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César Duarte es todavía un hijo del PRI: se le busca por desvío de millones, pero ni así lo expulsan

domingo, agosto 27th, 2017

César Duarte Jáquez, ex Gobernador de Chihuahua, es el único de los ex gobernadores priistas –cuya expulsión del partido fue solicitada– que no ha sido suspendido de sus derechos partidario ni expulsado, comenta Armando Barajas Ruiz, autor de la solicitud de expulsión, presentada el 22 de julio de 2016.

“Esto nos dice que le están dando privilegios, un trato preferencial, distinto a los demás”, afirma el integrante de la corriente Solidaridad, organización adherente del PRI.

Ciudad de México, 27 de agosto (SinEmbargo).– En su pasada Asamblea Nacional Ordinaria, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) aprobó una ampliación a su código de ética para impedir que los gobernantes emanados de sus filas, entre otros actos de corrupción, incurran en “malversación de fondos, desvío de recursos o endeudamiento injustificado de los entes públicos”.

Los delegados que participaron en la mesa de la que surgió el cambio, dijo la priista chihuahuense Graciela Ortiz al presentar el dictamen en la sesión plenaria de la asamblea, “fueron enfáticos en rechazar las conductas deshonestas” que han “lastimado” la imagen del priismo.

En la actual Comisión Nacional de Justicia Partidaria del Comité Ejecutivo Nacional priista, sin embargo, cumplió ya un año sin resolución una petición de suspensión de derechos partidarios y posterior expulsión del ex Gobernador chihuahuense César Duarte Jáquez.

“Es el único [de los ex gobernadores priistas cuya expulsión del partido fue solicitada] que en este momento no ha sido suspendido de sus derechos partidario ni expulsado; los otros fueron ya expulsados”, comenta Armando Barajas Ruiz, autor de la solicitud de expulsión, presentada el 22 de julio de 2016.

“Esto nos dice que le están dando privilegios, un trato preferencial, distinto a los demás”, agrega el integrante de la corriente Solidaridad, que es una organización adherente del PRI.

La expulsión de César Duarte fue parte de una serie de peticiones de procedimientos internos en el partido iniciados desde el año pasado contra los entonces todavía mandatarios priistas con las mayores denuncias de corrupción, como el veracruzano Javier Duarte de Ochoa y el quintanarroense Roberto Borge Angulo.

Entre sus argumentos para pedir la expulsión, Barajas mencionó que las prácticas de corrupción atribuidas a los tres ex mandatarios –que además dejaron las deudas públicas más abultadas del país– fueron causa de las derrotas del tricolor en junio de 2016.

“Constituyen un hecho público y notorio y que influyeron negativamente en las elecciones constitucionales locales en perjuicio de nuestro instituto político”, dice el texto de la demanda.

El primero en ser expulsado fue Duarte de Ochoa, cuyo procedimiento concluyó en la Comisión de Justicia Partidaria desde septiembre del año pasado, mientras que a Borge Angulo se le suspendieron los derechos partidistas en diciembre y, en junio pasado, poco después de su arresto en Panamá, fue expulsado oficialmente del partido.

Duarte Jáquez, por su parte, continúa en las filas del PRI y también prófugo de dos órdenes de aprehensión giradas por probables delitos de peculado cometidos durante su Gobierno en Chihuahua, entre 2010 y 2016, así como por probables ilícitos electorales.

LOS ELOGIOS DE PEÑA

Además de las acusaciones penales y haber acumulado las deudas públicas estatales más abultadas en los últimos años, los tres mandatarios fueron, en 2012, elogiados por el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto, que los mencionó como ejemplo del proceso de “renovación interior” que vivía el PRI.

“Tú observas hoy los gobernadores de la gran mayoría de las entidades son jóvenes o actores de la nueva generación política: el Gobernador de Quintana Roo, Beto Borge; el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte; César Duarte, Gobernador de Chihuahua…”, dijo Peña Nieto en mayo de 2012, cuando, en una entrevista de televisión, se le pidió poner “nombres” a su afirmación de que el partido se estaba renovando.

Otro que elogió a Duarte fue su ex compañero en la LX Legislatura, el hoy Senador priista Emilio Gamboa Patrón, que en enero de 2015, cuando estaba ya interpuesta ante la Procuraduría General de la República la denuncia por peculado contra el chihuahuense, dijo que era “un hombre limpio”.

Y, de acuerdo con el hoy Gobernador panista Javier Corral, goza también de la protección del actuar Canciller y ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.

“Tiene la amistad y la cercanía de Luis Videgaray. Evidentemente de Emilio Gamboa. Emilio Gamboa es el protector de César Duarte. No se le olvide que el que organizó hoy, incluida la estrategia calumniadora se llama Emilio Gamboa Patrón. Y entonces, Emilio Gamboa Patrón es su padrino, lo hizo candidato y es su actual protector”, dijo Corral a SinEmbargo en 2015.

“Entonces, debo decirle que con base en esa protección y con base con esa relación con Luis Videgaray es que se le autoriza el banco. No le estoy dando una especulación. El Gobernador de Chihuahua reconoció públicamente que tramitó, gestionó, promovió y consiguió del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el apoyo para que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores le diera la primera autorización como banco a Unión Progreso”, agregó el hoy mandatario.

En la entrevista, Barajas Ruiz atribuyó la tardanza en el proceso a la “omisión” de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria, a cargo de Fernando Elías Calles.

Hasta priistas reclaman a Ochoa Reza: la Interpol persigue a César Duarte… y aquí le dan “trato VIP”

lunes, julio 10th, 2017

A César Duarte Jáquez, ex Gobernador de Chihuahua y ahora perseguido incluso por la Interpol por prácticas de corrupción y desvío de recursos públicos, el PRI le está dando “trato preferencial”, acusan priistas de la corriente interna Solidaridad.

La solicitud de expulsión de Duarte Jáquez –que este grupo de priistas presentó hace ya casi un año– prescribe el próximo 22 de julio, y esta omisión, afirman, promueve aún más el deterioro de la imagen del tricolor.

Ciudad de México, 10 de julio (SinEmbargo).– El ex Gobernador priista de Chihuahua, César Duarte Jáquez, no sólo es el único de los ex mandatarios perseguidos penalmente que todavía continúa prófugo de la justicia. Al mismo tiempo, en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) está por cumplir un año sin resolución una solicitud de expulsión presentada en su contra desde el 22 de julio de 2016.

“Hay negligencia de parte de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria para resolver la suspensión y la expulsión de César Duarte”, dijo Armando Barajas Ruiz, integrante del actual Consejo Político Nacional del PRI y autor de la solicitud de expulsión contra el ex mandatario chihuahuense.

“Se le está dando un trato preferencial, porque, con los elementos que existen, desde que se presentó la solicitud de expulsión el 22 de julio del año pasado, a los que existen este momento –que son públicos y notorios, como las órdenes giradas por los jueces para su detención, lo mismo que la ficha roja que presentó la Interpol para su detención–, son suficientes para demostrar la falta de probidad que establecen los estatutos para su suspensión como militante, y no lo han hecho”, agregó Barajas, también presidente de la corriente interna denominada Solidaridad.

El abogado explicó que, de acuerdo con las reglas del partido, la solicitud de expulsión contra el ex mandatario chihuahuense prescribirá al cumplir un año el próximo 22 de julio, por lo que, el pasado 5 de julio, presentó un escrito ante la Comisión Nacional de Justicia Partidaria con el fin de denunciar la omisión y advertir que ésta promueve el deterioro de la imagen del tricolor.

“Como se puede apreciar, esta H. Comisión Nacional en el presente asunto deja de observar dichos principios (acceso a la justicia) y, con ello, como ya se ha manifestado, sólo contribuye a que la imagen del Partido se deteriore día con día, ya que deja de sancionar las conductas contrarias a los principios y ejes rectores de nuestro instituto político y del país”, dice Barajas en su carta.

La expulsión de César Duarte fue parte de una serie de peticiones de procedimientos internos en el partido contra los entonces todavía mandatarios priistas con las mayores denuncias de corrupción, como el veracruzano Javier Duarte de Ochoa y el quintanarroense Roberto Borge Angulo, ambos ya expulsados del PRI.

Entre sus argumentos para pedir la expulsión, Barajas mencionó que las prácticas de corrupción atribuidas a los tres ex mandatarios –que además dejaron las deudas públicas más abultadas del país– fueron causa de las derrotas del tricolor en junio de 2016.

“Constituyen un hecho público y notorio y que influyeron negativamente en las elecciones constitucionales locales en perjuicio de nuestro instituto político”, dice el texto de la demanda.

El primero en ser expulsado fue Duarte de Ochoa, cuyo procedimiento concluyó en la Comisión de Justicia Partidaria desde septiembre, mientras que Borge Angulo fue expulsado oficialmente el pasado mes de junio.

Cuestionado desde octubre por la falta de avances en el caso de Duarte Jáquez, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, dijo desde entonces ante los medios que los procedimientos estarían resueltos antes de que acabara 2016.

CÉSAR DUARTE SE ESCABULLE

El ex mandatario, sin embargo, no sólo ha logrado evadir dos órdenes de aprehensión otorgadas por tribunales mexicanos –una por peculado solicitada por la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, y otra por probables delitos electorales promovida por la Procuraduría General de la República (PGR)–, sino que también permanece intocado en sus derechos como militante priísta.

“Si nosotros estamos poco a poco librándonos de los malos funcionarios emanados del partido, y hemos dado un mensaje a la sociedad civil de que se está actuando, pues esto nos frena de que la sociedad civil en un momento dado tome en cuenta lo que ya se ha venido realizando con otros personajes”, dijo Barajas.

Luego de estar al frente del Ejecutivo estatal de Chihuahua entre octubre de 2010 y octubre de 2016, Duarte Jáquez se convirtió en prófugo de la justicia desde marzo pasado, cuando el Gobierno estatal actual, a cargo del panista Javier Corral Jurado, obtuvo una orden de aprehensión en su contra por el delito de peculado en perjuicio de la Administración pública que, de acuerdo con la Fiscalía estatal, “le generó ganancias ilícitas por más de 400 millones de pesos”.

La investigación del estado es parte de la “Operación Justicia para Chihuahua”, que ha llevado ante tribunales a diez presuntos cómplices del ex mandatario estatal. También, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) de la PGR informó el 30 de junio pasado que había obtenido otra orden de aprehensión contra el ex mandatario, ante indicios de desvío de recursos públicos del estado para actividades y campañas del tricolor.

Datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), por su parte, indican que el ex mandatario dejó pendiente de aclarar el destino de más de mil millones de pesos.

Tanto Duarte de Ochoa como Duarte Jáquez y Roberto Borge fueron elogiados en mayo de 2012 por el entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto, que los mencionó como ejemplo del proceso de “renovación interior” que vivía el PRI.

“Tú observas hoy los gobernadores de la gran mayoría de las entidades son jóvenes o actores de la nueva generación política: el Gobernador de Quintana Roo, Beto Borge; el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte; César Duarte, Gobernador de Chihuahua…”, dijo Peña Nieto en mayo de 2012, cuando, en una entrevista de televisión, se le pidió poner “nombres” a su afirmación de que el partido se estaba renovando.

Los mismos priistas reclaman a Ochoa Reza: no expulsar a César Duarte y a Medina costará votos

domingo, marzo 26th, 2017

Para los priistas integrantes de la corriente Solidaridad es necesario que el partido, y su presidente nacional Enrique Ochoa Reza, cumplan con lo prometido hace ya más de ocho meses y expulse a los ex gobernadores señalados por corrupción porque, de no hacerlo, el partido quedaría aún más afectado en su credibilidad y el costo político lo pagarán en las urnas.

 

Ciudad de México, 26 de marzo (SinEmbargo).– Contra el ex Gobernador priista de Chihuahua, César Duarte Jáquez, no sólo no han avanzado las carpetas de investigación iniciadas por probables actos de enriquecimiento ilícito.

Dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde una corriente considera que estos probables actos de corrupción provocaron la derrota en la elección del pasado 5 de junio, el mismo estancamiento tiene una denuncia que no ha logrado expulsar al chihuahuense de ese instituto político.

“Estamos ya a tres meses de retraso”, dijo Armando Barajas, dirigente de la corriente interna priista Solidaridad y que, en julio de 2016, interpuso la denuncia interna para la expulsión de Duarte Jáquez y otros tres ex mandatarios del tricolor.

El plazo para resolver estos procedimientos fue fijado por el propio Presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, Enrique Ochoa Reza, quien, en octubre, en entrevista en Televisa, aseguró que la Comisión Nacional de Justicia Partidaria se pronunciaría sobre Duarte Jáquez y sobre el quintanarroense Roberto Borge Angulo antes del fin de 2016.

“Tiene que seguir la investigación. Es uno de los procedimientos que sigue la Comisión Nacional de Justicia Partidaria y también que sigue la autoridad federal”, dijo Ochoa Reza entonces, cuestionado por el caso de Duarte Jáquez.

“El primero que se analizó fue Veracruz, ya con la resolución de suspenderlo del partido del partido cuando aún era Gobernador y ahora la expulsión (…) ahora sigue el caso de Quintana Roo y el de Chihuahua bajo estudio de la comisión (…) y lo que me ha señalado la comisión es que estarán resueltos antes de terminado este año”, agregó el dirigente.

A ocho meses del inicio de la denuncia y más de cuatro de la fecha anunciada por el dirigente, sin embargo, la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI ha procedido sólo contra el veracruzano Javier Duarte de Ochoa –ya expulsado y, además, prófugo–, y contra el quintanarroense Roberto Borge Angulo –suspendido en sus derechos como priista–, mientras que el ex mandatario de Chihuahua continúa en las filas del tricolor.

Barajas solicitó el inicio de procedimientos de expulsión de los cuatro hoy ex gobernadores priistas –los citados, más el neolonés Rodrigo Medina de la Cruz– luego de las derrotas del tricolor en siete de las 12 gubernaturas disputadas el 5 de junio, entre ellas las entidades de los Duarte y de Borge Angulo.

Desde el inicio de este procedimiento interno, diversos analistas observaron que se trataba de una medida “cosmética” y que contrastaba con otras decisiones del tricolor, como dejar la Secretaría Jurídica y de Transparencia a la cuñada del ex Gobernador de Coahuila y ex dirigente nacional, Humberto Moreira Valdés, pionero en los escándalos por endeudamiento y, además, mencionado en una corte penal de Texas como probable responsable de lavado de dinero.

“Creo que hay mucho escepticismo entre la gente de hasta dónde quiere llegar el PRI, o de si van a ir a fondo contra la corrupción”, consideró en entrevista José Antonio Crespo, académico del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).

“El mensajes que mandan es que son cambios cosméticos, simbólicos y que, a final de cuentas, no van a ir a fondo, de que son selectivos y de que se decide contra quién irán en función de los compromisos”, agregó entonces Crespo, autor de libros como “PRI, de la hegemonía a la oposición” y “2006, hablan las actas”, entre otros.

Pero, en el PRI, la corriente Solidaridad considera la expulsión de los ex gobernadores como parte de las medidas “preventivas” que el tricolor debe tomar ante un eventual voto de castigo en las elecciones federales de 2018, cuando se renovará la Presidencia de la república.

Y la mismo, dijo Barajas en entrevista, debe considerarse antes del próximo proceso electoral del próximo junio, cuando se disputarán las gubernaturas de Nayarit, Coahuila y del Estado de México y cuando no completar los procedimientos de expulsión podría afectar los resultados.

“Creo que debe ser lo más pronto posible, para que haya una credibilidad entre la misma ciudadanía, en la sociedad civil, para que se den cuenta de que nosotros en el partido no queremos permitir que existan este tipo de sujetos que han afectado la imagen del instituto político”, dijo Barajas.

“Es necesario que el partido y el presidente nacional definan y se decida de quitarnos a estos ex funcionarios, porque sí traerían como consecuencia una afectación la credibilidad del instituto político”, agregó.

Los cuatro ex Gobernadores mencionados en la denuncia interna, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, acumularon las deudas públicas más altas de la República y, expone la denuncia de Barajas, fueron sujetos de señalamientos de corrupción que “constituyen un hecho público y notorio y que influyeron negativamente en las elecciones constitucionales locales en perjuicio de nuestro instituto político”.

Tan sólo Duarte de Ochoa, Duarte Jáquez y Borge Angulo, argumentó la denuncia, acumularon al menos 78 procedimientos legales por probables irregularidades cometidas durante sus Gobiernos; los tres iniciados en 2010.

En contra de Duarte de Ochoa, de acuerdo con la denuncia de Solidaridad, pesan dos denuncias de la Universidad Veracruzana (UV), que lo acusa de no pagar subsidios por más de 2 mil millones de pesos; 32 procedimientos del SAT ante la Procuraduría General de la República (PGR) por contratos con “empresas fantasma”, así como 26 denuncias generadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) “relacionadas con el desvío de recursos públicos provenientes de partidas federales”.

El mismo documento menciona que Duarte Jáquez sumó 17 procedimientos legales en su contra por probables irregularidades encontradas también por la ASF, mientras que Borge Angulo enfrenta una denuncia penal ante la PGR desde 2014, así como una solicitud del Congreso de la Unión para que se investigue el destino de más de 16 mil millones de pesos.

Al cierre de esta edición, la oficina de comunicación social del PRI no había respondido una solicitud de información sobre los procesos pendientes contra los ex mandatarios.

DUARTE JAQUEZ, INMUNE

La misma falta de avances que la denuncia partidista contra Duarte Jáquez registra el expediente AP/PGR/UEAF/001/2014-09, iniciado ante la Procuraduría General de la República por los probables delitos de enriquecimiento ilícito y que fue promovida por el abogado y activista chihuahuense Jaime García Chávez.

Sin consignación por meses, la investigación sufrió en octubre pasado, a juicio del promovente, un nuevo revés con el nombramiento del priista Raúl Cervantes Andrade como Procurador General de la República, debido, dijo García Chávez, a la amistad entre los dos integrantes del tricolor.

En Chihuahua tampoco ha sido consignada la carpeta de investigación 19–2016–16230, reiniciada contra Duarte Jáquez por la nueva administración del Gobernador panista Javier Corral Jurado, que además fue parte de la organización que promovió la denuncia ante la PGR.

En ambas, se exige establecer la forma en la que Duarte Jáquez obtuvo los 65 millones que aportó a un fideicomiso para la creación del Banco Progreso.

“El bono democrático del pasado 5 de junio, si no se emplea en el momento que más letal resulte, se va degradando hasta convertirse en simple reyerta de partidos o personalidades, generando el desaliento ciudadano que no tardará en clasificarlo como un acto fallido más, o como los tradicionales ajustes de cuentas entre los miembros de la clase política, así estén enclavados en diversas organizaciones”, advirtió el abogado en noviembre pasado.

El priista que denunció a Javier Duarte pregunta al PRI: ¿Y César Duarte? ¿Y Medina? ¿Y Borge?

jueves, octubre 6th, 2016

Suspender los derechos partidistas sólo a César Duarte de Ochoa manda un mensaje anticorrupción incompleto por parte del PRI, pues faltan las sanciones para los ahora ex gobernadores César Duarte Jáquez, Roberto Borge Angulo y Rodrigo Medina de la Cruz, quienes están incluidos en la demanda interna de expulsión por supuestos actos de corrupción, interpuesta por el también priista Armando Barajas Ruiz. El integrante de la corriente Solidaridad afirma que esperará el plazo –no más de 15 días– para conocer si la Comisión de Justicia del tricolor procederá contra esos mandatarios. De lo contrario, dice, irá al Tribunal Electoral de la Federación para inconformarse contra ese órgano interno del Partido Revolucionario Institucional.

Ciudad de México, 5 de octubre (SinEmbargo).– Aún dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la suspensión de derechos como militante al todavía Gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa está considerada como un mensaje anticorrupción incompleto.

De acuerdo con Armando Barajas Ruiz, integrante de la corriente Solidaridad y quien puso la denuncia contra el mandatario, todavía falta que el Partido Revolucionario Institucional aplique el mismo procedimiento en contra de los ex gobernadores César Duarte Jáquez, de Chihuahua; Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo, y Rodrigo Medina de la Cruz, de Nuevo León, también incluidos en la demanda interna de expulsión por probables actos de corrupción.

En entrevista, Barajas Ruiz informó estar a la espera de que la Comisión de Nacional de Justicia Partidaria del tricolor proceda en contra de los otros tres mandatarios en los próximos 15 días; periodo en el que también, previó, debe desahogarse la audiencia de defensa del veracruzano.

Y si para entonces el partido no ha actuado contra Duarte Jáquez, Medina y Borge, informó Barajas, acudirá a la Sala Superior del Tribunal Electoral de la Federación para inconformarse contra la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del tricolor, encabezada por Fernando Elías Calles.

“Estoy esperando que actúe la Comisión Nacional de Justicia Partidaria en los mismos términos que en los que se actuó en el caso de Veracruz, porque los asuntos son similares: denuncias presentadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y del Servicio de Administración Tributaria”, dijo Barajas.

“Entonces, estoy esperando los tiempos, entre una o dos semanas a lo máximo, para, en caso de que no vea actividad procesal en estos tres asuntos, acudir ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a fin de quejarme e iniciar un juicio contra la Comisión Nacional de Justicia Partidaria, por la negativa a darle celeridad a estos procedimientos”, agregó.

LOS PERJUICIOS DE LOS DUARTE Y BORGE

Desde julio pasado, y luego de que el PRI perdiera siete de los 12 estados en disputa en las elecciones del 5 de junio, la corriente priísta interna denominada Solidaridad interpuso ante la citada Comisión partidaria dos demandas –una contra Duarte Jáquez, Duarte de Ochoa y Borge, y una más contra Medina– para que fueran expulsados del tricolor.

El argumento, de acuerdo con los documentos, es que las presuntas irregularidades cometidas por los mandatarios estatales “constituyen un hecho público y notorio y que influyeron negativamente en las elecciones constitucionales locales en perjuicio de nuestro instituto político”.

Tan sólo Duarte de Ochoa, Duarte Jáquez y Borge Angulo, argumenta la denuncia hecha el 20 de julio, acumulan en su contra al menos 78 procedimientos legales por probables irregularidades durante sus gobiernos; los tres iniciados en 2010.

A la fecha, sin embargo, el procedimiento ha avanzado únicamente en contra de Duarte de Ochoa, cuyos derechos como militante del tricolor fueron suspendidos el pasado 26 de septiembre.

En su contra, de acuerdo con la denuncia de Solidaridad, pesan dos denuncias de la Universidad Veracruzana (UV), que lo acusa de no pagar subsidios por más de 2 mil millones de pesos; 32 procedimientos del SAT ante la Procuraduría General de la República (PGR) por contratos con “empresas fantasma”, así como 26 denuncias generadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) “relacionadas con el desvío de recursos públicos provenientes de partidas federales”.

El mismo documento menciona que Duarte Jáquez tiene 17 procedimientos legales en su contra por probables irregularidades encontradas también por la ASF, mientras que Roberto Borge Angulo, Gobernador de Quintana Roo, enfrenta una denuncia penal ante la PGR desde 2014, así como una solicitud del Congreso de la Unión para que se investigue el destino de más de 16 mil millones de pesos.

Rodrigo Medina, ex Gobernador de Nuevo León hasta 2015, recibió en agosto pasado una vinculación a proceso [antes llamado “auto de formal prisión”] por ejercicio indebido de sus funciones.

Los procedimientos de suspensión de derechos como militantes priistas y la eventual expulsión de los mencionados está considerada por una parte del Comité Ejecutivo Nacional del PRI como una medida “preventiva” para evitar que las denuncias de corrupción que los rodean causen más derrotas electorales, sobre todo ante los comicios de 2018.

Este medio solicitó al PRI información sobre los procedimientos con los tres ex mandatarios mencionados. Al cierre de esta información, sin embargo, la petición no había sido respondida.

EL PRI Y LA SIMULACIÓN

La supuesta persecución del Partido Revolucionario Institucional contra Javier Duarte de Ochoa, Gobernador de Veracruz, y unos cuantos colaboradores de su administración, es una jugada del viejo priismo que busca acallar “el mal humor social” , con un “chivo expiatorio” para simular un combate a la corrupción, dijeron ayer expertos en entrevista con SinEmbargo.

Si el PRI realmente estuviera dispuesto a combatir la corrupción, dijo José Antonio Crespo Mendoza, tendría que ir contra los hermanos Moreira [Humberto y Rubén], contra los ex gobernadores César Duarte, Rodrigo Medina, Roberto Borge e incluso contra el Senador Emilio Gamboa Patrón –quien recientemente protagonizó un escándalo por el aterrizaje del helicóptero en el viajaba, propiedad de un empresario, en un sistema de arrecifes considerado Área Natural Protegida, en la Isla Alacranes en Yucatán–, sólo por mencionar algunos.

Si eso sucediera, si el PRI fuera contra todos sus militantes corruptos, agregó el politólogo, se quedaría sin partido, perderían hasta el registro, dijo el investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Con Crespo Mendoza coincidió Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, quien afirma que el PRI usa a Duarte de Ochoa, un político ya de desecho, para calmar lo que el Presidente Enrique Peña Nieto llama “el mal humor social”. Pero si realmente se tratara de combatir la corrupción, el tráfico de influencias, el uso ilegal de los recursos públicos y el enriquecimiento ilícito de sus políticos, “se quedaría sin cuadros dentro del partido”.

También Salvador Mora Velázquez, politólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que aunque el PRI trate de limpiar su imagen, los escándalos en torno a sus principales exponentes continúan evidenciando situaciones viejas e irregulares que no ha podido desterrar.