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La VI Brigada concluye con el hallazgo de 9 fosas y la promesa de regresar a Morelos

martes, octubre 26th, 2021

Después de dos semanas de trabajo, la VI Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas terminó su intervención humanitaria en Morelos, entidad que vio nacer al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en 2011. Los recientes hallazgos de fosas clandestinas en Yecapixtla abren la posibilidad de que los integrantes de la brigada regresen en un par de semanas. 

Cuernavaca, Morelos, 26 de octubre (A dónde van los desaparecidos).–Desde la Plaza de Armas de Cuernavaca, lugar emblemático para las víctimas de la violencia en México, la VI Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas se despidió este domingo de Morelos, un estado marcado por fosas clandestinas, algunas de ellas utilizadas por las propias autoridades. Lugares como Tetelcingo, Jojutla y ahora Yecapixtla forman parte de la geografía del horror.

Las familias que llegaron desde el pasado 9 de octubre, provenientes de diversos estados del país, regresaron a sus lugares de origen con la satisfacción de haberle demostrado a las autoridades locales, estatales y nacionales que se pueden hacer las cosas de otra manera, que ningún paraje es tan amplio como para no desenterrar la verdad y que sí es posible buscar activamente a los desaparecidos.

“La Brigada ha devuelto a Morelos esa esperanza que se generó con el Movimiento por la Paz (con Justicia y Dignidad). La mayoría somos personas que nacimos desde esa voz del dolor”, dijo el pasado viernes, durante una conferencia de prensa, Juan Carlos Trujillo, de la Red de Enlaces Nacionales, integrada por más de 160 colectivos de 26 estados del país.

Lo hizo desde el mismo lugar en donde Javier Sicilia, hace diez años, anunció que no volvería a escribir poesía —el mundo ya no era digno de la palabra—, luego de que su hijo Juan Francisco fuera hallado sin vida, junto con otras seis personas, en el interior de un automóvil abandonado a la altura del municipio de Temixco. La indignación provocada por estos hechos se transformaría en la caravana por la paz, con la que cientos de víctimas de la violencia recorrieron miles de kilómetros, al sur y al norte del país, e incluso al otro lado de la frontera.

“Fue ahí donde nos dieron este ánimo para salir a gritar a los cuatro vientos que teníamos a nuestros hijos desaparecidos”, recordó María Herrera, madre de Juan Carlos y uno de los rostros más visibles de la Brigada Nacional, antes de pedir un minuto de silencio por el hijo de Sicilia, cuyo nombre está inscrito en uno de los pilares del Palacio de Gobierno del Estado de Morelos, hoy convertido en un memorial de víctimas.

María Herrera (derecha) busca a cuatro de sus hijos, desaparecidos entre 2008 y 2010 en Guerrero y Veracruz. Foto: Marcos Nucamendi.

EL CAMPO DE EXTERMINIO DE YECAPIXTLA

Quienes participaron en la VI Brigada Nacional confirmaron, entre otras cosas, que en el “campo de exterminio” descubierto a inicios de la semana pasada, en el municipio de Yecapixtla, se registraron diez hallazgos en diversas fosas clandestinas con un número aún indeterminado de restos óseos, pues aún falta que la Fiscalía General del Estado (FGE) termine de procesar el lugar, una antigua mina de arena en el ejido de Mixtlalcingo y que, a decir de su propio personal, era humanamente imposible de resguardar y trabajar.

Las familias, dignamente, les dieron una cachetada con guante blanco. Lo hicieron al remover la tierra, al excavar zanjas de más de tres metros de profundidad y al descubrir las deficientes intervenciones de una Fiscalía que apostó una y otra vez por el desgaste, dudando de su pericia y negándose, en un principio, a exhumar parte de los hallazgos.

Durante la conferencia de prensa, Tranquilina Hernández, del colectivo Unión de Familias Resilientes Buscando a sus Corazones, pidió a las autoridades que se terminen de exhumar todos los restos de la mina de Mixtlalcingo, en Yecapixtla, que se les identifique plenamente y que puedan regresar con sus seres queridos. “Ya tiene varios años sepultados ahí y no queremos una segunda ni tercera desaparición, queremos un trabajo limpio, y que podamos dar eso que venimos buscando desde el corazón para todas las familias: un poquito de tranquilidad”.

Al hablar de los hallazgos de la Brigada Nacional en Yecapixtla —y ante la posibilidad de que esta regrese en dos semanas para dar seguimiento al caso—, el Fiscal Especializado en Desaparición Forzada de Personas de Morelos, Alejandro Cornejo Ramos, se comprometió a iniciar el proceso de identificación de las personas que sean localizadas en el predio, la búsqueda de sus familias y continuar la exploración del sitio para garantizar que ha sido completamente explorado. “Si hay necesidad de extenderlo (el perímetro), así se hará”, dijo en entrevista.

Integrantes de la brigada anunciaron que es posible que regresen a Morelos durante las próximas semanas, para continuar los trabajos en las fosas localizadas en Yecapixtla. Foto: Marcos Nucamendi.

TAREAS PENDIENTES EN MORELOS

De acuerdo con cifras oficiales, mil 57 personas permanecen en calidad de desaparecidas y no localizadas en Morelos. A cuatro años de haberse suspendido los trabajos de exhumación de la fosa irregular de Jojutla, aún quedan restos humanos por extraer e identificar; y de los 119 cuerpos encontrados en la fosa de Tetelcingo, sólo 12 han sido entregados a sus familias.

Sobre los casi 400 cuerpos inhumados recientemente en un panteón ministerial —que estaban bajo resguardo del Servicio Médico Forense en los municipios de Cuautla, Cuernavaca y Jojutla—, aún persisten dudas sobre qué acciones periciales se realizaron antes de su último traslado y si se buscó a todas las familias de las personas que sí pudieron ser identificadas.

El representante de la Secretaría de Gobernación federal en Morelos, Carlos Brito, adelantó que transferirán recursos al Gobierno del estado para la construcción de un centro de identificación humana y búsqueda de personas —similar al de Coahuila—, y para reforzar las capacidades forenses de la Comisión Estatal de Búsqueda.

El funcionario explicó que en Morelos aún falta concretar la Ley para la Declaración Especial de Ausencia de Personas Desaparecidas, cuya iniciativa ya fue presentada; una reforma a la Ley Orgánica Municipal, que haría obligatoria la creación de las unidades municipales de derechos humanos y células de búsqueda de personas, tal y como propone la Brigada Nacional; y la creación de la ley local en materia de desaparición que mejore la coordinación entre la Comisión Estatal y las fiscalías, que es en donde suelen atorarse los trabajos, tanto así que los colectivos están solicitando que sea la Fiscalía General de la República la que atraiga el caso de Jojutla.

María Herrera hizo un llamado al Gobierno de Morelos, encabezado por el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, para que no deje solos a los colectivos locales de familiares de personas desaparecidas: “No le está dando la importancia debida, le pedimos y le exigimos que atienda las demandas de estas familias, que les brinde la seguridad necesaria. En las manos de él quedan nuestras compañeras. Existen prioridades, pero esta debe ser atendida. No queremos más desaparecidos, queremos buscar y encontrar a los que nos hacen falta”.

Personal del Servicio Médico Forense durante el primer día de exhumación en la mina de Mixtlalcingo. Foto: Marcos Nucamendi.

HACIA UN MODELO DE INTERVENCIÓN HUMANITARIA

Antes de terminar los trabajos de la Brigada, sus integrantes se reunieron con el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, en la Comisión Ejecutiva de Atención de Víctimas (CEAV) en Morelos. También tuvieron una reunión con representantes de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en el marco de la próxima visita del Comité contra las Desapariciones.

Durante esta última, a las familias se les informó que cuatro de los diez integrantes del Comité contra las Desapariciones estarán en México del 15 al 27 de noviembre para recopilar elementos sobre la crisis en materia de desaparición de personas que se vive en el país, y emitir las correspondientes recomendaciones al Estado Mexicano.

En la reunión con Encinas, se planteó la posibilidad de acompañar, desde la federación, un modelo de intervención humanitaria para todo el país, que recupere la experiencia acumulada por la brigada en los últimos seis años. La primera gran prueba para esta colaboración será la caravana nacional que se prevé realizar en 2022 y que se enfocará, sobre todo, en la sensibilización de policías y autoridades municipales.

De lo que se trata, insistió Juan Carlos Trujillo en la reunión con Encinas, “es vernos como humanos nuevamente”, que poco a poco se vaya removiendo la tierra que impide ver con claridad el fondo. Si algo ha puesto de manifiesto la Brigada Nacional de Búsqueda en su paso por Morelos es, precisamente, que las cosas pueden hacerse de otra manera y que es posible devolver la esperanza a las familias de las personas desaparecidas.

Representantes de la brigada dialogan con el subsecretario Encinas en un inmueble confiscado al crimen organizado que hoy alberga a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. Foto: Marcos Nucamendi.

UN GRITO PARA ESCUCHAR

En sus últimos días de acciones en Morelos, los integrantes de la Brigada visitaron al personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Cuernavaca para realizar una sesión de sensibilización sobre la desaparición de personas. Se esperaba a una centena de policías, pero apenas un puñado se dio cita para sostener la mirada de las familias de las personas desaparecidas. Un grito desgarrado bastó para que todos aquellos que habían ignorado la reunión, no tuvieran más remedio que asomarse por las ventanas para conocer cuál era el origen del desesperado clamor.

“¡Natán, Natán, regresa bebé, no sé caminar sin ti y no quiero vivir así!”, gritó la señora Alicia Gallegos, de Poza Rica, Veracruz, cuyo hijo fue secuestrado y desaparecido cuando tenía 21 años. Le faltaban sólo un par de semestres para terminar la carrera en mecatrónica en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Al contar su historia, desde el patio de la Secretaría y llevando en su cuerpo una lona con la foto de Natán, la señora Alicia se acercó a los policías para abrazarlos, con ello consiguió romper su silencio y su formación estoica. Hasta los más duros, con su balaclava puesta (una prenda que les cubre parte del rostro) se suavizaron, se quitaron ese otro chaleco que les estorbaba para decirle al oído palabras de aliento y compromisos individuales que duraron al menos hasta el cambio de turno.

Los policías no pudieron negarse al abrazo de dos de las madres. Foto: Marcos Nucamendi.

Alicia les contó a los policías que luego de recibir una veintena de llamadas de las personas que se llevaron a Natán, solicitó el apoyo de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS), pero ahí se negaron a tomar 45 minutos de carretera para acompañarla. “Yo le rogaba y le suplicaba: por favor vengan, ayúdenme, y nunca llegaron”. Ella tuvo que ir sola a pagar la cantidad fijada. Aún así de su hijo nunca supo nada.

Este ejercicio que apuesta por recuperar la humanidad perdida, pero sobre todo sensibilizar a los elementos de seguridad más próximos a la población, se realizó durante las dos semanas de brigada en los municipios de Jojutla, Huitzilac, Amacuzac, Yautepec, Cuautla, Temixco, Totolapan, Puente de Ixtla, Tetecala, Xochitepec, Cuernavaca y Yecapixtla.

Maricel Torres, del colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera Poza Rica, explicó a los policías de Cuernavaca lo terrible que fue enterarse de la participación de la policía intermunicipal de Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla en la desaparición de su hijo Iván Eduardo Castillo y otros tres jóvenes, en mayo de 2011. “Por dos mil pesos más en su salario, entregaban la vida de muchos jóvenes”, les dijo.

“No se dejen corromper —les pidió Maricel Torres—, no caigan en las manos del crimen organizado, no participen con ellos. Nosotros queremos volver a creer en ustedes. Yo perdí la confianza, yo sentía que en lugar de sentirme protegida, corría peligro”.

Maricel Torres, madre de Iván Eduardo Castillo. Foto: Marcos Nucamendi.

El trabajo de la Brigada Nacional es extenuante. No es suficiente el tiempo para revisar todos los sitios en donde se presume puedan haber enterramientos clandestinos; tampoco para el resto de las actividades previstas para la búsqueda en vida, sobre todo en centros penitenciarios; la sensibilización a las autoridades, como policías municipales; las pláticas en escuelas, para prevenir y alertar a las juventudes; y el trabajo en iglesias y otras comunidades de fe, desde donde surgen fuertes indicios para encontrar a las personas que continúan desaparecidas.

La Brigada Nacional terminó, pero en Morelos quedan muchas cosas por hacer, parajes dónde buscar, casos individuales que atender, fosas del gobierno que exhumar, una ley local en materia de desaparición que redactar y hasta un centro de identificación humana que construir.

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“Estamos cansadas, no derrotadas”: VI Brigada va a Morelos en busca de sus “tesoros”

jueves, octubre 14th, 2021

La VI Brigada Nacional de Búsqueda ha iniciado sus labores de rastreo de víctimas en Morelos. A diferencia de otras ediciones, en esta ocasión se colocaron “buzones de paz”, en los cuales se puede dar información que ayude en las labores de búsqueda. “Nosotros no buscamos culpables, buscamos desaparecidos” , es la consigna que repiten.

Jojutla, Morelos, 14 de octubre (SinEmbargo).- Margarita López González busca a su hijo José Ángel Sánchez López desde marzo de 2018. Ha recorrido miles de calles, centros penitenciarios y servicios forenses. Ha rasgado la tierra en campos y cerros. Se dice agotada, pero sentencia que no parará hasta encontrarlo “así rasguñe toda la tierra del país”.

Sus palabras representan la determinación de cientos de personas que, como ella, participan en la VI Brigada Nacional de Búsqueda.

“Aunque estamos cansadas, no estamos derrotadas”, añade la mujer quien es una de las 160 participantes de la brigada que, después de un año de estar suspendida por la pandemia, ha retomado sus actividades por dos semanas —del 9 al 24 de octubre— en 14 municipios del estado de Morelos: Jojutla, Huitzilac, Amacuzac, Yautepec, Cuautla, Mazatepec, Temixco, Totolapan, Puente de Ixtla, Tetecala, Xochitepec, Cuernavaca, Oaxtepec y Yecapixtla.

Los ejes para este ejercicio coordinado por la Red de Enlaces Nacionales (REN), una organización compuesta por más 160 colectivos ubicados en 26 estados, contemplan: la búsqueda en campo, la identificación forense, la búsqueda en vida, sensibilización con autoridades, así como las labores con la Iglesia.

En la búsqueda en campo, los colectivos acuden a diversos puntos, para rastrear y encontrar “corazones” o “tesoros”, como les llaman a los restos humanos. En la búsqueda en vida, en tanto, visitan centros penitenciarios en donde se realizan actividades para mostrar fotografías y tratar de obtener información.

En la búsqueda en campo, los colectivos acuden a diversos puntos, para rastrear y buscar restos humanos y encontrar “corazones” o “tesoros”, como los colectivos llaman a los restos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

“Ojalá que estas brigadas sirvan para que la gente se acerque y podamos tener siquiera una esperanza para poder encontrarlos”, expresa María del Carmen Abarca Baena, quien busca a su esposo Saturno Giles Beltrán, desaparecido el 8 de marzo de 2014 en el estado de Guerrero.

Los colectivos piden a la ciudadanía morelense que, en caso de que posea alguna información que pueda ayudar a encontrar a sus “tesoros”, se acerque a las actividades que se realizarán en escuelas, plazas públicas, hospitales, servicios médicos, servicios forenses e instituciones para compartirla.

Por ello, en esta ocasión se colocaron en las iglesias “buzones de paz”, urnas en las cuales se puede aportar información, datos o cualquier elemento que aporte y ayude en la búsqueda de alguna persona desaparecida, así como mensajes de “solidaridad que alienten la incansable labor de búsqueda”.

“Nosotros no buscamos culpables, buscamos desaparecidos”, es la consigna que repiten casi todos los participantes, lo que representa una muestra del mensaje colectivo que quieren enviar.

María del Carmen Abarca Baena busca a su esposo Saturno Giles Beltrán, desaparecido el 8 de marzo de 2014. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

María del Carmen Abarca Baena detalla que la inactividad en la pandemia fue un periodo muy complicado para muchos colectivos y familiares de personas desaparecidas y por ese motivo para ellos es muy significativo que se hayan retomado estos ejercicios.

“Para nosotros volver a estas brigadas es muy importante porque sensibilizamos a mucha gente, a muchas familias que tienen personas desaparecidas, pero que no buscan”, narró.

Madres y familiares de personas desaparecidas acuden a la VI Brigada Nacional de Búsqueda. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

LA SENSIBILIZACIÓN

El alarido de una madre a la que le secuestraron y desaparecieron a su hijo menor se escucha en una sala. Se hace presente frente a policías y autoridades municipales de Jojutla, Morelos: “¡Natán!”, grita Alicia Gallegos Manríquez en tres ocasiones. Es una reunión que realiza la Brigada bajo el eje de sensibilización.

El grito de la mujer de 64 años arranca un par de lágrimas al menos a dos policías que la escuchaban. Con el testimonio de “Lichita”, como le dicen de cariño las activistas, esperan haber tocado al menos “un par de corazones”.

La madre comparte, y repite en entrevista, el clamor que tiene desde la noche en que llevó el dinero a los perpetradores para que le devolvieran a Natan Jesús Armando Hernández Gallegos, secuestrado el 28 de febrero de 2018 en Poza Rica, Veracruz. Con ello tiene la esperanza de que alguien la escuché y le dé una respuesta o un indicio del paradero de su hijo que jamás fue liberado.

El objetivo del eje de sensibilización, explica Alicia, es tratar de hacer ver a las autoridades que la corrupción, la desaparición forzada y la colusión destruyen vidas, por ellos les pide que volteen su mirada hacia los desaparecidos.

“Queremos que se conmuevan y se aplique la ley cuando deben de aplicarla, como debe de ser, sin sobornos, sin corrupción”, señala.

La madre de Natan detalla que desde hace tres años y siete meses busca a su hijo, pero a pesar de que existe una mujer detenida no hay más información porque la imputada no ha querido hablar. Es por ese motivo que para Alicia sensibilizar cobra gran importancia.

La sexta edición de la Brigada Nacional se desarrolla del 9 al 24 de octubre en Morelos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Alicia también refiere que otra de las finalidades es concientizar a la ciudadanía del dolor que llevan a cuestas las familias que no encuentran a uno de sus seres queridos.

“La gente nos juzga y se siente bien feo, no queremos ser juzgados porque ya con nuestra pena y nuestro dolor es más que suficiente. Nos juzgan porque creen que todos —los secuestrados y desaparecidos— los secuestraron o ‘levantaron’ porque andaban en algo malo. ¡No, no, no!, no digo que sí hay personas, pero ¿quienes somos nosotros para decir quién vive o no?”, narra en entrevista.

Para los familiares de personas desaparecidas acudir a una Brigada Nacional constituye mucho más que sólo jornadas de búsqueda —en campo y en vida— y sensibilización a diversos sectores de la sociedad, ya que también es un espacio de apoyo mutuo, de fortaleza y de un entendimiento necesario para fortalecerse en el camino de la búsqueda de los desaparecidos.

“Yo sé que a Natan, al menos aquí, no lo voy a encontrar, pero venir acompañar a las compañeras de Morelos me ayuda. Si no encuentro al mío encuentro a los de ellos. Para mí es como si me llevara un pedacito del corazón de ellos. Yo quisiera tener una varita y quitarles a mis compañeras este dolor. Este es un dolor que mata”, platica Alicia.

Y añade: “Yo donde agarro fuerza y energía es viniendo a estas brigadas, a estas pláticas, con las compañeras, porque nosotros nos entendemos, lloramos, platicamos. Otra gente no nos entiende, ni nuestra propia familia (a veces). A mí de la noche a la mañana me mataron, me arrancaron el corazón y solamente aquí con mis compañeras es donde estamos bien y esa es mi vida ahora”.

Alicia coloca la fotografía de Natan en un árbol de Morelos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Maricel Torres Melo, madre de Ivan Eduardo Castillo Torres, secuestrado y desaparecido el 25 de mayo de 2011 en Poza Rica , Veracruz, coincide con Alicia y sus compañeras:

“Para nosotros la brigada es fortalecimiento es vida, siento que el convivir, el buscar nos hace vivir nos hace seguir luchando, nos da fuerzas y esperanza para seguir adelante, hasta encontrarlos”.

Margarita López González, madre de Jorge Ángel, comenta que además es un espacio que ayuda a las familias a aprender, llevar nuevas formas y conocimientos para sus propios colectivos.

Las familias de personas desaparecidas encuentran en las Brigadas un espacio de apoyo mutuo. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Las buscadoras y buscadores están conscientes de que tal vez no hallen a sus seres en Morelos —dicen—, pero su objetivo es ayudar a sus compañeras. Las expectativas y esperanzas en la brigada en esta edición, como en todas, es poder encontrar y recuperar:

“Nosotros venimos a apoyar a las compañeras con la esperanza de encontrar personas para así poder devolverle a algún hogar la tranquilidad de que sepan dónde están sus hijos, sus hermanos, esposos, sus tesoros”, dice Margarita.

Alicia detalla que la importancia de encontrar y regresar a alguien a su casa es porque significa devolver un poco de paz, pues para quienes tienen a sus seres queridos desaparecidos, la búsqueda se vuelve el eje que mueve sus vidas y de ahí que, coincide, no pararán hasta encontrarles.

“Es algo que cómo duele, duele mucho. Aunque tenga más hijos, me falta uno y a ese uno lo quiero llevar a casa, como sea vivo o muerto. Primero me quería morir (tras el secuestro,) pero ahora quiero vivir para buscarlo y encontrarlo, y poderlo llevar a casa. Eso quiero ahora: vivir para encontrarlo.”