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15 Consejos para educar a tu hija en el feminismo: Chimamanda Ngozi Adichie

sábado, septiembre 2nd, 2017

“En lugar de enseñarle a tu hija a agradar, enséñale a ser sincera. Y amable. Y valiente. Anímala a decir lo que piensa, a decir lo que opina en realidad, a decir la verdad. Dile que, si algo la incomoda, se queje, grite”, fue una carta que la autora nigeriana le escribió a una amiga. Estos son sus consejos.

Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).- El feminismo empieza en la educación. Con su voz cálida y directa, Chimamanda Ngozi Adichie dirige esta emotiva carta a una joven madre que acaba de dar a luz. En sus quince consejos, reivindica la formación de nuestros hijos en la igualdad y el respeto, el amor por los orígenes y la cultura. Una invitación a rechazar estereotipos, a abrazar el fracaso y a luchar por una sociedad más justa. Una bella misiva con reflexiones tan honestas como necesarias que conquistará por igual a madres, padres, hijos e hijas.

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1.Sé una persona plena. La maternidad es un don maravilloso, pero no te definas únicamente por ella.

2.Hacedlo juntos. ¿Recuerdas que en primaria aprendimos que el verbo es una palabra de “acción”? Chudi debería hacer todo lo que la biología le permite, que es todo menos amamantar.

3.Enséñale a tu hija que “los roles de género” son una solemne tontería. No le digas nunca que debe hacer algo o dejar de hacerlo “porque es una niña”.

4.Cuidado con el peligro de lo que yo llamo Feminismo Light. Es la idea de la igualdad femenina condicional. Recházala de plano, por favor.

5.Enzeña a Chizalum a leer. Enséñale el amor por los libros. La mejor manera de hacerlo es mediante el ejemplo.

6.Enséñale a cuestionar el lenguaje. El lenguaje es el depositario de nuestros prejuicios, creencias y presunciones, pero para enseñárselo tendrás que cuestionar tu lenguaje.

7.Jamás hables del matrimonio como un logro. Encuentra maneras de aclararle que el matrimonio no es un logro ni algo a lo que deba aspirar. Un matrimonio puede ser feliz o desgraciado, pero no un logro.

8.Enséñale a rechazar la obligación de gustar. Su trabajo no es ser deseable, su trabajo es realizarse plenamente en un ser que sea sincero y consciente de la humanidad del resto de la gente.

9.Dale a Chizalum un sentido de identidad. Importa. Haz hincapié en ello.

10.Fíjate en cómo tratáis el tema de su apariencia. Anímala a practicar deporte. Lo considero importante porque puede ayudar con las inseguridades relativas a la imagen corporal que el mundo arroja contra las mujeres.

11.Enséñale a cuestionarse el uso selectivo que hace nuestra cultura de la biología como “razón” para las normas sociales.

12.Háblale de sexo y empieza pronto. Probablemente te resultará embarazado, pero es necesario.

13.Enséñale que amor no es sólo dar, sino también recibir. Enséñale que para amar debe entregarse emocionalmente, pero también dar por hecho que recibirá.

14.Al enseñarle sobre la opresión, ten cuidado de no convertir a los oprimidos en santos. La santidad no es prerrequisito de la dignidad.

15.Háblale sobre la diferencia. Convierte la diferencia en habitual. Haz normal la diferencia. Enséñale a que valore la diferencia. Y no es para que sea justa buena, sino simplemente para que sea humana y práctica.

15 consejos para crecer bien en la vida. Foto: Especial

Chimamanda Ngozi Adichie nació en 1977 en Nigeria. A los diecinueve años consiguió una beca para estudiar comunicación y ciencias políticas en Filadelfia. Posteriormente cursó un máster en escritura creativa en la Universidad John Hopkins de Portland, y actualmente vive entre Nigeria y Estados Unidos. A día de hoy ha publicado cuatro novelas: La flor púrpura (Grijalbo 2005; DeBolsillo 2006); Medio sol amarillo (Literatura Random House 2014), galardonada con el Orange Prize for Fiction; Algo alrededor de tu cuello (Literatura Random House 2010) y Americanah (Literatura Random House 2014), que recibió el elogio de la crítica y fue galardonada con el Chicago Tribune Heartland Prize 2013 y el National Book Critics Circle Award en 2014.

ENTREVISTA | Aún hay mucho por luchar en términos genéricos: Irma Gallo

sábado, abril 22nd, 2017

La periodista y escritora reúne sus trabajos periodísticos en torno a la inequidad de género y la violencia contra las mujeres en su libro Cuando el cielo se pinta de anaranjado, ser mujer en México. “Estas son el tipo de historias que a mí me interesaban y que estuve escribiendo durante todos estos años y que ahora están reunidas en Cuando el cielo se pinta de anaranjado, ser mujer en México”, dice.

Ciudad de México, 22 de abril (SinEmbargo).- El cielo se pinta de anaranjado para la mujer de 45 años que es la periodista y escritora Irma Gallo. Ve la vida en ese tono, todavía no es vieja pero la juventud ha pasado a esa medianía de edad donde la existencia comienza a mostrar todos sus matices.

Como tal hace tiempo que además de sus actividades culturales ha comenzado a hacer notas relacionadas con el género, a mujeres que han luchado contra circunstancias terribles y que a pesar de ello tienen cosas para decir a sus semejantes.

Mujeres deportadas por Estados Unidos, que fueron denunciadas por sus maridos violentos; mujeres transexuales, víctimas de discriminación o casos como el de Yakiri Rubio, “quien fue violada por un tipo que intentó matarla y que cuando ella se defendió y lo mató, terminó ella en la cárcel”.

“En el caso de Yakiri, empecé con hablar con los padres. Su mamá es adoptiva, no es de sangre, pero la quiere como si lo fuera, porque ha estado con el padre de Yakiri desde que ella era un bebé. Hago este paréntesis porque es muy importante para entender el movimiento social en apoyo a Yakiri, que comenzaron sus padres. Después conocí a la abogada que la defendió, quien comenzó a trabajar sin cobrar un peso para defenderla. Esto me llamó mucho la atención y me dijo: allí hay una historia que hay que contar”, cuenta Irma.

Un libro sobre el feminismo. Foto: Especial

­–Este libro continúa con tu línea y te obliga a volver a pensar qué es eso de ser mujer en México

–De alguna manera. Son historias que he venido publicando en medios como SinEmbargo, como la revista variopinto, donde me he volcado más a lo social que a lo cultural. Todas tienen puntos en común de que son mujeres y que han sufrido o luchan contra la discriminación genérica. Encontré muchas líneas en torno al tema de cómo ser mujer en México. A veces parece gastado ese tema de la violencia de género o el feminismo, pero uno sigue topándose con esos temas, inevitablemente.

–¿Te preguntaste cómo trabajar en México siendo mujer?

–Sí y he tenido respuestas varias. Algunas de que el techo de mujer no existe y otras que ha habido discriminación constante. Creo que si yo hubiera sido hombre, estaría de jefa.

–Pensaba yo también en los premios. Pensaba en el Alfaguara, que cuando lo ganó una mujer no estuvo a la altura de los hombres…

­–Creo que hay una necesidad de cuota de género hasta en los premios. Hablando de los premios Alfaguara, todos son hombres y de pronto, una mujer. Y luego vuelven los hombres. Parece ser que hay una obligación para incluir a una mujer aunque la calidad no sea la misma. Esto pasa con los diputados, con esas “juanitas” que no tienen ninguna experiencia, pero se dan a votar y luego entran los hombres…

­–Hay todo un sistema machista fuera de lo expreso, subliminalmente…

–Sí y cuando me preguntan por qué sigo escribiendo sobre mujeres yo volteo a ver casos donde no debería haber problemas y no es así. Jennifer Lawrence, Emma Watson, Robin Wright, que te dicen todo el tiempo cómo tienen que luchar para que sus salarios sean iguales a los de los hombres.

–Ahora bien, tú hablas de Yakiri, a mí no me parece mal que esté presa, que esté presa por tres meses, hasta que todo se aclare. Mató a alguien…

–Sí, tienes razón, pero al mismo tiempo que sucedió lo de ella un hombre en la Del Valle mató a uno de sus asaltantes. El hombre jamás pisó la cárcel, este hombre tenía un BMW, una posición social diferenciada, pienso que la justicia hace diferencia por los sexos…

La periodista y escritora reúne sus trabajos periodísticos en torno a la inequidad de género y la violencia contra las mujeres en su libro Cuando el cielo se pinta de anaranjado, ser mujer en México. Foto: SinEmbargo

­–Bueno, también por la posición social…

–Hacia las dos cosas. El capítulo de Yakiri se titula “Culpable de ser lesbiana, tepiteña y mujer”. Hay otro caso, el de Ema, que terminó muy mal, terminó asesinada por su marido, de Tabasco, en un hecho de profunda venganza. Se ejerce una violencia particular contra las mujeres. Otro caso son mamás deportadas en los Estados Unidos, denunciadas por maridos violentos, conocí a este grupo de mujeres en Tijuana, algunas de las mujeres no pueden volver a Estados Unidos por 10 años, algunas fueron separadas de su bebé de pecho, tremendo. Sí percibo que hay un trato distinto por el hecho de ser mujer.

–¿Cómo ha sido el conocimiento de diferentes organizaciones que luchan por la mujer?

–Bueno, a veces no estoy de acuerdo con cierto feminismo moderno. Muchas ONG tienen buenas intenciones, pero hay grupos feministas, de chicas muy jóvenes, que no han estudiado el feminismo teórico. No pelean por los 43 de Ayotzinapa porque no hay ninguna mujer y agreden a los que luchan por ellos, por ejemplo. A veces son llamadas “feminazis” y con todo el derecho. Si fuiste a agredir el monumento de los 43, te van a llamar así. Hace poco conversé con una maestra árabe que me decía que el feminismo occidental es colonizador. Siempre nos ven a nosotros, que usamos yihad, como mujeres débiles, que no estamos educadas porque nuestros maridos no nos dejan, eso no es cierto y en aras de eso nos han venido a reprimir más todavía.

–Tiene mucho que ver con el machismo, pero también con el capitalismo…

–Es verdad, como ese libro ¿Quién la hecho la cena a Adam Smith?, que es un estudio sobre la economía y acerca de las mujeres en la vida de estos hombres. No hablemos de feminismo, hablemos de la mujer en el contexto del mundo, porque la violencia ha recrudecido.

–Ha recrudecido porque las mujeres cada vez somos más dueñas de nosotras mismas…

–Efectivamente. Mi impresión en torno a eso es que vamos ganando más terreno profesional, económica y sexualmente, más se recrudece la violencia contra las mujeres. Los hombres comienzan a sentirse desesperados porque ya no son los proveedores esenciales de un hogar y no saben qué hacer. En las crisis económica se ve mucho eso. También hemos educado muy mal a los hombres. Si un hombre no es proveedor, ha fracasado en la vida.

–Hay un tema que tiene que ver con la cuestión física…

–Es verdad. Hay una feminista de 91 años, a la que entrevisto, que se llama Jean Franco y me dice que cuando una mujer llega a cierta edad, casi te tiran a la basura. Si eres hombres, eres un hombre maduro, exitoso. Donald Trump tiene más de 70 años y es el Presidente de los Estados Unidos. Imagínate si una mujer llegara a eso. Una mujer de determinada edad ni siquiera a las feministas les importa.