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Decrecimiento económico facilita ir por objetivos contra el cambio climático

martes, mayo 25th, 2021

Para evitar que una reducción del PIB que disminuiría el impacto ambiental ocasione los efectos nocivos propios de una recesión económica, es necesario implementar cambios socioeconómicos profundos y reformas políticas, plantean los autores de un estudio sobre la relación entre el decrecimiento y el cambio climático más allá del “desarrollo sostenible”.

Ciudad de México, 26 de mayo (SinEmbargo).– Apostar por medidas específicas de bienestar social que reduzcan el consumo y enfocarse menos en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), aún si este último disminuye ligeramente en el proceso, disminuiría los riesgos en el camino a frenar el termómetro global en 1.5ºC, el objetivo establecido en el Acuerdo de París contra el cambio climático, según un artículo publicado la semana pasada en la prestigiosa revista científica Nature Communications.

Esto se debe a que el crecimiento del PIB tiene un cimiento biofísico vinculado al consumo de energía y materias primas, insumos que permiten generar productos y servicios posteriormente vendidos en el mercado. Por lo tanto, aún una disminución mucho menor del PIB a la observada durante la pandemia de la COVID-19, combinada con una reestructuración ordenada de las políticas redistributivas hacia el bienestar social, facilitaría una reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) causantes del cambio climático, sin afectar o incluso mejorando el nivel de vida, concluyeron en su artículo investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zurich y la Universidad de Sydney.

Para alcanzar estas conclusiones, los especialistas en ciencias ambientales, Lorenz Keysser, y en sustentabilidad, Manfred Lenzen, incluyeron escenarios de decrecimiento anuales promedio de 0.5 por ciento del PIB global en modelos de evaluación integral, una técnica utilizada regularmente por el Panel Gubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) para visualizar las posibles vías de acción para detener el aumento de la temperatura por afecto de la acción de humana.

Estas estimaciones se basaron en el nexo entre combustibles, energías y emisiones, y contrapone sus modelos de decrecimiento a los descritos por el IPCC en su Informe Especial sobre Calentamiento Global 1.5ºC.

Se trata de la primera comparación integral de modelos de decrecimiento contra los 222 escenarios analizados en 2018 por el IPCC, luego de que este órgano consultor de la mejor ciencia disponible a nivel global excluyera por completo en su informe la posibilidad de reducir el PIB, a pesar de la relación detectada entre el crecimiento de este indicador y el aumento en el uso de energías y materias primas.

Una mujer camina en un poblado afectado por la extracción minera. Foto: Ernesto Moreno, “Serie Salaverna olvidado”.

“Las vías de mitigación alternativas analizadas por la creciente literatura del decrecimiento son casi completamente negadas por la comunidad que hace modelos de evaluación integral y por el IPCC, por lo tanto su potencial […] permanece inexplorado”, denuncian los investigadores, que presentan sus resultados como “un primer paso” para considerar vías diferentes de mitigación a las que se han considerado hasta ahora, basadas principalmente en aumentos de la eficiencia energética y la innovación tecnológica, pero sin ceder a la posibilidad de tocar el crecimiento del PIB.

“Hay un problema con las suposiciones con que alimentamos los modelos y que excluyen el decrecimiento”, indicó en entrevista con SinEmbargo Lorenz Keysser, coautor de la investigación. “El decrecimiento es sólo considerado como un problema y no como una solución. Así que nosotros decimos que es científico discutir vías basadas en estos cambios sociales y que en este sentido es más ideológico excluirlas y no discutirlas”.

Al considerar todos los escenarios, aquellos que incluyen medidas de decrecimiento muestran mejores resultados en variables como las toneladas de dióxido de carbono que se necesitaría retirar artificialmente de la atmósfera; el número de veces que energías renovables deberían sobrepasarse; y el nivel de desacoplamiento entre el crecimiento del PIB y el consumo de energía y materiales.

“Los resultados indican que las trayectorias de decrecimiento presentan riesgos relativos más bajos para la viabilidad y sustentabilidad en comparación con los establecidos por el IPCC, usando nuestros indicadores sociotécnicos de riesgo”, concluye el artículo.

REDUCIR ENERGÍA, NO BIENESTAR

Los investigadores Keysser y Lenzen se apoyan en otros estudios científicos que sostienen que los estándares de vida actuales en países ricos pueden ser conservados a pesar de un uso de energía per capita sustancialmente menor al actual, pero destacan que, para evitar que una reducción del PIB ocasione los efectos nocivos propios de una recesión económica, es necesario implementar cambios socioeconómicos profundos y reformas políticas que incluyan servicios básicos universales, ingresos máximos, reducciones en el horario laboral y democratización en la propiedad de las empresas.

Al referirse al decrecimiento, el artículo lo define como “una disminución equitativa de los insumos (entendidos como la energía y recursos que fluyen a través de una economía, fuertemente vinculados al PIB) con un aseguramiento concurrente del bienestar”. Por lo tanto, los autores insisten en que la propuesta de decrecimiento no es necesariamente disminuir el tamaño del PIB, sino reducir el impacto ambiental de la economía.

“Realmente nos enfocamos en reducir el uso de energía y materiales, pero manteniendo o incluso mejorando nuestro bienestar de forma independiente del crecimiento del PIB”, destaca Keysser. “Por ejemplo, si pudiéramos trabajar menos tendríamos menos estrés y podríamos reparar nuestras cosas”.

Pobladores de Veracruz contra un proyecto minero. Foto: Cuartoscuro.

LAS BARRERAS POLÍTICAS

Los investigadores proponen considerar las trayectorias de decrecimiento, luego de que las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) continúan aumentando, a pesar de los objetivos adoptados claramente en París en 2015 por más de 190 países para frenar lo que apenas hace un mes el Presidente estadounidense Joe Biden llamó “la crisis existencial de nuestro tiempo”.

Las trayectorias de mitigación climática que consideraron algún grado de decrecimiento del PIB mostraron en el análisis menores riesgos por su menor dependencia de la tecnología, que les permitiría ser viables aún si no se hacen los avances necesarios para, por ejemplo, cuadruplicar la eficiencia energética, requisito planteado por algunos modelos del IPCC.

“En comparación, mientras más grande sea la dependencia tecnológica de las trayectorias de mitigación, mayores son los riesgos”, explica el artículo científico, destacando que algunas de las medidas contempladas por el Panel Gubernamental de Cambio Climático (IPCC), como la captura y almacenamiento de carbono de la atmósfera, enfrentan incertidumbre y riesgos importantes en su implementación a gran escala.

Por el contrario, el artículo identifica como los principales problemas para la viabilidad de escenarios de decrecimiento las “tremendas barreras políticas”, debido a que actualmente “abandonar el crecimiento económico parece políticamente imposible, ya que implica cambios significativos a los actuales sistemas socioeconómicos capitalistas para poder superar los imperativos del crecimiento”.

Sin embargo, en este sentido los investigadores también ven una esperanza, ya que últimamente esta viabilidad política depende de los movimientos sociales que forjan nuevos programas políticos, valores, prácticas, culturas y paradigmas.

“A veces, lo que se ofrece como razón para discutir el decrecimiento es que sólo podría ser puesto en práctica por algún tipo de dictadura, pero queremos dejar muy claro en este artículo que, al menos en la discusión del decrecimiento, nuestro énfasis está en la democracia: extenderla para hacerla participativa para atraer gente y dejarla apropiarse de las decisiones”, afirmó Keysser.

EQUIDAD ENTRE NORTE Y SUR GLOBAL

Al estar los escenarios de decrecimiento enfocados a los países desarrollados del norte global, esto facilitaría el desarrollo pendiente en países del sur global y por esta vía materializar el concepto de “equidad”, contemplado en el Acuerdo de París.

Se trata de un elemento clave de la justicia climática que atiende el hecho de que los países desarrollados a partir de la revolución industrial y mediante combustibles fósiles son los responsables históricos del cambio climático, mientras que apenas un aumento de 2.67 dólares en el ingreso per capita de los sectores más pobres del planeta emitiría hasta 66 por ciento de las emisiones que nos faltan para llegar a los 2ºC de aumento en la temperatura.

“El norte global necesita decrecer para liberar algo del espacio para que las ideas (del sur global, tales como el buen vivir de Ecuador) crezcan y también se pueda aumentar el uso de recursos donde sea necesario, donde el bienestar y las necesidades humanas aún no son atendidas”, afirmó Keysser.

César Pineda, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM enfocado en los impactos del capital en la naturaleza, considera que aunque la conversación sobre decrecimiento esté emergiendo de nuevo entre la comunidad académica del norte global, es fundamental entender que las élites políticas y económicas en estos países aún están cerrados a esta posibilidad y se rigen por el paradigma del desarrollo sostenible.

“En toda la política de cambio climático el paradigma central es el capitalismo verde, cuyo centro es que el mercado es la principal solución para los problema del cambio climático. Es decir, legitimar un discurso donde el mercado es la solución, cuando el mercado es lo que provocó el problema”, aseguró Pineda.

Por lo tanto, la coordinación por el “presupuesto de carbono” disponible para un desarrollo basado en emisiones aún no es materia de negociación, sino de disputa entre países del norte global (Europa y Norteamérica, por ejemplo) contra economías emergentes como China, India, Brasil o México.

“Entonces hay una ideología de que alcanzar el modelo de bienestar y el nivel de vida de los países del norte es todo lo que debemos hacer. Y también desde los países del norte se promueve esta idea de que salir de la pobreza significa tener el desarrollo de los ciudadanos urbanos de los países del norte de mayores ingresos y que su nivel de comodidades es el que debería tener toda la humanidad y que a eso se le llama desarrollo. Es una ideología”, agregó.

A MÁS CRECIMIENTO, MÁS DEGRADACIÓN

Sofía Ávila Calero, doctora en ciencias ambientales por la Universidad de Barcelona, considera que la publicación de estos nuevos modelos de decrecimiento en una revista de la élite de producción científica como Nature “es una excelente señal”, pues invita a una reflexión sobre cómo avanzar en una agenda política y social hacia el decrecimiento, un debate en el que todavía falta bastante.

“En este artículo lo hacen de una manera muy técnica y cualitativa, pero lo importante es resaltar que a mayor crecimiento económico va a haber una mayor ampliación de las fronteras extractivas y en consecuencia mayor degradación socioambiental. Esto se ha visto a lo largo de la historia y la transición energética no sería una excepción”, explica la investigadora mexicana Ávila, quien ha investigado los conflictos por proyectos renovables en distintas partes de México.

Sólo en el caso del sector energético, dijo Sofía Ávila, la baja densidad energética en las fuentes renovables obliga a que, para sustituir un pozo de petróleo, sean necesarias extensiones enormes de tierra para instalar paneles fotovoltaicos o generadores eólicos. Por ello una transición energética que no involucre algún nivel de decrecimiento implicaría en países como México “nuevas tensiones por la propiedad y los usos de la tierra”.

“¿Quiénes pagarían los costos de una transición energética basada en el crecimiento económico? Pues las periferias que se convierten en nodos de producción de energía”, aseveró.

En un esfuerzo por desmitificar y explicar el decrecimiento, Sofía Ávila y otros investigadores coeditaron en 2018 el libro Decrecimiento: Vocabulario para una nueva era, en el que explican algunas de las corrientes afines a este proyecto en América Latina.

“La crisis climática está abriendo un espacio coyuntural muy importante porque está poniéndonos enfrente la realidad que a mayor crecimiento, mayor degradación socioambiental”, afirmó.

En 2020 la economía mexicana va a caer 7%, estima JP Morgan; prevé profunda recesión y bajas de nota

jueves, marzo 26th, 2020

Los impactos que el COVID-19 tendrá sobre las economías mundiales afectarán a México, sobre todo debido a que no ha optado por reforzar sus finanzas con loas facilidades internacionales al respecto.

Ciudad de México, 26 de marzo (SinEmbargo).- El Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2020 descenderá 7 por ciento de su dato anterior, cero por ciento en 2019, estimó JP Morgan. La estimación de la institución financiera se dio después de la baja de nota de Standard and Poor’s a la deuda soberana de México.

“Conforme las noticias negativas continúan fluyendo a lo largo del mundo, seguimos navegando en territorios inexplorados, parece que la leve recesión que esperábamos se convertirá en una profunda recesión con graves choques ocurriendo simultáneamente”, destacó el fondo de inversión.

Apenas el 20 de marzo el banco de inversión afirmó que la economía mexicana se contraerá un 1.8 por ciento derivado del COVID-19 en el mundo. “Con la confirmación de un choque peor de lo esperado en China, en el primer trimestre, junto con paradas repentinas en los viajes, las cadenas de suministro, el turismo y el comercio en todo el mundo, estamos revisando a la baja el crecimiento de todo el año a -1.8 por ciento”, indicó en aquél momento.

El nuevo recorte tuvo como elemento central el desarrollo de los choques negativos sobre la economía nacional y global, principalmente en el primer socio comercial de México, Estados Unidos. Además la medida de aislamiento social para enfrentarla pandemia de coronavirus, las caídas de los índices de sectores productivos y el golpe que se prevé sobre el sistema sanitario, afectaron la previsión de crecimiento.

“Parece que México se encuentra en una etapa temprana de la infección del COVID-19. Un incremento de los casos llevará a medidas estrictas de distanciamiento social que aún no han sido anunciadas”, aseguró JP Morgan. Esperó que la afectación económica sea superior a la vista en el periodo de 2008 a 2009 y la ocurrida con el “Efecto Tequila” en 1994.

Afirmó que debido a que México no ha aceptado el apoyo económico internacional para hacer frente a la crisis, está menos preparado para enfrentar los los golpes de capital que deje la pandemia, frente a las naciones que sí han incurrido en los apoyos financieros.

Otro factor de riesgo contemplado fueron la debilidad de las estructuras institucionales, del Estado de Derecho, la creciente informalidad laboral y, sobre todo, mayores índices delictivos que aumentarán en la medida que la confianza de inversores y consumidores caigan y esto genere desempleo.

La financiera destacó que la cancelación de la construcción de la cervecera de Constellation Brands, en la comunidad de Mexicali, impactará la llegada de inversión.

En otras estimaciones colocó la predicción de la tasa de interés a 24 horas, establecida por el Banco de México, termine en 4.5 por ciento, debido a la baja actividad económica; estimó el deterioro hasta el 45 por ciento, del 51, de la deuda frente al PIB y un recorte de nota de la calificadora Moody’s. El déficit fiscal esperado por JP Morgan es de 5 por ciento con lo que México abandonara su meta de superávit fiscal.

Por primera vez en una década el PIB de México fue negativo: Inegi; confirma el desplome de 2019

martes, febrero 25th, 2020

Las cifras revisadas del Inegi demostraron que la economía mexicana no sólo se desaceleró durante el último trimestre de 2019, sino que cayó 0.1 puntos porcentuales. El PIB fue negativo, en comparación anual, 0.4 por ciento.

Ciudad de México, 25 de febrero (SinEmbargo).- Durante el cuarto trimestre de 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) registró un retroceso de 0.1 por ciento con respecto al trimestre anterior. A tasa anual también tuvo una baja de 0.4 por ciento, de acuerdo con cifras ajustadas por estacionalidad.

Las cifras revisadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirmaron el dato trimestral, pero a tasa anual el indicador mostró una caída levemente mayor al 0.3 por ciento dado a conocer a finales de enero de 2020.

Inegi confirmó que, por primera vez en una década, el PIB de México tuvo un desempeño negativo y que el último trimestre de 2019 el crecimiento económico nacional tuvo una desaceleración al contraerse 0.1 puntos porcentuales con respecto a los tres meses anteriores.

El 30 de enero Inegi informó, con base en cifras preliminares que en 2019 el crecimiento económico de México fue negativo con un descenso anual de 0.1 por ciento, de acuerdo con cifras reales. Y que de octubre a diciembre había tenido un retroceso de 0.3 por ciento. Sin embargo este martes el instituto confirmó lo esperado por analistas una baja mayor en la actividad económica nacional.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció un crecimiento de 4 por ciento promedio que no ocurrió en 2019. Ante las críticas que el Gobierno actual ha recibido, tanto por la promesa como por el efecto real de sus políticas públicas sobre la economía, el Presidente ha dicho que se trata de críticas de “conservadores” y argumenta que es mejor el bienestar que el crecimiento.

La analista de Banco Base, Gabriela Siller apuntó que el PIB nacional iba a anotar un retroceso trimestral de 0.1 por ciento con base en estimaciones de crecimiento poblacional. “Una contracción del PIB de 0.1 por ciento durante 2019, implicaría una contracción del PIB per cápita real de 1.1 por ciento”, afirmó.

Con base en el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de noviembre , la analista observó una contracción anual de 0.8 por ciento con retrocesos anuales en las actividades secundarias (1.7 por ciento) y las terciarias (0.3 por ciento), lo que dio pie al dato anual.

El IGAE del mes de diciembre creció 0.2 por ciento mensual y, aunque a tasa anual tuvo un crecimiento de 0.1 puntos porcentuales, no fue suficiente para dar crecimiento al PIB nacional.

POR ACTIVIDADES ECONÓMICAS

Por actividades productivas que componen el PIB las primarias y secundarias, es decir las del agro e industriales, tuvieron recortes trimestrales (1.1 y 1.2 por ciento). Sólo el sector servicios, actividades terciarias, tuvo un crecimiento moderado (0.2 por ciento) de octubre a diciembre de 2019.

Las primarias reportaron un crecimiento anual, sólo con respecto al tercer trimestre de 2018, de 1.7 por ciento. En el mismo periodo las terciarias no mostraron cambios y las secundarias se sumieron 1.9 puntos porcentuales.

En el acumulado anual de 2019, con respecto a 2018, las actividades primarias y terciarias tuvieron un crecimiento de 2 y 0.5 por ciento. Sólo las secundarias, la industria, anotó bajas por más de un punto porcentual, cayendo 1.8 por ciento.

Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, informó que la baja en el cálculo del PIB reveló tasas negativas en los cuatro trimestres de 2019, con respecto a los mismos periodos de observación de 2018: -0.13 (I), -0.10 (II), -0.08 (III) y -0.14 (IV).

La actividad económica de México creció 0.7 por ciento en diciembre pasado respecto al mismo mes de 2018 debido al crecimiento en el sector primario y secundario, de acuerdo con cifras reales. Las actividades primarias crecieron (1.4 por ciento), las secundarias (0.4) y sólo el sector terciario decreció un punto porcentual.

Según cifras desestacionalizadas, sin factores coyunturales y de calendario, el IGAE avanzó 0.2 por ciento respecto al mes previo producto de una leve alza en el sector servicios (0.2 por ciento), pese al decrecimiento de la industria (0.3) y la caída del sector agropecuario (0.4 por ciento).

De acuerdo con Heath, durante el año hubo tasas negativas en siete de los 12 meses, los peores dos meses octubre (-0.44 por ciento) y marzo (-0.43). Aunque diciembre fue uno de los mejores meses, con crecimiento del 0.20 y enero, con 0.51 por ciento.

El IGAE es un indicador preliminar de distintos sectores que muestra la tendencia o dirección que la economía mexicana tendrá en el corto plazo.

Sí se cae la economía cada nuevo Gobierno, pero no como ahora, a negativo, dice México Cómo Vamos

jueves, enero 30th, 2020

El primer año de la Administración de Felipe Calderón, en 2007, el PIB nacional creció 2.3 por ciento anual, un descenso de 2.2 puntos frente al 4.5 reportado en 2006. De manera similar, en 2013 la Administración de Enrique Peña Nieto el PIB fue de 1.6 por ciento, 1.8 puntos menos que el 3.4 de 2012.

Ciudad de México, 30 de enero (SinEmbargo).- El primer año de Gobierno de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto la economía mexicana tuvo retrocesos, pero no reportaron un dato negativo como el observado preliminarmente en 2019, los primeros 12 meses del Presidente Andrés Manuel López Obrador al frente del país.

“Es importante señalar que los inicios de las dos Administraciones previas, aunque registraron una disminución, no alcanzaron tasas negativas, por lo que el salto de una tasa de crecimiento de 2.1 por ciento en 2018 a una de -0.1 en 2019 es notorio”, destacó el colectivo México Cómo Vamos en un análisis.

Las cifras preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirmarían, de ser ratificadas, una desaceleración en el primer año del Presidente López Obrador. Anualmente el cuarto trimestre de 2019 el PIB mexicano retrocedió 0.3 por ciento; representó un crecimiento trimestral nulo y un saldo negativo (de -0.1 por ciento) a lo largo de los cuatro trimestres, con respecto a 2018.

Al interior del PIB, las actividades primarias mostraron el mayor crecimiento. Con respecto a 2018 crecieron en 1.9 por ciento, las secundarias cayeron 1.5 por ciento y las terciarias subieron 0.1 por ciento.

El Inegi empezó a reportar la estimación oportuna del PIB en 2015. “Desde que se tienen datos, la estimación suele ser bastante acertada, con una diferencia máxima de 0.2 puntos porcentuales respecto al dato oficial que se presenta aproximadamente un mes después”, puntualizó el grupo.

Durante el primer año de cada Administración, México Cómo Vamos observó descensos en la actividad económica, que atribuyó a la curva de aprendizaje de los primeros meses del nuevo Gobierno; a la incertidumbre causada por los nuevos funcionarios públicos; así como a las decisiones de inversión y gasto público.

Los primeros 12 meses de la Administración de Felipe Calderón, en 2007, el PIB nacional creció 2.3 por ciento anual, un descenso de 2.2 puntos frente al 4.5 reportado en 2006. De manera similar, en 2013 la Administración de Enrique Peña Nieto el PIB fue de 1.6 por ciento, 1.8 puntos menos que el 3.4 de 2012.

La baja interanual del 0.3 por ciento en el PIB representa la caída más pronunciada desde el cuarto trimestre de 2009. “El desempeño refleja las tasas observadas desde el principio del año, ya que en el primer trimestre la tasa anual fue de 0.0 por ciento”, recalcó el colectivo. Además, durante el tercer trimestre del año la economía nacional tuvo retroceso del 0.2 por ciento, la primera en rango negativo en 10 años, pero que sería superada por el dato de octubre a diciembre.

Los datos de 2018 mostraron que México registró un crecimiento de 2.1 por ciento y en 2017 la tasa fue de 2.4 por ciento.

RAZONES DE LA BAJA EN EL PIB

“El dato presentado en la estimación oportuna confirmaría los pronósticos de organismos nacionales e internacionales de una fuerte desaceleración económica en México”, confirmó México Cómo Vamos. Identificó como una de las razones la baja en la inversión fija bruta, una variable “que impulsa el crecimiento económico mediante la creación de empleos y empresas nuevas, así como creación de infraestructura”.

En 2019 el indicador mantuvo una tendencia marcada a la baja, con tasas anuales negativas casi todos los meses, exceptuando enero cuando creció 1 por ciento y hasta octubre, último mes que reportó el Inegi.

Hasta el tercer trimestre la inversión representó el 20.9 por ciento del PIB, lo que significó la proporción más baja desde 2005, según el colectivo. La inversión privada fue del 18 por ciento y la pública del 2.9 puntos. De enero a marzo del 2019 la inversión privada se colocó en el -10.8 por ciento y la pública presentó una disminución anual del 4 por ciento promedio.

La incertidumbre política internacional del año pasado y las tensiones comerciales, como el brexit y la disputa entre China y Estados Unidos afectaron a las economías globales, “si bien el desempeño económico de varios países del mundo se vio afectado, la desaceleración de la economía mexicana no se explica completamente por ésta”.

EXPECTATIVAS

Para 2020 México Cómo Vamos recolectó las opiniones del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el banco de inversión Barclays.

Las expectativas de crecimiento para este año han sido moderadas: del 2 al 1.2 por ciento para la primera institución; del 1.3 al 1 por ciento para la segunda y del 0.6 por ciento para la tercera.

Recordó que en 2014, el segundo año de Gobierno de Enrique Peña Nieto, la economía mexicana tuvo una tasa de crecimiento de 2.8 por ciento, pero este año los pronósticos no son tan favorables como en ese entonces.

Las estimaciones de crecimiento económico se modifican a lo largo del año, de acuerdo con el manejo interno de la economía, las decisiones del Gobierno y los sucesos internacionales.