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César Aira gana el Premio Formentor de las Letras 2021; celebran “la fertilidad de su imaginación literaria”

jueves, abril 15th, 2021

Para la determinación el jurado del Premio Formentor de las Letras 2021 consideró a César Aira como uno de los artistas que asume los compromisos estéticos y sostiene una inquebrantable lealtad a los más íntimos deseos del alma creadora.

 Por Enrique Mendoza

Tijuana, Baja California, 15 abril (Zeta).- “Por la infatigable recreación del ímpetu narrativo, por la versatilidad de su inacabable relato y por la ironía lúdica de su impaciente imaginación”, el escritor argentino, César Aira ganó el Premio Formentor de las Letras 2021, informó el 12 de abril la Fundación Formentor en conferencia de prensa en Sevilla, España.

Integrado por Gerald Martin, Francisco Ferrer Lerín, Juan Antonio Masoliver Ródenas, Anna Caballé y Basilio Baltasar (como presidente), el Jurado del Premio Formentor “considera que la constelación laberíntica de su obra es un inmenso crisol literario para las figuras de la cultura popular, los personajes de la gran ficción narrativa y los motivos visuales de las bellas artes”.

Además, se lee en el acta del Jurado del Premio Formentor 2021: “La escritura de Aira adopta técnicas cuyo rigor, frescura y soltura recuerdan las claves jazzísticas de la improvisación artística. Sobre las estructuras invisibles de la inspiración, el autor levanta escenarios y voces que desconciertan y alimentan la perplejidad del lector. Las convenciones de tiempo y espacio, paradigma que regula el oficio narrativo, aparecen en la obra de Aira como formalidades secundarias que son sustituidas a menudo por destellos y fulgores, recursos y licencias puestas al servicio de una bulliciosa inventiva”.

“Cabe celebrar que la fertilidad de su imaginación literaria acoja las figuras de lo grotesco, lo suprarreal, lo oscuro y lo transparente, lo sorprendente y lo desconocido, lo imprevisible y lo inesperado. La obra de César Aira confirma la certeza de la tradición novelesca, a través de la literatura se pueden vislumbrar las verdaderas posibilidades de la existencia. El simulacro estilístico de su conciencia literaria hace del humor un séptimo sentido, de la parodia la más reverente de las adoraciones y de la ficción novelesca un monumental elogio del ingenio humano. César Aira asume los compromisos estéticos del artista y sostiene una inquebrantable lealtad a los más íntimos deseos del alma creadora”, complementó el Jurado.

Portada del libro Entre los indios. Foto: Zeta

“El relato emprendido por Aira desde sus primeras publicaciones, el centenar de novelas escritas por el autor argentino, su fecunda y perseverante creatividad, conforman una audaz fábula del mundo postmoderno y confirman el arte poético de un excepcional malabarismo estético: sus incesantes variaciones literarias han hecho de su escritura una fuente inagotable de gozo, deleite y asombro. Por todo ello, por sus méritos, logros y virtudes literarias, el jurado concede a César Aira el Premio Formentor de las Letras 2021”, concluyó el Jurado.

LOS GANADORES

De acuerdo con su historia, el Premio Formentor es un galardón que se concedió desde el año 1961 al 1967, impulsado por la editorial española Seix Barral, con la colaboración de una decena de sellos extranjeros y los propietarios del Hotel Formentor de Mallorca.

Asimismo, aquella distinción tuvo dos modalidades, el Prix International (que reconocía a un autor de resonancia mundial) y el Premio Formentor (que se otorgaba a una novela presentada por alguno de los editores convocantes y luego era publicada por todos los demás). El premio se ha vuelto a conceder a partir del año 2011.

Los ganadores del Premio Internacional han sido:

– 1961 Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986) por Ficciones; Samuel Beckett (Irlanda, 1906-1989) por Trilogy.

– 1962 Uwe Johnson (Alemania, 1934-1984) por Conjeturas sobre Jacob.

– 1963 Carlo Emilio Gadda (Italia, 1893-1973) por El aprendizaje del dolor.

– 1964 Nathalie Sarraute (Francia, 1900-1999) por Les Fruits d’or.

 – 1965 Saul Bellow (EU, 1915-2005) por Herzog.

– 1966 (no concedido)

– 1967 Witold Gombrowicz (Polonia, 1904-1969) por Cosmos.

Además, el Premio Formentor ha sido ganado por los siguientes autores:

– 1961 Juan García Hortelano (España, 1928-1992) por Tormenta de verano.

– 1962 Dacia Maraini (Italia, 1936) por ETA del malessere.

– 1963 Jorge Semprún (España, 1923-2011) por Le Grand Voyage.

– 1964 Gisela Elsner (Alemania, 1937-1992) por Die Riesenzwerge.

– 1965 Stephen Schneck (EU, 1933-1996) por The Nightclerk.

– 1966 (no concedido)

– 1967 (no concedido)

– 1968 a 2010 (no se convocó)

– 2011 Carlos Fuentes (México, 1928-2012)

– 2012 Juan Goytisolo (España, 1931-2017)

– 2013 Javier Marías (España, 1951)

– 2014 Enrique Vila-Matas (España, 1948)

– 2015 Ricardo Piglia (Argentina, 1941-2017)

– 2016 Roberto Calasso (Italia, 1941)

– 2017 Alberto Manguel (Argentina, 1948)

– 2018 Mircea Cartarescu (Rumanía, 1956)

– 2019 Annie Ernaux (Francia, 1940)

– 2020 Cees Nooteboom (Holanda, 1933)

– 2021 César Aira (Argentina, 1949).

Portada del libro de César Aira. Foto: Zeta

LA ENTREVISTA

En 2018, César Aira (Coronel Pringles, Argentina, 1949) asistió a la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY), para presentar las reediciones de La liebre (Emecé, 1991; Ediciones Era, 2017); Entre los indios (Mansalva, 2012; Ediciones Era, 2017); y El testamento del Mago Tenor (Planeta, 2013; Ediciones Era, 2018).

Para fortuna de México, algunos de los títulos de César Aira pueden conseguirse gracias a Ediciones Era, que cuenta en su catálogo con obras como Un episodio en la vida del pintor viajero, Los fantasmas, La prueba, La Princesa Primavera, Las curas milagrosas del Doctor Aira, El congreso de literatura, La costurera y el viento, Cómo me hice monja, Cumpleaños y El pequeño monje budista.

En esa ocasión, 13 de marzo de 2018, César Aira también concedió una entrevista a Zeta donde expresó para empezar sobre su obra publicada por Ediciones Era en México:

“Estoy muy contento con Era, lleva creo que como veinte libros míos editados acá en México, me encantó la editorial porque yo leía los libros de Era cuando era adolescente y fue un lindo encuentro conocer a Mauricio Uribe (el editor), él se entusiasmó con mis libros. Yo siempre estoy muy agradecido con mis editores porque sé que conmigo no hacen grandes negocios, hasta creo que pierden plata, pero a ellos les gusta lo que hago”.

— Tras la reedición este año de “El testamento del Mago Tenor” en Era, cinco años después de su primera aparición en Argentina, ¿reedita sus libros o son ediciones corregidas o aumentadas? ¿Tiene algún argumento del porqué reescribir o no un libro?

“No hay, nunca, correcciones en ninguno de mis libros, porque yo he tenido siempre la política de que en el momento en que entrego un libro a un editor, ese libro murió para mí, o sea, no me ocupo más ni de las traducciones ni de las reediciones, ni de nada, ni siquiera de lo que hace el editor, si es el primer editor para el libro, la tapa que quiera ponerle, lo que quiera hacer; es para mí un modo de seguir adelante.

“El libro ya hecho quedó en el pasado y me ocupo en el siguiente; tanto es así que a veces me olvido de mis libros y me ha pasado de volver a escribir algo que ya había escrito, creyendo que lo escribía por primera vez”.

En El testamento del Mago Tenor, el Mago Tenor prefiere heredar su último truco, por lo que contrata a una compañía para que lleve de Suiza a la India el secreto a Buda Eterno; el elegido por la empresa europea de entregar las buenas nuevas a Buda Eterno es el joven Jean Ball, quien emprende la peripecia por la India.

Por supuesto, con Jean Ball en Bombay, la siempre genial narrativa de César Aira envuelve irremediablemente al lector con frases memorables como “Lo exótico se exhibía con un desparpajo heroico”, “Lo mismo pasaba con otro de los orgullos de la ciudad, el hotel Taj Mahal, el más lujoso de Asia cien años atrás, en el presente el favorito de los pobres: los precios seguían siendo altos, pero la suciedad y las moscas los hacían sentir como en casa”, se lee alguna parte de la excelsa narrativa de Aira.

— ¿De dónde viene su interés por la India?

Portada de El testamento del mago tenor. Foto: Zeta

“Realmente cuando pensé a quién le podía dejar el Mago Tenor su truco en su testamento, dije: ¿por qué no dejárselo al Buda Tenor?; bueno, el Buda está en la India pero yo no sé nada de la India, tanto es así que cuando en el barco el hombre llega a la India dije: ‘¿a dónde puede llegar?’; miré en un mapa y vi que Bombay estaba ahí.

“Entonces, fui a esta cosa tan servicial que es el Google, puse Bombay, ahí salieron varios datos, los tomé todos y los hice recorrer todos esos lugares; pero con una completa irresponsabilidad, ¿no? Un crítico en Argentina se reía cuando este joven abogado, Jean Ball, va a las casitas del Buda, se vuelve y toma el 132, que es el colectivo que pasa por la esquina de mi casa”.

— ¿No ha estado en la India entonces?

“¡No!, ni sé nada de la India”.

— ¿Cuál es el papel de un autor al llevar a un lector, a través de su obra, a un lugar donde nunca ha ido?

“Todos mis libros son así: yo no sigo ninguna documentación ni ninguna experiencia de vida, es todo imaginario, todo es imaginación. Por ejemplo, en Google vi que en Bombay había las cuevas de la Elefanta, o algo así, dije: qué bueno, no conozco la cueva de la Elefanta, no sé lo que son, ni me interesa en realidad.

“Yo comulgo con Raymond Roussel, que decía que había dado la vuelta al mundo varias veces, pero en sus libros no había la experiencia de los viajes. Un lector de toda la vida tiene en su cabeza mucha enciclopedia, entonces, yo he leído por supuesto novelas de guerra en la India, he visto películas, pero no siento la necesidad de documentarme, nunca lo he hecho ni lo voy a hacer; solo es el mínimo de documentación”.

Leer a César Aira es encontrarse con una riqueza literaria donde con exquisitez, la novela, relato, filosofía, poesía, aforismo y ensayo, comulgan en una sola obra. Obviamente, la novela de César Aira está hecha de poesía: “Un sapo reinaba bajo esos toldos”, “La profesión (del mago), huérfana de historiadores, vivía en un eterno presente”, “El tiempo se moría en los brazos de la eternidad”, se lee por El testamento del Mago Tenor.

“Yo voy improvisando lo que escribo a medida que voy escribiendo y me vienen esas frases. A veces, inclusive, como escribo en los cafés, me vienen frases de gente que está hablando a mi alrededor, sirve eso, sirve sobre todo para para salir de uno mismo, de lo que estoy pensando. De pronto alguien dice la palabra canguro, entonces ahí entra un canguro en lo que estoy escribiendo, para no hacer una literatura psicológica o una literatura de pensamiento personal, sino algo que se extienda a otras áreas”.

— ¿Cuál es su idea sobre los géneros literarios que habitan en su obra?

“Bueno, yo diría que en lo que trato de hacer yo, hay un gusto por mezclar los géneros, subvertirlos y sabotearlos por dentro; poner una reflexión filosófica que no tenga la conclusión adecuada o un relato de viaje en el que no se viaje.

“Creo que he tratado inconsciente de hacer una especie de enciclopedia de géneros en cada novela, poner una línea de policial, de intriga, una de romance, de sexo, sexo poco hay, cada vez más.

“A veces me preguntan por qué he hecho libritos tan breves que parecen cuentos largos, ¿pero qué es, cuento, novela? No, no es nada, es relato, es narración; con lo que más identifico es lo que en inglés se llama tale, como el cuento de ‘Las mil y una noches’; es decir, cuento en el sentido de contar algo y seguir contando lo otro”.

En la entrevista con Zeta durante la FILEY de 2018, César Aira también confesó algunos secretos de su proceso escritural, sobre todo considerando cómo en El testamento del Mago Tenor, un relato lleva a otro hasta que el lector descubre que ha terminado la novela.

— ¿Cómo es su proceso de creación?, porque incluso cada capítulo puede leerse como un relato independiente en una novela…

“Sí, pero eso me parece que va por el lado de la improvisación; como yo nunca pienso antes de empezar un libro, cómo va, qué argumento va a tener, me basta con tener una idea inicial, y a partir de esa idea ir inventando todos los días. Así que muchas veces una línea argumental se termina y tengo que reiniciarla con otra; a veces por mi modo de escribir”.

— ¿Hay un reordenamiento final de los relatos para armar la novela?

“No, se va haciendo página por página. Como escribo una página por día, al día siguiente a veces me he olvidado de lo que escribí el día anterior, toma otra línea, eso lo dejo así, a veces con una cierta desorganización porque me gusta escribir un poco sinuoso, no en línea recta el relato que va en línea recta.

“Me gusta hacer digresiones como en los ríos: afluentes distintos que se van para otros lados; en general soy como muy generoso con mis ideas, porque se me ocurre algo y eso escribo. A veces no pienso mucho si conviene que esté ahí, o sea, se me ocurrió, ahí queda; no soy muy exigente en eso”.

En El testamento del Mago Tenor siempre llaman la atención del lector algunas ideas filosóficas sobre el ser humano o la modernidad: “La gente común debía ir a las tiendas a comprar las cosas porque sus vidas eran limitadas, y si esperaban a hacer las cosas se morían sin tenerlas”, “… la delincuencia se hacía más y más habitual en esa área del Punjab y escalaba peligrosamente hacia la criminalidad salvaje. Una modernidad más digerida, un capitalismo desprovisto de escrúpulos sociales y humanos, la desocupación, el proxenitismo se conjugaban para crear un estado de miseria y abandono al que las grandes ciudades y los poderes centrales cerraban los ojos”, se lee también en alguna parte de la obra.

— En El testamento del Mago Tenor permanece la idea de un asceta que se aleja de la modernidad…

“Bueno, ésa es una de las líneas, pero justamente qué curioso, ahora estoy escribiendo un relato, una novelita, que se me ocurrió leyendo un libro muy hermoso sobre los pintores chinos tradicionales; esos pintores que se iban a una cabaña a la montaña, eran pintores, poetas también.

“Se me ocurrió hacerlo en mi pueblo, Pringles; en mi pueblo había y sigue habiendo un arroyo que corre cerca del pueblo, no es un río, es un riacho, un arroyo pero muy arbolado, se me ocurrió hacer que un pintor del pueblo, de cuando yo era chico en los años 50, se va como los pintores chinos, a una pequeña cabaña en el arroyo a pensar, a sentir la naturaleza, la soledad, como un asceta.

“Quizás es algo que está en mí, ese deseo no materialmente de irme a una cabaña en la soledad como Soro en ‘Walden’, sino que el escritor, por el hecho mismo de escribir lo que está imaginando, está en cierto modo aislado del mundo; el mundo rebota y se mete en su cápsula, pero esa cápsula existe. El escritor lo mismo que el lector, el escritor mucho más, crea su propio mundo, su burbuja, y ahí adentro trata de vivir feliz”.

— Finalmente, en su crítica a la modernidad y el capitalismo, ¿hay algo de autobiografía en la idea del aislamiento?

“Nunca es del todo autobiográfico, pero siempre es autobiográfico, porque ese tipo de ideas surrealistas que a mí se me ocurren, ideas locas, cuando las estoy escribiendo siento la necesidad de poner algo mío, no necesariamente autobiográfico, sino algo que es importante para mí, porque si no queda como un mero juego de la inteligencia, un juego como hacer un crucigrama; es decir, no tiene algo profundo, propio”.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ZETA. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

TRIVIA | Gana un ejemplar de “Prins”, la nueva novela de César Aira

sábado, julio 28th, 2018

La nueva novela del genio literario argentino es, de nuevo, una insólita invitación a participar en un juego extraordinario “made in Aria”, a viajar por su mente caleidoscópica, siempre impredecible, de la realidad más terrenal a la metafísica más desconcertante.

Ciudad de México, 28 de julio (SinEmbargo).- Un famoso escritor dedicado exclusivamente a escribir novelas góticas decide abandonar definiti­vamente el oficio. Frustrado y amargado por haber permitido que sus aspiraciones literarias de juven­tud quedaran sepultadas bajo las exigencias del mercado editorial, se ve arrastrado al mundo del opio y los estados alterados de conciencia. En su travesía, cruzará Buenos Aires en el autobús 126 junto a una desconocida llamada Alicia hasta un submundo co­nocido como la Antigüedad, donde se encuentra el dealer que puede proporcionarle la tan ansiada llave que le permita acceder a la nueva Realidad.

Las tramas y elementos propios de la novela gótica convencional aparecerán de forma recu­rrente ante el narrador, obligado a afrontar los mismos dilemas a los que dio forma en sus libros.

Como si de un jeroglífico se tra­tara, la nueva novela de César Aira amaga toda la idiosincrasia de su formidable obra. En este libro magistral, donde incluso el título encierra un mis­terio, no faltan el humor, el ingenio y una mirada irónica hacia el mundo.

Prins es un viaje sorpren­dente, descabellado y delirante, repleto de laberin­tos subterráneos y puertas secretas que podrían formar parte de un legendario y terrorífico edificio gótico inacabado, pero que sin duda forman parte de la mente genial de quien es uno de los grandes autores argentinos de todos los tiempos.

ASÍ COMIENZA “PRINS”: FRAGMENTO, con autorización de Literatura Random House

“Tras una sobria y concienzuda consideración me decidí por el opio. Llenaba todos los requisitos que me había impuesto. Para llegar a él había descartado una innumerable cantidad de ocupaciones, tantas como cosas contiene el mundo, o como palabras contiene el diccionario. Ni yo mismo podía creer que hubiera pasado revista a semejante catálogo. ¿De dónde saqué la energía y la resistencia, yo que creía que las había perdido en el camino? Supongo que lo hice en los términos del esfuerzo final supremo, sabiendo de antemano que no haría otro en el futuro. Mi inconsciente debió de mandar la orden de anular el miedo a quedar exhausto, tanto como la necesidad de ahorrar fuerzas para un trabajo ulterior.

Esa larga excursión por el mundo de la diversidad me hizo ver qué intercambiable es todo, cómo los seres, hasta los que más se aferran a su ser propio, son potencialmente otros. Yo lo veía con mi sonrisa de hombre altamente civilizado, con la curiosidad del científico aficionado o el filósofo dominical; pero me pregunté qué efecto le habría causado al hombre primitivo.

Con esa pregunta inicié el camino que me llevó al hallazgo. Porque recordé la leyenda del Rey del Opio, que ponía en escena estos pensamientos revistiéndolos de los colores de la fábula y la fantasía. El Rey del Opio no fue ningún rey, sino un acontecimiento, que puso fin a las eras vetustas. Los hombres antiguos se habían desalentado al ver que lo que estaban haciendo, o viendo, o sintiendo, podía ser otra cosa. Es bastante obvio, pero a sus mentes primarias les caía como un mazazo. ¡Por supuesto que todo podía ser otra cosa! No se necesitaba la maduración de los estadios ulteriores para darse cuenta de un hecho tan palmario. Si estaban pintando un bisonte en la pared de la caverna, los asaltaba la intuición fulminante de que podían haber estado pintando un caballo. Si estaba lloviendo, también podría haber estado brillando el sol y el cielo azul. Y así todo. ¿Entonces el mundo y la vida eran una alternativa entre otras, un frívolo juego de permutaciones en el que nada valía más que su acontecer casual? Era como para perder interés. En el abatimiento consiguiente, la humanidad, entonces en su infancia, empezó a envejecer aceleradamente. El nihilismo hizo presa del pitecántropo. Ni siquiera el nacimiento de la arquitectura los animó. La especie iba camino a una extinción prematura, cuando, un minuto antes de su medianoche, descubrieron el opio, lo único sin equivalentes ni remplazos…”

Prins, de César Aira

Para ganarte un ejemplar de Prins, contesta esta preguntas a [email protected]

¿Qué editorial ha publicado Prins?

¿Quién es el autor de Prins?

¿Dónde nació el autor de Prins?

César Aira nació en Coronel Pringles, Argentina, en 1949. Desde 1967 vive en Buenos Aires, dedicado a la traducción y a la escritura de novelas, ensayos y muchos textos que oscilan entre ambos géneros. Aira es uno de los narradores más radicalmente originales, imaginativos, inteligentes y delirantes. Su obra ha sido publicada profusamente en Argen­tina, Chile, México y España, y sus novelas han sido traducidas a más de veinte idiomas. En Literatura Random House se han publicado hasta el momen­to: Ema, la cautiva (1997), Cómo me hice monja (1998), La mendiga (1999), Cumpleaños (2001), El mago (2002), Canto castrato (2003), Las noches de flores (2004), Un episodio en la vida del pintor viajero (2005), Parménides (2006), Las curas mi­lagrosas del Doctor Aira (2007), Las aventuras de Barbaverde (2008), El error (2010), El congreso de literatura (2012), Los fantasmas (2013), El santo (2015), El cerebro musical (2016), Sobre el arte con­temporáneo / En La Habana (2016), Evasión y otros ensayos (2017) y Prins (2018). Con la publicación de El santo, Literatura Random House inauguró la Bi­blioteca César Aira, donde se recuperan algunas de sus mejores obras.

Con Rusia como país invitado, se anuncia la FILEY: libros, cines y poetas en Yucatán

sábado, febrero 24th, 2018

Atenta a su vocación de fomento a la lectura, la séptima edición de la FILEY contará con una nutrida cartelera de autores internacionales, nacionales y yucatecos, entre los que destacan el argentino César Aira y Amalia Andrade, de Colombia, además de escritoras como Laura Esquivel, dijo en conferencia de prensa el director, Rodolfo Cobos Argüelles. El Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco” será entregado al poeta David Huerta.

Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo).- A realizarse del 10 al 18 de marzo próximos, en las instalaciones del Centro de Convenciones y Exposiciones Yucatán Siglo XXI y el Gran Museo del Mundo Maya, con el lema “Imagínate que te imagino”, la FILEY tendrá como invitados de honor a Rusia, el estado de Guanajuato y la Universidad de Guanajuato, informó Cobos Argüelles.

El embajador del país euroasiático, Eduard Malayán, expresó “vamos a trabajar juntos, ayudarnos, construir puentes, a fortalecer esos puentes por el interés mutuo no sólo de México y Rusia, sino del conocimiento mundial y también es muy importante colaborar con Guanajuato”.

Acompañado por el rector de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), José de Jesús Williams, el diplomático anticipó que tendrán un nutrido programa artístico y cultural que se presentará en la FILEY.

Entre los autores, investigadores y académicos rusos que participarán, se encuentran Dimitri Beliaev, Dolgova Evgenia, Ivan Nikitovvich Kosichenko, Daria Andrievna Hivinova, Ksenia Bánnyj, Ksenia Yanasheva, Marina Polevaya, Nadzhda Evelianova y Ritta Olegovna Kozunova, entre otros.

“Contaremos con la presencia de la Dra. Galina Ershova, quien fue una alumna directa del epigrafista Yuri Knórosov”, destacó el embajador.

Otras actividades que ofrecerá Rusia, son bailes y cantos tradicionales a cargo del Grupo Folclórico “Grenada”; conciertos con romances rusos; presentaciones de libros, exposiciones fotográficas; muestras audiovisuales; y talleres para aprender el alfabeto cirílico, pintura de matrushkas, traducción de poesía rusa al maya, instrumentos tradicionales y epigrafía.

José Williams, sostuvo “si algo caracterizará a la séptima edición de esta fiesta de las letras, es la apertura a todas las corrientes ideológicas, tendencias y filosofías; la inclusión de las más variadas disciplinas artísticas, de los géneros literarios, del periodismo y del cine, en suma, de aquello que nos distingue como seres creadores”.

Habrá una muestra gastronómica y de la cultura purépecha, además de cine-minutos y producciones que den cuenta de las maravillas de Mérida, así que en el marco del 90 aniversario del natalicio del autor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia, se preparó una serie de actividades para homenajear al escritor durante la FILEY, entre las que destacan una charla impartida por el escritor Jorge F. Hernándezy un ciclo de cine denominado Cuévano.

Conferencia de prensa para presentar la FILEY. Foto: Cortesía

En el marco de la FILEY, abundó su director, Rodolfo Cobos, se llevarán a cabo una serie de homenajes especiales por los centenarios de Juan José Arreola, Guadalupe “Pita” Amor, Alí Chumacero, el Dr. Carlos Urzaiz Jiménez y el Químico Felipe Escalante Ruz, además de una actividad en honor al pintor y muralista yucateco Fernando Castro Pacheco.

Además de César Aira, Amelia Andrade y Laura Esquivel, también habrá presentaciones de autores como Joselo Rangel, músico que Café Tacvba, que llevará un libro de cuentos; el recién galardonado con el Premio de Arte y Literatura 2017 y Premio Mazatlán, Alberto Ruy Sánchez; Xavier Velasco, que cumple quince años con la publicación de su más emblemática obra, Diablo Guardián y ha reditado todo su trabajo en una biblioteca personal.

También se confirmó la presencia de Élmer Mendoza, Antonio Malpica, Fabrizio Mejía Madrid, Alberto Chimal, Imanol Caneyada, Verónica Murguía, Martha Riva Palacios Obón, Luis Bernardo Pérez, Bernardo Fernández BEF, el padre Alejandro Solalinde y el politólogo José Woldenberg, por citar algunos.

Además, estarán los booktubers Galaxia Pourcel, Fa Orozco y Mariana Esquivel, mientras que los escritores yucatecos y de la Península, contarán con un programa de más de 150 actividades.

El Pemio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco”, máximo galardón que otorga la FILEY, será entregado en esta ocasión al poeta David Huerta.

 

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TRIVIA | Gana un ejemplar de “Las noches de Flores”, de César Aira

sábado, diciembre 16th, 2017

En Las noches de Flores, César Aira, Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas 2016, nos muestra a una serie de personajes en situaciones extremas que intenta sobrevivir al derrumbe de un país y de sus terribles consecuencias.

Ciudad de México, 16 de diciembre (SinEmbargo).- La crisis argentina obliga a un matrimonio mayor a aceptar un empleo como repartidores de pizzas con horario nocturno. Aldo y Rosita Peyró recorren las calles de Flores, un barrio de Buenos Aires, como dos adolescentes, dispuestos a plantar cara al desastre económico.

En sus recorridos nocturnos ven de cerca las consecuencias directas de la crisis: delincuencia, familias que duermen en la calle, bandas juveniles haciendo destrozos, viejos y niños abandonados, borrachos…

Entre estos personajes y varias situaciones extremas destaca el secuestro y posterior asesinato de un niño, Jonathan, reflejo del horror subterráneo que sacude a toda la sociedad argentina. El caso de Jonathan es el detonante de una serie de actos corruptos en los que están envueltos muchos de los amigos que acompañan a Aldo y Rosita en el reparto. También hay instituciones mezcladas en dicho asunto, pero tal vez, aunque a priori parezca absurdo, un convento sea la clave del misterio.

Las noches de Flores, de César Aira. Foto: Especial

Fragmento de La noche de Flores, de César Aira, con la autorización de Literatura Random House

“Al día siguiente, mejor dicho a la noche siguiente, todo había vuelto a la normalidad. Ni siquiera hubo demasiado escándalo, por la coincidencia con la noticia de la muerte del joven secuestrado. Apenas si en el diario un recuadro decía que “sus compañeros” habían hecho “un desfile nocturno en su honor”, acompañando el tañido de las campanas y la última oración por su salvación. Toda la semana el tránsito en Flores había estado dificultado por las “cadenas de oración” que se organizaban frente a la basílica y cortaban Rivadavia. La idea era que la oración se encadenara en toda la ciudad, en todo el mundo, día y noche, y llegara al cielo. Evidentemente no había llegado, o el destino de ese pobre chico era morir. Que él hubiera repartido pizzas humildemente por las noches, después del colegio, hacía más monstruosa la actitud de los secuestradores; el padre era un pequeño empresario que jamás habría podido reunir el millón de dólares que le pedían, ni la décima parte, y según él ni siquiera la centésima parte. La delincuencia jugaba a un azar demencial.”

Gana la trivia, respondiendo las preguntas a [email protected]:

1.¿En qué parte de Buenos Aires nació César Aira?

2.¿Qué premio ganó Las noches de Flores?

3.¿Qué editorial publica a César Aira en México?

César Aira, uno de los más productivos autores argentinos. Foto: efe

César Aira nació en Coronel Pringles, Argentina, en 1949. Desde 1967 vive en Buenos Aires, dedicado a la escritura de novelas, ensayos —y muchos textos que oscilan entre ambos géneros—, y a la traducción. Su obra ha sido publicada profusamente enArgentina, Chile, México y España y sus novelas han sido traducidas a más de veinte idiomas. En Literatura Random House se han publicado hasta el momento Ema, la cautivaCómo me hice monjaLa mendigaCumpleañosEl magoCanto castratoLas noches de FloresUn episodio en la vida del pintor viajeroParménidesLas curas milagrosas del doctor AiraLas aventuras de BarbaverdeEl errorEl congreso de literaturaRelatos reunidosLos fantasmas y El Santo.

TRIVIA | Gana “El cerebro musical”, de César Aira

sábado, octubre 7th, 2017

Nueva edición de Relatos reunidos de César Aira. Incluye tres relatos inéditos. Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas 2016.

Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo).- Un genio de la botella de leche mágica que te ofrece elegir entre ser Picasso o tener un Picasso; un perro furioso que le ladra a un colectivo en marcha y un pasajero que recuerda algo que había creído olvidado; una inmutable tradición del universo que reúne a Dios y a sus únicos invitados, los monos, a tomar el té una vez al año; un grupo de veinteañeros entusiastas que se entregan a la búsqueda de la simetría…

El cerebro musical recoge, en esta nueva edición de su Relatos reunidos, una selección de cuentos escritos por Aira entre 1996 y 2011, a los que se añaden tres cuentos autobiográficos inéditos: “Duchamp en México”, “Taxol” y “La broma”. Estos veinte relatos, a medio camino entre el cuento y la crónica imaginada, ponen de manifiesto el genio inclasificable del autor, uno de los autores más valorados del panorama literario en lengua castellana.

César Aira, nacido en Argentina. Foto: efe

César Aira nació en Coronel Pringles, Argentina, en 1949. Desde 1967 vive en Buenos Aires, dedicado a la traducción y a la escritura de novelas, ensayos y muchos textos que oscilan entre ambos géneros. Aira es uno de los narradores más radicalmente originales, imaginativos, inteligentes y delirantes. Su obra ha sido publicada profusamente en Argentina, Chile, México y España, y sus novelas han sido traducidas a más de veinte idiomas. En Literatura Random House se han publicado hasta el momento: Ema, la cautiva (1997), Cómo me hice monja (1998), La mendiga (1999), Cumpleaños (2001), El mago (2002), Canto castrato (2003), Las noches de flores (2004), Un episodio en la vida del pintor viajero (2005), Parménides (2006), Las curas milagrosas del Doctor Aira (2007), Las aventuras de Barbaverde (2008), El error (2010), El congreso de literatura (2012), Los fantasmas (2013), El santo (2015), El cerebro musical (2016), Sobre el arte contemporáneo / En La Habana (2016) y Evasión y otros ensayos (2017). Con la publicación de El santo, Literatura Random House inauguró la Biblioteca César Aira, donde se recuperan algunas de sus mejores obras.

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1.- ¿Dónde nació César Aira?

2.- ¿Con qué libro ganó el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas?

3.- ¿Cómo se llama el libro, muy famoso, de 1998?

PARA ESCRITORES | Borrar como parte del proceso creativo

sábado, octubre 8th, 2016

El llamado síndrome de la página en blanco, según César Aira, fue superado con el procesador electrónico de textos, donde la materialidad del escrito es suplantada por una virtualidad, con lo cual se deriva fácilmente en el horror vacui. La computadora permitió por primera vez que el texto volviera sobre sus pasos; el problema, como se intuye, no es la falta de información sino el exceso.

Ciudad de México, 8 de octubre (SinEmbargo).- Cuando no existía el procesador de textos y ni siquiera el papel como lo conocemos hoy, el borrador era la primera materialidad del escrito; se escribía en hojas de árbol con un stylus (punzón metálico de punta aguda) o en tablillas de madera o cera (como Las tablillas de boj: Apronenia Avitia de Pascal Quignard), de las cuales se borraba lo escrito cuando se quería escribir de nuevo.

En la Antigüedad y hasta poco antes de la imprenta, dada la escasez de soportes textuales, escribir implicaba una economía de recursos y tal vez se escribía mucho mejor porque se era más cuidadoso con las palabras y más respetuoso con el material, que remite directamente a la naturaleza. Sabemos que hoy no es así. Incluso pareciera que todos los usuarios de Facebook o Twitter quisieran ser escritores y “publican” lo primero que se les viene a la cabeza.

Una cosa es la “democratización” de los medios y la información y otra muy distinta es la congestión informativa. Es más, tal vez la acción más recurrente en nuestra época sea la escritura en tanto hiperproducción discursiva, lo cual también es un tipo de contaminación, de tráfago gárrulo, que no siempre tiene que ver con la comunicación y el conocimiento.

El siglo XX, además de dos guerras mundiales y dictaduras por doquier, nos entregó una suma importante de procedimientos escriturales y artísticos que son fundamentales a la hora de emancipar el arte del statu quo de lo representativo. Entre los procedimientos más interesantes —justamente por su negatividad— destaca laerasure poetry. Por definición, es una forma más específica de lo que se llamó genéricamente found poetry found art, muy emparentado con los adelantados gestos de Marcel Duchamp, quizás el artista más disrruptivo de la modernidad, sobre todo cuando dejó de producir obra.

LA ERASURE POETRY

La erasure poetry consiste en tomar un texto y borrar palabras selectivamente; es decir, en vez de escribir un texto nuevo, hacemos aparecer el texto que aguarda al fondo del original. Esto, por supuesto, desplaza el sentido en otra dirección; funciona como una superposición de planos. El procedimiento, entre otras cosas, es interesante porque cuestiona la noción de autor en ambas direcciones: tanto para el autor del texto borrado como para quien borra, pues no escribe, sino que encuentra un texto allí donde leyó, donde leyó otra cosa. Parece novedoso, pero no lo es tanto. Pensemos en los textos antiguos y los clásicos griegos. Casi todo nos llegó fragmentariamente, cuando no en una superposición a la que llamamos palimpsesto. El acto mismo de leer es fragmentario.

La Epopeya de Gilgamesh existe en forma de fragmentos de un texto que podemos completar mentalmente; los poemas de Safo son lo que se pudo rescatar de los poemas de Safo más la mano de quienes establecieron esos poemas escritos en materiales bastante erosionados por el tiempo, principal borrador de todo. El tiempo es nuestro borrador, la hoja donde todos imprimimos las marcas de nuestro stylus.

Uno de los resultados más deslumbrantes elaborados con este procedimiento es RADIOS (1977), de Ronald Johnson. Foto: Culturamas

Uno de los resultados más deslumbrantes elaborados con este procedimiento es RADIOS (1977), de Ronald Johnson. Foto: Culturamas

Uno de los resultados más deslumbrantes elaborados con este procedimiento es RADIOS (1977), de Ronald Johnson, poeta estadounidense que borró el clásico Paradise Lost, de John Milton, demostrando que ese texto aún tenía muchas cosas por decir. Otro ejemplo contemporáneo es lo que hizo Robert Rauschenberg con Erased de Kooning Drawing.

Más cerca tenemos a la poeta experimental Jenni B. Baker, que está borrando el libro Infinite Jest del autor de culto David Foster Wallace y que además dirige la revista The Found Poetry Review. Son todas formas de apropiación, concepto sumamente utilizado por el poeta Kenneth Goldsmith, quien hace cosa de dos años invitó a “imprimir el Internet”.

Para concluir, la idea es sugerir el gesto de borrar como una edición de la realidad, incluso como una edición del yo; de esas ansias que cada uno tiene por enunciarse, por decirse, por comentarse. En vez de colaborar con la vorágine del post, sería interesante reflexionar sobre ciertas prácticas de comunicación, incluso sobre textos muertos o de primer orden, como una Constitución o un Código Civil. Se puede convertir a un robot del discurso como un presidente de la República en un poeta, se puede convertir a una mala escritora en una activista de género, etc.

Las palabras están allí. Por supuesto, es una invitación a la ecología discursiva, al desdén por lo inmediato y a tomar cierta distancia de nuestra época, que tanto nos embelesa. Una invitación a reflexionar sobre las prácticas virtuales, que por lo general, aunque parezca lo contrario, es una práctica pasiva.

LETRAS IBEROAMERICANAS | Premios para Marilyn Bobes y César Aira

sábado, septiembre 3rd, 2016

La escritora cubana recibió el Premio de Cuento Julio Cortázar y el argentino obtiene el Manuel Rojas de Narrativa

Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).- La escritora cubana Marilyn Bobes recibió en La Habana el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, que ganó con su relato “A quien pueda interesar”, elegido entre más de 200 obras concursantes en la 15 edición del certamen convocado en la isla.

Bobes mereció el galardón por la “singular factura narrativa que se adentra con gran sensibilidad y fuerza expresiva en los problemas sociales y éticos existentes en la Cuba actual”, según indicó el jurado al anunciar su fallo en un acto celebrado en la institución cultural Casa de las Américas.

La autora expresó “gran emoción” al recibir el premio que lleva el nombre del escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984), considerado un virtuoso del relato corto.

Bobes, ganadora en dos ocasiones del premio Casa de las Américas en los géneros de cuento y novela, recordó que fue precisamente Cortázar su primer entrevistado en la época en que ella daba sus primeros pasos en el periodismo.

Bobes fue ganadora en dos ocasiones del premio Casa de las Américas en los géneros de cuento y novela. Foto: efe

Bobes fue ganadora en dos ocasiones del premio Casa de las Américas en los géneros de cuento y novela. Foto: efe

El jurado del premio, integrado por los cubanos Julio Travieso y Enrique Pérez y el argentino Mario Pellegrini, también otorgó una primera mención a la escritora argentina Mariana Travacio, por el cuento “Todo tranquilo y el viento adentro”, por el “excelente manejo de una trama de corte fantástico” y “logrado desenlace”.

La “notable calidad” de sus cuentos valió otras menciones del certamen para los cubanos Rafael de Águila, por “Alas de mariposa”; Alejandro Suárez (“Donde ocurrió el Big Bang”); Raúl Flores (“Efectos secundarios); Yanira Marimón (“Formas de no volver a casa) y la argentina Fernanda García, por “Mañana será otro día”.

Este Premio Iberoamericano de Cuento fue creado por la intelectual lituana Ugné Karvelis en homenaje al escritor Julio Cortázar y se entrega anualmente desde 2002 cada 26 de agosto, la fecha de su natalicio.

Lo auspician el Instituto Cubano del Libro, la Casa de las Américas y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, con el apoyo de la Fundación Alia y el Ministerio de Cultura de Argentina.

En 2015, el premio fue concedido al escritor chileno Óscar Barrientos y las menciones fueron para narradores de Argentina, Bolivia y Cuba.

PARA AIRA, EL MANUEL ROJAS

En tanto, el escritor argentino César Aira obtuvo el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas 2016, que busca reconocer el trabajo de los narradores iberoamericanos, informó el ministro de Cultura de Chile, Ernesto Ottone.

Aira, que se define a sí mismo como un “francotirador que practica un oficio íntimo, secreto y clandestino”, es uno de los autores argentinos más prolíficos que ha ahondado en el campo de la traducción, el periodismo y la creación literaria con más de 70 obras.

En su obra, marcada por la originalidad, la subversión y la capacidad de sorpresa, destacan las historias cortas en las que la realidad se ve atravesada por la presencia de lo insólito.

“Por la asombrosa variedad de su obra, la calidad de sus relatos y su incansable labor literaria, César Aira recibe el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas”, señaló el ministro en un mensaje difundido a través de su cuenta de Twitter.

Aira fue escogido por un jurado compuesto por la mexicana Margo Glantz (ganadora del Premio Manuel Rojas 2015), la nicaragüense Gioconda Belli, el mexicano Christopher Domínguez Michael y los chilenos Álvaro Bizama y Poli Délano. Foto: efe

Aira fue escogido por un jurado compuesto por la mexicana Margo Glantz (ganadora del Premio Manuel Rojas 2015), la nicaragüense Gioconda Belli, el mexicano Christopher Domínguez Michael y los chilenos Álvaro Bizama y Poli Délano. Foto: efe

Aira fue escogido por un jurado compuesto por la mexicana Margo Glantz (ganadora del Premio Manuel Rojas 2015), la nicaragüense Gioconda Belli, el mexicano Christopher Domínguez Michael y los chilenos Álvaro Bizama y Poli Délano.

El galardón, instituido en 2012, tiene por objeto resaltar la creación literaria de un autor iberoamericano y lleva el nombre del escritor chileno Manuel Rojas (1896-1973) por ser uno de los más notables e innovadores narradores del país.

Equivale, en el campo de la narrativa, al Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, constituido en 2004 y, al igual que aquel, está dotado de 60.000 dólares, un diploma y una medalla.

César Aira es el quinto ganador del premio y sigue a Margo Glantz, ganadora del año pasado, que a su vez fue precedida en 2014 por el salvadoreño Horacio Castellanos. En 2013 el premiado fue el argentino Ricardo Piglia y en su primera edición, en 2012, el galardonado fue el brasileño Rubem Fonseca.