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¿Por qué la ciencia pone en duda la norma anti COVID de 2 metros de distancia?

miércoles, noviembre 24th, 2021

Los investigadores señalan que, aunque la regla de dos metros es un mensaje eficaz y fácil de recordar, no es una marca de seguridad debido un gran número de variables.

Madrid, 24 de noviembre (Europa Press).- Un nuevo estudio ha demostrado que la transmisión aérea de la COVID-19 es muy aleatoria y sugiere que la regla de los dos metros es únicamente un número elegido a partir de un “continuo” de riesgo, más que una medida concreta de seguridad, que podía haberse fijado en uno o en tres metros, por lo que el distanciamiento social no debe considerarse una medida de seguridad por sí sola, según publican los autores en la revista Physics of Fluids.

Un equipo de ingenieros de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, utilizó modelos informáticos para cuantificar cómo se propagan las gotas cuando la gente tose. Comprobaron que, en ausencia de mascarillas, una persona con COVID-19 puede infectar a otra a dos metros de distancia, incluso cuando está al aire libre.

El equipo también descubrió que las toses individuales varían mucho, y que la distancia “segura” podría haberse fijado entre uno y tres o más metros, dependiendo de la tolerancia al riesgo de una determinada autoridad de salud pública.

Los resultados sugieren que el distanciamiento social no es una medida de mitigación eficaz por sí sola, y subrayan la importancia continua de la vacunación, la ventilación y las mascarillas a medida que nos acercamos a los meses de invierno en el hemisferio norte.

A pesar de la atención prestada al lavado de manos y a la limpieza de superficies en los primeros días de la pandemia, está claro desde hace casi dos años que la COVID-19 se propaga por transmisión aérea. Las personas infectadas pueden propagar el virus al toser, hablar o incluso respirar, cuando expulsan gotas más grandes que acaban depositándose o aerosoles más pequeños que pueden flotar en el aire.

“Recuerdo haber oído hablar mucho de cómo la COVID-19 se propagaba a través de las manillas de las puertas a principios de 2020, y pensé que si ese era el caso, entonces el virus debía salir de una persona infectada y aterrizar en la superficie o dispersarse en el aire a través de procesos mecánicos fluidos”, apunta el profesor Epaminondas Mastorakos, del Departamento de Ingeniería de Cambridge, que dirigió la investigación.

Mastorakos es un experto en mecánica de fluidos: el modo en que los fluidos, incluido el aliento exhalado, se comportan en diferentes entornos. A lo largo de la pandemia, él y sus colegas han desarrollado varios modelos sobre cómo se propaga la COVID-19.

“Una parte de la forma en que se propaga esta enfermedad es la virología: la cantidad de virus que tienes en el cuerpo, la cantidad de partículas virales que expulsas cuando hablas o toses –explica el primer autor, el doctor Shrey Trivedi, también del Departamento de Ingeniería–. Pero otra parte es la mecánica de fluidos: qué pasa con las gotitas una vez expulsadas, que es donde entramos nosotros. Como especialistas en mecánica de fluidos, somos como el puente entre la virología del emisor y la virología del receptor, y podemos ayudar a evaluar los riesgos”.

En el estudio actual, los investigadores de Cambridge se propusieron “medir” este puente mediante una serie de simulaciones. Por ejemplo, si una persona tosiera y emitiera mil gotas, ¿cuántas llegarían a otra persona en la misma habitación, y qué tamaño tendrían estas gotas, en función del tiempo y el espacio? Las simulaciones utilizaron modelos computacionales refinados que resolvían las ecuaciones del flujo turbulento, junto con descripciones detalladas del movimiento de las gotas y la evaporación.

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Los investigadores descubrieron que no hay un corte brusco cuando las gotas se extienden más allá de dos metros. Cuando una persona tose y no lleva mascarilla, la mayoría de las gotas más grandes caen sobre las superficies cercanas. Sin embargo, las gotas más pequeñas, suspendidas en el aire, pueden extenderse rápida y fácilmente más allá de los dos metros. La distancia y la rapidez de propagación de estos aerosoles dependerán de la calidad de la ventilación de la sala.

Mastorakos es un experto en mecánica de fluidos: el modo en que los fluidos, incluido el aliento exhalado, se comportan en diferentes entornos. Foto: Shrey Trivedi, et al., Estimates of the stochasticity of droplet dispersion by a cough, Physics of Fluids, 2021

Además de las variables relacionadas con el uso de la mascarilla y la ventilación, también existe un alto grado de variabilidad en la tos individual. “Cada vez que tosemos, podemos emitir una cantidad diferente de líquido, por lo que si una persona está infectada con COVID-19, podría estar emitiendo muchas partículas de virus o muy pocas, y debido a la turbulencia se propagan de manera diferente en cada tos”, dijo Trivedi.

“Incluso si expulso el mismo número de gotas cada vez que toso, como el flujo es turbulento, hay fluctuaciones -explica Mastorakos–. Si estoy tosiendo, las fluctuaciones de la velocidad, la temperatura y la humedad hacen que la cantidad que alguien recibe en la marca de dos metros pueda ser muy diferente cada vez”.

Los investigadores afirman que, aunque la regla de los dos metros es un mensaje eficaz y fácil de recordar para el público, no es una marca de seguridad, dado el gran número de variables asociadas a un virus transmitido por el aire. La vacunación, la ventilación y las mascarillas -aunque no son 100 por ciento efectivas- son vitales para contener el virus.

“Todos estamos desesperados por ver el final de esta pandemia, pero recomendamos encarecidamente que la gente siga usando mascarillas en espacios interiores como oficinas, aulas y tiendas –comenta Mastorakos–. No hay ninguna buena razón para exponerse a este riesgo mientras el virus esté entre nosotros”.

El equipo de investigación está continuando esta investigación con simulaciones similares para espacios como salas de conferencias que pueden ayudar a evaluar el riesgo a medida que la gente pasa más tiempo en el interior.

¿Por qué el cerebro necesitará tiempo para adaptarse al desconfinamiento?

viernes, julio 30th, 2021

Luego de varios meses de distanciamiento social y restricciones, algunas regiones comienzan a dar pasos hacia la socialización cotidiana (con cubrebocas y vacunas) que tanta falta ha hecho a una gran parte de la población, sin embargo, algunas encuestas dejan entrever que la resocialización puede causar estrés y ansiedad. ¿Por qué sucede esto? Un experto lo explica a detalle.

Por Kareem Clark
Postdoctoral Associate in Neuroscience, Virginia Tech

Los Ángeles, 30 de julio (The Conversation).- Con las vacunas contra la COVID-19 funcionando y el levantamiento de las restricciones en los Estados Unidos, Gran Bretaña y varios otros países, por fin ha llegado el momento de que los ahora vacunados que han estado encerrados en casa se deshagan del chándal y vuelvan a salir de sus cuevas de Netflix, Hulu o HBO.

Pero puede que tu cerebro no esté tan ansioso por volver a sumergirse en su antigua vida social.

Las medidas de distanciamiento social resultaron ser esenciales para frenar la propagación de la COVID-19 en todo el mundo, evitando unos 500 millones de casos. Pero, aunque necesarias, 15 meses de alejamiento han afectado la salud mental de la gente.

En una encuesta nacional realizada el pasado otoño, el 36 por ciento de los adultos de EU — incluido el 61 por ciento de los adultos jóvenes — declararon sentirse “muy solos” durante la pandemia. Estadísticas como éstas sugieren que la gente estaría deseando salir a la escena social.

Pero si la idea de entablar una pequeña charla en una hora feliz llena de gente te parece aterradora, no eres el único. Casi la mitad de los estadounidenses declararon sentirse incómodos al volver a relacionarse en persona, independientemente de su estado de vacunación.

Mujeres sentadas en el metro con la separación requerida en Colombia. Foto: EFE

Entonces, ¿cómo es posible que la gente se sienta tan sola y a la vez tan nerviosa a la hora de rellenar sus calendarios sociales?

Bueno, el cerebro es notablemente adaptable. Y aunque no podemos saber exactamente por lo que ha pasado nuestro cerebro en el último año, los neurocientíficos como yo tenemos alguna idea de cómo el aislamiento social y la resocialización afectan al cerebro.

HOMEOSTASIS SOCIAL: LA NECESIDAD DE SOCIALIZAR

Los seres humanos tienen una necesidad evolutiva de socializar — aunque no lo parezca al decidir entre una invitación a cenar y volver a ver el programa de televisión Schitt’s Creek.

Desde los insectos hasta los primates, el mantenimiento de las redes sociales es fundamental para la supervivencia en el reino animal. Los grupos sociales ofrecen posibilidades de apareamiento, caza cooperativa y protección contra los depredadores.

Pero la homeostasis social — el equilibrio adecuado de conexiones sociales — debe cumplirse. Las redes sociales pequeñas no pueden proporcionar esos beneficios, mientras que las grandes aumentan la competencia por los recursos y las parejas. Por eso, el cerebro humano ha desarrollado circuitos especializados para medir nuestras relaciones y hacer los ajustes adecuados — como un termostato social.

La homeostasis social implica muchas regiones del cerebro, y en el centro está el circuito mesocorticolímbico — o “sistema de recompensas”. Ese mismo circuito te motiva a comer chocolate cuando se te antoja algo dulce o a deslizarte por Tinder cuando se te antoja… bueno, ya lo entiendes.

Las redes sociales pequeñas no pueden proporcionar esos beneficios, mientras que las grandes aumentan la competencia por los recursos y las parejas. Foto: Darko Vojinovic, AP

Y al igual que esas motivaciones, un estudio reciente descubrió que reducir la interacción social provoca antojos sociales – produciendo patrones de actividad cerebral similares a la privación de alimentos.

Así que si la gente tiene hambre de conexión social como tiene hambre de comida, ¿qué le ocurre al cerebro cuando se pasa hambre socialmente?

TU CEREBRO EN EL AISLAMIENTO SOCIAL

Los científicos no pueden forzar a las personas al aislamiento y mirar dentro de sus cerebros. En lugar de eso, los investigadores recurren a los animales de laboratorio para aprender más sobre el cableado cerebral social. Por suerte, dado que los vínculos sociales son esenciales en el reino animal, estos mismos circuitos cerebrales se encuentran en todas las especies.

Uno de los efectos más importantes del aislamiento social es – lo has adivinado – el aumento de la ansiedad y el estrés.

Muchos estudios han descubierto que separar a los animales de sus compañeros de jaula aumenta los comportamientos de ansiedad y el cortisol, la principal hormona del estrés. Los estudios en humanos también lo corroboran, ya que las personas con círculos sociales reducidos tienen mayores niveles de cortisol y otros síntomas relacionados con la ansiedad, similares a los de los animales de laboratorio privados de contacto social.

Evolutivamente, este efecto tiene sentido – los animales que pierden la protección del grupo deben volverse hipervigilantes para valerse por sí mismos. Y no sólo ocurre en la naturaleza. Un estudio descubrió que las personas que se autodenominan “solitarias” están más atentas a las amenazas sociales, como el rechazo o la exclusión.

Las personas con círculos sociales reducidos tienen mayores niveles de cortisol y otros síntomas relacionados con la ansiedad, similares a los de los animales de laboratorio privados de contacto social. Foto: EFE

Otra región importante para la homeostasis social es el hipocampo – el centro de aprendizaje y memoria del cerebro. Para tener éxito en los círculos sociales es necesario aprender comportamientos sociales – como la cooperación – y reconocer la diferencia entre los amigos y los enemigos. Pero tu cerebro almacena enormes cantidades de información y debe eliminar las conexiones sin importancia. Así que si no usas cierta información, la pierdes.

Varios estudios con animales demuestran que incluso el aislamiento temporal en la edad adulta perjudica tanto la memoria social, como reconocer una cara conocida, como la memoria de trabajo, como recordar una receta mientras se cocina.

Y los humanos aislados pueden ser igual de olvidadizos. Los expedicionarios de la Antártica tenían el hipocampo encogido tras sólo 14 meses de aislamiento social. Del mismo modo, los adultos con círculos sociales reducidos son más propensos a desarrollar pérdida de memoria y deterioro cognitivo a lo largo de su vida.

Así pues, puede que los seres humanos ya no vaguen por la naturaleza, pero la homeostasis social sigue siendo fundamental para la supervivencia. Por suerte, al igual que el cerebro se adapta al aislamiento, lo mismo puede ocurrir con la resocialización.

TU CEREBRO EN LA RECONEXIÓN SOCIAL

Aunque sólo unos pocos estudios han explorado la reversibilidad de la ansiedad y el estrés asociados al aislamiento, sugieren que la resocialización repara estos efectos.

Un estudio, por ejemplo, descubrió que los titíes que antes estaban aislados presentaban primero mayores niveles de estrés y cortisol cuando se les resocializaba, pero luego se recuperaban rápidamente. Adorablemente, los animales antes aislados incluso pasaban más tiempo acicalando a sus nuevos compañeros.

Al igual que los humanos, los titíes se consuelan en compañía. Foto: EFE

La memoria social y la función cognitiva también parecen ser muy adaptables.

Los estudios con ratones y ratas indican que, aunque los animales no pueden reconocer a un amigo conocido inmediatamente después de un aislamiento de corta duración, recuperan rápidamente su memoria tras la resocialización.

Y también puede haber esperanza para las personas que salen de un encierro socialmente distanciado. Un reciente estudio escocés realizado durante la pandemia de COVID-19 descubrió que los residentes sufrían cierto deterioro cognitivo durante las semanas más duras de encierro, pero que se recuperaban rápidamente una vez que se relajaban las restricciones.

Desgraciadamente, los estudios de este tipo siguen siendo escasos. Y aunque la investigación con animales es informativa, probablemente representa escenarios extremos, ya que las personas no estuvieron en aislamiento total durante el último año. A diferencia de los ratones encerrados en jaulas, muchos en los EU tuvieron noches de juegos virtuales y fiestas de cumpleaños por Zoom (afortunados nosotros).

Así que supera las charlas nerviosas en el ascensor y la molesta niebla cerebral, porque el “distanciamiento no social” debería restablecer tu homeostasis social muy pronto.

Este artículo fue traducido por Univision.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE THE CONVERSATION. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Vacunación y reglas de distancia física, suficientes para evitar picos de COVID sin confinamientos: estudio

lunes, febrero 22nd, 2021

Los resultados del estudio muestran que en la mayoría de ciudades, la vacunación masiva y las medidas de distanciamiento serían suficientes para evitar nuevos picos sin afectar la movilidad de la población.

Madrid, 22 de febrero (Europa Press).- Una combinación de programas de vacunación sólidos y reglas estrictas de distanciamiento físico podría evitar picos recurrentes de COVID-19 sin la necesidad de depender de las restricciones de confinamiento en casa, según un nuevo estudio realizado por epidemiólogos y demógrafos de WorldPop en la Universidad de Southampton, en colaboración con la Universidad China en Hong Kong.

Esta investigación utilizó datos anonimizados de geolocalización de teléfonos móviles con datos epidemiológicos y de casos de coronavirus de China para modelar el impacto potencial de la vacunación y el distanciamiento físico en la transmisión del virus. Predijeron el efecto de diferentes combinaciones de intervenciones en ciudades de baja, media y alta densidad del país.

El impacto del distanciamiento físico en la contención de futuros resurgimientos de COVID-19 depende en gran medida de la intensidad de las medidas, la densidad de población y la disponibilidad de vacunas en todas las áreas geográficas y el tiempo. Los investigadores se propusieron obtener una mayor comprensión de la relación entre estos factores.

El estudio, que se publica en la revista Nature Human Behavior, muestra que el equipo predice que en la mayoría de las ciudades, los programas de vacunación y el distanciamiento físico combinados serán suficientes para contener el resurgimiento del virus sin la necesidad de restringir en gran medida la movilidad de la población. La contención en este estudio se definió como el mantenimiento de una tasa de transmisión baja, o “R” por debajo de uno.

Esta investigación utilizó datos anonimizados de geolocalización de teléfonos móviles con datos epidemiológicos y de casos de coronavirus de China para modelar el impacto potencial de la vacunación y el distanciamiento físico. Foto: Martin Mejia, AP

Los investigadores informan que las ciudades con poblaciones de densidad media y alta necesitarán tanto la vacunación como el distanciamiento para evitar futuras olas intensas de COVID-19, hasta que se alcance la inmunidad colectiva. Sin embargo, sugieren que las ciudades con poca población y una vacunación eficaz podrían interrumpir completamente la transmisión sin necesidad de distanciamiento físico. En todas las ciudades, ya no serían necesarios los bloqueos completos de “quedarse en casa”.

Los resultados del equipo también sugieren que las fuertes intervenciones de distanciamiento físico implementadas durante cortos periodos de tiempo pueden ser más efectivas que las leves a más largo plazo.

“Nuestra investigación proporciona un marco y un conjunto de resultados que pueden utilizar los responsables de la formulación de políticas y las autoridades de salud pública para identificar niveles de intervención para mantener los brotes de COVID-19 bajo control a lo largo del tiempo. Aunque nuestro estudio se basó en datos de China, nuestros métodos y hallazgos son aplicables a ciudades de todo el mundo con niveles similares de densidad de población y patrones de contacto social”, señala el autor y epidemiólogo espacial, el doctor Shengjie Lai, investigador principal en geografía y ciencias ambientales de la Universidad de Southampton.

Estudios anteriores han asumido que cuando las personas reducen la movilidad, reducen proporcionalmente sus contactos sociales, “pero este no es necesariamente el caso y, a medida que se ponen en línea más vacunas contra el SARS-CoV-2, hay una necesidad urgente de comprender la relación entre estos factores, para que podamos ajustar y adaptar las intervenciones y abrir sectores de la sociedad de una manera más segura”, señala el director de WorldPop, el profesor Andy Tatem.

Los resultados del equipo también sugieren que las fuertes intervenciones de distanciamiento físico implementadas durante cortos periodos de tiempo pueden ser más efectivas que las leves a más largo plazo. Foto: Jorge Sáenz, AP

Los investigadores reconocen algunas limitaciones de su estudio, por ejemplo, la ausencia de datos sobre la contribución del lavado de manos y las máscaras faciales y los desafíos del suministro de vacunas, pero enfatizan que su enfoque se puede adaptar rápidamente para proporcionar datos casi en tiempo real para abordar los problemas emergentes, necesidades de tiempo crítico.

Un experimento demuestra la dificultad de mantener la distancia social en espacios de movilidad

martes, enero 19th, 2021

Un grupo de expertos españoles llevó a cabo un estudio para determinar si es posible mantener la distancia social en un espacio donde la gente se mantiene en movimiento constante. A pesar de estar conscientes de la necesidad del distanciamiento, el experimento reveló la imposibilidad de los participantes para mantener esta medida.

Pamplona (España), 19 de enero (EFE).- Un experimento de la Universidad de Navarra, en el norte de España, demuestra la dificultad de garantizar el distanciamiento social, de 1.5 metros entre personas, en situaciones de movilidad en espacios como centros comerciales o grandes superficies.

Más de 40 voluntarios han participado en el estudio coordinado por el departamento de Física y Matemática Aplicada de la Facultad de Ciencias junto con la Escuela de Arquitectura del centro académico y que ha sido publicado en la revista científica Scientific Reports, informa la universidad en un comunicado.

El experimento pretendía averiguar si es posible mantener el distanciamiento social dentro de una multitud en movimiento y la participación de los voluntarios se realizó bajo dos condiciones: caminar en un recinto cerrado de 75 metros cuadrados y el conocimiento previo de que tenían que intentar mantener la distancia social.

El experimento pretendía averiguar si es posible mantener el distanciamiento social dentro de una multitud en movimiento. Foto: Enric Fontcuberta, EFE

“Nuestros resultados demuestran que, cuando nos movemos, no somos capaces de mantener la distancia de seguridad impuesta, incluso en condiciones de muy baja densidad y en las que nuestro único propósito es mantener dicho distanciamiento”, apunta Iñaki Echeverría, doctorando de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra e investigador principal del estudio.

La publicación de los resultados de esta investigación coincide con la puesta en marcha de nuevas restricciones ante las nuevas olas de la pandemia, algunas de ellas referentes a los aforos en centros comerciales y grandes superficies.

“El estudio pone de manifiesto que el cumplimiento del distanciamiento social en estos espacios nos resulta en muchas ocasiones físicamente imposible, por las propias limitaciones tanto de espacio como de densidad, y, por lo tanto, es mejor evitarlos”, apunta.

La publicación de los resultados de esta investigación coincide con la puesta en marcha de nuevas restricciones ante las nuevas olas de la pandemia. Foto: Gemunu Amarasinghe, AP

El trabajo sugiere que, para garantizar la distancia mínima de un metro y medio, la densidad no debe ser superior a 0.16 personas por metro cuadrado (6 metros cuadrados por persona).

“Basándonos en la regulación española, la capacidad de los centros comerciales en condiciones normales es de 0.5 personas por metro cuadrado. En el momento más crítico de la pandemia (meses de abril y mayo del pasado año), debido a las reducciones de aforo, las densidades bajaron a 0.17 personas por metro cuadrado”, añaden los investigadores.

Otra de las conclusiones está relacionada con la velocidad de los peatones y apunta que “caminar rápido hace que el número de veces en los que se infringe el distanciamiento social es mayor. Por otro lado, el tiempo que se necesita para resolver estos conflictos (para volver a una situación en la que la distancia con el peatón más cercano sea segura) es menor”.

“Así, no está totalmente claro qué es lo más conveniente para evitar el incumplimiento de la norma”, añade.

Para Echeverría, esta investigación podría continuar con el análisis de situaciones más realistas que se dan a diario como aglomeraciones en calles, centros comerciales y otros recintos donde resulta difícil mantener la distancia recomendada.

El cubrebocas por sí solo no evita la propagación de COVID; se necesita distancia social, advierte estudio

martes, diciembre 22nd, 2020

La revista, publicada por el Instituto Americano de Física (AIP), basa su afirmación en un estudio en el que analizó cómo impactan y se propagan las gotas que transportan el coronavirus al toser o estornudar en cinco tipos de mascarillas fabricadas con distintos materiales.

Madrid, 22 de diciembre (EFE).- El simple hecho de llevar mascarilla puede no ser suficiente para evitar la propagación de la COVID-19 si no se acompaña del distanciamiento social recomendado por los científicos y autoridades sanitarias, advierte este martes el editorial de la revista científica Physics of Fluids.

La revista, publicada por el Instituto Americano de Física (AIP), basa su afirmación en un estudio en el que analizó cómo impactan y se propagan las gotas que transportan el coronavirus al toser o estornudar en cinco tipos de mascarillas fabricadas con distintos materiales.

“Una máscara definitivamente ayuda, pero si las personas están muy cerca unas de otras, todavía hay una posibilidad de propagar o contraer el virus”, advierte el profesor de la Universidad Estatal de Nuevo México y coautor del estudio, Krishna Kota.

La conclusión es clara: “Las mascarillas por sí solas no ayudarán, sino las mascarillas y el distanciamiento”, subraya Kota.

Resultados del estudio. EP denota el porcentaje de escape, es decir, el porcentaje de gotas de un estornudo o tos que pueden escapar o viajar a través de una máscara ajustada. Foto: Krishna Kota, Physics of Fluids 32, 127112 (2020)

Para el estudio, los investigadores construyeron una máquina con un generador de aire que emitía pequeñas partículas líquidas que imitaban las gotitas de estornudos y de tos de los humanos y que se encuentran suspendidas en el aire, a través de láminas de láser en un tubo cuadrado hermético con una cámara.

Posteriormente, bloqueaban el flujo de las gotitas en el tubo con cinco tipos diferentes de materiales para mascarilla: de tela regular, de tela de dos capas, de tela húmeda de dos capas, para una mascarilla quirúrgica y para una mascarilla N-95.

Todas ellas capturaron la mayoría de las gotitas, desde la de tela regular, que permitió que traspasaran alrededor del 3.6 por ciento de las gotitas, hasta la N-95, que detuvo el 100 por ciento de las gotitas.

Sin embargo, a distancias inferiores a 1.8 metros, incluso esos pequeños porcentajes de gotitas pueden ser suficientes para contagiar a alguien, especialmente si una persona con COVID-19 estornuda o tose repetidas veces, según los investigadores.

Y es que un sólo estornudo puede transportar hasta 200 millones de diminutas partículas de virus, dependiendo de lo enfermo que esté el portador, incluso si una mascarilla bloquea un gran porcentaje de esas partículas, podría escapar lo suficiente como para enfermar a alguien si esa persona está cerca del portador, advierte el estudio.

“Sin una mascarilla, es casi seguro que muchas gotitas se transferirán a la persona susceptible”, concluye Kota.

Un sólo estornudo puede transportar hasta 200 millones de diminutas partículas de virus, dependiendo de lo enfermo que esté el portador, incluso si una mascarilla bloquea un gran porcentaje de esas partículas, podría escapar lo suficiente como para enfermar a alguien si esa persona está cerca del portador, advierte el estudio. Foto: Daniel Augusto, Cuartoscuro

“El uso de una mascarilla ofrecerá una protección sustancial, aunque no completa, a una persona susceptible, al disminuir el número de gotitas de estornudos y tos en el aire que de otra manera entrarían en la persona sin la mascarilla. Pero se debe considerar la posibilidad de minimizar o evitar las interacciones humanas cercanas cara a cara o frontales, si es posible”.

Para hacer el estudio no se tuvieron en cuenta las fugas de las mascarillas causadas por una mala colocación o uso incorrecto, lo que puede aumentar el número de gotitas emitidas al aire y que propagan la infección.

Safe Spacer, el gadget que se enciende y vibra al acercarse a menos de 2 metros de otra persona

domingo, diciembre 13th, 2020

Safe Spacer es un pequeño gadget que puede colocarse en relojes, llaveros o linternas y “mantiene a la gente separada porque es molesto”, aseguran sus creadores.

Ciudad de México, 13 de diciembre (RT).- Tras 10 meses de pandemia, ya nos hemos acostumbrados a llevar mascarilla y a guardar el distanciamiento social, si bien no siempre es fácil saber dónde empieza o acaba la separación de seguridad con otras personas. Para facilitarnos las cosas, en Italia han creado un dispositivo portátil denominado Safe Spacer que se enciende, vibra y produce sonidos irritantes si su dueño se encuentra demasiado cerca de otra persona.

Safe Spacer es un pequeño gadget que cuesta 99 dólares y se puede colocar en relojes, llaveros o linternas. Ha sido desarrollado por la compañía italiana IK Multimedia, conocida por producir micrófonos y otros productos para la industria musical, y sus empleados ya lo usan en sus oficinas de Italia y Estados Unidos.

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“No tuvimos ningún brote, no tuvimos casos internos”, dijo Enrico Iori, director ejecutivo de IK Multimedia. “El dispositivo zumba y vibra. Mantiene a la gente separada porque es molesto”, asegura.

Safe Spacer permite rastrear los contactos de los trabajadores, ya que consta de un sistema de identificación y memoria incorporada. Además, cuenta con una opción para sincronizar datos y recopilarlos en la nube o en cualquier otro sistema de la empresa. Sin embargo, a parte de la identificación del usuario, la única información que recaba es la proximidad con otros dispositivos Safe Spacer, afirman en la empresa.

IK Multimedia es sólo una de muchas empresas, incluidos gigantes como Samsung Electronics, que han diseñado dispositivos para proteger a sus trabajadores y frenar la propagación del coronavirus. Según WinterGreen Research, el mercado de estas tecnologías podría alcanzar los 105 millones de dólares el próximo año.

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¿Puedes dejar de usar cubrebocas después de vacunarte contra la COVID-19? No. Aquí las razones

jueves, diciembre 10th, 2020

Deborah Fuller, experta en vacunas de la Universidad de Washington, dio a conocer a The Associated Press que pese a que la población comience a vacunarse contra la COVID-19, el uso de las mascarilla debe de continuar debido a que estas vacunas no son de respuesta inmediata.

Washington, Estados Unidos, 10 de diciembre (AP).- ¿Se puede dejar de usar mascarilla tras vacunarse contra la COVID-19?

No. Hay un par de razones por las que las mascarillas y la distancia social seguirán estando recomendadas por algún tiempo luego de que la gente se haya inmunizado.

Para empezar, las primeras vacunas del coronavirus requieren dos inyecciones — la segunda dosis de la de Pfizer y BioNTech se pone tres semanas después de la primera, y la de Moderna, cuatro. Y además, el efecto de las vacunas no suele ser inmediato.

Se espera que quienes se la pongan adquieran cierto nivel de protección un par de semanas después de la primera inyección. Pero es posible que la protección total llegue hasta un par de semanas después de la segunda.

Las vacunas, como la de Pfizer, son de doble aplicación, por lo que los beneficios no se adquieren inmediatamente. Foto: Liam McBurney, AP

Además, por el momento tampoco se sabe si las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna protegen por completo del contagio o sólo de los síntomas. Esto significa que la gente vacunada podría contagiarse y transmitir el virus, aunque probablemente a una tasa mucho menor, señaló Deborah Fuller, experta en vacunas de la Universidad de Washington.

E incluso cuando el suministro de vacunas empiece a aumentar, inmunizar a cientos de millones de personas llevará meses.

Fuller destacó además que las pruebas de las vacunas en niños aún están comenzando, y que no podrán inmunizarse hasta que los datos de los estudios indiquen que son seguras y efectivas también para ellos.

Moncef Slaoui, director del esfuerzo de desarrollo de vacunas de Estados Unidos, estimó que el país podría alcanzar la inmunidad de rebaño, como pronto, en mayo, en base a la efectividad de las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna. Y eso asumiendo que no hay problemas para cumplir las estimaciones de producción de los fabricantes y que hay suficiente gente que se vacuna.

¿Es necesario usar cubrebocas si mantengo sana distancia con los demás? Expertos sugieren ambos

jueves, octubre 22nd, 2020

Dado que ninguna medida de protección es totalmente eficaz, Lee sugiere aplicar las medidas de protección como si fueran capas, con mascarilla, distancia social y lavado de manos.

Los Ángeles, 22 de octubre (AP).- ¿Debo llevar mascarilla si mantengo la distancia de seguridad con los demás?

Los expertos en salud recomiendan utilizar mascarilla en público y permanecer alejado de la gente en la mayoría de los casos, pero el deber de cumplir las dos condiciones a la vez podría depender de la situación.

“No hay un campo de fuerza invisible a 1.8 metros”, dijo Saskia Popescu, experta en enfermedades infecciosas de la Universidad George Mason.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dicen que la propagación del virus más allá de los 1.8 metros es poco habitual, pero más probable en espacios mal ventilados. Algunos expertos sostienen que el virus puede propagarse más fácilmente de lo que indica la agencia, y sugieren usar cubrebocas incluso en largas reuniones al aire libre donde la gente respete la distancia de seguridad.

Los expertos en salud recomiendan utilizar mascarilla en público y permanecer alejado de la gente en la mayoría de los casos. Foto: Luca Bruno, AP

Otros factores podrían influir también en la decisión de si es mejor mantener la distancia y llevar mascarilla al mismo tiempo. Cuando la gente alza la voz o jadea — como cantando, gritando o haciendo ejercicio – pueden expulsar más gotas respiratorias o aerosoles y hacer que lleguen mucho más lejos por el aire. Cuanto más lejos se esté en una situación de potencial exposición al virus, menos riesgo de contagio habrá.

“La razón por la que esto es tan confuso es porque la gente quiere respuestas claras, pero no hay una respuesta sencilla”, apuntó Lisa M. Lee, experta en salud pública en Virginia Tech.

Dado que ninguna medida de protección es totalmente eficaz, Lee sugiere aplicar las medidas de protección como si fueran capas, con mascarilla, distancia social y lavado de manos.

“Y que la mascarilla sea su capa básica”, añadió.

Adquirir el hábito de llevar mascarilla siempre que se salga de casa elimina también el tener que decidir cuándo debería hacerse, señaló Bob Bednarczyk, experto en enfermedades infecciosas en la Universidad Emory.

“Es una cosa menos de la que preocuparse”, manifestó.

El cubrebocas y la distancia social deberán continuar hasta mediados de 2021, estima experto de Oxford

jueves, octubre 15th, 2020

Aún en caso de concluir exitosamente los ensayos, los desarrolladores de vacunas contra la COVID-19 deberán enfrentar un gigantesco reto logístico.

Ciudad de México, 15 de octubre (RT).- El uso de cubrebocas en lugares públicos y el distanciamiento social deberán mantenerse al menos hasta mediados del año que viene, aseguró este lunes Andrew Pollard, el director del grupo científico Oxford Vaccine Group, que desarrolla una vacuna contra la COVID-19 junto con la farmacéutica británica AstraZeneca.

Hasta entonces, las estrictas medidas preventivas contra la propagación del coronavirus serán indispensables incluso en caso de que las pruebas de las distintas vacunas que se están llevando a cabo en distintas partes del mundo tuvieran resultados exitosos, explicó el experto durante un seminario en línea con estudiantes de la Universidad de Oxford.

“La vida no volverá a la normalidad hasta el verano como mínimo. Podríamos necesitar tapabocas hasta julio”, expresó Pollard, según citan medios locales. Y continuó: “si acabamos teniendo una vacuna que fuese efectiva para prevenir la enfermedad, esa es de lejos la mejor manera para controlar el virus. Pero a medio plazo, aún necesitamos mejores tratamientos”.

Hasta entonces, las estrictas medidas preventivas contra la propagación del coronavirus serán indispensables. Foto: Matt Dunham, AP

POBLACIÓN EN RIESGO

“Incluso su tuviésemos suficientes [dosis] de vacuna para todos, en mi opinión es improbable que vayamos a estar rápidamente en una posición donde las reglas de distanciamiento físico puedan ser simplemente abandonadas”, apuntó el científico.

“Hasta que no tengamos un alto nivel de inmunidad en la población de modo que podamos detener el virus y que las personas vulnerables sean inmunes, va a haber un riesgo”, añadió Pollard.

RETO LOGÍSTICO

Y concluyó que “solamente cuando haya una gran caída en los casos graves, los gobiernos tendrán confianza para relajar estas medidas”.

Por último, el investigador recordó que incluso después de terminar exitosamente los ensayos, las autoridades sanitarias “probablemente tardarán semanas” en analizar minuciosamente los resultados antes de autorizar el uso generalizado de las vacunas, lo que también significará un “gigantesco desafío logístico”.

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El distanciamiento social impacta más en la mortalidad por COVID que los confinamientos: estudio

martes, octubre 6th, 2020

Esa reducción de movilidad, de acuerdo al estudio, es un mayor determinante de la mortalidad que las condiciones y duración de los distintos confinamientos que impusieron. Esto, indicaría para algunos países, como Israel, que podrían haber tenido la misma mortalidad con cierres menos severos.

Jerusalén, 6 de octubre (EFE).- El estudio de datos de movilidad de teléfonos móviles en varios países demuestra que el momento en que empieza el distanciamiento social tiene una fuerte correlación con la mortalidad por el coronavirus y es un factor mucho más relevante que el que se imponga un confinamiento.

Una investigación de la Universidad de Tel Aviv cuyos resultados se difundieron hoy analiza datos de movilidad de teléfonos en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y los cruza con las cifras de mortalidad, concluyendo que la fecha en que las personas empezaron a guardar distancia física es el mejor dato para predecir la mortalidad.

Un retraso de 7.49 días en la introducción de medidas de distanciamiento social llega a suponer doblar la mortalidad, según el estudio que, sin embargo, asegura que no hay correlación estadística entre la dureza y duración de un confinamiento y el número de fallecidos por la COVID-19.

Un retraso de 7.49 días en la introducción de medidas de distanciamiento social llega a suponer doblar la mortalidad, según el estudio. Foto: Lee Jin-man, AP

“Los datos de movilidad indican que un confinamiento hermético, en el que todo el mundo debe quedarse en casa, es innecesario. En cambio, medidas de distanciamiento social deben introducirse lo antes posible”, señalan en un comunicado Tal Pupko e Itay Mayrose, que encabezan el estudio, que será publicado próximamente por la revista de Medicina Molecular EMBO. El primero dirige la Escuela de Biomedicina e Investigación para el Cáncer Shmuni y el segundo pertenece a la Escuela de Ciencias Vivas.

“Hemos demostrado que los países con niveles de mortalidad más bajos en la primera ola de COVID-19 no fueron los que impusieron confinamientos más herméticos, sino en los que la movilidad decreció (incluso poco) en un estadio más temprano”, señalan en un comunicado estos autores.

Para ellos, las conclusiones son claras: “no son necesarias las restricciones extremas. Lo que se necesita es una rápida implementación del distanciamiento social”.

El estudio recoge datos de movilidad de teléfonos móviles de los distintos países en un solo día, que se extrapolan y se normalizan para el tamaño de la población y los patrones de movilidad normales. Así, se obtiene un indicador de movilidad para cada país en época normal, que se compara luego con la movilidad a partir de marzo, que muestra una reducción que varía de un país a otro.

Esa reducción de movilidad, de acuerdo al estudio, es un mayor determinante de la mortalidad que las condiciones y duración de los distintos confinamientos que impusieron. Esto, indicaría para algunos países, como Israel, que podrían haber tenido la misma mortalidad con cierres menos severos.

Los autores ponen el ejemplo de España, donde “el confinamiento fue más largo y más severo que en Francia, pero cuando acabaron, las ratios de mortalidad en ambos países eran más o menos las mismas”.

La reducción de movilidad, de acuerdo al estudio, es un mayor determinante de la mortalidad que las condiciones y duración de los distintos confinamientos que impusieron. Foto: Michel Spingler, AP

“El factor más significativo es una temprana implementación del distanciamiento social, con una correlación muy alta con el ratio de mortalidad”, reiteran, y añaden que los países que impusieron medidas de distanciamiento, no necesariamente con férreos confinamientos, fueron los que obtuvieron mejores resultados.

Estos datos indican que más que cerrar la economía o las ciudades, los esfuerzos de las autoridades deben concentrarse en prevenir los contactos y lograr que la población cumpla las recomendaciones de distanciamiento.

¿El coronavirus puede viajar por el aire más allá de 1.8 metros? Investigaciones sugieren que sí

jueves, octubre 1st, 2020

La recomendación de guardar una distancia de seguridad de 1.8 metros se basa en la idea de que las partículas más grandes caen al piso antes de llegar muy lejos. Pero algunos científicos se han centrado también en las partículas más pequeñas, llamadas aerosoles.

Los Ángeles, 1 de octubre (AP).- ¿Puede el coronavirus viajar más de 1.8 metros (6 pies) por el aire?

Las investigaciones indican que sí, pero no está claro qué porcentaje de la pandemia está causada por estos casos.

Las personas esparcen gotitas de líquido de varios tamaños cuando tosen, estornudan, hablan, cantan, gritan o simplemente respiran. El coronavirus puede emplear esas partículas para moverse.

La recomendación de guardar una distancia de seguridad de 1.8 metros se basa en la idea de que las partículas más grandes caen al piso antes de llegar muy lejos.

Pero algunos científicos se han centrado también en las partículas más pequeñas, llamadas aerosoles. Estas pueden permanecer en el aire minutos u horas, y propagarse por una sala y concentrarse si la ventilación es mala, lo que supone un potencial riesgo de contagio si se inhalan.

La recomendación de guardar una distancia de seguridad de 1.8 metros se basa en la idea de que las partículas más grandes caen al piso antes de llegar muy lejos. Foto: Lee Jin-man, AP

En el caso de los aerosoles, “1.8 metros no es una distancia mágica” y mantenerse incluso más lejos es mejor, dijo Linsey Marr, que investiga la transmisión aérea de enfermedades infecciosas en el Virginia Tech.

Algunos científicos dicen que hay evidencias suficientes sobre los aerosoles y el virus como para tomar medidas de precaución. Además de las recomendaciones habituales, destacan la necesidad de sistemas de ventilación y purificación de aire en espacios cerrados. O aún mejor, estar al aire libre cuando se interactúe con otras personas.

Disneyland Hong Kong reabre por segunda vez después de permanecer 2 meses cerrado por brotes de COVID-19

viernes, septiembre 25th, 2020

La interacción con los icónicos personajes de la franquicia se harán a través de los llamados “puntos de autocontrol”, para permitir a los visitantes hacerse fotos con los personajes de Disney desde una distancia segura.

Hong Kong, 25 de septiembre (EFE).- El parque de Disneylandia en Hong Kong reabrió hoy sus puertas al público, con estrictas medidas de distancia social, tras permanecer dos meses cerrado mientras la excolonia británica sufría una tercera ola de contagios de la COVID-19.

Según la prensa local, alrededor de 100 asistentes a la inauguración esperaban a las puertas del parque a primera hora de la mañana, tras lo cual se dirigieron a posar frente al Castillo de los Sueños Mágicos, que todavía está parcialmente oculto mientras se somete a una remodelación.

El parque temático reabre cinco días a la semana, con aforo limitado -también hay que hacer reserva previa- y con medidas como el mantenimiento de la distancia de seguridad, el uso obligatorio de mascarillas y controles de temperatura para visitantes y empleados.

La interacción con los icónicos personajes de la franquicia se harán a través de los llamados “puntos de autocontrol”, para permitir a los visitantes hacerse fotos con los personajes de Disney desde una distancia segura, y los espectáculos a puerta cerrada seguirán suspendidos por ahora.

Al igual que ocurrió cuando retomó su actividad el pasado junio tras haber cerrado a finales de enero, las entradas puestas a la venta por Internet -con precios a partir de 80 dólares por persona y día- se agotaron a las pocas horas de anunciar su reapertura.

Con la vuelta al trabajo en Hong Kong –el más pequeño de los recintos de la firma-, el único parque de Disney que continúa cerrado es el de California, uno de los estados más afectados por la pandemia en Estados Unidos.

El Gobierno de Hong Kong redujo parcialmente el pasado viernes algunas de las medidas de prevención tomadas contra el coronavirus, que afectan particularmente a bares, restaurantes y clubes nocturnos, y permitió reuniones públicas de hasta 4 personas.

La secretaria de Sanidad de la excolonia británica, Sophia Chan, anunció el pasado viernes una nueva ronda de “flexibilización” de las medidas introducidas para combatir la COVID-19 con la esperanza de “restablecer una mayor actividad social y económica” en la ciudad.

La autoridad sanitaria hongkonesa informó hoy de que el total de contagios desde que comenzó la pandemia asciende a 5 mil 507 personas, de las cuales 104 han fallecido.

Greta Thunberg vuelve al Parlamento sueco en una nueva jornada global de protestas por el clima

viernes, septiembre 25th, 2020

Thunberg empezó a protestar en solitario frente al parlamento sueco el 20 de agosto de 2018. Estudiantes de todo el mundo siguieron su ejemplo, organizando protestas regulares, y fue invitada a hablar ante líderes políticos.

Estocolmo, Suecia, 25 de septiembre (AP).— La activista ambiental adolescente Greta Thunberg está de vuelta. Junto a otros manifestantes en el exterior del Parlamento de Suecia, dio inicio este viernes a una nueva jornada global de movilizaciones por el clima y con distancia social.

“La principal esperanza es, como siempre, tratar de tener un impacto en el nivel de concienciación y en la opinión pública para que más gente empiece a ser consciente”, dijo Thunberg, de 17 años, a reporteros.

La pandemia del coronavirus ha impedido que el movimiento Viernes por el Futuro, inspirado por Thunberg, celebre manifestaciones multitudinarias en los últimos meses, rebajando su perfil público.

Thunberg empezó a protestar en solitario frente al parlamento sueco el 20 de agosto de 2018. Estudiantes de todo el mundo siguieron su ejemplo, organizando protestas regulares, y fue invitada a hablar ante líderes políticos y empresariales en conferencias de Naciones Unidas y en el Foro Económico Mundial de Davos.

Sus tajantes afirmaciones ante presidentes y primeros ministros, salpicadas de datos científicos sobre la necesidad de reducir urgentemente las emisiones de gases con efecto invernadero, le valieron elogios y premios, pero también críticas ocasionales e incluso amenazas de muerte.

Los jóvenes piden que los legisladores se ciñan al histórico acuerdo climático de París de 2015 que pide que tanto los países ricos como los pobres tomen medidas para frenar el aumento global de las temperaturas que está derritiendo los glaciares, elevando el nivel del mar y alterando los patrones de lluvia.

Esto requiere que los Gobiernos presenten planes nacionales para limitar sus emisiones y limitar el ascenso global de las temperaturas por debajo de los 2 grados Celsius (3.6 Fahrenheit).

Las protestas climáticas se repetirán en otras partes del mundo el viernes.

La distancia social reduce hasta 10 veces el riesgo de contagio de COVID-19, muestra un nuevo estudio

lunes, septiembre 14th, 2020

Aquellos que informaron de un uso frecuente del transporte público tenían más de cuatro veces más probabilidades de presentar un historial de pruebas positivas de infección por SARS-CoV-2, mientras que aquellos que practicaban un estricto distanciamiento social al aire libre tenían sólo una décima parte de la probabilidad de informar alguna vez haber sido positivo para el SARS-CoV-2.

Madrid, 14 de septiembre (Europa Press).- Usar el transporte público o visitar un lugar de culto se asocia con una probabilidad significativamente mayor de dar positivo en coronavirus, mientras que practicar un distanciamiento social estricto está relacionado con una probabilidad significativamente menor, sugiere una estudio de investigadores de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, en Estados Unidos, publicado en la revista Clinical Infectious Diseases.

Para su análisis, los investigadores encuestaron a una muestra aleatoria de más de mil personas en el estado de Maryland a fines de junio, preguntando sobre sus prácticas de distanciamiento social, uso del transporte público, historial de infección por SARS-CoV-2 y otros COVID-19- comportamientos relevantes.

Encontraron, por ejemplo, que aquellos que informaron de un uso frecuente del transporte público tenían más de cuatro veces más probabilidades de presentar un historial de pruebas positivas de infección por SARS-CoV-2, mientras que aquellos que practicaban un estricto distanciamiento social al aire libre tenían sólo una décima parte de la probabilidad de informar alguna vez haber sido positivo para el SARS-CoV-2.

Se cree que el estudio se encuentra entre las primeras evaluaciones a gran escala de comportamientos relevantes para COVID-19 que se basan en datos de encuestas a nivel individual, en contraposición a datos agregados de fuentes como aplicaciones de teléfonos celulares.

“Nuestros hallazgos apoyan la idea de que si vas a salir, debes practicar el distanciamiento social en la medida de lo posible porque parece estar fuertemente asociado con una menor probabilidad de infectarte”, explica el autor principal del estudio Sunil Solomon, profesor asociado en el Departamento de Epidemiología de la Escuela Bloomberg y profesor asociado de medicina en la Escuela de Medicina Johns Hopkins.

“Estudios como este también son relativamente fáciles de hacer, por lo que creemos que tienen el potencial de ser herramientas útiles para la identificación de lugares o subgrupos de población con mayor vulnerabilidad”, añade.

En ausencia de una vacuna, las autoridades de salud pública han enfatizado prácticas como quedarse en casa, usar mascarillas y mantener el distanciamiento social en público. Sin embargo, no ha habido una buena manera de controlar si se están siguiendo tales prácticas y entre qué grupos.

Solomon y sus colegas, incluido el primer autor Steven Clipman, candidato a doctorado en el Departamento de Salud Internacional de la Escuela Bloomberg, accedieron rápidamente a los participantes de la encuesta dispuestos a través de una empresa que mantiene una gran cantidad de participantes potenciales a nivel nacional como un servicio comercial para la investigación de mercado.

Las 1 mil 030 personas incluidas en el estudio vivían en Maryland, que ha registrado más de 113 mil casos confirmados de SARS-CoV-2 y casi 3 mil 700 muertes confirmadas, según el Departamento de Salud de Maryland.

Los investigadores hicieron preguntas a los participantes de la encuesta sobre viajes recientes fuera del hogar, su uso de máscaras, distanciamiento social y prácticas relacionadas, y cualquier infección confirmada con SARS-CoV-2, ya sea recientemente o en absoluto.

Los resultados indicaron que 55 (5.3 por ciento) de los 1 mil 030 participantes habían dado positivo por infección por SARS-CoV-2 en algún momento, mientras que 18 (1.7 por ciento) informaron haber dado positivo en las dos semanas anteriores a la encuesta.

Los investigadores encontraron que al considerar todas las variables que podían evaluar, pasar más tiempo en lugares públicos estaba fuertemente asociado con tener antecedentes de infección por SARS-CoV-2. Por ejemplo, un historial de infección fue aproximadamente 4.3 veces más común entre los participantes que dijeron que habían usado el transporte público más de tres veces en las dos semanas anteriores, en comparación con los participantes que dijeron que nunca habían usado el transporte público en el periodo de dos semanas.

En ausencia de una vacuna, las autoridades de salud pública han enfatizado prácticas como quedarse en casa, usar mascarillas y mantener el distanciamiento social en público. Foto: John Minchillo, AP

Un historial de infección también fue 16 veces más común entre los que informaron haber visitado un lugar de culto tres o más veces en las dos semanas anteriores, en comparación con los que informaron que no habían visitado ningún lugar de culto durante el periodo. La encuesta no distinguió entre visitar un lugar de culto para un servicio religioso u otros fines, como una reunión, un campamento de verano o una comida.

Por el contrario, aquellos que informaron practicar el distanciamiento social al aire libre “siempre” tenían sólo un 10 por ciento de probabilidades de tener un historial de SARS-CoV-2, en comparación con aquellos que informaron “nunca” practicar el distanciamiento social.

Un análisis inicial relativamente simple vinculó muchas otras variables con el historial de infección por SARS-CoV-2, incluido ser negro o hispano. Pero un análisis “multivariable” más sofisticado sugirió que muchos de estos vínculos aparentes se debían en gran parte a diferencias de movimiento y distanciamiento social.

“Cuando ajustamos por otras variables como las prácticas de distanciamiento social, muchas de esas asociaciones simples desaparecieron, lo que proporciona evidencia de que el distanciamiento social es una medida eficaz para reducir la transmisión del SARS-CoV-2”, señala Clipman.

Los datos indicaron una mayor adopción de prácticas de distanciamiento social entre algunos grupos que son especialmente vulnerables a la enfermedad grave COVID-19, lo que sugiere que eran relativamente conscientes de su vulnerabilidad. Por ejemplo, el 81 por ciento de los participantes mayores de 65 años informaron que siempre practicaban el distanciamiento social en las actividades al aire libre, mientras que sólo el 58 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años lo hacía.

Los resultados son consistentes con el mensaje de salud pública general de que el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la limitación de viajes siempre que sea posible reducen la transmisión del SARS-CoV-2. Sin embargo, los investigadores sugieren que estudios como estos, que emplean encuestas igualmente rápidas de grupos específicos, también podrían convertirse en herramientas útiles para predecir dónde y entre qué grupos se propagarán más rápidamente las enfermedades infecciosas.

“Hicimos este estudio en Maryland en junio y mostró, entre otras cosas, que las personas más jóvenes en el estado tenían menos probabilidades de reducir su riesgo de infección con el distanciamiento social, y un mes después una gran proporción de las infecciones por SARS-CoV-2 detectado en Maryland fue entre gente más joven”, explica Solomon.

Los resultados son consistentes con el mensaje de salud pública general de que el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la limitación de viajes siempre que sea posible reducen la transmisión del SARS-CoV-2. Foto: Jean-François Badias, AP

“Por lo tanto –prosigue–, todo apunta a la posibilidad de utilizar estas encuestas rápidas y económicas para predecir dónde van a ocurrir los brotes en función de los comportamientos y luego movilizar los recursos de salud pública en consecuencia”.

Sin distanciamiento social, las abejas se protegen entre sí de las enfermedades, ¿cómo lo hacen?

martes, septiembre 1st, 2020

Aunque las abejas viven en condiciones que no favorecen el distanciamiento social, han desarrollado formas únicas de lidiar con las enfermedades trabajando colectivamente para mantener la colonia sana.

(The Conversation is an independent and nonprofit source of news, analysis and commentary from academic experts.)

Por Rachael Bonoan, Providence College and Phil Starks, Tufts University

Los Ángeles, 1 de septiembre (THE CONVERSATION/AP).- Dado que muchos países luchan por controlar la transmisión de COVID-19, un desafío es frenar la propagación entre las personas que viven en lugares cerrados. El distanciamiento social puede resultar difícil en lugares como hogares de ancianos, apartamentos pequeños, residencias universitarias y viviendas para trabajadores migrantes.

Como ecologistas del comportamiento que han estudiado las interacciones sociales en las abejas melíferas, vemos paralelismos entre la vida en la colmena y los esfuerzos para controlar la COVID-19 en entornos densamente poblados. Aunque las abejas viven en condiciones que no favorecen el distanciamiento social, han desarrollado formas únicas de lidiar con las enfermedades trabajando colectivamente para mantener la colonia sana.

LA VIDA EN UNA MULTITUD

Las abejas melíferas, como los humanos, son organismos muy sociales. Una colonia de abejas melíferas es una metrópoli bulliciosa formada por miles de individuos.

Las abejas melíferas, como los humanos, son organismos muy sociales. Foto: Steffen Schmidt, EFE

Tres “tipos” de abejas comparten espacio dentro de la colonia. La reina, que es la única hembra reproductora, pone huevos. Los zánganos, las abejas machos, abandonan la colmena para aparearse con reinas de otras colonias. Los trabajadores – hembras estériles – constituyen la mayor parte de la colonia y realizan todo el trabajo no reproductivo. Construyen un peine de cera, recogen y traen comida, atienden a los jóvenes y más.

Los miembros de una colonia trabajan tan bien juntos que la colonia puede denominarse superorganismo, una comunidad muy conectada que funciona como un sólo ser.

Ser así de social tiene muchos beneficios: simplemente pregúntale a cualquier padre soltero qué tan útil sería vivir ahora en una comunidad que ofreciera cuidado infantil cooperativo. Pero también impone costos, en particular, la propagación de enfermedades. Dentro de la colmena, las abejas obreras se transfieren néctar entre sí, esencialmente intercambiando el ingrediente esencial por miel. Se arrastran uno encima del otro y se topan con otros todo el tiempo.

Además, los seres humanos mantienen muchas colonias de abejas melíferas juntas con fines agrícolas. Esto crea “ciudades” antinaturales y densamente pobladas de estos superorganismos, donde las plagas y enfermedades pueden propagarse desenfrenadamente.

INMUNIDAD SOCIAL

Al igual que los humanos, las abejas obreras individuales tienen sistemas inmunológicos que reconocen los patógenos invasores y luchan para deshacerse de ellos. Sin embargo, existen algunas clases de patógenos que el sistema inmunológico de las abejas no parece reconocer. Por tanto, las abejas necesitan una táctica diferente para luchar contra ellas.

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Para estas amenazas, las abejas defienden la colonia a través de la inmunidad social, un esfuerzo de comportamiento cooperativo de muchas abejas para proteger a la colonia en su conjunto. Por ejemplo, las abejas obreras eliminan a los jóvenes enfermos y muertos de la colonia, lo que reduce la probabilidad de transmitir infecciones a otras abejas.

Las abejas obreras también recubren la colmena con una sustancia antimicrobiana llamada propóleo, hecha de resina vegetal que recolectan y mezclan con cera y enzimas de abejas. Aplicado a las paredes de la colmena y entre las grietas, este “pegamento de abeja” mata varios tipos de patógenos, incluida la bacteria que causa una temida enfermedad de las abejas llamada loque americana.

Otro patógeno, el hongo Ascosphaera apis, causa una enfermedad de las abejas llamada tiza. Debido a que el hongo es sensible al calor, la cría de tiza generalmente no afecta una colmena de abejas melíferas fuerte, que mantiene su propia temperatura en algún lugar entre 32 y 36 grados centígrados. Pero cuando una colonia es pequeña o la temperatura exterior es fría, como en una temprana primavera de Nueva Inglaterra, la cría de tiza puede convertirse en un problema.

El patógeno de la cría de tiza afecta a las abejas melíferas jóvenes, o larvas, que se infectan cuando se les alimenta con esporas de alimentos infectados. Permanece latente en el intestino de las larvas esperando que la temperatura descienda por debajo de los 30 grados centígrados. Si esto sucede, el patógeno crece dentro del estómago de las larvas y finalmente mata a la abeja joven, convirtiéndola en una momia blanca con forma de tiza.

Cuando se detecta este patógeno, las abejas obreras protegen a las crías vulnerables contrayendo sus grandes músculos de vuelo para generar calor. Esto eleva la temperatura en el área del panal de cría de la colmena lo suficiente como para matar al patógeno. (Las abejas usan el calor por muchas razones: para optimizar el desarrollo de la descendencia, para combatir patógenos e incluso para “hornear” avispones invasores).

Las abejas defienden la colonia a través de la inmunidad social, un esfuerzo de comportamiento cooperativo de muchas abejas para proteger a la colonia en su conjunto. Foto: EFE

En un estudio reciente, investigamos cómo la eficiencia de la fiebre a nivel de colonia podría cambiar con el tamaño de la colonia. En el apiario del Laboratorio Starks, infectamos colonias de varios tamaños con tiza y rastreamos la respuesta de las colonias con imágenes térmicas.

Las colonias más grandes generaron con éxito una fiebre a nivel de colonia para combatir la enfermedad. Las colonias más pequeñas lucharon, pero las abejas individuales en las colonias más pequeñas trabajaron más duro para elevar la temperatura que las de las colonias más grandes. Incluso si fallan, las abejas no ceden a la fatiga de la fiebre abandonando la pelea.

EN LA COLMENA, LA SALUD PÚBLICA ES PARA TODOS

Al igual que las colonias de abejas melíferas en los campos agrícolas, muchos seres humanos viven en condiciones extremadamente densas, lo que ha sido especialmente problemático durante la pandemia de COVID-19. El objetivo del distanciamiento social es actuar como si viviéramos en densidades más bajas usando cubrebocas, manteniéndonos al menos a dos metros de distancia de los demás y permitiendo que menos personas ingresen a las tiendas.

Los datos de principios de la pandemia muestran que el distanciamiento social estaba frenando la propagación del virus en Estados Unidos. Pero luego los estadounidenses se fatigaron por el encierro. Para el verano, muchas personas ya no se distanciaban socialmente ni usaban máscaras; en promedio, las personas estaban haciendo menos para frenar la propagación del virus que en abril. El promedio de cinco días de nuevos casos en Estados Unidos aumentó de menos de 10 mil a principios de mayo a más de 55 mil a fines de julio.

Aunque las abejas melíferas no pueden usar máscaras ni distanciarse socialmente, cada trabajador individual contribuye a la salud pública de la colonia. Y todos siguen las mismas prácticas.

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También sobresalen en la toma de decisiones grupales. Por ejemplo, cuando llega el momento de elegir un nuevo hogar, una abeja obrera que ha visitado un nuevo nido “baila” para promocionarlo entre otras abejas. Cuanto más adecuado sea el sitio, más tiempo y más trabajará para convencer a los demás.

Si otros expresan su acuerdo, a través del baile, por supuesto, la colonia se muda al nuevo sitio del nido. Si las abejas no están de acuerdo, ese baile específico se detiene, esa opción finalmente pierde el favor y la búsqueda continúa. De esta manera, sólo un grupo de seguidores informados puede ganar el día.

Como han observado muchos comentaristas, el fuerte enfoque en la libertad y el individualismo en la cultura estadounidense ha obstaculizado la respuesta estadounidense a la COVID-19. Vemos a las abejas melíferas como un valioso contramodelo y como una prueba poderosa de que los beneficios sociales requieren una comunidad.

Este artículo fue traducido por El Financiero.

This article is republished from The Conversation under a Creative Commons license. Read the original article here: https://theconversation.com/las-abejas-no-pueden-mantener-la-sana-distancia-pero-asi-evitan-enfermarse-en-plena-pandemia-144638.

Ministro holandés celebra su boda sin distancia social; se disculpa luego de que fotos se hicieran públicas

viernes, agosto 28th, 2020

La Secretaria de Estado de Seguridad, Ankie Broekers-Knol, fue quien ofició la ceremonia y también lamentó que no se mantuviera la distancia en todo momento.

La Haya, 28 ago (EFE).- El Ministro holandés de Seguridad y Justicia, Ferdinand Grapperhaus, se ha visto obligado a pedir disculpas públicas después de que se hicieran públicas las fotos de la celebración de su boda, en las que los invitados aparecían posando juntos, y sin mantener la distancia social de metro y medio.

Grapperhaus se casó el pasado sábado en el municipio holandés Bloemendaal, pero los invitados “no siempre respetaron la regla de metro y medio de distancia”, reconoció el Ministro, luego de la publicación de las imágenes en las que sus allegados salían parados juntos en las escaleras del ayuntamiento.

La Secretaria de Estado de Seguridad, Ankie Broekers-Knol, fue quien ofició la ceremonia y también lamentó que no se mantuviera la distancia en todo momento.

El Ministro explicó que debido a la pandemia, la boda se celebró “en un lugar pequeño”, sólo con las familias y los amigos más cercanos, por lo que la fiesta se pospuso, y aseguró que tanto los días previos como el día de la boda, él “recordó constantemente” a los invitados que mantuvieran la distancia si no vivían en la misma casa.

“Lamentablemente ha habido ocasiones en las que no se ha estado alerta sobre el metro y medio”, admitió el Ministro, que reconoció que entiende las críticas porque “siempre debe dar un buen ejemplo” como funcionario público que exige el cumplimiento de las medidas para frenar contagios.

A principios de esta semana, los propios reyes de Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima, tuvieron que disculparse públicamente en un comunicado después de haber compartido una fotografía suya durante sus vacaciones en Grecia, en la que salían posando junto al propietario de un restaurante, sin mantener tampoco la distancia de seguridad.