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Molnupiravir, el nuevo fármaco antiviral de administración oral para tratar la COVID

lunes, noviembre 8th, 2021

Este fármaco ha dado resultados alentadores en los ensayos, además de facilitar su administración.

Por Francisco López-Muñoz
Profesor Titular de Farmacología y Vicerrector de Investigación y Ciencia de la Universidad Camilo José Cela, Universidad Camilo José Cela

Jose Antonio Guerra Guirao
Profesor de Farmacología y Toxicología. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid., Universidad Complutense de Madrid

Madrid, 8 de noviembre (The Conversation).- Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, las compañías farmacéuticas comenzaron una desesperada carrera por obtener un agente antiviral capaz de detener la replicación y transmisión del coronavirus SARS-CoV-2. Además, han estudiado diferentes fármacos para el tratamiento sintomatológico de la enfermedad con resultados no demasiado alentadores.

Hasta el momento han sido ensayados más de 400 principios activos para el tratamiento de la infección por SARS-CoV-2. Entre los antivirales, se han aplicado el remdesivir y el baricitinib. Además se están evaluando otros, como el favipiravir y el merimepodib.

Sin embargo, el 4 de noviembre de 2021 las agencias reguladoras del Reino Unido (MHRA) y de la Unión Europea (EMA) informaban, con una diferencia de varias horas, de la aprobación, mediante procedimiento de emergencia, de un nuevo fármaco antiviral de administración oral para el tratamiento de la COVID-19.

El molnupiravir es un profármaco (un agente farmacológico que necesita activarse dentro del cuerpo) del análogo ribonucleósido activo β-d-N4-hidroxicitidina. Foto: Merck & Co. vía AP

Se trata del molnupiravir, de las compañías farmacéuticas Merck Sharp & Dohme y Ridgeback Biotherapeutics.

¿QUÉ ES EL MOLNUPIRAVIR Y CÓMO FUNCIONA?

El molnupiravir es un profármaco (un agente farmacológico que necesita activarse dentro del cuerpo) del análogo ribonucleósido activo β-d-N4-hidroxicitidina. Esta (NHC, EIDD-1931) es un análogo de ribonucleósido que sustituye a la citidina en la génesis del nuevo ARN viral.

Este profármaco es biodisponible por vía oral y ha demostrado una actividad antiviral de amplio espectro frente a diferentes virus ARN no relacionados, incluidos el virus de la gripe (influenza), el virus del ébola, el virus de la encefalitis equina venezolana (VEEV) y otros coronavirus.

Su mecanismo de acción consiste en introducir errores de copia durante la replicación del ARN viral, generando virus no viables. Es decir, incapaces de infectar (véase la Figura 1).

Figura 1. Mecanismo de acción del molnupiravir. Foto: Kabinger et al., 2021

Cuando el fármaco penetra en la célula se convierte en estructuras parecidas a los nucleótidos del ARN (moléculas básicas para construir este material genético). En la primera fase, la máquina copiadora del virus, una enzima denominada ARN polimerasa, incorpora estas estructuras falsas al genoma del virus. Sin embargo, a diferencia del remdesivir, que ralentiza la ARN polimerasa viral, el molnupiravir no interfiere directamente en la función de la máquina copiadora.

En cambio, en la segunda fase, estas estructuras falsas conectan con los nucleótidos del material genético viral. De esta forma, cuando el ARN viral se replica para producir nuevos virus contiene numerosos errores (mutaciones) y da como resultado virus incapaces de sobrevivir.

LA EVIDENCIA CLÍNICA DEL MOLNUPIRAVIR COMO CLAVE DE SU AUTORIZACIÓN

Desde 2020 se estaban llevando a cabo varios ensayos clínicos autorizados en Norteamérica y la Unión Europea (Fases II y III) para evaluar la eficacia y seguridad de este fármaco en el tratamiento de la COVID-19.

Entre estos ensayos clínicos de Fase III destaca el estudio MOVe-OUT, un ensayo multicéntrico realizado en 17 países, entre ellos España, en el que se han incluido más de 700 pacientes con COVID-19 confirmada mediante PCR que no requerían hospitalización.

El objetivo primario de eficacia del estudio MOVe-OUT era evaluar la eficacia del molnupiravir frente a placebo. La variable principal de eficacia planteada era el porcentaje de pacientes que requieren hospitalización o fallecen, desde el momento de la aleatorización hasta el día 29.

Desde 2020 se estaban llevando a cabo varios ensayos clínicos autorizados en Norteamérica y la Unión Europea (Fases II y III) para evaluar la eficacia y seguridad de este fármaco en el tratamiento de la COVID-19. Foto: EFE/Merck & Co.

Los datos obtenidos hasta el momento han posibilitado su autorización por el “procedimiento de emergencia”, según se ha informado en diferentes notas de prensa.

Los resultados obtenidos con el molnupiravir ponen de manifiesto una reducción del riesgo de hospitalización o muerte en aproximadamente un 50 por ciento de los pacientes: el 7.3 por ciento de los pacientes que recibieron molnupiravir fueron hospitalizados o murieron hasta el día 29 tras la aleatorización (28/385), en comparación con el 14.1 por ciento de los pacientes tratados con placebo (53/377). Esto supone una diferencia estadísticamente significativa (p = 0.0012).

Estos datos tan esperanzadores han motivado que, tanto en Estados Unidos como en Europa, se paralice el ensayo clínico para poder aprobar el medicamento mediante el procedimiento de emergencia. En el momento de tomar la decisión de detener el reclutamiento, basándose en los convincentes resultados provisionales de eficacia, el ensayo se acercaba al reclutamiento completo del tamaño de la muestra prevista de mil 550 pacientes (más del 90 por ciento del tamaño muestral previsto).

Un aspecto muy destacable del protocolo es que los pacientes debían tener al menos un factor de riesgo asociado a una mala evolución de la enfermedad al inicio del estudio. El molnupiravir redujo el riesgo de hospitalización o muerte en todos los subgrupos clave y la eficacia no se vio afectada por el momento de inicio de los síntomas o el factor de riesgo subyacente.

Además, basándose en los participantes con datos de secuenciación viral disponibles (aproximadamente el 40 por ciento de los participantes), el molnupiravir demostró una eficacia consistente en las variantes virales Gamma, Delta y Mu.

Los resultados obtenidos con el molnupiravir ponen de manifiesto una reducción del riesgo de hospitalización o muerte en aproximadamente un 50 por ciento de los pacientes. Foto: Seth Wenig, AP

Con respecto a la seguridad, según se indica en la ficha técnica provisional, en el análisis intermedio del ensayo clínico MOVe-OUT en pacientes con covid-19 leve a moderada tratados con molnupiravir (n = 386), las reacciones adversas más comunes (≥ 1 por ciento de los sujetos) notificadas durante el tratamiento y durante los 14 días posteriores a la última dosis fueron diarrea (3 por ciento), náuseas (2 por ciento), mareos (1 por ciento) y cefalea (1 por ciento), todas ellas de grado 1 (leve) o grado 2 (moderado).

La dosis recomendada de molnupiravir es de 800 mg (cuatro cápsulas de 200 mg) por vía oral cada 12 horas durante cinco días. No se recomienda utilizarlo más de cinco días, ya que no se ha establecido la seguridad y eficacia de este medicamento en periodos de tiempo superiores.

¿QUÉ PODEMOS ESPERAR DE ESTE MEDICAMENTO ANTIVIRAL?

Los resultados obtenidos con el molnupiravir son claramente esperanzadores, máxime cuando este fármaco es el primer medicamento que se puede administrar de forma cómoda, por vía oral, para el tratamiento de pacientes con riesgo de desarrollar una infección severa o grave.

Sin embargo, surgen algunas cuestiones a las que habrá que dar respuesta: ¿estará disponible de forma ambulatoria en todas las farmacias? Posiblemente sí, pero para su prescripción y dispensación se necesitará confirmación de la infección mediante una PCR, que tendrá que realizarse en los centros de Atención Primaria. Por otro lado está la cuestión del precio, que se estima en unos 600 euros.

En resumen, como ha sucedido con otros antivirales, tenemos que ser cautelosos. Necesitamos más datos de eficacia y de seguridad a largo plazo, sobre todo en población anciana y, además, cómo se va a comportar el virus frente a esta nueva agresión. Es por ello que las agencias reguladoras van a seguir evaluando este fármaco de forma continua.

Los resultados obtenidos con el molnupiravir son claramente esperanzadores, máxime cuando este fármaco es el primer medicamento que se puede administrar de forma cómoda. Foto: EFE/Merck Sharp & Dohme Corp

En cualquier caso, el molnupiravir parece un avance bastante relevante en la lucha contra la COVID-19. Esto, junto a la eficacia preventiva ya demostrada de las vacunas, nos permite ver más cerca la luz al final del túnel. Tal vez el nombre de este fármaco antiviral, que procede de “Mjölnir”, el martillo del dios escandinavo del trueno Thor, sea una metáfora que realmente suponga el fin del virus SARS-CoV-2.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE THE CONVERSATION. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Qué es el Molnupiravir, antiviral oral contra la COVID-19. Qué podemos esperar

miércoles, octubre 20th, 2021

El posible tratamiento, de Merck, ha dado resultados satisfactorios en ensayos clínicos, donde redujo un 50 por ciento el riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19.

Por Raúl Rivas González
Catedrático de Microbiología, Universidad de Salamanca

Madrid, 20 de octubre (The Conversation).- En octubre de 2021, los recuentos provisionales a nivel mundial de las personas afectadas por la pandemia de COVID-19 son sobrecogedores. Ya superan los 240 millones de infectados y casi alcanzan los cinco millones de muertos.

Tras más de 18 meses de pandemia, los medicamentos antivirales se encuentran entre las alternativas más investigadas para el tratamiento del coronavirus SARS-CoV-2. Controlar una pandemia vírica requiere métodos de prevención como las vacunas, sin duda, pero también de tratamientos directos con antivirales para aquellas personas que contraen el virus. Los antivirales pueden complementar las campañas vacunales y minimizar el impacto global continuo que origina la COVID-19.

En principio, los antivirales podrían combatir el SARS-CoV-2 de varias formas. Una posible táctica sería impidiendo que el virus ingrese a la célula, para lo que el medicamento debería apuntar a dos receptores del virus, el ACE-2 y el TMPRSS2. Otra estrategia implica apuntar a las rutas de síntesis de proteínas, evitando que se produzcan nuevas proteínas virales.

Esta última situación también podría lograrse desactivando las enzimas que dividen y reensamblan las proteínas virales inmaduras a medida que se producen. Finalmente, también serviría interferir en la síntesis de ARN, evitando nuevamente que se produzcan las proteínas del virus.

Los resultados ofrecidos por el Molnupiravir en los ensayos clínicos contra la COVID-19 han sido recibidos con esperanza y optimismo. Foto: EFE/Merck & Co.

Por desgracia, en general, no hay muchos medicamentos antivirales efectivos. Además, los que tenemos están extremadamente concentrados en dos objetivos específicos: el VIH y el virus de la hepatitis C. Por ello, los resultados ofrecidos por el Molnupiravir en los ensayos clínicos contra la COVID-19 han sido recibidos con esperanza y optimismo.

¿CÓMO FUNCIONA EL MOLNUPIRAVIR?

El Molnupiravir, también conocido como EIDD-2801 y MK-4482, es un profármaco antiviral de pequeño peso molecular que fue desarrollado en la Universidad de Emory por la spin-off farmacéutica Drug Innovation Ventures at Emory (DRIVE).

Su nombre está inspirado en Mjölnir, el poderoso martillo de Thor, porque la idea es que el fármaco golpee al virus SARS-CoV-2 con la enérgica fuerza con que lo haría la temible arma del dios del trueno.

De momento ha demostrado su potencial para tratar infecciones causadas por múltiples virus de ARN, incluidos el virus de la gripe, diversos alfavirus encefalíticos como los virus de la encefalitis equina venezolana, oriental y occidental, y también coronavirus altamente patógenos.

Este compuesto actúa haciéndose pasar por un componente básico del ARN del virus. Una vez administrado, en el cuerpo se transforma en un ribonucleósido engañoso que la enzima polimerasa del virus incorpora involuntariamente en nuevas hebras de ARN viral en lugar de la citidina. Con un resultado letal.

El Molnupiravir, también conocido como EIDD-2801 y MK-4482, es un profármaco antiviral de pequeño peso molecular. Foto: EFE/Merck Sharp & Dohme Corp

Los investigadores denominan a este efecto “catástrofe de error viral”, porque la tasa de mutaciones o errores genéticos supera el umbral compatible con la supervivencia del virus. El concepto de actuación se basa en que el aumento de la tasa de mutación viral más allá de un umbral biológicamente tolerable da como resultado un deterioro de la aptitud viral y conduce a la extinción del virus.

El estudio clínico de fase 2/3, aleatorizado, controlado con placebo y doble ciego para evaluar la eficacia, seguridad y farmacocinética del Molnupiravir en adultos no hospitalizados con COVID-19 ha dado como resultado que el medicamento reduce aproximadamente un 50 por ciento el riesgo de hospitalización o muerte.

En la fase 3 del ensayo clínico, llevada a cabo en más de 170 sitios planificados en países como Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Egipto, Francia, Alemania, Guatemala, Israel, Italia, Japón, México, Filipinas, Polonia, Rusia, Sudáfrica, España, Suecia, Taiwán, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos, solo participaron individuos no vacunados que se consideraban de alto riesgo. Es decir, personas mayores o aquellas con afecciones médicas como diabetes o enfermedades cardíacas, por lo que es posible que en principio el medicamento solo esté disponible para personas con estas características.

La administración del fármaco es oral y las pastillas están diseñadas para ser tomadas lo antes posible, una vez que la persona está infectada, porque en esta etapa el virus se está replicando con velocidad y el sistema inmunitario no ha tenido tiempo de estar preparado para la defensa.

La compañía Merck planea solicitar lo antes posible la autorización de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) por lo que, si no hay imprevistos, el fármaco podría estar autorizado antes de que finalice el año. El costo aproximado del tratamiento puede estar en torno a los 700 dólares.

La compañía Merck planea solicitar lo antes posible la autorización de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos. Foto: Seth Wenig, AP

ANTIVIRALES EN CAMINO

Recientemente el fármaco antivírico Favipiravir también ha sido utilizado contra el SARS-CoV-2. Este antivírico igualmente actúa a través de la acumulación de mutaciones de ARN al dirigirse a la ARN polimerasa. Sin embargo, lo hace de forma mucho menos potente que el Molnupiravir, y se sabe que es teratogénico.

El Favipiravir ha sido aprobado en Japón, pero con restricciones en su uso. Para evitar el riesgo de potenciales defectos congénitos, es posible que también se pongan límites al empleo del Molnupiravir y no se permita su administración en niños, en mujeres embarazadas o en aquellas que puedan quedar embarazadas durante su exposición.

Otros potenciales antivirales orales contra la COVID-19 están en camino. La compañía Atea Pharmaceuticals, en colaboración con Roche, está evaluando al candidato AT-527 en un ensayo clínico global multicéntrico de fase 3, denominado MORNINGSKY, para el tratamiento de pacientes con COVID-19 leve o moderado en un entorno ambulatorio.

El AT-527 está diseñado como antivírico de acción directa administrado por vía oral para detener la progresión de la COVID-19 al inhibir la replicación del virus SARS-CoV-2.

Del mismo modo, la compañía Pfizer ha comenzado el ensayo de fase 2/3 con el candidato PF-07321332 en combinación con el antiviral ritonavir empleado contra el VIH, como tratamiento para las personas infectadas con SARS-CoV-2 pero que tienen menos probabilidades de ser hospitalizadas por COVID-19.

Pfizer ha comenzado el ensayo de fase 2/3 con el candidato PF-07321332 en combinación con el antiviral ritonavir empleado contra el VIH, como tratamiento para las personas infectadas con SARS-CoV-2. Foto: EFE

El PF-07321332 es un inhibidor de la proteasa que ha demostrado una potente actividad antiviral in vitro contra el SARS-CoV-2 y actividad contra otros coronavirus. Los inhibidores de proteasa se unen a una enzima viral (proteasa), evitando que el virus se replique en la célula.

La naturaleza de los coronavirus hace que encontrar antivirales frente a ellos sea especialmente complicado, y por ello son múltiples los tratamientos que se están explorando. Según la organización FasterCures vinculada al Milken Institute de California, que rastrea el desarrollo de tratamientos y vacunas para la COVID-19, en la actualidad se están desarrollando y probando 332 tratamientos antivirales y 270 potenciales vacunas.

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