De acuerdo, nos guardamos y ¿luego?

El gran asunto es definir el punto de mejor equilibrio entre morir de coronavirus o morir de hambre, pues el imperativo de la salud choca con el imperativo económico. Foto: Óscar de la Borbolla.

¿Hasta cuándo va a durar la cuarentena?, ¿40 días?, ¿dos meses?, ¿12 semanas?, ¿un año? ¿Esta epidemia es como el huracán que una vez que pasa ya podemos salir?, ¿es un virus estacional?, ¿nos guardamos la primavera y ya?, ¿pasa el tiempo y ya? Parece que no, hasta donde entiendo resulta que no; los científicos hablan de que la solución depende de hallar una vacuna y las más optimistas visiones dicen que en el caso de encontrarla, producirla, distribuirla y que nos sea aplicada falta, en el mejor de los escenarios, un año. ¿Vamos a estar aislados un año? No parece económicamente posible, pues, si ya de por sí la vida, como se había venido desenvolviendo no resultaba lo suficientemente productiva para que todos comiéramos, menos lo será si nos mantenemos guardados-improductivos.

La cuarentena para controlar los contagios, por fuerza será transitoria para que el número de casos positivos no desborde la capacidad del sistema de salud y podamos ser atendidos. Suena lógico, incluso, prudente que de manera gradual vayamos enfermando y aplazando lo más posible que se dé un brote incontrolable; pero, si esto depende del aislamiento y de cumplir con rigor espartano la serie de recomendaciones de higiene que todos sabemos, la pregunta es, ¿hasta cuándo? O dicho de manera más clara: el gran asunto es definir el punto de mejor equilibrio entre morir de coronavirus o morir de hambre, pues el imperativo de la salud choca con el imperativo económico.

Y, además, hay otro choque que es urgente entender (y por ningún motivo azuzar): nuestra visión de particulares se enfrenta a la visión de Estado. Cada uno de nosotros, individuos concretos, tenemos nuestros intereses particulares: a mí me importo yo y me importan mi familia, mis amigos y, luego, los demás, ese abstracto llamado la sociedad y más allá, lejísimos, la humanidad. Desde las perspectivas del yo el panorama del mundo aparece con un chipote: los míos: veo todo pero a los míos los veo amplificados como si aparecieran bajo una lupa. En cambio, desde el Estado, la visión —se supone— no es la que privilegia el interés de unos, sino del interés general, el interés de la mayoría. Y por ello, en momentos como éste se agudiza la contradicción entre el imperativo de la salud y el imperativo económico. En términos muy sencillos el miedo válido que sentimos los particulares (porque, obviamente, no queremos enfermar)  nos hace desear medidas de contención inmediatas y extremas y esto choca con el cálculo del Estado que también considera, entre otros factores, el económico. Creo que aquí conviene entender que ninguna decisión que se tome será una solución mágica con la que todo se arregle, sino que se tratará, en el caso ideal, de la mejor estrategia, o sea, un conjunto de acciones cuyas consecuencias nos dejen a todos el menor daño posible.

Todo esto más o menos lo entiendo. Por eso mi pregunta es: nos guardamos, muy bien, ¿y luego? Me interesa cómo va a ser ese luego, pues es claro que no podremos mantenernos escondidos indefinidamente y si salimos, ¿volverá o no a amenazarnos el contagio?, ¿volveremos o no a estar ante el peligro de un brote incontrolable que nos fuerce a aislarnos de nuevo? Yo, honestamente, no imagino las estrategias que van a seguir los distintos países para ese momento en el que, por razones económicas, se tenga que invitar a la gente a salir de sus casas para reanudar la vida.

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@oscardelaborbol

7 Responses to “De acuerdo, nos guardamos y ¿luego?”

  1. miguel a rivera dice:

    vaya pregunta la tuya, y luego? la respuesta no creo q nadie te la de mas q tu mismo, y eso se sintetiza en lo q tu t importas, en lo q t importa tu familia, amigos y resto de la humanidad, y es simple, en lo q a ti respecta, si tienes garantizados tus ingresos, ya la hiciste, si no, a buscarle, primero tu, luego tu familia…asi,y protegete, tu tu fam amigos…asi

  2. ex-televiso dice:

    El himno mexicano, aunque anacrónico, dice “en cada hijo un soldado te dió”, esto es, la patria es lo máximo y las personas son fichas. Así parecen funcionar China, Rusia, Arabia… hormigueros. Pero, el mundo “libre” presume que el individuo es libre. Libre de asustarse, equivocarse, matar gente con un arma, poner en riesgo a los demás y a todos, construir una bomba atómica, etc. La libertad y el control son los extremos en que nos podemos mover para resolver cada problema que se va presentando. Hagan sus apuestas ahora que hay tiempo de más.

  3. Pp. dice:

    Yo me preguntó lo mismo para las escuelas…en uno o dos meses regresan y luego?. Si a los 15 días hay un alumno infectado…..paran nuevamente?. Porque entre adultos, podríamos seguir “normalmente” hasta donde la normalidad se estire, con máscaras goggles e higiene adecuada hasta que salga la vacuna. Pero a los niños como los obligas a tener esos cuidados especiales?

  4. BETO VL dice:

    El ánimo en estos tiempos va y viene desde un totalitarismo útil a la nación, y un egoísmo entendible.
    Lo que parece más sensato es encontrar el método para evitar el contagio antes de encontrar la cura.
    El sida hasta hace poco es incurable, pero la curva de contagio se acható mucho cuando supimos las causas y las consecuencias.
    Vendrán tiempos como de caricatura cuando el terrateniente se lavaba las manos con alcohol después de acariciar a un niño campesino.
    Algunos de visión privilegiada, como tú, Óscar, nos ayudarán a obtener lecciones de la catástrofe.
    Simplemente, como a todos, te digo, por favor, cuídate.

  5. x dice:

    Se va a guardar a su casa y luego veremos que hacer, el luego sobre su vida individual nadie lo sabe, el luego como sociedad es ver como se desarrolla la situacion y eperar y atender las indicaciones. Entendido?

  6. Francisco dice:

    Todo va a parar cuando seamos inmunes. Esto se logrará cuando estemos vacunados (cosa lejana en el tiempo) o cuando ya nos haya dado la infección. Parece que estamos destinados a pasar tarde o temprano por esa especie de “filtro”. Unos pasan, otros no

  7. Araceli dice:

    Mira: Tu guardate en casa AHORA y si El LUEGO LLEGA, PUES YA VERAS QUE HACES SI ES QUE EL LUEGO TE LLEGO, o sea: si la libraste.

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