El año que fuimos, las palabras que somos

Y si la encuentras pobre, no fue Ítaca quien te defraudó

—Konstantino Kavafis

 

 las palabras no se olvidan fácil. No podemos olvidarlas porque el lenguaje nos hace, nos relata, el lenguaje es fósil de lo más hermoso y horrible de nuestra historia como seres humanos. Foto: Pinterest

Las palabras no se olvidan fácil. No podemos olvidarlas porque el lenguaje nos hace, nos relata, el lenguaje es fósil de lo más hermoso y horrible de nuestra historia como seres humanos. Foto: Pinterest

En algún sitio, en algún lugar de la memoria o del cuerpo se almacena el relato de cada año vivido.

Discrecionalmente las palabras aprendidas a lo largo de nuestro paso por la vida se acumulan, adquieren otros significados o duermen, pero no mueren.

La primera vez que mi abuela octogenaria escuchó la palabra celular, se quedó patidifusa: ¿qué pues es eso del cedular?, preguntó. Fue hace veintiséis años,  estrenábamos década, era el año de 1990.

Y nos volvimos locos con la palabra inventada de mi abuela —que decía todo mal y se regodeaba en ello— y desde entonces así le llamamos al teléfono móvil mis hermanos y yo: el cedular.

Aunque se burlaba de nosotros y preguntaba si habíamos nacido con el aparatito ese pegado al culo, a ella la impresionó. Y eso que no existían aún los teléfonos inteligentes y eran tiempos donde la línea fija rifaba y sólo unos cuántos tenían un tabique móvil. El celular fue un antes y después en el universo verbal, al menos para mi abuela, que nunca aprendió a utilizarlo. Ni lo tocaba, le causaba tremendo susto que disfrazaba de desprecio. Era sabia; ella supo que había que tenerle miedo al aparatito ese, o al menos respeto, o al menos cuidado.

Ocurrió algo similar cuando escuchó sobre el clima cambiático, como bautizó al fenómeno del cambio climático y que también le parecía desconocido y sorprendente. Palabras nuevas para el vocabulario de mi abuela.

Hace ya rato que reviso cada diciembre el reporte anual de tendencias en búsquedas y palabras clave que los mexicanos consultamos a Google. El ejercicio es morboso, lo sé, pero no lo resisto. Ahí está la radiografía caótica de lo que somos, nuestro paisaje de flechas sin trayectoria, de jauría que corre sin perro de adelante.

Es un laboratorio, un campo semántico que da cuenta de un fenómeno hecho de alteraciones. Palabras nuevas para los mexicanos o al menos vocablos recién descubiertos, vigorosamente desempolvados, otros que nacieron destinados a convertirse en famosos momentáneos como one-hit wonder.

Asómense al resumen anual de Google, déjense atrapar por la compulsión de abrir cada categoría y subcategoría. Es laberíntico, interminable. Comparto aquí algunas palabras que exploré en el reporte del año 2016 para México.

Los Panamá Papers que encendieron la llama de la indignación pero más la llama de la curiosidad, se impusieron en nuestras bocas y en nuestros buscadores. Fuego de un bimestre que se apagó para dar paso al calor de la marcha violeta contra la violencia de género salpicada de frases como Ni una más y bienvenida la sororidad pero putas todas, en particular la periodista Andrea Noel porque está muy guapa y la atleta Alexa Moreno porque está gorda y nos cagamos en la voluntad de Rubí porque para eso es mujer y tiene apenas quince años. Es perturbador lo que atestiguan los reportes en línea de la esquizofrenia colectiva frente a la violencia de género, pareciera que la fórmula maldita no tiene remedio: mientras más espacios públicos ganamos las mujeres, más objeto somos de agresiones desbordadas.

2016 fue el año de producción a granel de Ladies y Lores: condecoramos a Lady Cien Pesos, a Lady Reportera, a Lady Matemáticas, a Lady Wuuu; concedimos el título nobiliario a diestra y siniestra. Sin olvidar a Lord Audi que tiene mención honorífica por la fulminante reacción de linchamiento colectivo.

Los buscadores explotaron saltando del doble Hoy no Circula a odiamos Uber pero maldecimos a los taxis convencionales y despreciamos el transporte público y no nos gusta caminar. Tiene su gracia no sólo ignorar hacia dónde vamos sino también en qué medio. Hasta que el destino fatal llegó una vez más: gasolinazo.

Aprendimos durante este año la palabra Brexit que jamás habíamos pronunciado y lo mexicanizamos ¿por qué no? como el Bretsit. Una y otra vez especulamos sobre la Unión Europea y la clase media mexicana tan admiradora de Europa aprendió que incluso ese Continente es falible, que puede tomar decisiones estúpidas, desaparecer, desintegrarse.

Y nos estrenamos en odiar a Donald Trump para castigarlo por su violencia —contradicción pura— al tiempo que defendíamos a Juan Gabriel y linchábamos a Nicolás Alvarado por no avalar nuestros gustos musicales. Celebramos la Fiesta de Muertos con más orgullo que nunca y las calaveritas dejaron de ser populares para convertirse en cultura de primerísimo nivel hollywoodense gracias a James Bond.

Van a encontrar todo eso, si dedican tres horas a navegar el reporte anual de Google. O todo eso los va a encontrar a ustedes. Qué cosa fascinante y escalofriante es constatar que ahora nuestras conversaciones están documentadas. Para siempre. O hasta que la nube explote y el universo se reinicie y nadie recuerde la contraseña.

Pero las palabras no se olvidan fácil. No podemos olvidarlas porque el lenguaje nos hace, nos relata, el lenguaje es fósil de lo más hermoso y horrible de nuestra historia como seres humanos.

El lenguaje también abre y cierra ciclos personalísimos. Culmina diciembres y reinicia eneros a nivel individual. Este año pronuncié por primera vez la palabra papá para decírselo al que tenía que decírselo y aprendí nombres que no conocía y que ahora son imprescindibles en mi corazón. Nominé deseos que no sabía que existían, experimenté emociones sin saber cómo se llamaban y que me hicieron guardar silencio por meses hasta que aprendí a articularlas, a nombrarlas. Mi recuento íntimo de palabras del 2016 hoy constituye un universo en gestación.

Que cada uno tenga su cosecha de vocabulario nuevo, desempolvado, redescubierto, algún memorable one-hit wonder.

Con mi abrazo siempre agradecido, les deseo que el año que termina haya valido cada segundo, que el 2017 valga cada respiración. Que no dejemos de ser y hacer lenguaje. Y que arranque el estreno de palabras.

 

@AlmaDeliaMC

 

16 Responses to “El año que fuimos, las palabras que somos”

  1. Ricardo Bada dice:

    En lo que a mí se refiere, te debo una palabra, la más cariñosa de que dispongo para dirigirme a sumercé, mi querida taruguita. Gracias por ella y por tantas otras, por tus emails y tus columnas, por tu novela y por tu genio verbal, y por ser como eres. Un beso volado desde el otro lado del gran charco, y que mis mejores deseos te acompañen en el 2017 [y siempre, claro está].

    • Alma Delia Murillo dice:

      Un comentario de mi amolll aquí para cerrar el año. Qué pinche buena suerte tengo. Gracias por la Liga Ricardista, por los badabazos, por tanto. Tu taruguita te manda tres abrazos y seis besos, para el primer semestre del 2017

  2. Samuel Lechuga dice:

    Alma también yo te deseo solo, lo mejor y te agradezco el activarme mis neuronas todos los sábados y ponerme de buen humor con tus juegos de palabras después de un día difícil.
    Te mando un fuerte abrazo y deseo que te sigas desarrollando en todos aspectos y muchas gracias por compartir tus vivencias
    Ya sabes que en los Alpes tienes otro fan que te admira mucho

    • Santos dice:

      Vives en los Alpes ? Jajajajajajajaja ¡¡
      No manches tu vida. Como dice la señora , la esquizofrenia está a más no poder ¡¡
      Pobre malinchista sin neuronas.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Querido Samuel,
      Gracias por tu compañía todo este año. Es un privilegio para mí tener tu constancia, tus reflexiones, tu interés constante en mis escritos. Te mando un abrazo grande hasta tus tierras gélidas. Que 2017 sea un gran año para ti.

  3. val dice:

    Me encanta leerte todos los fines de semana, en mi sexto día de trabajo de la semana y siempre en mi trabajo ( con la fortuna de tener un trabajo claro), aunque a veces triste, me alegras muchas veces el momento. Espectacular seria poco para adjudicarte un adjetivo, pero dejemoslo así. Me agrada de sobre manera, que te des un tiempo en contestarnos , sea gente bien o mal intencionada,
    Y bueno sin más por el momento gracias por tu alegria, optimismo e inteligencia, si cambias el mundo, FELIZ AÑO 2017, MIS MEJORES DESEOS PARA TI Y TU FAMILIA. Y QUE DIOS TE BENDIGA.

  4. André dice:

    Ohhhh ¡¡ El título pareciera haiku.
    Octavio Paz lo dijo mejor , sin tanta cursilería: ” los humanos estamos hechos de palabras ”
    Buen fin 2016.

    • Ricardo Bada dice:

      No sé lo que André entiende por cursilería, pero la frase de Octavio Paz es mas cursi que un ocho, como se dice castizamente en Madrid,, y en cambio el título de la columna es natural hasta el despojo.

  5. Cecilia Castillo dice:

    2017 felicidades!!!! Que sigamos siendo….
    Abrazos

    • Alma Delia Murillo dice:

      Ceci querida,
      Siempre estoy aquí, lo sabes. Un abrazo grande, ese sueño de visitar tu jungla se me va a cumplir, estoy segura. Gracias por acompañarme este año y los anteriores, qué lujo tenerlos a ti y a tu hermosa familia como lectores de mis locuras. Abrázalos a todos de parte mía.

  6. juan encinas dice:

    A mi también
    me impresiona el ser humano
    atado así,
    querid’Alma !
    Y pretendo conservar el liderazgo
    no dejarle la carga al aparatito,
    él que sea el
    instrumento.
    “i” de instrumento.
    La “i” de iphone no es inteligente
    es internet ( acceso a ).
    Sexo licitan
    “i”deas, “i”diomas “i”nvent “i”va
    juguemos pues !
    .
    Que tristeza ver
    como son super
    adas
    con júbilo
    las mentes
    de los entes
    antes muertos
    que seguir
    viviendo
    a pie
    de trompa y trompo.
    Será media la clase
    de aspiración europea
    pero la que admira y aspira al
    Trumpud’istmo, no se queda atrás
    y sus destinos suelen ser esos
    que lo apoyaron incondicional
    mente.
    .
    L’abuela era sabia, sí,
    pero también es que
    hay mucho…
    nosabio
    monosabio
    no sé

    tu sí sabes
    y como saber
    si es de saber
    o de sabor ?
    de favor…
    .
    Papá a partir d’este 16
    ya no dialoga más
    personal mente
    con nadie
    cambia
    todo
    sí.
    .
    Yo
    palabra
    tan bien
    te abrazo.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Juan
      Gracias por tu compañía en este espacio, por tus comentarios que me divierto descifrando. Un abrazo, que tengas un gran año.

  7. mcjaramillo dice:

    También yo te doy las gracias por tu columna semanal que es tan necesaria siempre.
    Salud y un año venturoso para ti y para todos los que por aquí aparecen.
    Un gran abrazo, Alma querida.

    • Alma Delia Murillo dice:

      Un abrazo también para ti, de verdad gracias por tu lectura constante, por tus comentarios breves y lúcidos. Lo mejor para el año que inicia.

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