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EU recibirá a México en Cincinnati en las eliminatorias para la Copa del Mundo

miércoles, julio 28th, 2021

México venció a Estados Unidos 2-1 en Columbus en el 2016 por un gol de Rafa Márquez a los 89 minutos, una derrota crucial en la apertura de la hexagonal para la Copa del Mundo del 2018, cuando la racha estadounidense de siete Copas del Mundo consecutivas llegó a su fin.

CHICAGO, 28 de julio (AP).— Estados Unidos recibirá a México en Cincinnati en un partido de las eliminatorias para la Copa del Mundo, poniendo fin a una racha de cinco pardos consecutivos en Columbus, Ohio.

La Federación de Fútbol de Estados Unidos dijo el miércoles que el partido del 12 de noviembre se disputará en el TQL Stadium, una instalación con capacidad para 26.000 espectadores que fue inaugurada en mayo como casa del equipo de la ciudad en la MLS.

Estados Unidos venció a México en eliminatorias mundialistas en el Columbus Crew Stadium en el 2001, 2005, 2009 y el 2013, todas por 2-0. El duelo contra El Tri se ganó el apodo de “Dos a Cero.”

México venció a Estados Unidos 2-1 en Columbus en el 2016 por un gol de Rafa Márquez a los 89 minutos, una derrota crucial en la apertura de la hexagonal para la Copa del Mundo del 2018, cuando la racha estadounidense de siete Copas del Mundo consecutivas llegó a su fin.

Estados Unidos juega su primer partido en casa de las aplazadas eliminatorias para la Copa del Mundo del 2022 contra Canadá el 5 de septiembre en Nashville, Tennessee, ras días después de abrir como visitante en El Salvador y tres días antes de jugar en Honduras. Los estadounidenses reciben a Jamaica el 7 de octubre en Texas, con un partido en Panamá tres días después y uno en casa contra Costa Rica el 13 de octubre cuya sede no ha sido anunciada.

El partido contra México será seguido por uno en Jamaica el 17 de noviembre.

Ignacio Solares narra con humor mordaz un episodio trágico de la historia de México en Columbus

sábado, agosto 15th, 2020

La novela histórica Columbus (2013, Alfaguara) permite conocer la evolución de la famosa figura del Centauro del Norte, tan amada y despreciada a la vez. Aquí, la historia y la ficción se reconocen, dialogan al trascender sus límites, y ofrecen una visión paradójicamente actual de la vida fronteriza.

El narrador cuenta su vida, desde sus días en la frontera hasta su unión a Villa en la invasión a Columbus, Nuevo México, cuando confunden los establos con los dormitorios de la guarnición estadounidense y en lugar de soldados, matan un montón de caballos, lo que les permitió organizar la contraofensiva.

Por Fernanda Villalobos Ocón

Ciudad Juárez, Chihuahua, 15 de agosto (JuaritosLiterario).- En mi diario recorrido hacia la universidad —actualmente pausado por la cuarentena—, justo después de pasar el puente de la Jilotepec, me he topado con un monumento erigido en honor al Centauro del Norte. Observo a Francisco Villa montando a su caballo, jalando las cuerdas como para detenerlo o indicándole que inicie el camino.

Aunque nunca me he parado a inspeccionarlo con detalle, siempre que paso por ahí recuerdo a mi bisabuela, gran admiradora del revolucionario. No conviví mucho con ella, pero sus historias me llegan constantemente como un tesoro, en el cual, la figura de Villa resplandece como un héroe indiscutible, valiente, recto y comprometido con la causa.

Esa misma visión me sobrevino de nuevo al empezar a leer Columbus (1996) de Ignacio Solares; sin embargo, al finalizar la novela, la imagen del caudillo cambió por completo. Solares, nacido en Ciudad Juárez en 1945, se ha desarrollado como narrador, ensayista, cronista, dramaturgo, editor y periodista. Entre sus publicaciones destacan La noche de ÁngelesMadero, el otro y El jefe máximo.

Algunos de sus galardones son el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares —otorgado por la UACJ— en 1996 por Nen, la inútil, el Xavier Villaurrutia en 1998 gracias a El sitio, el premio Sergio Magaña a mejor autor nacional en 2002 y el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez en 2008. Actualmente escribe la columna semanal Minucias en el periódico El Universal.

Columbus es una novela histórica que se divide en dieciocho capítulos sin título, en los cuales el narrador, una voz en primera persona, cuenta su experiencia de vida, desde sus días en la frontera hasta su unión a Villa en la invasión a Columbus, Nuevo México. El relato consiste en el testimonio de Luis Treviño; no obstante, resulta complicado definir si él protagoniza la historia, ya que la trama se divide entre su vida, la figura de Villa y las batallas en las que este se involucró.

Lo que sí queda claro es la función de Luis Treviño como hilo conductor que une todo lo anterior a través de sus palabras. El título de la obra refiere a la batalla de Columbus, un enfrentamiento dado entre las tropas de Francisco Villa y el ejército estadounidense. Históricamente se cuenta que el caudillo fraguó dicho ataque como una venganza hacia el país vecino debido a su alianza con Venustiano Carranza, quien, en opinión del Centrauro, había aceptado el apoyo gringo a costa de perder la nación. Por ello decidió intentar la “única invasión de un país latinoamericano a Estados Unidos” el 9 de marzo de 1916.

La novela inicia con una casual invitación a beber, como si de un par de amigos se tratase. Treviño deja clara una cosa: odia a los gringos y por ello seguía a Villa. A lo largo de la historia, explica algunas de las razones de su desprecio a los estadounidenses. Entre ellas se encuentra, aunque poco velado, el tema de la inmigración. El paso de México a EUA, ya sea legal o ilegalmente, resulta una desgracia para sus connacionales, ya que “los tratan como bestias de trabajo” tornando el sueño americano en una pesadilla.

Así lo muestra una nota de periódico con la que se encuentra Luis, en la que revelan que unos mexicanos fueron quemados al querer cruzar la frontera. De esta manera, mediante tragos de Jack Daniels, cerveza, bourbon, Chablis, bloddy marrys y botanas, Treviño va desentrañando su pasado, su juventud y su estrecha relación con los bares. Resulta peculiar que cuando quiere situar en el mapa a su interlocutor —un alguien desconocido y mudo— siempre refiere las coordenadas por medio de la ubicación de los centros nocturnos y bares de las ciudades, incluyendo el nombre de los propietarios y la fama que estos cargaban.

Como ya mencioné, la figura de Villa cambia a lo largo de la novela. Treviño primero señala sus virtudes de estratega militar y califica de teatrales algunas de las técnicas ya que, con unos cuantos movimientos bien pensados, aparentaba un mayor número de hombres para enfrentarse a sus enemigos. Si bien se le admiraba en ese aspecto, el narrador descubre, al irse acercando al ejército villista, que el hombre detrás de la leyenda era un ser desconfiado “hasta de su sombra” y había que andarse con cuidado para evitar cualquier conflicto que luego resultaría mal. A pesar de las advertencias y los rumores que rondaban entre sus seguidores, el Centauro veía  como un gigante, hábil con las palabras, capaz de engrandecerse con cada frase, cada batalla, e incluso, con cada asesinato que cometía.

Nos enteramos de estos pensamientos a través de don Cipriano, quien hablaba del villismo como de una religión. Aunque, luego, dicha imagen ideal va decayendo cuando se entera —muy a su pesar— que el caudillo tenía una buena relación con los gringos, o al menos con sus compañías cinematográficas, con quienes había firmado un contrato para dejar que lo grabasen en exclusiva. Esto —y el episodio con unas soldaderas del que no hablaré para evitar spoilers— deja a Treviño sin un ideal al que seguir porque “la parte buena de Villa” se había ido y quedaba solamente el guerrillero desalmado. Por ello, a lo largo de mi lectura me pregunté constantemente: ¿aun así va a Columbus bajo sus órdenes?

Por último, resalto la gran capacidad descriptiva del narrador acerca de las ciudades. Primero, habla de Ciudad Juárez como un atractivo de diversión para los turistas estadounidenses por tener burdeles, corridas de toros, carreras de caballos, peleas de gallos, casinos, etc.  Se pretendía cumplir las más mínimas demandas de los clientes, por ejemplo, buscar mujeres enanas para convencerlas de volverse prostitutas y complacer así a los gringos. También se retrata cómo la revolución se consideró un espectáculo para los residentes del vecino país. Tal fue el caso de la Toma de Ciudad Juárez en 1911, en la que “los paseños se amontonaban en las riberas del Río Bravo para observar las batallas lo más cerca posible, aun con riesgo de su propia vida porque nunca faltaba una bala perdida que llegaba por ahí”.

Los espectadores de aquel lado del río reían, compraban botanas y señalaban a los vencidos como si de un show de televisión se tratara. A pesar de todo, Luis Treviño se jacta del resultado de su aventura revolucionaria en Columbus: a partir de la invasión, dicha ciudad fue puesta en el mapa. Los residentes crearon un museo y hasta un documental con las fotografías que los mismos periodistas estadounidenses tomaron. Columbus, según este personaje, “sobrevive en buena medida gracias al turismo que va a preguntar sobre nuestra invasión del dieciséis”. Eso es con lo que se queda aquel soldado villista.

La novela resulta un tanto pesada si no se intercala la lectura con pequeñas investigaciones sobre las referencias históricas que se hacen, sobre todo de las batallas; o si simplemente el tema de la revolución o la figura de Villa no interesan. No obstante, la lectura del texto de Solares cumple una función importante al momento de querer adentrarnos en lo que ocurrió previamente a la invasión o dilucidar aquello que movía a los que se metían a la bola revolucionaria, sobre todo en nuestro contexto fronterizo. También permite conocer la evolución de la famosa figura del Centauro del Norte, tan amada y despreciada a la vez.

El lector se convierte en ese interlocutor a quien el viejo Treviño dirige su inagotable y viciosa plática de recuerdos, los cuales, según él mismo, pueden ser ciertos o no. Columbus sorprende constantemente con pequeñas frases espectaculares como esta joya: “Somos de Chihuahua y el desierto lo llevamos dentro, no tiene remedio”. Lo que sí aseguro es que, una vez terminada la novela, el lector entenderá el acontecimiento de Columbus y quizá despertará su curiosidad sobre qué otros eventos ocurrieron durante la época.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE JUARITOS LITERARIO. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

La actriz porno Stormy Daniels, relacionada con Trump, es detenida por dejarse tocar en un estriptis

jueves, julio 12th, 2018

Daniels recibió durante la campaña electoral de 2016 un pago de 130 dólares de Michael Cohen, exabogado de Trump, para, supuestamente, mantener en secreto una aventura que tuvo con el ahora Presidente en 2006, poco después de que éste se casase con Melania.

La actriz pornográfica Stormy Daniels, inmersa en una batalla legal con Donald Trump, fue detenida en un local deestriptis de Columbus. Foto: EFE

Washington, 12 jul (EFE).- La actriz pornográfica Stormy Daniels, inmersa en una batalla legal con el Presidente de EU, Donald Trump, fue detenida en un local de estriptis de Columbus (Ohio) por dejarse tocar por un cliente, algo que en muchos estados del país está prohibido, informó hoy su abogado.

El abogado, Michael Avenatti, denunció en Twitter que el motivo de la detención es un “montaje” y que la operación está “motivada políticamente”.

“Stormy Daniels fue arrestada realizando el mismo espectáculo que ha llevado a cabo en casi cien clubes deestriptisen todo el país. Esto fue un montaje y motivado políticamente. Apesta a desesperación. Enfrentaremos todas las falsas imputaciones”, dijo Avenatti.

“La arrestaron por supuestamente permitir que un cliente la tocara en el escenario de manera no sexual. ¿Están de broma? ¿Dedican recursos a operaciones de encubierto para esto? ¡Tiene que haber mayores prioridades!”, agregó el abogado.

Avenatti también dijo esperar que Daniels salga “pronto” en libertad bajo fianza e imputada con un delito menor por dejarse tocar.

Daniels recibió durante la campaña electoral de 2016 un pago de 130 dólares de Michael Cohen, exabogado de Trump, para, supuestamente, mantener en secreto una aventura que tuvo con el ahora Presidente en 2006, poco después de que éste se casase con Melania.

La actriz pornográfica, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, ha acudido a los tribunales para deshacer el pacto, un litigio que aún no se ha resuelto, y ha denunciado intimidaciones del entorno del Presidente.

Daniels también ha aprovechado la popularidad a raíz del litigio con Trump para lanzar una gira de actuaciones por locales de estriptis a lo largo y ancho de EU, entre los que se incluía el de Columbus en el que fue detenida.