias” (que no están definidas en la ley). En los últimos tres años, este tipo de estipendio fue de 12 millones anuales para cada partido político.

Las cuatro subvenciones restantes, son calculadas por la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) de la Cámara de Diputados, según el número de integrantes de cada grupo parlamentario (hay uno por cada partido político que cuente con diputados en la Cámara, y debe ser integrado por al menos cinco legisladores, de acuerdo con el artículo 26, base II, de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos).

Fuentes al interior de las secretarías Técnica y de Transparencia de la JUCOPO en la Cámara Baja, confirmaron a SinEmbargo que las designaciones presupuestales para los grupos parlamentarios son establecidas “por acuerdo entre los partidos políticos”. Más allá de esa explicación, el mecanismo con que la JUCOPO calcula los montos para cada bancada, es un enigma.

En la actualidad, la JUCOPO de la Cámara de Diputados está compuesta por ocho legisladores. Entre sus atribuciones administrativas están la elaboración del anteproyecto de presupuesto anual de la Cámara. Foto: Senado de la República.

El importe de las subvenciones que se entreguen a los grupos parlamentarios “se obtendrá multiplicando la cantidad que determine la JUCOPO, por el número de Legisladores en funciones que integren cada grupo parlamentario”, refiere el artículo 9 de la Norma para Regular la Transferencia y Control de Recursos Financieros Asignados a los Grupos Parlamentarios de la Cámara de Diputados.

Entre las subvenciones se encuentra la “ordinaria variable” (para “apoyos a la función legislativa”), la de “apoyos logísticos” (para gestoría) y “de honorarios” (para pagarle a asesores y consultores). Además, el artículo 11 permite a la JUCOPO “autorizar, en casos excepcionales, subvenciones especiales por única vez, para atender asuntos específicos, si existe disponibilidad presupuestal para ello”.

El PRI, PAN, PRD, PVEM, MORENA, MC, PANAL y PES gastaron, entre septiembre de 2015 y febrero de 2018, 2 mil 029 millones 811 mil 577.14 pesos por concepto de subvenciones “ordinarias variables”; 10 millones 057 mil 223.98 pesos en “apoyos logísticos”; 111 millones 312 mil 105.80 pesos por “honorarios” (MORENA no registró gastos en este rubro); y 250 millones 035 mil 456 pesos en “subvenciones extraordinarias”.

Asimismo, los partidos erogaron 88 millones 797 mil 644 pesos para “apoyos” y “gratificaciones” para personal, además de 45 millones 414 mil 870.13 pesos correspondientes a “otros ingresos”, que recibieron PRI, PAN, PRD y PVEM.

Por lo demás, no es posible saber, a cabalidad, en qué gastaron los partidos políticos, porque no están obligados a publicar las facturas y recibos de sus egresos. La normatividad referida (artículos 15 a 23) sólo establece la obligación de presentar informes cuatrimestrales y semestrales ante la JUCOPO y la Contraloría Interna, basados en un sistema contable a consideración de cada grupo, según los formatos y la clasificación de subvenciones y rubros establecidos por ley.

A pesar de que el artículo 9 de la normatividad de recursos financieros del Congreso de la Unión establece que “en materia de adquisiciones, arrendamientos y servicios, y en la adopción e instrumentación de las acciones que para tales efectos deban llevarse a cabo, se observarán criterios que promuevan el ahorro de recursos y la eficiencia en el trabajo, así como la transparencia, la simplificación, la modernización y el desarrollo administrativo”, la realidad es que los grupos parlamentarios reciben carretadas de dinero sin rendir cuentas con total apertura.

Por ello, explicó Jaime Hernández Colorado del CIDE, hace falta “un rediseño de las reglas de asignación de recursos de los partidos políticos, con base en sus necesidades presupuestales reales, para el cumplimiento de sus obligaciones y su operación administrativas”.

EL CAMBIO QUE SE AVECINA

A finales de 2016, se suscitó una polémica en la Cámara de Diputados porque los legisladores decidieron darse un bono de 150 mil pesos, cada uno. Este regalo, que nombraron “apoyos a personal”, causó disputas entre los grupos parlamentarios, porque además del bono, como parte de sus prestaciones de fin de año, los diputados ya tenían un beneficio similar como parte de sus ingresos mensuales. Estas prestaciones, se sumaron a los apoyos que reciben de la “subvención para honorarios de grupos parlamentarios” y de la “subvención de apoyo para el personal de grupos parlamentarios”.

“No permitamos que los diputados reciban el bono escandaloso, ostentoso, ilegal e inmoral que pretende la mayoría de los legisladores recibir, cuando ya tienen su aguinaldo, su dieta, cuando tienen un ingreso mensual satisfactorio muy superior al que recibe la mayoría de los mexicanos”, dijo entonces el Diputado emecista Manuel Espino.

Según el PEF 2018, este año la Cámara de Diputados recibió 8 mil 439 millones 435 mil 153 pesos. De esta cantidad, el 64.4 por ciento corresponde al rubro de “servicios personales” (cada Diputado nos cuesta 5 mil 328.11 pesos diarios, entre salario y prestaciones) y el 16 por ciento a “servicios generales” (que incluye el paquete de subvenciones). El resto se divide en “transferencias y subsidios” (14.8 por ciento), “obra pública” (2.9), “materiales y suministros” (1.7) y “mobiliario y equipo” (0.2).

En el marco de la LXIV Legislatura (que iniciará el 1 de septiembre de 2018 y concluirá el 31 de agosto de 2021), la Diputada de Morena Dolores Padierna ha propuesto reducir el gasto de la Cámara Baja.

“El principal concepto de ahorro sería la reducción de los salarios de los mandos medios y superiores en congruencia con lo señalado en el Artículo 127 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el que se señala que ‘Ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el Presidente de la República en el presupuesto correspondiente’”, refiere su Propuesta de Reducción de Presupuesto de la Cámara de Diputados.

Según la Diputada, la percepción bruta anual de los legisladores sería reducida, para 2019, en 21.79 por ciento (de 5 mil 328.11 a 4 mil 166.66 pesos diarios). Asimismo, de las 4 mil 047 plazas con que cuenta la Cámara de Diputados, 687 tendrían una reducción salarial que permitiría un ahorro de 352 millones de pesos, equivalente al 25.7 por ciento de lo que reciben actualmente.

En el caso del capítulo presupuestal “servicios generales” (que incluye el paquete de subvenciones), los morenistas planean ahorrar 353.6 millones de pesos, con recortes que reducirían las “asignaciones a los grupos parlamentarios” a la mitad (de 521.6 a 260.8 millones de pesos). De esta forma, el capítulo entero tendría ahorros consolidados de 26.1 por ciento.

Del resto de los capítulos, el de “materiales y suministros” y el de “mobiliario y equipo” quedarían igual; el de “subsidios y transferencias sería recortado en un 50 por ciento (con un ahorro de 623 millones de pesos) y el de “obra pública” podría ser suprimido siempre y cuando no hubieran obras en proceso.

“En síntesis –refiere el documento de Padierna– las disminuciones propuestas ahorrarían 2 mil 752 millones de pesos, equivalentes al 32.6 por ciento de lo autorizado para 2018”.

Y mientras hay miles sin casa por sismos, senadores ganarán más y diputados arreglarán su sede

viernes, noviembre 10th, 2017

En la Cámara de Diputados, la última morada del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2018, se aprobó, entre múltiples cláusulas, un incremento de 200 millones de pesos para “rehabilitación y construcción” del inmueble de San Lázaro.

Ese aumento se da mientras cientos de familias en el país aún viven en las calles luego de los sismos de septiembre y exigen soluciones a las autoridades para tener otra vez un lugar dónde vivir.

Aunado a esto, en 2018, los senadores gozarán de un aumento salarial.

Ciudad de México, 10 de noviembre (SinEmbargo).- En el Presupuesto de Egresos Federación (PEF) para 2018, los senadores se aprobaron aumentos salariales y los diputados, un monto para la rehabilitación del recinto parlamentario. Y ambos, para ese año, seguirán gozando de las prestaciones que año con año se les otorgan por ley.

En el caso de los senadores, el aumento en su remuneración total anual neta, será de 89 mil 451 pesos, al pasar de 1 millón 884 mil 312 pesos a 1 millón 973 mil 763 pesos.

En su percepción bruta anual, el aumento se ve reflejado en 61 mil 715 pesos, al quedar para 2018, en 2 millones 796 mil 810 pesos.

Así su Sueldo Base quedará en 2 millones 057 mil 328 pesos.

El monto de dos de sus principales prestaciones también aumentó: el Seguro de Vida Institucional quedará en 78 mil 178 pesos tras un aumento de 20 mil 984 pesos y el seguro de Gastos Médicos Mayores será ahora de 52 mil 924 pesos, tras un aumento de 31 mil 367 pesos.

Mientras que el Seguro de Separación Individualizado y la Compensación garantizada, dos de las prestaciones más altas, seguirán como el año pasado: en 311 mil 716 pesos y en 2 millones 057 mil 328 pesos, respectivamente.

El presupuesto total que recibirá la Cámara de Senadores para funcionar en 2018, será de 4 mil 905 millones de pesos.

Carlos Ramírez Marín, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, durante la sesión ordinaria en el Congreso de la Unión dónde se aprobó el presupuesto para 2018. Foto: Cuartoscuro

En el caso de los diputados aún no es posible conocer si hubo o no un aumento, ya que en el Dictamen que se publicó el día de hoy en la Gaceta Parlamentaria, sólo están las percepciones de las que gozaron en 2017, año en que, de Sueldos y Salarios, se asignaron 1 millón 264 mil 536 pesos.

Sin embargo, en el apartado del Presupuesto referente a las adecuaciones aprobadas por la Cámara, en el Gasto Programable se añadieron 200 millones de pesos a su presupuesto total; pasó de 8 mil 239 millones 435 mil 153 pesos a 8 mil 439 millones 435 mil 153 pesos, como presupuesto total.

Ese dinero extra, señala el Presupuesto, será utilizado para “Rehabilitación y Construcción del Inmueble de la H. Cámara de Diputados”.

El monto es mayor por 13 millones 645 mil 900 pesos de lo que aumentaron para las “Acciones en materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares así como la Búsqueda de Personas y el combate a los delitos relacionados con las mismas” del Ramo 04 de Gobernación y es mayor por 88 millones 245 mil 054 pesos si se compara con el dinero destinado a Promover la atención y prevención de la violencia contra las mujeres, perteneciente al mismo ramo.

Con los 200 millones de pesos, por ejemplo, alcanzaría para entregar 2 millones de pesos que el Gobierno de la Ciudad de México dará en forma de préstamos a 100 mil familias afectadas por el sismo para poder reconstruir sus viviendas.

De acuerdo con la misma Cámara, el recinto de San Lázaro no sufrió daños estructurales tras el sismo del 19 de septiembre pasado, sólo se detectó un hundimiento en uno de los edificios, pero no representó en ningún momento, riesgo de colapso.

“Los tres peritajes que se realizaron estos días fueron de estructura, de cimentación y de topografía y no hay daño estructural en la Cámara. Los cimientos de todos los edificios están perfectamente bien, pero tenemos inclinación y hundimiento en el edificio H, que se tiene que remediar de inmediato, por lo tanto, aunque no presenta riesgo de colapso, no puede entrar nadie”, informaron en un comunicado tan solo una semana después del sismo.

Las familias afectadas que a casi dos meses del temblor viven en las calles han protestado en contra de la política de préstamos y en la Ciudad de México han realizado bloqueos para exigir que el dinero de la reconstrucción sea aplicado a sus viviendas.

La clase política felicitó a los diputados que en madrugada, aprobaron el PEF; el más cuantioso de todo el sexenio de Enrique Peña Nieto, al ser de 5 billones 279 mil 667 millones de pesos.