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Any tiene 16, y hay mucho más chicas que ella

miércoles, abril 13th, 2016

Las noticias de estos días: un presunto pederasta detenido en Acapulco, otro en Villahermosa. Cuatro violadores confesos de una menor de edad en Veracruz para los que hay 15 meses de gracia de la Fiscalía que, claro, utilizan para escaparse. Un Alcalde lascivo, Hilario Ramírez Villanueva, “Layín”, que hace tiempo levantó en público el vestido a una joven y que ahora besa a otra con furia, frente a las cámaras.

Jesús Peña, cronista del periódico Vanguardia, camina por una plaza pública en Saltillo, Coahuila, para encontrarse con el horror de diario, el que no tiene todos los reflectores. El horror de menores de entre 10 y 17 años que se venden al mejor postor. El horror de ancianos que las esperan para hacerles “lo que quieras” por 300 pesos o, si andan necesitadas, hasta por 250. El horror de gobernantes ausentes, de drogas duras, de explotadores y el horror de una sociedad que cierra los ojos ante eso, justamente: ante el horror.

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Se llama Any, y dice que tiene 16 años y está por cumplir 17, en julio. Foto: Luis Castrejón

Por Jesús Peña, con fotos de Luis Castrejón y edición de Kowanin Silva

Saltillo, 13 de abril (Vanguardia/SinEmbargo).- La primera vez que la vi, llevaba un moñito rojo en medio de la cabeza, justo en la cima de su artificial melena rubia; y una paleta roja, de esas de bola, en la boca.

Algunas tardes después la miré cruzando la plaza de los “pájaros caídos”, al lado de un anciano septuagenario rumbo al hotel Hidalgo.

Entonces no pude evitar pensar en el moño rojo clavado en la base de su cráneo y la roja paleta de bola.

Parecía una niñata.

“Vámonos pa arriba, nomás que… van a ser 300 pesos, con condón… eh güey … 300 y me haces lo que quieras… ¿sí?, ¿vamos?”, disparó a su regreso del hotel, luego que se hubo ido con aquel viejo de sombrero, camisa a cuadros, pantalón de mezclilla y picudas botas.

Le dije que no, que ahora no, que no tenía plata, que mañana… Estaba nervioso y trasudaba.

Ella puso cara de indignación, giró sobre sus talones y se perdió en el centro de la plaza de los “pájaros caídos”, entre el rumor de los viejos de guaripa, con traza de campesino, que a mañana y tarde vienen aquí para matar el tiempo viendo pasar a las mujeres, charlado de putas, mojando correa y viciando el aire con sus piropos puntillosos: “mira nomás que buenos guantes pa agarrar la pelota”.

La conocí, alguien que no quiere que diga su nombre me presentó con ella en calidad de cliente, cierto mediodía de no hace mucho en el “Comedor de la Misericordia”, una olla comunitaria ubicada por la calle de Múzquiz, en el centro, a la que ella suele venir, dicen las buenas lenguas, cada vez que le aprieta el hambre.

Meses atrás otro alguien me había contado de una niñata que se dedicaba a vender su cuerpo en la Plaza Manuel Acuña, también llamada de los “pájaros caídos”, y acostumbraba, aparte de drogarse con resistol 5000, ese producto industrial que no es droga, pero que igual enerva y mata millones de neuronas desde el primer jalón, comer en la fonda de la “Misericordia”, lo mismo que otras prostitutas que deambulan por el rumbo.

Dijo que se llamaba Any, que tenía 16 años y estaba por cumplir 17, en julio.

Con los días supe que a los ancianos de la plaza de los “pájaros caídos”, les gustan las “pollitas”, la “carne tierna”, como Any.

“Ah así ¿una güerita?, ¿pollita?, ¿que anda siempre enseñando el ombligo?, ya no tarda en caer”, me dijo un anciano una tarde que fui a la plaza de los “pájaros caídos” para buscar a Any.

Aquella tarde vi a una niña sentada frente a una mesa redonda, con mantel arcoíris, del “Comedor de la misericordia”.

Era aperlada, tirando a güerita, de linda cara, ojos cafés oscuro, ni gorda ni flaca, chaparrita, con el cabello largo teñido de un rubio cenizo y estaba vestida con un top rosa o azul, la memoria es traicionera, y un como… pants beige, medio ajustado.

Llevaba un moño rojo en mitad de la cabeza, eso no se me olvida, y una paleta boluda y roja en la boca.

Era una niñata.

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“Vámonos pa arriba, nomás que… van a ser 300 pesos, con condón… eh güey … 300 y me haces lo que quieras… ¿sí?, ¿vamos?”, dice Any, menor de edad. Foto: Luis Castrejón

A su lado, en la mesa, había otra cría, morena, delgada, larguirucha, cabellera azabache, a la que Any me presentó como Aby, 13 años, de la colonia Pueblo Insurgentes.

“250, ¿sí?”, dijo Any apenas me saludó con un saludo minimalista, “Vete tú con él… Yo pa que te alivianes, tú que andas necesitada de feria, ¿no?”, dijo con su voz aflautada, como de niña de 16 años, dirigiéndose a la otra chiquilla que apenas asintió, la cabeza recostada en la mesa.

“¿Sí?, ¿sí?, eh te estoy hablando…”, dijo Any, mientras se sacaba de entre sus pechos de niña de 16 años un dulce envuelto en papel metálico.

Que sí, respondió la otra niña, la cabeza todavía recostada sobre la mesa.

Y a mí me dio horror, nomás de pensar que tengo varias sobrinas de su edad.

Dije que no, que ahora no, que la plata, que el trabajo, que mañana…

Estaba asustado, sin saber qué preguntar, hecho un amasijo de nervios.

“Mañana.. Si no viene ella, vengo yo”, dijo Any, me frotó con sus manos el brazo derecho como en señal de consuelo y se esfumó seguida de su amiga por el pasillo del comedor hacia la calle.

Mañana, o sea al día siguiente de aquel encuentro, estoy en la plaza de los “pájaros caídos”, con sus negocios de ropa, sus zapaterías, sus tiendas de artesanías, sus taquerías, su hotel para urgidos, sus boleros, sus restaurantes, sus bancas de fierro, su Mercado Juárez, sus jardineras, sus palmeras, sus andadores, su monumento del Ángel al centro, su olor a meados, sus palomas, sus viejitos enguaripados, sus canasteros, sus vagabundos, sus perros callejeros, sus músicos de guitarra y acordeón y sus putas, buscando a Any.

Había esperado más de media hora en la fonda de la “Misericordia” sin que ella apareciera, hasta que decidí echarme a la calle para husmear un poco por los sitios donde, me habían contado, talonea:

El Oxxo de la Plaza de Armas, los corredores peatonales de Abbott, y Padre Flores y el pasaje Damián Carmona de las yerberías y los tacos de oreja.

De mucho diviso Any caminando en la plaza “de los pájaros caídos”, en medio de dos mujeres gruesas y vestidas con pantalones ceñidos, como una segunda piel, y blusas escotadas.

De pronto, Any es escurridiza, la pierdo de vista entre la multitud oceánica de la plaza.

“No amigo, pos aquí vienen de todos tamaños y colores, hay de a madre viejas…”, me confía un anciano, asiduo visitante de la plaza, cuando le pregunto si por casualidad ha mirado a una morría chaparrita y güera que se llama Any.

La gente del centro que conoce a Any, a Any la conoce casi todo el centro, dice de ella que tiene una familia problemática, que el padre la abandonó, junto con su madre y hermanos, cuando ella era una cría, que es adicta al resistol amarillo, que la han visto drogarse con los pandilleros en los arroyos, que no se baña, que huele mal, que anda sucia, que no sabe leer ni escribir, que la han visto metida en los bares, que cuando anda muy drogada le da por encuerarse en plena calle, que nadie la quiere y que los policías ya está cansados de sacarla de las greñas de los hoteles y llevársela detenida, que Any nunca va cambiar, que es un caso perdido, perdido. Foto: Luis Castrejón

La gente del centro que conoce a Any, dice de ella que tiene una familia problemática, que el padre la abandonó, junto con su madre y hermanos, cuando ella era una cría, que es adicta al resistol amarillo, que la han visto drogarse con los pandilleros y que no sabe leer ni escribir. Foto: Luis Castrejón

Al rato la miro sentada en la silla del puesto de un bolero, que la está boleando.

Apenas se levanta de la silla y me acerco para saludarla, Any suelta que tiene hambre, que “un chingo de hambre”, dice.

Le propongo entonces que vayamos a comer al “Comedor de la Misericordia”, la niña acepta y juntos echamos a andar por la plaza a la cuestabajo.

Any lleva un puesto top azul y unas como mallas negras de bolitas, florecitas, chispitas blancas, que sé yo; el moño rojo de la otra tarde en su rubia melena y chupando en la boca una paleta de bola roja, que cuando habla le hace ver más hinchado un moflete que el otro.

Sus mofletes de niña de 16 años.

“Me debería dedicar a vender dulces, ¿verdá?”, dice cuando le hago notar lo de la paleta, “no qué chingaos, saco más taloneando”, rectifica.

Conforme caminamos por la plaza, rumbo a la de Pérez Treviño, siento las miradas de muchos ojos acribillándome por la espalda.

En cuestión de minutos estamos en el “Comedor de la Misericordia”, que además de ser un comedor que sirve alimento gratuito a gente que vive y trabaja en las calles, es también albergue para los que no tienen dónde quedarse.

Ana espera que nos sirvan, pintándose las uñas con un esmalte de cinco pesos que ha comprado por el camino.

“¿Entonces?, ¿vamos a ir al hotel?, ¿traes condón?”, dispara.

Yo siento un vahído repentino y le contesto que no, que primero comemos, platicamos y a ver qué pasa,

Responde que no güey, que ándale, que ya se va, que tiene muchos clientes esperándola en la plaza, muchos clientes, muchos, dice.

Le pido que aguante siquiera a que sirvan la comida y luego se va.

Any accede de mala gana.

Con intención de distraerla le pregunto por Aby, la niña de 13 años que me presentó la tarde que nos conocimos y que ella quedó de traerme hoy.

Dice que no pudo venir, que porque se fue con su novio, pero que si quiero ella me puede conseguir otras chavalas como Aby, que se dedican a lo mismo y son sus amigas.

–¿De dónde son?

–De Tetillas

–¿Cuántas son?

–10.

Le digo que igual un día de estos nos armamos un pachangón loco con todas las morritas.

Any contesta que estaría bomba ir a una playa, que ella no conoce el mar y le gustaría conocer el mar.

Any me está enseñando unas iniciales que lleva mal tatuadas en sus muñecas: una A de Any y una P de Paco, su novio, dice.

–¿Y el sabe qué te dedicas a esto?

–Nooooooo cállate.

–¿Lo quieres mucho?

–Estoy empelotada de él.

En eso a Any le ha pegado un repentino ataque de carcajadas.

Que de qué se ríe, quiero saber, “de ti no, es que yo así me río, a veces me agarra la risa y me río como idiota”, responde la niña ahogada por su risa.

Saco mi celular para ver qué horas son, las 2:00 de la tarde en la pantalla, y aun no nos han servido la comida.

Any me arrebata el móvil de las manos y se pone a escuchar música.

Ahora canta a voz en cuello una canción de banda.

“Lo legal es que te hubieras quedado conmigo…”, o algo así.

La gente que va entrando a la fonda nos mira extrañada.

Mientras comemos, al fin nos han traído dos platos de pollo en mole, arroz, tortillas y un vaso de capirotada para Any, trato de sonsacarle unos cuantos secreto sobre su vida.

Dice que vive en la colonia Guayulera, que tiene cuatro hermanos, dos mujeres y dos hombres, y que su mamá no la quiere, que no la quiere, ella no sabe por qué, pero que su mamá no la quiere, dice con un leve asomo de tristeza, pero muy leve apenas perceptible.

La gente del centro que conoce a Any, a Any la conoce casi todo el centro, dice de ella que tiene una familia problemática, que el padre la abandonó, junto con su madre y hermanos, cuando ella era una cría, que es adicta al resistol amarillo, que la han visto drogarse con los pandilleros en los arroyos, que no se baña, que huele mal, que anda sucia, que no sabe leer ni escribir, que la han visto metida en los bares, que cuando anda muy drogada le da por encuerarse en plena calle, que nadie la quiere y que los policías ya está cansados de sacarla de las greñas de los hoteles y llevársela detenida, que Any nunca va cambiar, que es un caso perdido, perdido.

"Fui nomás al kínder y luego… no… pero desde chiquía fui pura calle, pura calle": Any, Foto: Luis Castrejón

“Fui nomás al kínder y luego… no… pero desde chiquía fui pura calle, pura calle”: Any, Foto: Luis Castrejón

–¿Fuiste a la escuela?

–Sí…

–¿Hasta qué grado?

–El kínder y luego… no… pero desde chiquía fui pura calle, pura calle.

Any me está contando que no hace mucho estuvo embarazada, pero que el bebé se le vino, que “se me vino”, así dice.

Alguien le dio algo de tomar pa que el bebé se le viniera y se le vino.

Le pregunto que si el nene era de Paco, su novio, responde que no, que era de otro muchacho.

Un chaval playera negra, moreno, ni alto ni chaparro, fornido, brazos rayados, ventitantos años, se acerca a la mesa y saluda Any con un gesto adusto.

La niña dice que es su hermano, otro comensal frecuente de esta olla comunitaria, después me entero.

Le pregunto a Any que en qué trabaja su hermano, que si está casado, que si tiene hijos, que dónde vive y contesta que no sabe, con una mueca que dice “qué te importa”.

“Es malandrillo, un malandrillo”, me dirá después.

Más tarde estamos en el patio del comedor, sentados en unas mecedoras blancas, Any escuchando música en mi celular y comiendo capirotada de su vaso con una cuchara.

“¿Quieres?”, me pregunta, digo que no y ella empieza a jugar con la comida lanzándola con la cuchara dentro de una gorda maceta del patio.

Le digo que pare, que no haga eso y ella explota en un ataque de carcajadas frenéticas, demenciales.

–¿Y luego en qué gastas el dinero que te ganas?, ¿en comida?, le pregunto.

–Que chingaos

– ¿En qué?

–Vicio, ropa… ¿Entonces qué?, ¿vamos a ir al hotel?”, revienta la niña.

Y yo que no, que la plata, que el trabajo, que mañana…

Ya me he pasado tres días en la plaza de los “pájaros caídos”, y nada que miro a Any.

De los “pájaros caídos”, le dice la gente, como dando a entender que de seguro a sus ancianos visitantes nomás ya no les para.

De los “güevones”, la llaman otros, me imagino que porque sus paseantes pensionados se la viven allí de haraganes todo el santo día.

De los “enchilados”, la nombran algunos más, que porque cada que pasa una muchacha los viejitos, a modo de piropo, hacen como si anduvieran enchilados, una especie de silbido, pero de labios para adentro, así, como aspirando.

Divago sentado en una banca de la plaza, mientras me como unas pepitas.

Durante los tres días que he estado aquí he visto a una joven prostituta embarazada, chaparrita, morena, de escotada blusa, minifalda, tacones y gafas oscuras, que va y viene, que viene y que va, por los andadores de la plaza, ofreciéndose.

He visto a un señor grueso, de piel tostada, melena blanca al estilo punk, vendiendo relojes y celulares usados entre los ancianos que vienen aquí a pasar el rato.

He visto a un viejito flacucho arrastrando una manguera amarillenta y cargando en su mano izquierda una bolsa trasparente con sus meados.

He visto a una mujer obesa y bajita, que va ofreciendo tacos de salchicha con pico de gallo, y algo más, de banca en banca.

He visto a un indigente brindando con alcohol barato, a un hombre que pasa vendiendo el último mazapán de la tarde y me pregunto cómo es que antes no había visto tanto en la plaza Acuña.

Una de esas tardes miro a Any cruzar volando por la plaza de los “pájaros caídos”.

Va acompañada de una muchacha escuálida, morocha y pequeña, que empuja una carriola con un bebé.

La chica, que después sabré se llama Caro, parece menor, incluso que Any.

“Ah hola”, dice Any, apenas la alcanzo, “mira, te voy a presentar: es mi hermana, también jala”, vuelve decir la niña no sé si con un dejo de coquetería o de presunción.

Luego le ordena a la chica que se vaya conmigo al hotel, “vete con él. Llévate…”, dice, pero la muchacha no quiere, que las patrullas, que su esposo, que la…

A lo largo de la semana y un día que he estado en la plaza de los “pájaros caídos”, he visto a pocos policías vigilando la zona.

En eso Any se adelanta y se pone a parlar con un anciano que está sentado en una banca.

Es un hombre de sombrero, camisa de cuadros, pantalón de mezclilla y botas picudas.

Cuando acuerdo, no sé por qué, vamos los tres, Any, el viejo y yo, camino del hotel Hidalgo que está ubicado en la esquina de Padre Flores y Abbott.

Y yo vuelvo a sentir las miradas de muchos ojos en la plaza acribillándonos por la espalda.

“Pinches calientes”, oigo que alguien dice cuando pasamos frente a un grupo de ancianos que están reposando en una de las jardineras de la Manuel Acuña.

No puedo creer lo que está pasando: el viejo y yo nos hemos enfrascado en una disputa de a ver quién se lleva primero a la niña.

Cuando los miro desaparecer entre el tráfico de la calle de Aldama, con destino al hotel, no puedo evitar recordar a Any con su moñito rojo prendido en la cabeza y su roja paleta de bola en los labios.

“Órale, vamos”, dice Any a su regreso de con el viejo, unos 20 minutos después.

Le digo que no, que ahora no, que la plata, que el trabajo, que mañana…

Otra tarde Any me encuentra parado bajo la sombra de un árbol en la plaza de los “pájaros caídos”, donde la he estado esperando por horas.

Esta vez noto que se ha cortado su larga melena rubia, que se la ha teñido de rojo y se ha maquillado la cara con saña.

Any está como alterada. Pronto sabré por qué:

Cuenta que anoche la policía cargó con Paco, su novio, porque lo pilló tomando en la calle y ahora ella debe juntar mil 400 pesos para que lo dejen libre.

“Vamos al hotel, ándale”, tira.

Le digo que no, que estoy a punto de irme a comer y….

“Invítame no seas culero”, suelta.

Que sí, le digo, pero que iremos con una amiga, compañera de generación, con la he quedado para comer en los Caldos Guayulera, de la colonia Guayulera, el barrio de Any.

Contesta que sí, que está bien y juntos enfilamos por la plaza, las miradas acribillándonos por la espalda, hacia la calle de Allende para encontrarnos con mi amiga.

En un santiamén estoy con Any y mi amiga comiendo en los Caldos.

Mi amiga, a quien he puesto al tanto de Any por medio de mensajes a su celular, le está preguntando a la niña que cómo fue que se metió al negocio de la prostitución.

Any responde que sola, que vio a unas morrías y ya.

Que si no le da cosa hacerlo con los viejitos de la plaza Acuña, quiere saber mi amiga.

Any dice que le da asco, pero que… ni modo…

Hoy mismo, de vuelta a la plaza, dice, tendrá que juntar mil 400 pesos para sacar de la cárcel a su novio que cayó por andar de borracho en la calle.

–¿Y sí los juntas?, la interroga mi amiga.

–Fácil, en un ratito junto hasta mil pesos, dice Any.

Se lo pidió a la Santa Muerte y seguro que se lo concede.

A cambio Any le ha prometido una rosa y una veladora.

Ya una vez la Santa Muerte la salvó de morir de un fierrazo que le dieron en la calle, dice, y se levanta la blusa para enseñarnos una cicatriz que tiene en la panza.

–¿Crees en la Santa Muerte?, le pregunto.

–Es la que nos va llevar. responde.

Hace un domingo fresco en la plaza de los “pájaros caídos”.

He pasado tantas y tantas horas aquí, que ya toda la gente de la plaza me conoce.

Y apenas me ven llegar los rucos empiezan con sus comentarios cachondos:

Que ya vengo a buscar a la güerilla eh, que la otra vez me vieron yendo con la güerilla y que no sé qué..

Pardeando la tarde miro otra vez a Any caminando con su hermana Caro, que esta vez no trae bebé ni carriola, en mitad de la plaza como desesperada, acelerada, alterada.

No bien la alcanzo para saludarla me suelta que no ha comido, que le dé 50 pesos y que además quiere un Elote Real.

Pregunto que para qué necesita el dinero y dice que es que va a ir a bailar al Paseo 2255, un salón de chavos banda, donde tocan pura música colombiana.

–¿Puedo ir contigo?, pregunto.

–No, te ponen., responde mostrándome un puño cerrado.

–Ya he estado ahí, insisto

–No puedes ir, porque ahí va a andar mi novio, contesta.

Le digo que ahora no traigo dinero, pero que…

Any hace una mueca que traduzco como una mentada de madre y se va, perdiéndose de nuevo en la plaza de los “pájaros caídos”.

Yo me quedo parado como imbécil.

Hastiado de esta historias…

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE VANGUARDIA. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

En una década, el Vaticano ha recibido 6 mil demandas por pederastia: informes internos

domingo, marzo 6th, 2016

La Congregación para la Doctrina de la Fe ha recibido en una década 6 mil demandas, según datos a los que ha tenido acceso ElDiario.es. Sólo la mitad de las demandas acaba llegando a juicio en la Iglesia. La Santa Sede ha expulsado en este tiempo a casi un millar de curas. En México, no hay una investigación general, pero su caso más conocido fue, sin duda, el que afectó al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.  Distintos testimonios y documentos acusan que las violaciones sexuales de menores por parte de sacerdotes en el país habrían iniciado hace décadas, pero siempre existió una especie de protección por parte de la alta jerarquía católica y de las autoridades civiles encargadas de investigar.

El Papa Francisco creó la Comisión Pontificia para la Tutela de Menores para intentar coordinar la respuesta de la Iglesia frente a los abusos a menores por parte de curas. Foto: EFE.

El Papa Francisco creó la Comisión Pontificia para la Tutela de Menores para intentar coordinar la respuesta de la Iglesia frente a los abusos a menores por parte de curas. Foto: EFE.

Por Jesús Bastante 

Ciudad de México, 6 de marzo (SinEmbargo/ElDiario.es).– Es la mayor lacra en la Iglesia católica de las últimas décadas. Desde que estallara el caso de abusos sexuales en la diócesis de Boston en 2001 -retratado con maestría por la oscarizada Spotlight-, las denuncias contra sacerdotes y religiosos se han extendido como la pólvora. Según los datos de la propia Santa Sede a los que ha tenido acceso ElDiario.es, en la última década han llegado más de 6 mil, a una media de cerca de 600 casos por año.

Entre 2004 -año en que se recibieron casi 800 denuncias- a la actualidad, la maquinaria canónica ha procesado miles de causas, y casi un millar de curas -848- han sido expulsados del sacerdocio, “reducidos al estado laical”, según datos de la Comisión Pontificia para la Tutela de Menores, creada por el Papa Francisco y que intenta coordinar la respuesta de la Iglesia frente a este cáncer. Más de la mitad de las denuncias acaba llegando a juicio por la vía canónica y alrededor de tres de cada cuatro concluyen con la condena del acusado. Al margen del proceso religioso bajo las leyes canónicas del Estado vaticano, hay casos por la vía civil en cada país.

De las casi 6 mil denuncias presentadas ante la Santa Sede, entre 2004 y 2013, la Congregación para la Doctrina de la Fe estudió “3 mil 420 casos creíbles de abusos a menores de 18 años”. Es decir, la mitad de las presentadas. El año 2004 tiene muchas más demandas que el resto porque recogía conductas delictivas cometidas desde 1950. De estos más de 3 mil casos, se expulsó a 848 sacerdotes. En el resto de casos, los sacerdotes fueron simplemente sancionados con distintas penas, que el informe vaticano no especifica, pero que podrían ir desde una sanción temporal a un traslado, o a evitar su trato con menores.

En el aspecto puramente jurídico, la responsabilidad recae en la Congregación para la Doctrina de la Fe. En las oficinas de la antigua Inquisición los informes se amontonan. Una causa contra un sacerdote por pederastia, o contra religiosos u obispos por encubrimiento, tarda años en sustanciarse, pues el sistema vaticano es sumamente garantista. De hecho, el Papa Francisco tuvo que nombrar hace unos meses un tercer secretario adjunto de la Congregación para que se ocupara única y exclusivamente de estos casos.

“No dan abasto”, reconocía Bergoglio en el vuelo de vuelta de México, donde dejó claro que no hay lugar en la Iglesia para los abusadores y sus cómplices.

“Un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia. ¿Clarito?”, apuntó entonces el Papa, tal vez pensando en su Ministro de Finanzas, George Pell, que acaba de declarar respecto a su papel en la gestión de casos de abusos sexuales hace décadas en Australia.

Bergoglio, quien ya dijo en su día sobre el caso de abusos en Granada que “la verdad es la verdad, y tiene que salir a la luz”, añadía en la última entrevista:

“Doy gracias a Dios de que se haya destapado esta olla y hay que seguir destapándola. Y tomar conciencia. Y lo último que quiero decir es que es una monstruosidad, porque un sacerdote es consagrado para llevar a un niño a Dios y ahí se lo come en un sacrificio diabólico. Lo destruye”.

PROMO-MACIEL

“TENEMOS TRABAJO PARA 30 Ó 50 AÑOS”

 Mientras tanto, las denuncias continúan llegando a Roma, y los papeles amontonándose. En España hay alrededor de una decena de casos en la actualidad, de los que los más conocidos son los relativos a Granada, el colegio Gaztelueta del Opus Dei o los maristas de Barcelona.

Un eclesiástico español, bien informado de los casos que conciernen al país admite en privado que “desgraciadamente, y pese a la buena voluntad del Papa y del G9 (grupo de cardenales que asesoran al Papa en la reforma de la Curia), habrá muchos casos de abusos que se resuelvan cuando víctima y agresor hayan fallecido, o que se cierren en falso”.

Las razones son muchas: falta de personal, el hecho de que muchas denuncias se hacen cuando pasan hasta 30 y 40 años y, sobre todo, la sensación de que tanta denuncia puede sembrar el caldo de cultivo para pensar que toda la Iglesia está infectada.

“Muchos no denuncian porque quieren seguir con su vida y olvidarse. Hay que comprenderles, pero también resaltar la valentía de tantas personas que han dado un paso adelante, y que con su denuncia pueden contribuir a evitar nuevos abusos, y a poner coto a los que se estén dando”.

En Irlanda, varios informes revelaron que el abuso de menores en centros católicos era una práctica común y constante. El Informe Ryan, el más desgarrador, hablaba de miles de menores afectados por parte de la Congregación de los Hermanos Cristianos, encargados de gestionar las escuelas y orfanatos católicos de propiedad estatal.

En Alemania se recibieron casi tres mil denuncias. Algunas de ellas implicaban al hermano de Benedicto XVI, Georg Ratzinger, responsable del Coro de Ratisbona.

La Comisión creada en 2011 en Austria por la Iglesia católica para investigar denuncias de abuso sexual y físico informó de que ha registrado casi 840 casos de abusos presuntamente realizados.

En el Reino Unido se dieron centenares de denuncias que llevaron al Cardenal Keith O’Brien a dimitir días antes del cónclave del que salió elegido Francisco. A su vez, en Francia se constataron 11 casos entre 1985 y 1996. En Polonia, un capellán militar fue acusado de 17 casos.

En México, no hay una investigación general, pero su caso más conocido fue, sin duda, el que afectó al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.

En Estados Unidos ha habido más de mil trescientos casos verificados desde la década de 1950. Cerca de 300 sacerdotes se han visto implicado. Los casos más sonados afectaron a la Arquidiócesis de Boston, que se narran en Spotlight.

En Brasil, . En tanto, en Chile, la polémica gira en torno al Obispo de Osorno, Juan Barros, acusado por los fieles de la diócesis de haber encubierto al sacerdote Fernando Karadima, condenado por Roma por abusos sexuales.

Australia ha podido comprobar unos 620 casos de abusos sexuales a menores desde la década de 1930 hasta la actualidad, en la que la Comisión investiga incluso al “Ministro de Finanzas” vaticano, George Pell.

Hans Zollner, jesuita y miembro de la Comisión Pontificia para la Tutela de Menores, es claro al respecto. “Tenemos trabajo como para 30 ó 50 años más”. Porque las denuncias continúan llegando. Las condenas, aunque con cuentagotas, también.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ElDiario.es. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

Investigación sobre casos de pederastia en SLP no avanza por trabas de la PGJ: víctimas

domingo, febrero 14th, 2016

En el caso del religioso Eduardo Córdova, implicado en al menos 100 casos de abuso sexual en San Luis Potosí en 2014, no hay avances, hay trabas por parte de la Iglesia católica, a la que las víctimas acusan de encubrimiento, y de la PGJE por no integrar las averiguaciones.

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Por Oliver Guevara

Ciudad de México, 14 de febrero (SinEmbargo/Pulso).- Martín Faz Mora, activista y asesor legal de víctimas de abuso sexual cometido por el religioso católico Eduardo Córdova Bautista, dijo que la Procuraduría General de Justicia de San Luis Potosí (PGJE) no da el debido seguimiento a las denuncias aunque estén “súper ratificadas” y que incluso “encontramos trabas”.

Faz Mora manifestó que para el caso de Eduardo Córdova, implicado en al menos 100 casos de abuso sexual en esa entidad en 2014, hay señalamientos que no se convirtieron en denuncias porque ya había prescrito la acción penal. Dijo que con el cambio de administración estatal había la posibilidad de que no se actuara y que la denuncia que se presentó ante la PGJE en el tema de encubrimiento en casos de pederastia no avanza.

“¿Qué tantas trabas no encuentran otras víctimas que quizás hayan presentado denuncias y no se ha avanzado?”, argumentó Martín Faz Mora en relación a las denuncias por pederastia clerical que no han sido ratificadas y, en consecuencia, no se les ha dado seguimiento, como aseguró el Procurador de San Luis Potosí, Federico Garza Herrera.

De acuerdo con el activista, los asesores legales de las víctimas de Córdova pidieron reunirse con Garza Herrera. “Nos recibió una primera vez, pero después en reuniones acordadas, nos dejó plantados, así de simple. Si en una denuncia de alto impacto como en el caso de Córdova, ratificada, con una consignación ante un juez, no se le da el seguimiento adecuado o se deja plantados a los representantes legales, ya quisiera ver en el caso de otras denuncias”.

Dijo desconocer de otras denuncias, pero afirmó que en el caso de las víctimas de Córdova “está súper ratificada y aun así encontramos trabas”.

PROMO-MACIEL

En entrevista con Pulso, el titular de la PGJE declinó en días pasados profundizar en la información, sin embargo, dio a conocer que se integraron dos nuevas averiguaciones previas por casos de abusos sexuales cometidos presuntamente por sacerdotes. Uno de los implicados se identifica como Noé Francisco, quien fue suspendido de manera precautoria por la Arquidiócesis.

La semana pasada, Juan Jesús Priego Rivera, vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, dijo al diario Pulso que la institución religiosa no es culpable de que curas acusados de pederastia estén prófugos de la justicia, como es el caso de Córdova Bautista y Noé Trujillo.

“Nosotros sentimos una cierta presión porque nosotros hemos hecho lo que se tiene hacer. No somos culpables de que tal o cual persona se encuentre en libertad, puesto que estará viviendo un proceso de ley. Entonces la Ley tiene recursos que prevé para la procuración de justicia”, comentó.

Aseguró que la Arquidiócesis potosina ha promovido las demandas que hacen referencia a delitos presuntamente cometidos por sacerdotes y que ha brindado las informaciones pertinentes a la PGJE, según lo estipulado en la Ley, que establece que el clero deberá denunciar cualquier presunto delito de sus ministros religiosos.

Hasta el momento suman siete las averiguaciones previas en San Luis Potosí contra sacerdotes católicos presuntamente por cometer abusos sexuales, de acuerdo con la Procuraduría. En dos casos los implicados fueron detenidos y luego liberados sin sentencia condenatoria, en uno se negó la orden de aprehensión y dos más se encuentran en calidad de prófugos, pero con órdenes de captura, es el caso de Noé Trujillo y Eduardo Córdova Bautista.

La Procuraduría de San Luis Potosí informó que la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) integra una averiguación previa en contra de Eduardo Córdova, luego de que en 2014 los padres de un adolescente decidieron recurrir a esta dependencia y no a la PGJE, sin embargo, tampoco esa se ha consignado ante un juez.

Además, la integración del expediente se ha visto afectada en su avance por cambios de funcionarios en la Procuraduría General de la República (PGR).

La Iglesia Católica dice no saber el paradero de Eduardo Córdova, mientras que las víctimas creen que el pederasta fue encubierto por las autoridades religiosas.

 -Con información de Leonardo Vázquez y Rubén Pacheco, de Pulso

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La Iglesia de SLP se excusa de curas pederastas: no tenemos culpa de que estén libres, dice

miércoles, febrero 10th, 2016

El vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí dijo que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) es “testigo” de la cooperación de la Arquidiócesis potosina, encabezada por Jesús Carlos Cabrero Romero, porque, aseguró, han brindado las informaciones pertinentes.

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Por Ruben Pacheco

Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo/Pulso).– Juan Jesús Priego Rivera, vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, dijo que esa institución no es culpable de que curas acusados de abusar de menores sean prófugos de la justicia potosina, como es el caso de Eduardo Córdova Bautista y Noé Trujillo.

“Nosotros sentimos una cierta presión porque nosotros hemos hecho lo que se tiene hacer. No somos culpables de que tal o cual persona se encuentre en libertad, puesto que estará viviendo un proceso de ley. Entonces la Ley tiene recursos que prevé para la procuración de justicia”, comentó al diario Pulso.

Al ser cuestionado sobre si la Iglesia tiene responsabilidad de que no se hayan encontrado a los curas acusados de ilícitos, el vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí dijo que el Arzobispado ha promovido las demandas donde se hace referencia a delitos presuntamente cometidos por sacerdotes.

Priego Rivera dijo que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) es “testigo” de la cooperación de la Arquidiócesis potosina, encabezada por Jesús Carlos Cabrero Romero, porque, aseguró, han brindado las informaciones pertinentes.

Sobre si la Iglesia de San Luis Potosí entregó información de las ubicaciones y domicilios de los imputados, el portavoz católico aseveró que entregaron “todo” a la PGJE, según lo estipulado en la Ley, que establece que el clero deberá denunciar cualquier presunto delito de sus ministros religiosos.

Como lo ha expuesto en otras ocasiones, Priego Rivera reiteró que la diócesis de San Luis Potosí “no tolera ni va a tolerar” ningún caso de abuso sexual de presbíteros contra menores de edad.

PROMO_PAPA

Hasta el momento suman siete las averiguaciones previas en San Luis Potosí contra sacerdotes católicos presuntamente por cometer abusos sexuales, de acuerdo con la Procuraduría. En dos casos los implicados fueron detenidos y luego liberados sin sentencia condenatoria, en uno se negó la orden de aprehensión y dos más se encuentran en calidad de prófugos, pero con órdenes de captura, es el caso de Noé Trujillo y Eduardo Córdova Bautista.

En días pasados la Procuraduría de San Luis Potosí integró dos nuevas averiguaciones previas por casos de abusos sexuales cometidos presuntamente por sacerdotes. Así lo reveló el Procurador estatal, Federico Garza Herrera, quien precisó que los hechos habrían ocurrido en los municipios de San Ciro de Acosta y Rioverde.

Las denuncias se presentaron durante 2015 por la Arquidiócesis de San Luis Potosí y están en proceso de integración, recabando declaraciones de víctimas y otros testimonios, así como pruebas periciales, con miras a consignar el caso a un juez penal y solicitar las respectivas órdenes de aprehensión.

En entrevista con Pulso, el titular de la PGJE declinó en días pasados profundizar en la información, sin embargo, dio a conocer que uno de los implicados se identifica como Noé Francisco, quien incluso fue suspendido de manera precautoria por la Arquidiócesis.

De lo relacionado al sacerdote de San Ciro de Acosta, no se proporcionó tampoco la fecha en que se inició el expediente, sólo se informó que fue durante el año pasado y que al igual que en otros ya conocidos, la víctima fue un menor de edad.

Ambos casos se investigan a través de la Fiscalía de Delitos de Alto Impacto de la PGJE, según indicó Federico Garza Herrera.

PROMO-MACIEL

La Procuraduría de San Luis Potosí ha dado a conocer que la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) integra una averiguación previa en contra de Eduardo Córdova, pero tampoco esa se ha consignado ante un juez.

El ex sacerdote Alberto Athié Gallo denunció el caso el padre Eduardo Córdova Bautista de San Luis Potosí, implicado en al menos 100 casos de abuso sexual en esa entidad en 2014.

“Tiene 30 años con estas actividades, hay muchos papás y mamás, muy dolidos y molestos y no han visto que se haga justicia para sus hijos. Este caso se sabía en la Arquidiócesis desde hace mucho tiempo y nunca hicieron nada para entregarlo a las autoridades civiles a pesar de que hay denuncias penales detenidas en los ministerios públicos”, dijo.

El sacerdote fue removido de sus cargos por órdenes de la Santa Sede que lo investigó y determinó su culpabilidad, sin embargo siguió oficiando misas en un asilo de ancianos en total libertad, burlando a la justicia mexicana, indicó.

Después, ese año se convirtió en un prófugo de la justicia, luego de que los padres de un adolescente, acompañados por Luis Nava Calvillo, decidieron en 2014 llevar la denuncia no ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEM), cuyo titular era entonces Miguel Ángel García Covarrubias, sino ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR).

En los hechos tampoco ha habido mucha diferencia, no se tiene noticia de que la averiguación previa haya sido consignada ante un juez, además la integración del expediente se ha visto afectada en su avance por cambios de funcionarios en la PGR.

La Iglesia Católica dice no saber el paradero de Eduardo Córdova, mientras que las víctimas creen que el pederasta fue encubierto por las autoridades religiosas.

-Con información de Leonardo Vázquez, de Pulso

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SLP: el ultraje impune de los sacerdotes pederastas

martes, febrero 9th, 2016

Sometidos en su infancia por el padre Eduardo Córdova y otros religiosos potosinos, aún siguen sufriendo un gran daño emocional; para la iglesia, el de su ex apoderado jurídico es ya un asunto juzgado.

PROMO_PAPA

Por Leonardo Vázquez

San Luis Potosí, 9 de febrero (SinEmbargo/ Pulso).– Eran niños y fueron abusados sexualmente por sacerdotes, al día de hoy, siendo adultos hay quienes continúan bajo la amenaza de sus agresores, sin lograr superar el daño emocional que sufrieron, de los responsables ninguno ha sido sentenciado, todos están libres, unos absueltos, otros prófugos.

En abril de 2014 se hizo público el primero de los casos, el que implica a Eduardo Córdova Bautista, expulsado del ministerio católico al mes siguiente por decisión del Vaticano, a lo largo de ese año surgió una serie de casos de pederastia y abuso sexual que en total implicó a seis sacerdotes, todos sin castigo hasta el día de hoy.

La Iglesia Católica nunca ha asumido como causa propia ninguno de esos casos de abuso sexual cometidos contra niños, esa es la conclusión a la que se llegó a 22 meses de distancia, y así lo considera también Luis Nava Calvillo, uno de quienes se echó a cuestas el apoyo y representación de una de las víctimas, impulsor de una lucha contra la impunidad y complicidades que permitieron a Eduardo Córdova operar durante décadas dentro de la Arquidiócesis potosina.

El ahora prófugo incluso fungió como representante jurídico de la iglesia en la entidad, a la vez que, de acuerdo con múltiples testimonios públicos y consignados en expedientes penales, abusó de decenas de niños.

Conscientes de esa red de complicidades, los padres de un adolescente, acompañados por Luis Nava Calvillo decidieron en 2014 llevar la denuncia no ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEM), cuyo titular era entonces Miguel Ángel García Covarrubias, sino ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR).

En los hechos tampoco ha habido mucha diferencia, no se tiene noticia de que la averiguación previa haya sido consignada ante un juez, además la integración del expediente se ha visto afectada en su avance por cambios de funcionarios en la PGR.

También acompañó a otras víctimas que optaron por denunciar ante la Procuraduría local y el resultado ha sido el mismo, el entonces Procurador “siempre nos dijo ‘yo ya solicité, ya turné’, (pero) no hemos visto ningún resultado por parte de la PGJE, aunque no tenemos nada que ver aquí. Con la de México (Fevimtra) estamos pendientes.

“Por parte de las autoridades eclesiásticas nunca han preguntado, nunca nos han dicho ‘oye, quiero saber qué pasó con este chamaco’, nada”.

Luis Nava Calvillo, uno de los expertos que apoya a familias afectadas. Foto: Pulso

Luis Nava Calvillo, uno de los expertos que apoya a familias afectadas. Foto: Pulso

OÍDOS SORDOS

–¿Nunca han asumido el caso realmente como una causa de la iglesia? -se le preguntó a Luis Nava.

–No.

–¿Nadie, ni el Arzobispo, ni nadie?

–No, no, yo ya no he vuelto a buscar a Carlos Cabrero (Arzobispo), a pesar de que creo que hay una buena relación, ya nunca lo he buscado.

–¿Ni él tampoco?

–Ni él tampoco nos ha buscado, bueno él es la autoridad, él podría haber dicho, oigan…y no a nosotros, sino al papá de este muchacho.

A unos días de la visita del Papa Francisco a México y pese a declaraciones públicas del arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero, en el sentido de propiciar un encuentro de las víctimas de abusos sexuales con su santidad, no hay ningún acercamiento para llevarlo a cabo.

CÓRDOVA ES CASO JUZGADO

Eduardo Córdova

Eduardo Córdova fue acusado y sentenciado, aunque no ha sido detenido. Foto: Pulso

Para la Arquidiócesis de San Luis Potosí, el proceso que se realizó contra Eduardo Córdova es un caso juzgado y sentenciado, según palabras de Gerardo Vaglienty Rivera, vicario general, quien concedió una entrevista por instrucciones del arzobispo Jesús Carlos Cabrero, luego de que éste declinara la charla tras plantearle el tema.

“La Congregación de la Doctrina para la Fe, cuando tuvo conocimiento del caso, sentenció, juzgó y decidió la dimisión del estado clerical, como pena máxima que existe para un ministro de culto, un clérigo en la iglesia católica” dijo Vaglienty.

A partir de esa resolución la iglesia católica no volvió a saber de Córdova “No hay ningún contacto, ninguna relación con él”, agregó.

Aunque entre las víctimas de Eduardo Córdova existe el sentimiento de que el ahora prófugo fue encubierto por autoridades religiosas, el vicario general apunta a que esa posibilidad ni siquiera es considerada en el actuar de las autoridades civiles.

–¿Por este caso ha sido llamado a declarar alguna autoridad católica, ante algún tribunal, alguna procuraduría, PGR, ante Fevimtra? –se le preguntó.

–Hasta ahorita no. Se está en la disposición de colaborar en lo que se pueda cuando haya algún requerimiento, como se ha hecho, pero hasta ahorita no ha habido.

–¿Ninguna solicitud?

–Que yo recuerdo o que tenga conocimiento no.

Gerardo Vaglienty Rivera, vicario general, se negó en un principio a dar entrevistas. Foto: Pulso

Gerardo Vaglienty Rivera, vicario general, se negó en un principio a dar entrevistas. Foto: Pulso

CASOS PENDIENTES DE RESOLUCIÓN EN EL VATICANO

–Hubo otros sacerdotes que también fueron acusados de abuso sexual, uno fue el padre “Pastora” (Francisco Javier).

–Este caso lo juzgó, lo llevó a cabo el ministerio público y hubo una decisión de sobreseimiento, de no proceder, no ejecutar acción penal, porque me imagino que no se reunieron los requisitos para que se configurara el delito del que era acusado.

–¿De parte de la Iglesia hubo alguna sanción?

–De parte de la Iglesia cuando hay una demanda civil se espera a la resolución, y aunque si hubo un proceso de investigación interna esa sube hasta ponerse a conocimiento a Roma, a la Congregación de la Fe.

–¿Ese proceso sigue?

–Sí

–¿No ha concluido?

–No

–¿Y al momento el sacerdote sigue ejerciendo el ministerio?

–Sí, porque una vez que la autoridad civil no encontró elementos para llevar a cabo una acción penal en su contra, aunque de todos modos ahí está en estudio y en observación. Los otros casos, por ejemplo los que hubo demanda civil se esperó a la resolución de la demanda. Dos estuvieron en penitenciaria (Guillermo Gil y José de Jesús Cruz), presos, los dos salieron libres y absueltos, entonces ellos de todos modos están reincorporados al servicio ministerial.

–¿Y se siguió lo mismo de enviar el caso a Roma?

–Sí

–¿Entonces cuántos casos tenemos ahora en Roma, de sacerdotes potosinos acusados de estos mismos delitos?

–Bueno hubo acusaciones allá (en tribunales civiles), porque aquí nadie los acusó

–Pero si hubo esas acusaciones civiles, de las que tuvo conocimiento obviamente la Arquidiócesis, ¿Esos casos no se integraron de oficio y fueron enviados a Roma, no fue así?

–Demandaron ante la autoridad civil, no demandaron ante la autoridad eclesiástica.

–Así es, ¿Pero una vez que ustedes tuvieron conocimiento de manera pública de estos casos ustedes no iniciaron la investigación?

–Se hace una investigación previa, de todos modos, pero las personas interesadas nunca acudieron.

–¿Entonces cuántos casos de sacerdotes potosinos…?

–De todos modos cuando hay una investigación, se hace un proceso interno de investigación previa y se presenta a la Congregación (de la Fe) que es la que atrae esas situaciones para ponerle en conocimiento, para decirle lo que se hizo y lo que esperamos, sus orientaciones o si está bien hecho lo que se está haciendo.

-¿Y cuántos de esos casos han tenido?

–Pues esos que tú mencionaste, Córdova y los otros, bueno, aunque hubo denuncia penal, de todos modos se pone en conocimiento a la Santa Sede, en la Congregación, de los dos que estuvieron en prisión y que salieron libres, inocentes, absueltos, de esos.

–Esos son los conocemos de manera pública, los que hemos hecho públicos nosotros (periodistas), aparte de esos la Iglesia ha tenido conocimiento de un caso nuevo, algún otro caso.

–Si hubiera tampoco hay que hacerlo público.

–¿Esa es la actitud de la Iglesia de mantenerlo en secreto?

–No, no, no, es una actitud que se marca en el código de cuidar la buena fama de las personas, porque todavía no hay nada.

–Sí, de hecho no estoy pidiéndole nombres, padre, le estoy pidiendo casos, si ha habido nuevos caso, no me interesaría saber si se llama Juan, o Pedro, más bien si ha habido casos, si el fenómeno sigue ocurriendo, si sigue ocurriendo el fenómeno de abuso a menores y si sigue la disposición de la gente de acercarse a denunciar, ¿Eso está pasando?

–Yo creo que la gente ha ido tomando conciencia de sus derechos y de sus deberes, entonces si llegan a sentirse agraviados u ofendidos pueden recurrir con toda libertad a poner en conocimiento a la autoridad, sea eclesial o sea civil.

–¿Y ante la Iglesia lo han hecho?

–Sí lo han hecho, cuando se ven agraviados

–¿Casos nuevos aparte de los que ya hemos hecho públicos, han acudido, nuevas personas?

–No, no sabría decirte

–¿Podrían ocurrir sin que usted estuviera enterado, sin que pudiera decirme?

–Pudiera ser.

–¿Tampoco tenemos la certeza de que ya no ha ocurrido ni un solo caso nuevo?

–Ni que no vayan a ocurrir en el futuro, de todos modos la actitud de la  Iglesia es siempre atender las denuncias de las personas, siempre y cuando sean bien fundadas para poder darles atención y seguimiento, siempre está en eso.

–Me decía el señor Arzobispo que había un grupo de sacerdotes, de auxilio precisamente a los padres o a los menores cuando se sentían afectados por situaciones como esta, ahorita no entiendo si ese grupo sigue existiendo, si sigue operando, si no ha habido nuevos casos.

–Bueno es un grupo que se conforma para atención, entonces quien lo requiera puede acudir.

–¿Y lo han requerido?

–No sabría decirte, o sea, existe el grupo, pero no te puedo decirte quién va, quien no va, pues no, quien lo requiera va.

–De mi parte es todo Padre, no sé si usted quiera agregar algo.

–Pues que estamos aquí en la disposición de seguir atendiendo a las personas y siempre buscando que esto se solucione.

 CRIMEN SIN DETENIDOS

De tres averiguaciones previas que se han iniciado en la Procuraduría General de Justicia del Estado de San Luis Potosí de mayo de 2014 a la fecha en contra del ex sacerdote Eduardo Córdova Bautista por abuso sexual, sólo una se ha consignado ante un juez y en ninguna de ellas se indaga sobre el encubrimiento que pudo tener entre autoridades eclesiásticas o civiles.

A lo largo de ese tiempo, según dijo en entrevista el Procurador, Federico Arturo Garza Herrera, se le ha seguido la pista a estados como Michoacán o Coahuila, donde diversas personas han señalado que pudiera encontrarse, sin obtener ningún resultado positivo.

Durante la charla reconoció también que en el portal de Interpol en Internet (www.interpol.int) no existe la ficha roja para pedir a la población cooperar con su localización y adelantó la posibilidad de solicitar que se difunda esa solicitud. La petición de búsqueda, dijo, ya existe, sólo que no aparece en el sitio electrónico.

“Esta alerta tiene como consecuencia que se boletine en 190 países que son miembros de Interpol para la localización de esta persona, las alertas están dadas, el año pasado hubo un contacto con interpol pidiendo la actualización de datos en relación al caso”, dijo Federico Garza Herrera.

De acuerdo a informes de la oficina de prensa de Interpol, las causas posibles para que una alerta roja no aparezca en su portal son que no exista tal petición, o que el país solicitante así lo haya requerido, según se publicó en el diario Pulso el 4 de marzo de 2015 (http://pulsoslp.com.mx/2015/03/04/por-omision-o-por-reserva-no-aparece-ecb-en-la-interpol/)

–¿Sigue activa la alerta?- se le preguntó al Procurador.

–Sigue activa, nos corresponde en este mes generar oficios a Interpol pidiendo la información de los trámites que ellos llevan.

–¿Esta ficha roja por qué no la encontramos en la página de Interpol?

–Desconozco.

–¿No lo pidió la Procuraduría así?

–Lo desconozco, lo que sí sé es que en un principio es que la fotografía estaba en el portal de Interpol, desconozco por qué causa se haya bajado la fotografía o por qué no esté. Desconozco también si hubiese algún oficio en esos términos, la realidad es que está boletinado y se está buscando a través de los 190 países miembros.

–¿Sin embargo, al no estar en el portal, no le parece un efecto reducido, limitado, porque solamente las autoridades son las que están enteradas de esta búsqueda, la población en general no?

–Puede ser que sí, yo le comentaba que este mes tenemos que hacer contacto con Interpol para ver los avances que se tienen y si existe un oficio donde se haya pedido que no saliera por alguna causa, nosotros no tenemos ningún inconveniente en poder generar un oficio en donde pudiese volver nuevamente en poner en el portal la fotografía de esta persona. Nosotros entramos en octubre, hemos checado el expediente, a través del área de inteligencia nos han proporcionado datos, de algunos lugares en donde se decía que estaba esta persona. Enviamos personal a diferentes lados para agotar las investigaciones, hay gente que nos proporciona datos de ubicación, la verdad es que en muchos de los casos la información no ha sido sólida, no obstante la agotamos, porque nosotros hemos exhortado a la población que tenga datos que los proporcione, nosotros no tenemos más que cumplir con la orden que generó el juez de que se le presente.

–¿Estas posibles ubicaciones han sido dentro del país?

–Han sido dentro del país.

–¿Podríamos saber en qué estados, ciudades?

–En Michoacán y en el estado de Coahuila.

–Obviamente no se obtuvo resultados positivos.

–No, pero sí se envió personal y se checaron

–¿Y fuera del país se han tenido reportes?

–Eso se hace a través de las instancias como Interpol, pero no hemos tenido ningún reflejo de alguna información, hemos estado en contacto, como le decía este mes debemos tener documentación por escrito de los avances que ellos tienen, toda vez que la última vez que se envió fue el mes de febrero del año pasado, cuando se actualizó, consideramos que había que esperar el transcurso del año para volver a solicitar la información y checar lo que Usted me decía a por qué la fotografía no aparece en el portal.

–¿Hay alguna pista sólida de una posible ubicación pronto?

–Pues estamos en investigación, nosotros preguntamos a las autoridades migratorias si él había salido del país, que nos dieran información y nos dijeron que no había salido del país, no hay un rastro de salida, pero sabemos nosotros que hay otras formas de cómo salir, no salió de un aeropuerto en México que dejara el rastro para evadirse. Nosotros exhortamos a la gente que nos dé datos, no quiere decir con esto que no podamos nosotros no dar con el paradero, la verdad es que con base en la inteligencia que tiene la Policía Ministerial estamos trabajando y esperamos que en breve tengamos información.

–¿Hablaba de una denuncia consignada, es sólo un expediente?

–Hay un expediente que está consignado

–¿En ese expediente a cuántas víctimas se integra?

–No le puedo dar ese dato, lo que sí le puedo decir es que aquí han acudido algunas personas que representan los intereses de otras y han estado pendiente del curso de las averiguaciones.

–¿Se ha llegado a esa cifra de cien víctimas como se dijo públicamente a través de algunos testimonios?

-Lo desconozco.

-¿Cómo parte de esta investigación se ha abierto una línea de investigación que tenga que ver con encubrimiento, con protección, con complicidades, ya sea de parte de servidores públicos o de autoridades eclesiásticas?

–No hemos abierto ninguna, pero eso se tendría que reflejar a través de la investigación que está haciendo la propia Policía Ministerial, si nosotros vemos que existe alguna otra línea se habrá de investigar también.

–¿Es que se sigue investigando, pese a que el expediente ya está en manos de un juzgado?

–Lo que pasa es que tenemos dos averiguaciones que no han sido consignadas, son a las que me refiero, esas se están integrando por parte de quienes de alguna manera se sienten afectados y mencionan diversos hechos a que se constriñe directamente la averiguación, sobre la cual se giró la orden de aprehensión y que están giradas las alertas, esa ya está en manos del juez, esa no podemos tocarla hasta en tanto no se pudiese poner a disposición al acusado.

–¿Y en esas nuevas averiguaciones previas ya hay alguna línea respecto a encubrimiento?

–No, bueno es parte de la indagatoria, es parte de la integración de la averiguación, no podemos pronunciarnos en tanto no se analice al cien por ciento las pruebas que aporte cada una de las partes y al final el agente del Ministerio Público habrá de hacer su pronunciamiento.

–¿Qué delitos se están investigando en esas dos nuevas averiguaciones previas, abuso sexual, encubrimiento?

–Principalmente es abuso sexual, que es lo que se señala ahí.

–¿Encubrimiento no?

–Encubrimiento no, hasta ahorita que yo tenga conocimiento no, pero si de la indagatoria se desprende, por supuesto que lo habremos de integrar, acuérdese que la denuncia vienen, la presentan, señalan algunos hechos que pueden traer consigo la comisión de un ilícito, pero resultado del desahogo de las diversas pruebas se pueden advertir otros datos, que puedan valorarse para lo conducente.