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GUÍA | Bangkok, ese caos maravilloso del sureste asiático

viernes, marzo 30th, 2018

Templos, palacios y mercados flotantes marcan la identidad de la capital tailandesa. ElDiario.es te da las claves para explorar este macrocosmos dónde el orden es una quimera.

Por Viajar Ahora

Ciudad de México, 30 de marzo (SinEmbargo).– El río Chao Phyara es la avenida más importante de Bangkok. Si pasas en la capital de Tailandia tendrás que cruzarlo, atravesarlo o recorrerlo en multitud de ocasiones. Porque esta ciudad es, sobre todo, agua. Y caos, también. Pese a la ola de modernización de las últimas décadas, la ciudad es como una inmensa red de callejones y canales que buscan con desesperación el cauce grande y marrón del Chao Phyara. Y la mejor manera de hacerse una primera idea de lo que nos espera es, precisamente, huir del caos y acercarse a la nueva Bangkok, allá dónde se alzan los modernos rascacielos y la ciudad se empieza a parecer a casi cualquier otra. Subir a la terraza panorámica del Baiyoke Tower II(Ratchaprarop Rd, 222; Tel: (+66) 2656 3000; Horario: LD 9.00 – 23.00) y ver desde las alturas la maraña de edificios y casas que forman este bendito desorden. Otra buena atalaya es el State Tower (Silom Road, 1055), a dos pasos del río y tomar algo en el exclusivo Sirocco Bar (Horario: LD 18.00 – 01.00) para ver cómo la tarde se va convirtiendo en noche y la ciudad se transforma.

Dicen que a Bangkok o la odias o la amas. No es fácil comprenderla. Como decíamos antes, es una malgama de canales, calles y avenidas sin demasiado sentido; pero también es muy fácil dejarse arrastrar y tornar esa impresión primera (que nos choca culturalmente) en fascinación. Entonces empezarás a ver los colores; la vitalidad de la gente; a diferenciar el olor de las especias en el humo de los restaurantes callejeros. Un par de días bastan para conocerla (tres o cuatro) y para crear ese vínculo del que te hablábamos. Un par de días que te servirán para descubrir una ciudad diferente y fascinante que sirve de puerta de entrada a uno de los países más demandado por el turismo global: un chutazo de realidad y cultura tailandesas antes de perderse por bucólicos campos de arroz o tostarse al sol en playas paradisíacas.

Entre tanto caos, es difícil planificar. Hay cientos de templos, una multitud de museos (de todo tipo) y mil y un lugares dónde ir. Por eso hay que tener claro que ver en Bangkok. Nosotros te vamos a ofrecer un listado de los lugares que no debes perderte. Ya te hemos adelantado lo de los miradores y ahora vamos a pasar a enumerar un listado de lugares que creemos no deben faltar en la visita.

Wat Phra Kaeo. Foto: Wikimedia Commons

Gran Palacio Real y el Wat Phra Kaew (Templo del Buda esmeralda).- Maha Rat Road, 1; Tel: +66 2 623 5500; Horario: LD 8.30 – 15.30 (sábados y domingos las salas están cerradas); Requiere de código de vestimenta (pantalón largo y mangas). No es mala idea empezar por aquí. El Palacio Real fue residencia de la familia regente desde el siglo XVIII hasta mediados del XX. Como suele suceder con otros complejos palaciegos orientales, se trata de un conjunto de pabellones, edificios y jardines que resumen tres siglos de arquitectura local. Para construir esta pequeña ciudad amurallada se cavaron canales y depósitos con el objetivo de crear una pequeña isla artificial con conexión directa al río. El resultado es espectacular. Los edificios son una muestra de la maestría de los carpinteros y canteros locales y, también, un auténtico estallido de color y de sincretismo de varias corrientes artísticas e influencias; un ejemplo es el Salón del Trono, que mezcla los estilos locales con una síntesis del renacimiento italiano. En el extremo nororiental del complejo se encuentra el Wat Phra Kaew, el templo budista más importante del país y en el que se venera al Buda esmeralda. Ojo, aquí no está permitido hacer fotos.

Wat Pho (Templo de Buda Reclinado).- Sanamchai Road, 2; E-mail: [email protected]; Horario: LD 8.30 – 18.00; Requiere de código de vestimenta. Es otro de los lugares que ver en la ciudad sí o sí. Es uno de los seis templos reales de la ciudad y también uno de los más populares entre los habitantes de la ciudad. El edificio es ya todo un alarde de pericia constructiva que merece la pena verse aunque la atracción principal es la enorme escultura de Buda reclinado (46 metros de largo y 15 metros de alto) que es la más imponente de las mil imágenes que se reparten por todo el complejo y representa su tránsito desde la muerte al Nirvana. Aquí se fundó la primera universidad de la ciudad y fue sede de la ‘Facultad’ de medicina durante siglos. Una de las cosas que más sorprenden de este lugar son sus cien estupas (esas torres típicamente tailandesas en forma cónica y profusamente decoradas), que fueron donadas por importantes personalidades locales (incluidos cuatro reyes) como ofrenda y relicarios.

El Buda reclinado es la principal atracción del Wat Pho. Foto: Wikimedia Commons

Wat Arun (Templo del Amanecer).- Thanon Arun Amarin, 34; Horario: LD 8.00 – 17.30, Requiere de código de vestimenta. A Wat Arun hay que llegar en uno de los barcos que cruzan el río (está justo en frente del Palacio Real y Wat Pho. La vista de la enorme estupa que corona el edificio central es, sencillamente, espectacular. Un verdadero regalo para la vista y las cámaras de fotos. Uno de los templos más antiguos de la ciudad y primera residencia del Buda de Esmeralda antes de que éste cruzara el río hacia el Palacio Real. Es un edificio estilo Jemer que te transportará de inmediato a los grandes templos camboyanos y a la mítica Angor Wat. El exterior de las torres (prangs) es un verdadero libro sobre el hinduismo con una carga monumental de pequeñas figuras y filigranas de piedra y cerámica . Se puede subir a lo más alto de su torre central y las vistas sobre el río y su orilla oriental son sencillamente espectaculares. Es una de las mejores visitas de la ciudad. Y también merece la pena verlo de noche desde la otra orilla del Chao Phyara.

Chinatown .- Yaowarat Road y alrededores. La construcción del Gran Palacio Real supuso el traslado de un gran número de comerciantes chinos y sus familias. El lugar elegido para la refundación del barrio chino fue el sur de la ciudad en lo que hoy es la Avenida Yaowarat, arteria principal de la chinatown de nuestros días y punto de ebullición de una activa área comercial que se abre a ambos lados de la calle y se extiende por los callejones anejos. Aquí se puede encontrar prácticamente de todo y también hay una amplísima oferta gastronómica en restaurantes y puestos callejeros de todo tipo. El barrio es un auténtico subidón de imágenes, sonidos, olores y sabores. Y más allá de los puestos, tiendas y tenderetes, también hay un par de lugares dignos de visita. El primero es el Viejo Mercado de Sanpeng (ver mapa) un estrecho callejón repleto de tiendas donde hay de todo. Otro punto que no debe faltar en el paseo es el Wat Traimit (Tri Mit Rd, 661; Horario: LD 8.00 – 17.00) con su famoso buda de oro macizo, que estuvo escondido durante siglos bajo una capa de estuco basto para disuadir a los codiciosos. Otro de los atractivos del barrio chino es su enorme oferta gastronómica en la que te puedes encontrar casi de todo: hasta un bar de tapas español con croquetas y patatas bravas ( El Chiringuito ) por si lo echas de mernos.

Yaowarat Road es el centro del Chinatown de Bangkok. Foto: Wikimedia Commons

Los mercados flotantes .- Es una de las mejores experiencias que se pueden tener en la ciudad. El río Chao Phyara se desborda a ambos lados de su cauce en una tupida red de canales que van para todas partes y ahí también se vende, se compra, se cocina y se come aunque a bordo de barcazas, canoas y balsas de fortuna. Todo un espectáculo. Los mercados más turísticos y multitudinarios son los de Damnoen Saduak y Amphawa (ver mapa –estrellas naranjas-) bastante alejados del centro pero espectaculares; más cercanos son el pequeño mercado de Khlong Lat Mayom y el encantador Taling Chan, que se encuentra a poca distancia del cauce del Chao Phyara y, por lo tanto, del centro de la ciudad.

La Casa de Jim Thomson .- hwaeng Wang Mai, 1; Tel: (+66) 2216 7368; Horario: LD 9.00 – 18.00. Este museo de arte asiático se encuentra a las orillas del canal de Phanfa Bridge y constituye una oportunidad irrepetible de ver por dentro una casa tradicional tailandesa a parte de contener una muy buena colección de arte local. Otra de las experiencias que implica la vista es recorrer un klong (canal) desde su desembocadura en el Chao Phyara hasta prácticamente la puerta del museo. Y si te gusta visitar museos pues haces un pleno. Y la historia del propio Thomson es de película. Arquitecto de formación, se dedicó al comercio de sedas y en sus viajes se interesó por el arte local. Desapareció sin dejar rastro en 1967.

Khao San Road .- Esta calle es una auténtica locura. Es la más famosa de la ciudad entre los miles de mochileros europeos y norteamericanos que llegan a la ciudad y esto la convierte en un verdadero museo de los horrores en lo que abunda lo malo pero también algunas buenas sorpresas en forma de restaurantes de comida tradicional a precios bajos. No nos gustan este tipo de lugares, pero hay que verlo. Sobre todo para ver de qué manera el turismo de masas es capaz de convertir cualquier lugar en una especie de parque temático del consumo. Si estás reservando hotel en la ciudad huye de este lugar como la peste.

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GUÍA | Puro placer en Sidney, la capital del país de Oz

viernes, agosto 25th, 2017

Sidney no es una ciudad cualquiera. Capital oficiosa de Australia, presume de su calidad de vida, su dinamismo y un entorno privilegiado. A continuación, una guía con los lugares que es casi obligatorio visitar.

Por Viajar Ahora

Ciudad de México, 25 de agosto (SinEmbargo/ElDiario.es).–  Dicen que es la bahía más bonita del mundo. Nadie podría imaginar que lo que nació como colonia penitenciaria a finales del siglo XVIII se iba a convertir en una de las ciudades más prósperas, dinámicas y atractivas del mundo; una especie de torre de babel dónde la edad media apenas supera los 35 años y que es considerada como uno de los lugares con mayor calidad de vida del mundo. Aquí el urbanismo de calidad y la planificación se combinan con el entorno formando un conjunto en el que sobresalen las playas, las grandes zonas arboladas y grandes hitos arquitectónicos. Una combinación de factores que la convierten en una de las urbes con mayor reputación del mundo: sólo 200 años después de que llegaran, en un estado muy próximo a la esclavitud, los primeros presos deportados desde Inglaterra.

Los australianos se llaman a sí mismos ozzies, en referencia al mágico país de Oz. Un lugar “más allá del arcoíris” lleno de maravillas. Esta denominación es a la vez irónica y sentimental y alude a los terribles orígenes de la nación. Pero hoy, Australia es uno de los países más desarrollados del mundo y Sidney una ciudad fantástica. No hay baldosas amarillas. Aquí es el azul del mar y el verde de sus jardines y parques nacionales los que marcan el camino de una ciudad fascinante que vive en la calle. ‘Out of house’ (fuera de casa) es el lema ciudadano; un estilo de vida extrovertido, dinámico y hedonista que contrasta con la arraigada cultura del trabajo y de los negocios.

EL CENTRO HISTÓRICO, LA BAHÍA

La pequeña cala de Sidney (Circular Quay) articuló el nacimiento y crecimiento de la ciudad allá por 1788. Fue una fundación fruto de la necesidad. La independencia de los Estados Unidos obligó a los ingleses a buscar otro lugar dónde deportar a sus criminales y la solución llegó desde el otro lado del mundo. Las huellas de ese pasado se encuentran en el barrio de The Rocks, un pequeño laberinto de calles adoquinadas y pequeños edificios de sobrio estilo inglés en la que abunda el ladrillo rojo que nos recordó de inmediato al casco histórico de Boston (acceso parada de Circular Quay). La antigua colonia de condenados a trabajos forzosos es hoy un lugar plagado de tiendas de diseño, talleres de artistas, artesanos y restaurantes a la última. La historia de la ciudad aún resiste en lugares como la Cabaña Cadman, el edificio más antiguo de la ciudad y el único de la primera Sidney que aún sigue en pie, o el Susanna Place Museum, una vieja tienda de 1844 que permite ver cómo eran las viviendas de esta primera época.

La célebre Casa de Ópera. Foto: Wikimedia Commons

Las antiguas habitaciones que albergaban a los presos se construyeron a las afueras de la ciudad aunque hoy se sitúan a las puertas del céntrico Hyde Park (como el de Londres) y a dos pasos de la neogótica Catedral de Santa María se encuentran los Barracones de Hyde Park, otra de las escasas inmersiones en la breve historia de Sidney. Inmersos entre los rascacielos del City Centre la cárcel es, sin duda alguna, el mejor museo para comprender el origen y los primeros años de historia local (se calcula que entre 1786 y 1850 fueron enviados a Australia unas 165 mil personas) y un imprescindible de cualquier visita. Aunque no te gusten los museos (hay unos 200 en toda la ciudad). Otros lugar de interés del City Centre es la Sydney Tower el edificio más alto de la ciudad. En lo más alto hay un espectacular mirador 360 grados que domina toda la ciudad. La entrada es bastante cara, pero merece la pena.

Desde aquí se impone el vagabundeo con la vista puesta en la bahía para terminar la jornada junto al mar buscando la foto paradigmática que une, desde Mrs Macquaires Point, a la Sidney Opera House y al Harbour Bridge ( merece la pena subir). Una de las mejores vistas de la bahía, incluyendo la Ópera y el Puente se obtienen desde Fort Deninson (acceso en ferry desde Circular Quay, Darling Harbour y Manly & Watsons Bay) una pequeña batería de artillería de mediados del XIX situada a medio camino de las dos orillas. Los atardeceres junto al Opera House y el Royal Botanic Gardens son impresionantes (el edificio está abierto hasta las 20.30).

PLAYAS, PLAYAS Y MÁS PLAYAS

Playa Bondi, al este de Sídney. Foto: Wikimedia Commons

Al norte y al sur. La Bahía de Sidney se encuentra con el mar a través de una sucesión de increíbles playas. Bondi Beach, en la desembocadura sur, y Manly Beach, en el norte, son las más frecuentadas por los turistas y también apreciadas por los locales. Algo que recomendamos es tomar el ferry desde los muelles de Circular Quay y recorrer toda la bahía hasta Manley Wharf para visitar Manly, que no es sino la primera de una cadena de enormes playas que se extienden hacia el norte y que culminan en el Faro de Barrenjoey (impresionante Palm Beach, en el extremo norte). Manly inicia el recorrido hacia el sur. Es la zona preferida por los surfistas y también punto de arranque del Coastal Walk, un animado paseo marítimo que conecta Manly con Bronte Beach. Para los surferos más intrépidos quedan lugares como la mítica Curl CurlWhale Beach o Long Reef. Para los expertos queda Shark Island bastante más al sur (frente a la exclusiva Playa de Cronulla).

MÁS ALLÁ DE LOS CIRCUITOS TURÍSTICOS

Un paseo en velero por la bahía de Sidney. Foto: Wikimedia Commons

Un paseo por Glebe: Este pequeño barrio situado al suroeste del City Centre (acceso líneas 431 y 433 del sistema de buses públicos) es una clase magistral sobre el modo de vida australiano (el famoso out of house que tanto se parece a nuestro propio modelo de ocio) y una buena muestra de porqué estamos en una de las ciudades más amables y con mayor calidad de vida del mundo. Casitas de una o dos plantas rodeadas de jardines e impresionantes espacios verdes, como Victoria Park –integrado en el Campus de la Universidad de Sidney-, forman una auténtica ciudad jardín plagada de cafés, tiendas de diseño, pubs con encanto y mercadillos callejeros; el Glebe Market se celebra los sábados y es de los más concurridos de la ciudad. Bien merece una visita.

Al norte de Harbour Bridge: Conviene cruzar el puente al menos una vez. Una incursión por Milson’s Point y Blues Point además de brindar muy buenas panorámicas sobre el centro y la bahía también nos permite ver dónde viven la mayor parte de los habitantes de Sidney. Los barrios de McMahons y Kirribilli alternan casitas encantadoras, más de una mansión, jardincillos, vistas increíbles sobre la bahía y sorpresas como el Wendy’s Secret Garden (Dirección: Lavender Bay, sn), un precioso jardín que alterna paisajismo y una muy buena colección de arte contemporáneo.

Las compras más exclusivas: En Oxford Street se encuentran algunas de las firmas más famosas de Sidney y también el Mercado de Paddington(Dirección: Oxford Street, 395), dónde puedes encontrar prácticamente de todo. La tienda central de las famosas botas Ugg se encuentra en pleno City Centre (Queen Victoria Building, 33; George Street, 455) a dos pasos de la Sydney Tower. Otro clásico de las compras en pleno centro es Myer, uno de los centros comerciales más famosos de la ciudad.

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La guía de verano para jugar, comer, divertirse y viajar

viernes, julio 14th, 2017

Es tiempo de vacaciones, de ser turista en su propio país y de disfrutar la variedad gastronómica y cultural que México ofrece. Hay planes para todos gustos y bolsillos, por eso en Mundano, recomendamos algunos planes para entretener el tiempo libre.

Video: Sandra Sánchez Galdoz

Texto: Daniela Medina

Ciudad de México, 14 de julio (SinEmbargo).– Si bien no todos pueden ni gustan de salir de vacaciones y otros prefieren aprovechar sus días libres turisteando en su propia ciudad o regalándose una rica comida, el verano es el pretexto perfecto para disfrutar el tiempo libre.

Por ello, les damos algunos tips sobre eventos y lugares en varios estados de la República donde sacarle provecho al ocio.

ENTRETENIMIENTO TODO EN UNO

Cranker es el bar deportivo en donde consumir alitas, hamburguesas y cervezas. Foto: Sandra Sánchez Galdoz

Alboa Prime tiene un propósito esencial: ser el mejor centro de entretenimiento de Latinoamérica y en el camino, hacer que todos sus visitantes se sientan especiales. Aunque hay varias sucursales en el país (Mazatlán, León, Cuernavaca, Veracruz, San Luis Potosí y Valle Dorado), la ubicada en Santa Fe, en la Ciudad de México, busca competir con otros entertainment halls de ciudades como Las Vegas.

Es principalmente un boliche, pero ahí mismo confluyen otras tres partes en donde el disfrute de la comida reina, en conjunto y bajo supervisión del chef Daniel Ovadía, se creó el menú de Cranker, Dao y la terraza.

¿Unas alitas mientras ves el partido? Toda la comida pasó por el visto bueno de Daniel Ovadía. Foto: Sandra Sánchez Galdoz

El primero es un sports bar donde lo principal son las pantallas que rodean todo el lugar y en donde se transmiten los encuentros de todo tipo de deportes y claro, si hay algún evento especialmente relevante, todas se sincronizan.

El menú de ahí, incluye alitas, cervezas y hamburguesas, pero no de cualquier tipo, éstas tienen ingredientes especiales como la mayonesa de malta, el ate de membrillo, portobello o ajo rostizado.

La 2, la 7 y la 9. En el menú, las hamburguesas van por número. Foto: Sandra Sánchez Galdoz

También hay postres, desde pasteles de triple chocolate o de queso con fresas, hasta sundae de chocolate blanco y crumble de manzana con frutos secos. Cabe aclarar que aquí, todas las raciones están pensadas para compartir o bien, para hambre o antojo considerable.

El crumble de manzana con frutos y helado de vainilla. Foto: Sandra Sánchez Galdoz

El área más silenciosa de Alboa, donde se puede escuchar música zen a niveles bajos, es donde se encuentra Dao, especializado en comida japonesa con sushi, temakis, niguiris, sopas y arroces.

En la Terraza Alboa, antes llamado Avira, ahora se apuesta por un lugar para tomar cocteles. Foto: Sandra Sánchez Galdoz.

En la Terraza, que en días templados puede quedar al descubierto, el fuerte son los tragos preparados y es un sitio ideal para tomar un descanso luego del boliche o para el precopeo. Es ahí en donde los fines de semana suena un dj, grupos en vivo y próximamente habrá show de magia.

La vista desde el boliche a la Terraza. Foto: Sandra Sánchez Galdoz.

UNA ESCAPADA

PUEBLOS MÁGICOS

En México hay 111 “pueblos mágicos” y miles más sin tal denominación. Los elegidos son llamados así por la Secretaría de Turismo (Sectur), dentro del Programa de Pueblos Mágicos y Destinos Prioritarios, con el cual se buscaba desarrollar el potencial que las poblaciones del país tienen para atraer visitantes y a la vez beneficiar a la comunidad local.

Como sello característico, estos lugares deben de conservar su historia, cultura y tradiciones y a la vez compaginarlo con la modernidad, servicios y comodidades para ser un destino turístico.

Los hay con playa, como Sayulita y Bacalar; templodos, como San Cristobal de las Casas y Valle de Bravo; o para pasar el fin de semana como Tepoztlán, Mineral de Pozos u Jerez.

Hay muchos, en todos los estados del país, seguro alguno te queda cerca.

POR TEMPORADA

Durante julio y agosto se organizan muchos eventos en todo el país, aprovechando las vacaciones o bien lo que dicta la naturaleza.

Por ejemplo, es temporada de luciérnagas en los santuarios de Nanacamilpa, Tlaxcala. Estos insectos luminosos son visibles a partir de las 8:30 de la noche y por supuesto, sin lámparas. El sitio de la Secretaría de Turismo de Tlaxcala recomienda tours y bosques certificados.

También en esta época comienzan las fiesta de la vendimia en los estados vinícolas del país. Las organizadas por Casa Madero, en Parras, Coahuila, se celebran del 4 al 9 de agosto. Por las mismas fechas, comienzan las de las distintas casas de Ensenada, uno de los terrenos más importantes en cuanto a producción y turismo vitivinícola.

También en Querétaro, las Cavas Freixenet hacen su tradicional pisado de la uva y recorrido por sus instalaciones.

En Oaxaca, todo el mes es de celebración de su principal fiesta, La Guelaguetza, que incluye actividades musicales, artísticas y gastronómicas.

PARA COMER Y BEBER

La octava edición de uno de los festivales gastronómicos más importantes de la capital mexicana se celebrará el 22 de julio en la colonia Juárez, Comilona, reúne esta vez a 24 expositores con propuestas emergentes e independientes.

Un tanto lejos, en Oaxaca, Oaxaca, del 15 al 25 de julio habrá Feria Internacional del Mezcal,  un encuentro que llega a su vigésima edición, con la creación de ocho distintos pabellones para disfrutar de esta bebida 100 por ciento mexicana: el agroindustrial, el gastronómico, el gubernamental, principal, cultural del mezcal, de espectáculos, artesanal y el Palenque temático.

En la CdMx habrá un festival para homenajear al chile. Foto: Facebook (elbonitotianguis)

De vuelta a la CdMx, como parte de Expo Japan, habrá un Ramen Festival en la colonia Águilas, en donde se podrán probrar muchas variedades de este platillo típico japonés, así como comprar lo necesario para prepararlo y disfrutar de manifestaciones artísticas de la comunidad japonesa en México.

También en la Ciudad de México, pero en la colonia Roma, habrá un festival de todo un fin de semana dedicado al chile, organizado por El Bonito Tianguis y Huerto Roma Verde, “Nuestro amor por el chile”, rendirá un homenaje a este ingrediente necesario en la cocina nacional, con platillos picosos, moles y toda la variedad de especies para llevar.

A LOS MUSEOS

Un año más, el Museo de Historia Natural se compromete con las actividades veraniegas y ofrece talleres astronómicos para niños y distintas estaciones didácticas, en las que hay demostraciones gratuitas de “evolución de los seres vivos” y “adaptación al medio acuático”, entre otros.

El Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) ofrece entre agosto y noviembre su Laboratorio de arte contemporáneo para niños, especializado en cuatro disciplinas: teatro contemporáneo, video arte, experimentación plástica y arte sonoro.

Su pieza del mes es una muestra de insectos y su relación con la medicina. Foto: Museo de Historia Natural

Hasta el 6 de agosto, la exposición Dreamworks Animation estará en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco), para ofrecer una exploración del enfoque colaborativo y visionario del estudio en la animación, arte, tecnología y narración.

También la capital regiomontana, está el Horno 3, Museo del Acero, el cual se adaptó a uno de los hornos de la antigua fundidora de Monterrey, en donde ahora se puede aprender de manera interactiva los procesos de esta industria.

En San Luis Potosí hay un museo dedicado a los niños, su nombre es Laberinto de las ciencias y las artes, en el cual hay cinco salas temáticas e interactivas que transmiten el conocimiento científico, tecnológico y artístico. Además cuenta con una sala de cine 3D, un foro al aire libre, un observatorio, un corral con animales de granja, un “desierto” con flora del altiplano potosino, además de un área de juegos.

AL AIRE LIBRE

El nuevo skatepark en el Zoológico de Los Coyotes. Foto: Mundano, SinEmbargo.

El Bosque de Chapultepec, en la CdMx, tendrá actividades especiales del 15 de julio al 20 de agosto, como la Biciescuela, pic-nic nocturno, el recorrido en bici para conocer los ahuehuetes, proyección de películas, cuentacuentos, además de diversos talleres.

Es ahí donde está uno de los cinco skateparks que el Gobierno de la Ciudad de México ha construido para todos aquellos que gustan de hacer piruetas en patines, patinetas y bicis.

Si estás más al norte del país, puedes visitar el Hotel Bosques de Monterreal, en Arteaga, Coahuila, que tiene la infraestructura típica de los resorts para esquiar, pues durante el invierno es posible hacerlo en nieve natural, pero en el resto de los meses tienen nieve artificial y una  pista en la que se puedan rentar esquís y snowboards.

AL CINE O AL SILLÓN

Guanajuato celebra la edición número 20 de su Festival Internacional de Cine (GIFF, en inglés) con proyecciones y actividades del 21 al 25 de julio en San Miguel de Allende y del 26 al 30 en la capital del estado.

En la Ciudad de México, el 37 Foro Internacional de la Cineteca del 14 al 31 de julio.

Y si todo falla, siempre queda la diversión casera que aporta Netflix y el resto de los servicios de streaming. Y estos son, los estrenos de este mes:

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Para el cine, una de las cadenas más importantes del país, tendrá un ciclo especial de las Princesas de Disney durante las vacaciones, en las que proyectarán clásicos como Blanca Nieves y los Siete Enanos, La Cenicienta y Aladdín, hasta las más nuevas como Frozen, Moana y Valiente.

Además, entre los estrenos más importantes está la última parte de la nueva trilogía de El Planeta de los Simios, “La Guerra”; Transformers, el último caballero; Valerian y Annabelle 2.

Choquequirao: la ruta hacia la ciudad hermana de Machu Picchu

viernes, junio 30th, 2017

La “Cuna de Oro” de los incas comparte muchas similitudes con el yacimiento arqueológico más importante del Perú, pero su difícil acceso la convierte en una experiencia única.

Por Viajar Ahora

Ciudad de México, 30 de junio (SinEmbargo/ElDiario.es).– Una ciudad inca perdida en lo alto de una montaña descubierta casi por casualidad y que guarda miles de tesoros de la grandiosa civilización suramericana. Si nos quedáramos ahí todos los pensamientos se irían de manera inmediata y automática a la mítica Machu Picchu. Pero si añadimos que a este lugar acceden muy pocos viajeros y que se puede disfrutar en algo muy parecido a la intimidad, la cosa cambia. Pocos viajeros saben de la existencia de Choquequirao. Nosotros mismos no la visitamos la primera vez que viajamos por el Perú. La descubrimos después gracias a la charla viajera con una caminante empedernida de Buenos Aires. Como sucede con su “hermana”, estamos ante una ciudadela de gran tamaño y prácticamente intacta. Y para más alicientes, sólo es accesible a pie en una caminata que dura, como mínimo, tres días. Ideal para viajeros que no quieren ser turistas. Hay un proyecto para construir un teleférico desde Kiuñalla que acercará el Yacimiento al turismo de masas.
Choquequirao en quechua significa Cuna de Oro. Al igual que sucede con Machu Picchu, hay multitud de teorías sobre su origen y su función. Pero más allá de las acostumbradas explicaciones místicas, la ciudad responde a la tipología de otras urbes como la propia Machu Picchu, Ollantaitambo o Pisac. La ciudad cuenta con zonas residenciales; áreas destinadas al culto solar, grandes plazas que comunican los diferentes barrios y una inmensa red de terrazas de cultivo que abarca cientos de hectáreas agrícolas. Hasta el momento se ha excavado un 30% de la superficie total del yacimiento que abarca más de mil 800 hectáreas.

¿DÓNDE ESTÁ CHOQUEQUIRAO?

El pueblo de San Pedro de Cachora, uno de los accesos. Foto: Wikimedia Commons

La ciudadela se encuentra a los pies del Nevado de Salcantay en la cuenca del Río Apurímac. El yacimiento está dentro de la jurisdicción del municipio de Santa Teresa, en la provincia del Cusco, aunque se accede desde el pequeño pueblo de Cachora, que está justo en el límite de la provincia de Apurímac. Para llegar hasta el lugar desde la ciudad de Cusco hay que tomar la ruta 35 en dirección a Abancay hasta el punto kilométrico 154. Desde allí, un desvío a la derecha nos lleva hasta Cachora, lugar desde dónde parte el sendero de 27 kilómetros que lleva hasta la antigua ciudad inca.

Hay dos formas de llegar: En autobús de línea el precio hasta Abancay (no todas las empresas te dan la posibilidad de parar en el cruce con Cachora) ronda, según la calidad de los vehículos, entre los 30 y los 50 soles (9 y 15 euros respectivamente). Desde Abancay se puede encontrar una combi que te deje en Cachora ronda los dos euros (56 kilómetros). La otra forma es ir en combi desde Cusco hasta Curahuasi lo que te va a suponer un ahorro considerable (unos seis euros) y la posibilidad, sí o sí, de que te dejen en el cruce. Una vez ahí o esperas a que alguien pase o te bancas un paseo de unos 10 kilómetros si se toma la senda que indicamos en el mapa (si se sigue por la carretera la distancia sube a 14 kilómetros).

¿ES NECESARIO CONTRATAR UN TOUR?

A diferencia con lo que ocurre con el Camino del Inca, la ruta hasta Choquequirao se puede hacer por cuenta propia aunque te intenten decir que no. Hay que tener en cuenta varias cuestiones. La primera es que se trata de un trekking de alta montaña con rampas durísimas, desniveles brutales y altitudes que se acercan a los 3 mil metros en su punto culminante. No es un sendero para todo el mundo. Hay que estar en buena forma física y tienes que cargar con el equipo, una tienda de campaña y la comida. Piensa que una etapa media del Camino de Santiago ronda los 25 kilómetros y que entre Cachora y las ‘ruinas’ hay 27. Y de alta montaña. Los más fuertes podrán hacer todo el recorrido (ida y vuelta) en tres días; pero lo más normal es hacerlo en cuatro o, incluso, cinco días.

Las terrazas incas. Foto: Wikimedia Commons

¿Qué ventajas tiene contratar el tour? Indudablemente la comodidad. Un transporte privado te recoge en tu hotel de Cusco; una recua de mulas lleva el material; tú sólo cargas con una pequeña mochila, el agua y la cámara de fotos; cuando llegas ya está el campamento montado y la comida hecha y (aunque a veces no es una ventaja) tienes un guía que te va contando toda la historia del lugar. La desventaja principal es el precio que ronda los 320 euros por cuatro o cinco días (las etapas rondan los 13 kilómetros). Hay multitud de empresas que ofrecen este tour y sus diferentes formatos. Si estás bien físicamente lo puedes hacer en cuatro días. Mira bien las condiciones para no encontrarte con la sorpresa, por ejemplo, de que los arrieros y las mulas se cobran aparte. Eso sí, prepárate para las acostumbradas propinas.

Un poquito de todo. Lo primero es el propio pueblo de Cachora, típico pueblito de alta montaña peruano con casitas de adobe, una iglesia de estilo colonial, huertas y espectaculares vistas sobre las cumbres nevadas de la Cordillera de los Andes . El camino alterna tramos de altiplano, la bajada hasta el cauce del Río Apurímac (que cuenta con uno de los cañones más profundos del mundo), el cruce de un imponente puente colgante y el ascenso a Choquequirao pasando por un tupido bosque templado que va adelantando la cercanía del descenso hacia las selvas amazónicas. Pero lo más importante es recrearse con el genio de la civilización incaica. El culmen es la ciudad de Choquequirao, pero el propio camino, construido por los laboriosos peruanos del siglo XIV, es ya todo un alarde de planificación y esfuerzo.

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