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Desaparición forzada ha sido una táctica del Estado para apagar las disidencias: Camilo Vicente

sábado, noviembre 30th, 2019

Tiempo suspendido da cuenta de esta forma de violencia desplegada para el control social y eliminación de sectores importantes de la disidencia política, con un detallado seguimiento a las acciones de contrainsurgencia del Estado mexicano entre 1940 y 1980, documentos desclasificados del Archivo General de la Nación y testimonios de algunos militantes de movimientos como la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Respecto al actual Gobierno, el investigador Camilo Vicente Ovalle apuntó que nota voluntad política para reconocer este tipo de crímenes y hacer justicia, pero advierte que esto no significa que se haya transformado toda la estructura política en su totalidad: “Todavía hay instituciones que se resisten a transformarse”, asegura.

Ciudad de México, 30 de noviembre (SinEmbargo).- Durante los gobiernos de Luis Echeverría (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982) se negó que en México existiera una estrategia para eliminar a un sector de la disidencia política, principalmente los grupos guerrilleros, y se construyó la imagen de que México no era parte de los regímenes autoritarios y dictatoriales, narrativa que se mantuvo casi intacta durante los gobiernos subsecuentes.

“A principios de los 70, la desaparición comenzó a transformarse en una estrategia de Estado: fue usada de manera frecuente y además se construyeron instituciones especializadas para su ejecución, con procedimientos determinados y con una línea de mando que involucraba a las principales dependencias de seguridad nacional”, explica el autor de Tiempo suspendido. Agrega que esta práctica encontró condiciones propicias para implementarse en América Latina por el desarrollo de los autoritarismos.

Respecto al actual Gobierno mexicano, el investigador apuntó que nota voluntad política para reconocer este tipo de crímenes y hacer justicia, pero advierte que esto no significa que se haya transformado toda la estructura política en su totalidad:

“Hay algunas instituciones y dependencias que sí están dispuestas a hacer lo posible para erradicar las desapariciones, pero creo que todavía varias siguen muy reticentes a someterse al juicio público y a transformarse […] Si no se resuelve esa contradicción, probablemente no vayamos a obtener resultados completamente satisfactorios”, asegura.

Tiempo suspendido. Una historia de la desaparición forzada en México hace un detallado seguimiento a las acciones de contrainsurgencia del Estado mexicano entre 1940 y 1980, con especial énfasis en la década de los 70, durante el periodo conocido como “Guerra sucia”. Con prólogo de Lorenzo Meyer, este libro se basa en documentos desclasificados del Archivo General de la Nación y testimonios de algunos militantes de movimientos como la Liga Comunista 23 de Septiembre. Para Puntos y Comas, esta es la entrevista con el historiador Camilo Vicente Ovalle.

Este libro es un trabajo original y relevante sobre la desaparición forzada, tema que ha adquirido gran importancia y actualidad en el campo de las ciencias sociales, así como en la vida política del país. Lo hace desde una perspectiva poco abordada hasta el momento que aporta a la discusión teórica del problema, así como a su conocimiento empírico, presentando un análisis global a partir de tres estudios de caso: Guerrero, Oaxaca y Sinaloa. A través de luso abundante de fuentes, principalmente documentos de los archivos de la represión y testimonios de sobrevivientes de desaparición, el autor propone un análisis sobre la política de contrainsurgencia y la desaparición forzada, y construye un marco interpretativo y explicativo que caracteriza a la lógica de violencia contrainsurgente como general pero no homogénea en su implementación. 

***

–¿El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador está realmente interesado en resolver los casos de desaparición en el país?

–Creo que hay voluntades políticas en este Gobierno, hay funcionarios muy interesados y comprometidos en que la desaparición forzada o cometida por particulares se resuelva y no se vuelva a repetir. El problema es que no estoy tan seguro de que el conjunto del Estado tenga ese mismo compromiso político.

Me parece que hay algunas instituciones y dependencias que sí están dispuestas a hacer lo posible para erradicar las desapariciones, pero creo que hay instituciones que aún siguen muy reticentes a someterse al juicio público y a transformarse. Una de esas instituciones es, sin duda, el Ejército Mexicano, que debe mostrar un mayor compromiso. 

Foto: Cortesía Bonilla Artigas Editores.

–¿Cómo surge la práctica de la desaparición forzada? ¿A partir de qué momento el Estado comienza a usar esto cómo herramienta?

–Son dos momentos importantes. Antes de los años 60 era una práctica usada por distintas dependencias, pero no era sistemática o una estrategia para combatir a las disidencias (eso fue lo que cambió después). Entre los 60 y principios de los 70, la desaparición comenzó a transformarse en una estrategia de Estado, esto quiere decir que fue usada de manera frecuente y que además se construyeron instituciones especializadas para su ejecución, con procedimientos muy determinados y con una línea de mando que involucraba a las principales dependencias de seguridad nacional en  el país.

Representación de madres y familiares de personas desaparecidas en Sinaloa, en una manifestación convocada por el Comité ProDefensa de Presos Políticos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México “Eureka”, para exigir la presentación de los desaparecidos y la amnistía general, febrero de 1979.

Representación de Comité Nacional ProDefensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados en la Cámara de Diputados para presentar una iniciativa de Amnistía General, agosto de 1978.

Comisión del Comité Pro-Libertad de Presos Políticos, afuera de Los Pinos, solicitando audiencia con el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, en noviembre de 1976.

–En tu capítulo “La organización de los hombres perfectos: desaparición y contrainsurgencia”, ¿a qué te refieres con este término?

–Eso lo tomé de una declaración que hace Miguel Nazar Haro durante una entrevista en 2005. Ahí hace un recuento de su vida como agente y luego titular de la antigua Dirección Federal de Seguridad, y dice que su idea era formar una organización de “hombres perfectos”, comprometidos con la defensa de la nación.

Me pareció muy ilustrativa esta idea de los hombres perfectos, de estos funcionarios del Estado completamente comprometidos en salvaguardar lo que ellos consideraban la seguridad de la nación y que entonces no importaba lo que hicieran ni los métodos empleados para cumplir con su objetivo.

–También hablas de Oaxaca, Sinaloa y Guerrero como tres estados en los que funciona la desaparición forzada de forma distinta…

–Justo en estos estados observamos distintos usos que se le dio a la desaparición forzada dentro de la misma estrategia de la contrainsurgencia. Me pareció relevante estructurarlo así, en primera, para observar en su conjunto al fenómeno de la desaparición forzada y por otro lado, también poder explicar por qué, a diferencia de otros países de América Latina que también sufrieron de esta práctica represiva, en el caso de México fue tan prolongada. Por ejemplo, Argentina y Uruguay más o menos tuvo un periodo de 12 años de dictadura en el que fue usada la desaparición. México lleva muchos más años.

Agentes de la DFS y del Ejército, durante un operativo en el municipio
de Ayutla, Guerrero, en el marco del Plan Telaraña, en mayo de 1971.

Soldados apostados en el palacio municipal de Juchitán, durante 1977, bajo el interinato del general Eliseo Jiménez Ruiz. El patrullaje era cotidiano. Ya no se irían de Juchitán, el acoso a la COCEI fue constante hasta finales de los ochenta.

Lo que yo encontré en mi investigación y análisis de estos tres casos como respuesta a por qué este uso tan prolongado, es que el Estado no lo hizo de la misma forma con todos y todo el tiempo. Por ejemplo, en el mismo año, podemos encontrar que mientras en Oaxaca a la Liga Comunista 23 de Septiembre se le desaparecía de manera permanente a los militantes, en Sinaloa sólo se le aplicó cárcel política a la misma organización. Estos juegos estratégicos en la implementación de la desaparición forzada sólo era posible observarlos en distintos estados, a través de distintos casos, que permitieran generar una explicación.

–¿La desaparición forzada es una táctica que se usa en general en América Latina? ¿Sólo sucede en países en vías de desarrollo?

–Es una práctica que encontró condiciones más propicias en América Latina para su implementación por el grado de desarrollo de los autoritarismos en estos países. Prácticamente en todos estos lugares, la desaparición forzada fue usada por los Gobiernos autoritarios, en distintos niveles y formas, pero fue usada. Pero también esa práctica fue usada en algún momento en países desarrollados como Alemania, España, Italia.

Ahora en América Latina es implementada con un menor grado, pero lamentablemente México sigue siendo una excepción porque ahora la desaparición se aplica de forma masiva. Creo que esto tiene su explicación en que no hemos podido hacer una transición democrática de manera radical, como en otros lugares.

Ramón Galaviz Navarro, detenido-desaparecido. Culiacán, Sinaloa, 1978. Foto tomada entre enero y febrero de 1978, en el cuartel de la 9ª Zona Militar.

Carlos Alemán Velázquez, detenido-desaparecido, en Culiacán, Sinaloa, el 29 de agosto de 1977. Ficha con los datos biométrico-políticos de Carlos.

Martha Alicia Camacho Loaiza, detenida-desaparecida el 19 de agosto de 1977 en Culiacán, Sinaloa. Ficha en un formato de la Inspección General de Policía Municipal. Cuando fue detenida tenía siete meses de embarazo, tuvo a su hijo en esa condición.

–¿Como ciudadanos hay algo que podamos hacer para contrarrestar este aparato sistemático de la desaparición? ¿Cómo nos defendemos a nosotros y a los demás?

–Quizá estemos condenados a hacerlo peor, lo cual es muy grave. Pero a nivel de los ciudadanos hay varias tareas, una de esas son las investigaciones como la mía y las de historiadores y periodistas que ahora lo que están haciendo es reconocer nuestra propia historia.

Hay un gran vacío en ese aspecto, no hemos reconocido esta historia como nuestra; la seguimos viendo como extraña, como “algo que pasa allá lejos” y en realidad es una historia que nos ha ido pegando como sociedad. En la medida en que la reconozcamos como nuestra historia, podremos ejercer una crítica mucho más fuerte.

La desaparición forzada en este país pudo ser implementada porque como sociedad no fuimos capaces de cuestionarla en su momento, una vez reconociendo eso, podemos tomar otras medidas como ciudadanos. Algo que también podemos es hacer es justo no rendirnos ante las lógicas autoritarias que siguen flotando en el país, tanto a nivel local como a nivel nacional. Que tengamos ahora un Gobierno en principio más abierto a reconocer este tipo de crímenes, no significa que se haya transformado toda la estructura política. Tenemos que seguir pendientes.

Militantes de la Liga Comunista 23 de septiembre, detenidos-desaparecidos en la ciudad de Oaxaca, en febrero de 1975.

Militantes de la Unión del Pueblo detenidos en febrero de 1975, después de estar desaparecidos varios días fueron enviados a la cárcel.

–¿Qué opinas acerca de la creación de la Fiscalía Especializada en el caso Ayotzinapa? ¿Hay un interés genuino en resolver el caso o es una fachada del Gobierno para tranquilizar a las familias?

–Sí creo que sea real. Por lo menos el Subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, ha dado muestras de una voluntad política real. El problema, como te comentaba al principio, es que hay instituciones que no tienen la misma intención, y de no resolverse eso, podemos llegar a un momento de crisis institucional.

Por ejemplo, la Fiscalía para Ayotzinapa, que está bajo la responsabilidad de la Secretaria de Gobernación, está tocando con pared con el Ejército Mexicano, que es una institución que no ha mostrado voluntad política para resolver ese y muchos otros casos. Eso es lo que hay que observar. Si no se resuelve esa contradicción, probablemente no vayamos a obtener resultados completamente satisfactorios en esta y en otras investigaciones.

Militantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, en Sinaloa. Fueron detenidos en septiembre de 1977 por la DFS y el Ejército.

Comisión del Comité Pro-Libertad de Presos Políticos, afuera de Los Pinos, solicitando audiencia con el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, en noviembre de 1976.

Judith desapareció en Puebla; su amigo y principal sospechoso dice que tuvieron un accidente de auto

martes, agosto 13th, 2019

El pasado 8 de agosto, Judith salió con Eduardo; sus familiares perdieron comunicación con ella y no regresó a casa. Su amigo aseguró que sobre la carretera a Tecali, una camioneta se atravesó y Judith perdió el control y tras chocar con un poste, se volcaron.

Entonces, según narró, llegaron tres sujetos que lo golpearon e intentaron sacarlo del auto pero no pudieron porque se quedó atorado con el cinturón de seguridad, y luego se defendió. Sin embargo, se llevaron a Judith y él solo escuchó que ella gritaba, pero “ya no recuerda más”, aseguró.

Por Magarely Hernández

Puebla, 13 de agosto (PeriódicoCentral).- Judith Abigail Jiménez Pulido desapareció el pasado jueves 8 de agosto. Sus familiares se manifestaron este día frente a Casa Aguayo para exigir al Gobernador de Puebla que agilice las investigaciones pues la Fiscalía General del Estado (FGE) ha mostrado poco interés en el caso a pesar de que la última persona con quien estuvo, identificado como Eduardo “N”, es el principal sospechoso.

En un inicio, se dijo que la joven de 28 años de edad había sido vista por última vez el domingo 11 de agosto en la ciudad de Puebla; sin embargo, su hermana Ivana Jiménez Pulido contó este día ante los medios de comunicación la versión de lo ocurrido.

El 8 de agosto, Judith fue con su amigo conocido como “Lalo” al Campo de Tiro. Sus familiares perdieron comunicación con ella cuando regresaba y nunca llegó a su casa. Quien sí apareció fue Eduardo “N” y dijo que sobre la carretera a Tecali, justo en una curva a la altura del kilómetro 13, tuvieron un accidente automovilístico cuando viajaban en su camioneta pero que era conducida por Judith.

Sus familiares se manifestaron este día frente a Casa Aguayo para exigir al Gobernador de Puebla que agilice las investigaciones. Foto: Periódico Central

Eduardo fue trasladado a un hospital de la capital poblana y la versión que dio a la familia de la joven desaparecida es que una camioneta les hizo corte de circulación; entonces Judith perdió el control, chocaron contra un poste de luz y posteriormente se volcaron.

En ese momento, según narró, llegaron tres sujetos que le pegaron e intentaron sacarlo de la camioneta pero no pudieron porque se quedó atorado con el cinturón de seguridad, además de que se defendió. Lalo dijo que a quien sí se pudieron llevar fue a Judith y que él solo escuchó que gritaba “no me lleven” y ya no recuerda más.

Después de dar su versión, los familiares de Judith acudieron a la Fiscalía para denunciar los hechos y, debido a que no creyeron lo relatado por Eduardo, lo señalaron como principal sospechoso. Ivana dijo que las autoridades les aseguraron que el hombre estaría bajo custodia pero no fue así; lo dieron de alta y desapareció y dio de baja sus redes sociales.

La camioneta blanca sí fue encontrada y las hermanas y madre de Judith acudieron al corralón donde la tienen resguardada y pudieron constatar que solo tiene un leve golpe del lado del conductor pero no hay registro de que haya sufrido alguna volcadura. Ni en la camioneta ni en el lugar del accidente encontraron rastros de sangre o alguna pertenencia como bolso o zapatos de su hermana.

“Esto le corresponde a las autoridades, ellos tienen que sacar las evidencias y ellas pueden hacerlo. Nosotros no, pero hemos ido a buscar indicios, algún zapato o algo y hasta el momento no se encontró ninguna pertenencia de ella ni en la camioneta ni en el lugar del accidente, ni en el camino”, lamentó la hermana de Judith.

Su familia decidió protestar frente a Casa Aguayo porque acusaron que la Fiscalía General del Estado no ha querido levantar la denuncia correspondiente. Foto: Periódico Central

La joven es madre soltera de una menor de 14 años de edad y un bebé de 1 años y medio. Sus hermanas aseguran que por el momento Judith no sostiene ninguna relación sentimental y tampoco suele desaparecerse por varios días sin avisar porque sabe que sus hijos dependen de ella.

Sobre Eduardo no hay mayor información, únicamente que se dedica a las peleas de gallos y varias personas lo conocen como “Lalo”. Tampoco fue posible proporcionar alguna fotografía de esta persona porque, al parecer, dio de baja sus redes sociales.

Su familia decidió protestar frente a Casa Aguayo porque acusaron que la Fiscalía General del Estado no ha querido levantar la denuncia correspondiente y por lo tanto, no se ha emitido alguna ficha oficial sobre su desaparición.

José de Jesús Vázquez García, director General de Delegaciones, salió a recibir a la familia de Judith y después de platicar con ellos, lamentó la situación y se comprometió a tomar cartas en el asunto.

“Él (Eduardo) está en su casa muy campante, sin custodia y sin ningún cargo cuando yo, yo creo que él la tiene, él la entregó o sabe dónde está mi hermana porque la última persona con quien se vio, fue con él”, reprocharon las hermanas de Judith.

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Familias hallan 77 cuerpos en fosas clandestinas de Mazatlán, Sinaloa, y es sólo durante 2019

viernes, julio 12th, 2019

Desde la mañana de ayer jueves, rastreadoras de Mazatlán (apoyadas por personal de la Comisión Nacional de Búsqueda y de la Marina) acudieron a la zona de La Escondida, donde desde el martes pasado han realizado operativos de búsqueda de personas desaparecidas.

Mazatlán, Sinaloa/Ciudad de México (Noroeste).- Al menos dos cuerpos más han sido localizados este jueves en la zona de Palmillas, cerca de Miravalles, por lo que ya suman ocho los cuerpos localizados en esta zona en lo que va de esta semana y 77 en el sur del estado.

Los primeros informes indican que desde temprana hora de este jueves rastreadoras de Mazatlán apoyadas por personal de la Comisión Nacional de Búsqueda y de la Marina, acudieron a la zona de La Escondida, donde desde el martes pasado han realizado operativos de búsqueda de personas desaparecidas.

El Vicefiscal Regional de la zona sur, Cruz Alejandro Flores Salazar, informó que el pasado martes, cuando iniciaron el operativo, fueron localizados tres cuerpos, mientras que el miércoles fueron localizados otros tres restos humanos y con los dos de hoy suman ya 8 los cadáveres que han sido localizados en esta zona.

Desde temprana hora, rastreadoras de Mazatlán apoyadas por personal de la Comisión Nacional de Búsqueda, acudieron a la zona de La Escondida. Foto: Noroeste

Las autoridades que se encuentran en la zona comentaron que desde temprano el grupo de búsqueda arribó a la zona de La Escondida, cerca de Palmillas, donde antes del mediodía y a unos 50 metros de donde localizaron los restos el pasado miércoles, ubicaron dos fosas en las que había un cuerpo en cada una.

Indicaron que continuarán con las labores de búsqueda, por lo que no se descarta que sean localizados más restos humanos durante este jueves en esa zona de Miravalles.

ENTREGAN OSAMENTA A FAMILIARES

Ayer miércoles fue entregada a sus familiares una osamenta que fue identificada por medio de la prueba genética del ADN, anunció Cruz Alejandro Flores Salazar.

El Vicefiscal en la zona sur del estado comentó que la identificación por medio de dicha prueba genética ha sido muy precisa, por ello poco a poco han ido saliendo los resultados por parte del Laboratorio de Genética de la Fiscalía General del Estado.

“Por lo tanto ahorita yo les informo que han sido identificados y entregados 36 osamentas en este año, de los encontrados en las diversas fosas de los alrededores de aquí de esta ciudad”, continuó el Vicefiscal Regional.

“Teníamos 69 osamentas localizadas más las ocho que tenemos (de la presente semana) son 77 localizados este año”.

También dio a conocer que es en las áreas de Miravalles, Palmillas y Santa Fe donde más se han localizado cuerpos u osamentas en fosas clandestinas en el municipio de Mazatlán.

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Rosita desapareció en Sinaloa; sus hijos la buscan desde hace 5 años. Sospechan de la policía

miércoles, mayo 15th, 2019

Sus amigos y familiares salían a las calles para preguntar por ella desde 2014. Organizaron marchas, pegaron lonas en cruceros y repartieron fichas con la leyenda de “Se busca”.

Por las características de la desaparición, se pensó en una desaparición forzada organizada por policías. Hasta la fecha no se tiene más información del caso.

Por Marcos Vizcarra

Sinaloa/Ciudad de México, 15 de mayo (RíoDoce/SinEmbargo).- Cuando Mirtha interrumpió al Fiscal, este tuvo que voltear hacia ella. No fue nada más por cortesía.

“¿Si le desaparecieran un hijo o una hija a usted?”, le cuestionó.

Juan José Ríos Estavillo frunció el ceño y enseguida le contestó que seguramente estaría con ella buscando.

Mirtha se repuso y le dijo que ella estaría buscando a su familiar sin importar el dolor que le implica saber que ha estado pidiéndole desde el 12 de noviembre del 2017 que él y su personal busque a su hijo José Manuel. No lo han encontrado. Tampoco a los que se lo llevaron.

¿Si le desaparecieran un hijo o una hija a usted?, ¿La buscaría?

¿Si le desaparecieran un hijo o una hija a usted?, ¿La buscaría? Foto: Plumas Libres

No es una pregunta obvia ni con afán de ofender. Es seguro que un padre o madre daría su vida por saber dónde está. Tampoco lo es cuestionar lo siguiente:

¿Y si su padre o madre estuviera desaparecido?, ¿lo buscaría?

Ian e Íker sí.

***

Una llamada entró al celular de Luis, justo después de haber colgado con Rosita, quien le dijo que ya estaba próxima a llegar a la reunión de trabajo que tenía en el Hotel Diamante.

Contestó, pero no escuchó algún saludo, ni recordatorio de algún pendiente, sino una discusión que parecía más una llamada de auxilio:

—Bájese, señorita, su unidad tiene reporte de robo.

—¿Cómo va a tener reporte de robo, si es carro de la empresa donde trabajo?

—Bájese, señorita…

Era 30 de julio. Pasaban de las 11:00 horas, cuando el sol siega y el calor asfixia. En el boulevar que conecta al residencial La Primavera, donde viven políticos y empresarios fundado por la familia Coppel. Es un complejo de alta seguridad y considerado de alta exclusividad.

Frente a ese complejo fue desaparecida.

Ahí está una cámara de videovigilancia desde 2012, pero no servía. Eso fue lo que le dijeron al señor Francisco Anzures desde la Secretaría de Seguridad Pública. Fue un discurso recurrido en la administración que comprende desde 2011 al 2016, con Mario López Valdez como Gobernador.

Por las características de la desaparición, se pensó en una desaparición forzada organizada por policías. A la fecha no se sabe más.

“La versión es que llegan y le dicen que su carro es robado y que la van a detener ya es clásico de un policía normal”, aseguró Francisco Anzures en septiembre de 2014.

El carro de Rosita fue encontrado 10 horas después a unos 9 kilómetros de donde se estableció que desapareció.

Los policías investigadores aseguraron en sus reportes que no se tenían marcas ni huellas. Nada. Como si hubiese desvanecido.

***

Pasaron 10 días y no había más información. Rosita estaba desaparecida.

La organización Alameda elaboró una ficha con sus datos y colocó una fotografía, una en la que se aprecia su cabello, de color rojo, recogido. Portaba una blusa negra. Ella sonreía.

Se difundió en seguida y la noticia corrió de una forma inusual.

En 2014 no había bases de datos públicos sobre casos de desaparición o desaparición forzada. No se conocía que para esa fecha ya superaban las 2 mil desapariciones como casos acumulados desde 2002, que es cuando la entonces Procuraduría General de Justicia comenzó a resguardarlos en sus archivos estadísticos.

Antes de eso, no se sabe cuántas personas desaparecieron, Así lo ha respondido la hoy Fiscalía General del Estado en diversas solicitudes de información.

Cuando pasó el caso, era poco explorada la narración que contara sobre personas desaparecidas y sus memorias. No era usual que hubiese movimientos por eso.

Sus hermanos y padres salían a las calles para preguntar por ella. Organizaron marchas, pegaron lonas en cruceros y repartieron fichas con la leyenda de “Se busca”.

Fueron movimientos con fuerza, visibles y con dolor.

Ninguna de esas marchas se paró pese a la lluvia o el calor. Pero un día dejaron de hacerse sin una explicación pública.

“No hace mucho me preguntaron si ya la habíamos encontrado, porque me veían bien y porque no estábamos haciendo marchas”, contó la señora María Mercedes Jacobo, madre de Rosita.

Fue el desgaste y una forma distinta de emprender la búsqueda. Pensaron que el evitar los movimientos haría a los responsables repensar la situación y entregar a Rosita.

“Nosotros hemos estado buscándola viva, porque nosotros tenemos la certeza de que ella esté viva, tenemos la esperanza, tenemos la esperanza, tenemos la fe, porque mi hija no creo que haya hecho cosas malas”, asegura el señor Francisco Anzures.

No funcionó.

***

Ya se acercaba el cumpleaños de Íker, el menor de los dos hijos de Rosita.

—¿Por qué no le dices a mi mamá que venga a mi cumpleaños? —preguntó.

—Le diré a tu mamá, pero ella está ocupada. Yo estoy segura que pronto vendrá —le respondió su abuela, la señora María Mercedes.

Ella comenzó a llorar mientras conducía su camioneta.

—No le preguntes eso a mi abuela, que le duele la cabeza —interrumpió Ian, el hijo mayor.

Rosita subió a un barco para irse a trabajar. Ahí conoció a mucha gente y tomó muchas fotos, pero ese barco se quedó sin combustible y es difícil que pueda arrancar para volver a tierra. Algún día lo hará.

Eso es lo que saben Ian e Íker, porque esa fue la recomendación de la terapeuta a la familia.

También lo fue el colocar fotografías de ella y mantenerlas en los burós y mesas. Es simular que ella está presente, y así parece en la casa de los Anzures Jacobo.

Ya pasaron casi cinco años y el tiempo ha transcurrido distinto.

“El niño más chico pregunta, ya le pregunta a uno por qué su mamá no está, por qué su mamá no viene, y uno le dice: ‘espérate, algún día va a venir’, yo tengo esperanza de que algún día ella va a regresar”, dijo la señora María Mercedes.

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¿Y si su padre o madre estuviera desaparecido?, ¿lo buscaría?

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La CEAV lanza plan de reparación para las víctimas de la violencia política en la “Guerra Sucia”

lunes, febrero 11th, 2019

El titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Jaime Rochín, explicó que este plan de atención y reparación “pretende visibilizar a quienes desaparecieron y dar voz a quienes fueron silenciados”. Explicó que los hechos “se ocultaron” y no se aceptaron plenamente como en Chile y Argentina, donde este tipo de acciones fueron reconocidas por el Estado y se ofreció una disculpa. 

Durante la década de 1970 y parte de 1980 existió en el país “una violencia ejercida por el Estado mexicano” contra disidentes y opositores políticos en distintas zonas del país.

México, 11 de febrero (EFE).- La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) de México presentó este lunes un plan de atención y reparación a las víctimas de la violencia política de la época conocida como “Guerra Sucia” en la década de 1970, que fue catalogada por especialistas como “terrorismo de Estado”.

El titular de la Comisión, Jaime Rochín, explicó que este plan de atención y reparación “pretende visibilizar a quienes desaparecieron y dar voz a quienes fueron silenciados, además de recuperar a sus comunidades y reconstruir el tejido social”.

Rochín recordó que durante la década de 1970 y parte de la de 1980 existió en el país “una violencia ejercida por el Estado mexicano” contra disidentes y opositores políticos en distintas entidades del país.

Dijo que desde la Ciudad de México hasta estados del norte del país como Sinaloa, Chihuahua y Nuevo León, o Jalisco en el occidente, se presentó esta violencia pero “especialmente se focalizó en Guerrero” (sur), y principalmente en la zona rural de esa entidad.

Rochín apuntó que de acuerdo con el informe final de la Comisión de la Verdad del Estado de Guerrero (Comverdad), la represión en esta entidad durante la llamada “Guerra sucia” fue “generalizada”.

Señaló que sufrieron desaparición forzada estudiantes, campesinos y activistas sociales, o simplemente personas sobre las que recayera “alguna sospecha o deseo de venganza”.

“En Guerrero, la violencia política del pasado adquirió tintes macabros. Existen testimonios de ejecuciones arbitrarias, desapariciones forzadas, desapariciones forzadas transitorias y desplazamientos”, expuso.

El comisionado indicó que la represión en aquella entidad “obedeció a un patrón regular y preconcebido: se trató de una política de Estado, una política de represión e incluso de exterminio”.

Explicó este tipo de actos “se ocultaron y no se habían reconocido plenamente” por el Estado mexicano como sucedió en países en Chile y Argentina, donde este tipo de acciones fueron reconocidas y se ofreció una disculpa a las víctimas.

Bajo este escenario, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México recomendó a la CEAV la instrumentación de un plan especial de reparación del daño, en sus dimensiones individual y colectiva, para las víctimas directas e indirectas.

Esto como parte del derecho a la reparación colectiva en favor de las víctimas de violaciones graves, generalizadas o sistemáticas de derechos humanos.

Entre las medidas que contempla el plan está la creación de un mecanismo de investigación independiente, una disculpa pública, la creación de memoriales y la instauración del día nacional para recordar a las “Víctimas de la Guerra Sucia“, entre otras.

Según diversas organizaciones y colectivos, durante la etapa llamada “Guerra sucia“, tan sólo en el sureño estado de Guerrero ocurrieron, al menos, unas 600 desapariciones forzadas.

CorteIDH juzgará a México por desaparición forzada durante la guerra contra el narcotráfico

lunes, abril 16th, 2018

Nitza Paola Alvarado Espinoza, Rocío Irene Alvarado Reyes y José Ángel Alvarado fueron víctimas de desaparición en diciembre de 2009, en Chihuahua; sus familiares señalan como culpables a personas identificadas como militares.

Por las omisiones de las autoridades en la investigación la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) demandó al Estado mexicano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y éste será juzgado el próximo 26 de abril. El caso es relevante porque se considera el primero de desaparición forzada durante la guerra contra el narcotráfico que instauró el ex Presidente Felipe Calderón.

San José, Costa Rica 16 de abril (EFE).- La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) realizará una audiencia pública el próximo 26 de abril contra el Estado de México, por la desaparición forzada de tres personas en 2009 a manos de agentes estatales en el marco de la lucha contra el narcotráfico.

El caso se relaciona con la alegada desaparición forzada de Nitza Paola Alvarado Espinoza, José Ángel Alvarado y Rocío Irene Alvarado Reyes por parte de agentes estatales en el Estado de Chihuahua, desde el 29 de diciembre de 2009.

Según la demanda presentada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), este es el primer caso por desaparición forzada en el contexto de la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada en México.

Por lo cual, toma relevancia ya que se trata de una problemática que ha venido en aumento en los últimos años y que ha merecido pronunciamientos, recomendaciones y expresiones de profunda preocupación por parte de la Comisión, así como de organismos internacionales y de las Naciones Unidas, según demanda de la CIDH.

Hasta el momento, los familiares desconocen el paradero de las tres víctimas desaparecidas. Ellos habrían sido privados de la libertad por parte de un grupo de entre ocho y diez personas que portaban armas largas y vestían uniformes que identificaron como de militares.

Las desapariciones tuvieron lugar en el marco de la implementación del Operativo Conjunto Chihuahua, en el cual el Ejército, además de realizar labores de seguridad, desempeñaba tareas de investigación criminal.

El caso también se relaciona con la situación de impunidad en que se encuentran las tres desapariciones, por lo que la CIDH alega que la aplicación de justicia militar al caso podría resultar violatoria del derecho de contar con una autoridad competente, independiente e imparcial para la obtención de justicia.

La demanda indica que hay una serie de violaciones conexas derivadas de las amenazas y hostigamientos que habrían tenido que enfrentar los grupos familiares, incluido el desplazamiento forzado de algunos de ellos.

Este caso será visto durante un periodo ordinario de sesiones de la CorteIDH, con sede en Costa Rica, en el que los jueces además deliberarán en privado sobre el caso de la alegada responsabilidad internacional de Costa Rica por la inexistencia de un recurso que permitiera obtener una revisión amplia de las condenas penales impuestas a 17 personas.

La Corte también supervisará el cumplimiento de sentencias, medidas provisionales y cuestiones administrativas de otros países.

Madres sellan un pacto: “Si una de nosotras muere, las otras buscaremos a sus desaparecidos”

domingo, febrero 18th, 2018

La desaparición de sus familiares las unió, la búsqueda las hermanó y un pacto mantiene a las Rastreadoras de El Fuerte juntas: quien encuentre a su ser querido, sigue adelante en la búsqueda de los demás desaparecidos.

Para esta agrupación todos los que faltan son parte de ellas, explica una de sus integrantes, Yessenia Ramos.  “Somos una familia protegiéndonos porque lloramos todas, reímos, estamos unidas, porque todos son nuestros, no es nada más mi hermano [a quien ya encontró], son muchos, todos son nuestros”, señala.

Ciudad de México, 18 de febrero (SinEmbargo).- El nombre Mirna Nereyda Medina Quiñónez tiene un peso entre los activistas no sólo de Sinaloa, sino en todo México. La defensora, que visibilizó nacionalmente la desaparición de personas de su región, encontró a su hijo Roberto Corrales justo el día que se cumplían tres años de su rapto; sin embargo, el hallazgo no alejó del grupo que dirige: las Rastreadoras del Fuerte de Sinaloa, personas que la desaparición de sus familiares las unió, la búsqueda las hermanó y un pacto las mantiene juntas.

Son las 08:00 de la mañana en los Mochis, Sinaloa. Mujeres en jeans, playeras holgadas, sombreros, zapatos industriales y una mochila con agua en sus espaldas, se reúnen en una oficina; se dividen en grupos, toman picos, palas, machetes, escobas, guantes, varillas y salen a escudriñar terrenos tras sus “tesoros”, como ellas le llaman a los restos de personas desaparecidas.

Esa rutina se realiza cada miércoles y domingo. Desde hace al menos tres años, Las Rastreadoras del Fuerte salen al monte, zonas boscosas, campos, lagunas y cualquier predio en donde haya indicios de personas no localizadas.

DE UNA BURBUJA A LAS FOSAS

Mirna Nereyda Medina Quiñónez es maestra educadora. Tenía 14 años en la docencia cuando dejó el salón de clases para convertirse en una buscadora a raíz de la desaparición de su hijo Roberto Corrales Medina, el 14 de julio 2014.

Roberto tenía 21 años. Vendía discos, memorias y accesorios para autos en una gasolinera. Poco antes de cerrar su negocio, sujetos a bordo de una camioneta Explorer negra llegaron y se lo llevaron. Desde ese día, Mirna empezó a buscarlo en todos lados.

En su travesía por dependencias gubernamentales y durante la pesquisa conoció a Karla Gómez, Reyna Serna Escalante y Rosa Elia Vázquez Soto, quienes también buscaban a familiares desaparecidos.

Con esas cuatro mujeres nació Rastreadoras del Fuerte, organización que ahora reúne a 122 madres que hacen labores de campo y el Colectivo Desaparecidos del Fuerte, compuesto por al menos 622 familiares.

Mirna jamás pensó que las circunstancias de un país donde la violencia no cesa la llevarían a dirigir una asociación de rastreadoras: “Mi vida era una burbujita, no veía ni siquiera noticias ni nada, y a raíz de lo de Roberto, vivo casi siempre checando noticias, viendo como está el país, toda la página roja la leo porque yo sé que en cualquiera lugar pueda estar los hijos de mis compañeras”.

El conjunto de mujeres rastrea en diferentes lugares de la zona norte de Sinaloa, principalmente en los municipios de Ahome, Choix, El Fuerte y Guasave.

Mirna Medina, líder de las Rastreadoras del Fuerte, Sinola. Foto: Sugeyry Gándara

 

Las Rastreadoras empezaron en 2014, con cuatro integrantes y ahora hay 122 madres. Foto: Rastreadoras, Facebook

Roberto Corrales Medina fue localizado el 14 de julio de 2017, en una búsqueda especial por la conmemoración a los tres años de su rapto. Los restos del joven estaban en una fosa clandestina ubicada en el poblado de Ocolome, a 8 kilómetros de donde fue privado de la libertad.

“Yo buscaba mucho ahí, en esos alrededores. Ya habíamos ido a la zona en tres ocasiones porque nos habían dicho que en ese punto podría estar, pero en ese terreno [donde lo hallaron] no buscábamos porque es propiedad privada y al principio no podiamos entrar. Yo pienso que lo hubiera encontrado mucho antes, pero bueno, Dios pone los medios”, indicó la madre.

“Dios me lo entregó justo ese día, yo ya cerré un capítulo muy doloroso, porque el dolor no se te termina nunca”, agregó.

EL PACTO: “TODOS SON NUESTROS”
Al igual de otras 48 mujeres que hallaron a su familiar, Mirna sigue en el colectivo.

“Nosotros hemos hecho un pacto: la que encuentre se queda y si una de nosotras muere sin encontrar a su familiar, todas tenemos el compromiso de seguir buscando hasta encontrarlo. Seguimos trabajando porque, imagina de esas 120 madres me apoyaron a mi ¿yo cómo voy a dejarlas solas? ¡pues no!”, explica.

María del Rosario López Flores es parte de las rastreadoras. Cuando entró al grupo, tras la desaparición de su esposo “Chayo”, había 36 miembros y conforme pasó el tiempo y “entre más iban creciendo los desaparecidos, como una bola de nieve, poco a poco se fue uniendo más gente”, narra la activista.

Su pareja, Rosario Peñuelas Yocupicio “Chayo, era policía municipal y fue privado de la libertad el 8 de enero de 2013 en la comunidad de San Blas, Sinaloa. Lo buscó por todo Sinaloa todo el 2013 y parte del 2014 sin saber que los restos habían sido encontrados el 30 de enero de 2014 en la comunidad de La Noria en Monterrey, Nuevo León.

En agosto de 2014, María se incorporó a las rastreadoras. Durante una plática con Mirna Medina, prometió que si ella encontraba a su familiar iba a continuar en la búsqueda y así lo cumplió: después de varias diligencias y tras pruebas de ADN, le entregaron restos en 20 de noviembre de 2015. Ahora busca a los familiares de sus compañeras.

“Fue tanto el apoyo que me dieron… yo lo sentí de todo corazón que dije que yo me iba a quedar e iba a seguir siendo parte del grupo hasta encontrarlos a todos, porque aún nos faltan muchos”, platica López Flores.

Al igual que María varias siguieron el ejemplo, tal es el caso de Yessenia Ramos, quien se acercó a la asociación tras la desaparición forzada de su hermano José Alberto Ramos Ruiz en 2013.

Dos años, 8 meses y 2 días después, halló a su pariente mientras escarbaba en una fosa clandestina en inmediaciones de Pozotan y Navojoa, cerca de una laguna.

“Era domingo, empezamos a buscar como siempre y una compañera miró un lugar y dijo que parecía que había huesos humanos. Nos reunimos todos en ese sitio y nos enfocamos ahí a seguir buscando. Ni a medio metro estaba mi hermano, yo removía la tierra con palas y luego con las manos, para sorpresa mía salió la playera de él. Yo les dije que era él, que era mi hermano que por fin lo había encontrado”, recordó la mujer.

Foto: Rastreadoras, Facebook

Yessenia dice que permanecerá en la organización hasta encontrar a todos los que faltan “porque todos son nuestros, no es nada más mi hermano, son muchos, todos son nuestros”.

“Somos una familia protegiéndonos porque lloramos todas, reímos, estamos unidas, y pues no es justo, a mi no se me hizo justo que yo hubiera encontrado a mi hermano y ya no seguir ayudando; ¿cómo encontrarlo y salirme, y mis compañeras que están pasando por lo mismo que yo”, compartió.

El consanguíneo de Yessenia fue privado de la libertad por policías municipales El Fuerte, un 24 de octubre en el poblado de Charay cerca de las 12: 50 de la tarde.
La patrulla de policía, que todos conocían y tenía fama de “desaparecer” personas, interceptó a Roberto, 38 años cuando este iba en su bicicleta, y lo “levantaron” frente a varios testigos. “Era la única patrulla que andaba aquí, todo mundo la conocía”.

Los presuntos responsables no han sido castigados. “Ahora estos policías están ahí muy gusto como si nada hubiera pasado. Yo puse la denuncia contra el comandante Santos, que se llevó a mi hermano, y nunca se ha hecho nada, nunca se ha hecho una investigación, ni dicen como va la investigación”, denunció la víctima.

En la zona norte de Sinaloa el 80 por ciento de los casos de desapariciones son presuntamente atribuibles a la desaparición forzada pues existe el común denominador de que fueron patrullas quienes se los llevaron, según los testimonios, explica Mirna Medina.

Además del sufrimiento que conlleva la desaparición de un ser querido, varios familiares también enfrentan la criminalización de la víctima.

“Mi hijo no vendía, ni usaba drogas. Tampoco te puedo decir que era lo máximo porque era un ser humano normal; pero ya ves que la misma sociedad te re victimiza, cada vez que levantan a alguien, la gente piensa y dice `es que andaba mal, algo hizo’, y en este caso no fue así, esa es una cultura muy fea y un grave problema que tenemos como sociedad”, platica Mirna Medina en entrevista.

BUSCAR DE TESOROS
Las Rastreadores del Fuerte han localizado cerca de 117 cuerpos, de los cuales, el 90 por ciento ya se entregaron  explica su líder.

A inicios de su conformación recibieron múltiples amenazas, sin embargo, han disminuido, aclara: “No sé si ya entendieron que nosotros no buscamos culpables”.

El grupo operativo se reúne miércoles y domingo para realizar los rastreos que duran desde seis, hasta 10 horas.

María del Rosario explica: “No importa si hace frío, calor extremo nosotros vamos, son búsquedas incansables, entre más escarba uno,parece que no tiene fin, si uno siente desespero escarbando se quita, a veces somos muchas las que acudimos, otras no tantas porque algunas trabajan”.

Cuando descubren restos humanos a los que llaman tesoros, las rastreadoras avisan a las autoridades, se juntan y hacen una oración para que la persona descanse en Paz. Después, esperan el arribo del forense y de los Ministerios Publicos para el levantamiento correspondiente.

No importa si hace calor extremo o frío, ellas salen a buscar dos días a la semana. Foto: Rastreadoras, Facebook

Al momento de la localización las mujeres tienen sentimientos encontrados:

“Nos da mucha alegría porque sabemos que otra familia, al igual de las que ya hemos encontrado, va a descansar, va a tener esa tranquilidad porque ya va a tener una tumba a donde llevarle flores, ir a rezarle; pero también nos da mucha tristeza en la forma en la que los encontramos. Muchas veces no sabemos si llorar o reír, ni como expresar lo que sentimos realmente porque es muy difícil. Solo la persona que familiar de un desaparecido es la que sabe el dolor que se vive”, declara María del Rosario

La mayoría de las personas desaparecidas en Sinaloa son hombres jóvenes de entre 15 y 25 años, muchos privados en la liberta en un contexto de la lucha de los cárteles de la droga por la plaza, abunda Mirna Medina.

“Tenemos desaparecidos desde el 2010, hay muchos más quizá, podrían ser hasta mil los desaparecidos pero hay mucha gente que por miedo no denuncia, no va a realizarse la prueba de ADN”, añade Maria del Rosario López.

HALLAZGOS

En lo que va del 2018 se han localizado tres cuerpos, un hombre y dos mujeres jóvenes. El primero, en la población de La Capilla; posteriormente, se halló el cuerpo de una joven en la Bajada del Monte, y la segunda chica, localizada en Tres Garantías, todos de El Fuerte, Sinaloa.

Las dos jovencitas ya fueron identificadas pero el grupo prefirió reservar el nombre de las víctimas hasta que estén los resultados de las pruebas de ADN y sean entregados los restos.

De los 117 restos encontrados, de 2014 a la fecha, son pocos los que faltan debido a que no han sido reclamados.

Los restos son llamados por entre ellas como “tesoros”. Foto: Rastreadoras, Facebook

“Hay muchos cuerpos que nos da mucha tristeza porque los encontramos, no los reclaman y haz de cuenta de que los vuelven a desaparecer porque son sepultados sin una identificación pues porque la gente no va a denunciar”, expone María del Rosario.

“Quedan muy pocos cuerpos por entregar, nadie los ha reclamado pero aún así nosotras trabajamos para que sean identificados, esa es una ventaja muy grande que tenemos como familias, trabajamos para buscar; pero lo más importante es buscar encontrar e identificar, que cada familia ya tenga algo paz, porque no se puede tener algo de paz después de que te quitan una parte de ti”, puntualiza Mirna, líder de las Rastreadoras, quien, -además- comparte que regresará a la escuela dar clases dentro de dos años, según espera.

“Porque hay que terminar ciclos, mientras tanto, seguimos aquí. Estamos capacitando a una compañera para que, en un caso dado, pueda entrar en mi lugar”, finaliza.