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¿Por qué siguen apareciendo nuevas variantes de la COVID-19 y qué sabemos de ellas?

domingo, diciembre 26th, 2021

Si bien la pandemia parecía ceder, la aparición de Ómicron ha vuelto a exigir medidas más estrictas y una vacunación más eficaz para combatirla. Aunque el mundo sepa cómo actuar ante estas circunstancias, permanecen dudas sobre si surgirán nuevas variantes y si serán más peligrosas.

Madrid, 26 de diciembre (Europa Press).- Esto parece el cuento de nunca acabar. Nos estamos vacunando, y algunos grupos de población ya van por la tercera dosis. Llevamos mascarilla, mantenemos las medidas de precaución aconsejadas por las autoridades sanitarias. Aún así, siguen apareciendo variantes y parece que el fin de la pandemia queda lejos todavía, a pesar de que pensábamos que estaba cerca.

Para poder entender un poco mejor en qué escenario nos estamos moviendo y por qué están surgiendo nuevas variantes, que complican el fin de esta epidemia, charlamos en Europa Press con África González Fernández, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo, y expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología y del Centro de Investigaciones Biomédicas.

La especialista explica que mientras que haya zonas en el mundo donde haya mucho movimiento del SARS-CoV-2 es muy probable que salgan nuevas variantes, que dificulten el ansiado fin de la pandemia. Recuerda que es lo ocurrido en zonas con muchos contagios como Brasil, Sudáfrica o la India. La variante Ómicron, que se está extendiendo rápidamente, se localizó por primera vez en el país africano, que apenas tenía vacunada al 30 por ciento de su población.

La especialista explica que mientras que haya zonas en el mundo donde haya mucho movimiento del SARS-CoV-2 es muy probable que salgan nuevas variantes. Foto: Matt Rourke, AP

Con ello, la también doctora en Medicina advierte que la probabilidad de que surja una nueva variante será mayor cuantas más opciones demos al virus de contagiar. Así, cuanto más se replique podrá seleccionar aquellas mutaciones que le aporten ventajas selectivas, como el expandirse más fácilmente, y en definitiva contagiar.

Según recuerda, los virus son parásitos intracelulares que se replican en el interior de nuestras células: “Cuanto más se replica, en esas divisiones se introducen cambios. Muchos de estos cambios no favorecerán ninguna ventaja al virus, por lo que al final son eliminados, si bien si alguna de estas mutaciones le proporciona una ventaja selectiva, en poblaciones donde hay mucha circulación de virus le estaremos dando la oportunidad de incorporarla. Solo de todas las posibles mutaciones que pueda haber al final se seleccionan los virus más contagiosos, que tienen mutaciones que les permiten entrar mejor en nuestras células o dividirse más”

Ahora bien, la experta advierte de que esto no necesariamente se asocia a que el virus o la variante sea más letal o más virulento, o a que produzca una enfermedad más grave, sino a que es más contagioso.

“Es como si la llave que utiliza para introducirse en nuestras células se hubiera limado con las mutaciones, de forma que esto hará que pueda entrar mejor. En lugar de necesitar dos vueltas para entrar con una será suficiente. Esto hace que después con menos carga viral sea más contagioso y el tiempo de incubación también se acorta”, subraya la expresidenta de la SEI.

La experta advierte de que esto no necesariamente se asocia a que el virus o la variante sea más letal o más virulento, o a que produzca una enfermedad más grave, sino a que es más contagioso. Foto: Michel Euler, AP

LAS VARIANTES ACTUALMENTE EN CIRCULACIÓN

Aunque solo oigamos hablar de la variante Delta y cada vez más de la Ómicron, la doctora González afirma que actualmente hay muchas más. “Se han secuenciado millones de virus desde el inicio de la pandemia pero solo unos pocos son los que verdaderamente son capaces de expandirse y de infectar a mucha gente y estos son los que nos preocupan”, remarca la actual investigadora del CINBIO de Vigo.

Sobre cuál es la variante más peligrosa, dice que la OMS estableció que ahora mismo hay cinco “variantes de preocupación”: la Alfa, la Beta, la Gamma, la Delta y ahora Ómicron. Se denominan así, según prosigue, porque la variante es capaz de contagiar a muchos, es decir, que se expande de forma muy rápida en un territorio, otra razón es que pueda escapar de las vacunas y del sistema inmunitario de los individuos, y otra que produce mucha mortalidad.

“Se está viendo con Ómicron, por ahora, que es muy contagiosa, más que la Delta, pero la enfermedad que está produciendo en Sudáfrica y también en Europa es leve, sobre todo en las personas vacunadas. Estos son asintomáticos o muy leves, y esto es muy buena noticia, que se pueda convertir en una especie de catarro común, pero sin necesidad de que la gente tenga que estar hospitalizada en UCI o que fallezca por culpa de esta variante”, remarca la doctora. No obstante, insiste en que es pronto para hacer cualquier conclusión al respecto, y se sigue investigando.

¿SERÁ ÓMICRON LA ÚLTIMA VARIANTE?

Con todo ello, la catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo recuerda que pueden surgir nuevas variantes en cualquier momento, dado que va a ser muy difícil que todo el mundo se vacune a la misma vez, al tiempo que todos estemos vacunados al 100 por ciento.

Pueden surgir nuevas variantes en cualquier momento, dado que va a ser muy difícil que todo el mundo se vacune a la misma vez. Foto: Nam Y. Huh, AP

“Que en cuestión de unos meses toda la población se hubiera vacunado habría sido la mejor estrategia pero no está siendo así, y hay países con un porcentaje muy bajo de vacunación, como Sudáfrica con cerca del 30 por ciento de población vacunada, mientras que otros países ni llegan al 10 por ciento ”, lamenta la experta.

¿La vacunación masiva contendrá la pandemia? ¿En qué plazo? Un estudio lo estima

lunes, agosto 16th, 2021

De acuerdo con los resultados de la investigación, las intervenciones no farmacéuticas (NPI) deben complementar a la vacunación para verle fin a la pandemia.

Madrid, 16 de agosto (Europa Press).- La disponibilidad de vacunas proporciona una solución prometedora para contener la pandemia de COVID-19. Sin embargo, sigue sin estar claro si la vacunación a gran escala puede conseguir contener la pandemia de COVID-19 y en qué plazo.

Según un estudio realizado por científicos del Instituto de Genómica de Pekín de la Academia China de Ciencias, la vacunación por sí sola no puede detener la pandemia en algunos escenarios y son necesarias intervenciones no farmacéuticas (NPI) para complementar la vacunación y acelerar el fin de la pandemia.

En su trabajo, publicado en la revista Quantitative Biology, el estudio desarrolló un modelo epidémico para explorar la dinámica de la pandemia bajo escenarios de vacunación y NPI, parametrizando explícitamente los factores clave relacionados con la vacunación, incluyendo la duración de la inmunidad, la eficacia de la vacuna y la tasa de vacunación diaria, etcétera.

El modelo se aplicó a las cifras diarias de casos confirmados de Israel y Estados Unidos para explorar y predecir las tendencias bajo vacunación en función de sus estados epidémicos actuales y de las medidas de intervención.

“En Israel, más de la mitad de la población estaba ya totalmente vacunada, y bajo el esquema de vacunación actual, se predijo que la pandemia terminaría entre el 14 de mayo de 2021 y el 26 de agosto de 2021, asumiendo que la inmunidad persiste durante 180 días a 365 días y con o sin NPI”, explica el doctor Hua Chen.

Para Estados Unidos, si asumimos la tasa de vacunación actual (0.268 por ciento por día) y la intensidad de las NPI, la pandemia terminará entre el 20 de enero de 2022 y el 19 de octubre de 2024, asumiendo que la inmunidad persiste durante 180 días a 365 días.

“Sin embargo, suponiendo que la inmunidad persista durante 180 días y que no se apliquen NPI, la pandemia no terminará y, en cambio, alcanzará un estado de equilibrio, con una proporción de la población que permanecerá activamente infectada”, puntualiza el doctor Chen.

Parámetros de vacunación óptimos para lograr la inmunidad colectiva. Foto: Shilei Zhao, Tong Sha, Chung-I Wu, Yongbiao Xue, Hua Chen

En general, la tasa de vacunación diaria debe decidirse en función de la eficacia de la vacuna y la duración de la inmunidad para lograr la inmunidad de grupo. En algunas situaciones, la vacunación por sí sola no puede detener la pandemia, y las NPI son necesarias para complementar la vacunación y acelerar el fin de la pandemia.

Teniendo en cuenta que la eficacia de la vacuna y la duración de la inmunidad pueden reducirse en el caso de las nuevas cepas mutantes, estos investigadores apuntan que “es necesario seguir siendo cautelosamente optimista sobre la perspectiva de acabar con la pandemia mediante la vacunación”.

Inmunización lenta, virus mutante y contagios entre vacunados son malas noticias

lunes, agosto 2nd, 2021

¿Por qué, a pesar del avance en las campañas de vacunación, la pandemia continúa? Una experta explica que son tres los factores fundamentales que nos han llevado a este punto: avance desigual en la vacunación mundial, que las vacunas no evitan los contagios y la rapidez de mutación del virus. ¿Qué podemos hacer al respecto? Aquí los detalles.

Por A. Victoria de Andrés Fernández
Profesora Titular en el Departamento de Biología Animal, Universidad de Málaga

Madrid, 2 de agosto (The Conversation).- Año y medio de pandemia, varios tipos de vacunas desarrolladas con eficacia y seguridad, un porcentaje altísimo de población europea vacunada… Y, pese a todo, van ya más de cuatro millones de muertos en el mundo y esto no se acaba.

¿Por qué? La razón fundamental por la que la pesadilla continúa radica en un hecho clave: no se ha frenado la transmisión.

Con independencia de que este virus surgió ya con muchas papeletas para ser difícil de erradicar, son tres las circunstancias que concurren en esta pandemia que suponen serios problemas para atajarla. Dos de ellos tienen solución, aunque requieren de voluntad, medios y una eficaz dirección de las medidas de control por parte de los que más saben (que, por desgracia, no suelen coincidir con los que más poder tienen).

El tercero constituye la verdadera amenaza.

PRIMER PROBLEMA: LA VACUNACIÓN AVANZA MUY LENTAMENTE

La vacunación avanza muy lentamente. En este aspecto, no es suficiente la valoración de los datos aportados por los países occidentales. El virus no entiende de fronteras ni de rentas per cápita y son muchísimos los países en donde la vacunación es testimonial (por no decir inexistente). Hay que recordar que estamos ante una pandemia que afecta a todo el planeta. Si se frena su avance por una parte pero se expande por otras, poco se consigue de una manera global.

La vacunación avanza muy lentamente. Foto: Fernando Llano, AP

¿Cómo solucionamos este primer problema? Implementando las medidas necesarias para la producción industrial de vacunas, procurando que su distribución y administración se haga de una forma homogénea por todo el planeta y dando prioridad biosanitaria a la vacunación masiva.

SEGUNDO PROBLEMA: LAS VACUNAS NO EVITAN EL CONTAGIO

Las vacunas actualmente aprobadas y comercializadas nos protegen de una manera muy eficaz contra la COVID-19, es decir, contra los efectos derivados de la infección por SARS-CoV-2. Sin embargo no nos protegen del contagio al 100 por ciento.

¿Qué significa esto? Pues que podemos contraer el virus a pesar de estar vacunados y, aunque no enfermemos gravemente, continuaremos siendo vectores de transmisión.

A ese respecto, se espera con impaciencia la comercialización de una de las vacunas españolas que el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) espera sacar para principios del año próximo.

A diferencia de las vacunas aprobadas hasta el momento, la que saldrá de las manos (y los cerebros) del equipo capitaneado por el Dr. Luis Enjuanes, del CSIC, tendrá la ventaja de ser administrada por vía nasal, esto es, combatirá al virus desde las propias vías respiratorias, interceptando su camino natural de entrada. Además, aportará una segunda virtud biotecnológica aún más esperanzadora: al tratarse de una molécula derivada del propio ARN del SARS-CoV-2 (lo que se denomina un replicón), será autoamplificable. Dicho de otra forma, la dosis de vacuna (de ARN) que se administrará a cada persona podrá multiplicarse hasta cinco mil veces dentro del propio organismo. De esta manera, los que reciban esta vacuna disfrutarán de una inmunidad de tipo esterilizante, es decir, no sólo no enfermarán, sino que no se infectarán ni, lo que es más trascendente a nivel pandémico, tampoco transmitirán el virus.

Podemos contraer el virus a pesar de estar vacunados y, aunque no enfermemos gravemente, continuaremos siendo vectores de transmisión. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Mientras llega esta vacuna, ¿cómo solucionamos este segundo problema?

Pues manteniendo las medidas de seguridad a pesar de estar vacunados, escuchando a los científicos y, por qué no decirlo, ignorando a los políticos que anteponen el rédito electoral de una noticia no suficientemente contrastada al interés biosanitario de la población.

En un artículo que acaba de publicar la OMS, encontramos la mejor información actualizada para conocer las medidas de salud pública más aconsejables en los diferentes escenarios.

TERCER PROBLEMA: EL VIRUS MUTA

El virus, como toda entidad biológica, está sometido a la acción de los agentes mutagénicos y, consecuentemente, evoluciona generando nuevas variantes.

Al respecto, es importante aclarar que tendemos (muy erróneamente) a considerar que toda variante novedosa es más infectiva, más virulenta (es decir, con más capacidad de generar patologías) y más contagiosa que las anteriores. Eso es radicalmente falso. Los virus, especialmente los del grupo del SARS-CoV-2, son especialmente negligentes a la hora de hacer copias de su material genético o, lo que es lo mismo, mutan muchísimo.

Sin embargo, la inmensa mayoría de estas mutaciones o bien acaban siendo letales para el propio virus o bien no suponen un peligro adicional para nuestra especie. El problema radica en que, al estar el virus tan extraordinariamente diseminado y tener una tasa de replicación tan alta, las posibilidades de que entre la inmensidad de variantes que se generan haya una especialmente peligrosa para nuestra especie se multiplican exponencialmente.

Las últimas variantes genómicas aparecidas del SARS-CoV-2 las actualizó el ECDC (European Centre for Disease Prevention and Control). Las agrupó en cuatro categorías:

– Variantes preocupantes (VOC, de variant of concern), donde se sitúan las más conocidas, las dos subtipos de Alfa (Reino Unido), la Beta (Sudáfrica), la Gamma (Brasil) y la especialmente preocupante variante Delta (India). Sus propiedades genómicas, la evidencia epidemiológica y/o los datos obtenidos in vitro han supuesto un impacto significativo en la transmisibilidad del virus, su severidad y / o la inmunidad adquirida por la administración de vacunas anteriores a su aparición.

Al estar el virus tan extraordinariamente diseminado y tener una tasa de replicación tan alta, las posibilidades de que entre la inmensidad de variantes que se generan haya una especialmente peligrosa para nuestra especie se multiplican exponencialmente. Foto: Andrew MilliganPA vía AP

– Variantes de interés (VOI, de variant of interest), donde se sitúan las variantes Eta (Nigeria) Theta (Filipinas), los tres subtipos de Kappa (India) y la Lambda (Perú). Estas variantes podrían suponer un impacto negativo pero los datos aún son insuficientes para afirmarlo de una forma rotunda

– Variantes bajo supervisión. Son un total de 21 variantes cuya reciente descripción hace prematuro aportar datos relevantes sobre sus características.

– Variantes descatalogadas. Los dos subtipos de variante Épsilon (USA) se han incluido en esta categoría al no estar ya circulando, haber estado circulando durante mucho tiempo sin ningún impacto en el situación epidemiológica general y/o no estar asociadas con ninguna propiedad preocupante.

LOS PROBLEMAS DE LAS VARIANTES

La aparición continua de variantes supone dos tipos de problemas muy diferentes y muy preocupantes:

1. Problemas a nivel individual. Las VOC llevan consigo un impacto significativo en la gravedad de las patologías desarrolladas por los infectados no vacunados. Afortunadamente, en la mayoría de los vacunados las infecciones cursan de una forma leve o asintomática, aunque con síntomas persistentes. Por tanto, y a este respecto, el mensaje a la población sigue siendo el mismo: hay que vacunarse sí o sí.

2. Problemas a nivel poblacional. Estas variantes también implican un impacto significativo en la transmisibilidad, lo que supone un duro revés para atajar la expansión del virus y el control de la situación epidemiológica. A eso se le suma el que no todos los tipos de vacunas protegen de igual forma frente a los diferentes tipos de variantes, por lo que puede que nos veamos en una situación de revacunación constante hasta que se encuentre la forma definitiva de atajar el SARS-CoV-2.

Gráfico obtenido del blog de la Dra. Boghuma Kabisen Titanji del London School of Hygiene and Tropical Medicine University College of London. Foto: The Conversation

En cualquier caso, es fundamental tener una idea de cómo está cambiando el virus porque, como afirma Massimo Palmarini, director del Medical Research Council–University of Glasgow Centre for Virus Research, la integración de los datos epidemiológicos con los experimentales obtenidos en los laboratorios será clave para poder predecir lo que hará el virus y poder adelantarnos a sus acciones.

Mientras tanto, tendremos que acostumbrarnos a estar un poco como Bill Murray en Atrapado en el tiempo, aunque sustituyendo esa monada de marmotita por este espantoso y cansino virus.

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