Posts Tagged ‘la Guerra de las Galaxias’

FOTO: Diego Luna confirma participación en la serie Andor de Star Wars

martes, mayo 17th, 2022

A través de sus redes sociales el actor mexicano Diego Luna confirmó su participación en las próximas series de Star Wars para la plataforma de streaming Disney+.

Por Adriana Pacheco

Ciudad de México, 17 de mayo (ASMéxico).- Después de algunas especulaciones, el actor mexicano Diego Luna, quien cada vez parece escalar más alto el mundo de los espectáculos, confirmó su participación en la saga de Star Wars. Podremos verlo a través de Disney Plus, pues será protagonista de las nuevas series de La Guerra de las Galaxias.

Diego Luna en Rogue One. Foto: Captura de Pantalla.

A través de sus redes sociales, el famoso actor compartió la portada de la nueva edición de la revista Vanity Fair, en donde se puede ver que será uno de los personajes principales de una de las nuevas series de la saga, tras la compra de Disney al productor y guionista George Lucas, quién marcó a generaciones.

“Gracias Vanity Fair. Maravillosa oportunidad de trabajar con la increíble Annie Leibovitz (fotógrafa estadounidense). La Rebelión será televisada”, escribió en su cuenta de Instagram el actor que ha participado en películas y series destacadas como La terminal, Rudo y cursi y Caracortada.

En la portada, que tiene un fondo azul oscuro, se puede observar a Diego Luna en compañía de Ewan McGregor, Pedro Pascar y Rosario Dawson. Hay que recordar que el actor interpretó al espía rebelde Cassian Andor en la película Rogue One de la saga y que salió en el 2016.

Tras dar a conocer la portada de Vanity Fair, el actor dio a entender que garantizó su futuro en la saga de Star Wars y nuevamente participará como Cassian Andor en la nueva serie Andor, que se estrenará en el verano de este año.

ELENCO

Pedro Pascal dará vida nuevamente a The Mandalorian, en esta tercera temporada. Ewan McGregor es el original Obi-Wan Kenobi. Otra vez Rosario Dawson será Ashoka.

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Un hombre llamado Luke Sky Walker es arrestado en EU por robar señales de tránsito

jueves, diciembre 6th, 2018

En 2017, el delincuente y sus dos cómplices robaron 46 señales de tráfico y desde entonces estaba cumpliendo condena bajo libertad condicional; sin embargo, la violó.

Ciudad de México, 6 de diciembre (RT/SinEmbargo).- El ciudadano estadounidense Luke Sky Walker, homónimo del famoso personaje de la saga La Guerra de las Galaxias, fue detenido en la ciudad de Elizabethton, Tennessee, EU, tras incumplir con las condiciones de una sentencia probatoria por cargos de robo, informaron medios locales.

La Policía arrestó al hombre, de 21 años, en el 2017 por robar 46 señales de tráfico, detalla Fox News. Se informa que los agentes hallaron los objetos hurtados en el coche en que se encontraban Walker y sus dos cómplices. Desde entonces, el delincuente estaba en libertad condicional, pero la violó.

Por su parte, el actor estadounidense Mark Hamill, conocido por interpretar a Luke Skywalker, comentó el suceso y afirmó que la culpa en esa historia recae en los padres del detenido.

“El verdadero crimen aquí es que el señor y la señora Walker abrumaron a este pobre chico con ese nombre en primer lugar”, declaró Hamill a través de su cuenta de Twitter.

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LECTURAS | Cuando la princesa Leia Organa estaba enamorada de Harrison Ford

sábado, agosto 12th, 2017

El conmovedor diario de Carrie Fisher, El diario de la princesa, sobre lo que sucedió dentro y fuera del rodaje de La guerra de las galaxias. Una atrevida mirada, a veces dolorosa, a veces hilarante, de la mente de una actriz de 19 años en medio de Hollywood.

Ciudad de México, 12 de agosto (SinEmbargo).- Cuando Carrie Fisher descubrió los diarios que había escrito durante el rodaje de La guerra de las galaxias, la primera película de la trilogía Star Wars, le asombró descubrir unos ingenuos poemas de amor y unas cándidas reflexiones que apenas reconocía. Hoy Carrie Fisher ha pasado a la historia como actriz e icono pop, pero en 1976 solo era una chica de diecinueve años perdidamente enamorada de su compañero en la pantalla, Harrison Ford.

Con extractos de sus cuadernos manuscritos, El diario de la princesa es el recuerdo íntimo y revelador de lo que sucedió dentro y fuera de uno de los sets de rodaje más famosos de todos los tiempos. Pero Fisher también reflexiona sobre la fama y el absurdo de una vida inventada por la realeza de Hollywood. La sinceridad de sus palabras convierte este libro en las conmovedoras memorias de la inolvidable princesa Leia Organa.

El libro está editado por Ediciones B. Foto: Cortesía Ediciones B

Fragmento del libro El diario de la princesa, de Carrie Fisher, publicado con autorización de Ediciones B

Corría el año 1976…

Se estrenaban en televisión las series Los Ángeles de Charlie, Laverne & Shirley y Family Feud.

Steve Wozniak y Steve Jobs fundaban Apple en un garaje.

La FDA, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, prohibía el colorante rojo n.º 2 al descubrirse que provocaba tumores en la vejiga de los perros.

Howard Hughes moría a los setenta años debido a una insuficiencia renal mientras volaba en su jet privado rumbo a un hospital de Houston. Tenía una fortuna de dos mil millones de dólares y pesaba cuarenta kilos.

Se publicaba Entrevista con el vampiro, la primera novela de Anne Rice.

Israel rescataba a los ciento dos pasajeros de Air France secuestrados en el aeropuerto de Entebbe, en Uganda.

Isabel II enviaba el primer e-mail real, el IRA hacía estallar bombas en Londres y los Sex Pistols y la Bohemian Rhapsody de Queen alcanzaban un enorme éxito.

Claudine Longet, la ex mujer de Andy Williams, mataba “accidentalmente” de un disparo a Spider Sabitch, su amante esquiador.

Un congresista de Pennsylvania ganaba la nominación por duodécima vez pese a haber muerto dos semanas antes.

Caitlyn Jenner, que por entonces aún era Bruce, se hacía con la medalla de oro en decatlón olímpico y obtenía el título de “la mejor atleta del mundo”.

Estaban ocurriendo tantas cosas…

En África estallaba la primera epidemia de ébola, reinaba el pánico por la gripe porcina y, en un contaminado hotel de Filadelfia, un brote de legionelosis acababa con la vida de veintinueve personas.

Un golpe militar destituía en Argentina a la presidenta Isabel Perón.

Sal Mineo moría apuñalado y fallecían Agatha Christie y André Malraux, aunque no juntos.

Saul Bellow ganaba el premio Pulitzer por El legado de Humbolt y el Nobel de Literatura por toda su obra.

El Hijo de Sam asesinaba a su primera víctima.

Los disturbios de Soweto suponían el principio del fin del apartheid en Sudáfrica.

Se formaba el grupo de rock que se convertiría en U2.

La Asociación de Tenis de Estados Unidos prohibía a la transexual Renée Richards disputar el Open de Estados Unidos.

Network nos brindaba la icónica diatriba de Howard Beal: “Estoy absolutamente furioso y no pienso seguir soportando esto” y Paul Simon ganaba el Grammy al Álbum del Año por Still Crazy After All These Years.

Jimmy Carter derrotaba a Gerald Ford, incluso tras afirmar en una entrevista para la revista Playboy que, en el fondo, le volvían loco las mujeres.

Nacían Ryan Reynolds, Benedict Cumberbatch, Colin Farrell, Rashida Jones, Alicia Silverstone, Rick Ross, Anna Faris, Peyton Manning, Audrey Tatou, Ja Rule y Reese Witherspoon. George Harrison era declarado culpable por plagiar He’s So Fine en My Sweet Lord.

El running back O. J. Simpson, de los Buffalo Bills, jugaba el mejor partido de su vida, recorriendo doscientos cincuenta metros y anotando dos touchdowns contra los Detroit Lions.

Fallecía Mao Zedong.

La Corte Suprema restablecía la pena de muerte, declarando que dicho castigo no era especialmente cruel ni extraordinario.

The Band ofrecía su concierto de despedida en San Francisco.

Elizabeth Taylor y Richard Burton se separaban tras cuatro meses de matrimonio, precedidos por dieciséis meses de divorcio.

Estados Unidos celebraba su bicentenario.

Imagino que lo comprendéis. Fue un año estupendo y, al igual que todos los años, sucedieron un montón de cosas. La gente trabajaba en la tele o en el cine, escribía canciones que gustaban más que otras canciones; había algunos que destacaban en el mundo del deporte y, como siempre, murieron muchas personas famosas y con talento. Pero mientras todo eso sucedía, ocurría algo importante (y tantas décadas después, mira por dónde, sigue ocurriendo): Star Wars.

En 1976 estábamos en Londres rodando el primer título de la saga y ningún miembro del reparto podía imaginar lo mucho que cambiarían nuestras vidas cuando la película se estrenase al año siguiente.

Pasemos a 2013. Estaban ocurriendo cosas bastante similares, solo que con mayor rapidez e intensidad. Y George Lucas anunció que la franquicia de Star Wars volvía a empezar y que el reparto original actuaría en el nuevo filme.

Me sorprendió, en la medida en que a uno le sorprende algo cuando tiene más de cuarenta años. Me refiero a que alguna vez había pensado (y no mucho, la verdad) que rodarían más películas de la saga, pero dudaba que yo apareciera en ellas. Y entonces resultó que sí. ¡Aleluya!

Y ello a pesar del hecho de que no me entusiasmase verme en pantalla (ni siquiera me fascinó a la edad en que supuestamente debía hacerlo): ahora existía el 3D, la alta definición y cosas por el estilo, así que todas tus arrugas y tus carnes marchitas quedaban en evidencia. Si cuando era joven no me gustaba, no iba a gustarme ahora. El problema era que sería incapaz de ver la nueva secuela, al menos como parte del reparto. Pero qué más daba, ¡alguien podía contármela!

Si actuaba en el nuevo filme de la saga tendrían que pagarme algo, pese a que una sombra de duda podía proyectarse poco a poco sobre ese hecho hipotético basado en parte en la historia de Star Wars. (Ni hablar de merchandising, ¡pero quizás esta vez consiguiera un poco!)

En cualquier caso, todos queríamos figurar en la película, y cualquiera podía ser eliminado fácilmente de la lista. Bueno, tal vez no tan fácilmente, pero podían descartarnos si nos poníamos muy exigentes en cuanto a lo que queríamos cobrar. Y en este caso, cuando hablo en plural me refiero a mí.

Carrie Fisher como la Princesa de Star Wars. Foto: Cortesía de Ediciones B

Lo cierto es que, por más que haya bromeado sobre Star Wars durante años, me gustaba haber actuado en esas películas. Sobre todo por ser la única chica en una obra de fantasía donde todos los demás eran hombres. Fue divertido hacerlas y una anécdota de una importancia inimaginable.

Me gustaba ser la princesa Leia. O que la princesa Leia fuese yo. Con el tiempo nos fusionamos en una sola persona; no creo que nadie pueda pensar en Leia sin que yo merodee también por sus pensamientos. Y no estoy hablando de masturbación. Así que la princesa Leia somos dos, en plural.

En definitiva, ¡podría pagar mis gastos, tal vez no todos, pero sí una parte! Quizá no de inmediato, pero sí en poco tiempo. Podría comprarme un apartamento, o al menos volver a comprar cosas innecesarias, ¡y en cantidades muy innecesarias! ¡Pronto incluso volvería a tener una cuenta en Barneys! ¡La vida era bella! Es decir, la vida pública: piscinas, estrellas de cine…

¡Y así, damas y caballeros, fue como empezó mi nueva aventura en Star Wars! ¡Como un flashback de ácido, solo que intergaláctico, actual y esencialmente real!

¿Quién creéis que habría sido si no hubiera sido la princesa Leia? ¿Soy la princesa Leia o ella es yo? Encontrad el punto medio y os acercaréis a la verdad. Star Wars era y es mi trabajo. No puede despedirme y jamás podré dejarlo… Además, ¿por qué debería hacerlo? (Esa es una pregunta tanto retórica como real.)

Hoy, mientras revisaba unas cajas que contienen viejos escritos míos, encontré los diarios que escribí cuando rodaba la primera película de la saga, hace cuarenta años. Permanece en antena.

Mi vida antes de Leia

Dos años antes de La guerra de las galaxias (que con el tiempo pasó a llamarse Episodio IV: Una nueva esperanza), actué en una película llamada Shampoo, protagonizada y producida por Warren Beatty, y dirigida por Hal Ashby. Yo interpretaba el papel de la hija cabreada y promiscua de Lee Grant, que acababa acostándose con el amante/peluquero de su madre: la estrella de la película era Warren, por supuesto. Fue él quien, junto con el guionista Robert Towne, me contrató para interpretar aquel papel.

En esa época lo último que quería hacer era meterme en el mundo del espectáculo, una ocupación veleidosa que te exponía al desasosiego y la humillación, como esos tentempiés recalentados que sirven durante las proyecciones de las películas. Dicho desasosiego estaba alimentado por el descenso casi imperceptible de la popularidad a lo largo del tiempo. Primero, empiezas interpretando pequeños papeles en películas comerciales, después —si es que ocurre aquello que todos los actores están esperando— llega el éxito. De la noche a la mañana te conviertes en una estrella.

Me perdí el vertiginoso ascenso de mis padres. Aparecí en escena cuando Debbie Reynolds, mi madre, aún actuaba en buenas películas de gran presupuesto de la Metro Goldwyn Mayer. Pero a medida que crecí y, muy lentamente, empecé a comprender cómo funcionaba todo, me di cuenta de que aquellas películas ya no eran como las de antes. El contrato de mi madre expiró cuando estaba al final de la treintena. Recuerdo que la última película para los estudios MGM en la que actuó, con cuarenta años, era de terror y se titulaba ¿Qué le pasa a Helen? Estaba a años luz de distancia de Cantando bajo la lluvia y Shelley Winters, su coprotagonista, la asesinaba de un modo un tanto desconsiderado al final de la historia.

Poco tiempo después, mi madre empezó a actuar en clubes nocturnos de Las Vegas, entre ellos el desaparecido Desert Inn. Yo también trabajaba en su espectáculo, cantando “I Got Love” y “Bridge Over Trouble Waters”. Significaba un gran paso adelante desde el instituto. Todd, mi hermano menor, me secundaba a la guitarra y las coristas que acompañaban a mi madre bailaban y cantaban detrás de mí (algo que, en ciertos momentos de mi vida, deseé que siguieran haciendo).

Después mi madre recorrió los teatros de Estados Unidos con una versión distinta de ese espectáculo, y más adelante presentó un musical en Broadway. En aquel entonces yo era una de las coristas que había detrás de mi madre, que es donde suelen estar las coristas. Continuó presentando su espectáculo durante los siguientes cuarenta años… con incursiones en programas televisivos y películas (muy especialmente en Las manías de mamá, de Albert Brooks).

Eddie Fisher, mi padre, actuó en clubes nocturnos hasta que dejaron de pedírselo, y cuando no se lo pedían se debía, en parte, a que como cantante melódico ya no era relevante, y, en parte, a que se mostraba más interesado por el sexo y las drogas. Inyectarte anfetaminas durante trece años puede estropear cualquier carrera; preguntad por ahí.

De vez en cuando lograba firmar un contrato por un libro o… En realidad, eso era todo. Nadie podía correr el riesgo de contratarlo para cantar, pues era muy capaz de no presentarse y su voz estaba muy afectada por su estilo de vida libertino. Además, la gente no estaba dispuesta a perdonarle que hubiera abandonado a mi madre por Elizabeth Taylor, y eso hizo que durante el resto de su vida lo consideraran un sinvergüenza.

Un día, cuando yo tenía unos doce años, estaba sentada en el regazo de mi abuela —algo que no fue buena idea a ninguna edad, dado que Maxine Reynolds era cualquier cosa menos cariñosa—, cuando de repente esta le preguntó a mi madre:

—¿Compraste esas entradas para Annie que te pedí?

—Lo siento, mamá —contestó mi madre—. ¿Hay algún otro espectáculo que te gustaría ver?

Maxine dirigió una mirada suspicaz a mi madre, sin pronunciar palabra. (Mi abuela solía mirar de tres maneras: con suspicacia, con hostilidad y con tres tipos de decepción; activa, vívida y condescendiente.)

—Lo siento, mamá —repitió mi madre—. Al parecer, este mes las entradas para Annie ya están agotadas. Lo he intentado en todas partes.

Mi abuela apretó los labios, como si oliera algo desagradable. Después resopló y, en tono de profunda decepción, masculló:

—En esta ciudad, ser Debbie Reynolds solía tener cierta importancia. Ahora ni siquiera puedes conseguir un par de miserables entradas para un espectáculo.

Estrujé a mi abuela de manera involuntaria, como si así pudiera eliminar todos los futuros comentarios desdeñosos surgidos de su pequeño cuerpo. Fueron episodios como este los que me hicieron decidir que nunca formaría parte del mundo del espectáculo.

Cuando Carrie Fisher hizo Shampoo, con Warren Beatty. Foto: Cortesía Ediciones B

Entonces, ¿por qué accedí a visitar el plató de Shampoo sabiendo que en esa película podía haber un papel idóneo para mí? Quién sabe… Quizá quería, de algún modo, sentirme deseada por Warren Beatty. En todo caso, a los diecisiete años no parecía una opción profesional, o tal vez me estuviera engañando a mí misma. Dios sabe que no sería la última vez. No hace falta tener sentido del humor para engañarte a ti misma, pero tenerlo resulta útil para casi todo lo demás, en especial para las peores cosas. Y actuar en esa película no era una de ellas.

Por fin, conseguí el papel de Lorna, la hija de Jack Warden y Lee Grant, en Shampoo. Básicamente, solo aparecía en una escena y era con Warren, quien interpretaba el papel del peluquero y amante de mi madre (y de todas las demás). A mi personaje le disgustaba su madre y jamás había ido a la peluquería; es decir, no se acostaba con su peluquero.

¿Acaso el hecho de que Lorna no fuese a la peluquería constituía un modo de rebelarse contra su madre? Es posible. ¿Intentar seducir al peluquero de su odiada madre suponía una manera de joder a esta? Sin duda. ¿Lorna se habría arrepentido si su padre lo hubiese descubierto? Tal vez. O tal vez no. Vosotros escogéis.

En la película aparezco en una pista de tenis vestida con ropa de deporte, sosteniendo una raqueta y de pie junto a un tenista profesional que le da a la pelota mientras yo observo la llegada de Warren. Le informo de que mi madre no está en casa y lo acompaño a la cocina, donde le pregunto si se está tirando a mi progenitora y si quiere comer algo. Le digo que jamás he ido a una peluquería y que no me parezco en nada a mi madre y luego le pregunto si quiere irse a la cama conmigo. La escena acaba con mi proposición indecente y después aparezco en la habitación, cubriéndome con el fular tras el coito.

Es muy probable que no os hayáis preguntado por qué llevaba un fular. Pues porque yo, Carrie, tenía el pelo corto —como cuando has ido a la peluquería— y por lo tanto debía llevar una peluca para demostrar que jamás me ponía en manos de un peluquero. Así que llevaba el fular para que la peluca no pareciera tanto una peluca. La otra pregunta importante que quizá no os hagáis es si llevaba un sujetador debajo de la ropa de deporte (y si no era así, ¿por qué no lo llevaba?).

La respuesta es sencilla: Aggie, la diseñadora de vestuario, le preguntó a Warren —estrella, coguionista y productor de Shampoo— si quería que yo llevara sujetador. Warren echó un vistazo a mis pechos.

—¿Lleva uno en este momento?

Permanecí ahí como si mis pechos y yo nos encontrásemos muy lejos de allí.

—Sí —contestó Aggie.

Warren apretó los labios y me miró con expresión pensativa.

—Veamos cómo queda sin sujetador.

Seguí a Aggie hasta mi caravana tipo jaula de hámster y me lo quité. Después me sometí al escrutinio de Warren, quien volvió a estudiar mi torso con aire impasible.

—¿Y esto es sin? —preguntó.

—Sí —respondió Aggie, soltando un gemido.

—Pues rodemos sin —dictaminó, ordenó, conminó Warren…

Mis pechos y yo regresamos a mi caravana con Aggie y el tema quedó zanjado. Podéis contemplar mis pechos sin sujetador en Shampoo en YouTube (o en LubeTube), también mi aspecto en-el-espaciosin-nada-de-ropa-interior en la primera película de Star Wars y el bikini metálico (para matar a Jabba) en la tercera (hoy paradójicamente conocidas como Episodios IV y VI).

Solo tardamos unos días en rodar mis dos escenas en Shampoo y luego volví a casa con mi madre y mi hermano menor, Todd, confiando en que no seguiría viviendo allí mucho tiempo más, porque para mí, que me había convertido en la-chica-más-guaydel-planeta, ya estaba bien.

Jamás he vivido una prueba como la que hice con Terrence Malick, el director de Días del cielo. Recuerdo quedarme sentada charlando con él durante más de una hora. Gracias a Dios no hablaba solo yo, aunque creo que él trataba de conocerme y de descubrir cómo era. Al fin y al cabo, no fui yo quien lo convocó a una reunión para hablar de una película que yo estaba rodando.

Recuerdo que le conté demasiadas cosas sobre mí, una costumbre que no dejaría de crecer con los años, pero de adolescente aún no poseía un repertorio de anécdotas demasiado amplio. Por entonces, una de las mejores estaba relacionada con Rip Taylor, el cómico —que actuó junto con mi madre en un espectáculo en Las Vegas—, y Lynn, su secretario gay.

Yo estaba enamorada de Lynn. Era guapo, llevaba un pañuelo alrededor del cuello y era realmente fino y delicado, como si bastase que soplaras sobre él para que flotase como una pluma en el aire. Lynn solía llamarme su “manzana del amor” y nos liábamos en el autobús del equipo.

Si en vez de actuar en espectáculos con mi madre hubiese ido al instituto, habría podido dar salida a mis sentimientos y vivir una vida de adolescente. Pero como no estaba viviendo dicha vida, no dejaba de enamorarme de hombres gais.

Además de Lynn, estaba Albert, que era bailarín en Irene, un espectáculo de Broadway en el que también actuaba Debbie. Era atractivo y gay (aunque, según mi opinión de profana, nadie hubiese dicho que lo era), y solíamos liarnos en los vestuarios. Mi madre lo sabía, así que ¿de qué iba todo eso? Yo solo tenía quince años, era menor de edad, y un día me dijo:

—Si quieres acostarte con Albert, te observaré. Así podré darte instrucciones.

No quiero ser injusta. En aquel tiempo mi madre estaba realmente perturbada; su vida se estaba desmoronando e intentaba apuntalarla a base de amor maternal, aunque fuera un tanto excéntrico.

No existen muchos momentos ideales para ventilar esa clase de intimidades, de manera que estoy bastante segura de que Terry Malick se enteró de mi lío con Lynn, Albert y mi madre. Parecía la clase de persona interesada en cualquier historia extraña que te atemorizara y te hiciera sentir sola. En sus películas había mucha improvisación, de modo que quizás esas entrevistas fueran su manera de determinar si sus actores se sentían cómodos en su propia piel. (Yo me siento muy cómoda en mi propia piel. Solo me gustaría que a veces no hubiese tanto espacio alrededor para sentir dicha comodidad.)

Tuvimos varias reuniones parecidas antes de que Malick me hiciera leer mis diálogos con John Travolta. En esa época, John era famoso por su papel en la comedia de situación Welcome Back, Kotter. Parecía seguro que obtendría el papel protagonista en Días del cielo y, durante las escasas ocasiones en que ambos leímos nuestros diálogos juntos, nuestra química fue fantástica. Como dos vasos que contienen un líquido inflamable, ambos burbujeábamos… cómodamente. Si John protagonizaba Días del cielo, ¿sería yo la coprotagonista? ¡Las cosas pintaban bien!

Sin embargo, por algún motivo, John no pudo actuar en la película, por lo que quedó descartado y Richard Gere ocupó su lugar. También leí con él; limitémonos a decir que nuestro burbujeo no era compatible, razón por la que quedé descartada y Brooke Adams ocupó mi lugar. Por el momento, mi potencial carrera como actriz más o menos seria llegó a su fin. Sería necesario algo más que un pequeño papel en The Blues Brothers para que la gente dejara de pensar en mí como la princesa Leia.

Días del cielo fue una película maravillosa y tal vez me hubiera “desleiaficado” un poco, pero la cruz (muy muy ligera, lo admito) con que tendría que cargar siempre sería que me conocieran como la princesa Leia y no como “la chica que estaba perfecta en una de las primeras obras maestras de Terry Malick”.

Hice audiciones para otras películas (Grease y Dos pillos y la heredera) y después solicité matricularme en dos escuelas de arte dramático de Inglaterra. La Royal Academy of Dramatic Art me rechazó, pero la Central School of Art and Drama —entre cuyos alumnos destacaban Laurence Olivier, Harold Pinter y las hermanas Redgrave— aceptó mi ingreso.

Eso era lo que yo había estado esperando egoístamente: la oportunidad de dejar de vivir en la misma casa o el mismo país que mi recientemente divorciada y empobrecida madre. Como gratificación, obtuve una experiencia real como actriz, algo que jamás había tenido, en parte porque aún no estaba muy segura de que quería serlo. Pero tal vez fuese algo que podía hacer sin un título o acreditación de ninguna clase: un trabajo en el que me pagarían un sueldo que me permitiría salir al mundo e iniciar lo que, risiblemente, llegaría a llamar “mi propia vida”.

Cuando empecé a estudiar en la Central School of Art and Drama tenía diecisiete años y era la alumna más joven de la escuela. Era la primera vez que vivía sola; por fin me había separado de mi madre (no me molestaba que me mantuviese, pero no quería convivir con ella) y me había instalado en un apartamento que le subalquilaba a un amigo, donde no decepcionaría a nadie…, y si por algún extraño motivo alguien se sentía decepcionado, no me importaría, porque no estaba emparentada con él o ella.

Carrie Fisher (1956-2016) fue una actriz mítica por su papel como princesa Leia Organa en la primera trilogía de La guerra de las galaxias. Pero su brillante carrera incluyó muchas otras películas, entre ellas y. Como autora, escribió cinco novelas (una de ellas adaptada al cine con Shirley MacLaine y Meryl Streep como protagonistas) y dos libros de memorias. La experiencia de Fisher con las adicciones y las enfermedades mentales, y su disposición a hablar de ello, la convirtió en una solicitada conferenciante. es su último libro publicado.

La legión de entusiastas de R2-D2 que ha construido miles de droides

lunes, mayo 23rd, 2016

Tony Dyson, el padre del robot regordete más adorable de la Galaxia, falleció hace un tiempos. Miles de fans rinden tributo a su creación construyendo el suyo propio, una costosa labor que les lleva meses de trabajo. R2-D2 Builders Club, una comunidad que nació en 1999, es el punto de encuentro de estos amantes de los droides astromecánicos que comparten los detalles para fabricar una unidad funcional de un metro de altura y unos 60 kilos.

Uno de los eventos de R2 Builders Club en la bahía de San Francisco. Foto: ElDiario.es

Uno de los eventos de R2 Builders Club en la bahía de San Francisco. Foto: ElDiario.es

Por Cristina Sánchez

Ciudad de México, 23 de mayo (SinEmbargo/ElDiario.es).-Con sus tiernos pitidos, su cuerpo rechonchete y sus repentinos giros de cabeza, R2-D2 se ha convertido en el robot más entrañable de la Galaxia. Hace unos días, la policía maltesa halló muerto en su hogar a Tony Dyson, uno de los padres del adorable droide: el británico había construido ocho R2-D2 que aparecieron en la trilogía original de ‘La guerra de las galaxias’.

Un triste fallecimiento para todos los fans de la saga, pero especialmente para un club que ha mantenido vivo el legado de Dyson. Entre 16.000 y 25.000 entusiastas -sus miembros nos dan cifras dispares-, forman parte actualmente de R2-D2 Builders Club, una comunidad entregada a la construcción de réplicas del eterno compañero de C-3PO.

En el foro privado de Astromech.net los miembros de esta comunidad nacida en 1999 comparten los detalles y tutoriales para que un fan pueda crear su propio R2-D2 de tripas electrónicas completamente funcional, capaz de desplazarse y comportarse como el del celuloide. El club difunde entre sus miembros los detalles necesarios para que cada unidad tenga exactamente las mismas medidas que las creados por Dyson hace casi cuatro décadas.

José Antonio Caraballo es uno de los miembros del club. Se obsesionó con aquel droide desde que lo contempló en la gran pantalla cuando iba a cumplir ocho años y estudió Ingeniería de Telecomunicaciones por la pasión que la robótica despertó en él.

Después de construir varias versiones de juguete, su impulso para tener su robot de un metro de altura llegó tras sufrir un derrame cerebral. Su R2 le ayudó a salir de la profunda depresión que padecía al no poder volver a trabajar. “Ya había tenido contacto con el club internacional de constructores, pero volví a ponerme en contacto con ellos, obtuve planos y ahí nació la idea de hacer el R2”, explica aHojaDeRouter.com.

Caraballo desarrolló los planos que le faltaban para construir con sus propias manos un droide de madera, con piel y cabeza de aluminio, capacitado para emitir doce sonidos, variar sus luces aleatoriamente y desplazarse por control remoto. Tres años, 12 mil euros (una cifra que asegura puede incrementarse hasta los 30.000) y muchos quebraderos de cabeza después, vio terminada su gran y pesada obra: un R2 de 63 kilos.

Aunque desde hace un año ya hay una delegación oficial de constructores de droides astromecánicos en España, en 2007 Caraballo estaba solo: ” No había ni una persona que quisiera hacer un R2, yo era el bicho raro y lo desarrollé al 100 por ciento”. Eso sí, contó con el apoyo y asesoramiento virtual de algunos de los constructores de R2-D2 más famosos del mundo, con los que continúa hablando asiduamente.

LA “SANTA TRINIDAD” DEL R2-D2 BUILDERS CLUB

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Richard Napier, fundador de R2 Builders Club Japan, con su R2-JI. Foto: ElDiario.es/Especial

En la pasada ceremonia de los Oscar, Lady Gaga besó amorosamente entre bambalinas al R2-D2 que apareció en la gala. También se detuvo a charlar unos instantes con uno de sus operadores en la sombra, Mike Senna. Este programador californiano no es un trabajador de Lucasfilm. Se ha ganado por sí mismo que la productora cuente con él y con su droide.

Al igual que Caraballo, Senna pertenece a la Legión 501, la mayor organización mundial de trajes imperiales del mundo. Sin embargo, no estaba satisfecho con su mera participación en esa comunidad. Se sentía “un soldado más en un mar de muchos”. Así descubrió el R2-D2 Builders Club. ” Necesitaba un reto y quería crear algo que fuera increíble y pudiera usarse para hacer a otros felices e inspirarlos”, explica este californiano.

Miembro del club prácticamente desde sus inicios, Senna es uno de los que más información ha compartido con otros constructores y actualmente está dando los últimos retoques al sistema de conducción de su BB-8, el simpático robot rodante de ‘El despertar de la Fuerza’.

Con sus hazañas se ha ganado la admiración no solo de Lucasfilm, sino de toda la comunidad. Desde 2003 organiza en su propia casa el evento R2LA. En aquella edición, solo 12 fans de la zona acudieron con 2 droides completos. En la última, eran90 constructores y 25 robots, sin contar con los humanos y autómatas que se unían al sarao por videoconferencia.

Algunos consideran a Mike Senna su mentor. Es el caso de Victor Franco, un programador que hace una década no pensaba que iba a ser capaz de gestar su propia criatura. Recuerda con nitidez el día que se lo propuso. Tras el estreno de ‘La venganza de los Sith’ en 2005, acudió a un Walmart para comprarse la colección Early Bird de figuras de la saga de los 70.

Fue entonces cuando conoció a R2-D2. Le encantaban su apariencia, sus sonidos y “su ‘personalidad'” desde que vio con pocas primaveras la primera película de la saga. ” Después de 45 minutos persiguiendo a R2 por la tienda, traté de averiguar cómo estaba siendo operado”. En ese momento, Mike Senna le tocó el hombro y le informó de la existencia del R2-D2 Builders Club. La comunidad ‘online’ también ha sabido ganar adeptos por el pitido a boca.

Victor Franco escribe el diario de su R2 desde que tan solo era una idea en su mente hasta sus apariciones en anuncios y televisión, pasando, lógicamente, por las 15 horas y 41 minutos que duró el parto en el que sus 1.400 piezas se unieron.

Sin duda alguna, uno de los mejores momentos de la existencia de este droide fue cuando Kenny Backer, el actor que se enfundaba en los R2 de Tony Dyson que no estaban controlados remotamente, le firmó un autógrafo en su puerta trasera. “Fue un sueño hecho realidad. Cuando yo era pequeño, me imaginaba siendo Kenny Baker, dentro de R2-D2, y conduciéndole”.

El propietario de un huerto de naranjas Michael McMaster también ha conseguido conocer a sus ídolos de carne y hueso desde que Disney y Lucasfilm le pidieron que construyera y operara sus droides. Como uno de los miembros más veteranos de la comunidad Astromech -entró en el club cuando solo tenía 500 miembros-, McMaster tuvo el honor de controlar remotamente al R2-D2 que asistió al preestreno del Episodio VII en Los Ángeles.

Allí volvió a encontrarse con George Lucas, “muy callado y reservado en persona” yconoció por primera vez a Mark Hamill, que “estaba entusiasmado por formar parte de las nuevas películas”.  “Llevar a la pantalla a un droide, en la alfombra roja, fue un sueño hecho realidad… ¡Mi ‘yo’ de 12 años estaba sonriendo con júbilo!”, confiesa McMaster.

LOS FANS QUE J. J. ABRAMS FICHÓ PARA “EL DESPERTAR DE LA FUERZA”

Miembros españoles del R2 Builders Club. Foto: ElDiario.es/Especial

Miembros españoles del R2 Builders Club. Foto: ElDiario.es/Especial

Si José Antonio Caraballo es el “maestro” en España, Senna, McMaster y Victor Franco son, a juicio de Alejandro Clavijo, el miembro más joven de Astromech Spain, “la Santa Trinidad” de los R2-D2 Builders. Sin embargo, ninguno de ellos construyó el que revive en el Episodio VII. La Fuerza acompañó a dos compatriotas del fallecido Tony Dyson.

En 2013, Oliver Steeples y su unidad se encontraban en la Star Wars Celebration de Alemania. Allí se pusieron a charlar con Kathleen Kennedy, la productora de ‘El despertar de la Fuerza’, sobre droides astromecánicos. La conversación acabó dando pie a varias reuniones, tras las que él y Lee Towersey, su compañero en el UK R2 Droid Builders Club, acabaron logrando uno de los mayores deseos de cualquier fan de la saga: crear el autómata de una de las películas.

Los dos han trabajado durante meses en los estudios Pinewood con la misión de dar vida a trece droides y cuatro unidades R2 en la cinta. J. J. Abrams habló con ellos sobre lo que quería que hiciera la unidad R2 y lo que no: no deseaba los criticados cohetes propulsores que lucía en ‘El ataque de los clones’. ” Fue increíble conocer a un director con tanto talento y descubrir que los trataba [al resto del equipo] como cualquier persona normal”, comenta Towersey.

Aunque lamentamos decepcionarte, el autómata que has visto en el cine era más sencillo que los del club. Los pitidos que escuchaste se añadieron durante la fase de edición. Ahora bien, era un droide “robusto pero liviano” gracias al aluminio y a la resina ligera que se utilizó para las partes superficiales, y su tono azul fue cuidadosamente seleccionado después de analizar su ligera evolución a lo largo de la saga. El laborioso trabajo de este dúo de fans no acabó en la construcción: también controlaron los droidesdurante el rodaje.

“A veces había muchas cámaras, así que tenías que esconderte en algún lugar y manejar a los droides sin saber si estaban siendo grabados o incluso si el droide podía verse en cámara” señala Steeples. “¡Sentía mucha presión de hacerlo bien y cumplir el objetivo cuando rodamos porque nosotros éramos los ‘expertos’ de R2 después de todo!” añade Lee Towersey.  La experiencia no fue nada mal. Este fan nos confirma que ha participado en Rogue One, el ‘spin-off’ que se estrenará en diciembre, y actualmente se encuentra en el rodaje del Episodio VIII.

ASTROMECH SPAIN, UN PEQUEÑO CLUB HA NACIDO CON FUERZA

Alejandro Clavijo está construyendo a R4-P17. Foto: ElDiario.es/Especial

Alejandro Clavijo está construyendo a R4-P17. Foto: ElDiario.es/Especial

Como cualquier comunidad, R2-D2 Builders Club también se reserva el derecho de admisión. Aunque todo el material que está en la web es gratuito, solo pueden acceder a él los miembros registrados en la plataforma, que deben explicar por qué están interesados en formar parte de ella. ” Se pide que los planos no salgan del foro y que tengas un interés real por construir la unidad”, explica José Antonio Caraballo.

Además, hay cierto secretismo en la fabricación. “Ellos son muy exclusivos, de hecho suelen ocultarse muchas cosas. Hay partes de la construcción que hemos averiguado preguntando fuera porque en América no te dice nada”, añade Alejandro Clavijo.

Este fan está construyendo a R4-P17, el droide de cabeza roja que viaja junto a Obi-Wan Kenobi en ‘El ataque de los clones’. “La complicación es que el cuerpo nunca sale en la película, solo sale la cabeza. He tenido que recabar información y preguntar cómo podría ser ese androide”, detalla Clavijo.

Este experto en automatización industrial está detallando en el blog del droide todos los elementos que ha utilizado para construirlo y para controlarlo con Arduino. Su R4 incluso puede manejarse mediante el mando a distancia de la Play Station, para lo que ha asociado cada botón a un estado de ánimo del droide, o enciende sus luces en la oscuridad gracias a sus sensores. Únicamente compró ya fabricada a Estados Unidos la cabeza, que le costó unos mil euros, aunque él mismo ha añadido los holoproyectores. Ahora, solo le falta pintarlo de rojo.

Pese a que más de un centenar de personas están registradas en el foro en España,solo una decena están construyendo su droide como Clavijo. Hace un año, los miembros más activos se reunieron en el Día del Orgullo Friki que se celebró en Madrid, un encuentro que la cadena TNT promovió al contactar con Juan Serrano, el fundador de esta comunidad en España.

Escultor, ilustrador y animador, entre otras muchas cosas, Serrano cree que lo importante de la saga es que sirvió para que “legiones de personas decidieran a qué querían dedicarse profesionalmente”. Como Caraballo, él formó parte de ese ejército. Sin embargo, no fue hasta hace poco cuando resolvió que necesitaba crear algo con sus propias manos que acompañase a su armadura de ‘stormtrooper’ en casa.

“Lo del R2 me pareció perfecto, un proyecto que me ocuparía los escasos huecos libres de los próximos dos años (con suerte) y me pondría en contacto con gente más o menos igual de trastornada que yo”, explica Serrano. Para él, los miembros del club se han convertido ahora en “compañeros ocasionales de viaje” y hablan prácticamente a diario por WhatsApp.

HOSPITALES, ANUNCIOS, CORTOS DE ANIMACIÓN O SUPERMERCADOS: ASÍ ES LA VIDA DE UN R2-D2

Como los grandes constructores internacionales, Caraballo ha conseguido el beneplácito de Lucasfilm, que le paga los gastos para que asista a los eventos. Su droide se ha paseado por la presentación del tráiler del Episodio VII en el Festival del Cine de Barcelona, en un anuncio de Movistar + o en la presentación de Kinetic Star Wars, donde conoció a Santiago Segura. “No lo hice con ánimo de esto, sino como un proyecto personal, y a raíz de eso ha venido todo lo demás… Me siento orgulloso porque me siento reconocido”, señala con humildad.

Además, todos los R2-D2 que hemos conocido en este artículo participan en eventos solidarios. ” Muchas enfermeras nos han dicho que un niñono había sonreído desde que estaba allí, y R2 le había hecho sonreír”, señala Mike Senna.

El R2-D2 de Victor Franco, además de una máquina muy social, es culta(suele acudir a museos, bibliotecas y colegios), amante del béisbol(recorre habitualmente el campo del estadio de Los Angeles Dodgers, donde además se celebra anualmente la Star Wars Night) y le encantan las bodas. De hecho, ha llevado las arras en más de un enlace matrimonial.

Otros droides astromecánicos han protagonizado incluso un romántico corto, ‘Artoo in Love’, en el que un R2-D2 vive un ‘affaire’ con una papelera hasta encontrar a su amor verdadero. Su director, Evan Atherton, un ingeniero de Autodesk, pidió un droide negro imperial y un R2-D2 para el corto.

Grant McKinney, otro de los miembros del club, se lo prestó para que R2-D2 interpretara por primera vez el papel de galán. Después de casi una década en el club, afirma que solamente en la bahía de San Francisco conoce a una veintena de constructores. ” Tenemos un dentista, un cantante de ópera, un profesor de filosofía y un contable que han construido sus droides, aunque también hay muchos ingenieros”, asegura.

En el cortometraje de Atherton, miembro reciente de la comunidad, aparece un R2-KT estático. Este droide de color rosa no nació de la ficción, sino de una triste realidad. Unmiembro de la Legión 501 quería uno de ese color para regalárselo a su hija Katie, que padecía un cáncer terminal. Un grupo del R2-D2 Builders Club lo construyó para la pequeña antes de que falleciera en 2005. Desde entonces R2-KT visita a los niños enfermos para transmitirles la magia de la esperanza, aunque también ha hecho su aparición estelar en ‘El despertar de la Fuerza’.

La pasión por construir droides ha llegado incluso a Japón. Richard Napier ha creado a R2-JI, bautizado así por ser el primero de la nación nipona, donde reside actualmente. Este profesor estadounidense ha conseguido reunir ya a 30 entusiastas en la delegación del club que ha fundado en el país del sol naciente.

Disfrazado de soldado imperial, Napier saca a pasear a R2-JI a centros comerciales, bares e incluso lo lleva en el metro. “Lo hago por llevar sonrisas allá donde voy y por dejar a la gente ver que un sueño real cobra vida”, nos confiesa. Probablemente, hace cuarenta años, Tony Dyson no pensaba que construir un droide regordete fuera no solo a hacer felices a tantas personas, sino a marcar el destino de muchas.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ElDiario.es. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

ENSAYO | ¿Por qué tanta Guerra de las Galaxias y no llega la paz?

lunes, diciembre 21st, 2015

¿Qué determinantes políticos pudieron estar detrás de la emergencia de la Alianza Rebelde y el estallido de la Guerra Civil? El estallido propiamente de la Guerra Civil Galáctica no se da hasta el momento en el que grupos disidentes desean derrocar un gobierno al que consideran ilegítimo. La decisión de centralizar el dominio del Imperio en la figura de los gobernadores es un procedimiento propio del establecimiento de un autoritarismo con vocación de ser duradero.

La guerra interminable. Foto tomada de video

La guerra interminable. Foto tomada de video

Por Pablo Simón

Madrid, 21 de diciembre (SinEmbargo/ElDiario.es).– El cuerpo de la ciencia política galáctica ha ido creciendo de manera importante los últimos eones. Junto al estudio de las defectuosas instituciones de la Antigua República, también se han presentado tratados polémicos sobre los determinantes de la sucesión de Imperios Galácticos en el universo conocido. Esta pequeña nota de trabajo se quiere sumar al creciente acerbo de reflexiones que tenemos sobre la cuestión. En concreto se centra en explorar los determinantes políticos que pudieron estar detrás de la emergencia de la Alianza Rebelde y el estallido de la Guerra Civil.

EL GERMEN DE LA REBELIÓN ARMADA

Normalmente se fija el año XIX de la era Palpatine como el del estallido de la Guerra Civil, pero sus raíces políticas se hunden en las postrimerías de la República. La Alianza Rebelde, también conocida como la Alianza para la Restauración de la República, tiene su origen político en la Delegación de los 2.000. Dicha delegación estaba compuesta por un grupo de senadores descontentos con la gestión del entonces canciller Palpatine y emitió una protesta formal reclamando la devolución de los poderes de emergencia que había asumido durante las Guerras Clon. Entre sus líderes más destacados estaban Mon Mothma (que sería la futura comandante suprema de la Rebelión), Bail Organa de Alderaan o Padmé Amidala de Naboo. Tras la entronización de Palpatine y el advenimiento del Imperio, fueron el núcleo político de la resistencia.

Sin embargo, no debería olvidarse que el establecimiento del Imperio es un proceso casi paralelo a la terminación de las Guerras Clon, una guerra de secesión. Las brasas de aquella guerra trajeron consigo importantes procesos de represión violenta a los mundos que en el pasado estuvieron alineados con la Confederación de Sistemas Independientes. En este sentido destacan especialmente dos casos. Por un lado Ryloth, en el cuál existían guerrillas organizadas que ya combatieron a los separatistas y en esta ocasión se volvieron contra las fuerzas de ocupación imperiales. Por el otro Antar 4, en el cual se produjo la famosa atrocidad del mismo nombre – represión, asesinatos y encarcelamientos masivos – por el Moff Wilhuff Tarkin. Ambos casos tienen algunos elementos similares que pueden explicar la fuerza de su reacción contra el nuevo régimen.

En ambos casos son planetas con gran desigualdad respecto a los núcleos centrales de la galaxia, mucho más ricos y urbanizados que estos planetas. Además, son planetas que claramente están orientados al exterior y o bien dependen del sector primario (agricultura y minerales en el caso de Antar 4) o bien a actividades ilegales en otros lugares de la galaxia (como es el tráfico de esclavos en Ryloth). Ello hace que en ambas haya potenciales fuentes de tensión. Por ejemplo, en Antar 4 Tyvor Mandirly, un tío de Bail Organa, fue el encargado de resolver unas disputas a propósito de las plantaciones Colfillini. Las explotaciones agrícolas no generan tantos incentivos a la cooperación entre productores porque la redistribución de tierras siempre es un juego de suma cero, lo que puede favorecer el conflicto. Lo mismo ocurre con el esclavismo, cuyo tráfico esquilma a la población nativa, permite el florecimiento de actividades ilegales y cuyo valor es fluctuante en el mercado galáctico.

Pero además, ambos son planetas cuyas fuerzas locales han tenido experiencia en la lucha de las Guerras Clon, luego disponen de bolters y armamento pesado para el combate. La existencia de veteranos (des)movilizados y de armamento sobre el terreno hace que la organización de una revuelta siempre sea más sencilla. Finalmente, sus Moffs locales se basaron para apuntalar su dominio en tropas clon de refresco provenientes de otros mundos, lo que genera todavía más sensación de agravio y el auge de movimiento anti-imperiales. Estos elementos favorecieron las erupciones violentas. Pese a ello, la represión imperial fue durísima hasta el punto de que en la Atrocidad de Antar no se distinguió aliado de enemigo. La desproporcionada reacción de las fuerzas imperiales echó leña al fuego y aumentó enormemente el resentimiento en multitud de planetas.

LOS REBELDES SE HACEN ALIANZA

Aunque con frecuencia se ha despreciado su papel durante el Imperio, el Senado siguió existiendo hasta poco antes de la batalla de Yavin. Por supuesto, no se trató de un órgano efectivo, sino más bien de una caja de resonancia de la voluntad imperial. Pese a ello, los senadores disidentes sí que pudieron intercambiar información y contactos a medida iban surgiendo células de la Alianza en gran número de sistemas. La paradoja es que un Senado cuya inoperancia fue causa del colapso de la República, sí que fuera útil para poner en común mucho del creciente descontento con el Nuevo Orden. Un proceso muy complejo y arriesgado dado que los agentes de Palpatine, guiados por Darth Vader, fueron particularmente eficaces descubriendo y eliminando a rebeldes y disidentes.

En cualquier caso, el estallido propiamente de la Guerra Civil Galáctica no se da hasta el momento en el que grupos disidentes desean derrocar un gobierno al que consideran ilegítimo. En este caso es claro que, a diferencia de las Guerras Clon, no se trató de una guerra de independencia o colonial, sino ligada a causas políticas y que incluyó a miembros tanto políticos como militares (al principio Jedi) vinculados a la Antigua República. Progresivamente la Alianza fue ganando adhesiones hasta el punto de poder formar una flota con capacidad de luchar frente al imperio en igualdad de condiciones. Ello fue posible gracias a la contribución de los cruceros Mon Calamari o la deserción de los ingenieros de INCOM con los planos del Ala X, que permitieron victorias puntuales contra las fuerzas imperiales.

Desde el punto de vista del ordenamiento constitucional del Imperio, la disolución del Senado fue un paso natural. La decisión de centralizar el dominio del Imperio en la figura de los gobernadores ( Moffs y Grandes Moffs, sus delegados en los sistemas) es un procedimiento propio del establecimiento de un autoritarismo con vocación de ser duradero. Esto permite diferentes ventajas para el dominio de Palpatine. Permite establecer reglas claras y terminar con solapamientos de autoridad del régimen anterior, al anular la autonomía de los sistemas. Permite centralizar la recaudación de los impuestos para la financiación de un aparato militar represivo cada vez mayor –recordemos que el coste de una Estrella de la Muerte es considerable y es un puntal clave de una estrategia de intimidación.

Sin embargo, dicha disolución supuso en la práctica el paso a la clandestinidad de los líderes políticos de la Alianza, que se agruparon en una flota itinerante que, al principio, estableció su base secreta en Yavin 4. Aunque el resentimiento de los líderes planetarios iba en aumento el miedo a la represión lo hacía permanecer oculto. Al no poderse coordinar los líderes, que estaban lejos y sin el vehículo del Senado, se generó una ocultación masiva de preferencias. Podía haber muchos sistemas descontentos, pero no se sabían cuantos y se veían en un dilema del prisionero; el primero en levantar la voz podía acabar como Antar 4. Por eso fue tan importante la destrucción de la Primera Estrella de la Muerte. Mandó dos señales claras a toda la Galaxia; hay oposición organizada al Imperio –que puede ofrecer apoyo político y logístico– y derrotarlo en batalla es posible. Fue solo entonces cuando hubo una masiva de sistemas a la causa de la Alianza.

LA GUERRA CONTINÚA

Las luchas entre el Imperio y la Alianza fueron inagotables a lo largo de la Galaxia, con frecuentes retiradas como la de la Batalla de Hoth hasta el momento decisivo de Endor y la destrucción de la Segunda Estrella de la Muerte. Sin embargo, podemos extraer algunas lecciones interesantes de la primera fase para entender otros conflictos galácticos. Primero, que los planetas que sean más dependientes del Nucleo, con estructura basada en recursos primarios, con pasado bélico o con ocupantes clon de otras regiones tienen más propensión a tener una reacción violenta. Segundo, que los Imperios Galácticos que quieren mantenerse tienden a la centralización política, a la inversión en importantes aparatos represores y a generar instituciones que anulen la coordinación de la oposición. Y finalmente, que los rebeldes tienen que superar la barrera que genera el miedo a la represión. Sólo un golpe de efecto que muestre que la oposición funciona puede desencadenar una bola de nieve de luchadores por la libertad. Sólo cuando parece que las cosas pueden cambiar, surge… una nueva esperanza.

Star Wars | Si te gusta el cine iraní sin diálogos, que la fuerza te acompañe

jueves, octubre 22nd, 2015
Todos los récords posibles e imposibles para una saga legendaria. Foto: efe

Todos los récords posibles e imposibles para una saga legendaria. Foto: efe

La locura generada por el tercer tráiler de Star Wars Episodio 7: El despertar de la fuerza nos hace pensar que sólo la paciencia, un peinado a lo Princesa Leia si eres mujer o una cara de desconcierto frente al espejo si eres hombre, te ayudará a pasar los días que faltan para que llegue diciembre

Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).- “Como mi mujer odia Star Wars, ahora que lloré con el nuevo trailer tuve que encerrarme en el baño”, confiesa el escritor mexicano Jaime Mesa.

El periodista argentino Eduardo Fabregat, es aún más desafiante: “Vengo del futuro: los adoradores del cine iraní sin diálogos dicen que la nueva Star Wars es una garcha (palabra que vulgarmente describe a algo que es muy malo)”.

La locura por la Guerra de las Galaxias apenas salido el tercer tráiler de la nueva película de la saga se explica como un gran fenómeno de la cultura popular y de lo que el ya citado Fabregat describe como “altos niveles de nerdismo en sangre”.

Un alto nivel de nerdismo en sangre. Imagen: Disney

Un alto nivel de nerdismo en sangre. Imagen: Disney

No exagerar. Todavía existen quienes confunden la Guerra de las Galaxias con El señor de los anillos y hay quienes piensan que esta demencia por Star Wars además de senil es esencialmente masculina, como el último gesto del macho alfa para defender su territorio de la invasión de los marcianos feministas.

“Fue masculino. Ahora es un tema pop de todos”, advierte el editor de SinEmbargo Alejandro Páez Varela, mientras a una la dan ganas de peinarse como la Princesa Leia para escribir un reportaje que pretende dar cuenta de una locura que a muchos resulta inexplicable, menos a los millones de fanáticos que se restriegan las manos sudorosas, esperando a que diciembre les devele el misterio total.

[youtube JuCKf_XTC5Y]

Precisamente, la Princesa Leia (la actriz Carrie Fisher cumplió ayer, muy oportunamente, 59 años) y Han Solo ya ancianos, enfrentados al pasado y a su juventud, engalanan el póster oficial distribuido por Disney, sin que por ahora se conozcan más detalles de una historia guardada en un cofre con siete llaves –suponemos- y que no hace más que llevar a los fanáticos al borde y al desborde de un ataque de nervios.

Una muestra en el Louvre, ideada por George Lucas. Foto: efe

Una muestra en el Louvre, ideada por George Lucas. Foto: efe

“La expectativa pudo palparse en las redes sociales, donde –para desgracia de todo el que no comulga con el universo creado por George Lucas– el hashtag #TheForceAwakens se convirtió en contraseña casi única.

En las 12 horas siguientes, el canal oficial de Star Wars en YouTube contabilizó 13 millones de reproducciones, en franca marcha a romper el récord de 20.7 millones en 24 horas que contabilizó el trailer anterior, ese que daba un golpe de gracia con la aparición final de Han Solo y Chewbacca. La preventa puesta en marcha esa noche agotó las localidades del día del estreno en varios países en tiempo record”, cuenta Fabregat en Página 12.

En México, donde todo parece estar listo para la “Warmanía”, todo se encamina a un récord histórico en la preventa, según declaró a Publimetro el director de Cinépolis, Alejandro Ramírez.

Star Wars puede convertirse en la preventa más grande en la historia del cine en México. La preventa  más grande ha sido Los vengadores 2. Hay mucha expectativa entre la gente y hay un grupo importante de fans que quieren ser los primeros en ver el episodio 7 de la saga”, afirmó.

El  poster oficial y el paso del tiempo. Foto: Especial

El inevitable paso del tiempo. Foto: Especial

QUE LA FUERZA NOS ACOMPAÑE

Para quienes, como apuntaba el periodista, no pertenecen al universo de Star Wars, lo único que queda es contar los días que faltan hasta diciembre, cuando está previsto el estreno mundial del episodio 7, aunque va de suyo que esta locura, lejos de menguar, amenaza con invadir toda la atmósfera circundante.

Como lo comprueba una usuaria de Twitter, resumiendo con precisión el fanatismo generado, en un diálogo imaginario, pero no imposible.

-Hola, cómo estás?

-Star Wars.

-ah, ¿y tu novia?

-Star Wars

-ajam, ¿y el trabajo?

-Star Wars.

-Ok, chau, nos vemos

Adidas y el homenaje a Star Wars. Foto: Especial

Adidas y el homenaje a Star Wars. Foto: Especial

OCTUBRE SERÁ EL MES DE LA GUERRA DE LAS GALAXIAS Y NOVIEMBRE TAMBIÉN

A principios de este mes, en el prestigioso y rimbombante Museo del Louvre, se inauguró la muestra “Mitos fundadores: De Hércules a Darth Vader”, que permite mostrar “una mitología, que es lo que es compartido, lo que revela las grandes elecciones de la sociedad, que según las épocas y culturas encuentra respuestas diferentes”, según ha dicho a la agencia efe el presidente de la institución, Jean-Luc Martínez.

La presencia de Darth Vader “no es artificial –explicó el funcionario-, tiene su origen en una visita de George Lucas al museo, con quien desde hace tres generaciones hemos desarrollado y transmitido un repertorio, el de la epopeya de La Guerra de las Galaxias, muy inspirado a la vez de la Biblia y la mitología clásica”.

La película que veremos en diciembre está protagonizada por Harrison Ford, Mark Hamill, Carrie Fisher, Adam Driver, Daisy Ridley, John Boyega, Oscar Isaac, Lupita Nyong’o, Andy Serkis, Domhnall Gleeson, Anthony Daniels, Peter Mayhew y Max Von Sydow.

Kathleen Kennedy, J.J. Abrams y Bryan Burk producen la cinta. Jason McGatlin es el productor ejecutivo. El guión es de Abrams, Lawrence Kasdan y Michael Arndt.

El tercer tráiler, como dijimos, ha desatado una locura, traducida entre otras cosas a través de un merchadising incesante, cuya ganancia se ha calculado en 5 mil millones de dólares en el primer año para Disney y los demás productores del filme.

Las joyas de la alemana Malaika Raiss, inspiradas en la saga. Foto: Facebook

Las joyas de la alemana Malaika Raiss, inspiradas en la saga. Foto: Facebook

Con una ganancia estimada en 615 millones de dólares de recaudación en taquilla durante la primera semana del estreno, la fiebre ha desatado por ejemplo el diseño de una colección de joyería a cargo de la alemana Malaika Raiss, con creaciones en oro y oro rosa de 18 kilates inspirados en personajes como Darth Vader.

Por otro lado, la marca deportiva Adidas no se quiso perder el fenómeno y ha lanzado la consabida colección de tenis con los personajes de la saga, al tiempo que Dior y Karl Lagerfeld para Chanel, recrearon en sus recientes pasarelas los complicados peinados de la Princesa Leia.

La firma cosmética Cover Girl, mediante el trabajo de Pat McGrath, ofrece al mercado una línea de labiales, máscaras y pinturas de uñas que evocan los colores de la Guerra de las Galaxias.

Lo dicho, esto recién empieza y que la fuerza te acompañe, querido fanático.

¿Es Luke Skywalker el nuevo villano de La Guerra de las Galaxias? (VIDEOS)

martes, octubre 20th, 2015

Preguntas, el nuevo tráiler ha dejado. Muchas dudas, los fans tienen. Pero todos tenemos un buen presentimiento sobre esto. En diciembre, por fin, la nueva saga de La Guerra de las Galaxias estará en los cines.

[youtube sGbxmsDFVnE]

Ciudad de México, 20 de octubre (SinEmbargo/EFE).– La Fuerza es fuerte, pero algo provoca disturbios en ella porque el Lado Oscuro no ha dejado de palpitar, a pesar de seis películas y 39 años de historias.

Y todos tenemos un buen presentimiento sobre esto.

Otra vez Han Solo. Otra vez la princesa Lea y Lando. La sombra de Darth Vader en un mundo que no tiene Internet (ni redes sociales para enterarse lo que pasa en planetas y lunas ocupadas). Muchos nuevos personajes buenos y malos, chistosos y feroces, de una galaxia muy, muy lejana. Y este diciembre, La Guerra de las Galaxias (Star Wars) volverá a las pantallas de cine.

Los boletos para el estreno están a la venta en Estados Unidos y en México. No todos alcanzarán. Sin embargo, nadie desespere ni tenga miedo –habrá boletos para todos en algún momento– porque, lo sabemos por Yoda, el miedo lleva al enojo, el enojo al odio, y el odio lleva al sufrimiento.

Ayer se liberó el nuevo tráiler de la secuela. Apenas dos minutos de metraje han desatado la locura entre los seguidores de la saga. Millones de vistas en sus primeras horas y fans apenados por la posibilidad de que Luke Skywalker se haya pasado al Lado Oscuro de la Fuerza en esta nueva entrega: “The Force Awakens”.

Porque, en efecto, Luke no aparece. Ni como bueno, ni como malo. Y es el artífice de la rebelión que logró, en la sexta parte, derrotar a Darth Vader.

El segundo teaser o avance de la película, lanzado en abril, ya ha sido visto 65 millones de veces, según datos de Google.

[youtube ngElkyQ6Rhs]

NADA CLARO

En estas nuevas imágenes no queda nada claro, pero adelanta una estética similar a la de la trilogía original, estrenada entre 1977 y 1983, y anticipa una historia tenebrosa en la que uno de los personajes es arrastrado al lado oscuro, como ocurrió con Anakin Skywalker/Darth Vader, el padre de Luke.

La identidad del nuevo “traidor” no se despeja, pero la teoría más expandida en Twitter –donde el tráiler se ha mantenido como trending topics a nivel mundial– es que se trataría del propio Luke, el héroe de la historia creada por George Lucas.

En esta nueva entrega, Lucasfilm y Disney han recuperado a los tres protagonistas de la primera trilogía –Mark Hamill, Harrison Ford y Carrie Fisher–, que son uno de los principales atractivos de la película dirigida por J.J.Abrams.

Pero, mientras Han Solo (Ford) y la princesa Leia (Fisher) sí aparecen en el tráiler –incluso fundidos en un emotivo abrazo– el rostro de Luke (Hamill) no se ve en estas nuevas imágenes, aunque sí una mano derecha biónica como la que él tiene desde que su padre le cortó la mano en uno de los épicos enfrentamientos de la saga en el episodio V, “The Empire Strikes Back”.

En este caso es un misterioso hombre, con una capa que le cubre la cabeza, el que, con su mano biónica, acaricia a un maltrecho R2-D2, uno de los inseparables robots de Luke.

Además, los fans ávidos de novedades han creído ver a Luke, vestido de negro de la cabeza a los pies, en una escena en la que afirma, mirando la careta destrozada del fallecido Darth Vader: “Cumpliré con nuestro destino. Acabaré lo que tú empezaste”.

[youtube dazQF1NvkhU]

CAPUCHA NEGRA

Una teoría que se refuerza con el hecho de que en el cartel oficial de la película, lanzado el pasado sábado, tampoco aparece Luke, pero sí un misterioso personaje con careta y capucha negra.

Pero no hay que olvidar que una de las nuevas incorporaciones a la saga, Adam Driver, uno de los malos oficiales de la historia, como Kylo Ren, que tampoco aparece en el póster.

Si es Luke o Ren el que está bajo ese traje se descubrirá el 18 de diciembre, fecha oficial para el estreno mundial y, aunque aún faltan casi dos meses, hoy se han puesto a la venta las entradas de forma anticipada en todo el mundo.

Las mayores ventas anticipadas se esperan en Estados Unidos, donde incluso se podrá ver la película el día 17 por la noche en sesiones especiales y donde las personas que compren las entradas hoy optarán a un sorteo para asistir a la premier mundial de la película, que se celebrará el 14 de diciembre en Los Ángeles.

A ella se espera que asista todo el elenco del filme. Junto a Ford, Hamill y Fisher, las nuevas incorporaciones: Adam Driver, Daisy Ridley, John Boyega, Oscar Isaac, Lupita Nyong’o, Andy Serkis, Domhnall Gleeson, Anthony Daniels, Peter Mayhew o Max Von Sydow.

Los personajes de Rey y Finn, interpretados por Daisy Ridley y John Boyega, respectivamente, parecen ser centrales en esta nueva entrega de Star Wars, según lo que han dejado entrever todos los avances de la película.

Y ellos mismos se han encargado de apuntalar esa idea, con sus reacciones emocionales en las redes sociales ante la cantidad de visitas del nuevo tráiler.

“The trailer is just eeeeeppppiiiiicccc”, afirmaba Boyega bajo el vídeo en el que aparece muy pensativo mientras ve el tráiler y Ridley cuenta que se puso el despertador para ver las imágenes en directo por televisión -en la cadena de deportes ESPN- y se muestra emocionada hasta las lágrimas tumbada en su cama.

Parece dispuesta a cumplir con las últimas palabras del tráiler: “La fuerza te está llamando. Déjala entrar”.

[youtube ytDEBDMKNMo]