Posts Tagged ‘Milena Busquets’

“No desaparecerá la pulsión editorial. Somos orgullosos e irreductibles”: Jorge Herralde

sábado, julio 21st, 2018

“El gran ingeniero editorial”. Homenaje a Jorge Herralde. Máster en Edición de la Universidad Pompeu Fabra

Ciudad de México, 21 de julio (SinEmbargo).-Editores, escritores, agentes literarios, libreros y jóvenes estudiantes se han reunido esta tarde en Barcelona para participar en el homenaje a Jorge Herralde, “el gran ingeniero editor”, que ha organizado el Máster en Edición de la Universidad Pompeu Fabra, donde también ha impartido cursos.

Considerado uno de los mejores editores literarios del mundo, Herralde fundó hace 49 años editorial Anagrama, con un catálogo de unos 4.000 títulos y fue su director entre 1969 y 2017, cuando pasó el testigo a Silvia Sesé, tras haber llegado a un acuerdo con el grupo italiano Feltrinelli, que actualmente es el propietario.

El acto ha empezado con la intervención del director del Máster, Javier Aparicio Maydeu, quien ha glosado la figura del homenajeado y ha destacado su “matemático equilibrio entre lo que hay que leer y lo que hay que vender”.

Por problemas familiares, no ha podido asistir Carlo Feltrinelli, quien, sin embargo, ha hecho llegar un escrito sobre su “gran amigo” y “un gigante de la cultura europea contemporánea”.

“En este contexto -ha proseguido Feltrinelli- la obra de Herralde representa aún más una brújula para continuar una aventura necesaria e ineludible”.

Antes de que Herralde tomara la palabra, la subdirectora del Máster, Carlota Torrents, ha rememorado aquel mes de mayo de 1997 cuando se inició el proyecto y el creador de Anagrama protagonizó una clase magistral en la que expuso cómo debía ser un proyecto editorial.

Según el documento, que Torrents guarda plastificado, tiene que ser “coherente, reconocible y riguroso, aunque sin rigor mortis” y también ha de saber “resistir a la ganancia inmediata” y saber decir que no “mejor a un primer libro que a un segundo o a un tercero”, actuando el editor como un “Doctor No”.

No olvidaba en ese escrito la importancia de la promoción, de los agentes literarios, de los cambios tecnológicos y acababa aseverando que es “incompatible” ser a la vez escritor y editor.

Su esposa Lali Gubern, quien le ha acompañado a lo largo de los años, también ha intervenido y ha rememorado cómo en estas casi cinco décadas han tejido relaciones de amistad con otros editores y escritores como Tom Wolfe, Charles Bukowski, con quien vivieron una “desopilante” cena en Los Ángeles, Sergio Pitol, Ricardo Piglia, Patrick Modiano, Kazuo Ishiguro y Richard Ford.

Afiche de la Pompeu Fabra. Foto: Especial

Los estudiantes del último curso del máster han iniciado entonces un turno de preguntas en las que Herralde ha hecho gala de su particular ironía y británico sentido del humor aseverando que nunca se ha arrepentido de haber escogido este oficio y tampoco ha dejado pasar que está “absolutamente vacunado contra las peripecias del ego, viendo y sufriendo el de los escritores, con dimensiones descomunales”.

Ha dejado caer que escoger a Silvia Sesé ha sido uno de los mayores aciertos de su vida editorial”, ha mostrado su preocupación por Amazon, ha negado que Anagrama haya publicado nunca un libro malo y ha bromeado que el consejo que da a un joven que quiera ser editor es que pase antes como becario por Anagrama.

Ya al final, se ha mostrado muy honrado y emocionado con el homenaje, recordando a otros editores con los que ha mantenido una relación de amistad, desde Juan Manuel Lara a Núria Cabutí, y ha reflexionado: “Atravesamos tiempos de incertidumbres en los que todo conspira contra la lectura, las librerías, con concentraciones editoriales cada vez más concentradas, en una sociedad del algoritmo, pero hay más editoriales que nunca”.

A su juicio, “no desaparecerá la pulsión editorial” porque “somos una secta orgullosa e irreductible”.

Antes de terminar el discurso, ha citado a unas cuantas editoriales barcelonesas, desde Janés y Barral, a Lumen, Tusquets o Edicions 62, afirmando que “Barcelona es la patria de la edición en lengua española y literaria” y ha dicho que no podía terminar sin mencionar a cinco de sus autores, ya fallecidos: Carmen Martín Gaite, Roberto Bolaño, Ricardo Piglia, Rafael Chirbes y Sergio Pitol.

Sin ellos, ha concluido, Anagrama y su vida “no hubieran sido las mismas”.

Entre el público había escritores como Sergi Pàmies, Núria Amat, Milena Busquets, Jordi Puntí, Jordi Gràcia, editores como Juan Cerezo, Claudio López de Lamadrid, Joaquim Palau o agentes literarios como Luis Miguel Palomares Balcells y Anna Soler-Pont.

Discurso de Jorge Herralde con motivo del homenaje que le rindió el Master de Edición de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona

Mi relación con el máster de la Pompeu Fabra viene de lejos, de 1997, año en el que di la charla de clausura del primer Curso de Edición, como entonces, modestamente, se llamaba. A partir de ahí, se ha convertido en un referente internacional bajo la batuta de Javier Aparicio Maydeu, quien había sido un lector secreto de Carmen Balcells y estuvo trabajando en su agencia varios años: es bien sabido que ello pone a prueba y curte el carácter más templado.

Luego he participado cada año en algún evento del máster, en general mesas redondas y he comprobado la atención, la curiosidad e incluso la pasión de los alumnos, cuando se abría el diálogo a ellos. Varios de dichos alumnos han colaborado como becarios en Anagrama. Y puedo decir con satisfacción que la argentina Cecilia Sarthe se ocupa ahora de la prensa de nuestra distribuidora en Buenos Aires y que, con toda probabilidad, Ana María Rodado se incorporará a la plantilla de Anagrama el próximo septiembre, después de su valiosa aportación durante este curso.

Pues bien, Javier me telefoneó hace un tiempo y me dijo que reservara esta fecha para el cierre del curso, que sería una sorpresa. Y el mes pasado le llamé yo para preguntarle si tenía que preparar una conferencia o sería formato tertulia o lo que fuese. Es una sorpresa pero te gustará, me dijo misteriosamente, es un secreto. Punto y aparte.

Debo decir que me dejó algo inquieto. Javier es un buen conocedor de la obra de Nabokov, gran experto en tramas retorcidas. Intenté indagar en la editorial pero me topé con un silencio casi absoluto, aunque, atando los escasos cabos, sospeché que quizá Javier estaba iniciando otro máster al servicio del show business, utilizando un formato algo temible, como un cruce de dos concursos televisivos que, hace décadas, tuvieron un notorio éxito como recordarán algunos veteranos: entre Esta es su vida y otro que oficiaba Mario Cabré, Reina por un día, en el que la que la elegida era colmada de parabienes y agasajos y se pasaba el programa sollozando de felicidad. Preocupante, claro.

Pero debo decir que me siento muy honrado, demasiado honrado, por este homenaje, a cargo de cómplices de la edición, de la lectura, del saber. Me emociona el afecto de mis colegas, con los que siempre he tenido, creo, una relación de amistad, colaboración, respeto, fair play.

También he tenido una relación muy cordial con jefazos de los grandes grupos como José Manuel Lara Bosch, Nuria Cabutí, José Creuheras, Pancho Pérez González e Isabel de Polanco. No así con sus felices corsarios, quienes, inagotable chequera en ristre, incursionan muy predispuestos en puertos editoriales ajenos. Omitamos piadosamente sus nombres en esta fiesta. Y recuerdo una película americana en la que, tras la regañina de un severo senador por alguna tropelía, el jefe de policía se disculpa así: “En nuestro oficio a menudo hacemos cosas que se oponen a la cortesía”.

Como bien sabemos, atravesamos unos tiempos en los que todo conspira contra la lectura, contra la edición, contra las librerías (esos oasis ciudadanos). Unos tiempos de enormes complejidades e incertidumbres en tantos ámbitos, sociales, políticos, culturales. Concentración editorial cada vez más concentrada, drásticos cambios tecnológicos, etc., etc., en esta inesperada sociedad del algoritmo. En opinión de Roberto Calasso, en un siglo hemos pasado del Dadá al Big Data. De la subversión total al deseo del control total.

Sin embargo, hay más vocaciones editoriales que nunca, y esto también es un fenómeno global, mientras los editores independientes veteranos siguen al pie del cañón. Editores todos ellos que practican la edición , según la famosa fórmula de Giulio Einaudi, que publican en busca de la excelencia, ésta es su única brújula, sin olvidar, claro está, la supervivencia. No desaparecerán, la pulsión editorial persistirá y los encontraremos diseminados aquí y allá en tantas naciones, una secta orgullosa e irreductible. Sísifos felices, quizá.

Otra profecía aboga por otra realidad: así como en el siglo XX hubo la llamada “generación perdida” americana, Faulkner, Scott Fitzgerald, Hemingway y compañía, ahora se habla de otra “generación perdida” bien distinta. En muchos países los libreros constatan que aquellos lectores entre veinte y cuarenta años han desertado de la lectura. Mientras tanto, como dijo recientemente el amigo Gustavo Guerrero, responsable de la literatura en lengua española en Gallimard, “el campo cultural es como un inmenso estadio lleno de gente gritando, los editores, los escritores, la prensa”.

Bien, pese a estas visibles amenazas, en la famosa disyuntiva que planteó Gramsci, “pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad”, yo he militado durante décadas en el optimismo de forma estentórea. Ahora sigo militando pero, digamos, de forma algo más afónica.

Como es sabido, Barcelona es la capital de la edición en lengua española y también es la capital de la edición literaria. Quiero destacar los nombres de Janés y de Barral, también Destino, desde la posguerra. Luego el trío de editoriales de los años sesenta, Lumen, Tusquets y Anagrama, entonces diminutas pero que nos colamos en los ochenta en la Champions junto a los grandes grupos con total desenvoltura y bastante éxito. Y ya al final de los noventa y principios del siglo XXI Salamandra, Acantilado, Minúscula, Asteroide, Blackie Books y tantas otras. Y en esta ciudad que tiene la suerte de ser bilingüe y así poder disfrutar de ambos idiomas, en el ámbito de la edición en catalán, la Selecta, Edicions 62, con Castellet al frente, y luego Quaderns Crema, Edicions de 1984, La Campana, la resurrección de Club Editor, y así hasta L’Altra Editorial y también tantas otras, a modo de necesaria carrera de relevos.

Gracias por este homenaje, un homenaje que corresponde en gran parte a los autores reunidos en el catálogo, a los colaboradores editoriales y también a la longevidad propia, peleando por encima de mi peso, utilizando la metáfora del boxeo, con los consiguientes topetazos, empezando por la censura franquista: casi cincuenta años on the road y relativamente ileso, no era previsible.

Pero, regresando a los autores de la editorial, no puedo dejar de mencionar, entre tantísimos, a cinco de ellos, extraordinarios escritores y también muy buenos amigos. Por orden no de aparición sino de tristísima desaparición: la española Carmen Martín Gaite, el chileno Roberto Bolaño, el argentino Ricardo Piglia, el español Rafael Chirbes y el mexicano Sergio Pitol. Sin ellos, ni Anagrama ni mi vida hubieran sido las mismas. Gracias de nuevo a todos.

“También esto pasará”, de Milena Busquets: Un día por la madre muerta

sábado, enero 7th, 2017

La hija de la editora Esther Tusquets (1936-2012) hizo una ópera prima y su novela fue un hecho fenomenal en la Feria de Fránkfurt, donde consiguió venderse a precios espectaculares y a ser traducida a varios idiomas. La soledad por la madre muerta y la vida cuando se te escapa de las manos, así, tan vida.

Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).- No es fácil leer este libro. Y es rápido. Cuando te metes en él es difícil que abandones hasta el punto final.

La madre muerta que inicia en un cementerio y el retorno a volver hasta el último día en que todo el discurso es una condena por el amor perdido, acaso el único amor (antes de los hijos) destinado a cualquier persona.

El libro está escrito como un cuento en el que la madre le cuenta a Blanca un cuento chino en el que un sabio dispuesto a decir una frase que sirva para todas las situaciones, enuncia: “También esto pasará”.

La tristeza, la felicidad, la añoranza, son cosas que pasarán. La novela toda es un enunciado de cómo haremos pasar los recuerdos de Cadaqués, esa costa donde se bañaba la perra, ese barco que salía a contramar, esos mariscos comidos con devoción por una mujer que llora la muerte de su madre.

[youtube uEuU1NR8DRE]

Milena Busquets, la narradora de También esto pasará (ópera prima traducida a 33 idiomas y con anticipos de 500.000 euros en Estados Unidos) es la hija de la editora Esther Tusquets y como heredera de una generación que quiso cambiar España luego de la dictadura elaboró un texto parecido a Bonjour tristesse, de Françoise Sagan, albergado al sol de Cadaqués, con varios amantes convocados para que el sexo combatiera a la muerte.

“Dicen que es un libro sobre mi madre, pero es un libro sobre mí. Mi madre es clave, pero ni digo que es escritora, ni hablo de su párkinson”, declaró la autora a El País, para explicar por qué habla del miedo, la desolación y la belleza frente a una madre –cuyo único amor había sido bueno para mí- totalmente alejada de la vida cotidiana.

Una novela-fenómeno, de Anagrama. Foto: Especial

Una novela-fenómeno, de Anagrama. Foto: Especial

“Cuando el mundo empieza a despoblarse de la gente que nos quiere, nos convertimos poco a poco, al ritmo de las muertes en desconocidos”, dice Milena, en un texto que concluye por albergar el recuerdo sobre la partida, pero que de todos modos deja un vacío tan inútil como a veces nos resulta la vida.

Habrá película y el libro está traducido a muchos idiomas: la madre es un enigma que nos deja desnudos al sol. No hay discusiones al respecto.

[youtube yloZRZaHctk]

Milena Busquets: Dejarse la piel y escribir desde la edad adulta

sábado, mayo 7th, 2016
La autora es hija de la editora Esther Tusquets. Foto: efe

La autora es hija de la editora Esther Tusquets. Foto: efe

En También esto pasará (Anagrama), Blanca, alter ego de Milena, acaba de perder a su madre y para aliviar su dolor viaja a Cadaqués, el pequeño pueblo de los veranos de su infancia. Entre el desgarro de la ausencia y la reafirmación de la vida, lamenta: “Cuando el mundo empieza a despoblarse de la gente que nos quiere, nos convertimos, poco a poco, al ritmo de las muertes, en desconocidos”.

Por Gabriela Mayer

Ciudad de México, 7 de mayo (SinEmbargo/dpa).- La española Milena Busquets, autora de También esto pasará, cuenta a dpa que se dejó “mucho la piel” en su segunda novela, que ya fue traducida a 30 lenguas y será llevada próximamente al cine.

Busquets escribió También esto pasará luego de lo que define como “un punto de inflexión” en su vida: la enfermedad y muerte de su madre, la mítica editora Esther Tusquets.

“Creo que a partir de ahí abandono definitivamente la niñez en la que había vivido cómodamente instalada y entro en el mundo de los adultos. Si lo que quieres es escribir, es mejor ser adulto. Por muy niña inteligente que seas, has de escribir desde la edad adulta”, afirma la autora.

Mientras la novela se publicará en mayo en Estados Unidos y Reino Unido, la escritora no se presiona de cara al futuro: “Este éxito no se va a repetir así, es imposible. Habrá un tercer libro, ya veremos cómo sale, yo espero que haya un cuarto, un quinto”.

En También esto pasará (Anagrama), Blanca, alter ego de Milena, acaba de perder a su madre y para aliviar su dolor viaja a Cadaqués, el pequeño pueblo de los veranos de su infancia. Entre el desgarro de la ausencia y la reafirmación de la vida, lamenta: “Cuando el mundo empieza a despoblarse de la gente que nos quiere, nos convertimos, poco a poco, al ritmo de las muertes, en desconocidos”.

Busquets (Barcelona, 1972) atribuye el “tsunami literario” que generó su novela a que se centra en la compleja relación madre-hija, “que no está tan tratada en la literatura”. Asimismo se lo explica por “la forma de escribir, como tan cercana a la forma de hablar, que en realidad está muy trabajada”.

“La gente ve que no hay ninguna pretensión y en la literatura hay tanta pretensión, tantos decorados, tantas cortinas. Mucha gente escribe muy bien, pero falta electricidad, falta pasión, y creo que en este libro está esto. Está muy claro que me he dejado mucho la piel en el libro y la gente lo notó”, cree.

LA SUPERIORIDAD DEL MUNDO INTELECTUAL

Busquets, quien también trabajó en el sector editorial, apunta: “No me gusta nada el mundo intelectual cuando se convierte en una cosa impostada, de sentido de superioridad. Creo que nadie es superior por leer, no me parece que el mundillo editorial sea más digno que el mundillo de los fabricantes de zapatos”.

Los egos no tienen ninguna utilidad, advierte la autora. “Sobre todo no sirve para escribir, te aleja de la gente. Y es una chorrada porque al final todos vamos a morirnos, a todos nos han abandonado, a todos nos han roto el corazón, todos nos hemos quedado sin dinero, seas editor o no”.

La novela fue traducida a 30 idiomas y será llevada al cine por Daniel Burman. Foto: especial

La novela fue traducida a 30 idiomas y será llevada al cine por Daniel Burman. Foto: especial

A la pregunta de si en algún momento se sintió expuesta al transformar vivencias personales en literatura, reflexiona: “Cuando lo escribía no pensaba que estaba siendo impúdica ni que estaba siendo valiente. No te lo planteas, porque te metes como en una especie de túnel, y claro, has de entrar desnudo en este túnel de alguna manera”. En un libro tan personal, “si quieres hablar de sentimientos y de sentimientos actuales que son los que sentimos todos, la gente nota cuando estás contando una mentira”.

Los derechos de También esto pasará fueron comprados por el director de cine y productor argentino Daniel Burman (El abrazo partido). “Tuve reuniones con productores franceses y españoles y con el que más me entendí pues es con Daniel. Somos muy parecidos argentinos y españoles. Creo que será un viaje muy divertido”, se entusiasma y adelanta que la película se rodará en Cadaqués.

En 2008 Busquets publicó su primera novela, Hoy he conocido a alguien, que asimismo gira en torno a una protagonista femenina. “No creo que nunca ponga un personaje masculino en el centro de la historia, porque no me veo. Me interesan mucho los hombres y estoy muy atenta a ellos, pero no sé si sabría hacerlo”.

Busquets analiza que desde aquel libro pasaron varios años en los que la vida se le puso “al revés” y finalmente se permitió hablar “un poco en serio de algunas cosas”. Y dice: “Las cosas serias e importantes las hacía mi madre o la otra gente, yo no, yo era la niña graciosa”.

También manifiesta sentirse “muy en deuda” con aquella generación de mujeres como Esther Tusquets, “que hicieron cosas muy importantes, tuvieron que luchar para conseguir cosas básicas como el divorcio”. “Estudiaron, trabajaron, se separaron, tuvieron hijos fuera del matrimonio. Mi madre no se casó con mi padre. Yo era la única niña del colegio con padres no casados”.

Busquets creció entre figuras de la talla de Ana María Moix y Ana María Matute. “Veía que eran mujeres bastante impresionantes. Había como una fuerza, una vitalidad, unas ganas de luchar, que era muy fascinante incluso para una niña de siete años. Haber conocido a Ana María Matute es de las cosas que me alegro. Pues me enseñó que a veces la gente con más talento es la gente con más sentido del humor, más natural, más generosa”.

La hija de la fundadora de Lumen descree del poder redentor de la escritura. “Leer me ha salvado en muchos momentos”, señala. “Tengo una deuda increíble con los libros. De repente estás mal, estás solo, y tomas el libro adecuado y hay libros que te salvan. Pero escribir no, porque escribir es un trabajo”.

Busquets evoca a su madre como “una mujer increíblemente trabajadora” y “una editora de raza” y confiesa que sigue extrañándola a diario. “Cada vez que me pasa algo bueno, me gustaría compartirlo con ella. Cada vez que estoy triste o que me siento sola, me gustaría que estuviese ahí”.